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Hong Kong, China
Antro Vampiro
Jung Yunho estaba que reventaba de ira al contemplar aquélla escena… no solo por el hecho de no tener idea del motivo por el cual Jaejoong se encontraba en aquéllas tierras, lo cual de entrada le inquietaba de sobremanera… era… el ver al Príncipe vampiro saciando su sed de deseo en otros labios que no eran los suyos, devorando con lujuria a aquél chico que encantado se dejaba besar por un completo desconocido que lo había abordado de la nada hace cuestión de instantes, pero que era a ojos de cualquiera, el hombre más hermoso de la faz de la tierra…
El Diurno lanzó una maldición y apresuró sus pasos hasta ése lugar en el antro… Zhenli solo pudo observarle conociendo esa ira en los ojos del moreno, sabiendo que lo que había visto, sacaba la peor faceta de su persona…
- mejor lárgate!... – bufó el Diurno apenas separó al pelioscuro de aquél sujeto que todo atontado apenas si podía vislumbrarle con la vista nublada por el éxtasis de aquéllos labios rojos que ya no presionaban los suyos… - ahora!.. – gritó y apuntó con un arma directo en la cabeza de ése sujeto que reaccionando por fin caía en cuenta de la magnitud de la situación…
Y todo pavorido salió lejos del alcance de Yunho, mientras que las personas alrededor volvían a lo suyo pensando que aquello no era más que una disputa sin sentido entre bravucones o algo por el estilo… después de todo, la fama del Diurno es amplia, pero pocos, muy pocos pueden identificarle, salvo vampiros de altos mandos…
Jaejoong se limitaba a decir nada y tomar su propio camino fuera del antro con un bolso al hombro, sonriendo internamente al saber que Jung le sigue los pasos… pasos pesados y un aura que destella su enojo… sus celos…
Dentro del antro, la Princesa Yin suspiró al ver al Diurno salir detrás de ése atractivo chico que pudo reconocer como uno de los Príncipes del Clan Kim… después de todo, entre vampiros, las castas élite se reconocen con una instintiva naturalidad… y giró el rostro hacia un lado al sentir una peculiar mirada posada sobre ella… la mirada de un chico de ojos amielados que le sonreía suavemente desde la pista… invitándola con un movimiento a acompañarle a bailar con sensualidad… invitación que no negó, porque esos ojos de alguna manera le hipnotizaron.
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Jaejoong caminaba tranquilamente por todas esas calles oscuras en cuyas penumbras solo iba quedando el sonido casi inexistente de sus pasos… dejándole escuchar con claridad esa respiración impaciente de ése Yunho apenas contenido a sus espaldas… el pelioscuro pensaba que todas las cosas resultaban mejor cuando no se planeaban… hasta podía degustar el sabor de su venganza al sospechar que el moreno solo le seguía seguro de poder poseerlo y marcarlo una vez más como de su propiedad… pero no iba a permitírselo… le iba a demostrar en ése preciso instante que era mucho mejor que la Princesa Yin, y que ella en nada podría compararse con el placer que solo en su cuerpo… y su alma… podría encontrar…
Sonrió de medio lado al pensar en la serie de objetos que llevaba en ese bolso al hombro… objetos que en el propio antro había comprado… la de cosas que se pueden encontrar en lugares que son para el gusto y placer de criaturas nocturnas como los vampiros. Ése bolso, que de hecho, casi perdía en el antro por actuar impulsivamente y tener la idea de provocarle apenas lo viera bajar esas escaleras en compañía de esa
Yunho iba metido en sus propios debrayes… controlando con esfuerzo esa ira por haber visto mancillados esos rojos labios que solo él quiere recorrer con su lengua y devorar con su boca… labios que ahora tenían mezclados otro sabor, otra saliva, otros deseos… los que moría por borrar con sus labios, y recordarle que desde la primera vez, ya nadie más que él tenía derecho de tomarlos… porque Jaejoong le pertenecía, a pesar de las circunstancias…
Y le siguió casi sin darse cuenta hasta ése templo budista cuyos grandes portones de madera se abrieron con un leve crujido permitiéndoles el paso a su interior matizado en cada detalle por esa peculiar cultura oriental.
