Nuevos sentimientos.
Changmin sintió la garganta seca. De todo lo que quería decir y preguntar, todo lo que salió fue un sonido de ahogo que trató de sofocar. Cerró los ojos un momento tratando de calmar sus pensamientos y poner la mente fría. Si algo había aprendido en su vida es que para todo hay una explicación.
«Aunque a veces esa explicación es la más dolorosa» le recordó su mente.
—¿Changmin, qué…? —comenzó Jaejoong, pero el chico detrás de él lo interrumpió de repente.
—¿Changmin? —dijo, avanzando hacia el nombrado y empujando un poco a Jaejoong en el proceso—. Así que eres tú. Es un gusto conocerte al fin, Minnie —dijo sonriendo mientras le ofrecía la mano.
Changmin tenía ganas de borrarle la estúpida sonrisa de la cara con un buen golpe. ¿Quién demonios se creía que era para tratarlo con tanta familiaridad? ¿Desde cuándo al amante de tu novio le da mucho gusto conocerte? Ni siquiera volteó a ver al otro chico, quien se quedó con la mano estirada hasta que comprendió que el más alto no iba a saludarle. Lentamente bajó la mano y su sonrisa se fue borrando. Changmin sintió cierta alegría por eso.
—Jaejoong —dijo, viendo a su novio fijamente a los ojos, con una mirada dura—, ¿me puedes explicar qué pasa aquí?
—Changmin, no es lo que estás pensando —dijo Jaejoong frotándose los ojos con cansancio.
—¿Ah, no? —soltó con una voz que hasta a él le sorprendió—. ¿Qué otra cosa puede ser entonces?
—Él es Junsu. Es…
—¡Me importa un carajo cuál es su nombre! —gritó el menor—. ¡Te pregunté por qué está aquí!
—¡Porque es mi hermano! —gritó también Jaejoong, rompiendo toda la seguridad que había reunido Changmin.
—…¿Eh? —preguntó Min inteligentemente, abriendo mucho los ojos y mirando al chico, quien no sabía ni dónde esconderse de lo apenado que estaba.
—Él es Junsu, mi hermano menor —informó Jae—. Acaba de ser transferido a nuestra universidad y ahora se va a quedar conmigo. ¿Algún problema con eso?
Changmin no podía creer lo que escuchaba. Más bien no podía creer lo rápido que había saltado a las peores conclusiones que podrían existir. Ahora sentía que, como se dice, se le caía la cara de vergüenza con Jaejoong, pero más con Junsu. Sólo existe una oportunidad de crear una buena primera impresión y la acababa de arruinar completamente.
«Felicidades, Changmin. Acabas de quedar como el típico novio celoso y posesivo que no tiene el mínimo de confianza en la persona que dice querer. De verdad felicidades. Sublime» se recriminaba a sí mismo una y otra vez. Mientras, sólo atinaba a abrir y cerrar la boca sin saber que decir. Su mirada pasaba de Jaejoong a Junsu repetidamente.
—Yo lo siento, no… —pero no pudo continuar, principalmente porque no sabía ni qué decir. Dando un largo suspiro se giró a ver a Junsu—. Mira, lo siento de verdad. Es sólo que los vi así y me quedé en blanco. Perdón.
Junsu sólo sonrió brillantemente.
—No hay problema, entiendo. Yo pensaría lo mismo, la verdad —dijo riendo a carcajadas. Changmin no pudo menos que reír también. Junsu tenía una risa muy contagiosa—. Pero bueno, no te quedes parado ahí afuera, pasa.
Changmin miró a Jaejoong con un poco de timidez. El mayor sonrió, entendiendo la disculpa que le pedía Min. Éste no podía estar más aliviado. Los celos era algo que jamás había experimentado. Era algo totalmente nuevo para él. Nunca creyó ser tan posesivo. Suerte que no pasó a mayores.
