KINGDOM TVXQ!

CLOSE 2U
Arualthings

Seventh Heaven cap 5

Visitas inapropiadas


En la clara habitación del ratón, había un agradable silencio. Silencio de paz infinita, de felicidad, de descanso y comodidad. El aire se colaba por la enorme ventana del cuarto, haciendo ondear los inmaculados visillos y la fuerza cálida y luminosa del astro rey daba al toque final de una hermosa escena.


Todo un escenario perfecto, para darle mayor realce al ángel que dormía entre las sabanas de su cama.


- JunSu… wake up baby… - lo saludó con esa voz grave que hacia derretir a sus fans en el spa – Eres un delfín muy dormilón…- acarició su suave rostro con dulzura y besó levemente sus labios. JunSu, se frotaba los párpados aún cerrados; saliendo lentamente del mundo de los sueños, para pasar a mundo de SUS sueños.


- Buenos días…- su voz apenas se escuchaba, pero aún así el moreno sonrió al oírle.


- Ve a darte una ducha. Preparé un almuerzo delicioso para ti- el delfín sonrió levemente y se estiró para despertar por completo, dando un profundo suspiro. Aprovechando ese impulso, rodeó con sus brazos el cuello de su novio.


- ¿Y no puedo quedarme un rato más contigo?- se apegó más a su cuerpo y YooChun sonrió divertido.


- No seas perezoso, vamos. En un rato más entras al trabajo… y se supone que yo debería estar allá- besó su frente y se separo por completo de él – Te estaré esperando en el comedor, ¿Vale?- le dijo mientras avanzaba hacia la puerta


- Vale…- sin más, el castaño de un impulso quedó sentado en la cama y miró a su alrededor – Chunnie, ¿Y mi ropa?- el susodicho sonrió y apuntó hacia el otro extremo de la habitación. Al girar, JunSu pudo ver sobre un lujoso diván, ropa totalmente nueva colgada cuidadosamente.


Mas que por lo material, fue el hermoso gesto del Dandy Boy lo que hizo abrir lo ojos a más no poder y sonreír, dulce y abiertamente, lleno de felicidad llenando su corazón. El ratón, por su parte, se quedó embobado mirando la hermosa sonrisa de su ángel. Era capaz de darle todo lo que tenía, la vida si fuera necesario, sólo para poder ver esa sonrisa siempre. Solo así sería verdaderamente feliz.


Salió de la habitación y se adentró al comedor a esperar a su novio, mientras este se levantaba de la cama para ir directo a la ducha.



---------



El viaje de vuelta al spa se hizo eterno para KiBum y HanGeng. Ambos iban de copiloto y chofer respectivamente, mientras que en la parte trasera del auto; en el extremo derecho iba un pensativo y sonriente HeeChul, quien miraba con sumo interés el paisaje que pasaba, mientras que en el extremo izquierdo, sentado como una momia, SiWon iba pensativo y sonriente, mirando con sumo interés al pelirrojo.


- Me preocupa lo que pase con el KangTeuk- el mayor de todos fue el primero en romper el silencio que se había prolongado por mucho tiempo


- HeeChul, no quiero sonar despreocupado, pero sabes que no es la primera vez que pasa. Ellos arreglarán este asunto, ya lo verás- fue la respuesta que dio su mejor amigo


- No me refiero al futuro inmediato Bummie. Hablo de un futuro lejano, ¿De verdad te los imaginas toda la vida así?- el moreno guardó silencio, analizando las palabras del pelirrojo antes de contestar


- Yo no creo que estén así toda la vida…-


- ¿Lo ves?-


- Pero HeeChul ah, ¿Recuerdas como era su relación cuando recién se conocieron?- ahora el que tardo en responder fue el mayor. Su mirada se perdió en el paisaje, mientras una sonrisa iba adornando poco a poco su rostro al recordar esos tiempos.


- Si…- fue todo lo que pudo decir.


- Ellos se conocieron en las circunstancias más difíciles. Aún así lo superaron y ahora están juntos. Si hay alguien a quien hay que agradecerle la recuperación de LeeTeuk hyung es a KangIn, y lo sabes. Ellos se aman demasiado y creo que eso es suficiente-


- ¿De verdad lo crees?- HeeChul desvió su mirada de la ventana para mirar el respaldo que lo separaba de su interlocutor – Te daré un ejemplo: YooChun y JunSu- una pequeña risa sorda salió de los labios de KiBum. Sabía perfectamente a lo que su amigo se refería, pues ya habían hablado sobre el asunto en reiteradas ocasiones.


