ARS AMATORIA (Arte de Amar)
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Jaejoong y Yunho subieron al avión que toma camino a Egipto, el mismo que hace escalas en Europa antes de continuar su recorrido… y entonces el Príncipe exiliado tuvo una sola petición antes de enfrentar una prueba que sabe puede tener en su haber un fatal final…
- siempre he querido ver el amanecer en una playa… la forma en que el sol se levanta en el horizonte y baña las aguas del océano antes que las arenas de la playa…
- tú deseo concederé antes que ir a la guerra, mi hermoso Príncipe Jaejoong… - y en nada importó que sus palabras sonaran cursis o poéticas… porque escondían la verdad de sus pensamientos y el anhelo último de sus profundos sentimientos…
Hicieron escala en Italia y el Diurno pensó que era el momento perfecto para desviarse un poco del camino a Egipto. Rentaron un auto y le llevó por carreteras hacia un nuevo destino temporal…
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Mientras Yunho conducía, Jaejoong pensó que se estaba volviendo demasiado humano cuando sintió en aquel simple gesto un detalle romántico de esos que antes ni siquiera podría haber considerado. Su corazón… sí, ése que también consideraba sin vida por el simple hecho de ser un vampiro, latió más rápido… esbozó una sonrisa y ladeó ligeramente el rostro, adoraba la forma en que esas pupilas café se clavaban en su rostro recorriendo minuciosamente cada facción… eran esas las formas en que Yunho le demostraba y le decía cuánto le importaba, cuánto le amaba…
- siempre quise saber… como era un amanecer visto desde la playa en un lugar tranquilo… - susurró finalmente el Príncipe exiliado…
- lo sabrás hoy Jaejoong… - el Diurno prometió devolviéndole la sonrisa y tomando la segunda salida que se encontró kilómetros más allá…
Conocía el lugar perfecto…
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Sorrento, Provincia de Nápoles, Italia
Ubicada al sur de la ciudad de Nápoles, sobre la península de Sorrento. Ésta localidad posee una imponente vista panorámica de la gran ciudad del sur italiano y del volcán Vesubio. Además de contar con bellos centros turísticos y riqueza cultural, contaba con playas, pequeñas y encantadoras, algunas ubicadas en la misma ciudad, como la Marina Piccola y la Marina Grande, y otras en sus alrededores.
Pero Yunho conocía una playa, donde absolutamente nadie les molestaría de ninguna manera.
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Yukón, Canadá
Junsu quiso bajar del regazo de Yoochun, pero el pelinegro no se lo permitió al abrazarle algo más firme y atraerlo en un abrazo en medio de aquel silencio que casi le daba más temor al castaño que lo que pudiera decirle… y es que Park lucía demasiado concentrado, y sus profundas orbes negras no brillaban como siempre, por el contrario, parecían haber tomado un matiz opaco que el centinela sabía bien se debía a los recuerdos del ayer que estaban en los pensamientos de su novio…
En ese momento sintió algo parecido al arrepentimiento por querer conocer su pasado… le abrazó con cariño y le besó dulcemente notando con gratitud cómo el beso le era devuelto con la misma dulzura…
- Chunnie… - murmuró con voz suave, listo para renunciar a tan única oportunidad de saberlo todo sobre su novio…
- no… - pero fue el propio pelinegro quien selló sus labios con uno de sus dedos impidiéndole emitir palabra alguna… - quiero decírtelo Junsu ah… quiero que lo sepas, que me conozcas…
- no quiero que sufras al recordar… - bajó la mirada y jugueteó con los botones de la camisa de su novio… como el niño pequeño que avergonzado no encuentra la forma de emitir una disculpa por su capricho…
- está bien… - sonrió y volvió a acariciarle una mejilla… - tú mereces saberlo, Su… - se escuchó una ráfaga de viento y el frío de la región erizó la piel del castaño; entonces el pelinegro le cobijó con las mantas pero dejándole aún en su regazo… necesitaba sentirle así de cerca, que su calor corporal le inundara y recordar que es así, que es lo correcto… que Junsu lo vale todo y que es real… - corría el año 1608 cuando conocí por primera vez el amor, ella se llamaba Ji Soo y era hija del Almirante principal del Rey Seongjong, como prometida del Príncipe Wolsan; pero renunció a ese importante compromiso por mí; nos mudamos a otras tierras cuando su padre nos permitió casarnos aunque tuviéramos que dejar atrás a nuestras familias… creímos que podríamos compensarlo de alguna manera siendo felices… pero nunca imaginé que Yiang hubiera estado vigilándonos… que ya hubiera decidido maldecirme y torturar mi existencia por la eternidad…
