People say cap 7

La facultad estaba helada ese día y se arrebujó entre el abrigo y el saco que estaba usando preguntadose si sería posible morir de hipotermia antes de llegar a la hora de clases, quizás así no tendría que dar ninguna prueba kilometra que de seguro terminaría en desastre.

Acercándose a él un muy abrigado Changmin lo saludaba.

-¿Preparado para el examen?

-No tan preparado como desearía pero preparado - una involuntaria tosecita se instaló en su garganta y refunfuñó, odiaba enfermarse.

-hum... ¿estudiaste desnudo o algo? - no pudo evitar reír y le pegó a Changmin en el hombro.

-si, porque eso es muy común en mi - el alto solo negó con la cabeza teatralmente y acotó

-siempre he dicho que eres un muchacho de hábitos extraños - una carcajada y vio el vaho salir de su boca comprobando que el frío que sentía no era mental - que dirá la gente si me ven contigo.

-como si no tuvieran ya suficiente de que hablar.

-¿nuevo chisme?

-tantos que pierdo la cuenta - que no se escuchaba en la cafetería de la facultad -pero hubo uno que me llamo la atención, según mi muy “periodística” fuente informativa, el chico rubio de tercero, del que no recuerdo el nombre, se acostó conmigo ayer.

-¿en serio? ¿qué tal estuvo? - un nuevo golpe cayó en el hombro del alto

-a menos que me haya violado por la noche inducido yo por algún tipo de droga, no, no es en serio

-¿cómo es que sacan esas historias?

-aparentemente el chocarse en los pasillos de la facultad con un desconocido es algún tipo de invitación provocativa para tener sexo, porque de lo que yo sepa el único acercamiento que tuve ayer con ese chico fue tropezar torpemente contra él.

Entonces tendrías un record de acostones mas extenso que el de tu querido amado -Changmin sonrió entrando al aula detrás suyo - pero ¿te has dado cuenta que últimamente se la han tomado mucho contigo? antes pasabas desapercibido.

-gracias, mi invisibilidad es un dote que aprecio.

-en serio te lo digo - Changmin se acercó más a él y susurró - no me extrañaría que luego de esa noche en la que saliste con ese Park de la discoteca te hayas ganado algunos enemigos.

-Uh! el sueño de mi vida, tener un némesis - no negaba que quizás el alto tenia razón pero era gastarse innecesariamente si pensaba en ello - pensé que tu eras mi único némesis

-lo soy

-por cierto, se llama Yoochun.

-...

Y antes de que Changmin pudiera replicar el profesor entró al aula con una gran sonrisa y el maletín lleno de copias.

Maldito sádico.


***




Cerca de las siete de la noche el edificio de consultorios iba quedando vació y el apuraba las carpetas que aun le quedaban por organizar mientras se preguntaba si Yoochun seguiría allí, dos pisos mas arriba quizás el aun estaba en su escritorio, con algún tipo de traje elegante, bebiendo café, con la pluma en su mano y la mirada seria.

Dios ¿era normal tener esa ansiedad de subir solo para mirarlo, para estar cerca de él? solo de pensarlo rememoró ese ultimo beso en su cocina y desde su pecho cayó esa sensación cálida tan conocida hasta su estomago y no pudo evitar sonreír cerrando los ojos, deseando mas.

Desde ese día no se habían vuelto a ver y a pesar de que las llamadas eran diarias y los mensajes constantes, no era lo mismo que tener a Yoochun cerca de él como ya se había acostumbrado.

Con un cosquilleo en su cuerpo se imagino a él mismo subiendo hacia donde el moreno estaba con cualquier excusa que en el camino iría hilando y sabía que no podía ser sensato, que debería esperar donde estaba, pero... ¿esperar que? si aparentemente nada llegaría.

Suspirando decidió dejar esos pensamientos que siempre parecían llevarlo al mismo callejón sin salida y pasó a la siguiente carpeta de la fila, la leyó atentamente y subrayando partes importantes del documento logro distraerse de esas ya monótonos cavilaciones.

Una hora y algo mas tarde la última persona en su piso había partido, señal inequívoca de que ya era hora que él también tomara por terminadas sus tareas y se largara de allí sin antes darle un último pensamiento al cuarto piso del edificio y a la persona a la que le pertenecía dicho lugar.

Bostezando y restregando su rostro cansado bajó por el ascensor lamentándose por el extenso deber que le esperaba por hacer en su casa y preguntándose si aun sobraría ramen instantáneo en su alacena, estaba muriendo de hambre.

Al salir del edificio el aire frió de la noche le fue de cierta manera reconfortante y sin poder evitarlo alzó su vista hacia las ventanas del lugar esperando ver luz allí donde sus pensamientos se había situado casi toda la tarde, pero las luces estaban apagadas.

