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Seventh Heaven cap 4

No todo es como lo ves


- YunHo ah- lo llamó un vez que colgó el teléfono. No quería que los demás supieran que estaba ahí, sería muy problemático. El castaño se volvió sorprendido, tal vez se había asustado por hablarle repentinamente. Sonrió para tranquilizarlo.

- Soy yo- dijo sin poder descifrar su expresión

- Así veo, ¿Qué haces aquí?- preguntó frunciendo un poco el seño. ¿Estaba enojado con él?

- ¿Cómo que qué hago aquí?- preguntó acercándose un poco a él. Definitivamente, su nuevo amigo tenía algo que lo atraía hacia él como un imán. No podía explicarlo, jamás había sentido algo igual. Tenía la necesidad de saber lo que hacía, con quien estaba e incluso lo que quería o pensaba; sobre todo desde que empezó a tener contacto con su amigo de toda la vida. – Vine porque quería saber si estabas bien- fue lo primero que se ocurrió

- Micky, ¿Pudiste haberme llamado no crees?- mostró su celular. ¡Ups! Es verdad, tenía su número.

- Si pero…- ya no se le ocurría nada más – no es lo mismo hablar por teléfono que en persona no crees?- ¡Que falso! Aún a sus veintidós años, no le cabía en la cabeza como podía mentir tan fácilmente sin siquiera inmutarse. Lo hacía siempre, las mentiras brotaban solas de su boca con una maestría envidiable. Estaba por una parte orgulloso y por la otra avergonzado de ello.

YunHo en cambio, vio su sonrisa, su mirada, y no dudo que decía absolutamente la verdad. Vamos, a una persona mentirosa siempre se le ve la falsedad en la cara, ¿No? Sonrió satisfecho.

- Si, tienes razón- YooChun se sorprendió, ¿Le había creído? Sin duda era lo que sabía hacer mejor - ¿Quieres pasar un rato? Hace frío aquí afuera- sonrió ampliamente. Era justo lo que quería.

- ¡Claro!- satisfecho, caminó junto con su amigo al interior del edificio.



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En el auto de JaeJoong, contrario a lo que todos pensaban, había una animada conversación.

- … es realmente bueno, mañana deberías ir a que te de un masaje ChangMin ah. Por lo que escuche de mi padre, él tenía experiencia en el trabajo y sí que se nota…- bueno, más bien era un monólogo. ChangMin estaba más que aburrido de la sarta de palabrerías que salían de la boca del rubio y de vez en cuando, miraba por el reflejo del vidrio a KiBum que iba de copiloto. Joongie ni cuenta se daba; solo seguía… - Es una persona muy amable, un gran chico. Seguramente nos llevaremos todos muy bien con él…- y seguía – Mi padre dice que le interesó mucho su historia pero no me contó nada, ¿Tú sabes algo Minie?- le preguntó al chico, mirándolo por el espejo retrovisor del auto.

- No se más de las cantidad de información que ha recibido mi cerebro en segundos…- respondió pesadamente, ya cansado de que todo el viaje el rubio diera un cátedra sobre el chico que había conocido apenas ese día.

- ¿Qué?- preguntó JaeJoong desviando un poco la mirada de a carretera – No escuche bien, lo siento…-

- Nada…- respondió el alto acercándose al oído de KiBum con un claro deje de malicia en su rostro - ¿Y tú, qué opinas del “YunHo sshi” que a Joongie le a caído tan bien?- hizo una mueca de satisfacción al ver la cara de molestia del otro a través del reflejo.

- Parece que mejor que a ti…- respondió el aludido, seguido de esto, giró su cabeza para mirar de reojo a su joven superior - ¿Lo sabías ChangMin? El chico es del otro lado…- la sonrisa de satisfacción de Shim se borró poco a poco, pasando a una de seriedad.

- ¿Es hétero?...- preguntó sin poder creerlo aún. Miró a su rubio amigo para asegurarse que era una broma, pero éste le dedicó una sonrisa, dándole razón al Kim con el que conversaba - … no me lo creo…- dijo finalmente, sonriendo también.

- Créetelo venadito. Jung YunHo es un heterosexual con todas sus letras- a todos cada vez se le hacía más grande la sonrisa. Ellos sabían muy bien lo que pasaba cuando un heterosexual entraba al Séptimo Cielo. Habían visto a un montón ir una vez en la vida a trabajar y no volver a pisar el sitio nunca más, así como hubieron algunos que se quedaron, pero radicalmente diferentes. Prueba viviente de ello era YeSung, ShinDong, SungMin y, cómo olvidar el impresionante caso de Kim HeeChul.

- Vaya… sí que es interesante entonces…- el mayor tembló ante el comentario de su ChangMinie. Él sabía perfectamente de lo que era capaz de hacer por diversión y, por esa extraña hambre mezclada con nervios que había tenido todo el día, no quería que eso sucediese.

- ChangMin, ya hablamos de esto. La última vez…-

- Si, si… ya se que ocurrió la última vez… no te preocupes, no pasará nada – el más alto quería evitar a toda costa discusiones tontas con SU Joongie. Por lo que vio en el hospital luego de ir a dejar al masajista ese, JaeJoong terminó de raíz con esa relación extraña, y por qué no decirlo también, enfermiza, dependiente, insana, loca… y todos los peores adjetivos que se le pasaban por la cabeza al menor. Porque todo eso era para él. Nunca entendió por qué ese recepcionista, desde el primer instante y con esa personalidad tan retraída, había logrado más avances con el rubio, que él en años de conocerlo.


“No les hagas caso, no pareces una chica. Tú eres el hyung más masculino que he visto”


En silencio, observaba a ese hyung. ¿Cuántos años tenía en ese entonces?, ¿5 años, tal vez 6?


“Muchas gracias ChangMin ah. Se que no te gusta salir a jugar pero, ¿Podemos ser amigos? Quiero que estés conmigo para siempre”


Es verdad, tenía 5 o 6 años pero, ¿Cómo pudo ser tan idiota? Shim ChangMin sólo tenía dos opciones: o ignorar y alejarse para siempre de su hyung masculino, o estar con él toda la vida… pero no como amigo precisamente. Pero no, estaba condenado a ser el incondicional amigo de hyung. Eso y sólo eso. Tal vez cualquiera pensaría que solo fue una promesa de niños sin importancia, pero no para el hermoso Kim, quien se lo recordaba cada vez que tenía oportunidad.