Junsu pudo ver el vacío acudir a los ojos de Yoochun… y aunque una parte de él estaba agradecido por escuchar la verdad de labios de su propio novio, la otra se sentía triste y le dolía ver reflejado el pesar de su novio en su mirar o el tono de su voz… recargó su frente en la del pelinegro y sus manos se entrelazaron con las suyas en un gesto cariñoso que sabe no cura en nada el dolor del pasado, pero que espera, le mantenga anclado al presente…
- Yiang secuestró a mi esposa y le mantuvo cautiva como una esclava sexual también, mancilló su pureza con solo mirarla, pero marcó su cuerpo como solo esperé hacerlo yo… - el pelinegro continuó… y el castaño se estremeció inquieto al recordar que él también fue tocado como solo quería Yoochun hiciera… - pisoteó su dignidad y le mostró la cara más horripilante de las bajezas del mundo, la perversión manchada de lujuria sin ningún tipo de sentimiento de por medio, Ji Soo vivió un infierno mientras yo le buscaba con impaciencia sin haber podido seguirles el ritmo y atrasándome en la búsqueda días enteros en que ella permaneció con Yiang, solo recuerdo que cabalgaba y trataba de seguirles la huella, que iba matando a todo al que se atravesaba en mi camino… debilitándome demasiado como para haber podido hacer algo por ella cuando finalmente di con Yiang en un Palacio en las fronteras de China… pelee tan poco… luego simplemente el mundo se tornó oscuro y cuando volví a despertar, ya estaba encadenado a unos pilares… - hizo una pausa y cerró los ojos con fuerza, tratando de alejar tanto como le fuera posible aquella imagen de su mente… dolía demasiado recordar la forma en que su esposa fue asesinada ante sus ojos sin miramiento alguno por su peor enemigo sobre la faz de la tierra…
- Chunnie… - el centinela murmuró sintiendo el escozor en los ojos… le abrazó con cuidado y se arrepintió de sobremanera el haber insistido tanto en aquello… - no digas más, siento haber reabierto la herida… - ocultó su rostro contra el hueco que une cuello y hombro del pelinegro y tragó hondo luchando contra las lágrimas…
Contra ese lado egoísta suyo que seguía deseando ser ahora más importante que el recuerdo de un primer amor…
- no te disculpes, Junsu ah… - sonrió acariciándole la espalda por debajo de las mantas para luego besar el cabello en su sien… - tú necesitas saber esto…
- pero te duele, puedo verlo en tus ojos… - levantó apenas la mirada saliendo de su escondite y mirándole con las pestañas moteadas por esas lágrimas que se ha negado en dejar fluir pero que ya se han asomado a través del borde inferior de sus ojos… - no quiero escuchar más… - dijo y se acercó con la intención de besarle… pero antes de que pudiera tocar su boca, sus labios se movieron hasta topar con la mejilla del pelinegro… tal vez… no era el momento idóneo para besarle cuando el recuerdo de su esposa estaba tan vivo en los pensamientos de su novio…
Yoochun le miró enternecido… sonrió de medio lado y se incorporó un poco quedando recargado del todo sobre el respaldo de la cama, le enmarcó el rostro con sus manos y le acercó topando sus labios con los de ese Junsu que le mira con las mejillas encendidas en carmesí dejándose hacer…
Pensando que tal vez…
Los miedos al pasado de Yoochun pronto queden también en el ayer…
Porque le demuestra cada vez más que sí…
Le ama…
Quizá tanto como a la mujer que una vez siglos atrás fue dueña del corazón de Park…
Como lo era ahora él…
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Karnak, Egipto
Recinto de Mut
ChangMin y Kenryu habían escuchado suficiente para creer y confiar en Maximus… ahora vampiro e híbrido se encontraban solos en unas habitaciones que estaban perfectamente decoradas y ambientadas como debieron hacer en tiempos antiguos. Era como viajar al pasado… pero Kenryu de algún modo le sentía más como revivir un recuerdo…
