Failed Heart cap 9

Jung Yunho.


Yunho estaba en el pequeño restaurante que estaba cerca de su oficina. Le gustaba mucho ese lugar porque era bastante tranquilo. Era lo mejor para contrarrestar la presión del trabajo diario. Esperaba en una de las mesas, sorbiendo lentamente una taza de café. Tenía la mirada perdida mientras pensaba; y no, no en Changmin.

—Vaya que eres una persona difícil de contactar, Jung Yunho —dijo una voz detrás de él.

Yunho sonrió en cuanto la escuchó. Se puso de pie inmediatamente y se giró para ver a la persona que lo llamaba, adelantándose unos pasos para abrazar a su viejo amigo.

—¡Heeroobbong!

—¡Yoorobbong! —dijo Heechul correspondiendo el abrazo—. ¡Yah! ¿Por qué razón me hiciste esperar una semana completa para poder verte, eh? Amigo desnaturalizado.

—Perdón —dijo Yunho riendo—, pero es que quería terminar algunas cosas urgentes para poderte dedicar todo mi tiempo.

—Maldito —dijo Heechul entrecerrando los ojos—, bien que sabes cómo contentarme.

Riendo sonoramente tomaron asiento y Yunho ordenó una taza de café para su amigo. Mientras esperaban, Heechul no perdió oportunidad de observar detenidamente a Yunho. Siendo el buen amigo que era no le pasó desapercibido el cambio ocurrido en él.

—¿Y qué se siente estar en la universidad a tu edad, eh? —preguntó Yunho antes de que Heechul pudiera decir cualquier cosa.

—Aish, ni me preguntes —respondió el mayor haciendo una cara de desolación que hizo reír al otro—. Si no fuera porque de verdad me veo muy joven, me sentiría como un ahjussi cualquiera. Y ni que decir del torpe de Siwon, que parece que quiere ser mi guardaespaldas.

—Bueno, lo entiendo. Yo haría lo mismo si estuviera en su lugar.

—¡Por favor! Ni que fuera para tanto —respondió rodando los ojos.

—¿Qué tuvieras Leucemia no es para tanto? —dijo Yunho arrugando el entrecejo—. Fueron muchos años los que tuviste que pasar para recuperarte.

—Exacto. Ése es el punto. Ya estoy recuperado. No quiero que me traten como a un moribundo. Ni siquiera cuando lo era me gustaba, ahora menos. Por lo menos logré que tú lo entendieras, pero con Siwon no hay manera. Debiste haber visto el escándalo que me armó cuando me uní a atletismo.

—¡¿Que hiciste qué?! —gritó Yunho, pero al ver la mirada que le dio Heechul, sabiamente guardó silencio al respecto y cambió el tema—. Bueno, no puedes culparlo. Él te quiere mucho y sufrió como nadie cuando estabas enfermo. Eres su primo favorito y crecieron juntos después de todo.

—Lo sé —dijo el mayor en un tono más pensativo y serio—. Y de verdad se lo agradezco, pero tampoco es para que me trate como a niño de guardería. Se la pasa vigilándome, como si me fuera a desmayar en cualquier momento, o algo así. Pero bueno, dejemos de lado los temas tristes y pasemos a cosas más interesantes.

Heechul casi se subió a la mesa tratando de ver de cerca a Yunho, quien sólo retrocedió todo lo que el respaldo de la silla le permitió.

—¿Qué pasa? —preguntó Yunho un poco temeroso. Heechul de veras que daba miedo cuando se ponía en esa faceta.

—Eso te pregunto yo, ¿qué pasa?

—Ya sabes lo que pasa. Mi papá…

—Sabes que no me refiero a eso. Y ni siquiera intentes decirme que no es nada, Yunho.

Yunho suspiró cerrando los ojos mientras Heechul volvía a sentarse. No tenía caso tratar de ocultarle algo a quien lo conocía tanto o mejor que él mismo.

—Es una larga historia —dijo tratando de librarse de dar una explicación.