- Min… Minie… ¡ChangMin!- bruscamente, el aludido volvió a la realidad.

- Que…- respondió pesadamente

- ¿Iras mañana?- le sonrió inocentemente a través del espejo retrovisor. Esos ojos transparentes y a la vez profundos jamás cambiarían. Y luego se preguntaba qué tenía el rubio, que lo volvía loco.

- … Está bien…-



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- ¡Ya llegué!- con su ánimo de siempre, Jung YunHo por fin llegaba a su nuevo hogar. El largo día que había vivido, había hecho que pareciesen años los que estuvo lejos de su familia, aunque al entrar, sí que parecía haber pasado años. – ¿YooRi? ¿¡YooRi tu hiciste todo esto!?- YunHo dejo caer sus llaves al suelo de la pura impresión. Cuando salió de la casa a la hora de almuerzo, aún tenían cosas en cajas y sus pocos muebles desarmados; pero ahora, todo estaba ordenado y limpio, como si hubiesen llegado hace meses.

- ¡Oppa! Estaba preocupada…- desde una de las habitaciones se asomaba su hermana menor, Jung YooRi, con una enorme caja entre su brazos que llevaba a duras penas. Precipitadamente, Micky corrió a ayudar a la muchacha con el bulto, mientras que el hermano mayor regañaba enojado.

- ¿¡Por qué nunca me haces caso!? ¡Te dije que esperaras a que regresara para que no cargues todo el trabajo!- la chica sintió que su hermano lo ayudaba con la caja.

- Lo siento, pero no quería…- ella misma se interrumpió al ver quien estaba delante suyo realmente. - ¡YOOCHUN OPPA!- chilló feliz. El aludido le sonrió tiernamente

- ¿Dónde dejo esto?- siempre cortés, el ratón habló pacíficamente a la chica.

- En ese esquina oppa, ¡Muchas gracias!- nuevamente sonrió y en silencio, dejó la caja donde la chica le indicó. Mientras tanto, YooRi corrió a abrazar a tu hermano. Se colgó de su cuello, por la diferencia de estatura - ¡Oppa, hoy fue tu primer día de trabajo! ¿Cómo estuvo?, ¿Te gusta?, ¿Quién es tu jefe?, ¿Es agradable?, ¿El lugar es bonito? ¡Yo quiero ir!- lo llenó de preguntas mientras avanzaban por la sala, acercándose a Micky.

- El día fue ajetreado pero después de todo agradable. Me gusta. Mi jefe se llama JaeJoong, es amigo de Micky. Si, es agradable. ¡El lugar es fantástico! Y no, no irás a mi trabajo.- los otros dos lo miraron sorprendidos.

- ¿Por qué?- preguntaron al mismo tiempo. YunHo los miró alternadamente. ¿No era obvio?

- No puedo dejar que vayas. Seguro que después querrás ir siempre y descuidarás tus estudios. Además estaré trabajando YooRi, no podré estarte cuidando- tal vez no fuese el chico perfecto, tal vez no tenía dinero ni educación; pero al oírlo, YooChun estaba completamente seguro que su amigo era un hombre digno de admiración. Pudo haber sido un hombre de vicios, de malos amigos, de mal corazón; un pésimo hermano, un pésimo hombre. Pero lucho con todas sus fuerzas y le dobló la mano al destino de forma envidiable. Sin duda, el algún día llegaría lejos y sería muy feliz, y el ratón, obviamente, quería estar ahí cuando eso sucediese.

- YunHo oppa, por favor. Sabes que me preocupa mi educación tanto o más que a ti; además sólo quiero verlo, aunque sea una vez… por favor- la mirada de la chica era suplicante, llena de sentimiento. El mayor de los hermanos no era el único que tenía una gran apreciación por su única familia, todo lo contrario, ambos se cuidaban y querían mucho mutuamente.

- YunHo- intervino su amigo – no seas así con tu hermana, ella también se preocupa mucho por ti- ambos se habían vuelto cómplices psíquicamente y compartían una mirada tierna para derretir el corazón del castaño. Su unión hizo la fuerza, pues el masajista cedió.

- Está bien…- dijo dando un largo suspiro. Ahora, gracias a ese amigo, su vida cambiaría en todos los sentidos – ¡Pero…!- aunque su voz y su mirada eran imperantes, la chica sonrió dulcemente sin dejarlo terminar

- Lo se, lo se. No te preocupes por nada, ya estoy grande oppa- delicadamente acomodo a los dos jóvenes, uno a cada lado de su delgado cuerpo – vengan, hice una cena deliciosa para celebrar, y lo mejor de todo ¡Estaré con mis dos oppas preferidos!- YooChun sonrió enternecido y YunHo abrió los ojos sorprendido

- ¿¡Eh!? ¿No soy yo tu único oppa preferido?- regañó a su pequeña hermana mientras caminaban hacia la cocina

- Ay, no seas melodramático. Tú sabes que tú serás el hombre que más ame toda mi vida- el castaño sonrió satisfecho con esa respuesta, mientras Micky pensaba cómo era posible que se sintiera más feliz con esa familia que apenas conocía, antes que la suya. Era increíble descubrir cómo todo el dinero del mundo no podría cubrir nunca ese hueco en su corazón que dolía todo el día y todos los días de su vida.

Una vez en la cocina, YooRi le exigió a sus oppas que tomaran asiento mientras ella servía la cena. YunHo, mientras tanto, le hablaba del alocado día que había tenido en el spa; desde que vio el edificio por primera vez hasta el incidente con LeeTeuk y KangIn, aunque omitió la escena del beso entre KiBum y JaeJoong, así como también el masaje que le había dado a este último. De hecho, cada vez que lo nombraba, lo llamaba “JaeJoong hyung” en el tono más respetuoso que podía, aún sabiendo que su jefe le había pedido que no lo llame así.

