Titulo: SEXY vs SEXY
Autor: Irady
Pareja: HoMin
Género: Lemon, AU
Extensión: Oneshot
Summary: Yunho creía conocer la definición de "Sexy".Changmin le demostró que estaba equivocado.
N/A: Pues este shot va dedicado a Natsumi Naoko porque ella me dijo que lo necesitaba.
-----
-----
“SEXY” es una palabra que para Jung Yunho tiene muchos significados.
Sexy es Siwon con sus looks de modelo y su sonrisa deslumbrante, además de su carácter elegante y refinado y esa amabilidad que desbordaba hasta por los poros. Sexy es Hankyung con su voz suave, dulce y ligeramente acentuada, y la manera en que sus ojos brillan cuando hablaba su lengua materna, arrastrando las “r” de forma casi erótica.
Sexy es Jaejoong con sus ojos grandes y su piel de porcelana, y una cara que sería la envidia de cualquier estrella de cine. Sexy es Hyukjae cuando se encierra en el auditorio de la escuela a practicar pasos de baile, el sudor corriendo por su frente, cuello y pecho cuando se quita la playera, revelando unos abdominales impresionantes.
Sexy también es Junsu corriendo de un lado a otro en un campo de fútbol, la forma en que los músculos de sus piernas se contraen o se relajan de acuerdo a lo que necesite. Sexy es Yoochun tocando el piano, una expresión de absoluta entrega y abandono en su rostro mientras canta con esa voz grave y profunda capaz de estremecer todo lo estremecible en Yunho. Sexy es Heechul cuando está en su pose de “soy el rey del mundo y no puedes hacer nada por evitarlo”, con su mirada penetrante y su sonrisa de lado.
La lencería es sexy, las chicas son sexy, las chicas llevando lencería son aún más sexy, el baile es sexy, los deportes son sexy, el color negro es sexy, la música es sexy, usar piercings es sexy, ver porno es sexy… Jung Yunho sabe perfectamente bien lo que “SEXY” significa.
Leer un libro quedaba definitivamente fuera de la larga lista de cosas-que-pueden-calentar-a-Yunho-en-un-s egundo, y eso ni siquiera se ponía en duda o discusión. Y sin embargo, aquí estaba él, prácticamente babeando por culpa de aquel chico al fondo de la biblioteca.
Yunho había fijado sus ojos en él desde el mismo momento en que dio un paso dentro del lugar, como si su vista hubiera sido atraída por un imán invisible pero increíblemente poderoso, y se viera sin la posibilidad (o el deseo, en todo caso) de liberarse.
Se dio su tiempo de “estudiarlo”: piel bronceada ligeramente; cabello oscuro, casi completamente negro, enmarcaba su rostro a la perfección; facciones fuertes y marcadamente masculinas; hombros anchos y el par de piernas más largas que Yunho haya visto alguna vez, remataban el cuadro.
Estaba sentado en la última mesa de la biblioteca, completamente solo, y nadie parecía notar su presencia. El chico no parecía molesto por eso, al contrario, parecía perfectamente cómodo de ser ignorado por sus ruidosos compañeros. Apoyaba el codo derecho en la mesa y la barbilla en la palma de su mano, con la otra mano daba vuelta a las páginas del libro que leía, y un par de gafas le caían graciosamente sobre el puente de la nariz. Este chico acababa de redefinir la palabra “SEXY” para él.
Yunho sintió su cuerpo reaccionar ante la vista. La inocencia e inexperiencia eran obvias en ese chico de labios bonitos y ojos casi infantiles, y cualquier persona sabía que esos eran sus dos más grandes afrodisíacos. Yunho había convertido la seducción en su propio arte, y sus “víctimas” favoritos eran siempre los vírgenes.
Para él no había nada más estimulante que destrozar esa inocencia de mil y un maneras. Ver sus sonrojos incrédulos cuando se descubrían haciendo sonidos dignos de la mejor actriz porno, sentir su miembro deliciosamente oprimido por esas paredes inexploradas que nunca antes habían hecho algo parecido. Le gustaba dominarlos, entrenarlos, hasta volverlos dóciles y complacientes, pero sensuales y seductores al mismo tiempo. Como a Lee Sungmin.
Sungmin era su orgullo, su mejor creación. Sungmin era capaz de hacer caer bajo sus encantos a hombres tan marcadamente héteros como Kim Youngwoon. Sungmin era como Yunho pero “versión uke”, por decirlo así. Una leyenda, un misterio, deseados por todos, pero alcanzados sólo por unos cuantos. Sólo Yunho podía reducir a Sungmin a los ruegos, no por nada él fue su creador. Esa sensación de poder y control volvía loco a Yunho.
El chico al fondo de la biblioteca cerró su libro de pronto, y se quitó los lentes, dejándolos sobre el libro. Yunho notó cómo soltó un suspiro y cerró los ojos, girando la cabeza como para relajar el cuello. La expresión de su rostro hizo que una fiesta comenzara dentro de los pantalones de Yunho. Fue en ese momento que decidió quién sería su siguiente objetivo.
Un poco después, “sexy” abrió los ojos y su mirada se cruzó con la de Yunho, quien de inmediato comenzó la cacería. Yunho puso todo el deseo que sentía en su mirada, cosa que le resultaba bastante fácil; era su especialidad, su marca registrada. “Sexy” lo miraba fijamente con los ojos muy abiertos (se notaba que estaba cayendo en sus redes), y se mordió el labio inferior con timidez. Yunho casi deja escapar un sonoro gemido; su miembro se encontraba erguido a su máxima expresión.
“Sexy” tenía la respiración acelerada y los puños apretados fuertemente sobre la mesa. Cuando Yunho se cansó del juego hizo un leve movimiento con su cabeza, indicándole al otro que lo siguiera, y se puso de pie. Caminó hasta una de las aulas que estaban vacías al final del pasillo. No giró la vista ni una sola vez; tan seguro estaba del efecto que causaba en las personas.
Entró a una de las aulas y fue directo hasta el escritorio del profesor, donde apoyó las manos, aún sin voltear. Poco después escuchó pasos que entraban y la puerta al cerrarse; el seguro de la puerta se dejó oír casi inmediatamente después. Yunho sonrió de lado, sus habilidades nunca fallaban. Respiró un par de veces profundamente, y se dio la vuelta con lentitud.
