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Arualthings

Seventh Heaven cap 1

¿Así es el cielo?


- Este, compañero, es el Séptimo Cielo- Micky levanto sus brazos y miró por sobré su hombro izquierdo al castaño. Éste, por su parte, no cabía en su asombro, estaba realmente anonadado y le dio toda la razón a la frase que su amigo le había dicho antes de entrar.

Caminaba con el cuello torcido, mirando los hermosos cuadros pintados en el alto techo de la recepción. Realmente estaba impresionadísimo de haber llegado, de alguna forma, a pisar ese esplendoroso lugar y, por primera vez en toda su vida, sintió vergüenza de su estatus social.

El moreno al principio miraba muerto de risa las tiernas expresiones de asombro y alegría que Yunho hacía cada vez que dirigía su mirada hacia cualquier lugar, pero luego comenzó a desesperarse, pues si estaba en lo correcto, JunSu ya debería estar terminando su turno, a si que se acercó al mesón de la sala de recepción, arrastrando al pobre castaño que parecía un retrasado mental.

- Hola chicos- ante esas palabras mágicas, el más alto reaccionó inmediatamente y puso su atención el los recepcionistas que el ratón saludaba.

- Buenos días- saludó haciendo una reverencia, como si estuviera saludando reyes.

- Buenos días YooChun ah- saludó el mas bajo luego miró a YunHo con curiosidad - ¿Quién es?-

- Espero que a partir de hoy sea un nuevo compañero. De hecho a eso vengo, ¿Esta el señor Kim?-

- Si, si está. Dame un segundo- el moreno iba a tomar el teléfono pero su compañero de recepción le toco el hombro. Los tres miraron como el más alto asintió un par de veces para después alejar el auricular de su oreja y taparlo con la mano

- Espera. Micky, dice el señor Kim que estos momentos está en una reunión. Debes ir para allá. Dice que dejes al joven con nosotros y cuando termine la reunión lo vienes a buscar- inmediatamente, el chico del sombrero miró a su acompañante esperando su aprobación, recibiendo una sonrisa por parte de éste.

- Okay, dile que voy para allá. Me lo cuidan, eh- amenazó tomándolo de los hombros posesivamente y luego se fue.

- Muy bien señor, YooChun ya se fue… si… si señor- el chico alto colgó el teléfono y se giró hacia el castaño, dándole la sonrisa mas bella que YunHo haya visto jamás – Hola, soy Choi SiWon, encargado de la recepción como puedes ver- ambos se saludaron apropiadamente.

- Yo soy Kim KiBum, encantado- se presento el mas pequeño

- Hola- respondió Jung con una sonrisa – Mi nombre es Jung YunHo, vengo por una entrevista-

- Así dijo YooChun – interrumpió KiBum - ¿En qué quieres trabajar?-

- Micky me ha hablado de muchos trabajos necesarios aquí, pero principalmente me interesa el de masajista- los dos chicos hicieron exclamación como “¡Wow!”, “¡Genial!” que a YunHo le hicieron mucha gracia.

- Eres bastante atractivo, ya quedaste- aunque el comentario provocó la risa de los recepcionistas a YunHo, que no pudo evitar ver ese ‘doble sentido’, no le hizo gracia

- ¿A-a… que… te refieres?- preguntó asustado. SiWon y KiBum se miraron. Al parecer el nuevo no sabía de la ‘gracia’ de aquel trabajo.

---------

- Con permiso- susurró YooChun al entrar a la oficina sin esperar respuesta. Se sentó en silencio a escuchar lo que hablaban padre e hijo acaloradamente.

- ¿¡Por qué te empeñas tanto en desobedecerme JaeJoong!?- le grito fastidiado el hombre sentado tras el escritorio. El rubio bufó

- Padre, no es eso…- repuso algo cansado

- ¿Y tú, dónde estabas cuando SungMin se fue?- esta vez se dirigía al ratón, algo más calmado. Obviamente, no tenia idea de que estaba hablando el señor JaeWook a si que sólo atinó a encogerse de hombros y hacerse el desentendido.
- Si no fuera por que ChangMin está pendiente de todo…- lo ultimo lo dijo dirigiendo su mirada de acusación a Micky – y me informa si alguno de los empleados comete una falta y no lo cubre…- ahora se dirigía a su hijo - … este Spa iría de cabeza!- suspiro hondamente para luego hacer un gesto con la mano para que abandonaran la oficina – YooChun, trae a ese chico aquí. JaeJoong, cuando SungMin vuelva, dile que lo quiero en mi oficina- ambos asintieron y salieron en absoluto silencio de la oficina.