- ¿sigues teniendo reminiscencias?... – el morocho cuestionó mientras tomaba lugar en taburete (silla sin respaldo ni apoyabrazos hecho de madera y tela estucada) que estaba al pie de la cama, no era del todo cómodo, pero estaba bien de momento… se tocó el vientre y esperó por la respuesta… sus pequeños también parecían cómodos estando en aquel sitio, él podía sentirles a pesar de que aún no se movían en su interior…
- sensaciones… no es que haya imágenes en mi cabeza como antes, pero… - tomó un jarrón de barro que contenía agua y admiró las pinturas que adornaban el exterior… - todo esto me resulta demasiado familiar… como si hubiera estado aquí antes…
- siéntate junto a mí… - solicitó el morocho… el pelicastaño sonrió de medio lado accediendo a su petición… - cuando el alma que duerme dentro de ti despierte, tú no desaparecerás, ¿verdad?... – los ojos oscuros de ChangMin titubearon al mirarle… y Kenryu tuvo el presentimiento de que era esa la ocasión en que más humano y lindo le parecía…
- no ChangMin ah, estaré contigo por siempre… - sonrió y tomó una de sus manos entrelazando sus dedos… - no importa qué, estaré contigo… - apoyando la otra en la abultada tripa y reduciendo la distancia para besarle lentamente y sin prisas, saboreando sus labios, cobijándoles entre los suyos…
ChangMin correspondió notando cómo un calor diferente envolvía su corazón y rodeaba todo su cuerpo… le gustaba demasiado la sensación de un beso de Kenryu… las emociones que se disparaban impregnando cada fibra de su ser cuando sus lenguas se encontraban y danzaban con pasión…
Le gustaba…
El sentimiento que tan profundo parecía arraigarse en su alma…
El amor que conocía y le asustaba como le encantaba…
Aquello que era enamorarse…
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Seúl, Corea
La Reina Yin había derrotado ya a muchos hombres en su larga vida… hombres que se decían los mejores e invencibles… pero había pocas que como ella conocían y dominaban las artes marciales más antiguas…
- aún puedes arrepentirte y dar la vuelta…
- voy a obtener el título de Adalid, así tenga que pasar por encima de todo el Consejo de Sangre… - la Reina contravino con seguridad…
- confías demasiado en ti… - Mikel escupió con molestia sus palabras para lanzarse al instante contra la Reina Yin e iniciar el duelo…
Shen Liu estaba decidida…
A proteger aquello que una vez tiempo atrás le dio la espalda…
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Palacio del Este (Changdeokgung)
Zhenli aguardaba pacientemente la llegada de la noche para poder salir en busca de su madre… pero tenía un presentimiento que le tenía inquieta rondando por los pasillos del Palacio… DongHae le cuidaba pero sabía que en cualquier momento su novia terminaría siguiendo su lado impulsivo saliendo del Palacio así la noche no cayera aún…
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Sorrento, Provincia de Nápoles, Italia
Después de algún tiempo conduciendo finalmente habían llegado a aquel lugar. Yunho frenó y sonrió enternecido al ver a Jaejoong plácidamente dormido a su lado… se acercó apartando algunos mechones de la frente y delineando con su dedo el contorno de su rostro…
- ¿te vas a aprovechar de mí?... – le escuchó decir medio somnoliento pero con esa sonrisa pícara que tan natural se dibuja en sus labios rojos… sus párpados se movieron lentamente y con gracia dando paso a sus grandes ojos negros…
- de ningún modo… - sonrió el moreno mirándole directamente… - sé que te encanta todo lo que te hago… - mordió el lóbulo del pelioscuro sintiéndole estremecerse y oyendo esa sonrisita juguetona que sensual resuena en sus oídos…
- aún faltan horas para el amanecer… - Jaejoong murmuró con tono seductor mientras mordisquea el mentón del Diurno y sus manos se filtran debajo de la camiseta palpando los pectorales y viajando luego a la espalda dejando caricias sinuosas que sin necesidad de más lograron que el moreno comenzara a sentir la necesidad de unirse de nuevo al Príncipe Vampiro y llevar el calor que sienten a convertirse en un fuego irrefrenable.
- te marcaré ésta noche como si no tuviéramos un mañana… - Yunho susurró sugerente mientras le besa con pasión y sofocan el interior del auto con el calor que se desprende de sus cuerpos y calienta el aire en el interior.
