El arribo a tierras niponas se efectuó sin contratiempo alguno. Para explicar las repentinas náuseas, mareos ocasionales y el restringido ejercicio físico de Junsu y Jae, Yunho le dijo al manager que era por una ligera infección que habían atrapado pero que pronto estaría todo con la normalidad debida. Si bien convencerlo de su propia salud había sido algo complicado dado que Lee So Man le recordó que él había tenido los mismos síntomas antes, expresando una preocupación encausada hacia posibles atentados contra el grupo.
- nada de eso, Señor, ha sido una situación meramente circunstancial, usted no se preocupe, en unas semanas el grupo estará al 100, mientras tanto daremos le mejor para no defraudar a nadie... – así fue como cerró su base de argumentos el líder, consiguiendo por fin quitarse de encima a un manager visiblemente preocupado por DBSK.
- a alguien se le ha ocurrido una buena idea para enfrentar el aspecto más importante, cómo haremos para cumplir con la agenda del grupo cuando Junsu y Jae ya no puedan hacer presentaciones?... – cuestionó ChangMin, los cinco sentados en la cómoda estancia del departamento que ocupan en Japón... – porque yo la verdad todavía no encuentro una forma que no implique contarle al manager y hacer cancelaciones por meses... – se miraron todos entre sí, la misma expresión marcada en sus rostros... absoluta incertidumbre... – no... – afirmó el menor.
- a mí se me ocurre algo, pero igual creo que es muy tonto...
- nada es tonto en estos momentos, Junsu, dinos... – animó el líder...
- bueno... – se estrujó las manos nerviosamente... – busquemos a alguien que pueda sustituirnos... – expresión de incredulidad en todos... - bueno, por mí no habría tanto problema solo tengo que hablar con mi hermano, le enseñamos las coreografías, le cambiamos el look y seguro nadie notará que no soy yo, el problema sería encontrar a alguien que se parezca lo suficiente a Jae... – soltó de corrido, viendo la cara de los cuatro se sonrojó <.por.>...
- en general es una buena idea... – por la expresión del menor supieron que no le parecía tan genial...
- pero?... – instó Yoochun a que continuara su comentario...
- hay algunos detalles a considerar; primero, habrá que decirle la verdad a tu hermano y no sé, hay que pensar en su reacción, en sí de entrada aceptaría o si no terminaría por complicarse todo, hyung...
- Jun Ho (su hermano) y yo tenemos una relación muy estrecha, no creo que signifique un problema contarle la verdad, él siempre ha sabido apoyarme y sé que si se lo pido lo hará... – aseguró el castaño. Micky por otro lado, tragó saliva y comenzó a sudar frío de solo pensar en aquello, nunca ha hablado con Jun Ho como cuñado, y de repente tener que hacerlo y además decirle que embarazó a su hermano, simplemente le da temor, lo acepta, teme el rechazo de la familia Kim.
- bien, segundo, tu hermano canta? Podría aprender a bailar como tú? Al comportarse podría pasar por ti?
- el baile y el comportamiento no serían gran dificultad si comenzáramos desde ya a instruirlo, pero admito que en canto tal vez si tendríamos un gran problema...
- bueno, encontraríamos alguna solución para ello, pistas o algo, ya se nos ocurrirá algo; qué más Min... – a Yunho la idea le estaba gustando, como más pronto termine de exponer los puntos flacos (fallas) el menor, mejor pueden acercarse a la solución referente al grupo.
- lo más grueso que el delfín ya mencionó; un doble para Umma... – las cuatro miradas cayeron sobre el mayor, intimidándolo. Qué culpa tiene él de ser tan único y no tener un gemelo, y que su novio lo haya embarazado... eso le pasa por no cuidarse.. ¡argh! Pero porqué se habría preocupado por eso si es hombre... mejor para de pensar, le comenzará a doler la cabeza. Así, cada uno se había sumergido en sus pensamientos por largo rato, hasta que...
- es tarde ya, vamos a dormir y descansar, mañana hay que presentarnos en la disquera e integrarnos al trabajo. Después continuamos pensando en esto, eventualmente la luz llegará a nuestros ojos y daremos con la perfecta solución... – el moreno intentó motivarlos, pero siendo sincero consigo mismo hasta él está preocupado.
Contaban con uno, a lo sumo dos meses para tener claro qué hacer, porque para entonces el vientre ya se notará y la participación de Junsu y Jae estaría más limitada.
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- porqué no te quedaste con los síntomas Yunnie... – el castaño oscuro tomó la bolsa de galletas de soda porque servían para aminorar las náuseas permitiéndole continuar su día con normalidad.
- lo siento, cariño... – ambos se sonrojaron, realmente le moreno era muy tierno, pero lo evitaba al máximo cuando se encontraban en el trabajo, y aunque estuviesen hablando en voz baja no dejaba de ser un riesgo... aunque se escuchaba tan tierno!...
– ya estoy ganando peso, cuando haya tiempo me acompañarás a comprar ropa nueva?... – le apetecía tanto que su novio lo abrazara, que lo hiciera sentir seguro y tranquilo, eso del embarazo era un regalo de dios sin duda, pero no deja de temer, aún hay cosas en las que no han reparado, por lo menos no lo han hablado, como lo que harán o dirán cuando de pronto haya bebés en el grupo, ni modo que los den en adopción apenas nazcan, ¡eso ni pensarlo! Y, de una u otra forma sus respectivas familias tendrán que enterarse y eso es algo más que le preocupa, la reacción que puedan tener...