Una vez afuera, el joven Kim apoyo su espalda en la pared, frente a la oficina de su padre, suspiro y apoyo su cabeza atrás cerrando lentamente los ojos

- ¿Y ahora qué diablos pasó?- pregunto firme y delicadamente el moreno

- SungMin y KyuHyun se pelearon de nuevo. Él se fue- respondió sereno el chico, sin mover un músculo.

- ¿Otra vez? Santo dios… ¡Son compañeros! ¿Cómo es posible que se lleve tan mal?- aquella pregunta, más que a Jae, la hizo al aire.

- Eso no es todo… no lo informé. Fue Minnie…-

- ¿¡QU-- - chilló YooChun fuera de sus casillas. Pero se contuvo, sabiendo que estaba frente a la oficina del señor Kim – ese idiota!!...-

- Cálmate Micky, el sólo hace su trabajo- el rubio se separo de la pared para tratar de calmar a su amigo que se movía como gato enjaulado

- ¡Por eso ChangMin está así Jae, ¡Tú lo malcrías! Además, ese no es su trabajo, ese es TÚ trabajo- JaeJoong sabía que YooChun tenía razón, pero qué podía hacer? Sabía que su Minnie no haría algo para perjudicarlo. Jamás.

- Dejemos esto así, ¿Vale?- su única esperanza era que el problema terminara ahí, con Micky y él. Jamás querría involucrar y perjudicar a sus amados ‘compañeros’, como él les llamaba, aún sabiendo que sólo eran empleados. Pero era Jae, la adorada madre Jae, ¿Qué más podría pedir?

- No involucraremos a los demás en esto…- Kim sonrió feliz -… pero soy su hyung, Joongie. ¡Shim ChangMin me va a oír!- tuvo que aceptar esa condición. Con no hacer un gran escándalo como solía hacer, su ratón ya estaba haciendo mucho. Asintió para tranquilizarlo.

- Ahora solo esperemos que SungMinnie no tenga problemas…- dirigió su mirada a la puerta de la oficina de su padre

- Ojalá que no…- respondió Micky con pesar – Como sea, debo ir a buscar a mi conejito perdido y rescatarlo de este país de las maravillas- rió solo con su comentario- Joongie, necesito que me esperes en la terraza, ¿Si? Tengo algo que llevarte- le guiñó un ojo coquetamente, sólo como el ‘Dandy Boy’ podía. Esta vez JaeJoong también rió con él, se le acerco y lo tomó de las solapas de la chaqueta

- Y… ¿Qué clase de regalo es?- giro la cabeza hacia un lado, pero ambos reían, dentro de su propio juego.

- ¿Quién dijo que fuera para ti? Este conejito es mío, solo voy a enseñártelo como nueva adquisición y porque, claro, tendrás que cuidármelo- le dio un delicado beso en la frente. Así eran ellos, de toda la vida – Espérame, si?- Jae le guiñó el ojo, como hace un momento lo había hecho su interlocutor.

Ambos se separaron sonriendo y se fueron por sentidos contrarios, Micky a buscar y Jae a esperar aquella ‘adquisición’. Pero cuando el delgado rubio iba a doblar el pasillo, se topó con una sorpresa.

- A ustedes les encanta hacer show…- dijo aquel joven alto, serio y de mirada intensa

- Minnie…-

---------

- ¿Cómo…?- preguntó YunHo totalmente sorprendido

- Cuando empieces a trabaja te darás cuenta solo…- tentó KiBum con una sonrisa en los labios. SiWon también se reía, pero cada vez que YunHo le miraba, le hacia gestos con la cara, aclarándole que sólo eran bromas.