Labios desesperados que luchan por obtener de la boca del otro cada gota de sabroso elixir, lenguas ardientes que sin indulgencia pelean con su igual por un dominio inexistente porque todo cuanto tienen para entregarse es pasión y deseo.
Las manos inquietas de ambos vampiros acariciaban y se movían con ansiedad por la piel que topaban a su paso mientras continuaban filtradas como intrusos debajo de las prendas que aún les cubría del todo el cuerpo. Ya los cristales estaban empañados y la verdadera acción no comenzaba… el encuentro de los amantes aún se mantenía sobre besos fogosos y caricias insinuantes, sonrisas traviesas y miradas pintadas de lujuria…
- quiero hacerlo afuera… - jadeó el pelioscuro mientras su novio besaba y lamía su cuello…
- donde quieras, Jaejoong… - el moreno dijo con voz ronca antes de volver a su boca y tomarla con devoción apasionada…
Pasando sus manos por debajo de los brazos del Príncipe Vampiro llegó hasta la palanca automática de la puerta abriéndola y en un movimiento ágil y veloz ya ambos estaban afuera, Jaejoong empotrado contra el cofre de la máquina y Yunho pegado a su cuerpo como lo estaba a sus labios besándole con toda esa pasión que se encendía solo verse y que sin dudar se entregarían día y noche a no ser por las absurdas peleas entre clanes que les llevaban en el medio y que tenían a ambos en el ojo del huracán…
Enfrentados a un destino que aún no comprenden…
- desnúdate para mí… - Yunho dijo apartándose abruptamente del otro, retrocediendo un par de pasos y sintiendo la suavidad de la arena que se hunde bajo sus pies calzados… y más allá, detrás de él, el murmullo suave de las olas rompiendo en la playa…
Jaejoong sonrió de medio lado con seducción, se relamió los labios y aún recargado en el cofre del auto deslizó sus manos por la figura de su cuerpo bailando sexy para el Diurno, quien se deleitaba observándole y excitándose ante tal espectáculo.
Porque no… no había hombre más hermoso y encantador que ése Príncipe Vampiro que casi parecía irreal bajo la luz de la luna danzando un baile lento al compás de una música inexistente que sin embargo estaba en sus mentes y les conectaba en un mundo fantástico de deseo mutuo… movimientos eróticos y pausados que Jaejoong fue ejecutando mientras se deshacía de cada prenda que cubriera su cuerpo. Blanca piel bañada en rocío de plata por aquellos rayos de luna que acompañaban la repentina velada romántica, grandes ojos negros que brillaban con fuego y le hipnotizaban invitándole a acercarse sin que él pudiera resistirse a tal encanto seductor.
Yunho volvió a su lado y atrayéndole por la cintura le besó con súbita pasión, el pelioscuro respondió con la misma intensidad pegándose a su cuerpo y pasando sus manos debajo de la camiseta acariciando nuevamente la piel a su paso… el moreno por su parte también dejaba caricias por la piel desnuda que bajo sus manos palpaba, delineó la columna vertebral con las yemas de sus dedos, casi juraba que podría incluso contar una a una las costillas, Jaejoong era delgado, encantador, perfecto… hermoso… y el Diurno sabía ahora que cada uno de esos encantos eran los causantes de todo el amor, de la locura, del sentido temerario que se apoderaba de él cada que le tenía a su lado y tuviera que enfrentarse a todo con tal de protegerle… así sepa… que no siempre lo ha conseguido… que si permanece a su lado…
Es tal vez cosa del Destino…
- quítatela ya… - jadeó Jaejoong cuando separaron sus bocas de uno de los tantos besos fogosos compartidos, sonriendo lascivo al sentir esa línea de saliva que mantuvo unidas sus bocas unos segundos más antes de que aquella hebra delgada cayera y manchara sus mentones, le rasgó la camiseta al tirar de ella sin miramiento alguno y obvia urgencia por saberle desnudo…
- siempre tan desesperado… - el Diurno sonrió dejándole hacer su voluntad, es que amaba a ese Jaejoong ansioso y ardiente que intentaba imponerse pero que siempre terminaba por entregarse entre gemidos y calor…