- Es verdad… espero de el KangTeuk no tenga ese tipo de relación-


- Ahh…- la repentina voz de SiWon hizo que los que conversaban prestaran toda su atención en él. HanGeng, en cambio, rió divertido


- ¿Recién entendiste lo que es el “KangTeuk”?- pregunto divertido el instructor.


- Si… lo siento- bajó la cabeza avergonzado, haciendo sonreír enternecidos a los que le miraban


- Siempre te disculpas por todo- respondió el chino.


HeeChul lo miraba con una sonrisa pegada en los labios, y eso estaba poniendo muy nervioso al alto. Trataba por todos los medios de hacer como que no sentía esa mirada felina sobre él y que el rubor de sus mejillas desapareciera con el poder de su mente. Pero nada funcionaba, al contrario. ¿Qué podría estar pensando Cinderella para mirarlo así? Pues Cinderella pensaba en las palabras de su primo en el hospital. “Un pez gordo” le dijo, y sí que lo era, pero ese hombre vestido de zorro había hecho que hombres como el que tenía sentado a su lado fuera sólo un más entre tantos. Choi SiWon era un príncipe sacado de cuento: pasivo, sonriente, educado, hermoso, masculino, caballero, y como olvidar esa sonrisa perfecta que hacía de su boca algo realmente apetecible. Su boca era algo que simplemente no podía dejar de mirar. Mientras él sonriera, el pelirrojo no le quitaría la vista a sus labios.


Esa noche, luego de recibir su premio, había bajado de forma presurosa, buscando a esa persona que lo había flechado instantáneamente. ¿Cómo su corazón podía jugarle semejante broma?, ¿Cómo latía tan fuerte por alguien que no conocía en lo absoluto? Oh, pero él tenía una sonrisa hermosa, tanto e incluso más que la del recepcionista. Se veía tan hermoso, tan elegante. ¿Dónde se había metido?, ¿Se había ido?, ¿Por qué, con quién? Muchas vueltas dieron vuelta por su cabeza durante esa noche, ni al baño quiso ir por miedo a que su príncipe azul se le escapara. Pero no lo vio. Nunca lo volvió a ver.


¿Qué irónica es la vida, eh? Burlándose de su suerte, mostrándole por segundos aquella persona que él amaría toda su vida. Porque estaba seguro, era él…


Su media naranja, la persona destinada para su vida…


… era él…


¿Y si era casado?, ¿Y si no le gustaban los chicos?, ¿Y si es un patán de primera?


No, no importaba. Simplemente era él y punto. Era ridículo, algo que jamás admitió ni admitiría ante nadie. Lo amaba.


Pensó en Junsu. Pensó en KangIn. Sin duda ellos eran su máxima inspiración. Ellos tenían lo que pocos logran, lo que él quería en su vida.



El coraje de amar.



---------



Tic…

Ese sonido que retumbaba en los oídos de los alumnos.

Tac…

El tiempo pasaba, lento y tortuoso, gimoteando entre sus engranajes el aviso de que algo sucedería…

Tic…

Y quería que sucediera… por favor… rápido

Tac…


El minutero se movió solo un poco más, pero sólo ese moviendo era necesario para que la campana que anunciaba el termino de la jornada escolar hiciera lo que mejor sabía. El bullicio en todo el instituto no se hizo esperar y los pasillos comenzaron a llenarse de adolescentes y profesores que se dirigían a sus respectivos destinos.


YooRi no era la excepción. Aunque tardó un poco más y fue casi de los últimos en salir de su salón, con mucha calma y cuidado arregló todos sus cosas dentro de su mochila. A su lado, ZhouMi la esperaba ya listo, para ir junto con la chica nueva al spa donde trabajaban sus hermanos.


- ¿Lista?- preguntó apenas pudo apreciar que ya cerraba el cierre de la mochila. La chica le respondió con una dulce sonrisa. – Muy bien, vamos-



Por otro lado, Henry agradeció a todos los dioses por haber metido a esa chica, hermana de no-se-quien, a su clase. Si no fuera por ella, nuevamente tendría que hacer malabares para sacarse de encima a ese chino psicópata de la mirada. Seguramente, él ni siquiera sabía que ya lo había descubierto; pero el pequeño estaba seguro que lo vigilaba y lo seguía todo el tiempo. Temía ser una nueva víctima del grupo de bándalos a la que ZhouMi pertenecía, y eso, sería lo peor que le podría pasar.