De alguna forma decepcionado, siguió su camino hasta la puerta principal de la universidad a paso lento y mas de una vez bostezando, aun no había obscurecido por completo y habían estudiantes por todas partes, algunos de ellos regresaban a verlo curiosos y regresaban a sus grupos cuchicheando, riendo.

Ofuscado apuró mas el paso renegando contra todo aquel imbécil que creyera los chismes sobre él, juzgándolo como si de verdad lo conocieran...

“¿Qué sabes de mí Junsu? ¿mis hábitos de cama? ¿Con cuántos y con quiénes me he acostado? ¿acaso eso es conocerme?”

Yoochun había tenido razón al quejarse de él, la verdad era que apenas lo estaba conociendo ahora y aun así no era lo suficiente como para hacer aun un juicio de valor sobre él.

De nuevo desanimado llegó a la gran puerta de metal que ahora estaba semi-cerrada y despidiéndose del guardia de seguridad, se encaminó a la parada de buces donde le esperaba un nada prometedor y cansado recorrido hasta su casa, ojalá tuviera carro.


***




Lamentablemente ya no quedaba ramen en la alacena, la refrigeradora tampoco se veía demasiado prometedora así que ofuscado y con hambre decidió distraerse con los deberes, quizás así podría evitar el vacío en su barriga y los constantes sonidos provenientes de ella.

Pero sin alimento se sentía desanimado y lento y con una pereza que hace mucho no sentía se sentó en el sofá dispuesto a ver una hora de televisión para descansar, luego podría terminar con su tarea.

Cuando estaba ya avanzado en una película, el sonido de mensaje en su celular repiqueteó, pero con la pereza acumulada e interesado en la televisión lo dejó allí, luego olvidando que en algún momento había sonado.

Había dicho una hora pero mientras la película transcurría iba aumentaba su tiempo limite de cinco a diez minutos y así hasta cuando llegó a los cuarenta y algo, justo cuando los créditos de la película pasaban por la televisión.

Asustado y sintiendo culpable corrió hasta su mochila para sacar el libro que había sacado de la biblioteca y sus páginas de apuntes que había adelantado en su facultad. Entre eso y esto vio su celular al fondo del morral con la pantalla encendida y anunciando la llegada de dos nuevo mensaje de texto.


De: Yoochun

Hola
hoy hacía mucho frío
¿cómo estás?


Sonriendo estuvo apunto de responder pero se preguntó si sería prudente hacerlo a esas horas y pensando en que ese mensaje había llegado hace una hora y mas, aun sin decidirse pasó al siguiente mensaje

también era de Yoochun


Hoy quise bajar a verte en consultorios
estabas ocupado ¿cierto?
espero que estés bien


Apretando el celular contra su pecho la ansiedad por responder creció y se dio cuenta que de todas formas el ultimo mensaje era de hace tan solo veinte minutos atrás y apresurado respondió a los dos mensajes en uno solo leyendo luego para ver si lo que había escrito sonaba demasiado cursi o comprometedor.

Hola
perdón por no responder antes
estaba viendo una película
a pesar de que tengo unos deberes por hacer
no me juzgues!
Yo también quería verte hoy,
yo estoy bien aun que con hambre
de nuevo mi refrigeradora esta vacía



Aun no sabía si era buena idea decirle que el también había querido verlo, pero decidió arriesgarse y presionó rápidamente enviar antes de terminar arrepentido.

De nuevo se puso en su deber mirando de vez en cuando el celular y luego de más de cuarto de hora después supo que su mensaje no sería respondido, quizás Yoochun, que tenía mejores hábitos de salud que él, se había ido a dormir a tiempo.

Triste pero resignado decidió terminar rápido con esa tarea para poder irse a dormir lo más antes posible y matar su hambre hasta el día siguiente cuando de seguro Changmin le llevaría algo de comer.

Diez minutos después sus ojos le escocían y parecían cerrarse solos mientras su cuerpo pesaba cada vez más, pero como si el destino supiera que necesitaba, el timbre de su puerta sonó, logrando despabilarlo por completo.

Desperezándose se acercó a la puerta a ver quien era y por el ojo pudo reconocer la negra melena de Yoochun, con el corazón en la boca regresó dos pasos lejos de la puerta como si quemara, pero pasando una rápida mano por su cabello para acomodarlo un poco, abrió la puerta tratando de parecer fresco.

-h..hola... - intento fallido, sintió sus mejillas sonrojarse mientras el morocho le regalaba una suave sonrisa.