- tú eres muy lento… - provocó soltando aquello con cierto tono burlón y esa sonrisa pícara que dibujada en sus labios rojos no hace más que encender otro poco la llama encendida de deseo…
- ¿lento?... – Yunho le tomó con fuerza de la cadera y le levantó en vilo azotándolo algo brusco contra el cofre del auto, los glúteos del pelioscuro enrojecieron un poco por el golpe, pero aún así lanzó un gemido ahogado perdido en el deseo… - vas a ver lo lento que puedo ser, Jaejoong… - sonrió con malicia y revelando un poco sus largas uñas como vampiro, las deslizó muy pausadamente por la piel de su novio, concentrándose en la erección ya despierta del pelioscuro…
El Príncipe exiliado jadeó más ronco, soltando esos primeros gemidos altos que parecían capaces de hacer eco en aquella playa abierta que vestida de noche le daba ese toque erótico que sin duda aludía demasiado a la lujuria entre vampiros… al deseo irrefrenable de hacer el amor una vez más y demostrarse con caricias y besos que se pertenecen a pesar de las circunstancias…
Yunho apartó sus uñas de la entrepierna de Jaejoong al ver que estaba completamente duro e hinchado, se veía rojiza la extensión, caliente e inflamada por la excitación que el Diurno provocaba en él…
- qué haces… - gruñó inconforme el Príncipe Vampiro al dejar de sentir aquellas uñas afiladas acariciándole… su mirada oscura buscó la del Diurno… y odió sin realmente hacerlo, esa mirada provocativa que le retaba a obligarle seguir otro ritmo… - eres un maldito, Yunho… - soltó entre dientes, sonriendo de medio lado porque sí…
Era el juego de seducción que muy a su manera se habían inventado desde la primera vez que teniendo sexo hicieron sin saberlo, el amor…
- todo lo que ves ahora de mí, es culpa tuya… - el Diurno le devolvió la sonrisa e inclinándose sobre el cuerpo de su novio, le besó lentamente sin dejar de deslizar ese aire apasionado que tan nítido coronaba cada uno de los roces entre esos labios enamorados que salvajes solían imponer un ritmo desesperado por probarse los unos a los otros, por dominar y encontrar paso a través de ellos para visitar esa cueva húmeda que también se saben de memoria pero siempre es indispensable volver a recorrer y explorar…
Jadearon entre besos mientras las manos de Jaejoong acariciaban de arriba abajo la espalda musculosa de Yunho, y éste correspondía deslizando las propias por los costados del pelioscuro, evitando con alevosía llegar a rozar siquiera la entrepierna de su amante… sintiendo lo cerca que sin embargo y por la posición, se encontraban sus erecciones rozándose con cada movimiento y mandándoles más de esas corrientes eléctricas que saben, solo incentiva un poco más el deseo, la líbido… el placer…
- mhh… - Jaejoong gimió entrecerrando los ojos cuando la boca de su novio abandonó la suya para perderse cuesta abajo lamiendo y dejando cortos besos en sus mejillas, el mentón, su cuello… volviendo a subir a su rostro para sonreírle mientras le mira directamente y golpea su cadera contra la de él consiguiendo un roce más placentero entre sus miembros…
- mhhh… - gimieron entonces los dos sin apartarse la mirada, sonriéndose con esa lascivia que tan natural surge entre los dos…
Apenas Jaejoong iba a comenzar a agitarse contra él para conseguir un roce mucho más cercano, cuando Yunho pasó sus manos por debajo de sus piernas acariciando la parte trasera de sus muslos y viajando hasta los glúteos… su caliente tacto le hizo perder la concentración… sobre todo cuando aquel tacto encontró su pasaje y un dedo presionó contra él ingresando apenas la punta…
- ahh, Yunho… - gimió sonriendo aún más ampliamente, relamiéndose al sentir aquella pequeña intromisión, esperando el momento en que sea el falo de su novio quien le inspire el placer…
- lo quieres, ¿no?... – el Diurno jadeó con voz ronca mirándole y moviendo apenas en pequeños círculos el dígito dentro de su novio…
- ¡mierda! Sabes que sí… - respondió agitado, moviendo su cadera hacia abajo, buscando que ese intruso entre del todo en su interior pero no consiguiendo más que por el contrario, la salida total de aquel dedo y una sonrisa burlona del moreno… - ¡Yunho!...