—Tenemos mucho tiempo —respondió el mayor sin dejarse intimidar. Yunho no tuvo más opción que contarle todo. Tal vez eso era lo que necesitaba. Alguien con quien poder desahogarse.
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—Hay algo que no entiendo —dijo Changmin, llamando la atención de Jaejoong y Yoochun.

Estaban en la cafetería de la universidad, esperando a que Junsu saliera de la oficina del rector, donde terminaba de arreglar los últimos detalles de su traslado. Era lunes, lo que quería decir que debía ir a trabajar por la tarde. Aunque a diferencia de los primeros días, cada vez le agradaba más la idea.

Esas casi dos semanas habían sido muy agradables, ahora que por fin había podido relajarse al lado de su jefe. Se revolvió un poco incómodo en su silla cuando unas personas pasaron junto a su mesa y lo miraron muy fijamente. A lo que aún no se acostumbraba era a esa atención creciente que recibía desde aquella extraña “transformación”, que a decir verdad, sólo era un cambio en la ropa. Ni siquiera había cambiado su corte de cabello.

Jaejoong volteó a verlo con la mirada interrogante ignorando a esas personas, mientras Yoochun se limitó a hacer un ruido con la garganta, aún demasiado adormilado como para hacer algo más.

—Es casi verano y no falta mucho para que el semestre termine —dijo Changmin después de que esas personas volvieron a sus asuntos—. ¿Cómo es que Junsu pudo hacer su cambio entonces?

—Nunca subestimes la influencia de unos padres ricos—respondió Junsu, que llegaba en ese momento—. De verdad te creí más listo, Minnie.

Changmin no dijo nada para sorpresa de los otros dos. Pero es que le parecía que ya la había regado lo suficiente el día que se conocieron como para molestarlo más. Aunque a su mente llegaban dos o tres frases un poco hirientes de respuesta. Conformándose con un suspiro, continuó comiendo.

—Woah, Changmin —comentó Junsu tomando asiento—. No tenía idea de que fueras alguien tan respetuoso y educado con tus mayores.

—Que no te engañe su fachada —respondió Yoochun despertando un poco—. Debajo de esa piel de oveja se esconde el rey del sarcasmo y la ironía. Me parece extraño que no te haya atacado aún.

—Y no lo hará —respondió Junsu confiadamente—. Después de todo, yo soy su hyung favorito. ¿Verdad, Minnie?

La única respuesta que recibió fue una sonrisa forzada que provocó la carcajada de Junsu. Él sabía perfectamente que Changmin estaba tratando de ser amable con él por aquel incidente, y le sacaba todo el provecho que podía. Porque estaba seguro que después él saldría perdiendo.

—En fin, cambiando un poco de tema —habló Junsu robando la comida de un adormilado Yoochun—. ¿Quieres que te patee el trasero en una ronda de videojuegos por la tarde, Minnie?

—El tuyo es más fácil de patear —respondió Changmin sin pensar, para enseguida enrojecer—. Es decir… uh… yo… este… o sea… uhm… ¡Aish!

Junsu volvió a reír a carcajadas por la cara de Changmin, quien primero estaba totalmente avergonzado, pero después comenzó a reír junto con Junsu. Jaejoong los miraba con una leve sonrisa en los labios. Yoochun lo notó y lo miró fijamente. Cuando Jae lo vio, se dio cuenta de lo que hacía, arrugó el entrecejo y dejó de sonreír, desviando la mirada. Yoochun sonrió de lado.

—Como sea, hyung —dijo Changmin dejando de reír—. Sabes que no puedo. Tengo trabajo.

—Ah, cierto… —respondió pensativo--. Y a todo esto, ¿dónde trabajas? Nunca me lo has dicho antes.

—A ninguno de nosotros nos ha dicho —respondió Yoochun, interesado de pronto en la plática. Changmin dudó un poco en contestar. No estaba muy seguro de querer decir dónde, o más bien, con quién trabajaba. Jaejoong se aclaró la garganta para después tomar un sorbo de su bebida.

—Bueno… —comenzó lentamente—. Soy asistente personal de Jung Yunho-sshi.

