Changmin realmente no entendía cómo no se había dado cuenta antes. Yoochun no estaba enojado con él, como creía en un principio, solo estaba enojado por no haberse dado cuenta del truco del Comandante. Ser engañado con tu misma baraja de cartas, debía ser algo que no se podía soportar fácilmente.
- Yoochun realmente se ha estado esforzando mucho con todo esto. Conociendo como es, lo más probable es que ahora solo piense en cómo recuperar su dignidad perdida. - Dijo Jaejoong.
- Lo siento. No me había dado cuenta de esto, solo... solo pensaba en rescatar a mi tío y no me daba cuenta de las cosas que le pasaban a Yoochun.
- No te preocupes Detective, no es tu culpa después de todo. – Sonrió Jaejoong tocándole un hombro a Changmin.
Changmin aunque estaba un poco inquieto y un tanto molesto por lo que le acababa de revelar el Oficial, ahora que sabía que Yoochun no estaba enojado con él, sentía un cierto alivio en su cuerpo. Su corazón ya no estaba tan apretado y sentía comos si su mente estuviera lista para ponerse a trabajar.
Iba a ayudar a Yoochun a vengarse del Comandante. Ahora solo debían idear un plan realmente estratégico para actuar. Como siempre, lo primero era encontrar el lugar secreto al que apuntaba esa extraña carta. Encontrando ese lugar, podrían salvar a su tío y descubrir la verdad del Comandante. Sería como matar dos pájaros de un tiro.
- Entonces… - Dijo Changmin. - ¿Por dónde empezamos a buscar?
- ¿A qué te refieres?
- Ya sabes, Oficial. La dignidad perdida de Kuguar.
Jaejoong sonrió. – Pensé que primero querrías salvar a tu tío.
- ¿Acaso no es lo mismo?. – Dijo Changmin sentándose en el sillón. – Recuperar la dignidad de Kuguar y rescatar a mi tío. Ambas cosas son una. Y creo que solo necesito poder descifrar esa carta.
- Entonces dime en qué puedo ayudarte, ya sabes, dos mentes trabajan mejor que...
Jaejoong no alcanzó a terminar la frase. Por el pasillo de la entrada, se asomaba lentamente una sombra que avanzaba hasta el living hasta finalmente empezar a visualizarse una silueta de un hombre.
Changmin miró al Oficial. Vio que sus ojos estaban concentrados en un solo punto. Changmin siguió su mirada dándose vuelta lentamente. Era como si siguiera una línea imaginaria que viajaba directamente desde los ojos del Oficial hacia un punto en aquel rincón oscuro del pasillo. En cuanto la silueta del hombre estuvo completamente a la luz, Changmin no podía creer lo que veía. Sus ojos comenzaron a materializar la imagen de Yunho en su cerebro. Lo miró de arriba a abajo, y extrañamente, sentía cómo las ondas nerviosas construían célula a célula el cuerpo de su tío dentro de aquel motor de inimaginable poder. Como una especie de escáner.
- ¡¿T-Tío?!
Yunho en esos momentos era presa de dos grandes sentimientos. No podía cuantificar, ni mucho menos describir la enorme felicidad que sentía en ese momento al ver que Changmin estaba sano y salvo. Sin embargo, en cuanto recordaba el por qué se encontraba nuevamente en su hogar, una pena hacía que la felicidad de ver a su sobrino se opacara.
- Tío... - Changmin se comenzó a acerca a Yunho lentamente, como si cada paso que daba fuera razón suficiente para despertarlo de un sueño. - ¿Cómo es que...? ¿Dónde estabas? ¿Te encuentras bien?
Yunho solo reflejaba tristeza cuando miraba a Changmin, y Jaejoong podía sentir e incluso ver esa tristeza emanando de sus ojos. ¿Cómo es que el Inspector Yunho estaba en casa de nuevo? ¿Dónde había estado todo este tiempo? ¿Y por qué razón no decía nada?
- Changmin... estás bien. - Dijo Yunho haciendo un esfuerzo enorme para que no se quebrara su voz.
- Por supuesto que estoy bien. Pero ¿y tú? ¿Dónde estuviste todo este tiempo?
- Escucha Changmin, por ahora no quiero hablar de eso. - Dijo Yunho acercándose. - Solo me importa estar en casa de nuevo y que tú estés bien.
El Inspector Yunho no pudo aguantarlo más y agarró a Changmin de la cara, acariciándolo con el pulgar como para asegurarse de que era real, que su sobrino estaba del todo bien. Changmin dejó caer un par de lágrimas y luego abrazó a su tío fuertemente.
A pesar de que Jaejoong sabía que algo andaba mal con el Inspector, no fue capaz de preguntarle nada, no podía romper ese hermoso momento en donde tío y sobrino se reunían después de unos días. Prefirió, por el momento, no decir nada al respecto. Lo mejor era dejar pasar un tiempo y que el Inspector se lo contara todo cuando Changmin no estuviera presente.