Y en un abrir y cerrar de ojos, Jae tomó a Yunho por los hombros estampándolo con fuerza contra el muro lateral en una de las cámaras del Templo, alumbrado por cientos de velas y ataviado por figuras de la cultura budista… sus ojos cruzados por ese tono azul dejando al descubierto su naturaleza vampira…
- tú eres solo mío, grábate eso, Yunho… - le besó con brusquedad sintiendo empero cómo el moreno le respondía con el mismo fuego. E iba sintiendo el calor de su cuerpo aumentar con facilidad cuando las manos del Diurno se movieron sinuosas bajo su gabardina sacándole la camiseta de esos pantalones de cuero negro… entonces recordó que iba a vengarse, y haciendo presión con su cuerpo retuvo al moreno contra el muro, mientras sacaba ágilmente unas esposas de su bolso y las cerró en las muñecas del Diurno, un par en cada muñeca, por lo que ciertamente aún eran libres… - verás que soy mucho más que esa Princesa…
Y nada pudo hacer Yunho para impedir que sus brazos y piernas fueran encadenadas a unos pilares dejándole a entera disposición de Jaejoong, quien sonreía con lascivia y perversión al saber que había descontrolado lo suficiente al moreno para conseguir que bajara sus defensas… de otro modo, seguro que jamás hubiera podido someterlo hasta ése punto con tal facilidad…
- se puede saber que mierda hacías besándote con ése imbécil… - poco o nada importó al Diurno saberse encadenado… le podía más saber qué pasaba por la mente de Jae que tan entretenido había parecido entregado en aquél lujurioso beso… ya después encontraría el modo de liberarse…
- <.lo mismo que tú hacías besando a esa princesa.>… - fue su pensamiento inmediato, pero logró contenerse, mirar divertido a su presa y relamerse los labios sensualmente antes de pronunciar palabra… - celoso, Yunho?... – y deslizar su mano por el pecho del moreno… moreno que con temple aguantó ése gemido que retuvo en su garganta…
- no acabas de decir que soy solo tuyo… - sonrió con picardía… el pelioscuro reconociendo mentalmente que ése había sido un error… - entonces, tú debes ser solo mío, no Jaejoong?... – empuñó las cadenas tirando de ellas en un movimiento apenas perceptible que le permitió calibrar la fuerza que necesitaría para doblegar los grilletes…
- depende… - dio un par de pasos atrás, retomando esa sonrisa sensual… - vas a ser solo mío?... – sus manos retirando lentamente la gabardina para dejarla caer al suelo… - soy egoísta y no me gusta compartir, ni siquiera con Princesas de mi raza… - tomó el primer botón de su camiseta sacándolo del ojal con la lentitud más tortuosa que el Diurno pueda recordar…
Porque era un gesto sensual que ése erótico Jaejoong realizaba mostrando poco a poco su blanca piel, ése pecho delineado por los músculos perfectos que Yunho se sabe de memoria… que tocó muchas veces pero que hace meses no ha podido saborear… no desde que acordaran ese distanciamiento intencionado en el que habían procurado la seguridad del otro…
Pero no consiguiendo olvidar ése deseo libidinoso que los une…
Ése que matizado en las pupilas de ambos sólo fue alimentando un sentimiento que oculto en sus corazones parecía ganar un trozo más de conciencia saliendo a flote en esos celos posesivos, en esas miradas y sonrisas cargadas de mucho más que solo deseo o lujuria…. En ésos movimientos casi involuntarios que ejecutaban en busca del otro que les abrasaba la piel impregnándose en ella como más que una atracción apasionada sin restricciones…
Tiró una vez más de las cadenas en cuanto la camiseta de Jaejoong cayó al suelo y le vio comenzando a tocarse con aquella lasciva sonrisa bailando en sus labios… rojos, atrayentes, deseables… como el más prohibido de los manjares del mundo. Pero demasiado prendido de aquélla figura perfecta, el Diurno no imprimió la fuerza suficiente para conseguir que los eslabones de las cadenas se rompieran…
- sé que quieres tocar, Yunho… - se movió sigiloso hacia el moreno, dejando sus cuerpos tan cerca que podían sentir su calor mezclándose, pero sin llegar a tocarse entre ellos, más una de sus manos descendiendo por su torso hasta llegar a sus pantalones…