Jaejoong escupió la bebida que había tomado y comenzó a toser furiosamente. Yoochun abrió la boca y los ojos de la sorpresa. El menor ya se esperaba una reacción de ese tipo. Junsu miraba a los dos mayores con cara de no saber ni que onda, y luego volteó a ver a Changmin con una expresión que decía claramente “¿me explicas el chiste?”.

—¿Jung Yunho? ¿Ese Jung Yunho? —preguntó Yoochun aún sorprendido—. ¿Jung Yunho de JUNG Enterprise?

—¿Quién es ese? ¿Eh? ¿Por qué me excluyen? —dijo Junsu con un puchero.

—Jung Yunho es el CEO más joven en el ramo —respondió Jaejoong con enorme admiración—. Está dirigiendo la empresa de su familia. Había ocupado primero el puesto de Director de Programación, pero, después del retiro de su padre, tomó el mando de la compañía.

—Sin mencionar que es considerado uno de los solteros más codiciados del país —dijo Yoochun. Los demás lo miraron sin decir nada. Changmin enarcó una ceja—. ¿Qué? Es verdad.

—¿Trabajas con Jung Yunho y no me lo habías dicho? —preguntó Jaejoong, dándole un golpe en el brazo al menor.

—No me lo habías preguntado —respondió el menor, regresándole el golpe. Era una extraña costumbre que habían adquirido esos dos—. Además, No fue mi idea. Fue de mi padre.

—Hijo de Shim Joon Sung y asistente de Jung Yunho —susurró Jaejoong con un extraño brillo en los ojos que pasó desapercibido para todos, excepto para Yoochun—. Tienes que presentármelo algún día, ¿de acuerdo?

Changmin asintió y Jaejoong sonrió, tomando su mano por debajo de la mesa. Yoochun suspiró y Junsu… Junsu no entendió nada, pero aún así sonrió brillantemente.
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Yunho soltó un suspiro cuando terminó de contarle toda la historia de Changmin a Heechul. El mayor no dijo nada por un momento, y Yunho se comenzó a poner nervioso. Prefería enfrentar a un Heechul armando un completo escándalo que a un Heechul tan pensativo.

—Lo conozco —fue todo lo que dijo.

—¿Qué?

—A Changmin. Lo conozco —dijo mirándolo a los ojos.

—Obvio —respondió rodando los ojos—. Van a la misma universidad.

—No por eso — le dijo—. Es amigo de Siwon desde que eran niños. Tienen casi la misma edad. Yo no lo conozco tanto, pero me parece un chico muy agradable, y es bastante lindo. Entiendo perfectamente que hayas “cambiado de bando” por él —dijo con una sonrisa burlesca.

—Muy gracioso —dijo Yunho desviando la mirada y tomando un poco de café. Heechul rió de nuevo.

—Y, ¿qué piensas hacer al respecto? —preguntó, y por toda respuesta recibió un encogimiento de hombros—. Yunho, sabes que…

—Lo sé —interrumpió Yunho con un suspiro—. Pero ¿qué puedo hacer ahora, uh? Como te dije, él tiene una novia, así que parece que llevo las de perder. Pero recuerdo bien los consejos de papá, y sabes que no tengo alma de masoquista, así que no te preocupes, estaré bien.

Heechul no dijo nada por un momento, mirando a Yunho fijamente. Yunho sonrió, aunque no sabía si trataba de convencer a su amigo o a él mismo. Al fin, Heechul suspiró con resignación.

—De acuerdo. Confiaré en ti. Pero sabes que, cualquier cosa, estoy aquí para ti. Lo sabes, ¿verdad?

—Lo sé —respondió Yunho con una sonrisa—. Y presiento que te tomaré la palabra.

—Eso creo —dijo suspirando de nuevo—. Pero pasemos a otros asuntos importantes. No sé si esté bien preguntarte esto, pero… ¿cómo está Dong Ho-sshi?

—Igual —respondió Yunho con tristeza—. Hemos visitado varios médicos, pero todos dicen lo mismo. Appa trata de animarnos, ¿pero cómo animarse? ¿No deberíamos ser nosotros quienes lo consoláramos? Es él quien está enfermo… Y yo no puedo hacer nada. ¡Nada!