- claro que sí, Boo... – el moreno también deseaba abrazarlo, besarlo tiernamente, pero el resto de las personas hacía aquello imposible; aunque Min estaba más que contento con Kohei por ahí, dándose miradas coquetas y cruzando alguna que otra palabra de compañeros, siendo discretos a pesar de que percibía deseo en aquellos ojos de los jóvenes... - ¿ya mejor?... – cuestionó refiriéndose a las náuseas. El castaño oscuro asintió con una sonrisa y retomaron el ensayo.
Junsu también comía galletas de soda (cosa que extrañaba a más de uno en los ensayos), aunque no podía hacer mucho respecto a los mareos, que con menor frecuencia, aún se presentaban (durante el primer trimestre es normal, les había dicho la Dra. Bin), así que solo podía esforzarse al mínimo, controlar muy bien su ritmo respiratorio, beber muchos líquidos y tomar descansos cada tanto (lo que seguía extrañando a más de uno, ok que se tomaban descansos en los ensayos, pero casi cada hora, desconcertaba a muchos por ahí, gente del staff, bailarines, y es que solo el manager estaba enterado de la “mentira”)
- hay que pensar en algún paso más suave, este te hace marear... – el pelinegro estaba preocupado por la salud de su novio y el desarrollo óptimo de su (o sus) bebé (s)
- no te preocupes, Chunnie, estoy bien... – el castaño le sonrió con seguridad... – estamos bien... – completó pasando disimuladamente una mano por su vientre. Yoochun asintió, no del todo convencido y drenándose el cerebro para encontrar una solución a todo el asunto, aunque al final, terminaba donde mismo.
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Esa noche Kohei invitó a Min a su departamento (cosas de la vida, que el chico no es rico, pero el departamento en su ciudad natal es regalo de sus padres, mientras que él se encarga de mantener el que tiene en Corea), a lo que el menor no se hizo de rogar, le extrañaba mucho, quería sentirlo, besarlo, hacerlo suyo... aunque antes estuviera aquella conversación.
- estás bien, te he notado preocupado desde que llegaron... – Kohei se sentó a lado de ChangMin, entregándole una soda mientras pasaba su brazo por sobre los hombros del menor.
- estoy bien... – pero obviamente ni el menor se convenció a sí mismo.
- oye, es por la cena con mis padres este fin de semana?... – el bailarín lo miró directamente, tomando una de sus manos con cariño... – si es por eso y no quieres, podemos cancelarlo...
- no es eso... – sonrió el menor, sí era algo de lo que debían hablar, pero entre los embarazos de sus hyungs, su deseo de hacerlo ya y un poco el temor sí de conocer a los padres de su novio... realmente estaba confundido, su cabeza era un lío.
- entonces?...
- es algo... de lo que no puedo hablar contigo aún, pero, gracias por preocuparte por mí, te prometo que en cuanto pueda te contaré todo... – le dio un suave beso a su novio...
- porqué me das solo probadas si sabes que me encanta... – el bailarín atrapó los labios de su novio en un apasionado beso. En un ágil movimiento la soda fue a parar sobre la mesa de centro, un obstáculo menos, sus manos desabrochando lentamente la camisa, palpando la suave piel que se erizaba a su contacto...
- Kohei... – suspiró el menor, tratando de controlarse, sentía que debía abordar aquel tema antes, o después lo dejaría pasar de largo. Su novio simplemente gruñó, mientras lo recostaba sobre el sofá sin parar sus caricias, que ahora frotaban su entrepierna sobre el pantalón, haciendo suspirar de placer al menor... – espera... tengo algo que... decir... – Kohei paró las caricias, pero siguió besándole el cuello... – si sigues así... mmhhh, no podré... hablar... – su pareja se separó, pero no cambiaron las posiciones, aún estaba sobre el cuerpo de Min... – antes, cuando comenzamos a salir, tú dijiste que nunca habías llevado a ninguno de tus exnovios a presentar con tus padres... – el bailarín frunció el ceño... – yo... me pregunto por qué es diferente conmigo... – cuestionó tímidamente.
- así que después de todo si era también por eso que andas nervioso y preocupado... – el bailarín se alejó del cuerpo de su novio, ambos sentados nuevamente, Min no lo miraba, tenía la vista clavada en el suelo... – es diferente por una sencilla razón... eres el único a quien Amo... – sí, y no le costaba admitirlo, a sus 24 años era la primera vez que estaba enamorado con el alma, aunque el dueño de su corazón no lo estuviera de él...- lo siento... – murmuró después de un silencio que se tornó incómodo para él.
- por qué... – el menor pensó que si alguien debía disculparse sería él, después de todo nunca ha correspondido tal confesión, siempre se limita a sonreír cuando le dice que lo ama, o a besarlo, tal vez le ha dicho que lo quiere, pero ambos saben que la relación entre ellos es más pasional que emocional, si bien Kohei tiene perfectamente claro cuánto lo ama, pero tampoco puede obligar al menor a quererlo con la misma intensidad.
- supongo que te presioné, estoy yendo demasiado rápido contigo, por eso lo siento; pero la intención de que conozcas a mis padres es porque quiero que sepan quién es el chico que me hace tan feliz.
- solo eso?... – se le escapó al menor. Kohei sonrió.
- qué otra cosa pensaste?...