- ¡Ya estoy aquí baby! No sufras…- por fin estaba haciendo su entrada el protector del pobre Jung. Lo tomó de los hombros, tal y como había hecho antes de irse. - ¿Lo cuidaron bien?- pregunto a Choi y Kim

- Si, si… claro- respondieron ambos de forma desordenada y sin mirar a su superior, como si estuvieran muy ocupados. YooChun miró a YunHo por sobre el hombro de este último

- ¿Listo para tu entrevista? Rápido, rápido- Micky obligaba al castaño a moverse, pero éste daba pasos muy torpes, como si tuviese pies de plomo y miraba lleno de dudas alternadamente, a los recepcionistas y a su amigo.

Una vez lejos de la recepción, YooChun soltó a YunHo y comenzaron a caminar a par por un pasillo. Dandy Boy iba con una sonrisa de oreja a oreja, mientras que el nuevo lo miraba de reojo, con desconfianza.

- Yah…- dijo para llamar su atención - ¿Por qué tan feliz?- el aludido lo miró incrédulo

- ¿Tú no lo estás?-

- ¿Sabes? Ya no estoy tan seguro de esto…- YooChun soltó una leve risa

- Ya te dije que está todo listo. No tienes de que preocuparte- ambos quedaron en silencio por un tiempo. El ratón dio por convencido a su amigo, pero el alto seguía pensando en las palabras de KiBum, hasta que ya no aguantó más la curiosidad.

- ¡YAH!- el moreno dio un respingo con semejante grito y miró asustado a su acompañante – Micky, ¿Qué me estás ocultando? ¿Qué hay en este trabajo?- YunHo realmente estaba temiendo lo peor. Quizás en qué clase de trabajo se había metido. Pero contrario a todas sus expectativas, su empleador hizo una mueca de completa ignorancia

- ¿De qué demonios estás hablando? ¿Qué te dijeron esos?- el alto esquivó la mirada de su interlocutor, no sabía bien que responder.

- Me… me dijeron que este trabajo no era como cualquier otro. Que si no me encantaba y me volvía adicto a él, saldría corriendo el primer día…- hablaba despacio, tal vez estaba diciendo algo horrible. Como no lo sabia, no sabia como iba a reaccionar su amigo.

- Oh, ya veo… jajajaja!- la risa del ratón descolocó completamente a YunHo, ¿Qué se suponía que debía pensar? – Nah… ¿Sabes qué?- dijo Micky deteniéndose delante de una puerta – A ti te encantará…- aquella mirada tentadora lo dejó sin palabras. O era algo muy bueno, o era muy malo. Por ‘muy algo’ era.



Lentamente, la puerta se fue abriendo, segando a YunHo por unos instantes por la luz que venia directo desde el ventanal ubicado justo al frente de aquella puerta. Luego de unos segundos pudo distinguir a un hombre sentado tras un enorme escritorio, aunque aun no podía distinguirlo con claridad.

YooChun entró aún riéndose por lo bajito de la conversación que habían tenido en el pasillo, justo antes de entrar. Se sentó en uno de los dos asientos libres de la oficina e invitó a YunHo a tomar asiento en la otra. Sin pensarlo mucho obedeció, aún estaba aturdido.

El hombre leía con atención los papeles que tenia entre las manos, en completo silencio. El castaño estaba realmente nervioso, y se revolvía impaciente en su asiento, mirando constantemente a Micky, quien escondida su afilada mirada en el sombrero. Luego de unos minutos en los que el hombre levantó una hoja para poder leer la de abajo, Jung por fin se dio cuenta qué era lo que aquel hombre leía con tanta atención: era su currículo. Si había estado nervioso hace un rato, ahora lo estaba casi el triple en comparación. Sudaba frió, sentía calor… mucho calor.

Nadie, NADIE podría siquiera imaginar la situación critica en la que se encontraba en esos momentos. Aquellos minutos de silencio, que le parecieron años, pasó por su mente prácticamente toda su vida. En ese minutos, hecho tanto de menos a su madre…

… oh, su adorada madre…

¿Por qué ella fue la única que murió en ese accidente? ¿Por qué tuvo que dejarlos, a su hermana y a él, con aquel hombre que se llenaba la boca haciéndose llamar padre? Aquel asqueroso borracho que lo explotaba, lo maltrataba, y lo que era peor, maltrató a su pequeña hermana.