- quiero hacer mucho más que tocar, Jaejoong… - sabía que la distancia era suficiente para besarlo si se estiraba todo cuanto las cadenas le permitían… pero solo sintió esa ráfaga silenciosa contra su rostro cuando el pelioscuro se apartó moviéndose con la agilidad de su naturaleza vampira… - fuck, Jae!... – maldijo sin poderse controlar, tirando una vez más de las cadenas sin tener éxito…
Seguía encadenado a merced de un molesto Príncipe vampiro que estaba decidido a torturarlo mostrándose ante él sin permitirle el mínimo contacto…
- sé que sí, Yunho… - su risa maliciosa marcada de sensualidad hizo eco en la sala del Templo, y ahora se encontraba sentado en las faldas de una figura de oro de más de tres metros de altura que representa a Buda en posición de flor de loto… - debiste tocar a tu princesa ya que tan fácil te ibas a calentar al verme… - y apartó los pantalones dejando al descubierto su erección semidespierta… Yunho se relamió los labios con su vista fija en ese trozo de carne que se erguía más y más conforme esos masajes lentos de arriba abajo que el pelioscuro se proporcionaba… y ni siquiera se dio cuenta de que Jaejoong no llevaba ropa interior y que ya se había sacado el calzado… - mhh, ahh, ahh… mmhhh…
Jaejoong mantenía los ojos semicerrados pero con su vista clavada en ése Yunho que todavía luchaba contra sus propios gemidos no queriendo ceder al control que el pelioscuro podía imponer sobre su persona. Cuando sintió su miembro lo suficientemente duro y caliente, apartó su mano para semi-incorporarse y poder sacarse los pantalones… notando en el brillo de esos ojos cafés del Diurno que eran movimientos que moría por estar realizando… volvió a recostarse contra el Buda abriendo considerablemente sus piernas y mostrándole su pequeño pasaje sin llegar a hacer más nada que permanecer ahí sintiendo cómo Yunho prácticamente le violaba con la mirada, escuchando ése tercer tirón sobre las cadenas que no cedieron…
Sonrió consciente de que ése ceño fruncido en el Diurno era consecuencia de su provocación. Se puso de pie y avanzó esos pocos metros que los separaban. Su bolso, que ya estaba a un lado unos pasos antes de quedar totalmente frente a Yunho, atrajo de nuevo su atención y yendo hacia él, sacó un objeto más… el moreno abrió los ojos con sorpresa al descubrir que se trataba de un vibrador… objeto de placer que Jaejoong no tardó en llevarse a la boca tragándolo lentamente… habría tal vez medio metro de distancia entre Yunho y él, por lo que sabía que aquello excitaría fácilmente al moreno…
El pelioscuro comenzó a chupar ese vibrador que se iba llenando de su saliva produciendo sonidos húmedos que estaban excitando rápidamente al Diurno… deseando que ésa boca haga aquéllos sensuales movimientos en su propio miembro… ése que ya endurecido molestaba atrapado entre sus ropas…
Y las malditas cadenas que no cedían!!
Se estaba desesperando…
Jaejoong se sacó el vibrador de la boca, tan solo para comenzar a lamerlo pasando con parsimonia a lo largo y ancho, dando golpecitos con su lengua en la punta… sabía, podía sentir, que Yunho comenzaba a gemir bajo deseando ser él quien reciba esas candentes caricias…
- quieres que te lo haga?... – caminó esos centímetros que restaban, con una mano comenzó a desabrochar el cinto del moreno… esa sonrisa sensual grabada en sus labios rojos…
- hazlo… - el tono de su voz no solo fue ronca y excitada, sino que sonó a orden… lo que el pelioscuro no tenía pensado cumplir hasta que le suplicara…
Más siguió con su acción, le sacó el cinto con sensualidad, pasándolo luego tras el cuello del moreno acercándose en lo que parecía ser un beso, pero apenas si sus alientos chocaron y ni un roce de labios permitió el Príncipe vampiro cuando alejó su rostro al tiempo que soltaba el cinto dejándolo en torno al cuello del Diurno y sus manos viajaban cuesta abajo por su pecho…
- Jae!!... – bufó ante el contacto inexistente, escuchando esa risa traviesa del pelioscuro que terminó de desabotonar el jean bajando luego el zipper, notando en el proceso lo excitado del moreno… - mhh… - arrancándole un gemido…
- me gusta el tamaño… -apartó bruscamente el bóxer apresando su virilidad…
- mmhhh… - gimió de nuevo Yunho… tirando por cuarta vez de las cadenas, pero no en un acto por librarse, sino por el espasmo que le corrió la espina dorsal ante el contacto…
- estás duro… - sonrió malicioso, comenzando a masajear suavemente toda su extensión… - y caliente… - la sangre que lo mantenía erguido casi podía ser sentida por su tacto…