- eh?... – Min comenzó a sentirse estúpido, él pensando en matrimonio y...
- oh, ya veo... – por fin el bailarín comprendió lo que pasaba con su novio... – pensaste que te propondría matrimonio, que te pediría vivir conmigo o algo así?... – ahora sí, Max se sentía estúpido en el amplio sentido de la palabra, enrojeció furiosamente y se maldijo mentalmente... – Minnie ah... – tomó sus manos con ternura, buscando que le dirigiera la mirada que hace minutos le negaba, el menor finalmente accedió, posando sus oscuros ojos en los de Kohei... – yo Te Amo... – no era la primera vez que se lo decía, y como en aquellas ocasiones pudo notar en el mirar del menor que no era correspondido... - pero creo que no estamos listos para dar un paso tan importante... sobre todo si tú aún tienes tus dudas... – un dejo de tristeza y decepción apareció en su semblante, lo que hizo sentir culpable al menor.
- Kohei, yo... yo... te quiero mucho... – otra vez solo esas palabras, soltadas casi por obligación... – eres una de las personas más importantes de mi vida, es solo que... es... – ésta vez su novio no salió al rescate, no intervino con palabras como “está bien, olvídalo” o “no te preocupes, Min, sabré esperar”, para luego fundirse en un beso necesitado y desesperado por intimidad. Guardaron silencio por unos instantes, Min se drenaba el cerebro una vez más, tenía que decir algo, lo correcto, la verdad... – todo lo que he vivido contigo ha sido completamente nuevo para mí, muy bello, pero... hay ocasiones en las que no sé qué decir o hacer, siento que me llevas ventaja, que no soy lo que mereces, has conocido a otros y yo solo te tengo a ti...
- olvídate ya de mis ex, Min, eres quien me llena de vida, no me importa más nada que vivir el presente contigo, no necesitas saber siempre qué hacer o decir, es parte de esto, es ir conociéndonos; ¡por dios! Yo tampoco sé qué hacer o decir en ocasiones para animarte, hacerte reír o tener tu atención... ni siquiera sé si lograré hacer que me ames... pero sigo intentando...
- insinúas que yo no lo intento?... – cuestionó ofendido, sí, la verdad es que Min a veces era algo impulsivo y solía estar a la defensiva tratándose de sentimientos hacia Kohei, no le gustaba que otros dudaran de su amor, menos el propio Kohei, nadie excepto él podía hacerlo.
- no estoy insinuando nada... – aclaró con paciencia el mayor de los dos, recargándose en el respaldo del sofá, dejando que a Min se le bajara la repentina bronca...
- sabes que tengo miedo de no poder hacerlo, de no amarte como mereces, yo no quiero hacerte daño...
- me lástima que digas eso ahora, Min... – el menor sintió como si algo helado se le enterrara en el corazón... – porque desde que comenzamos a salir tú siempre sacas a colación mis relaciones pasadas...
- porque no quiero que les extrañes, porque quiero saber cómo ser mejor que ellos...
- pero tú no necesitas tal cosa, nunca te he comparado ni necesito hacerlo, eres todo lo que necesito, me enamoré de ti tal como eres, no quiero que cambies, menos si solo lo haces por parecerte a ellos...
- tú sabes que siempre trato de dar lo mejor de mí, que me gusta pensar las cosas, tengo temores y no pareces querer respetarlos... – el tono de su voz era peligrosamente serio y frío...
- tal vez... tal vez sea bueno darnos un tiempo... – cómo dolía decir esas palabras.
- por... porqué... – el corazón le latió furiosamente...
- porque lo necesitas Min, ambos lo necesitamos... conoce a otros si quieres, no sé, solo... solo démonos un respiro, yo voy a seguir aquí, seguiré amándote pero, la próxima vez que hablemos de nosotros quisiera que hayas aclarado tus sentimientos...
- y terminando conmigo crees que lo voy a lograr?... – lágrimas de enojo y tristeza se agolparon en sus ojos, se puso de pie por impulso, quería correr y al mismo tiempo quedarse... – así es como demuestras que me amas ¡terminándome!... – gritó ya al borde de la desesperación, no había lógica en aquella decisión, no para el menor, y si no hay lógica no tiene razón de ser, no para Min, que siempre se guía por la razón.
- pues no sé de qué otra forma hacerlo, Min... – el mayor se puso de pie, pero modelaba su voz, no quería gritar, no quería desesperarse y decir algo de lo que se arrepienta después... – he aceptado no escuchar un solo “te amo” de tu parte en estos meses, he callado cuánto me dolía escucharte decir “no sé si podré amarte”, te he dado tu espacio, te he respetado tanto como pude en tus inseguridades, pero ya no puedo más, Min... dime, dime qué más quieres de mí si ya te he entregado todo mi ser...
- tienes razón... es mi culpa entonces, no?... -
- no es eso lo que quise decir... – intentó aclarar el mayor, pero Min no lo escuchó, o más bien no quiso escucharlo...
- soy yo el que está mal aquí, perdóname, te he hecho perder el tiempo... – mientras hablaba ya había tomado su abrigo y caminado hacia la puerta, sin mirar atrás, sin escuchar las peticiones de Kohei de quedarse y hablar...
Salió a toda prisa, rogaba porque el elevador no fuera a tardarse porque los pasos de Kohei se escuchaban muy cerca tras de él, algunas personas bajaron del ascensor, Min subió rápidamente, sabía que el bailarín no diría nada puesto que una pareja de casados estaba a bordo, por lo que solo se miraron a los ojos mientras las puertas se cerraban separándolos, dejándolos solo con su dolor.
