Ruby Red Kiss cap 4

Quería volver.

Yo solo quería volver....

Volver a korea, volver a casa, volver.... volver.....volver a mi rincón.

A ese lugar oscuro e invisible, intocable de mi corazón, donde te había escondido.

Ahora ese lugar ya no estaba.

Y yo sólo quería encontrarlo de nuevo.

Pero ya no estaba por ninguna parte.

Ahora mis sentimientos estaban tan desnudos... que si no cerraba los poros de mi piel fluirían a través de mí. Y ya no podría pararlos.....

Y estaban tan, tan al borde.....

Amenazaban con escapar a mi control y no podía permitir eso.

Aunque nunca lo creí posible solo podía odiarte.

Odiarte amor, por no dejarme borrarte, omitirte de ese lugar prohibido de mí en el que nunca debiste entrar.

Pero ya estaba hecho.

Y no iba a darte la oportunidad de jugar conmigo. Me daba igual lo que tuviera que hacer para evitarlo. Y me daba igual la inocencia con la que lo intentaras.
O la ignorancia.

Nadie iba a venir a salvarme de ti. Ni de este pequeño monstruo llamado amor.

Así que gira tu cabeza, dame la espalda y camina en dirección contraria
Porque lo que vas a encontrar en mí. No podrás sujetarlo. Ni contenerlo.

Este sentimiento que llevo dentro es tan inmenso que roza el caos....y solo llevará eso a tu vida.

Siempre supe que no era normal lo que sentía por ti. Desde que tu carita angelical, tú lengua afilada y tu dulzura se cruzaron en mi camino.

Tu y yo éramos los únicos que no llevábamos tiempo en aquél lugar, en aquél grupo. Y tuvimos que hacernos un hueco.

Lo que conseguiste hacer, Changmin, es ganarte un hueco en mi corazón. De pronto, ninguna mujer tuvo tu inteligencia y tu dulzura. Tu aplomo y un humor como el mío.

Siempre supe que era algo más. Pero al mismo tiempo, sabía que era la fantasía de algo que jamás podría tener. Era yo quien no me veía con el aplomo de traspasar la barrera de la amistad, de la protección que siempre quise darte.

Me sentía como un traidor….me acercaba a ti como un hermano mayor esperando protegerte… pero realmente no me sentía así.

Hay! dios sabe que no!

Dios es el avergonzado testigo de mis oscuros sueños cada noche en los que profanaba tu cuerpo. Ese que me afanaba por proteger de los demás. Me descubrí luchando por mantenerte solo mío. Sin razón ninguna. Puesto que no pensaba en realizar jamás ninguno de mis deseos.

Aprendí a vivir con estos sentimientos dentro de mi ilusión escondida…. pero parecían una bola de nieve colina abajo y solo hacían más que crecer y crecer….convirtiéndose en mi mayor anhelo…en mí meta inalcanzable.

Amar en tal exceso solo puede ser malo. ¿verdad?

Ni siquiera yo quiero saber el extremo.


En el avión, Te observo permanecer en silencio, durante demasiado tiempo. Te observo respirar. Y cada vez que tus labios se entreabren tengo miedo de no poder detenerme.

Y pensar que tan sólo hace 3 días ni siquiera podía imaginarte teniendo sexo con alguien.

Y hubiera querido seguir en mi ignorancia toda la vida.

Sabía que si permitía tan sólo por un instante que alguno de los recuerdos de lo que habíamos hecho se colara en mi mente. Estaría perdido.

Necesitaba todo el autocontrol que pudiera juntar para poder con esto. Y esperaba encontrarlo de vuelta a casa.


Cuando abrí los ojos. Y a través de mis lágrimas finalmente pude ver tu rostro sobre mí. Entendí finalmente el nombre que tenían mis sentimientos por ti.

Esto que guardé para no mirar ni nombrar, que no sabía describir. Tenía solo una manera de llamarlo. Y pronunciar aún tan sólo en mi mente el nombre de lo que siento. Me ha quitado una tonelada de encima. Me ha provocado un alivio insano.

No me había atrevido a mirarte a los ojos en aquél baño. Sé que me arrepentiría porque estaba aceptando de algún modo mi propia debilidad.