- mhh, Jae… - movió sus caderas necesitando mayor contacto, pero en cuanto hizo tal movimiento, las manos del pelioscuro dejaron de rodearle… - qué carajo haces!!!... – inquirió molesto y desesperado al verle dar otra vez pasos atrás…
- te demuestro lo que puedes perderte por una princesa… - sonrió con picardía y volvió a sentarse en el Buda, chupando una vez más el vibrador…
Escena erótica que cortó toda réplica que el Diurno pudiera haber dicho, Jaejoong levantó una pierna sosteniéndola flexionada con una de sus manos, mientras que la otra mano llevó el objeto hasta su entrada, tanteando apenas su fruncida cavidad anal…
Yunho quiso gritar desesperado por ser él quien pudiera estar por poseer su pasaje, pero solo pudo rugir como fiera tirando con toda su fuerza de las cadenas, consiguiendo que el metal se estirara raspando los pilares generando roces que comenzaban a soltar polvo de la columna…
- mmhhh… - gimió Jae cuando comenzó a introducir el vibrador en su propia estrechez, sus paredes abriéndose para albergar ese objeto… - ahh… - y comenzar a moverlo dentro y fuera sin haber llegado antes al tope de su pasaje, adentrándolo cada vez más profundo… - aahhh, aahhh…
- <.gime mi nombre.>… - pensaba Yunho, al borde de la locura al ver esas facciones de gozo marcándose en el rostro del pelioscuro conforme ese maldito objeto iba tomando lo que era suyo… - <.¡mierda!.>… - tiró con tal fuerza que se lastimó las muñecas haciéndolas sangrar, igual que las palmas de sus manos que sujetaban las cadenas…
- ahh, sí, así… mhh, ahh… - seguía gimiendo el Príncipe vampiro, metiendo con algo de fuerza el objeto en su interior… sabiendo que Yunho podía ver perfectamente cada detalle, cómo se autopenetraba con el vibrador, las mejillas arrebatadas de carmesí producto de la excitación, esa pierna alzada que le mostraba su entrada profanada por lo que no era él… - mmhhh… - y saber que tenía al límite al Diurno era lo que realmente le tenía tan excitado, no ese objeto que seguía metiendo y sacando en su pasaje…
Yunho no lo soportó más… era su erección la que debía estar provocando todo placer en SU Jaejoong… reveló su naturaleza vampira, aunque sus ojos no cambiaran de color, y tiró por quinta vez de las cadenas, con más fuerza de la que el pelioscuro creía podía tener, porque los gruesos eslabones de sus manos finalmente se trozaron, solo los grilletes quedaron en sus muñecas. Y el Príncipe vampiro casi se asustó al ver que el Diurno liberaba sus piernas con facilidad y caminaba con velocidad sobrenatural hacia él, impidiéndole todo movimiento cuando lo apresó entre su cuerpo y el Buda…
- llegaste a mi límite, Jae… - soltó con voz ronca, besando con furia esos labios rojos que se dejaron tomar por los suyos mordiéndole sin piedad al separarse, hiriéndolos pero demasiado excitado y molesto como para reparar en sus acciones…
El pelioscuro no dijo nada, se lamió su propia sangre, sonriendo pícaramente mientras volvía a embestir contra su propio pasaje… entonces una mano del moreno se posó sobre la suya… creó que para retirar aquél objeto de su intimidad…
- aahhh!!!... – pero solo sintió cómo el vibrador casi quedaba tragado por su entrada, sintió un líquido resbalar y comprendió que se había desgarrado… pero al diablo! Era lo que quería, provocarlo, que lo tome… que comprenda que solo pueden pertenecerse entre ellos…
Que son el uno para el otro…
- no debiste provocarme… - y volvió a meter el objeto hasta el fondo, el pelioscuro gimió fuerte encorvando la espalda… - eres solo mío… - una embestida más… - y ahora voy a demostrarte que ni tú mismo con un simple objeto puedes darte el placer que yo te doy…
Apartó bruscamente el vibrador lanzándolo por ahí, se sacó los pantalones y su bóxer con urgencia, acomodándose de inmediato entre las piernas de Jaejoong penetrándolo de una con fuerza…
- Yunho!!... – gritó sofocado por el dolor y el placer de su intromisión… - mmhhh, aahhh… - gimiendo sin restricción en cuanto el moreno comenzó sus estocadas, rápidas, certeras, fuertes, profundas…
- mhh… que te quede claro, aahhh… que eres solo mío, mhhh… - sentir su hinchado miembro ser presionado y friccionado por esas calientes paredes era un placer enloquecedor que le mantenía al borde del abismo de la eternidad, de lo perdurable e increíble…