- Veo que ahora que Changmin lo tiene de nuevo Inspector, lo mejor es que me retire. Permiso - Jaejoong hizo un pequeño movimiento de cabeza y comenzó a atravesar el living para salir de la casa. Sin embargo, lo detuvo la voz de Yunho.
- Oficial... - Dijo haciendo que Jaejoong girara un poco la cabeza. - Gracias.
- Solo tómelo como parte de mi trabajo, Inspector. Changmin también es importante para mí. - Dijo Jaejoong para salir del lugar.
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Fue entonces que Yoochun se dio cuenta de que siempre había tenido conocimiento sobre dónde había ido a parar la joya. Al ver cómo el sujeto parado en medio de la gran sala sacaba la joya del bolso mientras observaba temeroso su alrededor. Como sospechando que no estaba solo.
"El aura de un ladrón" Rió Yoochun.
Después de todo, otra de las gracias que tenía Kuguar era que sabía cómo hacerse notar.
- Con que así fue como pasó todo ¿no? - Dijo para iniciar una puesta en escena.
El hermano que estaba con la joya en sus manos se llevó el susto de su vida al escuchar esa voz salir de la oscuridad.
- ¡¿Ch-Changmin?! . Exclamó cuando reconoció al hombre que lo había estado observando.
Yoochun sonrió abiertamente. - Parece que no esperabas tener compañía.
- ¡¿Qué haces aquí?!
- Un asesino siempre vuelve a la escena del crimen, amigo mío. Es lógico, como cuando un escritor de una u otra forma siempre vuelve al inicio de su historia.
El hermano notó que esa no era la forma en que Changmin le contestaría. Ese tipo de respuestas, ese acento en su tono de voz, aquella voz grave y de cierta forma misteriosa ... solo podían provenir de una sola persona.
- ¿K-Kuguar?
- Años juntos y aún no reconoces a un viejo amigo. - Dijo Yoochun al momento que comenzaba a sacarse el disfraz. - Y cuéntame, ¿hace cuánto que le sirves al Comandante, amigo?
- ¡Maldito, ¿qué haces aquí?!
- No estás respondiendo mis preguntas. - Dijo Yoochun con una sonrisa en sus labios.
En este momento no podía sentirse mejor. Atrapar a un ladrón con las manos en la masa, era el sueño de cualquier Detective. Aunque claro, él no era un Detective. Sin embargo, no podía quitarse esa sonrisa de ganador de la cara. A decir verdad, en este momento no podía sentirse más vivo.
- Espera a que llegue el Comandante y los demás y veremos si sigues así de feliz.
- Dudo mucho que vengan a ayudarte. Si no te has dado cuenta, el Comandante solo te ocupa para su beneficio, ¿crees que de verdad le importaría que atraparan a un tipo como tú?
- El Comandante confía en mí, estúpido.
- Ah~ - Suspiró Yoochun mirando hacia el suelo.- Es verdad, siempre te pide que hagas todo el trabajo pesado, jamás te separas de su lado e incluso te manda a que devuelvas la joya robada. - Yoochun miraba hacia el techo mientras tomaba su mentón con una mano. - Mmmh... creo que tienes razón, el Comandante de verdad debe confiar en tí. Sobre todo si te pide que vengas hoy a dejar la joya, cuando hay más probabilidades de que te atrapen.
- ¿A qué te refieres?
- ¡Vaya~!... El Comandante sí que confía en tí.
- ¡T-Te hice una pregunta, Kuguar! - El hermano comenzaba a ponerse realmente nervioso. No sabía cómo escapar de ahí ni qué hacer con la joya, pero lo que realmente lo espantaba era lo que Kuguar le decía. Lo conocía lo suficiente como para saber que todo esto era una de sus charlas inservibles para distraer al oponente. Pero como ya sabía el truco, no podía dejarse vencer tan fácilmente.
- ¿No sabes qué día es hoy? - Dijo Yoochun realmente sorprendido.
- Escucha Kuguar, no trates de convencerme de nada. Sé muy bien lo que intentas hacer y déjame decirte que no caeré en tus trucos.
- ¿Trucos? - Dijo Yoochun inocentemente.- Pero si fuiste tú el que dijo que el Comandante realmente confiaba en tí. Bueno... creo que incluso hoy tampoco confiarás en mí.
Yoochun comenzó a darse la vuelta lentamente. - De todas maneras, supongo que el Comandante debió advertirte sobre la cantidad de guardias que hay esperando afuera, ¿no?
- ¡¿Guardias?!
De pronto, una fuerte luz azul se vio traspasar la puerta de la entrada principal. El hermano se dio vuelta realmente asustado y preocupado. Aún tiritando y con la joya en sus manos, comenzó a levantar los brazos, como preparándose para la inesperada entrada de los guardias.
Sin embargo, la puerta no se abría y no se escuchaba ruido afuera. Pero antes de que pudiera razonar un poco lo que pasaba sintió un fuerte dolor a ambos costados del cuello. Yoochun hacía presión con ambos dedos sobre el cuello del sujeto, aunque este se resistía, Yoochun no lo soltaría.
"Solo un minuto" Pensaba mientras presionaba fuertemente.