Pero lo importante ahora no era eso. Lo importante era que ahora, en ese instante, estaba libre y totalmente alejado de los demás estudiantes. Llegó primero que cualquiera de esas niñas locas al lugar de sus fantasías: Seventh Heaven. Es que ese spa no pudo haber tenido un nombre mejor, era exactamente eso… el Séptimo Cielo. Caminó a toda velocidad por los pastizales del lugar, rodeó el edificio hasta llegar casi a la parte trasera, donde nadie pasaba ni le veía. Ahí se quedaba largas horas, arrodillado en el césped que se extendía en todo el territorio exterior, observando a través de unos pequeños ventanales a ras de piso al instructor.


Desde el momento en que lo conoció hace un mes atrás, se había vuelto fan de HanGeng, el instructor de natación de aquel spa. Por su timidez, no podía hablarle, ni siquiera hacerle ver que existía, sólo se limitaba a mandarle regalos de forma anónima todos los días, y observarlo durante las tardes mientras recibía sus regalos con una enorme sonrisa.


Esos regalos lo hacían feliz, podía verlo; pero seguramente, si alguna vez se atrevía a decirle que era él quien se los enviaba, Hannie lo vería sólo como un niño algo obsesionado y nada más. Lo único que le quedaba, era continuar siendo su admirador secreto y hacerlo feliz a la distancia.


- ¿Señor HanGeng?- la voz de un hombre al otro lado de la ventana, sacó al adolescente de sus pensamientos


- ¿Si?- oh, ahí estaba de nuevo, ese brillo en sus ojos esperando lo que vendría.


- Firme aquí- el instructor sonrió, como lo hacía cada vez que tenía un paquete con ese envoltorio entre sus manos. Henry ya no sabía cuanto tiempo más se torturaría de esa manera, cuánto tiempo más estaría soportando esa sonrisa que lo volvía un masoquista.


- Muchas gracias- respondió y el repartidor se fue. Observó el regalo que tenía entre sus manos detenidamente, y sin quitarle la vista de encima, caminó con él hasta perderse en la pequeña habitación donde guardaba sus cosas.


Al no verle más, el hámster sintió como su corazón se comprimía. Había llegado a un estado extremo. Incluso él, alguien tan estricto y racional consigo mismo, había caído en esa maraña de sentimientos autodestructivos llamada amor. Ya estaba en el fondo, en el punto donde sentía la cumbre de felicidad en el momento en el que su amor tomaba entre sus manos el regalo, y se sentía en lo más profundo del abismo cuando sus ojos ya no podían alcanzarle.


Él mismo lo sabía, se estaba volviendo loco, se estaba enfermando de amor; y eso de ninguna manera era bueno. Tal vez tendría que arrancarse el corazón, pero debía olvidarse de él… si quería vivir.



---------



Dejó a la chica en la recepción y fue casi corriendo hasta la sala de maquillaje. Al entrar, pasó su mirada por toda la sala pero no encontró lo que buscaba. Habían muchas jóvenes, de todas las edades, esperando o siendo atendidas por SungMin y RyeoWook, pero no podía ver a KyuHyun por ninguna parte. No preguntó nada, simplemente cerró la puerta y corrió esta vez hacía el salón de vestuario; esta vez sí lo encontró. KyuHyun y YeSung estaban frente a un maniquí hermosamente vestido, discutiendo algún elemento, cuando el mayor sintió su presencia.


- ZhouMi ah…- lo llamó al encontrarse con sus ojos, haciendo un ademán con su mano para que se acercara. El chino obedeció a su hyung y se acercó al par, seguido por la alegre mirada de su amigo.


- ¿De que hablaban?- preguntó. Esa era su extraña forma de saludar


- Kyu y yo estamos preparando un traje para SunHee nuna. Estábamos discutiendo las decoraciones- ZhouMi abrazó a KyuHyun por la espalda y firmó su cabeza en uno de sus hombros. - ¿Tu que piensas?-


- Mmm… demasiadas piedras blancas-


- Te lo dije- dijo casi inmediatamente después el decorador – YeSung, te dije que un juego de piedras verdes y blancas en las pulsera, los aros y el anillo se vería mucho mejor-


- Estoy de acuerdo con él- opinó el chino


- Okay, nos quedamos con esa opción entonces. Si SunHee nuna viene a darme un sermón después, les echaré toda la culpa- los tres rieron ante ese comentario.


- Kyu, necesito que vengas un momento- una dulce voz irrumpió en el lugar. Las reacciones de todos fueron totalmente distintas al verlo, él podía reconocer cada una. KyuHyun aún se sentía mal por lo ocurrido el día anterior con SungMinie, por lo que bajó la vista evitando la del maquillador. Por alguna razón, siempre que ZhouMi lo veía, fruncía el seño notoriamente, acusándolo de algo; aunque últimamente comenzó a pensar que eran celos. YeSung fue quien más lo incomodo, apenas sus miradas hicieron contacto, los hermosos ojos de YeSung se encendieron como fuego y su boca hizo una satisfactoria mueca; sabía perfectamente lo que su expresión quería decirle: “Te tengo”.


