Sin alas que protejan: Capitulo 9

~FLASH BACK~

Un niño de edad cercana a los 5 años bajaba las escaleras corriendo, su papá había llegado de trabajar y lo único que quería era pasar el tiempo con él.

-¡Papi! ¡Papi!- Gritaba emocionado el pequeño con una enorme sonrisa en su rostro.
Su progenitor le miró e igual que su hijo este sonrió.
-¿Me vas a llevar al parque hoy?- Preguntó el pequeño.
-¡Por supuesto que si! Solo déjame comer y vamos ¿va?-
-¡¡¡SI!!!- Gritó emocionado.

Cuando terminó de comer, aquel hombre y su hijo se dirigieron hacia el parque, el pequeño llevaba su pelota color cielo entre sus manos y, junto con su papá, jugaron fútbol.

-¡Vamos papá! ¡eres muy lento para esto!- Se burlaba el niño.
-Jajaja vas a ver que este ni tu lo detienes-
El rato pasó. Estaba anocheciendo así que decidieron regresar a casa, el pequeño iba de la mano de su padre.
-Papi- Dijo. -¿Vamos a venir mañana otra vez a jugar?-
-Si tu quieres si-
Llegó un momento en el que el pequeño se le abrazó a su padre y le sonrió ampliamente.
-Ojala pudiéramos venir todos los días a jugar- Dijo sinceramente. -Te quiero mucho papi-
Aquel hombre se conmovió y también le sonrió.
-Yo también te quiero mucho hijo- Dijo. -Y podemos venir todos los días que tu quieras, ten por seguro eso Changmin-

~FIN DE FLASH BACK~

Seguía sobre el suelo de su habitación, le dolía todo; su espalda, su pecho, sus brazos y piernas... hasta su rostro. No sabía cuanto tiempo llevaba ahí, ni siquiera se dio cuenta cuando su padre se fue, sobre el suelo pudo notar unas gotas color carmesí que pudo identificar fácilmente pues era su propia sangre. Se paró del suelo con dificultad, se dirigió hacia el baño y lo que vio en el espejo fue un muchacho con rastro de sangre sobre su boca y nariz, una marca purpura cerca de su ojo izquierdo, otra sobre su frente y un labio partido. Se miró en aquel espejo y un nudo en la garganta se le formó, finas gotas de lágrimas empezaron a caer de su rostro. No recordaba la ultima vez que su papá le había pegado con tanta furia pero sabía que esta vez había sido una de las peores. Se quitó la ropa y se dispuso a ducharse. Notó algo más, su pecho y también su espalda mostraban signos de violencia, sus brazos dibujaban pequeñas pero notables manchas violetas al igual que sus piernas. Cuando estuvo listo para salir a la escuela se dio cuenta que no podía mostrarse así en publico, así que se puso unos lentes de sol oscuros y una gorra que le pudiera tapar el golpe de su frente. Cualquiera en su estado hubiera escogido mejor quedarse en casa pero Changmin no tenía ni la más mínima gana de quedarse en ella.

Salió de su habitación, había llegado a las escaleras cuando la escucho y se detuvo.

-Changmin...- Le llamó su madre.
-...-
Su madre se le acercó y le tomó por los hombros.
-¿Como te encuentras?- Preguntó con preocupación.
-Suéltame-
-¿Te sientes bien? ¿Te duele algo?-
-Por favor suéltame- Repitió en tono molesto.
La señora Han se acercó más para intentar abrazarlo pero...
-¡¡¡QUE ME SUELTES MALDITA SEA!!!- Gritó.
La señora Han retrocedió unos pasos al ver la reacción de su hijo.
-Ch-Changmin...- Dijo asustada.

Changmin le miró, luego agachó la cabeza y siguió bajando las escaleras.

Al llegar a la escuela trató de aparentar una imagen normal, pero poco funciono ya que algunos profesores le llamaron la atención por los lentes oscuros y la gorra, él daba escusas como que tenía una infección en los ojos y cosas así. Pudo notar la mirada curiosa de sus compañeros, nunca lo habían visto con alguno de esos accesorios... la mirada que no dejaba de verle era la de Karina. Ella lo veía con intriga.

La hora del descanso llegó. Changmin quiso evitar a toda costa la mirada de Jae, no iba a permitir que lo viera así.