- Me gusta estar con ustedes, ¿Puedo venir más seguido?- dijo de pronto Micky, en medio de la conversación entre los hermanos. La chica de cabello castaño claro ya había servido la cena y se había sentado a la mesa. El ratón no había dicho ni una palabra en toda la cena, cosa que ambos notaron, pero eran personas discretas y educadas a si que no presionarían al moreno para saber que pasaba. Por eso, al hablar súbitamente sin siquiera levantar su mirada del plato, los Jung quedaron en silencio un tiempo, hasta que el mayor reaccionó.

- ¡Claro que puedes venir cuando quieras! Eres parte de nuestra familia ahora- el dandy boy sintió que su corazón se apretaba de la alegría. La pequeña familia Jung era algo que le inspiraba mucho amor y respeto, y que lo consideraran como parte algo tan hermoso, lo llenó de felicidad.

- YunHo ah, muchas gracias- dijo con emoción en los ojos. Ambos Jung le sonrieron amablemente y comenzaron a hablar del día de la menor.

Luego de eso, la cena tuvo un aire cargado de ánimo. Todos hablaban animadamente, bromeaban, reían, gritaban y comían, felices de la compañía del resto. Luego de una larga sobremesa, YooChun creyó que era hora de irse. Se despidió amablemente de sus anfitriones y salió del edificio con una sola idea en la mente: La oportunidad de tener una nueva familia, que nadie le arrebataría.



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El día comenzaba nuevamente, un precioso día que daba un ánimo fuera de lo común. Él día anterior había sido un mal día para el chico de cabello azabache: había peleado otra vez con el odioso amigo de RyeoWook; pelea en la que, para variar, el había quedado como el malo sin corazón. Para colmo, JaeJoong hyung lo regaña, el señor Kim lo regaña, su amigo lo regaña. Al menos, solo uno se molestó en comprenderle: HanGeng.

El chico de origen chino era un muy buen amigo en momentos críticos. Tenía ese don especial de escuchar y aconsejar a las personas, poder ver a través de su corazón y hacerles ver realmente qué hacen mal y qué hacen bien. Hannie, como lo llamaba graciosamente HeeChul hyung, lo había llamado hace un rato para saber como estaba:

- ¿Hola?- preguntó desganado al contestar.

- Soy yo molestándote de nuevo- se oyó su voz.

- HanGeng hyung, sabes que nunca molestas- respondió el moreno con una débil sonrisa en los labios, mientras se levantaba para ir por algo de comida a la cocina.

- ¿Estás mejor?- inquirió el chino en un tono más serio.

- Si hyung, muchas gracias-

- ¡Kyunnie, voy a verte hoy!- otra voz gritó de lejos para que lo oyera. El aludido rió divertido de ese ánimo especial de ZhouMi. Se suponía que era él quien había ayudado al los inmigrantes a conseguir trabajo, también él había hecho un montón de favores que ya ni recordaba; pero aún así, a pesar de todo, siempre se sentía en deuda con ellos.

- Con tal que no me dejes esperando…-

- ¡Claro que no! / Bueno, entonces irás, no?-

- Si hyung, ahí estaré- se sirvió jugo de frutilla en un vaso, mientras presionaba el móvil con su hombro.

- Así me gusta, nos vemos entonces / ¡Adiós Kyu!-

- Nos vemos, ¡Adiós Mimi!- lo último lo gritó para que el aludido pudiera oírle, colgó el teléfono y lo dejó sobre la mesa con un ánimo notablemente diferente.

Ahora estaba en la ducha, afirmado sobre los azulejos y dejando que el agua recorra su piel y se lleve todo rastro de negatividad en su vida y su persona. Ya estaba cansado de esas peleas inevitables que tenía cada vez que él y SungMin quedaban solos, y lo peor es que últimamente RyeoWook estaba como en otro mundo y desaparecía derrepente sin dar ninguna explicación. De hecho, en esta última pelea que tuvo con el chico aparentemente adorable, destacando el “aparentemente”; su amigo ni siquiera había hecho acto de presencia, a si que fue a buscarle antes que ese niñito rosa fuera a contarle su versión de la historia. Hubiese jurado que lo escuchó en su lugar de trabajo, pero al entrar, no vio a nadie y al llamarlo nadie contestó. Aunque le pareció muy extraño, no le quedó más remedio que esperar a que Wookie apareciese por algún lado y, para su eterna desgracia, para cuando lo encontró, “ese” ya había hecho de las suyas y se llevó otro sermón más. ¡JA! Como si tuviera suficiente con los regaños de los “Kim todopoderosos”.

Molesto de todo esto, molesto por esa “cara de niña”, molesto por la injusticia; estaba dispuesto a dejar esta vez, lo que más amaba. Su trabajo en el spa.

Ahí estaba todo lo que quería de la vida. Alegría, paz, diversión, dinero, grandes amigos y… la persona que más amaba en el mundo. Se sonrojó de golpe ante ese pensamiento. Levantó la cabeza y movió con una de sus manos las mechas de la cara para que el agua le diera directamente en la frente. Así de sexy, así de fascinante, así de triste de su boca salió inevitablemente lo que a ese hombre quería gritarle en la cara

- ¿Por qué siempre le crees?-



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Joongie tenía un poco de ojeras, pero nada que no se pudiera arreglar con un poco de maquillaje. Comenzó nuevamente una nueva jornada de trabajo y debía poner su mejor cara. Eso era lo más desesperante de esto: todo el mundo te observaba, todo el tiempo. Al principio le parecía el trabajo perfecto para él ya que claramente adoraba ser el centro de atención, pero no estaba dentro de sus cálculos lo duro que es ser una persona intachable todo el tiempo. No imaginó lo críticas que pueden llegar a ser las personas cuando modelos a seguir como él cometían un mínimo error. No pasó mucho tiempo para que se aburriera de ello pero, ya todo estaba dicho, él había aceptado todos los pros de ese trabajo, así como a su vez, todos los contras.

No tenía más remedio, pero a pesar de todo, le gustaba pasar los días en ese lugar lleno de personas de distintos tipos. Si había algo que Kim JaeJoong adoraba, eran las personas interesantes.