Si conocieras todos, todos mis oscuros deseos hacia ti..... y creerás que has perdido la inocencia.
No Changmin, no, te equivocas.... eres tan dulce e inocente como una flor sobre el agua.

Y me has convertido en tu capricho.

Y ya has jugado conmigo suficiente como para no llegar a quemarte. Ahora déjame ir.... déjame ir.


Recostado en mi butaca del avión de primera clase, junto a Jaejoong, miro tu cuello estirado mientras duermes, en el asiento de delante, al lado del pasillo.

Esta dulce piel de azúcar moreno que jamás podrá ser mía.

¿Por qué me has dejado probarla?

Cierro los ojosa sabiendo que ya no podré dormir porque no dejo de sentir tu sabor en mi boca.















Cuando finalmente volvimos a korea no teníamos mucho tiempo, pero desaparecí. Me fui sin despedirme si quiera, al refugio de mi casa, con mi familia.

Allí estaban ya Mi madre y mi hermano. Y me sentí extraño.

De nuevo volví a casa. Tenía una casa propia a la que volver. De pronto tenía un lugar al que pertenecía. No sabía si realmente lo había tenido alguna vez.

Pero allí estaba, si. Bajo mis pies, sobre mi techo, frente a mis ojos.

¿Por qué recordé tu risa, entonces?

Me dolió de algún modo el corazón cuando entendí que tu no habías tenido que luchar para conseguir lo que yo tenía aquí.

Y pensé en tu soledad. Tu familia creía que eras más fuerte de lo que realmente eras. O al menos, esperaban que te hicieras fuerte de ese modo. Y tú también lo creías.

Sin saber por qué no podía dejar de pensar en ti cuando debería pensar en mí y en mi anhelado hogar. Y eso NO es nada NORMAL en mí.

Nada más llegar mi madre se había instalado muy bien acomodada a la vida de lujo que nunca tuvo y mi hermano estaba allí, cerca de mí sin saber muy bien qué hacer.

Me senté a su lado en el sofá del salón. Moderno y de diseño justo como para convertirse en un estudio de fotografía. Pensaba en mil cosas que podría decirle, que había querido decirle a mi hermano, mientras colocaba un brazo por encima de sus hombros. Con la voz de nuestra madre hablando sin parar por el teléfono móvil.

Le acerqué a mí lentamente, hasta que su cabeza tocó mi hombro. Y le abracé con ambos brazos.

"Aquí estaba tu hyung.... ese al que casi ya no conocías. Ese que te dejó atrás por un sueño que nunca existió. Sentí como me inundaban las lágrimas pero no, no se escaparían, lo sabía bien. Mi corazón se hizo más fuerte por ti."

Notando como mi hermano escondía su cara en mi pecho para quedarse allí un buen rato respirando pesadamente para contener sus propias lágrimas, Sentí una punzada de dolor, al pensar:

¿por qué nunca pude sentir exactamente esto por Changmin?

Por que por qué...

Lo entendí ahora más que nunca. Si llegué a sentir justo esto por él.... en algún momento. Ya ni siquiera lo recordaba.

Me relajé con Yoohwan en mis brazos, sin poder evitar que los recuerdos de Changmin invadieran mi mente.

-hijo, ¿Cuándo nos vas a presentar a Sungyeon?- La pregunta de mi madre me sacó de mis reflexiones. Levanté un poco la cabeza, como si recordara algo.

Dios mío. Mi vida seguía. La vida que me había creado, paralela a mi sueño contigo estaba formada por un engranaje que ya se movía solo.

Pensaba en tener un tiempo para mí, antes que tener que enfrentarme de nuevo a ella. Ni mi madre ni mi hermano sabían lo del aborto.

Sabían de mis deseos de ser padre pero no sabían nada acerca de lo cerca que había estado de serlo. Y ahora era todo un problema forzar un encuentro entre mi familia y ella, tal y como estaban las cosas.

- Mamá, verás es que Sungyeon ah ha estado muy ocupada últimamente y….. bueno ya sabes que no nos podemos reunir cuando queramos…

- Si hijo, por eso te preguntaba. Tu dirás.- Me quedé en silencio mientras observaba a mi hermano permanecer en silencio.