La siguiente hora fue para conocer a Junsu. 20 años, menor que Jaejoong por un año. Estudiaba Cultura Física y Deportes, cosa bastante extraña al gusto de Min. Sonreía por cualquier cosa. Era bastante cariñoso con Jaejoong y Yoochun, y al parecer también lo sería con él. Le gustaba la música y tenía buena voz (a juzgar por el improvisado concierto que hizo, logrando que Jae fingiera no conocerlo y que Yoochun no dejara de sonreír). Era una persona que se daba a querer muy rápidamente.
Changmin se enteró que Jaejoong ya le había hablado de él a Junsu, lo que le causó un orgullo inexplicable, aún cuando era la cosa más natural del mundo. Presintió que en Junsu tendría alguien en quien confiar, un amigo de verdad.
~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~
Yunho daba vueltas en su cama sin poder conciliar el sueño. Había pasado una semana desde el asombroso cambio de Changmin, pero ya no era ese tema el que lo mantenía despierto.
Durante este tiempo había tenido oportunidad de conversar varias veces con él, y ahora podía decir que lo conocía. Sabía que le gustaba mucho leer, conocía su libro favorito, su película favorita, el color que más le gustaba, el sabor de helado que prefería, la música que escuchaba. Sabía que bajo esa apariencia un poco ingenua se escondía una personalidad muy madura para su edad. Sabía muchas más cosas de las que el mismo Changmin había puesto en palabras.
Su padre le dijo una vez: «Nadie puede amar a quien no conoce». Tenía que aceptar que eso se aplicaba a su situación actual. Todavía podía recordar con claridad todo lo que hablaron ese día.
—Enamorarse y amar son dos cosas distintas, Yunho —le había dicho aquella vez—. Cuando te enamoras, lo haces de la imagen que creaste en tu mente de esa persona, aún si no se parece a la real. Le cuelgas todas esas virtudes que deseas en tu persona ideal y eliminas los defectos inherentes al ser humano. Ésa es la diferencia.
»Te enamoras de una fantasía; y cuando descubres que no era lo que pensabas, el encanto se rompe. Es cuando viene la desilusión, y cuando dices “antes no era así”, cuando la verdad es que siempre lo fue, sólo que no lo veíamos.
—Ah, por eso es que dicen que el amor es ciego, ¿verdad?—dijo con una sonrisa el entonces adolescente de 17 años.
—No… o sí, depende de cómo lo veas —respondió el señor Jung, riendo al ver la cara de confusión de Yunho—. Hay muchísimas clases de amor, hijo. Amor de amigos, de familia, de pareja… y en cada una de ellas hay otras clases distintas. En cuanto al amor de pareja, entre sus clases puede estar el amor ciego, el amor a primera vista o el llamado “amor incondicional”, pero ninguna de esas clases es VERDADERO amor.
»El verdadero amor no es ciego. Cuando amas a alguien puedes ver sus defectos y los aceptas, puedes ver sus fallas y quieres ayudarle a superarlas. Al mismo tiempo esa persona ve tus propios defectos y los entiende. El verdadero amor está basado en la realidad, no en un sueño de encontrar al Príncipe Azul o Princesa Encantada, Yunho…
—¿Pero cómo que el amor incondicional no es verdadero amor? —interrumpió Yunho, incapaz de seguir callado por más tiempo.
—El único amor incondicional que conozco es el de una madre por sus hijos. De ahí en fuera, ninguno lo es. En la pareja, Yunho, el verdadero amor es recíproco. No es posible amar a quien no te ama. Eso de “te amaré por siempre aunque nunca estemos juntos o me hagas sufrir” sólo habla de baja autoestima, y de miedo a la responsabilidad de tomar tus propias decisiones, al darle a otra persona un poder sobre ti y sobre tu vida.
»En el verdadero amor recibes tanto como das. Por eso el verdadero amor siempre, escucha bien esto, Yunho, SIEMPRE te hace feliz. Si sufres, si lloras, si te lamentas, no es “amor del bueno” como se dice. Al menos, no todavía. Tal vez es de una clase distinta de amor. O tal vez todavía estás enamorado. Pero para poder amar de verdad, es necesario dejar de estar enamorado.
El joven Yunho se quedó pensando un momento en las palabras que acababa de escuchar. Meditó seriamente en ellas, hasta que una duda surgió en su mente.
