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Arualthings

Ai Maid Café cap 5

Yo nunca he besado a un hombre… Hasta el día de hoy.



—Oh, nuestro pequeño Min se ve tan feliz~


La voz sarcástica de YooChun logró arrancarle una sonrisa a YunHo mientras facturaba el pedido del muchacho, desde su lugar, observó hacía el mismo lugar que YooChun miraba, en la mesa siete, Rain miraba el menú y Mina entusiasmado le explicaba que contenía cada postre.

Y es que hablar de dulces emocionaba al más joven del grupo, sus ojos brillaban y una gran sonrisa iluminaba sus facciones. La diferencia radicaba que cuando lo hacia junto a Rain. Entonces esos ojos brillaban aún más y sus sonrisas eran aún más grandes. YunHo lo había notado, muy a pesar de que ChangMin se llenara la boca diciendo que no lo soportaba.

—¿Crees que todo haya vuelto a la normalidad?

—¿Te refieres a la vez que Rain fue atendido por Jejuko—chan?— YooChun asintió tranquilamente, sin dejar de vigilar que el tal Rain no se pasara de listo. –En realidad creo que Rain no le pidió que llamara a Mina, mas por educación que por cualquier otra cosa.



—¿Entonces todo ha vuelto a la normalidad con Mina y su leal cliente?

HeeChul apareció de repente, apoyándose levemente en la espalda de YunHo y observando con una sonrisa en el rostro como ChangMin realmente parecía brillar mientras le explicaba algunas cosas del menú al mayor.

—Él no lo nota pero…
—¿Pero que?

YunHo arrugó el entrecejo, una cosa es que lo supusiera y otra muy diferente a que fuera a convertirse en realidad.

—Pues no sé, hay algo raro ahí.
HeeChul asintió. —Como una relación de odio—amor. Según ChangMin lo odia, pero cuando no lo ve…
—Chul tiene razón, YunHo. Estas perdiendo a tu casi hijo.

YooChun palmeó su hombro y YunHo únicamente arrugó más el entrecejo. Pensando seriamente en la posibilidad de no dejar a Rain entrar más. ChangMin era un niño todavía, demasiado joven como para concentrarse en otras cosas que no fuera estudiar.

—Te apuesto diez yens a que está pensado en que Min todavía es muy joven.— El susurro de HeeChul logró hacer sonreír a Park.
—No apuesto, por que es eso lo que está pensando.
—¿De que hablan?

—¡Siwon, por fin un buen apoyo!— YunHo agarró por los hombros a Choi haciendo que mirara hacía la mesa siete, el hombre únicamente sonrió.
—Si, ya lo había notado.

—¡Pero que…! ¡Min es solo un niño!
—No es un niño Yunnie, tiene casi dieciocho y además son solo suposiciones.
—¡De todas formas!
—Ah, ya comenzó con su fase de padre sobre protector.

HeeChul rodó los ojos y Siwon rió un poco, Jejuko llegó de repente con una gran sonrisa en los labios, como si de pronto nada le afectara, e incluso le gustara su trabajo. Todos se alejaron un poco, desde ayer, JaeJoong actuaba muy extraño.

—¿No es hermoso el mundo?
—Genial, otro hijo del cual YunHo tiene que preocuparse.
—¿Eh?
—Nada JaeJoong, olvídalo.

—Hyung, dos pie de manzana y un té helado.

JaeJoong observó la sonrisa de JunSu al llegar, y también se pudo percatar de la manera en que YooChun miraba el rostro sonriente del muchacho. Por un momento Kim se preguntó ¿Cómo habrían terminado ese par ayer?

Pero cuando ambos cruzaron miradas y YooChun desvió la mirada al igual que JunSu, supuso que al final no habían quedado en nada. YooChun se retiró anunciando que atendería otro cliente y JunSu luego de unos segundos hizo lo mismo.

Ahora que caía en cuenta, esos dos no se habían dirigido la palabra en todo lo que iba del día. Tal vez no había mucho que conversar si es que JunSu no sentía lo mismo. Mordió inconsciente la punta de su lápiz y suspiró.

—¿Y ese suspiro?— La voz de YunHo lo distrajo, ya ni Siwon y HeeChul se encontraban ahí. –No me digas… ¡Aceptaste una cita de uno de los clientes!— YunHo carcajeó y JaeJoong ni siquiera dudó en tirarle por la cabeza la libreta en sus manos.

—…Idiota. ¿Por qué siempre dañas mi buen humor?
—Por que es divertido.

La gran sonrisa en el rostro de YunHo logró que JaeJoong arrugara el entrecejo, por que después de esa reluciente sonrisa en Jung, le fue casi imposible molestarse con él. Desgraciado, era definitivo. Lo odiaba, por que no podía odiarlo con toda la intensidad que en realidad le gustaría poder hacerlo.