Efectivamente, bastaba un poco de conocimiento y aplicar solo un poco de fuerza sobre una zona específica de alguna persona para poder dejarla inconsciente. Un método sencillo para escapar de alguien sin hacerle el menor daño. No se necesitaba ser tan fuerte para hacer presión sobre el cuello de alguien. Aunque claro, había que saber ocupar la técnica en el momento preciso, si tu rival era un tipo realmente corpulento y fuerte... era un poco más difícil tratar de que se quedara quieto mientras tú tratabas de adormecerlo.
Una técnica que dependía del rival, lamenteblemente.
Pero este sujeto no era problema para Yoochun.
De pronto el hermano comenzó a sentir una fuerte punzada en la base de la nuca, como si su cerebro pidiera a gritos que llegara sangre a su cabeza, sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente y sus piernas junto con todo su cuerpo perdieron fuerza, cayendo inconsciente al suelo.
Yoochun suspiró. - Pensé que sería más difícil de atrapar.
Yoochun se agachó para poder tomar en brazos al sujeto.
Engañarlo no había sido tan difícil, tal y como lo había pensado Yoochun. ¿Policías esperando por él afuera del museo? Por supuesto que no. Aunque la mentira no era una completa farsa después de todo, era verdad que habían varios guardias, pero no necesariamente fuera del museo. Hoy era el aniversario número 15 de la Escuela de Investigaciones de Seúl, y como siempre, el lugar de celebración era la orilla de la playa.
Los rayos azules de hace un momento, eran nada más y nada menos que una señal del inicio de la celebración.
- Si vas a venir a devolver una joya - Dijo Yoochun con el cuerpo del hombre sobre sus hombros y la joya en sus manos - mínimo que sepas lo que pasa alrededor del museo.
Yoochun contempló por un momento la Rosa de los Vientos sobre su mano, aún en aquel sitio con poca luz podía ver cómo la joya brillaba. "Y pensar que gracias a esta preciosura conocí a Changmin" Pensó Yoochun con una sonrisa en sus labios.
Aquel día ni siquiera se había imaginado que su vida daría un giro completo. Después de todo conocer a ese mocoso jamás había estado en sus planes. Sentía como si hubiera sido esa misma tarde que había visto a Changmin tras aquella mesa de vidrio, el sol posándose sobre sus cabellos y él escondido en un rincón observándolo todo detenidamente.
Yoochun sonrió antes de colocar la rosa en su sitio, no quería perder el tiempo divagando en sus recuerdos, por muy bonitos que estos fueran. Antes de irse, echó una última mirada al papel que sobresalía de aquella mesa.
"Vardaguyn"
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- Entonces... Yoochun no te dijo dónde iba ¿cierto?
- Dijo que no era necesario, que él tenía que ir solo.
Jaejoong estaba sentado en un asiento de la barra, aunque su cuerpo estaba completamente presente frente a Junsu, su mente estaba en otro lugar. A decir verdad, su mente estaba dividida en dos, una parte estaba totalmente preocupado por Yoochun, ya eran pasadas las diez de la noche y él aún no llegaba, una parte de sí le decía que nunca debió dejarlo ir solo y otra le decía que en cualquier momento llegaría. En momentos así no sabía a cuál hacerle caso.
La otra mitad de su mente, tenía grabada la cara del Inspector Yunho. Desde que lo había visto entrar a la casa que lo había notado raro. ¿Dónde se supone que había estado todo este tiempo y por qué llegaba de un momento a otro como si nada?; ¿Por qué razón no había querido decir nada?; ¿Habrá escuchado algo de la conversación que estaban teniendo él y Changmin en ese momento?; ¿Tanto había sido el asombro y la alegría de Changmin de ver a su tío de vuelta que ni siquiera pudo notar que algo malo le pasaba? o claramente, ¿solo era Jaejoong el que estaba mal interpretando las cosas?
Realmente no podía responder ninguna de esas preguntas.
- Junsu - Dijo arreglándose el cabello - saldré a caminar un rato. Por favor avísame si Yoochun aparece.
- Okey, pero ten cuidado es tarde y no sabes qué tipo de persona anda afuera en estos momentos.
- Tranquilo, soy policía, recuerda. - Dijo Jaejoong seguro de sí mismo mostrando la pistola que colgaba de su uniforme.
Junsu sonrió y vio la espalda de Jaejoong alejarse por la puerta.
Desde esta hora en adelante, en la taberna solo llegaba gente borracha. La mayoría de las veces el origen de aquel estado se debía a que venían de un cumpleaños o algún tipo de fiesta que requería un vaso de alcohol.
O quizá dos.
Gente que difícilmente podía mantenerse en pie. Poco menos lo que hacían era arrastrar su dignidad de un lado a otro por el suelo tratando de mantenerse estable por unos míseros cinco segundos.
Aunque era cantinero, Junsu no entendía la lógica del trago. Por su puesto que no estaba en contra de beber, eso sería como ir en contra de sus principios laborales después de todo, pero llenarse las venas de alcohol hasta ya no poder más... para él, era totalmente innecesario. Sin embargo, jamás estaba en condiciones de oponerse totalmente a ello, ya que gracias a esos tipos que no tenían nada mejor que ahogarse en un vaso, es que él podía sobrevivir. De eso se ganaba el dinero.