No… eso no.

A él podría haber soportado toda la explotación y maltrato, si podía mantener en una estabilidad económica a su hermana. Pero eso no. Jamás lo permitiría

Nunca…

- ¡Aléjate de ella, maldito cerdo desgraciado!-



- ¡Bueno…!- automáticamente el alto volvió a la realidad, prestando completa atención al hombre sentado frente a él. - Tienes experiencia, eso muy bueno- se emocionó, eso era bueno ¿Verdad? Miró con una sonrisa al de sombrero y notó que éste le miraba de igual forma – En cuanto al tiempo que tengas de trabajo, supongo que querrás medio tiempo y la verdad es que no tengo masajistas ahora…- el señor Kim se rascó la frente, poniendo en evidencia que se le hacia un problema

- ¡NO!- gritó YunHo, asustando a los otros dos – Quiero decir… yo puedo trabajar todo el día ¡Trabajaré todo lo que quiera!- ¿Y cómo no hacerlo? Debía hacer absolutamente todo lo que estuviera a su alcance para conseguir ese trabajo, por muy sospechoso que fuera.

El señor Kim lo miró extrañado, ¿Por qué había reaccionado de esa manera? Un chico tan joven… ¿Tanta era su necesidad de trabajar? Sin poder evitarlo, miró a YooChun buscando la respuesta y lo que vio en su rostro con las cejas levantadas y la boca torcida fue un claro “Se lo dije”. Volvió a mirar a ese chico alto, bien formado y, por qué no decirlo también, muy bien parecido. Había algo… algo más.

Hizo un gesto al ratón para que se levantara de la silla, pero apenas se levantó, YunHo lo hizo también. El señor JaeWook rodeo su escritorio para tomar asiento donde estuvo sentado YooChun. Al ver aquel gesto, al castaño se le encogió el corazón. Tomo asiento también, lentamente.

Se sintió extraño… ajeno. Sintió de pronto algo que su corazón no había experimentado hace mucho, mucho tiempo. Aquel hombre adinerado, lleno de cuentas, de acciones, de porcentajes, de economía, rodeado de aquellas cosas que hacen tan fría a una persona, se sentó a su lado demostrándole increíblemente todo lo contrario. Le miró directo a los ojos… no tenia palabras para expresar la protección que sintió. Y lo vio. Vio en aquella mirada; eso que extrañaba hace tan solo unos momentos. Esa calidez que le habían arrebatado de forma cruel y que nunca más volvió a tener. Eran los ojos de una madre, aunque supuso, al nunca tenerlo, que así también debería lucir la mirada de un verdadero padre.

- Hijo…- dijo el hombre de pronto y YunHo sentía que en cualquier momento explotaría en llanto. Ahora esa palabra no sonaba desagradable - ¿Tanto necesitas el trabajo?-

-Si…- dijo despacio. Se sentía extraño estar así.

- Eres tan joven. Podrías retomar tus estudios, ser algo más…-

- Necesito trabajar señor. Mi hermana me necesita

- ¿Tu hermana?- miró de reojo a YooChun - Tienes una hermana…-

- Si…- en la habitación había un silencio sepulcral entre diálogo

- ¿Tu hermana estudia?- pregunto el señor Kim luego de una pausa

- Si. Yo la mantengo, ella me necesita- el hombre solo asintió repetidas veces, asimilando lo que escuchaba.

- Bien… bien… - sonrió a YunHo con su más pura alegría y le extendió la mano – Bienvenido entonces, Jung YunHo. Trabajarás como masajista desde las 9:00 AM hasta las 7:00 PM, ¿De acuerdo? YooChun se encargará de lo demás- ambos se extendieron la mano sonriendo ampliamente y el ambiente volvió a ser respirable y tranquilo – Cualquier cosa que necesites, háblame. ¿Está bien?- Jung asintió agradecido. Definitivamente, su madre le estaba cuidando desde el cielo ¡Cuanta gente maravillosa estaba conociendo!