Kihara no era mujer de guardarse las cosas para si.

No, claro que no, por eso es que las desaparecidas de su esposo la tenían harta, entre su hija que acababa de llegar de Inglaterra, y el mocoso coreano que le debía como tres meses de renta y que apenas y había conseguido trabajo. Kihara sentía que había rebosado el vaso de su poca paciencia.

Primero había pensado en una amante, su esposo podía tenerla y eso jamás lo permitiría. Había revisado su ropa con cuidado para que él no se diera cuenta, por supuesto la ropa que iba dejando por ahí apenas llegaba, por que en la que dejaba para lavar obviamente no había nada.

Y había encontrado varias, demasiadas facturas. De un café llamado ‘Ai maid café’ primero pensó en que llevaba mucho a su amante hacía allá, pero entre pregunta y pregunta descubrió que se trataba de un café para hombres atendido por lindas chicas ubicado en el centro de Akihabara, y entonces su sangre hirvió.

Por que no la estaba engañando, lo cual era ligeramente mejor, pero estaba gastando su dinero, el patrimonio de ambos en ir a comer un montón de cosas dulces que le hacían daño y de paso solo para poder ir a ver chicas ‘lindas’ que jamás le dedicarían una mirada fuera del restaurante o café o lo que fuera.

¡Demonios! Para eso que sentara en un parque a babosear por esas niñas, junto a los otros viejos de sus amigos, así por lo menos le resultaba gratis. Maldito viejo derrochador que tenía por esposo.

Miró el gran cartel de Ai Maid café, guardó el papel con la dirección en su bolso, y lo ajustó a su cuerpo, el lugar estaba repleto, la gente entraba y salía y las muchachas hermosas, pues si, eran lindas.

Fue directo a la caja, sus cejas se levantaron con sorpresa al notar al muchacho verdaderamente apuesto que ahí había, de acuerdo, solo por él podría estar viniendo a acompañar a su esposo. Él baboseaba por las meseras, ella lo haría por el de la caja, le parecía un trato razonable.

—Buenos días, soy Jung YunHo dueño del Ai Maid Café ¿La puedo ayudar en algo?

E incluso su voz sonaba a ángeles, Kihara pensó que de tener unos años menos, sin duda hubiera dejado a su esposo sin pensarlo dos veces. Sacudió su cabeza, ‘Concéntrate Kihara, concéntrate’ se lo repitió mentalmente.

—Si, estoy buscando a mi esposo no sé si…
—YunHo…— JaeJoong detuvo su paso y fingió su voz un poco al notar a una mujer algo mayor hablar con Jung. ¿Qué hacía una mujer ahí? –Tengo el pedido de… ¡Por Dios!

Su corazón se paralizó por completo en cuanto distinguió a la casera del edificio frente a sus ojos. ¿Qué hacía ahí? ¿Lo había descubierto? ¿Iría a pedirle su sueldo a YunHo? ¡¿Por qué diablos estaba esa mujer ahí?!

—Jejuko ¿Qué sucede?

Mina se acercó, y JaeJoong no desaprovechó el momento para esconderse discretamente tras ella, la castaña la observó extrañada y la mujer que hablaba con YunHo giró para observarlas de pies a cabeza.

—Pues si, son muy bonitas.

Mina asintió, no muy segura si agradecer o no esas palabras.

—Disculpe…— YunHo volvió a hablar y Kihara giró con una gran sonrisa en su rostro, JaeJoong desde su lugar pudo observar aquella reacción y arrugó el entrecejo. Jamás frente a él había actuado de esa forma, él también era tan apuesto como YunHo. –Me decía de su marido.

—Oh, si…— ¿El marido de la casera? ¿El marido estaba ahí? Ahora que lo pensaba JaeJoong jamás había visto o siquiera prestado demasiada atención al marido de la casera, es más ni siquiera se sabía el nombre de la casera. ¡De todas formas! ¿Por que diablos tenía que mirar de esa forma a YunHo? Era molesto… —Lo que pasa es que yo… ¡¡Saito!!

El grito estruendoso de la mujer paralizó a todos.

Y más rápido de lo que hubieran esperado, la mujer estaba sobre el hombre golpeándolo constantemente con la cartera, ante la mirada sorprendida de todos.

—¡¡Maldito derrochador!! ¡Mira que venir a gastar nuestros pocos centavos aquí!

Junko, quien atendía en esos momentos al hombre únicamente retrocedió un poco, asustado por aquella reacción tan brusca en la mujer. Las manos de Yuna estuvieron sobre su cintura, susurrando un tranquilo ‘¿Estas bien?’ Junko solo asintió, era agradable que a pesar de que no se habían hablado en todo el día, YooChun se siguiera preocupando por él.