- ¡Joongie!- miró a su derecha y se encontró a uno de sus dos mejores amigos con una enorme sonrisa. Esa sonrisa de ‘dandy boy’ que amaba en él. ¿Había arreglado ya las cosas con Junsu?. El ratón, al alcanzar al rubio, lo abrazó de la cintura y lo levanto para darse una vuelta con él. - ¡Buenos días!- le dijo mientras lo hacía.

- Buenos días Chunnie- respondió el otro con la misma dulzura en la voz.

- ¡Hey!- dijo separando bruscamente de su amigo – Sólo mi Susu me dice así- hizo un puchero y Jae sonrió divertido.

- Oh, a si que ya arreglaste las cosas con tu delfín. Por eso estás tan feliz- rehusado a terminar con esa súbita demostración de cariño, el mayor rodeó con sus brazos el cuello del moreno.

- Si, ayer- dijo feliz – Pero no es precisamente por eso que estoy feliz…- su interlocutor lo miró extrañado, buscando en sus ojos la respuesta, cosa que, debido a los años que llevaban siendo amigos, JaeJoong podía hacerlo muy fácilmente. – Bueno pero no te hablaba para eso- esquivó su mirada para no tener que hablar sobre el tema – Era para avisarte que SungMin y KyuHyun ya están aquí-

- Mhh…- dijo procesando la idea – Me imagino que están en el comedor, verdad?- su amigo asintió – Bien, iré a molestar- un sonrisa picara salió de sus labios mientras se llevaba uno de sus pulgares a su boca, apretando un poco la uña con sus dientes. Ese adorable gesto, que demostraba que el hijo menor del señor Kim haría una travesura.

- Buenos días- se escucho una voz varonil detrás de JaeJoong. Éste volteó mientras que el ratón esquivaba la cabeza de su amigo para ver de quien se trataba. Ahí estaba, impecable y con una enorme sonrisa, Jung YunHo. El chico heterosexual había vuelto a enfrentarse a un segundo día de trabajo.

- ¡Yunnie!- el dandy boy se olvido de todo y casi botando su mejor amigo al suelo, salió al encuentro del recién llegado. – Buenos días- se detuvo a un costado del castaño y rodeo sus hombros con uno de su brazo derecho. - ¿Amaneciste bien hoy?-

- Si, gracias. Buenos días JaeJoong- saludó a su jefe demostrando todos sus buenos modales. El rubio asintió aún aturdido por la reacción de Chunnie, ¿Desde cuando Micky era tan efusivo con otras personas que no fueran él?

- Yunnie, ¿Vendrá YooRi hoy?- el alto desvió su mirada del rubio para posarla sobre el chico que le hablaba. Al hacerlo, inmediatamente su mirada cambió y se llenó de una alegría especial.

- Si, vendrá después de clases-

- ¡Genial!- la situación incomodó de sobremanera al mayor de los 3. Esa sensación extraña que sentía cuando veía a ese sexy masajista, pasó a una extraña molestia que le carcomía por dentro y le obligaba a esquivar su mirada de la escena. – Joongie, ¿Puedes llevar a YunHo al comedor contigo? Yo tengo que hacer ahora-

- ¿Eh?- JaeJoong reaccionó de pronto y miró detenidamente al masajista procesando la instrucción. – Claro… claro-

- Bien, nos vemos en la tarde- se separo del castaño y se dirigió hacia su Joongie – Cuídate, ¿Vale? Sabes que no me gusta que pases malos ratos- le acarició la mejilla y el rubio le regaló una sonrisa triste, acarició su pecho como siempre lo hacía. Finalmente, se despidió del masajista y desapareció de la vista de los mayores al doblar un pasillo.

Y otra vez estaban solos. Ambos creyeron que la próxima vez que se verían sería todo muy diferente, hablarían como personas normales y civilizadas; pero por algún motivo que ninguno de los dos se explicaba, el ambiente volvía a ser tenso entre los dos.

- Y… ¿Llegaste bien a casa?- preguntó el rubio para romper el silencio.

- Si, ChangMin hyung fue muy amable al llamar a su chofer- al escuchar esa respuesta, JaeJoong lo miró sorprendido.

- ¿¡Cuántos años tienes!?- su expresión seria había cambiado totalmente, dando paso a una enorme cara de incredulidad.

- ¿Cómo…?- al principio, YunHo no había entendido el por qué de esa pregunta, e incluso se puso un poco nervioso; pero pronto reaccionó y su cabeza armó cabos – Ahh… jajajaja! Yo soy mayor que él, lo que pasa es que… bueno… es una larga historia- esa pequeña confusión logro hacer nuevamente el aire respirable entre los dos. Se miraron fijamente buscando que más decir y nuevamente el rubio fue quien rompió el silencio.

- Bueno, hay que ir al comedor de los empleados. Supongo que estás completamente decidido a trabajar a pesar de todo lo que has visto, a si que es hora de presentarte a tus compañeros como corresponde- “a pesar de todo lo que has visto”, al escuchar esa frase, la sonrisa se borró de la cara del castaño, recordando algo que, de una forma muy extraña, le hacia sentir mal.

- Si, muchas gracias hyu…- pero se interrumpió a sí mismo al ver la cara de su jefe - … JaeJoong ah- el aludido sonrió satisfecho.

- Así esta mejor…- le indicó con la mano la dirección en la que caminarían – Vamos, ya deben estar todos allí y tengo que hablar con alguien…-

- Claro, con tu novio. Vamos rápido- lo dijo como un comentario más sin ninguna importancia, pero el corazón de Jae se comprimió. Vio como el castaño comenzaba a caminar hacia el comedor mientras el no podía despegar los pies del piso por la impresión. Su cabeza estaba hecha un lío y a la vez su corazón de gritaba que debía aclarar la situación. Sin pensarlo mucho, alcanzó al castaño al trote.

- ¿Qué novio?- preguntó un poco asustado de lo que YunHo pudiera responderle. Si se refería a ChangMin, se armaría Troya.