-Changmin- Escuchó.
Volteó y se percató de que era ella, Karina.
-¿Si?-
-¿Qué te pasa?- Le preguntó fríamente.
-¿A que te refieres?-
-Osh... no te hagas. ¿Por qué traes eso puesto?-
-No es nada, ya dije que tengo una infección-
-No me engañas Shim- Dijo para luego acercarse a él e intentar quitarle los lentes a la fuerza.
-Karina que demo...- Forcejeó con ella. Pero como siempre ella era más fuerte.
-¡EY!- Escucharon gritar a alguien.
A Changmin se le aceleró el corazón al ver de quien se trataba.
-Déjalo en paz-
Karina miró con enojo y enfado a aquel muchacho frente a sus ojos.
-Aléjate de él- Le volvió a advertir.
-Oblígame idiota- Le retó.
Aquel rubio se le acercó con una sonrisa maliciosa en el rostro y la arrinconó contra la pared.
-¿Sabes? Nunca hemos golpeado chicas, pero si tu quieres puedes ser la primera-
-Eres un imbécil en todo el sentido de la palabra ¿sabías? Pero esta bien, me voy pero no por que tu lo dices, sino por que me sofoca estar entre tanto marica-
-Pues ya estuvieras lejos, adelante vete- Dijo el rubio con notable burla en su tono que hizo a

Changmin dibujar una pequeña sonrisa en su rostro.
Karina se fue por aquel largo pasillo, después bajó las escaleras.

Aquel muchacho rubio se acercó a Changmin.
-¿Estas bien mi niño?-
-Si, pero ¿como sabías que...-
-Yunho los vio y me dijo- Le interrumpió.
-Ah... supongo que he de agradecerle-
Jaejoong esbozó una sonrisa.
-¿Por que traes eso puesto?-
-¿He?-

Changmin se encontró con un dilema; dejar que Jae lo descubriera por si mismo... o evitarlo.
Jaejoong subió lentamente sus manos hasta posicionarlas sobre el soporte de los lentes y los empezó a retirar. Los lentes cayeron rápidamente al suelo, Jaejoong se sobresaltó al ver aquella marca purpura sobre el ojo de su novio.

-...Changmin...-
Min agachó la cabeza y lágrimas resbalaron por sus mejillas.
-¿Quien fue?............ ¡Dime quien fue!-
-...-
El mayor le sujeto por los hombros.
-¡¡¡CHANGMIN POR DIOS DIME QUIEN FUE!!!- Le ordenó.
-¡Agh!- Se quejó.
-...-
Jaejoong le quitó la sudadera a Min bruscamente, aquella imagen le llenó de rabia; los brazos del menor mostraban marcas de golpes... de violencia. Jae llevó sus manos a su frente y gritó.
-¡HAAAA!...- Golpeó la pared.
Changmin no pudo contener más el llanto al ver a Jae actuar de esa forma.
-J-j-ae cálmate por favor-
-¡¿COMO DEMONIOS QUIERES QUE ME CALME MALDICIÓN?!-
El menor se encogió de hombros.
Después el silencio se hizo presente.
-...Perdón... Perdón Changmin- Le abrazó. Jae tampoco pudo evitar el llanto. -Solo dime quien fue-
-Es que es complicado- Dijo más calmado.
-No, no lo es. Es solo decirme quien te hizo esto y ya-
-No me creerías... nadie lo hace-
-¿Por que piensas que no te creeré?-
-Solo no me preguntes-
-Pero ¿porque?-
Changmin se separó de Jae quien lo seguía abrazando.
-Debo irme- Le dijo el menor.
Jaejoong lo vio alejarse de él y una culpabilidad lo invadió, se sentía impotente de no poder hacer nada.
...

Repentinamente y para sorpresa de todo Seoul empezó a llover, las calles se inundaron rápidamente, gente corría de aquí para allá tratando de refugiarse del agua.
Changmin estaba sentado frente al pequeño escritorio que había en su habitación, hacia sus deberes, según él eso era bueno para concentrarse en otra cosa que no fueran problemas. Sus planes para esa tarde se vieron arruinados a causa de la lluvia. Lo raro era que no había recibido ninguna llamada de Jae, ni siquiera un mensaje “¿Se habrá enojado?” pensó. El motor de un carro apagarse lo distrajo, se paró de su asiento y miró por la ventana percatándose de que era su padre rápidamente se aproximó a su puerta y con mucho cuidado y discreción la cerró con seguro. Volvió a su asiento y continuó con su tarea.

La puerta de abajo se abrió y su corazón se aceleró, le temblaba la mano al escribir, lo escucho subir las escaleras y ahora todo su cuerpo temblaba. Escucho como se detuvo frente a su puerta y la intentó abrir pero no pudo, Changmin escuchó el sonido de una llaves entrar en el picaporte de su puerta y poco tardó la puerta en abrirse de par en par.

Su padre estaba frente a él y como lo había visto anteriormente estaba tomado. Changmin se paró de la silla temblando y con una cara de espanto, como si hubiera visto al mismo diablo frente a él. Aquel hombre se aproximó a él con una mirada que Changmin no había visto desde hace mucho tiempo, su padre sonreía maliciosamente, el menor no podía hacer nada ya que estaba paralizado del miedo y solo pudo cerrar sus ojos fuertemente sintiendo aquel tacto de aquel horrible hombre.

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