—¿Pero entonces cómo sabes la diferencia? ¿Cómo sabes cuando sólo estás enamorado o cuando amas de verdad?
—Normalmente el enamoramiento es primero —contestó el señor Jung con una sonrisa ante la pregunta un poco boba—. Además, los “síntomas”, por decirlo así, del enamoramiento son bastante obvios y les suceden a todos.
»Las famosas mariposas en el estómago cuando ves a esa persona, cando oyes su voz o simplemente cuando escuchas su nombre. El pulso acelerado. Los sonrojos. El nerviosismo. Las reacciones tontas y las sonrisas bobas. Estar todo el día de muy buen humor… Todos esos pertenecen al enamoramiento.
—¿Y entonces el amor, appa? —preguntó confundido Yunho, porque según lo que él sabía, todo eso servía para reconocer el amor, ¿no?
—Ah, con el amor es diferente. Los signos del amor son distintos en cada persona, y son muy sutiles la mayoría de las veces. Por eso hay personas que nunca se dan cuenta de cuánto aman a alguien hasta que pasa algo que los hace reaccionar, como el que la otra persona se vaya. Ya sabes, el famoso “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”.
— ¿Pero cómo no se dan cuenta? Debieron notar todos los signos del enamoramiento antes, ¿no?
—Es que enamorarse no es un prerrequisito para amar. Hay personas que aman sin enamorarse antes. Puede ser la evolución de una amistad. O aquellas veces en que dos personas no se soportan y de pronto descubren que sentían algo uno por el otro.
—¿Como mamá y tú? —preguntó Yunho, ganándose una sonrisa un poco apenada de su padre.
—Sí, algo así. La verdad nosotros tuvimos mucha suerte de darnos cuenta. El amor puede pasar desapercibido. Puede ser muy complicado.
—¿Complicado?
—Bueno, el amor en sí no es el complicado. Lo complicado es notarlo. Lo complicado es distinguir qué clase de amor es, una vez descubierto. Pero lo que más lo complica, son las personas.
—¿Quieres decir que el amor verdadero amor es algo casi imposible?
—Quiero decir que tienes que prestar mucha atención a tu corazón, pero también a la persona con la que estás. El amor requiere conocer a la otra persona, requiere tiempo, requiere reconocer los defectos del ser amado, requiere ver lo bueno y lo malo de la relación.
»Amar es poner en una balanza lo bueno y lo malo de esa persona, y después amarla. El verdadero amor es una decisión consciente. Nadie puede amar a quien no conoce, Yunho. Recuerda muy bien eso.
Y Yunho lo recordaba, pero jamás había comprendido del todo las palabras de su padre. Hasta hora, a sus 25 años, mientras daba vueltas en la cama sin poder dormir.
Es cierto que al conocer a Changmin creyó en el amor a primera vista, pero ahora que comenzaba a conocerlo mejor, ese sentimiento que lo absorbía y consumía por completo comenzaba a desvanecerse. Pero era reemplazado por otro aún más profundo y más cercano al alma.
Ese calor punzante que provocaba sus sonrojos había dejado de asaltarlo, pero ahora cada vez que veía a Changmin sentía en el pecho algo que no podía describir del todo con palabras. Sentía seguridad, tranquilidad, calma, pero eso sólo era la mínima parte, el resto no podía expresarlo correctamente.
La única forma de decirlo era que dejaba de estar enamorado de Shim Changmin y comenzaba a amarlo.
Pero según las palabras de su padre, no era verdadero amor, porque no era recíproco. Changmin ya tenía a alguien, y de eso no había duda. Pero curiosamente tampoco eso era lo que le impedía dormir. La verdad ni él mismo sabía por qué diantres no podía dormir. Todo lo que sabía es que no podía dejar de pensar en Changmin.
Y eso, para él, era suficiente.
~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~
Yoochun despertó de un humor extraño. Y extrañamente muy temprano para ser una mañana de domingo. Hacía mucho tiempo que no dormía solo en el cuarto que tenían para guardar apariencias. Con toda la flojera del mundo, y arrastrando los pies, llegó hasta la cocina dispuesto a prepararse una buena taza de café.