- Ya sabes… el chico recepcionista…-

- ¿¡KiBum!?- exclamó más que sorprendido. El alto asintió algo nervioso - ¿Él te dijo que somos novios?-

- ¿Eh?- YunHo se puso rojo de golpe, ¿Cómo le explicaba que el motivo era el beso que vio y que no tenía por qué ver? – Emm… no. Yo… los vi ayer… la ventana… - no quería que Kim pensara mal de él, pero sus valores le obligaban a decir la verdad. Y aunque fueron un par de palabras sueltas, JaeJoong entendió perfectamente el mensaje… y quería que alguien lo enterrase muy profundo. De pronto se sintió mareado y sus pulsaciones bajaron.

- N-No es lo que tu crees… yo…- sus mejillas enrojecieron también de solo pensar que YunHo había visto ese beso de despedida.

Efectivamente, JaeJoong y KiBum habían tenido una especie de “relación” durante un tiempo. Desde que se conocieron, el moreno se había sentido atraído por su hyung, y éste creyó que podía corresponderle. Comenzaron bien y lograron entablar una relación bastante estable entre los dos, pero pronto el administrador se dio cuenta de lo que verdaderamente sentía; lo quería mucho y le parecía una persona realmente hermosa, pero no lo amaba. Y por eso, porque lo quería, buscó un momento a solas con él para hacérselo saber.

“- … siento que no me haya dado cuenta antes de que esto fuera más lejos KiBum, pero creo que eres un gran chico y mereces ser feliz-

- ¿De verdad lo crees o sólo lo dices para reírte de mi?… otra vez- Jae frunció el seño

- ¡Claro que no! Hablo en serio. De verdad lo siento pero no es justo, ni para ti ni para mí-

- Vale, a si que ahora te preocupas de mi integridad, no? No puedo creer que seas tan falso. Me habían dicho que simplemente jugabas conmigo pero no quise creerlo. De verdad quise pensar que sentías algo por mí- cada vez ambos iban subiendo más el tono de voz, enfadados con el otro.

- ¡Y lo creí! Pero ahora me doy cuenta que no lo es…-

- ¿Ahora? ¿¡Ahora que ya te cansaste de usarme!? No me vengas con esas Joongie…-

- Si no quieres creerme, entonces no lo hagas. Sea como sea, esto se acabó-

- ¡BIEN! Señor “yo no necesito amor para vivir”-

- ¡BIEN! Señor “yo soy el más maduro de todos”- repentinamente, KiBum lo tomó por la nuca y lo beso con la pasión que nunca había demostrado por el rubio. Este, al principio trató de zafarse de los labios que insistentemente lo aprisionaban, pero finalmente dejó que pasara. Había pasado el tiempo suficiente con el recepcionista para saber que ese beso era un ‘Adiós, te libero’.”


Así había ocurrido y a pesar de ese pequeño pleito, terminaron relativamente bien. KiBum ya no tenía ningún tipo de relación amorosa con él, pero la había tenido, y eso complicaba las explicaciones. Aún con la vergüenza, la confusión y el orgullo que le trancaban las palabras, trató de formar frases coherentes que no demostraran su nerviosismo y disimularan un poco el rojo de sus mejillas.

- La verdad… la verdad es que KiBum y yo no…-

- No tienes que explicarme nada JaeJoong. Sólo soy tu empleado, no es necesario que me cuentes tu vida privada- lo dijo con una sonrisa en los labios, y eso le dolió aún más. No se había sentido de esa forma desde que sus compañeros lo molestaban en la escuela diciéndole “JaeJoong nuna”; jamás pensó que él, precisamente él, haría que su corazón se comprimiera de una forma tan cruel, ¿O es que acaso no se daba cuenta? Espera… pero, ¿Cuenta de qué?

- Tienes razón- ya no había motivos para ser amigable, claramente Jung YunHo no era esa excepción que estuvo esperando por tanto tiempo. Era un simple trabajador de clase media que intenta obtener puntos con su jefe. Nada más. – Aquí es- ahí estaba de nuevo, su cortina de hielo bien puesta para aquel que no quiera a Joongie tal y como es. Abrió la puerta y entro de forma violenta, dejándola abierta para que el castaño también ingresara a la sala.

En el comedor de empleados se encontraban todos, esperando el comienzo de sus actividades diarias, comentando cosas con los amigos, riendo, bromeando y más. También habían otros que estaban haciendo uso del original servicio del lugar: comer. De entre ellos, YunHo pudo divisar a ChangMin, dándole la espalda a todos, en una mini-barra que daba a la cocina, donde había un joven de contextura gruesa sentado al frente del menor, comiendo también.

- ¡Buenos días!- saludó de forma cortante. La bulla no cesó y solo algunos se dignaron a contestar.

- ¡Joongie! ¿Haz sabido algo del KangTeuk?- “¿KangTeuk?” pensó el castaño

- Si Wookie, hace un rato llamé al médico. LeeTeuk no puede recibir visitas por ahora pero se encuentra bien. KangIn ya se recuperó y le darán de alta mañana por la mañana- durante todo el tiempo que habló, hubo silencio por parte de los empleados, pero una vez terminada la explicación, el bullicio volvió con más fuerza - ¡Peor no vengo para eso!- todos guardaron silencio nuevamente – Hoy quería presentarles a un nuevo empleado que comenzó a trabajar ayer. El será el nuevo masajista- con la mirada le ordenó a YunHo que se presentara

- Buenos días. Soy Jung YunHo, mucho gusto- hizo una reverencia para todos los presentes.

- También es nuevo en la ciudad…- agregó HeeChul –… y también ayudó anoche con el problema. Trátenlo bien chicos…-

- Si, bueno… en 15 minutos más todos comienzan su turno- el administrador se acercó a la puerta y nuevamente miró a sus amados compañeros – SungMin… KyuHyun…- el masajista pudo notar como dos chicos con cara de molestia, ubicados a los lados extremos de la mesa se levantaban y seguían al rubio. Al pasar junto a él, solo uno lo saludó con una leve reverencia, mientras que el otro pasó de largo, como si no existiera.

Una vez que los tres chicos estuvieron afuera, YunHo volvió a posar su mirada en sus nuevos compañeros, viendo cómo el pelirrojo le hacia exageradas señas, ofreciéndole un puesto vacío. Sonrió y caminó hacia el lugar, sentándose a su lado.

- ¿Amaneciste bien?- al segundo que se sentó, ya tenía encima al coqueto estilista. Lo miraba con una linda sonrisa y se le acercaba sugerentemente.