-Hola... - y parecía que Yoochun tampoco sabía muy bien como manejar la situación cosa que hizo que una agradable y reconfortante sensación llenara su pecho y lo hiciera sonrió. El moreno levantó dos funda grande a la vista de Junsu y acotó - traje comida...

Su estomago gruñó de anticipación agradecido y los dos rieron alto, cuando la carcajada dejó de llenar el pequeño pasillo Junsu se preguntó si seria muy imprudente lanzarse contra Yoochun para comerlo a besos y susurrarle miles de “gracias” al oído.

El morocho no solo había leído su mensaje sino que se había dado el trabajo de buscar comida y se la había traído personalmente a su casa, se sentía mimado, apreciado y de verdad se había preocupado por él.

Dios! lo quería tanto, ahora mas que nunca.

Yoochun carraspeó y se dio cuanta que se había quedado mirándolo embobado, de nuevo sintió el calor en sus mejillas y bajó la mirada avergonzado. Recién ahí se dio cuenta que iba en babuchas y con pijama y su vergüenza se extendió a otro nivel.

-...¿puedo pasar?

-oh...oh! si si pasa- y se hizo a un lado apresurado dejando que el morocho se adentrara en su departamento

Yoochun dejó las fundas sobre la mesita ratonera y caminó de vuelta hacia donde el estaba

-Aun no acaba eh? - señalo el montón de hojas dispersas en la mesa y rió - ¿falta mucho?

-algo... - respondió tratando de acomodar los papeles

-si quieres yo podría... bueno si estas ocupado..

-No! emm.. esta bien - Yoochun lo miró atento - yo mañana entro mas tarde, puedo hacerlo temprano - se sintió mal por mentir, pero no quería que se fuera

-esta bien - sonriendo asintió comenzando a ayudarlo

Estaban tan cerca y Junsu no sabía si podría tener la misma fuerza que había logrado mantener últimamente porque deseaba fervientemente poder abrazarse al pelinegro, poder besarlo, poder decirle que lo quería, que apreciaba su detalle, que deseaba que siempre fuera así y cuando los papeles habían terminado todos ordenados los dos se habían vuelto a mirar y nervioso aun habló

-voy... emm.. voy por vasos - dijo señalando la cocina innecesariamente - siéntate - señaló el sofá y apresurado salió de allí

Alterado, se apoyó en la mesona de la cocina tratando de pausar su respiración, calmarse un poco y cuando sintió que estaba listo para salir de nuevo de allí cogió los vasos y mirándose en el vidrio de la repisa se arregló lo mas que pudo avergonzado de sus fachas.

Luego pensó que eso no importaba porque al fin y al cabo Yoochun hasta desnudo lo había visto, luego se arrepintió de haber pensado aquello, porque eso no ayudaba en nada a su estado actual y sacudiendo su cabeza trato de disipar las indecentes imágenes de su cabeza.

En la sala, Yoochun había prendido la televisión y estaba sentado en el sillón acomodando las cajitas de comida en la mesa ratonera, cuando lo regresó a mirar sonrió

-espero que te guste la comida cantonesa

-si me gusta! - aseguro efusivo sentándose a su lado


La comida transcurrió entre momentos incómodos, ligeras risas, conversaciones cortas, tibias sensaciones y la televisión de fondo, luego el nerviosismo parecía haberse alejado dejando atrás solo una leve ansiedad y todo fue mas fácil.

Yoochun le contó que había escuchado el chisme de él con el chico de tercero, Junsu preguntó si lo había creído y aliviado vio como el moreno negaba sonriendo.

-Tu no eres así

Había asegurado convencido y él se había sentido agradecido por la afirmación, contento de que el moreno lo tuviera en ese juicio.

Insensatamente Junsu pensó en preguntarle a Yoochun si deseaba quedarse a dormir allí, inventando la excusa de la hora y la seguridad solo para tenerlo a su lado, no deseaba que se fuera, que ese momento se acabara y mientras el fondo de su caja de comida se notaba cada vez mas, su ánimo iba disminuyendo.

Mientras perdía su vista en la mesa buscando mas excusas para retener a Yoochun en su casa notó que la segunda funda no había sido abierta y curioso la alcanzo para abrirla mientras el moreno dejaba de hablar

-¿que es esto? - preguntó a pesar de que ya iba a medio camino de abrirla

-cuando fuimos a hacer compras te vi mirándolas pero no las compraste, supuse que te gustaban y te las tra...

Fue como una señal de partida y ávido se lanzó contra Yoochun besándolo, deseoso, recostándose contra él, abrazándose a su cuello mientras era correspondido con el mismo apuro, con la misma ansiedad y las manos inquietas no sabían donde caer, tocando donde podían, donde debían.


Mientras la caja de sus cereales favoritos terminaban en el piso de la sala.

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