Frente a él, “sexy” estaba recargado en la puerta, con las manos en la espalda y la cara agachada, pero Yunho pudo notar cómo seguía mordiendo tímidamente su labio inferior. Cerró los ojos para calmarse un poco; tenía que mantenerse tranquilo si quería que las cosas salieran como la planeaba. Cuando pudo bajar un poco el ritmo de su corazón, volvió a abrir los ojos. Pésima idea. “Sexy” lo miraba fijamente con sus ojos sorprendidos e inocentes. Yunho sintió un curioso movimiento en su entrepierna.
—¿Cómo te llamas? —preguntó. No podía seguir llamando al chico “sexy”, por mucho que el nombre le quedara perfecto.
—Changmin —contestó el otro con una voz que a Yunho le causó escalofríos por todo el cuerpo—. Shim Changmin.
—Bueno, Changmin, ¿vas a quedarte ahí parado todo el día?
Changmin dudó un poco y luego negó levemente con la cabeza. Avanzó a pasos lentos y pausados. Yunho sintió todos los vellos de su cuerpo erizarse y su pecho se llenó de expectación. Changmin se detuvo cuando se encontró justo frente a Yunho y despacio llevó sus manos hasta la camisa del mayor, a la altura de su pecho, y cerró los puños fuertemente sobre la tela, su respiración era rápida y superficial y sus ojos miraban a todos lados menos a Yunho.
El pulso de Yunho se aceleró aún más a causa de la excitación. Este chico era perfecto: tímido, dulce y ligeramente dócil, pero deseoso y ávido de saber, de experimentar, de aprender. Changmin sería como arcilla en sus manos, y con él crearía su obra maestra, alguien aún mejor que Lee Sungmin, alguien que tal vez se quedaría sólo para él, alguien que no compartiría con nadie.
Yunho levantó la vista para ver el rostro de Changmin, y el sonrojo más adorable del mundo lo recibió. Los ojos del menor estaban fijos en sus labios y Yunho sonrió internamente. Muy fácil, demasiado fácil. Sin dudarlo un momento, se adelantó y unió sus labios con los de Changmin. El menor suspiró y comenzó a responder de manera suave.
Ok, definitivamente, éste no era el primer beso del menor, eso Yunho podía notarlo; pero el descubrimiento, en lugar de decepcionarlo, lo estimulo aún más. Tomó a Changmin de la cintura y lo acercó a él fuertemente. Debido a lo inesperado del movimiento, Changmin no pudo sino irse de lleno contra Yunho, quien se quejó levemente por el golpe del escritorio con su espalda baja.
Yunho dejó de besar a Changmin sólo para poder atacar su cuello provocado un jadeo de sorpresa, al mismo tiempo que comenzaba a desabotonar la camisa del uniforme del otro. Durante un tiempo, todo lo que Changmin hacía era jadear, pero poco a poco sus manos comenzaron a moverse, imitando las acciones de su compañero. Pronto ambas prendas pasaron a adornar el suelo.
Changmin tenía un cuerpo hermoso, de eso Yunho se dio cuenta. Sus músculos no eran tan marcados como los de Siwon o Hyukjae, pero sí lo suficiente como para ser dignos de admiración. Y Yunho se dedicó a admirarlo afanosamente, con sus ojos, sus manos, sus labios, ganándose leves gemidos que el menor trataba de reprimir y que Yunho trataba de alentar. Changmin no se quedó quieto, y sus manos recorrían a caricias la espalda del mayor, lo que junto a los sonidos de placer que dejaba escapar, estaban logrando que poco a poco Yunho perdiera el control.
Cuando el menor comenzó a besar su cuello, Yunho estuvo seguro de que éste sería un día que recordaría por siempre. Las sensaciones que lo sacudían con esa simple acción eran algo que nunca antes había sentido, tal vez porque nunca antes había avanzado tan rápido con nadie. Normalmente pasaba mucho tiempo antes de que sus conquistas comenzaran a actuar por su cuenta. Changmin aprendía rápido, no cabía duda, pero Yunho no tuvo tiempo para sorprenderse por eso.
De improviso, Changmin se dejó caer de rodillas, sorprendiendo a Yunho. Con movimientos ágiles y precisos el menor desabrochó los pantalones de Yunho y los bajó junto con su ropa interior. Ni siquiera pudo recuperarse de la sorpresa cuando Yunho sintió que sus sentidos se disparaban, su pulso se aceleraba, su respiración se entrecortaba y sus rodillas se debilitaban, todo en una milésima de segundo. Tuvo que apoyar las manos en el escritorio detrás de él para evitar que su cuerpo colapsara, y sólo pudo gemir como animal en celo mientras veía cómo su miembro desaparecía lentamente dentro de la boca del menor.
«Ésta definitivamente no es la primera vez» pensó Yunho distraídamente cuando la punta de su pene golpeó contra el fondo de la garganta del otro. Changmin se movía con una agilidad y destreza que sólo se podía obtener con la experiencia. Mantenía la vista fija en los labios del menor, deliciosamente rojos e hinchados, que devoraban su erección como si se tratara de un delicioso postre. Cuando los dientes de Changmin rozaron apenas la delicada carne de su miembro, Yunho soltó un gemido que lo habría avergonzado si tuviera aún algo de cordura y no estuviera ya irremediablemente perdido entre la lujuria del momento y la desesperación por más.
Changmin fue soltándolo poco a poco hasta que sólo la punta quedó entre sus labios. Yunho lo miró expectante, con los ojos entrecerrados y nublados y las mejillas increíblemente sonrojadas. Cuando sus ojos se encontraron, Changmin sonrió de lado con una mirada triunfante, y volvió a tomar todo el miembro de Yunho en su boca. Cuando sus labios tocaron el cuerpo de Yunho y toda su longitud estuvo enterrada en su garganta, Changmin gimió. Yunho tuvo que morderse los labios para evitar el grito de absoluto placer que estuvo a punto de dejar salir, pero no pudo evitar que sus rodillas cedieran, y tuvo que apoyar hasta los codos en el escritorio, sus manos aferraron fuertemente las orillas de la madera. Changmin sonrió de nuevo.