- aahhh, así Yunho… mmhhh, más, aahhh, fuerte!!... – imploró excitado, sintiendo ese falo enterrarse una y otra, y otra vez, quemando cada fibra de su ser… sus piernas enredándose en la cintura del moreno…
Arrastrándolos a un mundo de lujuria que nunca antes conocieran… a un placer que probaban juntos… y era muy probablemente eso lo mejor de todo el acto morboso y sadomasoquista… saber que como quiera que fuera… casi era como hacer el amor…
El movimiento de ambos cuerpos unidos era frenético, el Diurno tenía al Príncipe aferrado por las caderas, mientras que las manos de Jaejoong le abrazaban por la espalda arañando cada tanto su ardiente piel… heridas de las que iban resbalando finas gotas de sangre… pero aquello solo conseguía aumentar más (si es posible) su deseo, embistiendo con mayor ahínco contra la intimidad del pelioscuro, gimiendo más ronco, sintiendo todo ése calor abrasador acercándolo a cada segundo al borde del orgasmo…
- mhh, Jae… aahhh ¡Joder! mhh, que estrecho… - y es que a pesar de la actividad sexual que pudiera tener, el pelioscuro siempre le daba esa sensación de compresión… o quizá también era por su atributo fálico… como fuera, deliraba a un paso de la locura cada que se unía a él…
Y enterró sus propias uñas en la piel blanca del pelioscuro, haciéndole gritar más extasiado, consiguiendo que el propio Jaejoong deslizara sus largas y filosas uñas por su pecho ocasionándole nuevos cortes de los que al instante brotó roja sangre oscura… y fue cuando ambos explotaron con un grito de placer… porque no había nada como la esencia de cada uno adueñándose de alguna parte del cuerpo del otro…
Jaejoong dejó caer sus piernas, estaba cansado, pleno y todavía temblaba por los espasmos del orgasmo, sonreía complacido y respiraba agitado, con la piel todavía febril y cubierta de sudor…
Yunho se dejó caer sobre el Príncipe sin importarle más nada… sin siquiera abandonar su interior… solo quería permanecer un poco más así… solo un poco más…
Saberlo suyo… SUYO por completo…
Pero temiendo pronunciar ésas dos palabras que parecen grabadas con fuego en su mente… en cada uno de sus pensamientos… aún en aquéllos que Zhenli pudiera ocupar…
Porque nunca… con ningún otro hombre o mujer alguna, ha sentido lo que solo Jaejoong le provoca desde el primer instante en que sus miradas se cruzaran hace décadas…
Y cuando se incorpora moviéndose para abandonar su interior, es que se da cuenta de que una vez más todo ha sido lujuria salvaje, que le ha herido desgarrando su pasaje… que se ha enceguecido guiado por ese instinto de posesión que Jae le inspira orillándolo a tomarlo con fuerza como si así pretendiera grabarse en su alma…
¿Tanto costaba ser sincero y pronunciar esas palabras que ahora parecían agolparse en su garganta? Pero no podía… era un vampiro… el Diurno… un hombre inmortal que pereció incluso antes de nacer… con las fortalezas de los vampiros, y ninguna de las debilidades humanas… sin su capacidad de sentimientos…
- me ha gustado… - escucha de pronto la voz del Príncipe vampiro, quien le susurra al oído y muerde su lóbulo… ya la apariencia mortal le cubría nuevamente sus pupilas de un precioso tono oscuro… - me gusta que me lo hagas fuerte, Yunho… - le lame el cuello y casi el moreno puede jurar que se excitaría de nuevo si sigue así… siente cómo desciende y recuerda las heridas de su pecho…
- no!... – le detiene al saber que tiene intención de probar su sangre… - te he dicho que es mortal para ti, no intentes probarme, Jaejoong… - el pelioscuro sonríe asintiendo, pero consciente de que nunca podrá sacarse de la mente el deseo por la sangre del Diurno…
- algún día sé que probaré, Yunho… - y le lame sensualmente los labios, provocándole a besarlo…
- eres mío, recuérdalo bien, Jaejoong… - le besa apasionadamente, sintiendo esos labios rojos devorarlo sin reserva alguna…
- eso aún depende… - le separa comenzando a buscar sus ropas para vestirse… - de que tú seas solo mío y no vuelvas a ver a la Princesa Yin…
- lo siento pero no puedo hacer eso, Jaejoong… - y el pelioscuro siente que una estaca ha sido clavada en su corazón al escucharle decir esas palabras con seguridad, comenzando a vestirse sin mirarle una vez más…
Al final ¿lo de ellos si era solo sexo?
………………………………………..