- Claro…- empezó a caminar, pero la mano de ZhouMi lo detuvo.


- Kyu… recuerda que…- no terminó la frase; esperaba que con eso entendiera lo que quería decirle, y lo hizo.


- Oh, es verdad… WooKie, espérame aquí, solo un momento…- el susodicho abrió los ojos a más no poder, al darse cuenta que se quedaría a solas con el mayor de todos.


- Pero… pero…- los nervios del momento le impedían pensar en algo.


- No te preocupes, estaré aquí en un rato. Espérame…- le insistía el moreno mientras se acercaba a la puerta junto al chino. Sin esperar respuesta, salió de la habitación.


Con temor, RyeoWook giro lentamente para encontrarse cara a cara con la sonrisa de satisfacción de YeSung


- Al fin solos- ironizó al acercársele.


- No, Ye…- el menor dio un paso hacia atrás, tratando de escapar de ese felino.


- No te preocupes, él no sabe nada- Wookie se sorprendió al escuchar esa oración, pero no pudo decir nada, pues JongWoon se abalanzó contra sus labios.


Podría intentarlo una y mil veces, pero jamás podría resistirse a sus besos y sus caricias. Su madre le había enseñado a ser siempre alguien agradable pero respetable, alguien de gran corazón, pero que jamás le pasaran por encima. Todos esos valores se perdían en lo más recóndito de sus pensamientos al sentir ese cuerpo cerca del suyo, al sentir el contacto de sus manos, de sus labios rozando su piel, su respiración mezclándose con la suya. Lo amaba tanto. Lo odiaba tanto.


Instantáneamente, al sentir los labios del mayor en los suyos, se entregó completamente a su voluntad. Dejó que YeSung introdujera su lengua para explorar cada centímetro de su boca. Sin prisa ni desesperación, el mayor reclamó como suya la boca que exploraba con tanta devoción, haciendo incluso que el más chico gimiera. Poco a poco le quitaba la respiración y lo ceñía más y más a su cuerpo


- Sunie…- gimoteó el menor al separarse de sus labios, mientras ladeaba su cabeza hacia un lado, dejando que el moreno continuara en su cuello. Tenía la mirada perdida quizás en qué parte, mientras que con sus besos y lamidas, el mayor enviaba corrientes eléctricas desde su cuello hacía todo su cuerpo.


- ¿Lo sabes, verdad? Él está enamorado de ti- de todas las cosas románticas o candentes que pudo haberle dicho en ese momento, esa oración era lo último que esperaba. RyeoWook sabía perfectamente a quien se refería y dolió, porque lo quería, porque era su mejor amigo, porque sinceramente él quería amarlo, porque no podía corresponderle… por él.


- No hablemos de Kyu ahora…- cerró sus ojos esperando a que el mayor continuara. Éste entendió perfectamente: ya no volvería a entrometerse en sus asuntos.



---------



La hermana menor de YunHo camina fascinada por los pasillos de spa. El chino la dejó en la recepción junto a dos hermosos chicos, uno alto de sonrisa hermosa, el otro algo más bajo y serio, pero muy amable también. Preguntó por su hermano YunHo a los jóvenes.


- ¿Eres su novia?- preguntó el más alto con sumo interés


- Tú eres la chica con la que YunHo hablaba por teléfono en el hospital- lo dijo de esa forma, como una afirmación que le hizo asentir con una sonrisa tímida. Eso había sido para los recepcionistas, la respuesta a ambas preguntas. SiWon le explicó lo mejor que pudo hacia dónde debía ir, antes que el mesón de la recepción se repletara de chicas con regalos.


Ahora estaba perdida, pero entre tanto lujo no le importaba. Caminaba con el cuello torcido y una sonrisa de oreja a oreja, hasta quedar totalmente desorientada. Se detuvo y miró hacia atrás, ¿Cómo salía de ahí? No, la pregunta no era esa… la pregunta era: ¿¡Cómo diablos llegó ahí!? Incluso ahora el pasillo parecía más oscuro y tenebroso. No importa cómo, pero debía salir de ahí. Continuó por el pasillo hasta sentir música a lo lejos. La joven de pelo castaño apuró sus pasos, esperando encontrar a alguien. Una puerta hermosa la separa del lugar donde venía aquel sonido. La abrió lentamente y asomó su cabeza a la habitación.