Fue entonces cuando el mayor se dio cuenta. Había caído en la trampa. El gran Jung Yunho sido cazado en su propio juego, como un vil ratón en una ratonera. Ahora se daba cuenta de que todos y cada uno de los movimientos de Changmin habían sido con el único objetivo de tenerlo dónde y cómo lo quería: débil, rendido, entregado y desesperadamente ansioso y necesitado de él. Una sonrisa ligera asomó a sus labios cuando descubrió que, por el momento, la idea no le molestaba tanto como pensó que lo haría.
Poco después soltó un gruñido de protesta cuando el menor abandonó su miembro con un obsceno sonido de chupeteo. Yunho abrió los ojos (que ni siquiera había notado que los había cerrado) y se encontró con el rostro de Changmin a pocos centímetros del suyo. El sonrojo de sus mejillas se acentuó cuando vio la mirada hambrienta que le dirigía el menor.
—¿Se siente bien, Yunho?
Yunho no se sorprendió de que el otro supiera su nombre, porque la voz de Changmin era diferente a la de hacía algunos minutos, y no era sólo por lo enronquecido que estaba a causa de sus recientes “actividades”. Cuando Yunho asintió (no confiaba en que su voz no lo traicionaría, quebrándose de repente), Changmin continuó.
—¿Quieres más? —otro asentimiento—. Entonces date la vuelta.
Yunho cerró los ojos, respiró profundamente una vez más, y obedeció. Pero no se conformó con sólo girarse, sino que recostó su pecho en el escritorio, dejando su cuerpo a completa disposición del menor. Escuchó cómo Changmin soltaba una risilla, pero poco después se olvidó de eso cuando suaves besos fueron dejados por toda su espalda. Yunho cerró otra vez los ojos tratando de concentrarse en las sensaciones más que en la posición en la que se encontraba.
Su piel ardía cuando los labios de Changmin hacían contacto con ella. Leves gemiditos escapaban de sus labios a cada movimiento, y cuando Changmin comenzó a usar sus dientes, los gemidos se hicieron más fuertes y desesperados. Estaba seguro de que su espalda estaba llena de marcas a estas alturas, pero ese dolor placentero que eran las atenciones del menor hacía que no le importara nada. Yunho no tenía idea de que ceder el control pudiera sentirse tan bien.
Trató de imaginarse en esta situación con cualquiera de sus otras conquistas, con Sungmin, pero simplemente no podía, ninguno de ellos era lo suficientemente dominante. Trató entonces de imaginarse con otros como Kim Youngwoon, o Choi Siwon, o Jung Jihoon, pero la idea sencillamente le repugnó. Todos ellos entraban en la categoría “SEXY” (sobre todo Jihoon), pero la idea no le agradaba. Pero Changmin era diferente, simplemente diferente a todos los demás.
Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando Changmin pasó su lengua desde su espalda baja hasta su cuello, donde comenzó a dejar más marcas. Debido a esa nueva acción, el cuerpo del menor quedó prácticamente cubriendo el suyo, y pudo sentir su erección (aún confinada por la tela de sus pantalones) contra su trasero, e inconscientemente movió las caderas para crear más fricción. El movimiento tomó por sorpresa a Changmin, quien dejó escapar un gemido; el sonido hizo que el estómago de Yunho se contrajera, y volvió a moverse tratando de provocarlo más.
—Changmin —dijo en un hilo de voz—. Por favor… Hazlo ya.
—Si eso es lo que quieres.
—Eso es lo que quiero. ¡Hazlo ya!
Changmin volvió a bajar dando besos por su espalda y acariciando sus costados. Por un rato esas manos dejaron de tocarlo; Yunho se preguntó levemente por qué, pero su duda se vio despejada cuando Changmin volvió a posicionarse sobre su cuerpo y su erección golpeó libremente con sus caderas. El menor llevó una de sus manos hasta la boca del mayor y con la otra repartió caricias a sus muslos. Yunho lamió ávidamente los dedos que se abrieron paso en su boca. No fue nada fácil cuando Changmin se empeñaba en distraerlo besando su cuello, acariciando su espalda, o moviendo sus caderas contra las suyas. Cada vez que eso pasaba, Yunho tenía que parar toda acción y suspirar; era demasiado, era como sentir todo y nada la vez. Nunca antes había sentido tanto deseo en un solo momento. Su mente estaba en blanco, sólo parecía existir Changmin y las sensaciones que éste provocaba en su cuerpo.
Changmin alejó la mano de su boca y Yunho cerró los ojos y se mordió los labios; su corazón estaba acelerado por lo que estaba a punto de suceder. Pero Changmin lo levantó del escritorio e hizo que girara, quedando ahora frente a frente, y volvió a besar sus labios de esa forma tal peculiar: tímida pero demandante a la vez. Yunho se perdió en el momento y ni siquiera notó cuando Changmin lo recostó de nuevo sobre la mesa; se dio cuenta sólo cuando sus miembros entraron en contacto, lo que lo hizo romper el beso para gemir libremente.
Changmin comenzó amover sus caderas suavemente, causando una deliciosa fricción que hizo que Yunho echara la cabeza hacia atrás y arqueara la espalda; ambos brazos rodearon el cuello del menor atrayéndolo hacia él, y sus piernas rodearon su cintura. De alguna manera Changmin se las arregló para llevar su mano hasta su entrada sin hacer que sus cuerpos perdieran contacto.
El primer dedo pasó desapercibido para el mayor, tan concentrado como estaba en la electricidad que lo recorría. Como sea, el segundo sí que lo sintió; sobre todo la incomodidad cuando Changmin separó los dedos y comenzó a moverlos en círculos, pero el menor lo distrajo besándolo de nuevo y acelerando el ritmo de sus caderas. Cuando el tercer dedo se unió, Yunho se quejó dentro del beso, pero Changmin metió sus dedos aún más profundamente y golpeó ese punto que tuvo a Yunho casi derritiéndose de placer ahí mismo.
—Changmin —habló Yunho cuando Changmin dejó de besarlo—. Por favor… yo… aaghh… ya no puedo, quiero que…Dios, Changmin, tú… Por favor, por favor, por favor…
—¿Qué es lo que quieres, Yunho? —dijo Changmin con cierta diversión en su voz.