El bailarín volvió a su departamento, cerró la puerta y al instante se desarmó resbalando sobre ella... – cómo fui a arruinarlo todo?... – gruesas lágrimas surcando sus mejillas.
ChangMin se apresuró a la calle, esperando para tomar un taxi, caminando por las calles iluminadas de la ciudad, pasando de largo si alguien le reconocía, nada más le importaba en esos momentos, nada más que su propio dolor y arrepentimiento...
- que idiota, cómo podía esperar que lo comprendiera?... – limpiaba las lágrimas de su rostro una y otra vez, pero éstas seguían resbalando en torrente de sus ojos... – yo solo fui sincero con él, y... y ahora ya no le tengo... ¿así duele el amor?
Se perdió por horas solo caminando sin rumbo, sumido en sus pensamientos, tratando de entender lo que había pasado. Cuando el cansancio de apoderó de su cuerpo (y de su corazón), Min volvió al departamento, entró haciendo el menor ruido posible, ya era tarde así que sus hyungs debían estar durmiendo ya. Aunque sabía el regaño que le esperaba al amanecer cuando Yunho en su papel de líder le recriminara trasnocharse a mitad de semana y con un montón de trabajo pendiente.
- las tres de la mañana... – escuchó cuando apenas iba a girar la perilla de su habitación... – acaso tú y Kohei esperan que les recuerde que tenemos responsabilidades que cumplir... – el tono de Yunho era firme, con un dejo de picardía, por supuesto, el moreno pensaba que la tardanza de su crío era debida a una larga noche de pasión con el bailarín.
- no será necesario, Yunho, a partir de ahora me tendrás aquí todas las noches... – sin haber siquiera volteado, el menor entró y cerró con seguro la puerta de su habitación.
El líder supo que algo no andaba bien con su crío, y que ahora era mejor dejarlo solo.
- espero que puedas dormir... – susurró en la puerta con tono paternal, después regresó a su cama con Jae...
- Minnie está bien?... – preguntó el castaño oscuro con preocupación, aunque algo adormilado...
- no lo sé, no me dio tiempo de preguntar... tu duerme, Boo, mañana hablamos con él... – le dio un beso en la frente y lo abrazó. Jae se durmió casi inmediatamente, otro de los efectos del embarazo, mucho dormir. Por otro lado, el moreno no concilió el sueño, aún mucho en qué pensar y ahora también estaba Min...
........
Aparte de haber sido el último en llegar a la mesa, Max apenas si ha tocado su plato.
- sabes que las preocupaciones no son buenas en nuestro estado, verdad... – comenzó Junsu, cansado del silencio tirante y angustioso en que habían caído.
- claro que lo sé... – respondió cortante el menor <.por.>
- pues como no empieces a hablar vas a lograr en serio que nos preocupemos, y no quieres eso en tu conciencia, verdad, peque... – secundó Jae, que últimamente se entendía de las mil maravillas con Junsu, tal vez por el embarazo y la susceptibilidad que adquirieron.
- no, pero no es nada importante, no tienen que preocuparse... – intentó evadir.
- si no es importante, porqué no has comido prácticamente nada... – el menor jugaba con los cubiertos revolviendo la comida... – y porqué tu semblante dice todo lo contrario... – intervino Yoochun...
- qué pasó con Kohei?... – Yunho directo al grano...
- terminamos... – sus ojos se humedecieron de nuevo. Junsu y Jae se llevaron una mano a la boca ahogando un grito de sorpresa...
- pero, apenas ayer se les veía muy contentos cuando se fueron... – comentó el pelinegro...
- ya sabes lo que se dice, no creas en todo lo que ves o escuchas...
- Min, qué pasó, discutieron, tuvieron un malentendido... te engañó?... – de solo pensar en la posibilidad el moreno ya había empuñado las manos, nadie lastimaba a su familia sin recibir un castigo...
- no, appa... – aclaró el menor, sonriendo suavemente por la actitud de Yunho, siempre tan impulsivo cuando se trata de ellos... – no me engañó, fue... – suspiró... – es que él me ama pero yo no sé si lo amo a él...
- lo hablaron entonces?...
- sí, Micky, lo hablamos... y terminamos...
- creí... creí que Kohei entendería...
- y lo hizo, Junsu, realmente lo hizo, me ha estado entendiendo por meses, es mi turno de entenderlo a él y pensar las cosas por un tiempo. Fue lo mejor para los dos, lo estaba lastimando pensando que hacía lo correcto al ser sincero con él, pero nunca hice un esfuerzo, dejé que me amara sin condiciones y yo solo le entregaba migajas de cariño. Lo quiero mucho y me duele saber que ya no podré abrazarlo, besarlo o estar con él en la intimidad, pero si no puedo responderle un “Te Amo” no es justo estar juntos...
Jae se paró y le besó en la frente, como una madre a su hijo... – ahora estás aprendiendo a amar con el corazón y no solo con el cerebro (o las hormonas)... – luego comenzó a levantar la mesa. Junsu le imitó, no sin antes darle un beso en la mejilla a su hermanito. Yoochun y Yunho le revolvieron el cabello en gesto fraternal. Los cuatro sonriendo y confundiéndolo, qué no deberían compartir su tristeza, mimarlo, darle un montón de consejos, alentarlo, motivarlo o algo así?