Lo primero que le llamó la atención, fue el cabello del hombre que estaba de espaldas, bebiendo agua de una botella mientras terminaba la canción. Pero seguida a esa, siguió otra; por lo que rápidamente el chico dejó su botella en el piso y comenzó a bailar. Sus movimientos eran precisos… perfectos. Tenía una movilidad que dejó a Jung con la boca abierta, mientras apretaba cada vez con mayor fuerza la manilla de la puerta. Frente al pelinaranjo había un enorme espejo en donde él mismo se veía bailar, y el cual YooRi aprovechaba, obviamente, para observarlo mejor. Al terminar la canción, el chico tomó una toalla del piso y comenzó a pasársela por la cara y el cuello, cuando reparó en la presencia de la chica.


Sintió vergüenza al verla. Nunca nadie lo veía practicar, ni siquiera JunSu, su mejor amigo. Se puso rojo al instante, aunque podía echarle la culpa al calor corporal de su cuerpo con semejante ejercicio.


- Lo… Lo siento…- habló la adolescente, entrando por completo a la habitación. – Es que… me… me perdí y escuché música y…- era una chica nueva, HyukJae lo supo de inmediato. Aunque le causó nerviosismo el hecho de haber sido observado mientras practicaba, pensó que esa chica debería estar mucho más nerviosa todavía, a si que sonrió amablemente.


- No te preocupes, ¿Estas perdida?- la observó detenidamente. No había que ser un genio para darse cuenta que era un escolar, después de todo estaba vestida con uniforme, su cabello era de color castaño claro y muy largo. Muy hermosa… por donde se le mirara… preciosa. - ¿Quieres que te lleve a algún lado?-


- E… estaba buscando la sala de masajes…- sonrió con timidez y EunHyuk sintió que se derretiría.


- Espera, yo te llevaré. ¿Cómo te llamas?- comenzó a tomar sus cosas del piso.

- Jung YooRi, mucho gusto oppa- la chica hizo una reverencia al mayor.

- Lee HyukJae. Pero puedes decirme EunHyuk… si quieres.- se acercó a la chica hasta quedar a sólo unos centímetros. Tenía algo… algo que la hacía especial. - ¿Vamos?- YooRi se sonrojó levemente y asintió.



---------



ChangMin estaba sentado en una de las hermosas bancas sin respaldo, ubicadas en los jardines artificiales del spa. Escuchaba el sonido de las aves que Joongie había importado para el lugar, la voz de jóvenes consumidoras algo más lejos. Pero nada importaba en ese momento, no cuando toda su concentración estaba en una sola cosa: comer.


Si, comer. Tenía a su alrededor un sinnúmero de paquetes de distintos colores y tamaños, mientras que en las manos tenía un paquete de galletas de devoraba a toda velocidad.


- ¡ChangMinnie~!- al instante, sintió unos brazos que le rodeaban el cuello y un peso en su espalda. Instintivamente, el alto protegió su comida y miró con el rostro lleno de terror hacia atrás


- Dios, JunSu… ¡Que susto!- su cara pasó a molestia al ver quien había osado a interrumpir su ritual de alimentación.


- ¡Jajajaja! Me encanta hacer eso cuando te estas devorando algo. Defiendes tu comida como una fiera- si había algo que los dos adoraban hacer en sus horas de trabajo, era molestar al otro. Constantemente se escuchaba la risa de uno en alguna parte, junto con quejidos o gritos de histeria por parte del otro. Así como “Mr. Monkey” y “Micky Mouse” hacían dupla de oro en el spa, el “súper sabelotodo” y el “súper trasero” no se quedaba atrás en estupideces. Al menos era así delante de la gente.


- Pues yo voy a ir a enterrarte algún día tu horrible cara en un plato de sopa bien caliente, a ver si te hace gracia Súper Trasero- el aludido dio un salto para sentarse junto a su amigo.


- Que exagerado eres. Mejor dame un po…- pero cortó su frase al ver que ChangMin corría el paquete hacia un lado cada vez que intentaba sacarle un poco. Pero no se rendía.


- Puedes estar así todo el día. No te voy a dar ni un poco- sentenció el menor mientras seguía esquivando las galletas del delfín que intentaba llegar a ella desde todas las direcciones. – JunSu, se que no es de mi incumbencia pero, ¿Se solucionó todo?- bruscamente JunSu se detuvo. Miró a ChangMin algo sorprendido por su pregunta.