Por el momento, solo se veían dos hombres sentados en un rincón de la sala, aunque Junsu sabía que en cualquier momento el local se llenaría de todo tipo de hombres, venidos todos de distintos lugares. Algunos increíblemente recorrían kilómetros para llegar a esa taberna. El por qué de que tanta gente prefiera esa taberna a otras realmente era muy obvio para Junsu. Desde un principio esa había sido la guarida de Kuguar, y al igual que el Oficial Jaejoong, Junsu siempre había ayudado a Yoochun escuchando uno que otro rumor que le pudiera servir.
De hecho, durante los primeros años, el único tema del que se hablaba ahí dentro era de que el brillante y apuesto Kuguar, como lo llamaban la mayoría de las mujeres, estaba esperando arriba en el segundo piso. Muchas personas trataban de subir para averiguar si era solo un rumor o no, incluso a veces subían sin el permiso de Junsu.
Pero jamás lo atraparon.
"Es Kuguar después de todo" Sonrió Junsu.
Ahora que todo estaba relativamente tranquilo, Junsu tenía ganas de sentarse un rato a descansar o más bien, sentarse y tratar de hacer mentalmente una lista de todas las personas que visitaban esa taberna que pudieran estar relacionados con Changmin. ¿Qué tipo de problemas tendría que enfrentar Yoochun ahora?
Lo único que sabía era que todo giraba entorno al Comandante. Aunque habían sido muy pocas las veces que a Junsu le había tocado estar con ese hombre, sabía que era realmente terrible.
"En algún momento de su trayectoria debe haber hecho un pacto con el diablo. Tiene a todos los demonios del infierno trabajando para él" Pensaba a menudo Junsu.
"Una relación bastante acertada la verdad." Le había dicho Yoochun una vez.
Junsu comenzó a limpiar las mesas del local, en estos momentos no tenía nada mejor que hacer mientras pensaba. Comenzó a mirar todo el lugar, devolviendo el tiempo mentalmente a aquellos momentos en que todo el mundo se reunía a comentar algún rumor. ¿Alguno de ellos se trataba de Changmin? Podía ser.
Los temas ahí tratados eran los más diversos. Desde una simple opinión de qué color de vestido de bodas podía ocupar la novia de un amigo, hasta la nueva elección del Papa. No era difícil pensar que durante el día se hablara de lo que pasaba en la Comisaría Central del país.
De pronto, Junsu vio dos ojos negros observándolo desde la puerta de entrada.
Tardó solo diez segundos en darse cuenta de que eran los irreconocibles ojos negros de Yoochun, sin embargo, algo andaba mal con su cara, lucía como si hubiera estado huyendo de un fantasma durante toda una tarde, pero aún así sonreía. Cuando Junsu se levantó de la silla y comenzó a avanzar hacia Yoochun, este hizo una seña con la mano para que se detuviera. Junsu miró hacia donde estaban los hombres sentados, ninguno de los dos estaba en su sano juicio como para darse cuenta de lo que él estaba haciendo. Volvió a mirar una vez más a Yoochun, como para darle a entender que no había peligro. Yoochun en vez de responderle, solo se limitó a mover los labios. Y aunque no emitió ningún sonido, Junsu pudo leer claramente un "vamos arriba".
No lo dudó ni un segundo, Junsu se dio media vuelta y comenzó a subir las escaleras hacia la habitación.
Una vez arriba, le costaba creer un poco lo que veía. Un sujeto amarrado a una silla, con los ojos cubiertos por un paño negro y una cuerda rodeándole la boca.
- ¿Quién es?
- Uno de los hermanos de siempre. - Dijo Yoochun sentándose en la cama.
- Pero, ¿qué hace aquí? Y ¿por qué está amarrado?
- Porque créeme que no habría sido nada fácil traerlo hasta aquí sin esas amarras. - Se burló Yoochun.
Junsu miró a Yoochun como pidiendo una explicación un poco más lógica.
- Mi querido amigo Junsu, ahora mismo tienes en frente tuyo al hombre que nos ayudará a capturar al Comandante y que nos dirá dónde esconden al Inspector Yunho.
- ¿Al Inspector Yunho?
- Sí, estamos seguros de que este sujeto junto con su hermano y el Comandante secuestraron al Inspector para poder presionar a Changmin y tratar de encontrarme.
- Es por eso que me decían que vigilara si alguien estaba tras Changmin ¿no?
- Exacto.
Yoochun se levantó de la cama y se acercó al sujeto. Acercó su cara a la del hermano y comenzó a sacarle el pañuelo que le cubría los ojos. De inmediato, sintió esas dos pupilas observándolo de cerca, como si trataran de eliminarlo usando solo como recurso el sentimiento de odio que reflejaban.
Yoochun sonrió. - El poder de una persona sobre otra puede llegar al límite. - Dijo. - Ni siquiera tiene que matarla, solo tiene que desear que se muera.