Siwon se acercó de inmediato a la mujer, recién llegando al café agarró por las manos a la castaña y sonrió levemente.

—Señora, señora por favor escúcheme.— Akihara respiró agitada y finalmente observó al muchacho que la sostenía. ¡Dios! En mejores manos nunca había estado, la estupidez de su marido finalmente no había resultado un desperdicio de tiempo y gritos. –Cálmese ¿Si?

—Señora ¿Esta bien?

Y el de la caja había llegado también. De acuerdo, era oficial, el enojo se le había pasado. Los dos hombres la miraban un poco preocupados. Incluso lamento haberles ocasionado este escándalo, pero solo por esos dos que parecían sacados de una revista de moda.

—¡Adiós, cariño! No me mates, por favor.

Su esposo emprendiendo la huida. Mientras salía corriendo del café volvió a avivar su coraje. Se soltó con una sonrisa en los labios del muchacho musculoso y sonrió una vez más al muchacho de lindos ojos.

—Lo siento, siento mucho todo este escándalo. Si no fuera una cafetería para hombres volvería. Lo siento mucho… ¡¡Saito, deja que te alcance!!

Dejo un billete sobre la mesa que ocupaba su esposo, esperando que cubriera los gastos y salió corriendo tras él, transformando su sonrisa de embobamiento total, por una mueca de enojo en su máxima expresión, de esas que usa toda madre cuando descubre que el hijo o hija se le ha escapado por la ventana.

YunHo vio a la mujer salir y suspiró, sacudiendo un poco sus cabellos.

—Por favor, señores no se preocupen. Vuelvan a seguir disfrutando del día.

Siwon habló con voz clara, ligeramente sonriente mientras el ambiente volvía a ser el mismo. YunHo se acercó a JunSu solo para verificar que se encontrara bien y JaeJoong desde su lugar, aún tras Mina seguía vociferando que las sonrisitas estúpidas que su casera le había dedicado a Yunho habían sido como una patada en el hígado.

Inconsciente de que Shim ChangMin tenía un muy buen oído para esas cosas.







—¡Es que… Es que hubieran visto su cara, se puso pálido!

ChangMin rió ante sus propias palabras y el resto del grupo también, aprovechando que JaeJoong se había marchado hace unos minutos, cortesía de YunHo por recibir tremendo susto. YooChun aplaudió un par de veces. JaeJoong solía ser muy divertido, pero molestarlo hubiera sido más divertido si estuviera presente.

—Pero nada como la reacción de JunSu.

El comentario de YunHo arrancó una sonrisa en todos y un puchero en JunSu.

—Hyung… No te burles, pensé que esa mujer me golpearía a mí también.

Bebiendo té, los muchachos continuaron en el restaurante por un largo rato más, lastimosamente JaeJoong había decidido mejor irse a descansar temprano. HeeChul sirvió un poco de té a los demás y suspiró.

—¿Recuerdan que fecha es mañana? ¿Saldremos?
—Por supuesto que si— Siwon bebió un poco de su té y YooChun apoyó sus palabras.
—Y hay que invitar a JaeJoong.

Todos miraron a YunHo, sabiendo que era su día y era él, el de la última palabra. Jung sopló un poco del vapor que emitía su taza con te y cerró los ojos con una gran tranquilidad en sus facciones.

—…Por mi no hay problema.







JaeJoong subía las escaleras hacía su departamento.

Incluso tenía en sus manos ya las llaves, que día para empezar tan bien y terminar tan horrendamente mal. Su casera casi lo deja sin aire y de paso ella y sus miraditas de total devoción hacía su jefe, habían provocado que sintiera ganas de vomitar.

¿Por qué demonios lo tenía que mirar así?

—JaeJoong—kun.

La voz de Ranko lo detuvo, la muchacha vestía un corto pantalón y una linda camisa, a diferencia de la noche anterior tenía su cabello recogido casi por completo. JaeJoong intentó poner una sonrisa en sus labios. En realidad, estaba muy molesto todavía.

—Ranko—chan, hola me alegra verte pero…

—¡Oh! ¿En serio? Que bueno, a mi también me agrada verte Sempai.— La mujer rió bajito, tapando un poco su boca, en un gesto que pretendía ser inocente. –Me preguntaba si ya habías cenado, creo que hice demasiada comida y como aun no he cenado tampoco y mis padres no están, estaba pensando que sería agradable que almorzáramos juntos.

—Bueno… Yo… En realidad estoy muy cansado y…
—Esta bien.— No, no estaba bien, Ranko tenía en esa sonrisa un claro gesto de decepción. –Supongo que ha de ser cansado trabajar casi todo el día. ¿En otra ocasión será, verdad?

JaeJoong sonrió. –Por supuesto. Nos vemos.