- me miras de forma tal que siento que me conoces… - Zhenli se inquietó bajo esa mirada amielada como solo se ha sentido con el Diurno… eso era justo lo que le incomodaba de ese joven con el que ahora salía del antro…
- llegué a observarte mucho cuando ibas a la cascada de las montañas profundas del sur, cuando te sentabas en lo alto del peñasco a contemplar la luna… - la princesa recordaba muy bien aquéllos lugares que últimamente no visitaba… - pero, di un paso más de lo permitido y tu guardia me transformó… - el chico sonrió como si aquello hubiera sido de hecho algo esperado por él… como si hubiera conseguido algo deseado con anhelo…
- no me has dicho tu nombre, ni porqué es que me sigues, no es la primera vez que te veo cerca de donde estoy… - inquirió la princesa, caminando a lado de ése chico por los caminos escarpados que dan a su Palacio…
- me llamo Lee DongHae…
……flashbacks……
Le había visto por primera vez hace días caminar acompañada de algunas chicas que reían y canturreaban felices hablando de algo que no alcanzaba a escuchar pues iba por la acera frontal; sin embargo, sus ojos se habían quedado prendados de esa hermosa chica de largos y finos cabellos oscuros que ondeaban con el viento de la noche… su piel blanca como la nieve y labios rojos que incluso parecían tener brillo propio… o era simplemente que se había enamorado a primera vista? Porque desde aquélla primera noche, no había dejado de pensarle… porque la veía pasar todas las noches por su trabajo, un local de café que daba servicio hasta la madrugada… en la zona más activa del centro de la ciudad, donde antros y bares reunían a toda ésa gente que buscaba algún tipo de distracción de sus estresantes rutinas diarias…
Y se preguntaba si es que algún día ella le devolvería la mirada… si tal vez alguna de esas noches llegaría junto con sus amigas a tomar una tasa de café… o si él tendría el valor de abordarla y cuestionar por lo menos su nombre, y con un poco de suerte, obtener una cita para conocerse mejor…
Pero cada noche era lo mismo… solo la contemplaba al pasar…
- es una chica muy interesante, no eres el único que se pierde en su figura y desea algo más con ella… - le había dicho una de esas noches uno de sus compañeros de trabajo, palmeándole el hombro mientras ambos se apoyaban en la encimera de la barra del café, observando a través del ventanal a ese grupo de chicas pasar…
- sabes cómo se llama?... – poco le interesaron las palabras que dijera su compañero… después de todo no se sentía con derecho alguno de medir las frases con que se expresaran de esa chica de piel de luna…
- mh… sé que su apellido es Yin, y parece que es de una familia importante pero muy misteriosa… - el chico exhaló algo pesadamente, tal vez un poco aburrido de la tranquilidad del local… le apetecía más estar en un antro… - hay quienes dicen que es todo un peligro acercarse a ella, que solo puedes encontrar la muerte si la buscas…
- ah… - pero realmente aquélla advertencia le pareció más como una leyenda urbana, que algo que considerar por su seguridad… ahora solo le parecía que tenía algo a su favor… - Yin… - sabía su apellido…
………………………………………
Y conforme los días siguieron pasando, DongHae supo que nunca podría saber más nada de la chica si no se esforzaba por conocerla… pero pronto descubrió que solo por las noches podía complacerse con su belleza… y fue una noche de luna llena que por casualidad la vio pasar por uno de los escarpados caminos de las montañas del sur, a donde él había ido a cazar por hobbie, y sintió su corazón latir apresurado en su pecho creyendo que tal vez estaba tan enamorado que ya la soñaba, pues la vio caminar ágil como el viento, con ese vestido azul celeste que parecía solo como un juego de tiras de seda que cubrían su cuerpo y danzaban con el viento dándole una peculiar imagen seductora y misteriosa… y la siguió con la mirada hasta verle subir por el camino a lado de una de las cascadas de la zona y parar en uno de los peñascos sentándose en una roca a observar el cielo estrellado…
Y supo que no habría nunca imagen más encantadora que ésa… porque ahí estaba la chica de la que estaba enamorado, contemplando la luna llena en absoluto silencio, con su blanca piel brillando con la luz del astro plateado… con un mote de esos rayos de plata titilando en sus oscuras pupilas… y era tan encantador que parecía un sueño… tan perfecto e increíble como la magia misma…