- Será seguramente en la próxima reunión privada. Ya sabes que estáis invitados a la gala-concierto para accionistas de Sm y más tarde a la gala conmemorativa de la KBS. En una de las dos ella asistirá y la conoceréis, no hay problema. – Contesté eficientemente.


En realidad si que podría arreglar algo entre ellos discretamente. Pero era lo último que quería. Tenía que ordenar mis sentimientos. Ahora más que nunca me sentía vivir una segunda vida.

MI gran problema ahora era que…. Sólo una persona sabía de mis auténticos sentimientos hacia Min…..

Y esa persona era precisamente Sungyeon……aquella persona ligada a mi, como nadie en mi vida, y de la que me encontraba más desligado en este momento.

La envié un mensaje a través de mi móvil, mientras cocinaba la cena para los tres. Cocinar me relajaba, aunque odiaba hacerlo. Solo disfrutaba cocinando para mi hermano, y para……

Yoohwan me conocía mejor que yo a él, y no dejó de observarme durante toda la cena, a pesar de que la conversación entre los tres fue fluida. Tardaríamos tiempo hasta que pudiéramos comenzar a tener temas en común de los que hablar….

Tanto tiempo y tantas cosas de por medio me habían convertido en una persona aún mas ajena a mi propia familia desmembrada. Yoohwan hacia años que no vivía con mamá, y yo hacía siglos que no la veía. Me hacía daño verla.

Me sentía un mentiroso de nuevo, viendo la mirada de sospecha de mi hermano. Él Sabía de alguna manera que no volvía a casa con los chicos como decía.

Aunque no había recibido respuesta de Sungyeon, igualmente pensaba presentarme en su casa esta noche. Tenía que ser esta noche.

Con las llaves que tenía de su apartamento, que hacía tiempo no usaba, cuando lo había hecho tan a menudo en el pasado.

Entre allí. El lugar estaba a oscuras y en silencio, poco después descubrí la figura de Sungyeon acurrucada sobre el sofá en pijama y envuelta en una manta, con la televisión encendida, pero sin volumen. Una caja de pañuelos estaba frente a ella, vacía.

Y sabía que me encontraría con algo así cuando viniera. Solamente que los hechos recientes habían acelerado mi decisión.

Ella no me escuchó entrar, por eso puso una cara de sorpresa inmensa al verme, mientras me sentaba en una butaca cerca del sofá. Yo Era realmente la última persona a la que esperaba encontrar allí.

Se quedó allí donde estaba en silencio, mirándome como si fuera un fantasma.

-Te he escrito un mensaje. –Dije simplemente, sin ver su teléfono móvil cerca de ella. Sentí una punzada de dolor ante este hecho. Ella siempre había sido una adicta a su teléfono móvil al igual que yo. Jamás se había separado de él…el hecho de que ni siquiera lo tuviera cerca, me indicaba el estado de su desesperación. –Tenemos que hablar.

Ella torció los labios en una mueca que pretendía ser una sonrisa irónica.
No era el momento. Pero yo jamás había sido paciente.

-Sungyeon ah…..¿Qué estás haciendo?

Dijiste que estarías bien. Dijiste que estabas preparada, que algo así no podría contigo, que aceptabas los riesgos que suponía nuestra relación …..dijiste muchas cosas que ahora no significan nada sólo mírate….

¿hasta cuándo piensas seguir así?

- ¿Debería acaso ir por ahí follando con todo lo que tenga pies como haces tu??-. Me atacó ella por sorpresa.- Dime ¿Así te sientes mejor, Micky Yoochun?- Me preguntó sarcásticamente. Sólo me llamaba así cuando tenía algo que reprocharme.

- Fuiste tu quien me rechazó, eso lo recuerdas?? - Recordarle sus palabras sólo le echó mas leña al fuego de su ira. Pero no le di tiempo de replicarme. Soltaría lo que había llevado estancado en el pecho los últimos meses.- Tu no has mantenido ni una sola de todas tus promesas, por qué debería mantener yo las mías?? ..........Esta conversación no va a solucionar nada.

- ¿Y qué lo hará eh?? Dime qué lo hará?- Se echó a llorar… y yo me acerqué a ella cuando vi que se echaba las manos a la cara.

Me acerqué despacio y me senté al borde del sofá.