- Si… gracias…- respondió un poco cortado.

- Ni te molestes Rella- ambos miraron a la persona que hablaba y se sentaba frente al masajista – A él le gustan las mujeres- miró de forma penetrante a Jung y éste se sintió aun más cohibido.

- Aish, ya lo se Bumie… no estoy coqueteando lindo. Pero el fue tan amable ayer que me gustaría agradecerle de alguna forma-

- Muchas gracias HeeChul, de verdad… pero no es necesario. No lo hice para recibir recompensas ni halagos. Y como ya te dije, siempre que pueda, ayudaré- el pelirrojo abrió los ojos y hecho su cabeza hacia atrás mostrando su asombro. YunHo pensó que le había ofendido y estaba a punto de disculparse.

- *0*! ¡YUNHIE ERES AMOOR! <3- se lanzó hacia él lo rodeó con sus brazos, prácticamente colgándose de sus firmes hombros.

- Ay Chul, ya déjalo… lo vas a asfixiar- a KiBum le importaba un comino si lo asfixiaba o no, pero junto a él y en diagonal de HeeChul, SiWon presenciaba toda la escena.

- ¡Pero es tan mono! Y no le importa, cierto?- en realidad si le importaba, peor no quería ser grosero. De pronto, alguien tocó el hombro HeeChul y los tres miraron a la persona

- No seas mal educado HeeChul, déjalo en paz- HanGeng le sonreía dulcemente y el peluquero respondió de la misma forma.

- Vale… si Hannie lo dice…- en tres tiempos ya lo había soltado

- ¿Y me dices que soy tu mejor amigo? Ni caso me haces- comentó el recepcionista volviendo a su desayuno.

- Pero Bumie, tu siempre regañas a todo el mundo-

- ¡No es cierto!- chilló abriendo los ojos asombrado de la frase dicha por su amigo.

- ¬^¬ ¡Claro que si!-

- ¡Que no!-

- ¡Que sí!- la discusión continuó y el chino la observaba divertido.

- Hola- se sentó al otro lado del masajista y lo saludó amablemente – Soy HanGeng, instructor y entrenador de natación, mucho gusto Jung YunHo-

- Mucho gusto- de pronto, YunHo miró al techo, como tratando de recordar algo – Espera… ¿De casualidad tu trabajas en la piscina techada?-

- ¿Eh? Si, yo trabajo ahí… ¿Por qué?-

- ¡¡AAAHHH!!- lo apuntó con el dedo – ¡Tu eres el…- cortó la frase ahí, dándose cuenta que hablaba muy fuerte. Se acercó sigilosamente al instructor y siseó - ¿Tu eres hetero verdad?- ahí fue cuando Hannie entendió todo y soltó una pequeña risa disimulada

- Si soy la persona de la que te hablaron, entonces si. Peor la respuesta real es tal vez- el castaño lo miro extrañado – Nunca me he enamorado de un hombre, a si que por ahora soy hetero- respondió con calma en su voz y en sus ojos. Al masajista le pareció muy agradable; quizás alguien con la podría compartir muchas cosas.

- Entonces si debes ser tú. La verdad es que al principio me asusté un poco cuando llegué, pero creo que podré llevarlo fácilmente-

- No será fácil… créeme- bromeó el chino. YunHo rió

- Si, lo se. Pero por muchos años yo tuve un amigo que era gay, lo reconoció a temprana edad, aunque nunca se lo dijo a su familia y yo tenía muchos problemas por eso. Él era una persona muy efusiva con las personas que quería a si que obligadamente me acostumbre y supere mi homofobia-

- ¿¡Tenías homofobia y tu mejor amigo era gay!?- preguntó HanGeng casi a punto de estallar en carcajadas.

- Creo que todos lo somos al principio, ¿No crees? Todos los humanos somos reacios a cosas que son anormales para nosotros y de las que no estemos acostumbrados, sobre todo si se trata de alguien tan cercano- esa breve explicación fue suficiente para que al instructor se le acabaran todas las ganas de reírse, ¡Valla! Ese chico era bastante interesante.

- Es verdad, tienes razón, ¿Y qué pasó con tu amigo, aún vive en tu ciudad natal?-

- No, su padre se hizo millonario en unos negocios y se vino a corea a los 16. No le he visto desde entonces-

- Oh, lo siento…-

- Está bien- respondió Jung con una sonrisa – De todas formas, gracias a él podré seguir en este trabajo, ¡Será como tener muchos DongHae a mi alrededor, hahaha!- ¿DongHae? ¿¡DongHae había dicho!? Ese comentario lo sintió como una patada en el estómago

- ¿DongHae?- preguntó

- Si, así se llamaba mi amigo- inconcientemente, el chino miró de reojo a KiBum que conversaba ahora con SiWon. “Las vueltas que da la vida” pensó.

- ¡OYE, MASAJISTA SUPER HETEROSEXUAL!- un silencio sepulcral se sintió en todo el lugar. Todos miraron el chico moreno al que le llegaba el pelo hasta la base del cuello que tenía un refresco en la mano. Luego todas las miradas se dirigieron a la persona a la que habían sido dirigidas esas palabras, YunHo. HeeChul se levantó indignado de su asiento a encarar al chico alto

- ¡Pero qué modales son los tuyos Shim ChangMin! Santo dios… ¿¡Es que no te enseñaron nada en tu casa!?-

- ¿Y a ti no te enseñaron que no tienes que meterte donde no te importa?- respondió vivaz. HeeChul no dijo nada más y comiéndose su orgullo se volvió a sentar, maldiciendo por lo bajo. ChangMin nuevamente miró a YunHo quien no le quitaba la vista de encima, algo asombrado por ese poderoso grito. - ¿Ya comiste?- todos volvieron a mirar al castaño, esta vez con más sorpresa. ¿Shim ChangMin preocupándose por otro ser humano que no fuera JaeJoong? Eso era de antología.