El Diurno sonrió… Jaejoong no podría nunca entender la fascinación tan particular que le ponía viéndole así, tan excitado y necesitado… tan anhelante de su toque y de sus caricias… de su fuego y pasión… de su unión en algo más que simple lujuria, sexo o placer… tan ajeno a la excitación que inspiraba en él, a esa necesidad propia que alargaba de un modo extrañamente masoquista porque ni él mismo sabe cómo puede aguantar esos minutos para poseerle y embestir con fuerza, llegar tan profundo que ser uno sea más que una ilusión o un simbolismo fisiológico de sus cuerpos pegados… una representación palpable de la trascendencia de hacer el amor…
El Príncipe Vampiro aprovechó la repentina abstracción de su novio y lanzándose sobre él le hizo caer a la arena, el pelioscuro le apresó con su cuerpo haciendo fuerza para impedir que se levantara, sus piernas se anclaron decididas a la cintura del moreno y sus manos por vez primera tuvieron, al menos por el momento, más fuerza que las de su novio dejándolas quietas por encima de su cabeza…
- tardas… - le sonrió al tiempo que se inclinaba y veía la mirada sorprendida de su amante al saberse sometido y debajo de su cuerpo… - demasiado para mi obvia paciencia limitada… - le lamió los labios y luego atacó el cuello del moreno mordiendo sin piedad, enterrando sus colmillos por la necesidad repentina de volver a probar su sangre…
- mhhh, Jae… - gimió entre sorprendido y excitado… sintió las succiones y se arqueó elevando la cadera con el pelioscuro aún sobre él… cerró los ojos y sintió una corriente eléctrica viajar por toda su columna ante una succión más profunda y luego la necesidad imperiosa de beber también…
Los ojos de ambos cambiaron en fulgor, las pupilas del pelioscuro se tornaron azulinas, mientras que las del Diurno simplemente se dilataron notándose algo más oscuras pero sin perder la línea café que tan bien le conoce el Príncipe Vampiro… cuando Jaejoong succionó de nuevo y sintió la sangre de su amante unirse a su torrente sanguíneo, también sintió una corriente viajar por su columna, y al segundo, los colmillos del moreno desgarrando la nívea piel de su cuello succionando con fuerza y arrancándole un gemido ronco y alto… casi por reflejo escondió sus colmillos, dejando los pequeños orificios en el cuello de Yunho, finas gotas de sangre manchando la piel morena…
Jaejoong aflojó el cuerpo sumido en el placer de sentir su sangre ser succionada por su novio… Yunho (sin ser plenamente consciente de ello pues era más como un acto reflejo de la intimidad) apenas sintió sus manos liberadas, llevó una al cuello del pelioscuro para tomar más impulso al alimentarse de tan deliciosa sangre real, mientras que la otra viajó a la cintura de su novio al tiempo que él se incorporaba quedando sentado con el Príncipe Vampiro en sus caderas…
- mmhhh… - el pelioscuro echó la cabeza hacia atrás (tanto como el agarre de su novio le permitió) y arqueó la espalda… alimentar a su novio era tan placentero como hacer el amor…
- dulce sabor celestial que es tan embriagador como el elixir de los dioses… - el moreno dijo al apartar sus colmillos, lamiendo luego los orificios que dejó, llevándose con la lengua esas gotas de sangre finales antes de que las pequeñas heridas cierren e inicie su rápido proceso de cicatrización…
Jaejoong no podía hacer más que dejarse llevar, jadear y sonreír por aquella cálida atención húmeda contra su cuello… y recordar entonces que él le había dejado simplemente sin más, mirando las heridas que sus colmillos dejaron instantes antes aún frescas, sonrió y fue su lengua la que retiró esas gotitas de sangre que casi se habían secado ya…
Después, tomándole de sorpresa, Yunho se echó hacia el frente cambiando posiciones, dejándole debajo y besando su pecho con renovada pasión, chupando sus pezones endurecidos y llevando sus manos ávidas de calor por todo su cuerpo desnudo. Jaejoong se dejó hacer, porque sí, su novio podía ser tortuosamente lento para poseerle pero… ¡que rico se sentía! Yunho siguió su camino cuesta abajo, notando esa piel nívea pintándose de tonos rosados por sus constantes besos como por la tintura que la propia excitación pintaba en sus cuerpos…
Cuando volvió a quedar ante la endurecida erección del pelioscuro, sonrió relamiéndose los labios y dando apenas un suave mordisco a la punta, suficiente para que Jaejoong gimiera ronco y temblara ligeramente… Yunho tomó su extensión con una mano y masajeó con calma… subiendo y bajando con suma paciencia, deleitándose con esos gemidos que escapan de los labios entreabiertos del Príncipe Vampiro que se encuentran tan rojos que no podría decir que existe un tono más tinto que el que baña esa carnosa boca.