.........
- oye tú, a dónde crees que vas... – el castaño oscuro fulminó a su novio con la mirada, cómo se atrevía a hablarle con ese tono?... – digo, Jaecito de mi alma, a dónde vas vestido así... – suavizó el moreno, es que la presión lo está haciendo tener arranques y hablar antes de pensar.
- eh?... – el mayor arqueó la ceja confundido y molesto. Qué había de malo en su vestimenta? Llevaba un pantalón oscuro, playera de manga larga y una chaqueta. A su parecer, estaba perfecto, es más, a su novio debería de apetecerle algo más, porque ese calor que siente, definitivamente es hormonal.
- no sé si escuchaste el pronóstico del tiempo, pero allá afuera está haciendo frío... – señaló hacia la calle a través de la ventana, un día ligeramente nublado con viento fresco... - y no queremos que pesques un resfriado, verdad... -
- no exageres, además, no es como si no estuviera abrigado... – el mayor se dirigió a la entrada...
- no seas crío... – decidido, el moreno tomó a su novio del brazo y lo llevó de vuelta a la habitación, entre reclamos y berrinches de Jae que hacía lo posible por liberarse del agarre.
Al mismo tiempo en que el JaeHo entraba en su habitación, el YooSu salía de la suya, mientras Changmin observaba todo divertido.
- te lo advierto Chunnie, como insistas en que me ponga esa... – apuntó con desdén a lo que en realidad era una gabardina muy gruesa... – cobija, no me pones un dedo encima por una semana... – Junsu caminaba enfurruñado lejos del alcance de su novio.
- Susu ah, no seas injusto, yo solo me preocupo por tu salud y la de nuestro bebé... – explicaba por septuagésima vez el pelinegro, siguiendo a su novio por la sala, como un par de niños que juegan a los “quemados” (juego de persecución), estaba dispuesto a no ceder. Aunque le preocupa la amenaza que le lanzara ¿no tocarlo por una semana? ¡el infierno!
- y yo me ocupo de eso, esta chaqueta es calientita, no me voy a poner esa... cobija... – se defendía, septuagésima vez el castaño.
- delfincito, dulzura, cariño... – cuántas vueltas le han dado ya a la sala?
- ni intentes la persuasión hablándome bonito... -
- ok, de acuerdo, no te pongas esto, pero ponte algo más cubridor, Su... – el ratón dejó la prenda sobre el sofá tomando asiento, se masajeó las sienes, su novio sí que lograba estresarlo en cuestión de minutos, pero lo amaba. A Junsu verlo así le conmovió, pero es que cuando quieren los dos son tan testarudos. El delfín regresó a la habitación, y al momento en que entraba, el JaeHo salía de la suya, Yunho con cara de susto y Jae con el ceño fruncido, pero un abrigo de lana y una linda bufanda alrededor de su cuello.
- esperaré abajo... – el mayor salió sin decir más nada.
- qué pasó... – preguntó Min, pero Yoochun imaginaba la respuesta.
- he conseguido a un alto precio proteger a mi novio y nuestro bebé... -
... Retrocedamos un par de minutos, cuando el JaeHo entró en su habitación...
- Yunho, suéltame... – acción que realizó el moreno...
- como no tengo tus gustos para vestir, mejor tú elige lo que te guste, pero de aquí no sales si no te abrigas mejor... – le dijo lo más calmado de lo que fue capaz.
- no quiero... – se montó en su macho el mayor (n/a por si alguien no conoce la expresión, que dicho sea de paso se escuchó muy sexosa, ejem, ejem... bueno, que la frase significa que se puso de inflexible con una idea), cruzándose de brazos mirándolo retador.
- JaeBoo... – voz de paciencia límite... – recuerda lo que dijo la Dra. Bin, tú tal vez no sientas frío por el descontrol hormonal, pero hazme caso, afuera está helando y la chamarra que traes no es suficiente...
- no me la voy a pasar en la calle, de aquí al estacionamiento, el camino a bordo de la camioneta, de ahí a otro estacionamiento y luego a la disquera, en qué momento me va a dar el frío...
- Boo, no me orilles a obligarte...
- como te atrevas, no hacemos el amor durante todo el mes... – (n/a qué manera de manipular a alguien a través del sexo, no n_n! Quién les manda a ser tan golosos, jojojojo) Oh sorpresa cuando Yunho tomó un abrigo y se lo colocó a un confundido Jae, después enroscó la bufanda en su cuello... –
- lo siento, Boo... – intentó darle un beso pero el mayor se dio la vuelta y salió con su novio detrás.
... volviendo al presente...
Xiah volvió con una gabardina de pana, abajo traía un chaleco tejido sobre una camisa de cuello de tortuga, Yoochun sonrió agradecido, pero el castaño solo siguió de largo rumbo al estacionamiento, donde Jae estaba igual de enfurruñado que él, aunque sabía que sus respectivas parejas tenían toda la razón del mundo, pero, el orgullo.
- y esto apenas comienza... – suspiró el pelinegro.
- y que lo digas... – suspiró el moreno.
- y aún faltan siete meses y cacho... – el menor les palmeó la espalda, tratando de no doblarse de la risa que ver la expresión que llevaban le provocaba, admitía que en ocasiones como esa llegaba a ser divertido verlos.