Pero, ¡Oh no! Aún no sabía sobre “aquello”…

- Señor…- dijo de pronto. Su rostro palideció

- Dime YunHo- dudó por un momento. Miró a YooChun que volvía a reír por lo bajito, seguramente ya sabía lo que preguntaría

- Hay algo… que no se…- mientras le hablaba al señor JaeWook, no podía evitar mirar constantemente a Micky, notando como hacía esfuerzos descomunales por no explotar en carcajadas

- ¿Algo que no sabes?-

- Si… algo… especial-

- ¡Humfgg!- al moreno no le había durado mucho e inevitablemente soltó aquella risa que llamó la atención de los otros dos por unos segundos

- ¿Algo espe…? ¡Ahh!- sonrió enternecido y finalmente el ratón exploto en risas – Supongo a que refieres. Verás…- paso su brazo por el hombro del chico - … este trabajo tiene… emm… cómo decirlo… ¡Un plus!- el castaño lo miró desconcertado

- No entiendo…-

- Es que aún no termino- mientras YooChun hacia ejercicios para normalizar su respiración, el jefe continuó - ¿Has visto a esos chicos de la recepción?-

- Si…-

- Son lindos, ¿Verdad?- preguntó emocionado. YunHo alzó una ceja

- … Si? – justo cuando YooChun había acabado de reír, pero fue inútil, porque volvió a darle un ataque

- ¿Viste la cantidad de regalos que habían a su alrededor?-

- ¡Oh! Si, si…- respondió, tratando de hilar algo. Sin mucho éxito.

- Ellos son unos de los más populares aquí. Nuestros clientes son mayoritariamente jóvenes señoritas que pasan su tiempo libre en el spa. Aquí toman un relajo, se arreglan el cabello, limpian su rostro y… vienen a visitar a sus jóvenes ídolos-

- … ¿I… dolos?-

- Si. Todos los trabajadores de este lugar son jóvenes, más o menos de tu edad, lindos, simpáticos. ¡Este lugar pasa lleno de chicas todo el día! Y tú eres muy guapo YunHo, seguro te harás un grupo de fans rápidamente.- ¡Ahora lo entendía todo! Eso era de lo que hablaba KiBum. Y claro, YooChun sólo había querido asustarlo, ya se las arreglaría con él.

- Ahh…- fue todo lo que dijo mientras se imaginaba rodeado de chicas llamándolo “oppa” de manera coqueta - ¡¡Aahh…!!- asintió satisfecho y feliz, poniendo sus manos en las caderas y sin salir todavía de su mundo de ensueño.

- ¿Nada más? Bueno, no hay tiempo que perder. YooChun, por favor- ordenó al ratón palmeando el hombro del castaño

- Muchas gracias señor- hizo una reverencia cuando por fin pudo despertar. Ambos salieron de la oficina del señor Kim más que felices y animados.

- Ahora debes acompañarme- dijo de pronto Park – Debo presentarte a tu jefe directo- le señalo la dirección del pasillo contrario del que habían llegado

- Micky… ¡Eres muy malo, sabías!- aunque el más alto estaba realmente serio, el aludido no pudo evitar reírse - ¿Por qué no me dijiste que KiBum se refería a eso, eh? Y luego digo que eres mi amigo…- sin esperar excusas, YunHo comenzó a caminar resignado en la dirección que Micky le había indicado. Éste lo vio alejarse un poco para susurrar levemente “Porque no era eso…”



Cruzaron prácticamente todo el spa, pasando por partes realmente fantásticas, donde, tal y como había dicho el señor Kim, estaba lleno de chicas. Y es que ¡Dios, esto SI que era el cielo mismo! YunHo no podía decir cual de todas esas chicas era la mejor, de hecho, ni siquiera podía decir si había alguna que no fuese linda.

Las habitaciones techadas pasaron, y llegaron hasta la parte trasera del recinto exclusivo. Había una piscina de tamaños descomunales en medio, con una pileta en medio, mini-cascadas, figuras de sirenas y ángeles adornándola. En los alrededores de aquella piscina habían sillas y bancas lujosas, unas mesas en las que habían un par de chicas tomándose un helado y conversando de forma animada.