Jaejoong se retorció abriendo los ojos con sorpresa cuando la boca del moreno se deslizó por su miembro tragándole despacio… los párpados cayeron rendidos al placer al momento en que esa boca caliente comenzó a subir y bajar succionando lento, lengua rugosa que acaricia la extensión y juguetea en la punta. Yunho sabía cuánto le gustaban esas atenciones a su novio y viendo que tenían toda la noche para entregarse, estaba dispuesto a continuar con su labor hasta que el alba comience a caer y pueda cumplir el sueño de su novio de observar el amanecer…
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Seúl, Corea
Palacio del Este (Changdeokgung)
La Princesa Chae Yun despertó sobresaltada… había soñado con su madre… con los momentos en que sonriéndoles cariñosamente, la Reina Hye Yong les mostraba un libro antiguo con imágenes que a la, entonces, niña le parecían poco entretenidos pero al mismo tiempo misteriosos…
- cuando mires hacia el Norte y las estrellas circumpolares titilen para ti como sonrisas eternas, recuerda mirar en los muros de las habitaciones triangulares todas las pinturas aburridas que te he mostrado, y del Peri Em Heru mostrar el sendero a tus hermanos…
La Princesa recordó aquellas palabras con suma claridad… las mismas que su madre le había dicho en numerables ocasiones… aquella el día anterior a su muerte…
- ¿habitaciones triangulares?... – la hermosa chica cerró los ojos pensando en lo que su madre había querido decirle entonces… - Pirámides… - susurró luego de unos instantes, golpeando su frente por no haberlo entendido antes… por haberlo casi olvidado durante años…
Se levantó de su cama y moviéndose rápidamente por su habitación encontró aquel medallón idéntico al que sus hermanos también debían tener aún y que su madre les obsequiara cuando eran niños…
- la llave de nuestra biblioteca secreta…
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Yukón, Canadá
La conversación entre Yoochun y Junsu había culminado… tal vez sus corazones en aquellos momentos no estaban del todo tranquilos, muchas cosas se habían agitado en ellos y difícil resultaba encontrar suma paz en aquellos minutos… estaban acostados en la misma cama, el castaño escuchaba los latidos del corazón de su novio y se preguntaba si era el reprimido pesar de su pasado lo que motivaba los golpes algo diferentes…
- ¿Chunnie?... – susurró confundido al momento en que el pelinegro se incorporó de pronto con la expresión inquieta…
- shh… - selló sus labios y agudizó sus sentidos… - ¡mierda!... – bufó saliendo de la cama y jalándole… - nos encontraron, hay que irnos…
Junsu no dijo nada, le siguió escaleras abajo, en la estancia ya JinHyuk se preparaba con armas de balas de plata y unas ballestas con flechas de punta de plata… el centinela reconoció sobre la mesa algunas de sus armas…
- llévatelo… - el lycan dijo a su amigo…
- Yoochun, no… - pero el centinela le miró aprehensivo… no quería que por protegerle le dejara de nuevo a un lado…
- por favor Junsu ah, escúchame, Te Amo demasiado, no quiero perderte… no quiero repetir el pasado, hazlo por mí baby, te lo suplico, vete con él… - el pelinegro le dijo mirándole directamente, abrazándole y besando sus labios con amor al mismo tiempo que sus sentidos le alertan la sorprendente cercanía del enemigo…
Junsu le miró dubitativo… pero haciendo un esfuerzo sobrehumano para su corazón enamorado asintió tomando sus armas y siguiendo a JinHyuk por una puerta secreta que se abrió en el muro detrás de un gran reloj antiguo que comenzó a sonar con campanadas justo cuando marcó las 4 de la madrugada…
Park tomó unas armas también y salió por la puerta principal, numerosas bestias aparecieron ante él cruzando a toda velocidad los jardines de la casa…
…………………………
Kim escuchó el sonido de disparos hacer eco en el silencio de la noche, miró hacia atrás y sus pasos se detuvieron por el dolor que se agudizó en su pecho…