Su mente se puso a divagar en las cosas que habían pasado en la semana que Junsu llevaba viviendo con ellos. Frunció el seño al pensar que ya no podría dormir en la misma cama que Jaejoong. En buena hora vino a llegar el hermanito.
De acuerdo, admitía que Junsu le agradaba. ¿Y cómo no? El chavo era muy simpático y divertido, con todo y sus chistes tontos. Había conocido a Junsu el año anterior, cuando visitaba a Jaejoong a su casa (cuando todavía vivía con sus padres), y desde entonces fue para él como un hermanito menor. Más o menos igual que Changmin.
Aunque no podía negar que Junsu era especial, no sólo porque lo conocía de más tiempo. Por ejemplo, la noche anterior había tenido que desvelarse para terminar un ensayo de la escuela y Junsu había estado junto a él, preparándole taza tras taza de café. El pobre al final ya cabeceaba luchando contra el sueño a más no poder, pero se rehusó a irse a dormir hasta que Yoochun también lo hiciera.
Yoochun sonrió al recordarlo. Junsu tenía el mismo gran corazón que su hermano, sólo que él lo mostraba más, y era más fácil leer sus emociones. Sin mencionar que no dejaba que la mente acallara los sentimientos, a diferencia de Jaejoong.
—¿Yoochun hyung? —la soñolienta voz del pequeño rubio interrumpió sus cavilaciones.
Yoochun se giró y vio a Junsu entrar a la cocina, frotándose un ojo con el dorso de la mano. Sonrió ante la ternura que el menor era capaz de desbordar.
—Buenos días, Junsu —dijo con una sonrisa—. ¿Qué haces despertándote a esta hora?
—Buenos días —respondió también sonriendo—. No puedo evitarlo, no estoy acostumbrado a dormir tan tarde.
—¿Tarde? ¿Pues qué hora es o qué?
—Son las 10:30, hyung —respondió luego de mirar el reloj de pared.
Yoochun abrió enormemente los ojos.
—¿Las 10?... ¡¿Y qué diantres hago yo despierto a las 10 de la madrugada en domingo?! —gritó levantando los brazos.
Junsu comenzó a reír descontroladamente, eunkyangkyando a todo lo que daba. Yoochun rió también, era imposible no hacerlo con semejante risa que se cargaba el niño. Parecía que Junsu tenía toda esa energía que a Jaejoong le faltaba, y Jae tenía esa seriedad de la que Junsu carecía. Con razón se llevaban tan bien.
—¿Quieres que te prepare una taza de café, hyung? —ofreció el rubio, sonriendo cuando el otro asintió.
Yoochun observó al menor mientras hacía el café. Una sonrisa adornaba su rostro sin estar consciente de ello. Comenzó a sentir en el pecho un calorcito extraño, mezclado con la ternura que ver al pequeño siempre le provocaba.
«Debe ser que extraño mucho a YooHwan» pensó para sí, sacudiendo la cabeza. Después de todo, apenas serían dos años desde el accidente en el que perdiera a su hermano menor. «Tal vez por eso soy tan cercano a Junsu. Porque de alguna manera me recuerda a él… Sí, eso debe ser» concluyó, viendo fijamente al menor, todavía sonriendo.
conti conti O.o contiiiiiiiiiiiiiiiii
ResponderEliminarwaaaa ke lindooo!!!
ResponderEliminario kiero amar sin enamorarme, jejeje
oooo eso del amor esta interesante
me gusto este kapi!!
kontiii!!
ayy no yoosu ._. no me gusta pero ya q... x_x
ResponderEliminarojala yunho se le declare y q haya homin T__T y q min se de cuenta del engaño ya!!!
kiero q pille al jaechun con las manos en la masa!!! ><
si que extraña a su hermano muerto
ResponderEliminarja y yo me lo creo lo que te pasa es que te gusta el delfin
HOMIN Y YOOSU...Y A JAE...QUE SE LO COMA EL LEÓN POR MALVADO!!!
ResponderEliminar