-¿Por qué has venido?- susurró contra mi pecho. – Te pedí que no vinieras, por qué lo has hecho?

Yo siempre había sido muy, muy sincero....sobretodo con ella.... quería contestarla.....pero, Todo iba mal, cuando la conté hace tiempo lo de Changmin, se suponía que esta situación habría sido imposible.


- Me he acostado con él.- Le dije simplemente, temblando levemente ante la mención.

Pude notar, a través de la ropa y las telas como su cuerpo se tensó al máximo.

Sabía que ella se sentía tan segura conmigo, como para permitirse tratarme como lo hacía, porque tenía por seguro que yo siempre volvería a ella. Lo sabía. Que pasara lo que pasara, hiciera lo que hiciera, siempre, siempre volvería a ella.

Era consciente de que en el mundo solo existía un rival para ella. Shim CHangmin.

Ese chico de 20 años que había llegado a mi corazón antes que ella.

Pero un "él y yo" jamás había sido una realidad. Hasta ahora.

- Antes de que digas nada..- añadí.- Fue él quien vino a mí. No he acabado perdiendo la cabeza. Por descabellado que suene… fue él quien me cazó completamente borracho y me….

- ¿Qué piensas hacer?- preguntó ella apresuradamente para interrumpirme.

Yo sostuve el silencio. No era momento de repetirle lo que ya sabía. Y yo jamás pensé que el plan A en mi vida existiera.

Tras unos minutos noté como ella me abrazaba la cintura con ambos brazos y se acercaba más a mí.

Yo, lentamente, acaricié sus brazos siguiendo el recorrido hasta su espalda y la abracé aún más estrechamente.

-Quiero que intentemos recuperar esto, Sungyeon. Es demasiado importante para mí como para perderlo.

Antes de que pudiera continuar ella se echó a mis brazos sollozando, temblando, llorando como nunca la había escuchado hacer en mi presencia. Abrazándome con una fuerza inesperada a la vista de su frágil aspecto.

-Aunque estuviéramos preparados para esto, no teníamos por qué ser capaces de llevarlo bien, verdad?- Le decía mientras la acariciaba el pelo.

Ella siguió llorando, intentando decirme algo con sus abrazos….y los besos que fue repartiendo por mi cuello. También mientras me desabrochaba la camisa, besaba y mordía mi pecho con desesperación, sin que aún se hubieran detenido las lágrimas.

Era nuestro acuerdo. Sabía que si lo hacíamos ahora….yo dejaría de hacer lo que había estado haciendo hasta ahora. Con sus marcas me estaba reclamando como suyo de nuevo.

Sabía que así el respeto a ella me haría más fuerte para no caer de nuevo en brazos de Changmin.

Se que me amaba y tenía miedo de perderme pero en realidad lo hacía por mi.
Si seguía con esto y Changmin me rompía el corazón….me vendría completamente abajo..completamente. Echaría por tierra muchos años de esfuerzo y quizá muchas otras cosas más.


Ella Me amaba lo suficiente como para impedírmelo.

Allí mismo sobre aquél sofá me despojó de mi ropa. Y yo me dejé hacer, como en un ritual. Dejamos caer las mantas y el grueso pijama que ella llevaba sobre el suelo del salón, para dejarme sentir el conocido calor de mi amante sobre mi cuerpo desnudo.

Hacer el amor con ella, era un acto de devoción, no de deseo.

El significado de aquellos sentimientos que compartimos, llenos de nostalgia y dolor, eran mucho más profundos de lo que fueron en ocasiones pasadas. Y mientras la penetraba suavemente, dejaba escapar cualquier resquicio de Changmin que quedaba en mi cuerpo. Dejé que ella cabalgara sobre mí, irregularmente, a su antojo, y usara mi cuerpo de tal manera, que nada tuviera que ver con él. Que me alejara de él y de su recuerdo lo más posible.

Me concentré en no pensar en nada más y funcionó por completo.

Pensé que había lavado la herida. Que le había echado alcohol y ahora no dolería tanto, que se cerraría un poco más. Pero cuando poco a poco mi orgasmo se iba desanudando hasta que morí en ella, estaba completamente lejos de entender….. Lo mucho que me equivocaba.

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