Pero fue también esa la primera vez que escuchó un aullido a la distancia que rasgó los vientos e hizo que se le erizara la piel y la chica que estuviera tan tranquila en lo alto de la montaña, se pusiera de pie mirando a su alrededor como quien busca entre las penumbras, antes de salir corriendo con sorprendente agilidad perdiéndose entre los árboles y matorrales…
Más no fue la primera noche que le vio en ése sitio, pues desde entonces cada luna llena iba ahí con la esperanza de verla de nuevo y observarla con devoción como quien contempla la octava maravilla del mundo… cerca de medio año pasó hasta que se atrevió a acercarse a ella e intercambiar una palabra… pero apenas un par de metros avanzó cuesta arriba, unos sujetos le cerraron el paso sujetándole del cuello con fuerza cortándole la respiración… y vio por vez primera esas pupilas azules que no parecían naturales y esos colmillos sobresalir de entre labios de esos hombres, antes de escuchar un peculiar sonido como felino y un fino dolor nacer en su cuello para sentir cómo le succionaban la sangre y sus sentidos iban perdiendo noción de tiempo y espacio llevándolo a la inconsciencia…
Y solo supo que cuando volvió a abrir sus ojos, la noche parecía ser otra pues ya la luna no estaba redonda y enorme en el firmamento… le dolía el pecho a la altura del corazón… y tenía sed… mucha sed…
Sed de sangre…
Bastaron las horas de esa noche para comprender que aquello que parecía un sueño era ahora su realidad… y la cosa más inverosímil le había atrapado en sus telarañas de misterio…
Era un vampiro…
Igual que ella…
La Princesa Yin Zhenli…
Fue entonces, irónicamente, el chico más dichoso de la tierra, porque de alguna manera, sentía que ahora tenía más posibilidades de conocerla… y tal vez, si el destino es condescendiente con él… de amarla…
……flashbacks……
Zhenli le miró de arriba abajo con detenimiento… su nombre no le parecía en absoluto familiar… pero tenía un aura que le atraía… que le inspiraba confianza y un deseo irracional de conocerle… e iba más allá del obvio atractivo del joven de cabellos cobrizos y ojos amielados de expresión amable, labios carnosos y tez clara, sonrisa juguetona y personalidad pícara…
Era que tenía el deseo de conocerse mutuamente y explorar tal vez un mundo hasta ahora desconocido en partes por ella… porque solo conoce las penumbras de la noche, los límites de la fuerza y el poder, las hipocresías de la ambición… el temple de la oscuridad… el anhelo de la calidez de la luna… la utopía de una vida más allá de sus deberes como sucesora de su linaje…
- pero no me has dicho, qué es lo que quieres de mí, si eres un vampiro transformado y no pareces buscar venganza, qué es lo que buscas de mi o mi linaje…
- solo quiero conocerte… solo Te Quiero a ti… - respondió el de ojos amielados, sonriendo dulcemente sin atreverse a dar un paso más que pueda invadir el espacio personal de la princesa…
- me quieres?... – y en sus labios se curvó una sonrisa seductora, siendo ella quien se acercara al chico pegando sus cuerpos, llevando una de sus manos a la nuca de él acariciando sugestivamente sus cabellos cobrizos… - y exactamente, para qué me quieres, DongHae?... – acercó sus labios a los del chico… cerca, muy cerca… casi rozándolos…
- para amarte, Zhenli… - le miró con profundidad… consciente de cuán arriesgado era ser honesto… pero seguro de que en su pecho todavía late un corazón humano… un corazón enamorado…
La Princesa abrió los ojos con sorpresa e instintivamente dio un paso atrás alejándose del chico… aquéllas palabras… le habían intimidado más que la presencia de un licántropo acechándola…
………………………………………
Palacio Yin
ChangMin por fin sentía que la fuerza había vuelto a su cuerpo, aunque el dolor en su pecho no se iba… porque recordaba de entre pensamientos borrosos, la dureza de su padre al sacarle de la Mansión Zhang, la ira cruzando sus pupilas cuando Yiang mencionara a su madre… la furia con que le había espetado que no le llamara padre… y esa mirada fría con que le observaba siempre…
Y ahora estaba encerrado en esa habitación sin poder salir… preocupado por Kenryu y solo… como se ha sentido cada noche desde hace tanto tiempo que no puede recordar cuánto ha pasado… porque ya Jaejoong poco le prestaba atención en comparación de sus épocas de niños… porque Chae Yun también comenzó a dedicarse más a su placer que a compartir algo de su humor con él…