- Eh… si, ya comí… gracias- “supongo” dijo para si mismo

- Si necesitas algo, sólo pídeselo- apuntó al joven que había estado frente al él comiendo cuando recién había llegado. El más joven de todos sintió como todos lo miraban anonadados por aquel gesto. Diablos, tal vez se pasó gritando tan fuerte. Se puso nervioso por un momento, pero pronto frunció el seño - ¿¡Y ustedes qué miran!? ¡Su turno ya empezó, muévanse!- todos comenzaron a levantarse de sus asientos y el bullicio cobro vida nuevamente. ChangMin salió a toda prisa del lugar, empujando a quien se le pusiera enfrente.

- ¿Qué hiciste?- curioso como siempre, HeeChul esperaba impaciente la respuesta.

- … ¿De qué?- preguntó el castaño igual de curioso.

- Él no sabe, vamos Chul ah- el recepcionista se despidió del castaño y arrastró a HeeChul hasta la puerta, seguido de HanGeng y SiWon quienes se despidieron a la distancia del masajista. Los cuatro salieron del comedor y se quedaron parados frente a la puerta, estorbando en el pasillo.

- HeeChul, ¿Tu y KiBum estuvieron en el hospital ayer?- preguntó el chino al pelirrojo

- Si, pero no nos dejaron verlos- el estilista se veía muy triste y eso a SiWon le partía el corazón, pero a la vez, moría de vergüenza en su presencia y nunca hablaba.

- Chul, por qué no vamos ver a KangIn en nuestro descanso?- la idea de KiBum le pareció muy buena al aludido, ya que el hospital quedaba cerca y tenía muchas ganas de saber qué había pasado.

- Si, así yo provecho de ir también- se unió el chino

- Está bien, iremos en el descanso entonces- dicho esto, se dio media vuelta encontrándose cara a cara con SiWon que de pronto sintió mucho calor en sus mejillas - ¿Tu que dices hombrezote?- si Choi tuviese el poder de hacerse invisible, sin duda lo habría utilizado en esa ocasión. No sabía que hacer, ni que decir, sin mencionar las miradas cómplices de KiBum y HanGeng que no le ayudaban nada.

- C-Claro… - toda su voluntad para hablar en esa respuesta a medias.

- ¡Genial! Entonces nos vemos en el descanso. Adiós chicos- Cinderella debía caminar por el camino opuesto a los otros tres, a si que se despidió ahí de todos y prendió rumbo a su lugar de trabajo. Una vez que SiWon lo perdió de vista, le lanzó una mirada asesina a sus dos amigos que sonreían burlones.

- ¡Hasta que por fin haces algo para acercarte a HeeChul amigo!- HanGeng rodeo con brazo los hombros del alto. SiWon enrojeció hasta las orejas

- N-No es eso… no molestes- refunfuñó mas nervioso que enojado.

- Ayer vi a HeeChul hablando muy animadamente con él- comentó KiBum, mientras los tres y caminaban por el pasillo.

- ¿¡Ehh!? Y luego dices que soy tu mejor amigo…- a Kim le pareció cómico que su amigo chino dijera prácticamente lo mismo que él al pelirrojo hace un rato.

- Te dije que HeeChul no era un dios inalcanzable SiWon-

- Lo es para mí…-

- No seas pesimista Wonnie, el primer paso ya está dado. Lo único que tienes que hacer ahora es no arruinarlo y podrías hacer que él se enamore de ti- la mirada del alto se ensombreció y miro de forma triste a su amigo.

- Sabes que eso nunca pasará….- sin más, aceleró el paso y dejó a sus dos amigos parados en el pasillo. Ambos lo veían algo apenados. Ellos sabían que SiWon era un buen chico y que su personalidad y carisma encajaba a la perfección con el difícil carácter del extravagante; pero habían prometido que ellos no meterían sus manos en esa relación y dejarían que las cosas siguieran su curso natural. Por eso dejaron que la conversación terminara ahí y lo dejaron irse, uno con una sonrisa melancólica en los labios y el otro claramente molesto.



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- YooRi, me dijeron que tu hermano trabajará en Seventh Heaven- al escuchar el nombre del recinto, Henry levanto inmediatamente la cabeza, escuchando con atención.

- Si, comenzó a trabajar ayer- respondió la chica con una sonrisa

- Y el… ¿Es gay?- al escuchar esa pregunta, el hámster movió la cabeza en forma negativa. Las mujeres tenían tan poco tacto para esas cosas. Por eso a él le gustaban los chicos. Tal vez sean mas inmaduros, pero son mejores amigos.

- No… al menos ha tenido novia- todas las chicas a su alrededor exclamaron de alegría y una de ellas comentó

- ¡Es como Hannie oppa!- “Hannie oppa” se burló Henry en tono bajo, imitando la voz de la adolescente.

- ¿Hannie oppa?- preguntó curiosa.

- Es el instructor de natación del spa, es…-

- Mi hermano- Jung dio un respingo por el susto que se llevó. Detrás de ella, un chico había interrumpido a su compañera. – Hola, soy ZhouMi. A si que tu también tienes un hermano trabajando en el spa.- la chica asintió – Yo tengo que ir al termino de clases, podríamos ir juntos- el chico parecía muy amable y YooRi se sintió aliviad por eso.

- Muchas gracias. Soy YooRi- el chico sonrió. Por otro lado, parece que a Lau lo habían metido a un congelador. ¿¡Ese matón, buscapleitos, psicópata de la mirada era el hermano de HanGeng!? Era como para no creerlo. Justo él tenía que ser, justo su peor enemigo y… bueno, el otro. De todas formas eso ya no importaba, ahora lo importante era no encontrárselos en el camino. Hoy era un día importante.



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La mañana, como siempre, pasó rauda y veloz y la hora de colación hacía su aparición estelar. El spa poco a poco se iba llenando de colegialas que almorzaban en los lujosos comedores del spa, esperando el nuevo turno de sus ídolos.

- Este lugar lo tiene todo- le comentó YunHo a ShinDong mientras este cocinaba para los empleados. – ¿Que hay en los pisos de mas arriba?- miraba la nuca del cocinero esperando su respuesta.

- Hotel- respondió cortante.

- Ah…- al parecer, ese tipo no hablaba mucho a si que decidió no molestarlo más

- No le hables mientras cocina, solo puede hacer un cosa a la vez- ChangMin se sentó a su lado y le habló sin mirarle.