Agitó su mano en señal de despedida y aunque la muchacha siguió en la escalera un par de segundos y luego bajó a paso lento de regreso a donde vivía con sus padres, JaeJoong no giró una sola vez, entró a su pequeño departamento y suspiró.

¿Por qué la había rechazado?

¿No se suponía que la muchacha le atraía?

Es decir, es muy bella y sus ojos le encantaban, pero de repente había perdido todo el interés, estaba muy cansado y todavía recordando la manera en que a YunHo parecía no molestarle que las mujeres lo vieran casi como un dios griego.

¡Tonterías!

YunHo no era tan apuesto, él lo era mucho más. Que bueno que no soportaba a las mujeres, sabrá Dios por que, por que sino tendría la cafetería repleto de muchachitas buscando a su jefe, y a su jefe presumiendo a cada momento su nueva conquista. Un mal de sabor de boca fue lo único que sintió.

Genial… Ahora hasta incluso había perdido el poco apetito que tenía.






Oh, día nuevo. Mejor ánimo.

ChangMin había amanecido con un excelente estado de ánimo, es más, esperaba que Rain llegara pronto, el día anterior se habían distraído hablando de los diferentes ingredientes que HeeChul usaba en los postres y que lo haría más dulce o menos en el caso de Rain.

Toda esa conversación había sido extrañamente… Divertida.

Mordió su labio inferior y entonces lo vio, Rain cruzaba la calle directo hacía local, una sonrisa y estuvo dispuesto a caminar hacía la entrada, sin embargo se detuvo cuando vio que Rain parecía buscar a alguien que no era él. Sosteniendo en su mano una pequeña bolsa de una tienda a unas cuantas calles de de la cafetería.

Arrugó el entrecejo en cuanto lo vio golpear ligeramente uno de los ventanales, Jejuko se encontraba justo entregando unas bebidas a unos clientes, no pudo ver las expresiones en el rostro de JaeJoong, pero Rain había sonreído he indicado que saliera.

Jejuko se negó, moviendo la cabeza y ChangMin sonrió. Sin embargo, Rain había juntado sus manos en señal de súplica. ¡Que demonios! Rain jamás había hecho eso con Mina. Jejuko extrañamente pareció suspirar y finalmente con la charola a un lado de su cuerpo, seguramente para golpearlo si era necesario, o eso al menos esperaba él, la rubia salió.

No se detuvo ni cuando un cliente la llamó, salió discretamente del lugar, Rain parecía decirle varias cosas a JaeJoong, arrugaba de vez en cuando el entrecejo, luego parecía sorprendido, finalmente un último suspiro de resignación y termino por asentir.

—¿Por qué demonios asiente?

Y entonces ocurrió, Rain levantó la bolsa en sus manos y amplió su sonrisa. Enseñándosela a Jejuko quien finalmente la tomó sin siquiera molestarse en ver lo que había en su interior. Rain sonrió una última vez, palmeó el hombro de la rubia Jejuko y finalmente se alejó observando su reloj y seguramente alegando que se le hacía tarde.

—¿Qué rayos ocurre aquí?







—¿Quieres una recomendación de tu mejor amigo?

Yuna había dejado la charola sobre el mesón y YunHo había levantado la mirada, curioso por las palabras del muchacho frente a él, disfrazado como Yuna claro esta.

—¿A que te refieres?
—Recuerdas que Min, es todo lo maldito que nosotros no podemos llegar siquiera a imaginar ¿Cierto?
—Si ¿Qué hay con eso?

YooChun sonrió. –Que bueno que aún lo recuerdes, entonces hoy. Por favor no lo molestes, no le hables, es más. Ni siquiera respires demasiado fuerte cerca de él.
—¿Qué sucedió?
—Lo sabrá él solo, por que estaba de buen humor y de repente esta que se lleva al demonio para enseñarle lo que es el verdadero infierno.

YunHo rió un poco y vio a Mina atender a un cliente con una forzada sonrisa en los labios, incluso parecía que emanaba un aura extraña a su alrededor. Respiró profundo, bien seguiría el consejo de YooChun. Procuraría dejar a su hijo—adoptivo—no inscrito en paz.







Listo y cambiado, ChangMin cerró su pequeño casillero con fuerza.

Sus cabellos un poco húmedos por la rápida ducha, cerca de la siete de la noche y casualmente sus ojos viajaron hacía el casillero de Jaejoong donde seguramente tenía guardado el dichoso regalo de Rain, el enojo de Shim aumentó.

—¿Irás también, verdad?— JaeJoong se había acercado de repente, sus casilleros eran adyacentes, y el rubio sin camisa secaba despreocupadamente su cabello.
—¿Con YunHo y los demás?— El muchacho asintió, ChangMin sobre todo era maduro, sobre todos ellos. No culparía a JaeJoong por una estupidez que ni él mismo terminaba de comprender. –Por supuesto.

—Ok, entonces será cuando cada uno vaya para su casa.

ChangMin no entendió mucho esa última parte, pero de pronto JaeJoong abrió el casillero, y sus pensamientos fueron bloqueados, JaeJoong tenía el dichoso regalo sin abrir todavía en su casillero y ahora lo guardaba en su pequeño bolso.

Cerró el casillero y arrugó el entrecejo, esperaría afuera.






—¿Karaoke? ¿Por qué Karaoke?

Bien, la cosa era así, Siwon y HeeChul irían en la moto, por lo tanto al resto le tocaría acomodarse en el auto de YunHo y por tanto, luego de una pelea de cómo diez minutos en los que YooChun y ChangMin disputaban el asiento del copiloto y YunHo finalmente se hartó.

De un momento a otro YunHo subió al auto lo encendió, y JaeJoong por un momento creyó que los esperaría pero cuando JunSu gritó: ‘¡Suban!’ JaeJoong no dudó en obedecer, YunHo era muy capaz de marcharse sin ninguno en el auto.

Finalmente YooChun había ganado, alegando ser el mejor amigo y por supuesto pisando el pie del menor, quien solamente lo golpeó en la cabeza apenas se hubiera sentado en la parte trasera.

—Pues…
—¿En primer lugar que vamos a celebrar?
—Bueno…— JunSu pareció mirar por el retrovisor, aparentemente buscando la aprobación de YunHo, quien solamente asintió, pero fue YooChun quien terminó de hablar.

—La verdad es que hoy hace un tiempo atrás YunHo terminó con alguien muy cancerígeno para su vida. Y celebramos esa fecha como lo mejor que le pudo haber pasado, por que después hubiera sido mucho peor.

JaeJoong se preguntó si hablarían de una chica, si esa sería la razón por la que YunHo pareciera tenerle aversión a las mujeres, sus ojos viajaron hacía su jefe quien conducía con tranquilidad. No visualizaba a Jung YunHo como alguien que sufriera, no cuando se mostraba tan feliz todo el tiempo, con tantas ganas de molestar y divertirse, de proteger y querer a los demás.

…Una persona como él no merecería sufrir.

—Niisan y todos nosotros siempre estamos con él. No queremos que se deprima, cuando deje de poner esa mirada en esta fecha, entonces sabremos que no necesita más de estas salidas, así que mientras a emborracharnos y cantar hasta decir basta.

—¿Cantar?

JunSu asintió emocionado. –Hyung y todos nosotros cantamos un himno que nos recuerda que lo sucedió fue lo mejor. Y no cantamos tan mal, así que no pongas esa cara. Como sabrás ahora uno puede desarrollar pistas de Karaoke y como Min es bueno con esas cosas hizo una solo para nosotros.

—Claro, como JunSu solo usa las computadoras para jugar.
—¿Y te duele?
—Vago sin oficio.

—JunSu, Min… Dejen de pelear.

Fue la primera vez que escuchó la voz de YunHo en mucho tiempo, JaeJoong no pudo evitar sonreír, parecía ser el padre de todo ese disparatado grupo. –En fin, las letras en azul son las de Chunie, las amarillas las mías, las verdes de ChangMin, las purpura de Chul, las rojas de Siwon y las negras de YunHo Hyung.

—Puedes tomar mis líneas casi al final de la canción si gustas, Jae.— YooChun se había girado un poco hacía él, mientras YunHo aún conducía.
—Pero…
—Además sería una excelente práctica para la presentación del próximo lunes.

Miró hacía el retrovisor y a diferencia de cuando JunSu lo había hecho sus ojos jamás se encontraron con los de YunHo, dio un corto suspiro y asintió. –Supongo que algo he de poder cantar.

JaeJoong pensó, que esa sería la primera vez que los oiría cantar como chicos








Al fin me he dado cuenta, que soy nada sin ti.
Y estaba tan equivocado.

Mi corazón roto como una ola.
Mi corazón tiembla como el viento.
Mi corazón se desvanece como el humo.
Es imposible de borrar este sentimiento, esta impregnado en mí como un tatuaje


Ya era la quinta vez que cantaban, habían pedido un micrófono para cada uno, por suerte y era de esos karaokes en los que podían pedir zonas exclusivas y por suerte JaeJoong solo tenía como espectadores a todos sus amigos del Maid Café.

No estaba muy seguro de cuanto licor tenía en su cuerpo, pero no estaba tan borracho como YunHo o Siwon y HeeChul. YooChun y JunSu en medio de su incomodidad apenas y habían bebido y ChangMin, pues él solamente estaba extraño.


Suspiré profundamente, como si el suelo se fuera a hundir.
Solo partículas de polvo se amontonaban en mi mente. Cuando dijiste adiós.
Pensé que no sería capaz de vivir un solo día sin ti.
Pero extrañamente conseguí vivir más de lo que pensaba.
No respondiste, cuando lloré a gritos: '¡Te hecho de menos!'
Tenía una pequeña esperanza en ti, pero ahora es inútil.

Que pasó con esa persona que era antes parte de tu corazón ¿Te hizo llorar acaso?
¿Aun puedes verme? ¿O ya te has olvidado por completo de mí?
Estoy preocupado. Siento ansiedad por que no me dejas acercarme e intentar arreglar algo de todo esto.
Pasé largas noches solo, intentando borrar tu recuerdo una y mil veces.



La canción era todo lo distinto que se hubiera podido imaginar, imaginó que sería asquerosamente cursi o romántica y no era así, las tonadas daban incluso hasta ganas de bailar, y el ritmo en un tono perdido de rap le encantaban. Casi estaba seguro que era la primera vez que hacía algo realmente masculino desde que entro a trabajar en el Maid.

Extrañamente todos cantaban bien, se adaptaban al ritmo o era simplemente que tenían mucho tiempo cantándola, o sencillamente que estaban lo suficientemente borrachos como para mediar lo que sonaba bien o no.


Oh, Girl, I cry, you were my all. You said 'Good bye'

Si algún día nos encontramos, has como si no me hubieras visto y solo sigue tu camino.
Y si todavía piensas en nuestros recuerdos, tal vez vaya a buscarte en secreto.
Ojalá que siempre seas feliz con él, así yo no podré cambiar jamás de opinión.
Ni el más pequeño remordimiento desaparecerá nunca, por favor sé feliz aunque aún pueda llegar a sentirme celoso.
Deberías ser siempre tan clara como el cielo. Como esa nuble blanca.
Deberías sonreír siempre, como si nunca nada hubiera ocurrido.


Pero era divertido, grandiosamente divertido. JunSu abrazaba constantemente a su primo, HeeChul y Siwon reían a cada momento y YooChun parecía querer subirle el ánimo a Changmin molestándolo y por supuesto YunHo a cada momento no perdía oportunidad de molestarlo también.

De pronto analizó lo que estaban cantando, y entonces las teorías de un golpe doloroso de amor para Jung YunHo se hizo más fuerte, lo miró por un segundo reír frente a una torpeza de JunSu, miró la pantalla, le tocaba una vez más.


Espero que tu corazón, se sienta aliviado, por favor olvida y vive.
Esas lágrimas en tu rostro, un día se secaran completamente con el paso de los días.
Dolería menos si no nos hubiéramos conocido.
Espero que puedas enterrar nuestra promesa de estar juntos por siempre.
A pesar de todo, rezaré por ti.

No mires más y vete, no me busques más y vive tu vida.
Por que no me arrepiento de amarte, recordaré solo los buenos momentos.
Podré soportarlo, encontraré algún modo, se que puedo resistir.
Deberías poder llegar a ser feliz, por que yo día a día me voy apagando.

Oh, Girl, I cry, you were my all. You said 'Good bye'
My heart lie. And you said me ‘Bye’



Y lo mejor fue cuando cantaban a coro, como en un extraño apoyo en el que todos pasando los brazos sobre los hombros de los demás parecían ser muy unidos. A JaeJoong realmente le agradó ser parte de eso.

—¡Fue increíble! Hace mucho no cantábamos así.

HeeChul levantó una botella con sake y sonrió. —¡Salud!
—¡¡Salud!!

El grito al unísono fue impresionante, todos parecían de un mejor ánimo y por la hora casi la una de la madrugada supuso entonces que estarían prontos a irse. JaeJoong sonrió inconsciente de que su brazo estaba sobre el hombro de YunHo.

…Y de que esa calidez, le agradaba, quizá demasiado.







—Moh~ Que buen termino de día.

HeeChul estiró un poco su cuerpo, una vez estuvieron fuera del local de Karaoke y Siwon palmeó un poco sus propias mejillas. –Supongo que tendremos que tomar taxi, Chul. No estoy en condiciones de conducir.

—Supones bien Siwie. No quiero que tengamos un accidente.
—Hubiéramos designado un chofer.
—Min no está tan ebrio.
—No sé conducir.

JaeJoong entonces pareció recordar algo.

—ChangMin casi lo olvido.— Comenzó a buscar en su bolso y sacó la bendita bolsa de regalo que tanto había amargado el día del menor. ChangMin estuvo inexpresivo casi de inmediato en especial cuando JaeJoong la colocó frente a sus ojos.

—¿Por qué me lo das a mi? Rain te lo dio a ti.

—¿Que?— JaeJoong rió divertido. —¿Por qué me lo daría a mi? Es para ti, o Mina o lo que sea, el punto es que dijo que no te lo daba personalmente por que sabía que se lo tirarías por la cabeza. Cosa que yo hubiera hecho si me lo hubiera intentado dar a mí.

De pronto todo el enojo en Shim había desaparecido.

ChangMin tomó la bolsa con cuidado y sacó la hermosa bufanda negra con una estrella plateada, la misma que había visto días atrás. La misma que tanto le había encantando. Una sonrisa se posó en sus labios. Rain imbécil.

—¿Por eso es que estaba molesto? ¿Creía que Rain le había hecho un regalo a Jae?
—…Supongo.

—Ustedes no van a aprender a hablar en voz baja ¿Cierto?

JaeJoong se dirigió a Siwon y HeeChul quienes rieron alegremente mientras sentía a YunHo abrazándolo de repente, con la respiración pausada seguramente por que se empezaba a dormir… Genial, ahora le tocaría cargar con su jefe medio ebrio. ChangMin miraba la bufanda y…

—Oigan… ¿Y Junsu y YooChun?







—Chunie…
—¿Por qué eres tan cruel, Su?


Justo en la parte posterior del lugar, YooChun había hallado el modo de poder separarse de los demás. Y volvía acorralar a JunSu contra la pared, JunSu lo volvía a mirar con aquellos ojos preocupados. YooChun y el alcohol en su cuerpo no eran buena compañía.

—Yo jamás sería malo contigo, Chunie.
—¿Entonces por que no me hablas? ¿Por me huyes la mirada? ¿Acaso ya no me consideras tu amigo como antes? ¿Acaso lo arruiné todo cuando te besé?

Y JunSu no se encontraba más limpio de alcohol que YooChun, pero no lo suficiente como para no ser consiente de lo que hacía, no para ignorar el constante palpitar en su pecho y la manera en que el aliento de YooChun se encontraba tan cerca de su boca.

—Es que estamos haciendo las cosas mal, Chunie. Yo no te gusto. Solo estás confundiendo lo mucho que me quieres con algo más, estas confundiendo nuestro amor de hermanos, solo… Estás confundido.

YooChun sonrió, como si él antes no hubiera pasado por esas dudas en su interior, se acercó un poco más, rozando los labios de JunSu y suspirando con tranquilidad, con sus ojos cerrados y las palabras fluyendo por si solas.

—Sé lo que siento, sé que te quiero, y sé que nunca me quiero alejar de ti.

Una caricia en el rostro y YooChun volvió a unir sus labios, en esta ocasión los labios de JunSu no sabían a fresas como la vez anterior, esta vez no estaban inmóviles. Esta vez parecían corresponder un poco, apenas en sus movimientos.

—Yo… Lo siento, Su. No debí hacerlo de nuevo… Yo…

Las manos de JunSu agarraron su camisa, atrajeron sus labios una vez más, y aunque YooChun pudo visualizar una lágrima saliendo de uno de los ojos de JunSu, cuando volvió a sentir sus labios unirse, esta vez por iniciativa propia del mismo JunSu. No pudo evitar sentir que se perdía entre esos sentimientos.

Las manos buscaron la nuca del menor, tocaron su cabello y besaron sus labios, esta vez era diferente, esta vez JunSu lo estaba besando, esta vez estaba correspondiendo, esta vez JunSu estaba probablemente aceptando sus sentimientos.







—Ya llegamos.

Jaejoong abrió los ojos, había empezado a quedarse dormido, sacudió un poco la cabeza. Ese sueño había sido rehabilitador, se sentía incluso un poco más consciente. HeeChul y Siwon habían ido a llevar a ChangMin puesto que YooChun y JunSu nunca habían aparecido.

Buscó en los pantalones de su jefe y le entregó unos billetes al chofer, mientras empezaba a bajar del auto con el brazo de su jefe sobre sus hombros, solo para poder empezar a subirlo a su departamento.

—Lo siento mucho, YunHo. Pero yo soy pobre, algún día te pagaré el taxi.

Susurro tranquilamente mientras escuchaba un pequeño ‘Mmh’ de parte del mayor, no le había quedado de otra que llevar a YunHo a su departamento, puesto que cuando ya estaban en el taxi JaeJoong había recordado que no sabía la dirección de su jefe y YunHo cada vez que le preguntaba solo pronunciaba una dirección coreana.

…Así que sencillamente no le había quedado de otra.

Una vez estuvieron dentro del departamento, la cosa fue más sencilla, lo dejó sobre un sillón y luego estiró un poco su cuerpo. Pensó en darle una taza con café a YunHo y ofrecerle un par de almohadas y una manta, pero todas sus buenas intenciones fueron borradas cuando los fuertes brazos de YunHo lo apretaron con fuerza.

—¡Pero que…!

De pronto tenía a YunHo frente a él, puesto que había girado asustado, faltándole altura para que sus rostros estuvieran lo suficientemente cerca, YunHo lo superaba con un par de centímetros de alto.

Y su sonrisa algo plasmada por el licor parecía no borrarse, de pronto YunHo lo vio directamente a los ojos, de pronto JaeJoong se sintió cómodo en ese abrazo y no se movió. Entonces recordó el evento YooSu que había observado por casualidad.

Y sus sentidos gritaban fuerte: ‘¡Pégale JaeJoong, pégale!’

Estaba a punto de levantar su puño cuando en vez de besarlo YunHo lo abrazo todavía más, dejando que su rostro traspasara la línea, es decir con JaeJoong sintiendo en su mejilla el cabello del mayor, solo eso.

YunHo parecía solo necesitar un abrazo.

Está bien, los hombres no solían abrazarse con mucha facilidad, o concurrencia pero a veces lo podían necesitar y esta parecía ser una fecha especial para YunHo, así que JaeJoong decidió comprender y darle un par de palmadas en la espalda. YunHo solo quería un abrazo, solo eso.

—Tranquilo YunHo, todo esta bien ahora. Tienes una buena vida e increíbles amigos, incluso si lo deseas, puedes contar conmigo.

Escuchó el sonido de algo parecido a una pequeña risa, YunHo se empezó a alejar, pero no lo suficiente por que lo seguía abrazando, por que JaeJoong podía sentir todavía el aroma de YunHo y el sake, todavía podía percibir su respiración cerca.

—Gracias por todo, Jae. Gracias por traerme, gracias por las palabras. Gracias por venir hoy con nosotros.— YunHo sonrió, JaeJoong suspiró.
—Gracias a ustedes por permitirme ser parte de su familia, tenías razón, son una maravillosa familia y me siento orgulloso de estar en ella.

YunHo rió un poco. –Dices todo eso por que estoy borracho y probablemente mañana no lo recuerde ¿Cierto?
—Precisamente.

JaeJoong sonrió un poco y YunHo suspiró. –Déjame agradecerte por todo entonces.
—¿Eh?

La mano de YunHo, fría por el viento de la época y la noche, JaeJoong la sintió sobre su nuca, su rostro entero se paralizó y no pudo reaccionar a tiempo, ni siquiera cuando vio a Jung cerrar los ojos.

Sus ojos abiertos captaron el momento con lentitud y sus labios semi abiertos recibieron a los labios de YunHo con una extraña pasividad. No fue un beso, JaeJoong no podía llamar a eso un beso, no quería ni siquiera pensar en aquello como un beso, Aunque YunHo nunca movió los labios, sus labios se juntaron, por algo más de cuatro segundos.

Y el rostro de JaeJoong permanecía del mismo modo en el que cuando YunHo hubiera empezado a cerrar sus ojos. YunHo pareció no notar que eso había sido demasiado para Jaejoong, por que Jung únicamente sonrió y sacudió los cabellos del más bajo y luego de eso, se acostó en el sillón como si nada.

Kim tapó su boca con rapidez. Asustado con lo que acababa de suceder y cuando su jefe pareció conciliar el sueño con la boca un poco abierta y luego en un pequeño giro cayó al suelo, JaeJoong ni siquiera se molestó en traerle una almohada. Caminó a su cuarto y cerró la puerta.

Sentado sobre la cama de su habitación JaeJoong sacudió con fuerza la cabeza. ¡¿Qué demonios acababa de ocurrir?! Lo había besado. ¡Un hombre lo había besado! Pasó las manos por sus labios con fuerza y mostró angustia en su rostro.

—¡¡Maldito, maldito YunHo!! ¡Te odio, no te imaginas cuanto!

Y gritó, gritó con todas sus fuerzas, con toda la intención de que su jefe lo pudiera escuchar. Aunque sabía muy bien que eso, no sucedería.



4 Comentarios:

  1. Woaaahhhh! poco a poquito se esta dando...
    que buena esta esto
    pido +
    Besho, beso

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  2. Oh my god! Eso fue...me encantó...Dios!...Jae estaba celoso de como miraba su casera a YunHo y lo del beso fue magistral...Y me encantó como rechazó a Ranko...me encanta este fic....otro capitulo por fis

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  3. waaaaaaaaa me encanto!!!!!!! Quieres decir que changmin he quedado molesmo, por un regalo que en verdad era suyo jejej..... Me gustó mucho el beso de yoochun y junsu y también el casi beso Yunjae. Todas son parejas muy lindas!!!!!!!
    Conti por favor

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  4. Anónimo3/24/2011

    Jae es todo una Drama-queen y preocupándose tanto por el YooSu me lo imagino tan tierno...ahhhhhh...conti...porfis...

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