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Escenas como esa se repitieron casi todos los días, Jae no le permitía a Yunho hacerle el amor, y el delfín apenas si le aceptaba algunos besos a su ratón. Lo único positivo de esas “peleas” entre sus hyungs era que Jae y Junsu tenían toda su atención sobre él y eso le ayudaba a Min a no pensar en Kohei, por lo menos mientras no participaba de los ensayos, porque cuando era así se la pasaba pensando y divagando sobre cosas en las que antes ni al caso, como: <.porque.> <.desde.> <.porque.> <.es.> <.porque.> <.porque.> <.es.>
- deberías intentar ser menos racional, Min... – había sido el consejo de Jae cuando éste lo sorprendiera murmurando maldiciones por lo bajo porque Kohei se divertía platicando con la chica de vestuario mientras terminaban de arreglarse para el primer concierto.
- recuerda no esforzarte demasiado... – Yunho ordenaba los mechones en la frente de Jae, bueno, fingía hacerlo para acercarse a él y hablarle. Aunque estuviera molesto, el castaño oscuro no lo iba a alejar, la preocupación por el bebé era primero que nada.
- descuida... – el mayor sonrió, realmente la molestia ya se le había pasado desde el momento en que esos tiernos ojos oscuros lo miraran esa tarde. Inconscientemente se mordió el labio inferior, deseaba un beso, ahí y ahora, pero era imposible, discreción ante todo. El moreno conocía ese gesto, sabía que quería un beso, él quería besarlo, pero tendrían que esperar a estar solos.
- si te llegas a marear o es muy cansado... – el pelinegro le hablaba al oído, ambos caminando por los camerinos.
- Chunnie, ya lo sé, deja de preocuparte, vamos a estar bien... – pasó disimuladamente una mano por su vientre, sonriendo con seguridad...
- ok, es que estoy nervioso... – el castaño sujetó su mano por un instante, lo suficiente para tratar de transmitirle confianza... – bueno, aquí vamos... – un hombre de staff los llamaba a escenario.
.......
Ese y los conciertos que le siguieron por poco más de dos semanas habían resultado en un total éxito, aunque era de llamar la atención que Jae y Junsu hayan hecho pequeñas modificaciones en sus coreografías, si bien sus movimientos no dejaban de hacer gritar a las fans. Además, el sentimiento que todos ponían, especialmente en las canciones de amor, era inigualable, el brillo en sus ojos, las miradas que se movían en contra de su voluntad hacia el dueño de sus corazones, generando así una gran fuente de segmentos YooSu y JaeHo para las fans que claro, creían que todo era fanservice, alguna que otra se atrevía a soñar y afirmar que aquello era tal vez real, pero al final todo quedaba en rumores, mientras la verdad seguía oculta comúnmente en las cuatro paredes de su departamento, y algún que otro encuentro en lugares solitarios de la disquera, como los besos que Yunho le robaba a Jae cuando se acompañaban al baño y este misteriosamente se encontraba vacío. O cuando Yoochun atrapaba a Junsu en algún camerino desolado. Mientras Min se la pasaba en la luna pensando en Kohei, sin querer aceptar lo que ya es obvio por temor a que sea solo por el reciente rompimiento.
Así, por lo pronto las cosas marchaban, dentro de lo que cabe, bien, porque el Manager no paraba de preguntarle a Yunho si los chicos ya se encontraban totalmente bien de salud, ya no se les ha visto con mal aspecto, al contrario se les ve muy sanos, aunque siguen requiriendo de descansos y, a ojos de varios, comienzan a ganar peso, que hasta los encargados de vestuario se han visto ya en la necesidad de ajustar sus vestimentas.
- solo diles que hagan más ejercicio, para que pierdan las libras que tengan de más, que hagan dieta si es necesario, recuerda que la imagen del grupo es muy importante... – Lee So Man metía papeles a su maletín, iba a salir a ultimar detalles para su presentación en un programa local, después de eso un viaje de dos semanas a Corea y de regreso a Japón para continuar con la promoción del álbum.
- sí Señor, yo me encargo de decirles... – pero internamente Yunho se preguntaba qué hacer, habían llegado al límite, era momento de tomar cartas en el asunto respecto de los embarazos, y tal como veía en esos momentos al manager, preocupado por no dejar que el éxito de DBSK se viera truncado de ninguna manera (léase, unas cuantas libras que habían ganado Jae y Junsu) definitivamente descartaba la opción de contárselo todo, capaz que desintegraba al grupo, se volvía todo aquello un escándalo, perjudicaría a su novio e hijo, y ser realmente felices se convertiría en algo más que un espejismo con la prensa y laboratorios sobre ellos tratando de averiguar cómo había ocurrido aquél milagro de vida.
- Yunho, me estás escuchando?... – So Man ya estaba en la entrada, esperando a que el moreno saliera para poder irse también él...
- sí, Señor, disculpe... – el líder salió ligeramente apenado, vaya dios a saber qué más le haya dicho el manager, porque él no escuchó ya nada...
- bien, entonces así quedamos, que se pongan a trabajar en su imagen porque el trabajo más pesado e importante comienza a finales de mes... – el hombre se alejó con pasos apresurados rumbo al ascensor y de ahí, a llenarles de más compromisos la agenda.
Yunho regresó al departamento con mal aspecto, estaba visiblemente preocupado. Apenas si entró cuando escuchó un grito de Jae, corrió de prisa hasta la habitación, su novio se encontraba con la respiración alterada y los ojos llenos de lágrimas...