- Buenas tardes- saludó Jung respetuosamente.

- Shin, ya sabes- dijo el menos

- Si- respondió el aludido – Aquí tienes YunHo y bienvenido- le dijo con una linda sonrisa en los labios.

- Muchas gracias- respondió tomando su plato de Kimchy. Comenzó a comer, ya que tenía mucha hambre y no quería esperar a que ChangMin se comiera su comida, pero al llenarse la boca con comida, sintió como el aliento de alguien estaba muy cerca de su oreja.

- ¿Te gustan los hombres?- con los ojos desorbitados, YunHo botó todo lo que tenía en la boca y miro lleno de terror a ChangMin que tenía una sonrisa victoriosa en los labios.

- ¿QUÉ?- preguntó sin poder esconder su asombro. Y él tan apático y estirado que lo veía.

- ¡Jajajajajaja! Tú si que eres gracioso- a ChangMin se le estrujaba el estómago de tanto reírse del pobre masajista que aún estaba blanco - ¿Esto también cuenta en tus sesiones de relajación? Si es así, yo voy- siguió riéndose otro rato. YunHo también rió un poco para pasar el susto – No te preocupes…- le dijo una vez que su ataque de risa acabó - … yo sólo tengo ojos para Joongie- observó con detenimiento la reacción del castaño. Al principio se sorprendió, pero luego sonrió amable.

- Ya veo…- con calma, volvió a concentrarse en su almuerzo. “En verdad es hetero” pensó el alto.



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KangIn sintió que alguien se acercaba a su habitación, Giró s cabeza encontrándose con tres caras conocidas que se asomaban

- ¡Hola!- desde que despertó, solo había visto a sus padres en toda la mañana, y ahora que veía a sus amigos, un nuevo brillo se veía en sus ojos

- ¡Ay vaquita tonta! Estaba tan preocupado…- haciendo pucheros, HeeChul se acercó al paciente. Este lo recibió con los brazos abiertos, necesitaba tanto de compañía en esos momentos.

- ¿Cómo estás?- pregunto siempre correcto el chino, mientras se sentaba a un costado de la cama.

- No muy bien…- su garganta se apretó. Se sentía tan culpable por lo que había pasado. Lo único que quería era ver a su Teukie, echarse a llorar en sus brazos y pedirle disculpas con toda su alma.

- Tranquilo…- le dijo el pelirrojo sobando su brazo – Todo saldrá bien, ya verás…- KangIn miro a HeeChul para sonreírle cuando se dio cuenta que había un cuarta persona para en el umbral de la puerta

- ¡¡SiWonnie!!- el alto sonrió y se despegó del marco de la puerta para acercarse a su amigo

- ¿Lo conoces vaqui?- pregunto incrédulo el pelirrojo

- ¡Claro que si Chul ah! Lleva tiempo trabajando en el spa- el extravagante miró asombrado al recepcionista y este le regalo una sonrisa tímida... pero hermosa.

- Voy a traer algo para comer- dijo le más alto – Después de todo, nos estamos saltando el almuerzo- el chino asintió

- Gracias Wonnie- contestó KiBum

- Gracias- dijo HeeChul con una sonrisa. SiWon bajo la cabeza nervioso y salió de la sala. KangIn espero unos segundos para hablar.

- Para ser alguien a quien no se le escapa ninguna, se le ha escapado un pez bien gordo no crees- comentó con un destello malicioso en su mirada. El pelirrojo sonrió de medio lado y le dio una leve palmada en el brazo

- Cállate… tu sabes que yo sólo tengo ojos para uno…-

- ¿¡Qué!? ¿Quién?- preguntó KiBum mas que asombrado - ¿HeeChul de verdad yo soy tu mejor amigo?-

- ¡Ay Bummie no seas así! Me da vergüenza…- se sonrojó notoriamente y tapo sus mejillas con las manos. HanGeng y KiBum no podían esconder la decepción en sus rostros. Todas las oportunidades que veían para su amigo se iban por un caño.

- ¿Lo conocemos?- preguntó el chino. Necesitaba información para ir a partirle la cara quien fuera.

- No… no se… bueno, no creo.- HeeChul cada vez se ponía más rojo y la sonrisa de KangIn era cada vez más grande. – Estaba en la fiesta de disfraces-

- ¡Pero eso no nos dice nada, tonto!- siguió KiBum simulando una sonrisa – Danos más pistas, ¿De que estaba vestido?- HeeChul clavó su mirada en la ventana y los ojos le brillaron

- Del Zorro- en ese momento, parecía como si los ojos de Bumie y Hannie se iban a salir. No había demasiada gente ese día y, que ellos recordaran, SiWon había sido el único en ir vestido así. Se miraron de rejo unos segundos, antes que HanGeng hablara

- Chul, la…-

- ¡Hannie! Vamos a buscar a SiWon que se demora mucho- a la rastra se llevó a su amigo hasta el pasillo, donde comenzaron un discusión a susurros

- ¡Estás loco! Hicimos una promesa HanGeng. Tú y yo prometimos no meter nuestras narices en esto-

- Pero Bumie, ¿¡No te das cuenta!?- señaló con desesperación la habitación de KangIn

- Lo se…-

- Y…- ahora apuntaba el lado por donde SiWon había ido a comprar

- ¡Lo se, lo se!-

- ¿No vas a hacer nada?-

- Y tú tampoco… la vida da muchas sorpresas Hannie. Deja que ellos sigan su destino-

- Esto es ridículo…-
con eso, le dejó claro al recepcionista que mantendría su promesa.

- Chicos, ¿Qué hacen ahí?- desde lejos les habló SiWon, que venía con bolsas en las manos.

- Emm… estábamos a punto de ir a buscarte- respondió rápidamente KiBum en lo que SiWon se demoraba en acercarse.

- Oh, ya veo. Bueno traje comida-

SiWon entró a la habitación mientras HanGeng y KiBum los miraban desde la puerta. El moreno, caballerosamente sacó lo que le correspondía a HeeChul y se lo entregó rojo hasta las orejas, mientras que la diva del spa recibía con una dulce sonrisa lo que el recepcionista le ofrecía.

¿Podía ser la vida más irónica?


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