- S… Si…- desistió completamente de tomar las galletas y se acomodó en el asiento mirando al suelo. – Aunque…-


- ¿Aunque?- incitó al castaño para que siguiera.


- Anoche, luego de llegar del hospital, lo llamé muchas veces a su casa. Tenia miedo que fuera a pasarle algo, pero no contestaba. De pronto, apareció en mi departamento diciendo que tenía que hablar seriamente conmigo. Me llevó a su departamento, hablamos mucho sobre nosotros, él lloró y me pidió disculpas por no poner de su parte. Nos reconciliamos y… -


- Se acostaron- terminó el menor. El otro asintió.


- Hoy estuvo muy amable conmigo. Fue lindo, educado, paciente, divertido. Como era cuando comenzamos a salir. Pero… no se si es suficiente… es decir, ¿Estaremos toda la vida así?-


- Entiendo…-


- No lo se ChangMin. Yo lo amo… lo amo demasiado y me proyecto con el hacia el futuro, pero lo que veo no es bueno. Siempre es igual: nos peleamos, terminamos, él me busca, nos acostamos y luego volvemos. Quiero pensar que estaremos bien, siempre quiero pensarlo. Pero realmente ya estoy empezando a tener miedo de que todo vuelva a pasar…- un silencio siguió a la confesión de JunSu. Un amargo silencio de varios minutos en el que cada uno analizó las palabras dichas por el mayor. Hasta que el moreno habló


- JunSu, realmente yo te considero mi amigo…-


- Gracias…-


- Y Micky, aunque a veces me vuelve loco con sus paranoias, también lo considero mi amigo, incluso antes que a ti. Se que tu lo amas y se que él te ama. Los conozco suficiente a ambos como para asegurarlo. Pero hay algo que jamás me he atrevido a decir…- giró su cabeza hacia JunSu y éste le miró también. - … ustedes son muy diferentes. Demasiado diría yo. Se llevan bien y son buenos amigos, pero… yo… dudo que esa relación pueda funcionar bien algún día-


¿Para qué mentir? JunSu se sintió fatal en ese momento. Era algo que su propia mente había tratado de decirle pero él se había negado completamente a escuchar. Aunque ahora era diferente, pues era el mismo ChangMin quien se lo decía y eso le causaba terror. ChangMin, la persona más discreta que había conocido, la persona que no hablaba de los demás a menos que fuera absolutamente necesario. El que podía ver la verdad ínfima tras la verdad. Ese ChangMin era quien se lo decía… y no lo soportaba.


- Lo gracioso…- siguió el alto –… es que tampoco puedo imaginármelos sin el otro, junto a otras personas. Se que es confuso, ni siquiera yo lo entiendo. Pero creo que ustedes van a estar así toda la vida…- sonrió de medio lado, tratando de darle ánimos a su amigo, pero no logró que éste sonriera. Trataba de pensar a toda velocidad qué broma podría hacerle, para hacerlo reír o llorar, lo que fuera con tal de que el delfín liberara sus emociones. No necesitó pensar mucho, al ver ante sus ojos lo que le serviría de distractor. –JunSu…-


- ¿Mmmh?- preguntó el aludido alzando las cejas


- ¿Ese no es el Mono y… una chica?- el mayor giró su cabeza hacia a la derecha para encontrar lo que Minnie había mencionado. Sin poder evitarlo, una enorme sonrisa traviesa apareció en sus labios.



---------



Hace un rato había escuchado la noticia que esperaba con tanta necesidad: Park JungSoo podía recibir visitas. No sabía si debía ir o no, por nada del mundo quería que su Teukie siguiera sufriendo por su culpa, pero necesitaba verlo, de verdad necesitaba verlo.


Se preocupó de quedar absolutamente solo para salir de manera sigilosa hacia el pasillo. Sabía perfectamente donde estaba su novio, lo había escuchado de una enfermera y no lo había borrado de su memoria desde entonces. Encontró la habitación rápidamente, miró hacia los lados, asegurándose que nadie sabía de su presencia en ese lugar. Abrió suavemente la puerta, apreciando casi al instante la menuda figura de LeeTeuk en la camilla, con una coleta sobre la cabeza para evitar que el pelo se le viniera a al frente, mirando serenamente a través de la enorme ventana.


Apenas entró a la sala y cerró la puerta a sus espaldas, el castaño giró su cabeza, encontrándose con la mirada de KangIn


- Teukie…- lo llamó, pero la voz casi no salió de su garganta. Estaba acongojado por la emoción, por el miedo. Se temía y odiaba a sí mismo por hacerle daño a la persona que más amaba de esta forma. – Teukie…- volvió a decirle, esta vez con más fuerza. JungSoo no tenía ninguna expresión cruzando su rostro, sólo lo miraba fijamente, haciendo que YoungWoon agonizara por dentro. Fueron segundos eternos de sufrimiento, que desaparecieron instantáneamente al ver como su Teukie le sonreía lleno de ternura y amor otra vez. No pudo más.


