Crossed Destinies intro

-¡Changmin! –llamó Yunho desde el primer piso de su enorme residencia-. ¡Apúrate por favor! ¡Llegaremos tarde!


-Ya voy-respondió el menor bajando alegremente las escaleras. Vestía un smoking muy elegante al igual que su hermano. Algo que resaltaba mucho sus bellas siluetas y sus atractivos rostros.


-No sé porque te demoraste tanto esta vez. Sabes que a estas fiestas siempre debemos llegar temprano.


-Lo sé, hyung-contestó Changmin-. Yo tampoco sé cómo es que me demore tanto.


Sí lo sabía. En realidad, lo había hecho prácticamente a propósito.


Esta era una de las típicas fiestas de todos los años que organizaba la revista “MAD”, la revista de moda más importante de todo Corea. Ellos, Yunho y Changmin, dueños de la cadena más importante de ropa de todo el país, que inclusive exportaba al extranjero, siempre eran invitados muy especiales. En esta fiesta se reunían los modelos más importantes, tiendas de accesorios, otras revistas y en general la crema innata del mundo de la moda. Obviamente todo el staff de la revista “MAD” estaría allí.


Y es por eso que se había demorado tanto arreglándose. Otra vez lo vería. Jaejoong.


-¿Qué tanto estas pensando allí parado? –Yunho estaba parado en la salida con la puerta abierta-. La limosina espera. Insisto, llegaremos híper tarde.


- Sí, sí. Ya voy –respondió el menor con una bella sonrisa-. No sé porque hoy me siento más emocionado que de costumbre.


- Sí. Se te nota –dijo Yunho devolviéndole la sonrisa.


Una vez dentro de la limosina, Changmin cogió una botella de agua mineral que estaba en una pequeña mesa.


- ¿Y Yoochun hyung? ¿Vendrá a la recepción?


- Pues claro, ¿crees que se la perdería? –Contestó Yunho con una pequeña risa-. Sabes cómo le gustan estas cosas. Chicas lindas, modelos por montones, bebida y comida gratis…


- Si Yoochun hyung está, la noche será divertida –respondió Changmin con una gran sonrisa.


- Sí, ese loco –rió el mayor -. Me dijo que estaba cansado y que no quería venir pero que su jefe lo había obligado. Dice que le dijo: “¡¿Cómo nuestro mejor publicista no asistirá a la fiesta más importante de moda que se hace en Corea?!”


- Pero su jefe es un demonio –objeto el menor.


- Ese es el punto. Se alaba solito.


Changmin dejó su botella en la mesita mientras reía con su hermano.


- Llegara lejos. Pidió un ascenso y no se lo negaron. La última campaña que dirigió fue un éxito y todos los anuncios que ha hecho para nuestra empresa son magníficos.


- Lo sé, hyung –respondió el menor con una queda sonrisa de orgullo. Miró por la ventana. Veía las luces de todos los carteles de colores que adornaban esa noche de Seúl.


Esta noche sería interesante para conocer nuevas personas.

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