—A ti —respondió de inmediato el mayor—. Te quiero a ti, Shim Changmin. Te quiero dentro. Quiero sentirte dentro de mí.
Yunho sabía que estaba hablando en una voz demasiado alta, pero estaba mucho más allá de preocuparse por algo tan trivial como que alguien pudiera escucharlo. Soltó un leve quejido cuando Changmin retiró sus dedos, pero su incomodidad se transformó en lujuria cuando Changmin llevó la mano hasta su boca y lamió sus dedos. Estaba seguro de que emociones tan fuertes no eran buenas para su salud.
Enseguida sintió una leve opresión en su entrada y cerró los ojos al mismo tiempo que se mordía los labios. La intrusión era dolorosa, pero los besos que Changmin le daba eran suficiente distracción. Poco después Changmin tomó el miembro de Yunho y comenzó a masturbarlo, acelerando el ritmo entre más entraba en él. De vez en cuando salía un poco para que Yunho se acostumbrara al movimiento de adentro hacia afuera. En el fondo de su mente Yunho le agradeció el gesto; después de todo, ésta era la primera vez que estaba en esta posición.
«Ésta no es la primera vez que hace esto» pensó Yunho. Al menos creyó que lo había pensado, pero oyendo la leve risa de Changmin ya no estuvo tan seguro.
Una vez que estuvo completamente dentro Changmin esperó un poco a que Yunho se acostumbrara. Cuando Yunho creyó estar listo, movió sus caderas, y Changmin obedeció, comenzando sus embestidas rápidas, pero precisas. Su mano aún atendía la erección del mayor, pero para Yunho no era suficiente, necesitaba más. Puso su mano sobre la de Changmin y comenzó a ayudarlo a mantener la sincronía con sus embestidas.
—Yunho —susurró Changmin con la voz enronquecida—… Yunho, te ves tan sexy así.
Yunho no pudo responder a eso, solo negó débilmente con la cabeza y gimió algo que sonó muy parecido a “más fuerte”. Changmin aceleró aún más el ritmo de sus movimientos, golpeando cada vez ese punto interno que volvía loco al mayor. Yunho sólo podía gemir y gritar como nunca antes lo había hecho, cada embestida tocándolo y llegando a lugares que nunca creyó posibles. Changmin se movía con la agilidad de un experto y Yunho se sintió como un principiante otra vez. Las sensaciones eran demasiado intensas, demasiado increíbles.
Entonces Yunho sintió algo creciendo en su interior. Comenzó en la boca del estómago, siguió hasta su entrepierna y llegó hasta donde sus cuerpos se unían, y supo que su clímax estaba cerca. Changmin terminó primero, sin embargo, y Yunho pudo jurar que las estrellas estaban frente a sus ojos cuando sintió ser llenado al máximo. El menor nunca dejó de embestirlo ni de atender su miembro, y Yunho explotó enseguida, cerrando los ojos y cubriendo su abdomen y su mano y la de Changmin de un blanco puro.
Antes siquiera de poder recuperar la respiración, Yunho sintió cómo Changmin salía de su interior. Abrió los ojos pesadamente y vio al menor muy ocupado poniéndose la ropa con gran prisa. Cuando terminó se acercó a Yunho, aún acostado sobre el escritorio, y lo besó rápidamente en los labios.
—Búscame si quieres repetir esto —dijo guiñando el ojo sonriendo de lado, y salió del salón como si nada.
Yunho se quedó donde estaba: sobre el escritorio, totalmente desnudo y con la respiración acelerada. Aunque la puerta estaba cerrada, no estaba asegurada y alguien podría entrar en cualquier momento, pero Yunho no se movió. Se quedó mirando fijamente el techo y pensando en lo que acababa de pasar.
Estaba seguro de que Changmin había planeado todo desde el principio. Yunho había sido reducido al nivel más bajo. Recordó sus gemidos regándole a Changmin por más. Rogando, suplicando. Yunho había sido humillado por un chico cualquiera, menor que él además. Lo había engañado, acorralado, humillado, degradado y arrastrado por el suelo con una facilidad inaudita. Yunho estaba furioso consigo mismo por ser tan débil.
Pero un rayo lo partiría si no veía a Changmin otra vez antes del fin de semana.
Sexy es Siwon con sus looks de modelo y su sonrisa deslumbrante, además de su carácter elegante y refinado y esa amabilidad que desbordaba hasta por los poros. Sexy es Hankyung con su voz suave, dulce y ligeramente acentuada, y la manera en que sus ojos brillan cuando hablaba su lengua materna, arrastrando las “r” de forma casi erótica.
Sexy es Jaejoong con sus ojos grandes y su piel de porcelana, y una cara que sería la envidia de cualquier estrella de cine. Sexy es Hyukjae cuando se encierra en el auditorio de la escuela a practicar pasos de baile, el sudor corriendo por su frente, cuello y pecho cuando se quita la playera, revelando unos abdominales impresionantes.
Sexy también es Junsu corriendo de un lado a otro en un campo de fútbol, la forma en que los músculos de sus piernas se contraen o se relajan de acuerdo a lo que necesite. Sexy es Yoochun tocando el piano, una expresión de absoluta entrega y abandono en su rostro mientras canta con esa voz grave y profunda capaz de estremecer todo lo estremecible en Yunho. Sexy es Heechul cuando está en su pose de “soy el rey del mundo y no puedes hacer nada por evitarlo”, con su mirada penetrante y su sonrisa de lado.
La lencería es sexy, las chicas son sexy, las chicas llevando lencería son aún más sexy, el baile es sexy, los deportes son sexy, el color negro es sexy, la música es sexy, usar piercings es sexy, ver porno es sexy… Jung Yunho sabe perfectamente bien lo que “SEXY” significa.
Leer un libro quedaba definitivamente fuera de la larga lista de cosas-que-pueden-calentar-a-Yunho-en-un-s
Yunho había fijado sus ojos en él desde el mismo momento en que dio un paso dentro del lugar, como si su vista hubiera sido atraída por un imán invisible pero increíblemente poderoso, y se viera sin la posibilidad (o el deseo, en todo caso) de liberarse.