Era estúpido y lo sabía, que añorara cariño como lo hace un niño abandonado por su madre… pero es que hasta donde puede recordar, solo cuando la Reina Hye Yong viviera, él podía decir que pudo ser feliz… después de su muerte… todo había cambiado radicalmente y nada de lo que pudiera haber hecho cambió la actitud de su padre hacia su persona… como no cambió el hecho de que sus propios hermanos se fueran alejando poco a poco de su vida… aún cuando todos vivieran bajo el mismo techo…
Y ahora… y eso lo hacía sentirse todavía más estúpido… presentía que en Kenryu podía encontrar algo de todo ese amor que hace tiempo no siente… porque tenían una conexión especial, puede sentirlo… porque el ojigris le inspiraba todas esas sensaciones que solo pudo soñar o leer en novelas fantásticas y demasiado humanas… emociones y sentimientos que él quería… porque estaba cansado de la soledad de su inmortalidad
- Kenryu… - y solo pudo murmurar su nombre mientras permanece de pie ante el ventanal de la alcoba donde permanece custodiado por la cuadrilla de vampiros que su padre conservaba y había apostado fuera con toda la intención de mantenerle a raya… viendo esa luna roja que parece solo traer mal augurio y provocarle una sensación avasallante de desconcierto por el paradero del híbrido…
………………………………………
Caminaba por calles desconocidas, la mayoría desiertas de vida humana pues son ya más de las cuatro de la mañana… su sed aún es extrema y sus sentidos solo parecen ir en busca de sangre humana de la cual alimentarse… pero no quiere… porque aún quedan en su ser vestigios del mortal que fuera hasta antes de la noche en que ChangMin lo mordiera, y eran esos vestigios los que luchaban contra la bestia que parecía ganar terreno en su mente a cada minuto que pasaba…
Podía escuchar el mínimo sonido con increíble facilidad, y oler en el viento infinidad de esencias que le decían si había humanos, lycans o vampiros cerca y una vista que parecía indicarle por donde seguir el camino… porque de entre todos esos aromas, podía distinguir el del morocho llamándole a reencontrarse con él… y no muy lejos podía vislumbrar en lo alto de las montañas, un castillo que se levantaba imponente entre las sombras de la noche…
………………………………………
Junsu no podría decir cómo fue que llegó hasta ese lugar… pero lo agradeció infinitamente en cuanto alcanzó a disparar una flecha de su ballesta acertando en el pecho de un licántropo que había estado por dar un golpe certero a un Yoochun que yacía de rodillas en el suelo y una serie de importantes heridas en el cuerpo…
Pero aún había más de esas bestias peludas que atacaban y él temía no tener la habilidad para proteger a su amante… pero lo daría todo por él…
Aún su vida si tenía que hacerlo…
waaaaa alfin contiii siii yunho es solo d jae *w*
ResponderEliminarMe encanta el fic!!
ResponderEliminarHe estado un par de lias para poder leerlo XD
Pero esq es genial
Empezando por el JaeHo que parece que sus orgullos hablan siempre por ellos cuando tienen esos encuentros, luego pasando por el YooSu que se ven tan tierno unos protegiendo al otro y por su parte ChangMin...me da una pena que lo trate asi su padrastro...aishhh
Espero pronto continuacion ^^
aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh }
ResponderEliminardioxx amo darkness deep
AMO todo lo que tenga que ver con cosas de inframundooo
plis no te tardes con la continuacionnn
Aigo~ cuando sera la continuacion? ;___;
ResponderEliminarAMO tanto este fanfic~(L) TTwTT
solo qe.. tsk! porqe no puede estar juntos el yunjae? ;____;
siento qe Jae se vendra muriendo D:!! y no se porqe[?]
no jodaaassssss!!!!!!!!!!! alto junjae..flaka..FUAAAA!!!!!que pervertido que es jae...eso me queda clarisimooo....
ResponderEliminar...y yunho...bestiaaaaa...
...mi minsito pobre yo le quiero dar amor dejen que lo agare a kenryu...
ME ENCANTTAAAA...
k la chika se valla y k se kede yunho con jae ps sk son d lo mejor juntos XD
ResponderEliminarno entiendo xk Yunho es tercoo ¬¬,digo no le kedo claro q solo entre ellos se pertenecen..yo de Jae le digo km q no deje de ver a la susodicha,me alejo de el..a ver q dice...!!
ResponderEliminarahhaha Junsu salva ha Chunieee,como siempre el Yoosu desborda ternura y amor..kyaaa..^_^
Changmin te amamooos..:)
ayyy jae entregotodo y elbobo de yunho no se da cuenta... pobre changmin odio al padre de los chicos ojala searrepienta... yoosu que se protejan
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