Yoochun le desordenó el pelo un poco, antes de alejarse de él. - Eso es lo que tratas al mirarme de esa manera ¿no? Pero apuesto a que por más que lo intentes, jamás lograrás matarme.
Junsu imitó a Yoochun y se sentó a su lado en la cama. Debía admitirlo, se divertía como nunca estando con Yoochun, tenía esa forma muy especial de entablar una conversación que hacía que Junsu solo agradeciera el hecho de tenerlo como amigo.
A diferencia de lo que pensaba Yoochun, en cuanto le sacó la cuerda de la boca, el hermano se quedó completamente callado.
- Ahora iremos al grano. - Dijo Yoochun. - ¿Qué planeabas hacerle a Changmin?
- No lo sé.
- Capturarlo como al Inspector Yunho ¿no? Por algo lo estabas siguiendo aquella vez.
- No te diré nada.
- No creo que hayan hecho todo esto con el fin de atraparme supongo, ¿cierto?
- Púdrete.
Junsu sabía que no estaba funcionando.
Y Yoochun comenzaba a perder la paciencia.
- Escucha, estás colmando mi paciencia. Haré la pregunta una vez más, ¿qué planeabas hacerle a Changmin?
- ¿Qué sucede si no te lo digo, ah?
- No me hagas llamar a la policía. - En su tono se notaba que estaba enojado.
El hermano comenzó a reírse abiertamente. - No me digas, ¿y de paso te entregarás tú también?.
Yoochun era una de esas personas que podían aguantar las bromas hasta cierto punto. No le molestaba que el tipo no le respondiera. Tenía paciencia para eso. Podía controlar ese tipo de situación. Pero el hecho de que se estuviera burlando completamente, era insoportable para alguien como él.
Es por esa razón, que Yoochun no pensó nada antes de golpear la cara de aquel hombre.
Un limpio golpe en la mejilla.
- ¡No importa cuántas veces me golpees, idiota! - Dijo después de recibir el golpe. - ¡Puedes matarme si quieres y no me importará!
Un delgado hilo de sangre comenzó a salir por el labio del hombre.
- ¡De todas formas el Comandante matará a Changmin sin mi ayuda!
Una mente frágil.
Hombres que no piensa antes de ponerse a hablar.
Junsu sabía que eso era lo que más le molestaba a Yoochun. "Tipos como esos no llegan muy lejos", le decía Yoochun a menudo, "tienden a actuar sin ver lo que les sucederá si reaccionan de tal manera". Además del obvio enojo de Yoochun por reacciones de ese tipo, no estaba demás mencionar que últimamente odiaba que alguien hablara mal de Changmin.
Era obvio que el escándalo que se estaba formando en estos momentos no era algo que Yoochun haya esperado. De seguro que si el hombre seguía gritando de esa manera alguien de abajo los escucharía, e independiente del estado en que se encontrara, querría subir a ver qué pasaba.
Yoochun estuvo a punto de darle un segundo golpe al hombre en la cara, pero Junsu lo detuvo.
- Es suficiente Yoochun. - Dijo agarrándole la mano. - Es mejor que bajes, yo seguiré con este sujeto.
Yoochun iba a negarse ante las palabras de Junsu. Aunque sabía que el muchacho tenía razón, las cosas se estaban saliendo de control. Sin embargo, no podía dejar que Junsu siguiera con la interrogación si no sabía exactamente qué es lo que quería saber Yoochun, y claro, no había tiempo para explicarle todo.
- Ahora entiendo. Este fue tu plan desde el principio ¿no?
Yoochun desvió la mirada hacia la puerta. El Oficial Jaejoong estaba ahí de pie, sonriendo triunfante, como cuando alguien está esperando la paga del dinero que ganó en una apuesta.
- Ahora sí podremos saber qué es lo que trama el Comandante - Continuó Jaejoong - Bien pensado Yoochun.
El hombre que estaba amarrado en la silla se dio vuelta al escuchar la voz de una nueva persona, sin embargo, él conocía esa voz.
- Vaya vaya - Dijo al tiempo que reía irónicamente. - Entonces Kuguar siempre tuvo un espía ¿no?
Yoochun ignoró por completo el comentario y se dirigió hacia Jaejoong. - ¿Changmin está solo en la casa?
- No, Yoochun. - Contestó Jaejoong. - El Inspector Yunho volvió.
- ¡¿Qué cosa?!
Antes de escuchar la respuesta Yoochun ya había comenzado a avanzar hacia la puerta.
- Yoochun espera, Changmin está bien. - Dijo Jaejoong deteniéndolo de un brazo a mitad del pasillo.
- ¿Y qué pasa si no era el verdadero Yunho, Jaejoong?
- Sus ojos solo gritaban Changmin en cuanto entró, imposible que haya sido otro sujeto.
- Pero, ¿y si querían hacerle algo?
- Yoochun, solo confía en mí.
- Pero Jaejoong, quizá Changmin corre peligro y no puedo...
- Changmin está a salvo. - Jaejoong sonó de una forma muy transparente. Y Yoochun se dio cuenta de eso.