Se dio su tiempo de “estudiarlo”: piel bronceada ligeramente; cabello oscuro, casi completamente negro, enmarcaba su rostro a la perfección; facciones fuertes y marcadamente masculinas; hombros anchos y el par de piernas más largas que Yunho haya visto alguna vez, remataban el cuadro.
Estaba sentado en la última mesa de la biblioteca, completamente solo, y nadie parecía notar su presencia. El chico no parecía molesto por eso, al contrario, parecía perfectamente cómodo de ser ignorado por sus ruidosos compañeros. Apoyaba el codo derecho en la mesa y la barbilla en la palma de su mano, con la otra mano daba vuelta a las páginas del libro que leía, y un par de gafas le caían graciosamente sobre el puente de la nariz. Este chico acababa de redefinir la palabra “SEXY” para él.
Yunho sintió su cuerpo reaccionar ante la vista. La inocencia e inexperiencia eran obvias en ese chico de labios bonitos y ojos casi infantiles, y cualquier persona sabía que esos eran sus dos más grandes afrodisíacos. Yunho había convertido la seducción en su propio arte, y sus “víctimas” favoritos eran siempre los vírgenes.
Para él no había nada más estimulante que destrozar esa inocencia de mil y un maneras. Ver sus sonrojos incrédulos cuando se descubrían haciendo sonidos dignos de la mejor actriz porno, sentir su miembro deliciosamente oprimido por esas paredes inexploradas que nunca antes habían hecho algo parecido. Le gustaba dominarlos, entrenarlos, hasta volverlos dóciles y complacientes, pero sensuales y seductores al mismo tiempo. Como a Lee Sungmin.
Sungmin era su orgullo, su mejor creación. Sungmin era capaz de hacer caer bajo sus encantos a hombres tan marcadamente héteros como Kim Youngwoon. Sungmin era como Yunho pero “versión uke”, por decirlo así. Una leyenda, un misterio, deseados por todos, pero alcanzados sólo por unos cuantos. Sólo Yunho podía reducir a Sungmin a los ruegos, no por nada él fue su creador. Esa sensación de poder y control volvía loco a Yunho.
El chico al fondo de la biblioteca cerró su libro de pronto, y se quitó los lentes, dejándolos sobre el libro. Yunho notó cómo soltó un suspiro y cerró los ojos, girando la cabeza como para relajar el cuello. La expresión de su rostro hizo que una fiesta comenzara dentro de los pantalones de Yunho. Fue en ese momento que decidió quién sería su siguiente objetivo.
Un poco después, “sexy” abrió los ojos y su mirada se cruzó con la de Yunho, quien de inmediato comenzó la cacería. Yunho puso todo el deseo que sentía en su mirada, cosa que le resultaba bastante fácil; era su especialidad, su marca registrada. “Sexy” lo miraba fijamente con los ojos muy abiertos (se notaba que estaba cayendo en sus redes), y se mordió el labio inferior con timidez. Yunho casi deja escapar un sonoro gemido; su miembro se encontraba erguido a su máxima expresión.
“Sexy” tenía la respiración acelerada y los puños apretados fuertemente sobre la mesa. Cuando Yunho se cansó del juego hizo un leve movimiento con su cabeza, indicándole al otro que lo siguiera, y se puso de pie. Caminó hasta una de las aulas que estaban vacías al final del pasillo. No giró la vista ni una sola vez; tan seguro estaba del efecto que causaba en las personas.
Entró a una de las aulas y fue directo hasta el escritorio del profesor, donde apoyó las manos, aún sin voltear. Poco después escuchó pasos que entraban y la puerta al cerrarse; el seguro de la puerta se dejó oír casi inmediatamente después. Yunho sonrió de lado, sus habilidades nunca fallaban. Respiró un par de veces profundamente, y se dio la vuelta con lentitud.
Frente a él, “sexy” estaba recargado en la puerta, con las manos en la espalda y la cara agachada, pero Yunho pudo notar cómo seguía mordiendo tímidamente su labio inferior. Cerró los ojos para calmarse un poco; tenía que mantenerse tranquilo si quería que las cosas salieran como la planeaba. Cuando pudo bajar un poco el ritmo de su corazón, volvió a abrir los ojos. Pésima idea. “Sexy” lo miraba fijamente con sus ojos sorprendidos e inocentes. Yunho sintió un curioso movimiento en su entrepierna.
—¿Cómo te llamas? —preguntó. No podía seguir llamando al chico “sexy”, por mucho que el nombre le quedara perfecto.
—Changmin —contestó el otro con una voz que a Yunho le causó escalofríos por todo el cuerpo—. Shim Changmin.
—Bueno, Changmin, ¿vas a quedarte ahí parado todo el día?
Changmin dudó un poco y luego negó levemente con la cabeza. Avanzó a pasos lentos y pausados. Yunho sintió todos los vellos de su cuerpo erizarse y su pecho se llenó de expectación. Changmin se detuvo cuando se encontró justo frente a Yunho y despacio llevó sus manos hasta la camisa del mayor, a la altura de su pecho, y cerró los puños fuertemente sobre la tela, su respiración era rápida y superficial y sus ojos miraban a todos lados menos a Yunho.
El pulso de Yunho se aceleró aún más a causa de la excitación. Este chico era perfecto: tímido, dulce y ligeramente dócil, pero deseoso y ávido de saber, de experimentar, de aprender. Changmin sería como arcilla en sus manos, y con él crearía su obra maestra, alguien aún mejor que Lee Sungmin, alguien que tal vez se quedaría sólo para él, alguien que no compartiría con nadie.
Yunho levantó la vista para ver el rostro de Changmin, y el sonrojo más adorable del mundo lo recibió. Los ojos del menor estaban fijos en sus labios y Yunho sonrió internamente. Muy fácil, demasiado fácil. Sin dudarlo un momento, se adelantó y unió sus labios con los de Changmin. El menor suspiró y comenzó a responder de manera suave.
Ok, definitivamente, éste no era el primer beso del menor, eso Yunho podía notarlo; pero el descubrimiento, en lugar de decepcionarlo, lo estimulo aún más. Tomó a Changmin de la cintura y lo acercó a él fuertemente. Debido a lo inesperado del movimiento, Changmin no pudo sino irse de lleno contra Yunho, quien se quejó levemente por el golpe del escritorio con su espalda baja.
Yunho dejó de besar a Changmin sólo para poder atacar su cuello provocado un jadeo de sorpresa, al mismo tiempo que comenzaba a desabotonar la camisa del uniforme del otro. Durante un tiempo, todo lo que Changmin hacía era jadear, pero poco a poco sus manos comenzaron a moverse, imitando las acciones de su compañero. Pronto ambas prendas pasaron a adornar el suelo.
Changmin tenía un cuerpo hermoso, de eso Yunho se dio cuenta. Sus músculos no eran tan marcados como los de Siwon o Hyukjae, pero sí lo suficiente como para ser dignos de admiración. Y Yunho se dedicó a admirarlo afanosamente, con sus ojos, sus manos, sus labios, ganándose leves gemidos que el menor trataba de reprimir y que Yunho trataba de alentar. Changmin no se quedó quieto, y sus manos recorrían a caricias la espalda del mayor, lo que junto a los sonidos de placer que dejaba escapar, estaban logrando que poco a poco Yunho perdiera el control.
Cuando el menor comenzó a besar su cuello, Yunho estuvo seguro de que éste sería un día que recordaría por siempre. Las sensaciones que lo sacudían con esa simple acción eran algo que nunca antes había sentido, tal vez porque nunca antes había avanzado tan rápido con nadie. Normalmente pasaba mucho tiempo antes de que sus conquistas comenzaran a actuar por su cuenta. Changmin aprendía rápido, no cabía duda, pero Yunho no tuvo tiempo para sorprenderse por eso.
De improviso, Changmin se dejó caer de rodillas, sorprendiendo a Yunho. Con movimientos ágiles y precisos el menor desabrochó los pantalones de Yunho y los bajó junto con su ropa interior. Ni siquiera pudo recuperarse de la sorpresa cuando Yunho sintió que sus sentidos se disparaban, su pulso se aceleraba, su respiración se entrecortaba y sus rodillas se debilitaban, todo en una milésima de segundo. Tuvo que apoyar las manos en el escritorio detrás de él para evitar que su cuerpo colapsara, y sólo pudo gemir como animal en celo mientras veía cómo su miembro desaparecía lentamente dentro de la boca del menor.
«Ésta definitivamente no es la primera vez» pensó Yunho distraídamente cuando la punta de su pene golpeó contra el fondo de la garganta del otro. Changmin se movía con una agilidad y destreza que sólo se podía obtener con la experiencia. Mantenía la vista fija en los labios del menor, deliciosamente rojos e hinchados, que devoraban su erección como si se tratara de un delicioso postre. Cuando los dientes de Changmin rozaron apenas la delicada carne de su miembro, Yunho soltó un gemido que lo habría avergonzado si tuviera aún algo de cordura y no estuviera ya irremediablemente perdido entre la lujuria del momento y la desesperación por más.
Changmin fue soltándolo poco a poco hasta que sólo la punta quedó entre sus labios. Yunho lo miró expectante, con los ojos entrecerrados y nublados y las mejillas increíblemente sonrojadas. Cuando sus ojos se encontraron, Changmin sonrió de lado con una mirada triunfante, y volvió a tomar todo el miembro de Yunho en su boca. Cuando sus labios tocaron el cuerpo de Yunho y toda su longitud estuvo enterrada en su garganta, Changmin gimió. Yunho tuvo que morderse los labios para evitar el grito de absoluto placer que estuvo a punto de dejar salir, pero no pudo evitar que sus rodillas cedieran, y tuvo que apoyar hasta los codos en el escritorio, sus manos aferraron fuertemente las orillas de la madera. Changmin sonrió de nuevo.
Fue entonces cuando el mayor se dio cuenta. Había caído en la trampa. El gran Jung Yunho sido cazado en su propio juego, como un vil ratón en una ratonera. Ahora se daba cuenta de que todos y cada uno de los movimientos de Changmin habían sido con el único objetivo de tenerlo dónde y cómo lo quería: débil, rendido, entregado y desesperadamente ansioso y necesitado de él. Una sonrisa ligera asomó a sus labios cuando descubrió que, por el momento, la idea no le molestaba tanto como pensó que lo haría.
Poco después soltó un gruñido de protesta cuando el menor abandonó su miembro con un obsceno sonido de chupeteo. Yunho abrió los ojos (que ni siquiera había notado que los había cerrado) y se encontró con el rostro de Changmin a pocos centímetros del suyo. El sonrojo de sus mejillas se acentuó cuando vio la mirada hambrienta que le dirigía el menor.
—¿Se siente bien, Yunho?
Yunho no se sorprendió de que el otro supiera su nombre, porque la voz de Changmin era diferente a la de hacía algunos minutos, y no era sólo por lo enronquecido que estaba a causa de sus recientes “actividades”. Cuando Yunho asintió (no confiaba en que su voz no lo traicionaría, quebrándose de repente), Changmin continuó.
—¿Quieres más? —otro asentimiento—. Entonces date la vuelta.
Yunho cerró los ojos, respiró profundamente una vez más, y obedeció. Pero no se conformó con sólo girarse, sino que recostó su pecho en el escritorio, dejando su cuerpo a completa disposición del menor. Escuchó cómo Changmin soltaba una risilla, pero poco después se olvidó de eso cuando suaves besos fueron dejados por toda su espalda. Yunho cerró otra vez los ojos tratando de concentrarse en las sensaciones más que en la posición en la que se encontraba.
Su piel ardía cuando los labios de Changmin hacían contacto con ella. Leves gemiditos escapaban de sus labios a cada movimiento, y cuando Changmin comenzó a usar sus dientes, los gemidos se hicieron más fuertes y desesperados. Estaba seguro de que su espalda estaba llena de marcas a estas alturas, pero ese dolor placentero que eran las atenciones del menor hacía que no le importara nada. Yunho no tenía idea de que ceder el control pudiera sentirse tan bien.
Trató de imaginarse en esta situación con cualquiera de sus otras conquistas, con Sungmin, pero simplemente no podía, ninguno de ellos era lo suficientemente dominante. Trató entonces de imaginarse con otros como Kim Youngwoon, o Choi Siwon, o Jung Jihoon, pero la idea sencillamente le repugnó. Todos ellos entraban en la categoría “SEXY” (sobre todo Jihoon), pero la idea no le agradaba. Pero Changmin era diferente, simplemente diferente a todos los demás.
Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando Changmin pasó su lengua desde su espalda baja hasta su cuello, donde comenzó a dejar más marcas. Debido a esa nueva acción, el cuerpo del menor quedó prácticamente cubriendo el suyo, y pudo sentir su erección (aún confinada por la tela de sus pantalones) contra su trasero, e inconscientemente movió las caderas para crear más fricción. El movimiento tomó por sorpresa a Changmin, quien dejó escapar un gemido; el sonido hizo que el estómago de Yunho se contrajera, y volvió a moverse tratando de provocarlo más.
—Changmin —dijo en un hilo de voz—. Por favor… Hazlo ya.
—Si eso es lo que quieres.
—Eso es lo que quiero. ¡Hazlo ya!
Changmin volvió a bajar dando besos por su espalda y acariciando sus costados. Por un rato esas manos dejaron de tocarlo; Yunho se preguntó levemente por qué, pero su duda se vio despejada cuando Changmin volvió a posicionarse sobre su cuerpo y su erección golpeó libremente con sus caderas. El menor llevó una de sus manos hasta la boca del mayor y con la otra repartió caricias a sus muslos. Yunho lamió ávidamente los dedos que se abrieron paso en su boca. No fue nada fácil cuando Changmin se empeñaba en distraerlo besando su cuello, acariciando su espalda, o moviendo sus caderas contra las suyas. Cada vez que eso pasaba, Yunho tenía que parar toda acción y suspirar; era demasiado, era como sentir todo y nada la vez. Nunca antes había sentido tanto deseo en un solo momento. Su mente estaba en blanco, sólo parecía existir Changmin y las sensaciones que éste provocaba en su cuerpo.
Changmin alejó la mano de su boca y Yunho cerró los ojos y se mordió los labios; su corazón estaba acelerado por lo que estaba a punto de suceder. Pero Changmin lo levantó del escritorio e hizo que girara, quedando ahora frente a frente, y volvió a besar sus labios de esa forma tal peculiar: tímida pero demandante a la vez. Yunho se perdió en el momento y ni siquiera notó cuando Changmin lo recostó de nuevo sobre la mesa; se dio cuenta sólo cuando sus miembros entraron en contacto, lo que lo hizo romper el beso para gemir libremente.
Changmin comenzó amover sus caderas suavemente, causando una deliciosa fricción que hizo que Yunho echara la cabeza hacia atrás y arqueara la espalda; ambos brazos rodearon el cuello del menor atrayéndolo hacia él, y sus piernas rodearon su cintura. De alguna manera Changmin se las arregló para llevar su mano hasta su entrada sin hacer que sus cuerpos perdieran contacto.
El primer dedo pasó desapercibido para el mayor, tan concentrado como estaba en la electricidad que lo recorría. Como sea, el segundo sí que lo sintió; sobre todo la incomodidad cuando Changmin separó los dedos y comenzó a moverlos en círculos, pero el menor lo distrajo besándolo de nuevo y acelerando el ritmo de sus caderas. Cuando el tercer dedo se unió, Yunho se quejó dentro del beso, pero Changmin metió sus dedos aún más profundamente y golpeó ese punto que tuvo a Yunho casi derritiéndose de placer ahí mismo.
—Changmin —habló Yunho cuando Changmin dejó de besarlo—. Por favor… yo… aaghh… ya no puedo, quiero que…Dios, Changmin, tú… Por favor, por favor, por favor…
—¿Qué es lo que quieres, Yunho? —dijo Changmin con cierta diversión en su voz.
—A ti —respondió de inmediato el mayor—. Te quiero a ti, Shim Changmin. Te quiero dentro. Quiero sentirte dentro de mí.
Yunho sabía que estaba hablando en una voz demasiado alta, pero estaba mucho más allá de preocuparse por algo tan trivial como que alguien pudiera escucharlo. Soltó un leve quejido cuando Changmin retiró sus dedos, pero su incomodidad se transformó en lujuria cuando Changmin llevó la mano hasta su boca y lamió sus dedos. Estaba seguro de que emociones tan fuertes no eran buenas para su salud.
Enseguida sintió una leve opresión en su entrada y cerró los ojos al mismo tiempo que se mordía los labios. La intrusión era dolorosa, pero los besos que Changmin le daba eran suficiente distracción. Poco después Changmin tomó el miembro de Yunho y comenzó a masturbarlo, acelerando el ritmo entre más entraba en él. De vez en cuando salía un poco para que Yunho se acostumbrara al movimiento de adentro hacia afuera. En el fondo de su mente Yunho le agradeció el gesto; después de todo, ésta era la primera vez que estaba en esta posición.
«Ésta no es la primera vez que hace esto» pensó Yunho. Al menos creyó que lo había pensado, pero oyendo la leve risa de Changmin ya no estuvo tan seguro.
Una vez que estuvo completamente dentro Changmin esperó un poco a que Yunho se acostumbrara. Cuando Yunho creyó estar listo, movió sus caderas, y Changmin obedeció, comenzando sus embestidas rápidas, pero precisas. Su mano aún atendía la erección del mayor, pero para Yunho no era suficiente, necesitaba más. Puso su mano sobre la de Changmin y comenzó a ayudarlo a mantener la sincronía con sus embestidas.
—Yunho —susurró Changmin con la voz enronquecida—… Yunho, te ves tan sexy así.
Yunho no pudo responder a eso, solo negó débilmente con la cabeza y gimió algo que sonó muy parecido a “más fuerte”. Changmin aceleró aún más el ritmo de sus movimientos, golpeando cada vez ese punto interno que volvía loco al mayor. Yunho sólo podía gemir y gritar como nunca antes lo había hecho, cada embestida tocándolo y llegando a lugares que nunca creyó posibles. Changmin se movía con la agilidad de un experto y Yunho se sintió como un principiante otra vez. Las sensaciones eran demasiado intensas, demasiado increíbles.
Entonces Yunho sintió algo creciendo en su interior. Comenzó en la boca del estómago, siguió hasta su entrepierna y llegó hasta donde sus cuerpos se unían, y supo que su clímax estaba cerca. Changmin terminó primero, sin embargo, y Yunho pudo jurar que las estrellas estaban frente a sus ojos cuando sintió ser llenado al máximo. El menor nunca dejó de embestirlo ni de atender su miembro, y Yunho explotó enseguida, cerrando los ojos y cubriendo su abdomen y su mano y la de Changmin de un blanco puro.
Antes siquiera de poder recuperar la respiración, Yunho sintió cómo Changmin salía de su interior. Abrió los ojos pesadamente y vio al menor muy ocupado poniéndose la ropa con gran prisa. Cuando terminó se acercó a Yunho, aún acostado sobre el escritorio, y lo besó rápidamente en los labios.
—Búscame si quieres repetir esto —dijo guiñando el ojo sonriendo de lado, y salió del salón como si nada.
Yunho se quedó donde estaba: sobre el escritorio, totalmente desnudo y con la respiración acelerada. Aunque la puerta estaba cerrada, no estaba asegurada y alguien podría entrar en cualquier momento, pero Yunho no se movió. Se quedó mirando fijamente el techo y pensando en lo que acababa de pasar.
Estaba seguro de que Changmin había planeado todo desde el principio. Yunho había sido reducido al nivel más bajo. Recordó sus gemidos regándole a Changmin por más. Rogando, suplicando. Yunho había sido humillado por un chico cualquiera, menor que él además. Lo había engañado, acorralado, humillado, degradado y arrastrado por el suelo con una facilidad inaudita. Yunho estaba furioso consigo mismo por ser tan débil.
Pero un rayo lo partiría si no veía a Changmin otra vez antes del fin de semana.
~Fin~
Oh mi dios *-* Nunca había leído algo tan extremadamente sexual como esto. Me has dejado, hablando toh mal, cachonda perdidah xD Y perdón por la expresión pero es que no encuentra nada mejor para describirlo *¬*. Por dios esto es las más sexy que he leído nunca, ye, ye, ye,ye *0* Esto ahora mismo lo guardo.
ResponderEliminarEl fic es genial, simple y llanamente. PERFECTO!!!
Siiiiiii este fic es lo maximo y lo mejor de todo es que es completamente mio muhahahahaha gracias mi keridisima enolha(Irady) creeme k esa vez si necesitaba un mega homin jajaja como ya te habia comentado ese dia estaba perdida ^^ y ahor ak lo volvi a leer sigue siendo perfecto asi como el primer dia k lo lei ^^
ResponderEliminarPD: yo lovelessNaoko soy Natsumi Naoko ^^
wooooow pero que fue MinxYunho y no homin jajaja genial este min fue todo un experto exactamente el fic que queria leer
ResponderEliminarque cada palabra y descripcion fueron las indicadas
me gusto
genial fic
que lo repitan que lo repitan!!!!
¿como consiguió tanta experiencia changmin?
jjajajaja con lo de version uke !!! xD
Muy bueno!!!!!!! wow.. me ha gustado
ResponderEliminarmucho este fic!!!! No es mi pareja favorita pero valla que me he quedado con la boca abiertta!!!! jaja Definitivamente
Felicidades!!!!
Yay, ese Changmin engatuzador y experto me agradó mucho *risa malvada*. Sí, Changmin tiene todo el patencial de un seme tipo kichiku megane *¬* Y Yunho de "víctima", fantástico.
ResponderEliminarDe verdad me gustó el juego, ese Yunho creyó que iba a robar su inocencia y pasó a ser el abusado, jajaja aunque bien que lo disfrutó... de vdd Changmin lo dejó mal
Gracias por compartir el fic ^^
Buenisimo
ResponderEliminarHee Leido Mucho Muchos Muchosss
Fanfic' Pero el TUYO!!
Dios es Realmente Bueno
Lo isites muy bien
Esta Genial :B
jajajajajaja Yunho engatusado XDD... comencé a saltar en un pie cuando descubrió que Minnie era un expertaaaaaaaazo!!!!!!!! XDDDD
ResponderEliminares que no se me hacia la idea de q se aprovechara de Minnie, como lo hizo con Sungmin y Jaejoong U.U... los adoro!!!!
me encanto este fic cuando me entere que max engatuso a mi pobre yunho*¬* m golpee la cabeza contra la pantalla *¬*yo quisiera ser el max ara hacerle eso al yunho\(*O*)/ ♥ ♥ que lindo me encanto que el max lo violara
ResponderEliminaryo tambien porfavoooooooooooooooooooooooooor
lo maximoooooooo!!!!!!!!!!!!!!!! adsdaddadsddsada changmin malvadoo!!!! *-*
ResponderEliminarNunca (y que he leído demasiados) leí algo como esto...
ResponderEliminarme siento mareada de tantas sensaciones ambigüas en mi cabeza xD
"Perfecto" no hay otra palabra para describirlo.
OMG!! Este fic esta demaciado PERFECTO *_____* me dejo muy mal *¬* Creo que es lejos el MEJOR fic Homin que he leido xdd muy muy bueno (Y) me dejo en las nubes xd Creo que lo leere mil veces :D
ResponderEliminarexijo cooontiiii , por fis ;-;
ResponderEliminar- Lista de favoritos - xD Omo! Me ha encantado, si se te enreda una conti, estaría genial! Genial! <3
ResponderEliminarAsuuuu si que te has pasado. Escribes bien, que gracioso que a Yunho le voltearon el pastel y al final otro no tenpia nada de inocente haha. Estaba chevere. :)
ResponderEliminarOh my god sun!! Pero que sexy one shot en verdad, esta muy bien escrito, y que lemon dioosss!! Sinceramente yo no leo homin por que me sangran los ojos pero este merece la pena!!! Gracias por escribirlo y compartirlo!!
ResponderEliminarEs lo más jodidamente genial que he leído xD no estoy acostumbrada al ChangHo, soy más del HoMin pero esto es asombroso ♥
ResponderEliminarMe encantó este fanfic, es súper genial ♥ me encanta ver a Changmin dominando a Yunho :3
ResponderEliminar