A YunHo casi le da un infarto al entrar a esa parte del Séptimo Cielo, pero no tuvo tiempo de admirar la cantidad de cosas hermosas que había en el lugar, pues YooChun caminaba muy rápido y no podía quejarse; después de todo, ya había tardado demasiado tiempo con él. El chico del sombrero camino un poco por la orilla de la piscina, hasta que divisó a su objetivo

- ¡Joongie!- el masajista quitó su atención de la hermosa piscina para ver a quien llamaba su amigo. Habían dos personas unos metros más allá. Una de ellas estaba de pie, era alto, sólido, serio. Su figura inspiraba respeto y tal vez… tal vez, un poco de miedo. Claramente era una persona con la que no se podía jugar. La otra persona estaba sentada y solo podía verle hasta la nuca. Estaba de espaldas a si que sólo pudo notar que era rubio.

Por dentro, YunHo rezaba con todas sus fuerzas para que ese chico tan alto no fuera su jefe. Ya de presencia lo había cohibido, quizás qué personalidad tenía. El otro chico, fuese como fuese, TENIA que ser mejor. Pero ante la llamada de Micky, solo el tipo alto se volteó. A lo mejor él era, efectivamente, su jefe…

… oh, no…

- ¡Shim ChangMin!- gruñó enfadado el de sombrero al llegar junto al chico alto. Ahora los tres estaban al lado izquierdo del rubio. - ¡Tengo que hablar seriamente contigo!- en todo este tiempo, Jung jamás había visto enojado a Micky y le sorprendió. Se veía tenebroso.

- ¿Que pasa hyung?- preguntó totalmente relajado ese chico que era incluso más alto que el castaño. Éste, al mismo tiempo, suspiró aliviado. Ese, definitivamente, no era su jefe… entonces…

- Ya hablaremos… YunHo- el aludido lo miró – El es Kim JaeJoong, hijo del señor Kim JaeWook y desde hoy, tu supervisor- por primera vez, YunHo giró su cabeza para ver al rubio sentado a su lado

… Wow…

En el momento que se encontró con esos ojos profundos, mágicos, que le atravesaron el corazón; sintió que el mundo entero había desaparecido. Con esa mirada felina, ese cabello de oro, esa ropa blanca…

… ese ángel…

… ese ángel que ahora le sonreía y se levantaba de su asiento…

… wow…

Su cercanía le hizo temblar. No. Su sonrisa le hizo temblar… no. ¿Qué era? No lo sabía. Simplemente tembló cuando se le acercó, lentamente, y lo tomó de la camisa. Tembló cuando acercó su claro rostro al suyo. Estaba tan cerca… tan cerca.


- El es Jung YunHo, desde ahora trabajará tiempo completo de masajista- el castaño parpadeó un par de veces. Micky estaba a su lado, igual que hace un momento; el tal ChangMin también estaba en la misma posición, junto al ratón y… él; estaba ahí, sentado, inexpresivo… mirándolo. Por fin reaccionó

- Mucho gusto- hizo una reverencia mientras su cerebro trabajaba muy rápido. ¿¡Qué demonios fue eso!? No podía ser brujería. ¿Fue su imaginación? … ¿¡FUE SU IMAGINACIÓN!?

- Aprovecharé que encontré a este malandro aquí y hablaré con él. JaeJoong, por favor, muéstrale el lugar ¿Si?- si queja alguna, JaeJoong se levantó de su asiento y caminó hacia la salida del lugar. YunHo instintivamente lo siguió despidiéndose de YooChun con señas.

- En la tarde iré a buscarte baby. Te llevaré a casa- le gritó cuando ya iban algo lejos.

- ¡Gracias! Nos vemos Micky- respondió animado. Tal vez le compre algún regalo a su amigo, así de alguna forma agradecía un poco todo lo que había hecho por él.

Cuando volvió su vista al frente, se topó en el camino con la intensa mirada de su jefe, y se heló de nuevo. Tenía una mirada tan penetrante. Ahora deseaba que ese chico alto fuera su jefe.