¿Qué más podía hacer? Estaba acostumbrado a confiar plenamente en Jaejoong. No había razón para no hacerlo ahora.
- Por lo menos puedo ir esta noche a vigilarlo ¿no? - Dijo Yoochun. - Solo para asegurarme de que realmente...
Jaejoong sonrió. - Ahora que está con Yunho, está más seguro que todos nosotros, no es necesario que vayas hasta allá. Y con respecto al sujeto que está adentro, déjame encargarme de la interrogación, lo mejor es que bajes con Junsu, no queremos que lleguen los clientes hasta acá arriba.
Yoochun asintió y comenzó a bajar las escaleras. Aún escuchaba la voz de Jaejoong hablar mientras que caminaba hacia la habitación para interrogar al hermano. - El Inspector Yunho no lo dejará solo ni por un momento, créeme.
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Changmin se había quedado dormido en su habitación. El cansancio lo había vencido. Ahora por fin descansaba sobre su cama, después de haber tenido unos días realmente agotadores.
Descansaba como no lo había hecho hacía tiempo, recostado bajo las tapas con una sonrisa en su rostro. A pesar de que dormía todas las noches, esta noche dormía de una manera especial, dormía profundamente. Muchas veces, la gente que tiene cosas en su cabeza duermen de una manera muy superficial, y cuando despiertan, sienten que no han dormido absolutamente nada.
Como solo haber pestañeado una vez.
Changmin había sentido eso las últimas semanas, y es que su mente estaba tan ocupada trabajando con acertijos e inventando situaciones de captura, además de lo preocupado que había estado con la desaparición de su tío, que no había podido dormir tranquilo ningún día. Pero ahora era distinto, sabía que su tío estaba con él, sabía que estaba bien en casa. O eso es lo que él creía.
Yunho estaba a su lado. No sabía por cuánto tiempo lo había estado mirando dormir. Solo sabía que él no podía dormir, por lo menos no mientras tuviera esa idea en su cabeza.
"Matar a Kuguar.
Solo así se podrá salvar Changmin"
No podía conciliar el sueño si esa frase aparecía cada dos segundos en su mente. Sin embargo, mirar la cara de Changmin mientras dormía lo hacía sentirse más tranquilo. Esa cara llena de paz que en este momento descansaba con una serenidad envidiable.
"La seguridad de Changmin está en mis manos"
No quería ver sufrir a Changmin. No quería verlo pasar por lo mismo que pasó su hermano y mucho menos verlo morir por su culpa. Morir por culpa de algo que realmente amaba, eso Changmin no se lo merecía.
No aceptaba el tener que matar a Kuguar. Era verdad, ese ladrón lo había hecho pasar por muchos problemas y sin duda, Yunho había pensado que él era el que quería verlo tras las rejas más que nadie. Sin embargo, se equivocaba. El Comandante al parecer odiaba más a Kuguar que cualquier otra persona en este país. Pero llegar al límite de matarlo... Yunho no estaba de acuerdo.
Sin embargo, se encontraba sobre una balanza. Por un lado, tenía a Changmin. Con él estaba su seguridad, vida y todo lo que el propio Changmin implicaba. Y por otro lado, estaba Kuguar y junto con él su dignidad de Inspector y su conciencia.
No entendía cómo la muerte de una persona podía salvar la de otra. ¿Desde cuándo una vida era más importante que otra? E independientemente si esa persona había robado toda su vida o no, Yunho no tenía el derecho de matar a nadie.
Sin embargo, si se inclinaba un poco hacia Kuguar, corría el riesgo de perder a Changmin.
Estaba en una cuerda floja.
Pero en esta vida siempre había que elegir un camino. Y en este momento, Yunho tenía una prioridad, y esa era mantener a Changmin a salvo.
Changmin despertó en la mañana, cuando el sol abrasador entraba por la ventana y caía directamente sobre su cara. Abrió los ojos y se sentó en el borde de la cama, comenzó a recorrer la habitación con la mirada, como si cada cosa que veía lo hacía entrar en razón y fuera despejando su mente, como convenciéndolo de que había despertado completamente y ya no se encontraba en un sueño.
De pronto lo recordó. Su tío había vuelto a casa anoche, pero... ¿dónde se encontraba su tío ahora? Se levantó rápidamente y fue a la pieza de al lado. La habitación de Yunho. Sin embargo, no había nadie. Completamente vacía. Salió y fue al living. Nada. La cocina, el baño y el pasillo. El mismo resultado. Aún le quedaba una esperanza, el segundo piso. Subió las escaleras y abrió una habitación, la misma en la que había encontrado a Yoochun un tiempo atrás.
Sintió un alivio recorrerle el cuerpo en cuanto vio a su tío frente a una cajonera de espaldas a la puerta. Sin embargo, la felicidad no le duró mucho. El Inspector tenía algo en las manos. Changmin se acercó lentamente hacia él.
- ¿Tío?
Yunho escuchó la voz de Changmin detrás suyo. Sintió cómo se le tensaba la espalda, aunque no sabía por qué, tampoco era como si hubiera asesinado a alguien y estuviera escondiendo el cadáver en su propia casa.
- Despertaste, Changmin.
- Hmm - Dijo Changmin como único sonido afirmativo.- ¿Qué haces?
Yunho se dio vuelta con un arma en sus manos.
- ¿Qué haces con eso?
- Solo me aseguraba de conseguir un arma, perdí las mías y ya sabes que para un policía es indispensable andar con una.
- Okey.
Changmin no sonaba muy convencido. Pero no podía desconfiar de su tío. Todo su ser se lo impedía.
Yunho colgó la pistola en su cinturón. - Vamos, ve a ducharte y cambiarte que debemos ir a la Comisaría. - Dijo con su mejor sonrisa.
Changmin obediente se dio media vuelta y comenzó a salir de la habitación. No podía desconfiar de su tío. "Solo estaba consiguiendo un arma, Changmin" Se decía así mismo mientras bajaba las escaleras.
Lo que Changmin no sabía, era que en unas horas más, hubiera deseado que su tío jamás hubiera sacado esa arma.
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En la oficina del Comandante solo habían dos personas. Un guardia y el mismo Comandante.
- ¿Tu hermano no se ha puesto en contacto contigo aún?
- No me pude contactar con él en toda la noche, mi señor.
- ¡Maldita sea! Le dije que solo debía devolver la joya.
- Mi señor, cree que... - El hermano tragó saliva. - ¿Cree que el Inspector Yunho nos haya engañado?
- ¿Yunho? - El Comandante sonrió abiertamente. - Si el Inspector Yunho llega a pensar si quiera esa idea, es hombre muerto. No lo hubiera soltado si no hubiera estado seguro de esto.
- Pero, ¿matar a Kuguar? ¿Cree que realmente lo logrará?
- Changmin es su única joya. Changmin no es un precio que el Inspector Yunho esté dispuesto a pagar. De seguro que matará a Kuguar. No lo dudes.
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Yoochun volvió a tomar el vaso entre sus manos y miraba el poco de cerveza que le quedaba. Lo observaba como buscando una respuesta. Junsu estaba a su lado mirando cada uno de sus movimientos. Trataba de asimilar las palabras que le acababa de decir.
- Así que... - Dijo Junsu finalmente. - ¿El Comandante mandó a alguien para reemplazar al Inspector Yunho?
- Efectivamente. - Respondió Yoochun antes de tomarse el último sorbo de cerveza.
- Ese hombre, hasta dónde va a llegar con sus planes. Cree que por ser el Comandante de la ciudad puede hacer lo que se le de la gana.
- Lo que más me preocupa ahora. - Dijo Yoochun mirando de reojo las escaleras. - Es Changmin.
- Jaejoong dijo que estaba bien ¿no?
- No solo por anoche. No sé por qué, pero presiento que algo le puede pasar. Temo que el Comandante le haga daño.
- Pero sabes que el único objetivo del Comandante siempre has sido tú, no creo que le haga nada a Changmin. - Dijo Junsu.
Palabras sabias.
- El deseo del Comandante siempre fue atraparme, desde que yo era pequeño y a él le faltaba poco para llegar al puesto de Comandante que ha tenido esa obsesión de verme tras las rejas. No lo culpo. - Sonrió Yoochun. - Nos hemos enfrentado tantas veces, que de seguro soy su frustración más grande. Pero de verdad, hay algo que me inquieta, y siento que no es solo mi seguridad.
Jaejoong apareció de repente al lado de Yoochun.
- ¿Qué tal?
- Nada. Se niega a hablar.
- Pensé que por lo menos a ti te diría algo. - Dijo Yoochun un tanto enojado.
Tenía la oportunidad en sus manos. Atrapó al mano derecha del Comandante, solo debían saber cómo interrogarlo. Tratar de tentarlo con algo, pero ¿con qué?
De cualquier cosa que le hablaran, es como si él llevara ventaja. No sabía los movimientos de Kuguar y Changmin, sin embargo, sentía que conocía todas sus alternativas.
- Será mejor que me vaya Yoochun. Ya amaneció y debo volver al trabajo.
- Iré contigo. Quiero hablar con Changmin. - Yoochun se levantó de la silla. - Junsu, necesito que te encargues del tipo de arriba, por favor.
- Cuenta conmigo. - Dijo Junsu.
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Yunho y Changmin llegaron a la Comisaría. Changmin sentía que había pasado tiempo desde la última vez que había llegado en auto con Yunho a la Comisaría. Se bajaron del auto y entraron.
Recorrieron el mismo camino que habían recorrido otras veces para llegar a la oficina del Comandante. Golpearon. Se oyeron unos pasos dentro y luego la puerta se abrió.
- Hola señores.
No podía creer que estaba haciendo esto. Fingiendo aún servirle al hombre que más odiaba. Por qué las cosas no podían ser más fáciles, arrestar al Comandante ahí mismo. Decirles a todos lo malo que era en verdad, su plan de haber robado la joya y de haber culpado a Yoochun.
Changmin tenía tantas ganas de contarle a su tío sobre Kuguar. Sobre Yoochun. Decirle la persona que de verdad era. La razón por la cual robaba o por las cuales había robado, la razón de su vida. Decirle por fin cuánto le importaba y lo importante que era para él ahora.
Sin embargo, la realidad era otra. No podía fácilmente inculpar al Comandante, por la sencilla razón de que nadie le creería. Y obviamente, el Comandante no se dejaría derrotar tan fácilmente. Diría que las palabras de Changmin eran falsas e incluso, podía dar vuelta la historia diciendo que él era la víctima y que todo era culpa de Changmin que se había aliado con Kuguar a las espaldas de todos. Incluso del Inspector Yunho. Sí, se imaginaba al Comandante armando tal show solo para salrvarse.
Y tampoco podía fácilmente contarle todo a Yunho para que los ayudara. Decirle a su tío de un momento a otro de que el ladrón al que había estado persiguiendo por tanto tiempo se había convertido en su amigo, e incluso más que su amigo, era algo que nadie podía manejar tan a la ligera.
Amar al enemigo de tu familia.
- Con que finalmente apareció el Inspector ¿no?
Las palabras del Comandante perturbaron sus pensamientos.
Yunho escuchó al Comandante hablar, no podía evitar el sentir rabia en ese mismo momento. Pero debía controlarse, Changmin tenía una facilidad increíble para detectar el sentimiento de otras personas. Quería contarle todo a Changmin. Decirle de verdad lo malo que era el Comandante, contarle sobre la idea que tenía en mente.
- Detective Changmin, creo que es la última vez que le permitiré sospechar de mí. ¿Creer que yo rapté al Inspector Yunho como si él fuera un delincuente? Por favor. - Rió el Comandante. - Primero que todo deberá dejar de leer tantas novelas o de ver tanta televisión. Al parecer su cerebro no funciona correctamente.
El Comandante dijo estas últimas palabras lentamente, como tratando de que con cada sílaba que pronunciaba Changmin sintiera cómo le enterraban una daga invisible en el pecho.
- Ahora bien. - Dijo mirando a Yunho. - Tengo una tarea para Usted, espero que pueda hacerla. Podrá, ¿cierto?
Yunho no quería responder. Le dolía en el alma darle la razón al Comandante, pero tampoco podía permitirse decir que no y tentar a que le hagan daño a Changmin.
- Trataré de hacer lo que pueda.
Jaejoong acababa de entrar a la Comisaría. Le extrañó ver que la oficina del Inspector Yunho estuviera vacía, el único lugar en el que podían estar era con el Comandante. Se dirigió hacia allá.
Yoochun había llegado con él, pero no había entrado, ya que había decidido esperar a Changmin en otro lugar.
"Dile a Changmin que estaré en el pasaje de la plaza, donde está la Iglesia.
- ¿Por qué ahí, Yoochun?
Yoochun sonrió.- Porque ese es un lugar especial, fue donde Kuguar y Changmin se conocieron"
Jaejoong en ese momento solo lo miró.
Fue la última vez que vio a Yoochun sonreír.
Al llegar a la oficina del Comandante, Jaejoong se llevó una sorpresa. Un guardia parecía cuidar la puerta. ¿Desde cuándo el Comandante tiene guardias que cuidan sus entradas y salidas? Cuando comenzó a acercarse, se dio cuenta de que conocía al hombre.
- ¡¿T-Tú?! ¿Qué haces aquí? - Dijo al ver de cerca al hombre.
- Vaya, veo que me reconociste altiro, Oficial.
- ¿Dónde está el Comandante?
- Está adentro. - El hermano comenzaba a acecarse cada vez más a Jaejoong haciendo que éste retrocediera. - Está ocupado con unos asuntos, en realidad, con dos asuntos.
Jaejoong pensó en Changmin y Yunho inmediatamente. Iba a gritarles para que lo pudieran oír, pero no pudo, un pañuelo le envolvió la cara. El pañuelo olía raro... Jeaejoong conocía ese olor. Cloroformo.
Después de menos de diez segundos de lucha, cedió. Se le cerraron solo los ojos y el cuerpo no le respondió.
El hermano recordó las palabras que el Comandante le había dicho hace un momento, antes de que llegaran todos.
"- Entonces, ¿Usted se encargará de Changmin y Yunho?
- Sí. Pero antes de hacerle algo a Yunho, se supone que éste habrá cumplido la tarea que le dejé. Así ni Kuguar, ni Yunho podrán detenerme para matar a Changmin.
- Y, mi señor, ¿que pasará con el Oficial?
- Hmm, lo había olvidado. Tú te encargarás de él.
- ¿Quiere que lo encierre?
- No. Interrógalo y ve qué información puedes sacar de él que sea de nuestra ayuda. Y luego...
Un silencio reinó por unos segundos.
- No nos servirá de nada, así que solo mátalo."
amo este fic, lei el adelanto en facebook XDD, waaaaa estoy tan intrigada por saber en que terminará T-T!
ResponderEliminarAaaahhhhh de verdad que me encanta tu fic es de emocionarse a 1000¡¡¡¡¡ adorooo a este ladroon lo amoooo¡¡¡
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