- joven Kim, vamos… - JinHyuk le instó a continuar… pero el centinela no quería… mordió su labio y retomó la carrera cuesta arriba por una colina escarpada y escarchada de nieve…
Luego de unos metros más, Junsu escuchó varios aullidos, reconoció el de su novio y volvió a frenar mirando hacia atrás… no podía… no podía dejarle, escapar sin él… era idiota, lo sabía, pero simplemente no podía… dio la vuelta y comenzó el descenso…
- ¡joven Kim!... – JinHyuk no tuvo más remedio que seguirle, sabía bien que aunque le pidiera volver y marcharse, el centinela jamás podría hacerle caso…
Era cuestión de amor…
…………………………
- qué pasa, Yoochun, ¿son demasiados y más fuertes?… - Darius sonrió divertido al ver al lycan pelear contra el puñado de bestias que se abalanzó sobre él…
El lycan gruñía y se esforzaba por deshacerse de cada bestia que podía, pero efectivamente eran más fuertes, e incluso rápidas… no pudo evitar que le derribaran haciéndole quedar de rodillas en el escarchado suelo rocoso, cadenas rodearon su cuerpo, grilletes se cerraron alrededor de sus muñecas y otro pudo alcanzar su cuello pero la bestia que intentara lanzarla aulló con dolor cuando una flecha se enterró en su pecho atravesando el pelaje grueso y la dura piel desde su espalda…
Los grandes ojos negros del lycan distinguieron a Junsu volviendo a tropel, la ballesta en su mano volvió a disparar una lluvia de flechas acertando a otras bestias aunque sus disparos no fueran 100% exitosos… como era de esperarse, los licántropos no dudaron en ir tras el centinela… JinHyuk aceleró el paso y se colocó delante del castaño para protegerle, Yoochun en tanto luchaba por liberarse, pero las cadenas eran más resistentes pues no podía romperlas…
Luego todo simplemente le pareció un doloroso flashback… JinKyuk no podía con tantas bestias, y Junsu no dejaba de ser un humano… cayó desmayado cuando una bestia le golpeó con fuerza y Darius sonriendo se acercó al cuerpo desvanecido del castaño… Yoochun hizo más fuerza sintiendo incluso que los huesos tronaban sin que las cadenas se rompieran y luego… la vista borrosa, algo se había enterrado en su cuello… su vista nublada alcanzó a distinguir la silueta de quien le había disparado… le resultó familiar…
waaaa me encantó pero me quede con la curiosidad que pasara¿? no tardes en actualizra porfiss
ResponderEliminarme encanta este fic de verdad te felicito ^^
dios me mega emociona leer el fic
ResponderEliminarconti pronto animo ^^
Wuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaa no puedo dejar de babear y de abrir los ojos como platos al leer este fic que simple y sencillamente esta genialisimoo!!!!!!
ResponderEliminarEspero pronto la actua porque se quedo en un momento muy interesante.
AAAAAAAAAAAAAAAAAhhh!!!!!! no me jodas!!!!! DIOS!!!! OMG!!!! ALTO CAPITULO NENAAA!!! MUY BUENO MUY BUENOOOO!!!! quiero conti rapido y urgente!!! esta muy bueno...siguelo pontis!!!
ResponderEliminarpor lo que mas quieras unnie!!! sique no sabes como espero cada uno de los capitulos y los seqwuire esperando eres muy buena escribiendo y te apoyare siempre,,,,
ResponderEliminarOMG!!!! ahhhhh gracias por compartir este relato.. espero con ansias la continuación :D
ResponderEliminaroh Gosh!!!!!!!!!!! que paso despues???????? T________T dale continuacion por favor!!!!!!!!!!!!! O.O
ResponderEliminaroh por diios...q le pasara ah Junsuu y ah Chunieee ahahahha...y Jae y Yunhoo...q deseperaciioon...q pasaraaaaa??
ResponderEliminarDios mío Noooo mi Chunnie está en peligro, como es que todo resultó así. Esa emboscada no va a terminar bien y quiero llorar por qué se aman y ese lobo pulgoso no los deja en paz. Ame el YunJae porque Yunho es tan lindo que procede cumplir un deseo para Jae y vaya manera de anticipar tan bellos espectáculo, pero ojalá los sentilenas vayan en ayuda del Yoosu. No me da buena espina esa "silueta familiar"
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