- No pongas esa cara tontito. Estoy bien- prácticamente corrió hacia él, lo abrazó con todas sus fuerzas y lloró. Estaba tan decepcionado y enfadado consigo mismo, se sentía tan impotente al ser sólo un hombre y no poder hacer nada para mejorar la situación de LeeTeuk. Pero a la vez, la felicidad lo desbordaba al darse cuenta que el mayor estaba vivo, que estaba bien y que, por sobre todas cosas, lo seguía amando como antes. Lloró como un niño pequeño en los brazos de su novio, que rápidamente fue contagiado por los sollozos del moreno, rompiendo en llanto también.


- Esta bien…- le susurró mientras lo acariciaba y las lagrimas corrían por sus mejillas – Todo está bien amor… tranquilo…- KangIn no respondía, simplemente seguía llorando – Te amo. Juntos superaremos todo esto, lo prometo- tuvo que esperar un rato antes de que el menor se calmara y pudiera responderle


- Teukie, lo siento. Soy un idiota, lo se… perdóname. Yo… no lo querría hacerte daño… jamás- lo besó suavemente en los labios antes de acurrucarse junto a él.


Estuvieron abrazados y en silencio mucho tiempo, con los ojos cerrados sintiendo la cercanía del otro, dejando que sus corazones se comuniquen y latan juntos como uno solo. Los sollozos se detuvieron y sólo había sonrisas en sus rostros, porque a pesar del trauma de JungSoo, a pesar de sus problemas como pareja, del diferente humor de cada uno, ellos realmente se amaban. Se amaban de la manera más pura que se pudiera imaginar, pudiendo soportar así casi 4 años de relación sin intimar.


- ¿Recuerdas cuando nos conocimos?- preguntó el mayor, rompiendo el silencio. El moreno sonrió


- Si. Estaba buscando a mi hermano en todos los hospitales de Seúl. Ese fue el día en que…- guardó silencio al saber lo que venía. Ese era la raíz de toda desdicha en su relación.


- En ese momento maldije una y mil veces el mundo. Pensaba “¿Por qué a mi?”, no podía entenderlo…- hizo una leve pausa antes de continuar – Pero ahora entiendo que eso debía pasar. Que era yo quien debía pasar por eso y nadie más…- KangIn levantó la cabeza del pecho de su novio y lo miró desconcertado. – ¿Soy un ángel KangIn?- el menor sonrió levemente y asintió


- Tú eres mi ángel- dijo el moreno a su novio, pero el castaño negó con la cabeza.


- No KangIn, tú eres mi ángel. Apareciste ante mí en el peor momento de mi vida, y has seguido ahí hasta ahora. Tu amor me liberó de la desdicha. Tu amor es todo lo que quiero y necesito. Tú… nada más- se acercó a el y lo besó, tratando de traspasarle todo el amor que sentía por él. KangIn tuvo la paciencia y espero hasta tener la oportunidad de besarlo. Él le enseñó a besar… a amar. – Yo superaré esto KangIn, te lo juro. Esto no me ganará, yo lo haré- acomodó su cabeza en el hueco entre el cuello y el hombro de YoungWoon - … sólo espera un poco más… y seré tuyo… para siempre- lentamente, ambos cayeron dormidos.



---------



YunHo no era el mejor en orientación, pero estaba completamente seguro de haber visto ese jardín antes. Tenía una leve idea de donde quedaba, además de que sus sentidos se agudizaban cuando se trataba de su hermana.


Llegó hasta el lugar donde SiWon le había dicho que estaba y comenzó a buscarla con la mirada. La encontró conversando con un chico de aspecto agradable y cabello de un color algo extraño

- ¡YooRi!- la llamó el masajista, llamando la atención de su hermana y sonriendo ante su mirada de espanto

- ¡Oppa!- gritó la chica, mientras corría a toda velocidad, cruzando medio jardín para colgarse al cuello de su hermano.