Heechul tomó la mano de Yunho por sobre la mesa, pero no dijo nada más. Si había alguien que entendiera lo que Yunho pasaba en esos momentos, esa persona era Heechul. Había pasado lo mismo cuando él estaba enfermo. Y aunque era la misma enfermedad, no era la misma situación. A Jung Dong Ho le habían dado una expectativa de vida de no más de 6 meses.

Yunho respiró profundamente varias veces tratando de calmarse. No era la tristeza la que lo invadía, era la ira. Ira contra sí mismo por la impotencia. Ira contra los médicos por no tener una cura. Ira contra la vida por ser tan injusta. Ira contra su propio padre por haberse descuidado así.

Sabía que no era su culpa, ni la de los médicos, ni siquiera la de la vida, y mucho menos era culpa de su padre, pero el saberlo no cambiaba las cosas. Pero él tenía que ser fuerte. Por su padre y por él mismo. Fuerte por su madre y por su hermana. Y sería fuerte, ya que ahora tenía una razón más para serlo. Una persona que le daba la fuerza que le hacía falta.

A Heechul eso le preocupaba más que nada. Que Yunho se sobrepasara. Era de admirarse que nunca dejara de luchar, pero no podía cargar por siempre el peso del mundo sobre sus hombros. Siempre encerrando sus miedos y preocupaciones, y eso era como una bomba de tiempo. Tarde o temprano el dique se rompería, y sólo Dios sabe lo que pasará cuando eso suceda. Pero de verdad esperaba que Yunho no saliera muy lastimado de eso.
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—¿Me puedes decir qué demonios es lo que planeas ahora? —preguntó Yoochun apenas cruzaron el umbral de la puerta de su departamento.

Estaba comenzando de verdad a enojarse con Jaejoong. Había notado perfectamente la mirada que el mayor tenía cuando hablaba de Jung Yunho. De verdad daba gracias de que Junsu tuviera algunas clases por la tarde, ya que eso le daba la oportunidad de hablar en paz con Jaejoong.

—No entiendo de qué me hablas, Yoochun —contestó Jae con cara de circunstancia.

—No me vengas con eso ahora, Jaejoong —dijo Yoochun tratando de no levantar la voz—. Sabes perfectamente bien de lo que hablo… ¿Jung Yunho?

Jaejoong suspiró con resignación, pero no habló hasta que se hubo quitado los zapatos y sentado en el sofá. Yoochun lo siguió no mucho después.

—Piénsalo bien —comenzó hablando lentamente—. ¿A quién escogerías entre un estudiante, cuyo único punto bueno es ser hijo de alguien importante, y un hombre que tiene su propio nombre cubierto de respeto?

—¡¿Qué demonios, Jaejoong?!

Yoochun no daba crédito a lo que escuchaba. ¿Ése era de verdad el mismo Kim Jaejoong que él conoció una vez? ¿Aquél chico dulce que se entristecía al ver cachorritos enfermos? ¿El hermano mayor del chico más inocente que alguna vez haya conocido?

—Sabes —dijo poniéndose de pie—, parece que ya casi no te conozco, Jaejoong. Y la verdad no sé si pueda apoyarte con eso. Piénsalo bien. Sé que no eres idiota y que vas a recapacitar. Sólo, piénsalo bien y verás que no es buena idea.

Y sin decir nada más, Yoochun caminó hasta su habitación, dejando a Jaejoong muy pensativo en el mismo lugar, con los ojos fijos en la lejanía. Las palabras de Yoochun habían hecho “click” en su mente, y se dio cuenta de que él mismo se desconocía.

¿Desde cuándo tenía esa clase de pensamientos? Y pensar que al principio era él quien estaba en contra de hacer semejante cosa. Pero ahora, los papeles se habían invertido completamente, y no estaba seguro que esa nueva faceta de si mismo le agradara mucho. Pero esa parte de su mente que gritaba que no era justo que otras personas tuvieran lo que él deseara le instigaba a ir más adelante. Y él quería hacerlo, sólo había una pregunta rondando su mente.

¿Estaba dispuesto a arriesgarse a intentar algo con Jung Yunho?

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