- ¿Hace cuanto conoces a Micky?- no sabía porque, pero sonrió. Era la primera vez que le escuchaba hablar y de cierta forma se emocionó. Su voz era muy linda; no muy varonil, no muy de chica. Simplemente era perfecto. – Oye, te estoy hablando- el rubio encarnó un poco las cejas, mostrando su molesta

- ¡Ah! Ehh…- no podía. Simplemente no podía mantenerle la mirada - … lo conocí cuando llegué a Seúl-

- Ah- fue todo lo que respondió ¿Y qué más iba a decir? Ese ratón que tenia por mejor amigo era todo un caso. No quería saber nada de detalles. Además, ese chico, ¿YunHo? parecía ser del ‘otro lado’. Que lástima… por Micky, claro. Él desde el principio perdió.

Llegaron a un pasillo algo más ancho a los que YunHo había visto. Esta mucho más alumbrado y tenía adornos elegantes cada cierto espacio en las orillas.

- Este pasillo es diferente- comentó Jung muy bajito.

- Si. Tú pasaste por las oficinas. Ahí están la sala de juntas, la oficina del señor Kim, la mía, la de YooChun y la de ChangMin- luego de dicha la oración, Jae miró a YunHo. Era sexy. ¡Maldito YooChun! Pero había otra cosa. Algo que lo hacía fiable, simpático. Aquella forma en la que miraba con inocente interés a su alrededor. Era obvio que jamás había pisado un lugar como ese.

- ¿Qué hay en este pasillo?- preguntó de pronto, girando su cabeza hacia JaeJoong, pero mirando hacia el otro lado, aún pegado en los adornos. Al no obtener respuesta giró sus ojos hacia el chico que tenía al lado, dándose cuenta que le miraba otra vez… de esa manera. Nuevamente sonrió

- Tu lugar de trabajo- respondió sin mover ni un músculo facial. Tenia esa expresión fría pegada en el rostro. – Es la puerta de allá- le señaló con el dedo

- ¡Oh…!- justo en ese momento, pasaron junto a unas puertas que estaban abiertas.

- ¡Oppa, eres genial! <3->chico que tenía colgando del brazo. Esto tenía que ser una broma ¿Verdad? No podía ser… al menos no todos.

Mientras YunHo iba perdiendo cada vez más color, ‘Joongie’ y ‘Chul’ habían comenzado una animada conversación, ignorando olímpicamente al chico que tenían en medio.

- Aquí…- interrumpió el castaño bastante ido - … ¿Son… todos gays?-

- No todos- fue la clara y corta respuesta de JaeJoong, para luego seguir la conversación. Y si, corta, pero lo suficientemente contundente para calmar al masajista. Él había tenido un amigo homosexual antes, estar rodeado de unos cuantos más no el haría daño. Además, estaba plagado de chicas hermosísimas. Aún así, miró hacia ambos lados. No quería interrumpir pero se estaba desesperando entre esos dos

- ¡HeeChul oppa! Es mi turno…-

- Ahora voy linda- ¡GRACIAS! Gracias… quien quiera que seas – Bueno, luego te sigo contando Joongie-

- ¿Cómo puedes ser tan descortés con el nuevo, Chula?- un hombre de pelo negro, estatura media y un arete en la oreja izquierda se acercaba al trío con una enorme sonrisa, con un regalo en la mano y dejando con un ataque de histeria a una fan más atrás – Siento que mi compañero sea tan descortés. Soy Kim YoungWoon, mucho gusto – le extendió la mano. Un saludo de hombres que hizo volver el alma de YunHo a su cuerpo. Sonrió ampliamente

- Jung YunHo- ahora si se sentía bien. El pelirrojo se había ido a atender a esa niña que no paraba de quejarse por la demora y ese chico parecía ser…

- Y el chico que esta allá es Park JungSoo, mi novio- apuntó hacia el peluquero con toda la normalidad del mundo, mientras el castaño moría en vida.

- No te aprendas tantos nombres. Chul, KangIn, Teukie- el rubio señalo a cada uno – Es todo lo que tienes que saber. Como sea, vamos- al parecer, la seriedad había vuelto al bello rostro de su hyung. Ni modo. Hizo una leve reverencia al moreno y alcanzó a JaeJoong.