---------



Había algo que el traía al rubio vuelto loco. Su humor se había vuelto pésimo de un momento a otro, por culpa de ese comentario


“La novia de YunHo”


Sacudía su cabeza cada vez que esa frase aparecía en su cabeza y eso lo estaba volviendo loco. JunSu y ChangMin habían llegado corriendo a su lado cuando hablaba con SiWon sobre la ficha del masajista, con la noticia que HyukJae andaba dando vueltas por el spa con una supuesta novia. JunSu describió a la chica con lujo de detalles, diciendo que era la chica más hermosa que haya visto hasta ahora en el spa, que tenía un hermoso cabello, largo y castaño claro, unos ojos preciosos, una sonrisa tímida pero fascinante y que parecía muy educada y simpática. ChangMin dijo que no era gran cosa.


- ¿Entonces por qué tu también vienes corriendo?- le había preguntado el rubio


- Porque Súper Trasero me quitó las galletas para que lo siguiera- respondió con simplicidad


- ¿Era mas o menos de este porte?- preguntó el recepcionista a ambos chicos, llamando la atención de todos.


- ¡Si, si! ¿La conoces SiWi?- preguntó el castaño.


- Si, hablé con ella hace rato en la recepción. No es la novia de HyukJae…-



- … Es la novia de YunHo…- terminó JaeJoong llevando las palabras de SiWon a su propia boca. Aún no podía creerlo.


Ciertamente, Joongie había creído que la heterosexualidad de YunHo era una simple confusión. Por lo que sabía, su mejor amigo de la adolescencia era gay, pudo soportar todo un día en ese spa de locos y, lo que era más insólito aún, había vuelto para un segundo día. No podía significar otra cosa: Jung YunHo era homosexual y no lo quería reconocer. Ahora que sabía sobre la existencia de esa novia, echaba por tierra todas sus teorías sobre el masajista.


Desgraciadamente, se había dado cuenta de algo muy grave: le gustaba. Jung YunHo le gustaba. No era hambre lo que sentía al verlo, porque estaba seguro de no haber tenido un hambre así antes. El interés casi obsesivo que tenía por el masajista no era normal; llevaba dos días de conocerlo y sabía muchísimas cosas de él, de hecho, tal vez un 70% de las cosas que sabía, las averiguó preguntando a otras personas. Y los celos terribles que sentía en esos momentos, no aclaraban la situación.


Si era así, entonces estaba mal y debía tomarse vacaciones. Dos días JaeJoong, ¡Lo conociste hace dos días!, era imposible que le gustara en tan solo dos días. Pero al parecer así era. Su carisma era maravilloso, su caballerosidad envidiable, su personalidad algo inocente lo hacía tan adorable, su apariencia sexy, sus palabras respetable. Irónicamente, tenía todo lo que él buscaba en un hombre.


¿Creías que te quedarías sólo el resto de tu vida Joongie? Si. Tu hombre perfecto es heterosexual… y tiene novia.


Pero no, las cosas no podían ser así, aún había solución. Mientras nadie supiera, podría hacer como si nada hasta que s ele pasara, como siempre. Debía comportarse lo más normal posible, sin dejar que nada lo altere.


Al menos eso pensaba hasta que llegó a su jardín favorito… y lo vio. YunHo estaba sonriéndole a la chica, ¡Le sonreía descaradamente! Pasaba sus brazos alrededor de su cintura y ella estaba prácticamente estaba colgada de su cuello. Tal y como JunSu había dicho, la chica era preciosa, de esas que cualquier hombre querría a su lado. Se miraban con los ojos llenos de brillo, con tanta felicidad que le daba escalofríos.


¿Mantener la cordura? Mantener la cordura… ¿¡Algo así había pensado!? Ni siquiera eso podía procesar bien. No le importaba si hacía un escándalo y tenía problemas con su padre después. A toda prisa su mente pensaba en que gritar mientras se acercaba como una fiera a la pareja. Esa mocosa de uniforme conocería a Kim JaeJoong.

2 Comentarios:

  1. Anónimo8/16/2009

    jjajajaja!!



    por fin yunjae


    ahh muero

    ResponderEliminar
  2. H1MB33R37/04/2010

    hahahahahahah lo mismo me pasa a mi con mi hermano (nos amamos muxo y no la pasamos pegados y fastidiandonos *.*)y loego las xavas me ven feo (zeeee mi hermano es guapo y no lo compartho ja no s ciertho) y loego sus amiwas le dicen cosas como " la otra vz te vi con una xava qn era¿?(y ps obviamenthe era io hahha) o sus amiwos dicen cosas como "oie la chv con la q andas sta bn wapa" (y usualmthe mi hermano se quedo como "io no tngo novia") o como ia cortaste con thu novia ¿? (y obviamenthe mi hermano "wtf" hahaha la vdd s mui divertido

    ResponderEliminar

Deja tu comentario \(*O*)/ ♥ ♥
o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD