Título: ¿Yo y él?
Autor: 1216Dalex
Pareja: YooSu
Género: Lemon, Angst.
Extensión: OneShot
Advertencia: Ninguna.
Reseña:
El sonido de su carro apagándose, el del elevador al subir a su apartamento y el de la puerta al cerrarse. Le hizo darse cuenta que estaba caminado hacia un punto sin retorno, tenía que prepararse mentalmente para lo que seguía. Pero no tenía ni tiempo en su mente, ni espacio para pensarlo.
Él no sabía cómo había llegado a aquel apartamento, ni porque se encontraba en esa habitación.
Lo único que sabía era que yo y el, no podía ser... O eso fue lo que pensó.
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Ellos no sabían cómo habían llegado a aquella situación, tampoco sabían qué hora marcaba el reloj y en qué lugar o habitación se encontraban. Habían perdido completamente la noción del tiempo embriagados en el olor de cada uno. Tratando de ganar la batalla que apenas habían empezado metiendo sus lenguas dentro de la boca del otro. Sus respiraciones estaban agitadas y sus manos temblorosas recorrían sus cuerpos, buscando un lugar donde estás encajaran y quedarse allí para ir empezando a armar aquel rompecabezas que aún estaban empezando a construir. Sus labios chocaban con fuerza, abriendo y cerrando sus bocas para poder ejercer el control de la ajena. Era una batalla inminente, una batalla que por muchos años de miedo ellos trataron de posponer cada vez más y más. Pero a veces llega el momento en donde el autocontrol se pierde y explota así como un volcán, ellos explotaron derramando su caliente lava entre ellos, y quemándose por dentro, un dolor exquisito que se apoderaba de ellos. Ellos se deseaban aunque lo negaran, y ahora estaban rindiéndose cuentas.
La mano del pelinegro tratando de controlar a un peliazul desesperado, agarro con fuerza los cabellos de este, y tiro de su cabeza hacia atrás, para así comenzar a besar el níveo cuello de su Candy bar. Pudo sentir como los latidos de Junsu empezaron a descontrolarse, ellos estaban al borde, ellos estaban haciendo algo malo, algo indebido, Ellos estaban a punto de hacer algo prohibido.
Junsu empezó a gimotear, quería más, quería que no solo Yoochun lo besara allí, él quería que bajara y le recorriera el pecho, no… no solo el pecho, él quería que Yoochun lo probara, lo lamiera y marcara cada parte de su cuerpo como suya, que encontrara todos esos lugares que el mismo no había visto. Él lo deseaba, él lo había soñado… él no era inocente.
Yoochun empezó a bajar por su cuello, hasta toparse con esa estorbosa camisa negra, solo basto un tirón y la camisa cayó al suelo, rompiendo todos los botones de esta y dejándole el paso libre a lo que sería su perdición esa noche… el cuerpo de Junsu. Descendió por su pecho y pudo sentir como Junsu se estremecía debajo de él, como empezaba a inquietarse, una sonrisa se marcó en sus labios, eso quería decir que él no era el único ansioso por pecar, por perderse en el cielo.
De repente Junsu sintió como sus pequeños botones rosados eran mojados, como Yoochun los apretaba con su boca y como con la otra mano descendía sobre su pecho hasta desviarse a su espalda. Eso lo enloqueció. ¡Él no quería que Yoochun le sobara la espalda! ¡Él no es ningún virgen que quiere que lo traten bonito! El solo quería una cosa y Yoochun se estaba demorando. Se estremeció, el tembló, todo su cuerpo se tensó y Gimió…. Por primera vez de lo que llevaban tocándose y rosándose, Junsu gimió…. Y no solo una vez gimió muchas veces... gemidos altos y desvergonzados… ¿Qué es lo que Yoochun estaba haciendo con su boca? ¿Cuándo le bajo sus pantalones? ¿Cuándo desvió la boca hasta su parte sur? Junsu no podía pensar, el solo estaba dejándose llevar. Pero el aun no quería eso… Aun no estaba satisfecho.
Yoochun dándose cuenta de la inconformidad de su querido se detuvo… Pero aun dejando su masculina mano en la parte baja de Junsu, ya hinchada y lista. Yoochun subió hasta la cara de Junsu y lo observo… era lo más hermoso que había visto… Su boca roja hinchada por los maltratos de hace unos minutos antes, su piel que era pálida adquiriendo un tono rosado y esos ojos, ojos que demostraban inocencia, ojos que engañaban, esos eran ojos de un ángel caído, porque Yoochun lo sabía muy bien esos ojos a él no lo engañaban, en esos ojos no había inocencia, solo había pecado… pecado y lujuria, una lujuria que estaba guardada y que había explotado.
Junsu se movió y sonrió. Lo miro y lo beso, un beso fuerte y apasionado. Con esos ojitos en forma de gotita y acercándose a su oído de una forma endemoniadamente sensual le dijo…
- Cógeme.
Esta palabra fue el detonante para que Yoochun se dejara llevar, sus ojos de un negro brillante pasaron a un negro sin fondo…
- Te romperé la cadera Junsu… No podrás bailar ni pasearte por ahí con ese gran trasero tuyo…
Le mordió el labio y se arrancó la ropa que tenía puesta. Prácticamente ahogo a junsu con dos de sus dedos, poniéndolo en su boca para que este los lamiera.
Junsu lascivamente y con toda la sensualidad que podía, los lamio empezando desde la punta enroscando su lengua y metiéndolos en su boca. Sin quitar la vista de Yoochun…
Yoochun gruño… su ángel no era más que un demonio. Un demonio que lo había negado muchas veces, como era su naturaleza realmente era de esperarse.
Junsu dejo toda la saliva que pudo en esos dedos. Y soltó un gemido de queja, cuando sin previo aviso Yoochun ya había sumergido sus dedos en su virginal intimidad. El en si no era virgen, él había estado con muchas mujeres antes, pero jamás con un hombre. Yoochun era el primero.
Estaba descontrolado, él quería ya sumergirse en esa caliente intimidad y cogerlo como se lo había dicho. Pero tenía que ver que era la primera vez no solo de él estando con un hombre si no también la de Junsu, él no quería que su bebe saliera lastimado. Lo que pudo ver a continuación fue algo que totalmente le sorprendió, mientras él seguía moviendo sus largos dedos en la intimidad de Junsu parece ser que este toco un lugar especial… tanto que sintió como Junsu elevo sus caderas y empezaba a hacer círculos con ella, y como el cerraba sus ojitos mientras echaba la cabeza hacia atrás y su boquita rosada tenía una sensual forma de O entre abierta.
Él no sabía que había tocado, solo sabía que se sentía súper bien, él no quería que Yoochun dejara de tocarlo… pero si solo eran los dedos de su amigo, se puso a imaginar cómo sería si Yoochun enterrara su falo en él. Se enloqueció… él quería a Yoochun dentro ahora… Le miro… y en una petición silenciosa dijo que estaba listo.
No aguantándose más puso su ardiente falo en la entrada de su compañero y antes de que el mismo pudiera enterrarse dentro de él, Junsu ya había empujado sus caderas haciendo que Yoochun se sumergiera involuntariamente dentro. Yoochun gruño y Junsu grito. Un grito tan alto, que Yoochun juro que escucho a sus vecinos reírse por esto. De nuevo pudo observar la sensual boca de su caído ángel abierta en forma de O.
Y empezó.
Al principio empezó a moverse suave, manteniendo un vaivén moderado. Fijándose en las reacciones de Junsu tratando de encontrar ese punto de nuevo que lo llevaría al infierno y después lo regresaría al cielo.
Pero junsu no estaba para esas. Realmente no le echaría la culpa a su compañero… este siempre fue un malo bailarín a pensar de Junsu. Así que el simplemente pensó en coger las riendas de la situación y empezó a moverse por sí mismo. Empezó a mover sus caderas circularmente y después variando el ritmo de rápido a lento, mientras que Yoochun golpeaba a su modo, él lo hacía al suyo.
Yoochun entendió. Y empezó a moverse rápido, Junsu le ayudaba con sus candentes movimientos de cadera. Y pronto ya llevaban un ritmo marcado. Una danza que nunca antes ellos habían bailado. Una endemoniada danza acompañada de sensuales cantos. Unos agudos, otros graves, donde la letra de la canción eran sus nombres acompañados de una que otra grosería o palabras de amor. Un amor que si no hubiera sido por esta situación jamás se hubieran profesado.
Los gemidos eran altos y sus pieles pegándose hacían un sonido erótico. Tanto que no solo las estocadas los excitaban si no también escucharse mientras sus pieles chocaban.
De repente Junsu sintió que el mundo se le venía encima. Un cosquilleo se le instalo en el vientre y su respiración se agito. El trato de no gritar, el trato de aguantarse… pero simplemente era imposible aunque se tapara la boca aunque mordiera a Yoochun, él no podía callarse. El seguía gritando y dejo de moverse él no podía más había perdido el control de sí. Apretó sus ojos, su boca se cerró y se dejó llevar. Convulsiono y tembló de nuevo tembló. Estiro sus brazos hacia arriba y apretó las blancas almohadas que sostenían su cabeza. Había perdido la cuenta de las veces que había temblado bajo Yoochun. Y una blanquecina sustancia salió de él, embarrándose en el pecho de ambos. Se tensó y mantuvo sus ojos cerrados, porque parecía que ha Yoochun aún le faltaba mucho por acabar.
Cuando no era así… cuando sintió como la rica intimidad de Junsu lo apretaba, el no pudo más y por inercia empezó a moverse más rápido… escuchando como Junsu gimoteaba y decía cosas en susurro termino sintiendo las llamas del infierno y tocando las nubes en el cielo. Antes de caer encima de un inconsciente Junsu este puso sus manos alrededor y sostuvo su peso. Abrió un poco sus ojos y lo observo. El motivo de sus noches sin dormir, de sus continuas frustraciones y de sus lágrimas estaba frente a él.
Cuando se recuperó abrió los ojos y lo primero que pudo observar fue esos ojos abismales. Esos ojos que lo habían frustrado… que lo habían hecho sentir mal, algo fuera de este planeta y sucio…
- Lo siento… Yo… - Trato de disculparse mientras desde abajo empezaba a ver como esos profundos ojos se llenaban de lágrimas y como su manzana de adán hacia presión, como tratando de ahogar sollozos…- Tengo que irme.
Junsu se paró empujando a Yoochun a un lado. Él no se reconocía. ¿El que había hecho? ¿Había sido el calor del momento? Él no lo sabía. Se vistió rápidamente y no dijo nada sin voltear a la cama. Él sabe que si volteaba se iba a quedar y él no podía hacer eso. Pudo escuchar los sollozos ahogados de Yoochun y su pecho se hundió. Cerro la puerta tras de sí y salió corriendo hacia su auto. Porque él no era sucio. Él no era gay.
pero que paso con el yoosu ???
ResponderEliminarSuSu porque eres tan ..... Tan! Tan asi? .... No es justo lo que le hace al pobre Yoochun, y todo porque Junsu cree que lo que sienten y lo que hicieron es sucio, porque el cree que no es sucio. Primero lo hace y luego se arrepiente, que facil y en el camino destroza a Yoochun. Buuuu :( ... Gracias!!!! quiero mas Yoosu, me gusta lo melosos que son, pero tambien amo los dramas :)
ResponderEliminarNo me hagas esto--- quiero continuacion.. please no puede acabar asiiii ... esta tan buenoooo
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