- Jae, qué pasó, estás bien, te duele algo... – cuestionaba en tanto le miraba por todos lados, buscando algún indicio de malestar físico, hasta que lo tomó por los hombros viéndolo directo a los ojos... – Boo, qué sucede, me estás asustando...
- es... – sollozo... – es que... – se limpió las lágrimas, se sentía un tanto lerdo por comportarse así, las malditas hormonas que seguían haciendo de las suyas con sus estados de ánimo... – ya no me queda nada de la ropa, Yunnie... – y se largó a llorar desconsoladamente en los brazos de su novio, que suspiraba aliviado mientras le acariciaba la espalda con ternura; era solo eso, tan fácil como comprar ropa y ya... – todo lo que me entra es solo la ropa sport... – hizo un puchero, señalándose a sí mismo para que viera su vestimenta, pants, playera, una sudadera y tenis... - pero... – otro sollozo... – mi adorada ropa ya no me queda... – llorando otra vez, escondiendo su rostro en el pecho del moreno, que ahora que ponía atención se daba cuenta de que el closet estaba vacío puesto que toda la ropa estaba regada por la habitación, todo un desorden, poco común en Jae.
- ya, Boo, está bien, ahora mismo nos vamos de compras, eh, qué dices... – le dio un suave beso en la boca, después comenzó a limpiar con sus pulgares las lágrimas del rostro de su novio.
- es que, Yunho... tú no entiendes, me estoy poniendo como ballena... – puchero adorable, su blanca piel teñida de un tono rosado... – y si ya no recupero mi cuerpo, tú adorabas mi cuerpo...
- y quién ha dicho que ya no lo adoro... – al rescate de un estado depresivo... – me encanta, solo que tú no me has dejado hacerte el amor... -
- porque te lo ganaste, recuerdas?... – se justificó el castaño oscuro... – además, no lo hemos hecho con todas las de la ley, pero no te hagas que sí me has metido mano... – le sonrió coquetamente... -
- vale, tal vez lo hice... – aceptó, un sonrojo se instaló en sus mejillas, pero no de vergüenza sino de excitación porque su novio cambiando una vez más de humor, ahora se estaba poniendo de calenturiento acariciándole el trasero...
- ya pasó un mes, Yunho... – le susurró seductoramente, adiós a las lágrimas de hace unos segundos, hola a la lujuria...
Dejándose llevar a los dos les importó poco que alguno de los muchachos fuera a llegar, es más, ni sabían dónde andaban, les dan la tarde libre y se desaparecen, bueno, ahora que lo recuerda...
- Yunnie, Min... – lo paró cuando el moreno ya lo había recostado sobre la cama (y algunas de sus camisas) y le besaba el cuello...
- qué tiene?... – cuestionó distraído, todavía un solo objetivo en su mente...
- él está en... aahhh... para... – lo alejó de su cuerpo, sonriéndole con una disculpa por frenarlo así, él también quería, pero... – Min está en la sala de Música, componiendo creo, y me parece que está algo deprimido desde su rompimiento con Kohei... – eso fue suficiente para que la temperatura le bajara al moreno, que dicho sea de paso recordaba lo que el manager le dijera, o sea, regreso a las preocupaciones... – estás bien, te quedaste muy serio...
- Jae, el manager dice que tú y Junsu están ganando peso... – su novio palideció, entendía lo que eso significaba... – tenemos que hacer algo ya, no podemos esperar más ni seguir buscando excusas, el viernes nos vamos a Corea por un par de semanas, hay que aprovechar para, pues, no sé, cuando estemos todos juntos tomamos la decisión, por cierto, dónde están Yoochun y Junsu...
- me parece que ellos se fueron de compras, a Junsu tampoco le queda ya su ropa, pero yo quise esperarte a que volvieras de tu reunión con el manager, y mientras me probé todo para ver si algo me quedaba, obviamente no fue así... – sus ojos se cristalizaron otra vez pero ya no lloró... – perdona... -
- eh, porqué... – cuestionó algo confundido el moreno...
- te estoy ocasionando tantas tensiones... – acarició el rostro de su novio, pasando por sus mejillas, su frente, todo el contorno, su nariz... – te ves estresado y sé que es por nuestra causa...
- ya te he dicho, Boo, nada me importa más que tú y Junsu puedan estar lo suficientemente tranquilos durante el embarazo, estas tensiones no son nada comparado con la emoción que siento de saber cada día que voy, vamos, a ser padres... -
- eres el mejor Yunnie, no puedo imaginar amando a nadie que no seas tú... – le besó tiernamente, un beso largo, suave, pausado... – Te Amo...
- y yo a ti, JaeBoo... – lo besó otra vez, pero entonces el teléfono de la casa sonó... – yo contesto...
Pero cuando salió a la sala, Min ya había contestado...
- hola?... - al otro lado de la línea solo se escuchó silencio... – hola?... – intentó de nuevo, pero otra vez nada. Y él que no está de humor para bromas... – bien, si no es nada entonces haga el favor de no molestar, quiere... – después simplemente colgó.
- nadie te contestó?... – cuestionó el líder...
- no, y el identificador solo marca que es número privado, igual no era nada, alguna broma solamente... – restó importancia el menor.
- sí, tal vez... eh, Min, cómo estás... – actitud de padre preocupado.