KangIn los vio alejarse con una sonrisa en los labios. YunHo seguramente sería uno de esos que harían furor entre las que frecuentaban el spa; como había hecho HanGeng en su tiempo. Obtendría fans rápidamente y, seguramente, el perdería algunas por su culpa. Suspiró resignado y volvió a su labor; no sin antes pasar detrás de su Teukie y darle un tierno beso en la mejilla, que hizo chillar de emoción a las chicas del salón.



Al entrar a su lugar de trabajo, YunHo notó de inmediato que no era menos lujoso del que había estado hace unos momentos, pero también supo que su trabajo no seria tan ajetreado. Al entrar pasaron por una estancia en la que, se supone, deberían esperar los clientes; se veía bastante cómodo con esos enormes sillones rojos, la música tenue y las finas tazas de té. Luego entraron a un sub-sector del salón, donde él podría tener mas intimidad con su cliente, después de todo, a nadie le gustaría hacerse un masaje medio desnudo enfrente de todos, mucho menos a una chica.

Todo era realmente hermoso, pero por sobre todo, cómodo… como en casa. Aún así, la situación de sus nuevos compañeros le atormentaba de sobre manera. No sabía como reaccionaría a sus bromas, sus coqueteos, y porque no decirlo también, las relaciones amorosas que mantenían entre ellos mismos. Todo eso, se debía ver claramente reflejado en su rostro.

- ¿Asustado?- dijo el rubio, rompiendo el silencio.

- ¿Eh? ¡No!... no…- se mordió el labio inferior haciendo una pausa – Es solo que… todo ha sido muy rápido para mi- aleteó un poco con las manos para darle énfasis a la frase. Y más silencio.

- ¿Cuándo empiezas?- preguntó al tomar una carpeta de tapa roja que estaba sobre una elegante mesa.

- Hoy- respondió con una sonrisa. Afirmó sus manos en el mostrador que tenia a sus espaldas, junto a la sofisticada camilla.

- Humm… genial- soltó la carpeta sobre la mesa haciendo un fuerte ruido. Se acercó a un lado de la camilla y con esa frialdad y seriedad que lo caracterizaba, comenzó a desabotonarse los primeros botones de la camisa blanca que traía puesta.

YunHo abrió los ojos como platos y tiró su cuerpo un poco hacia atrás, no dando crédito a lo que veía. Pero era así, esta vez no era su imaginación. Lo supo porque no se sintió como en las nubes. No. Pudo sentir como algo dentro de el caía como plomo al piso, como su cuerpo de pronto estaba endemoniadamente caluroso y como a la vez transpiraba helado.

- ¿Qu… qué estás haciendo?- con suerte pudo articular esas palabras mientras veía esa tortuosa escena. Tan delicado, tan sensual, tan lento. Diablos… lo hacía tan lento.

- Seré tu primer cliente- contestó completamente serio, mientras terminaba de desabotonarse la camisa – Necesito un buen masaje- se quitó la camisa de los hombros y tironeó de las mangas

YunHo estaba en shock. Se aferraba cada vez más fuerte al mesón y trataba de por todos los medios de pensar en algo. Después de lo que le paso al conocerlo, con lo que sentía en estos momentos ¿Cómo iba a hacerle un masaje? ¡No podía! Ni siquiera había empezado y ya había perdido el control. Pero era su jefe, no podía decirle que no. ¿Quedaría mal con su jefe? ¿Se arriesgaría a hacer lo que le pide estando los dos solos?

Santa madre...

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3 Comentarios:

  1. Anónimo8/16/2009

    GENIAL!!!!!!!!!
    ME ENCANTA TU FIC!!!

    ResponderEliminar
  2. Anónimo8/16/2009

    WAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    precioso simplemente hermoso,
    AAHHHHH que imagunacion tienes todo fue tan lindo

    yunjae ppower!!

    este es ek mejor fic que he empezado a leer

    ResponderEliminar
  3. woo por que se detuvieron los post
    dios eta bueno el fic
    espero y aya conti

    ResponderEliminar

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