- si te digo que bien no me vas a creer, verdad... – el moreno asintió, Max suspiró... – pues, lo extraño, pero, no sé, creo que no quiero apresurar nada, es decir, no quiero tomar una decisión a la ligera, me gusta mucho, siempre me ha gustado, pero siempre que pienso en lo que extraño de él termino pensando en... – se sonrojó violentamente... – bueno, ya sabes, así que no puede decirse que lo amo, y no pienso volver con él solo por una atracción física y de deseo...
- y porqué no intentan ser amigos, Min, es raro verlos con ganas de hablarse, yo creo que podrían intentarlo, es decir, tuvieron una relación y definitivamente no la terminaron de la mejor forma, pero, siempre es bueno tener alguien con quien hablar aparte de la familia...
- sí, tal vez... – pero el menor no estaba convencido de aquella posibilidad, como Kohei le permita algún tipo de acercamiento sabe que terminarán intimando, y al caño sus intentos por olvidarlo.
- solo piénsalo... pero cuando digo que lo pienses no me refiero a que lo analices como algo lógico, cuantificable o todos esos raciocinios que sabes manejar muy bien porque sin duda eres un genio, Min; el corazón también piensa, sabes, y cuando lo hace te permite sentir cosas, darte cuenta de ellas... – el moreno se acercó a darle un abrazo paternal... – la vida es como las canciones, es más que simples notas al azar, es ponerles un sentimiento para que lleguen a los corazones de las personas y les inspire algo en particular... -
ChangMin le miró algo confundido, pero viniendo de su appa, aquellas palabras debían ser un buen consejo que llevar a la práctica.
.........
- aahhh, Chunnie... eres... mmhhh, un pervertido aprovechado… - el castaño trataba de no gemir muy fuerte, de hablar en susurros, Yoochun se las había ingeniado para raptar a Junsu en el probador de una tienda departamental y ahora se encontraba atrapado entre la pared y el cuerpo del pelinegro, en tanto éste le envestía suavemente (por aquello del embarazo, pero por dios que difícil era controlarse con su delfín), las piernas del castaño abrazándole por las caderas.
- es tu culpa... mmhhh... Su, por... aahhh, aahhh... ser perfecto... – entre gemidos, el ratón continuaba sus estocadas en el cuerpo de su novio, besando su cuello cada tanto, disfrutando del roce que el miembro del delfín hace entre sus torsos desnudos, con la camisa desabrochada pero sin retirar, los pantalones del castaño en el suelo, los suyos en sus tobillos. Había sido todo muy rápido, el deseo se había apoderado de sus sentidos y cuando menos se dieron cuenta ya se encontraban enfrascados en su pasión.
- Chunnie... mmhhh, más... aahhh.... rápido, por favor... – el castaño sentía que le quemaba todo el cuerpo y que el pelinegro estaba siendo demasiado cuidadoso con él, quería que llegara hasta el fondo como solía hacerlo, quería sentir el chocar de sus caderas en un vaivén desenfrenado.
- aahhh, Su, no... mmhhh... no es, bueno... – jadeos ahogados en un beso, que si no, gritaba de placer, aunque al final Junsu le mordiera un poco salvaje el labio dedicándole una sonrisa lasciva... – aahhh... – aunque haya sido excitante, sabía que su novio estaba tratando de enloquecerlo para lograr su objetivo, que dejara de ser delicado con él, pero, su bebé... -
- estamos bien... mmhhh, no nos harás... aaahhhh... daño... – el delfín se abrazó aún más al cuerpo de su amado, besándolo con toda la lujuria que recorre sus venas, logrando que el ratón por fin respondiera con embestidas más fuertes, más rápidas y profundas.
Algunos minutos después ambos se corrieron, el ratón en el interior de su novio, y éste en sus torsos. Se dieron un beso más calmado, mientras Yoochun bajaba con cuidado a Junsu, sus cuerpos aun temblando por el orgasmo alcanzado, realmente era algo que nunca les ha faltado, con Junsu sabe que siempre alcanzará el éxtasis, con él y nadie más, estar con él no tiene comparación con ninguna de sus experiencias sexuales pasadas (pues sí, que el ratón no llegó virgen a su primera vez con Junsu, mientras que el delfín sí que lo era).
- no me vuelves a acompañar a comprar ropa solo... – le dijo el castaño con un sonrojo de vergüenza, sí, después de montárselo en un lugar público donde cualquiera los podría haber pillado, al delfín le entró lo puritano.
- pero si te ha encantado, Su... – el pelinegro le ayudaba a su novio a terminar de vestirse, él rápidamente había abrochado sus pantalones y camisa, pero su novio había tenido más trabajo, además, ya no le permitía agacharse, porque es mala postura para el embarazo.
- calla, ratón pervertido... – pero su sonrisa de satisfacción lo delataba completamente.
- Te Amo... – se fundieron en un beso tierno antes de salir, disimuladamente y uno por uno, de ese pequeño probador.
- también te amo, ratón pervertido... – Junsu tomó el pantalón que había sido causante de su aventura sexual ahí, que ni se lo había probado pero ahora tendría que comprarlo para no sentirse tan culpable.
por favor la continuacion pronto, me encanto desde que lei el primer capitulo y creme eres a la primera que le hago un comentario.
ResponderEliminarme hubiera gustado trabajar en esa tienda *-*
ResponderEliminarjunsu <33333333333
jaaaa....q tal perversion la del raton.xD!,pero me encantaaa..:D!
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