KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Love is a Force of Nature.Cap 1

“El Día y la Sombra”

Como la vida mortal ahora desaparece […]
Para robar la dulce juventud antes que se convierta en oro
La existencia ya no es lo que me dijeron…
[Farewell, Rapture]


Se había convertido en su rutina. Cada tarde, casi al anochecer, Kim Junsu salía de su casa y se dirigía a las clases de baile. Su sueño era convertiste en un gran bailarín y cantante, así que con bastante esmero logró convencer a sus padres para que lo dejaran asistir a las clases de la tarde, después de la escuela. El trabajo era arduo y tenía que organizar muy bien su tiempo para así poder rendir bien en ambas partes, ya que a veces llegaba exhausto de las clases de baile y estaba obligado a quedarse despierto toda la noche para estudiar, pero aun así valía la pena…el baile era su pasión y estaba seguro de que algún día lograría su sueño.

Iba retrasado de nuevo. Cada vez se le hacia más difícil poder llegar a la hora, y es que su madre le había pedido que le ayudara con algunas tareas del hogar, consumiendo gran parte de su tiempo.
Llegó al lugar y los vio practicando a través de la ventana; inmediatamente apresuró la marcha, tambaleándose mientras se acercaba a la puerta y lo recibía su maestro.
“Llegas tarde” le dijo, haciéndole una seña para que entrara. Junsu lanzó un suspiro, tratando de calmar su respiración y colgó su abrigo con rapidez, dirigiéndose a la fila junto a sus compañeros.
“Bueno, ahora que estamos todos quiero presentarles a una amiga” dijo el Maestro, esbozando una sonrisa mientras una joven emergía desde los camarines.
Su aspecto inmediatamente capturó la atención de Junsu. La muchacha llevaba un largo abrigo de cuero negro. Tenía unos ojos azules, penetrantes, y llevaba el cabello rizado. Aquellos rizos dorados llegaban casi a resplandecer con la luz de la sala y su piel…era pálida, tan pálida como la nieve…
“Alumnos, ella es Alexandra. Trabaja para una importante compañía busca talentos, así que les sugiero que den su máximo hoy…quien sabe, podrían tener suerte” El maestro y la joven rieron casi en unísono, luego ella hizo una pequeña reverencia y procedió a sentarse en una silla no muy lejos del lugar mientras el maestro indicaba el inicio de las prácticas.
Durante el transcurso de la clase, los ojos de la joven nunca dejaron de fijarse en Junsu y él comenzó a sentirse bastante incomodo. Se sentía expuesto, casi vulnerable, mientras se esforzaba al máximo por seguir las coreografías y causar buena impresión. Sabía que no era sólo él, todos los demás sentían la presión, pero sentir los ojos de la joven clavados en su figura hacia todo más difícil…
Cuando el maestro dio por terminada la lección Junsu lanzó un suspiro de alivio, relajando sus músculos. Estaba exhausto pero conforme, porque definitivamente había dado su máximo. Como siempre era el último en retirarse, y estaba a punto de salir de la sala cuando escuchó una voz interrumpirlo.
“Junsu… ¿Te llamas Junsu, cierto?” la voz de la joven lo sobresaltó y él inmediatamente volteó a mirarla
“S-Si, Kim Junsu” murmuró algo inseguro, extendiéndole su mano
“Bailas muy bien, tu maestro me ha dicho que también cantas” le dijo ella, tomando su mano y estrechándola suavemente
“Si, me gusta cantar”
“¿Podrías cantar algo para mí?” la pregunta lo tomó por sorpresa. Ella continuó mirándolo intensamente un rato y de pronto, Junsu se sintió algo perdido en sus ojos. Ella tenía los ojos azules, pero este no era un azul común sino que era más bien oscuro, sorprendentemente oscuro y casi…resplandeciente en la palidez de su rostro.
Junsu tardó unos minutos en reaccionar antes de asentir reiteradamente, cerrando los ojos y respirando hondo, entonando una canción que tenía pegada desde hace unos días.
Cuando terminó, los volvió a abrir para encontrarse con la joven mirándolo con una fascinación tan grande que le produjo algo de nervios y ansiedad a la vez…
“Tu voz…es perfecta” le dijo ella, esbozando una sonrisa
“Gracias, pero se me está haciendo tarde…” Junsu hizo una pequeña reverencia y tomó su abrigo con firme intención de regresar a casa, pero no alcanzó a dar ni dos pasos cuando sintió el brazo de la joven aferrarse al suyo, reteniéndolo
“Espera, no te vayas. ¿Tienes algo que hacer? Veo bastante potencial en ti y me gustaría que me acompañaras a mi casa a discutir tu futuro” su voz era suave, casi melodiosa, y él subió la mirada hasta encontrarse con sus ojos. Brillaban con una intensidad impresionante y de pronto Junsu se encontró absorto en ellos. Casi por inercia asintió con la cabeza mientras ella entrelazaba sus manos y lo conducía a la salida.
Comenzaron a caminar hacia el corazón de la ciudad. Ella lo conducía por callejones oscuros mientras le contaba de su trabajo; decía que había visto surgir y caer a muchos artistas y que podía transformarlo en una estrella en menos de una semana. Junsu sólo asentía mientras la miraba casi en trance. Había algo en ella que era alucinante…quizás la manera en que se expresaba o como sus ojos podían capturar tu atención en menos de un minuto…
Cuando se percató de que ya estaban casi en las afueras de la ciudad y se dirigían a un callejón sin salida, Junsu inmediatamente comenzó a inquietarse.
“Eh…disculpa, pero… ¿Estás segura de que por aquí es tu casa?” le preguntó con nerviosismo, mordiendo su labio inferior. Al escuchar la pregunta ella se paró en seco, volteando a mirarlo y lanzando una risita
“Aquí es exactamente donde debemos estar” respondió, lanzando una risotada esta vez más estruendosa y en menos de un segundo se abalanzó sobre él, levantándolo con una fuerza extraordinaria y echándoselo al hombro. Al instante, Junsu observó con asombro como comenzaban a elevarse sobre la calle.
Lanzó un grito, retorciéndose ante el amarre de aquella extraña ser que lo transportaba y lanzando puntapiés para liberarse, pero ahora sobrevolaban los tejados y sin ningún aviso previo, ella lo dejó caer sobre una azotea de un edificio bastante alto.
Pasmado, Junsu se incorporó y comenzó a correr, llegando hasta el borde de la azotea y mirando hacia abajo. Había metros y metros de altura, esto le produjo un vértigo enorme y estuvo a punto de caerse. Sintiéndose enfermo y jadeante, se dio vuelta para observar a la extraña ‘joven’. Ella lo miraba divertida y sin moverse de su lugar volvió a emitir una risotada.
“Estás atrapado” le dijo, ladeando su cabeza y mirándolo con una expresión burlesca
“¿Quién demonios eres?” la encaró con rabia, y armándose de valor se lanzó contra ella en un intento desesperado por herirla y poder escapar del lugar. No se movió, y al golpearla sintió como si golpeara un pedazo de fierro. Salió disparado hacia atrás, prácticamente resbalando, pero eso no lo detuvo y volvió a repetir el proceso. Ella ni se inmutó y continuó riéndose de una manera sumamente burlesca mientras Junsu trataba sin éxito golpearla de alguna forma…
“¿Qué quieres de mi?” le preguntó cuando se dio cuenta que era inútil seguir tratando de herirla
“Mi querido y dulce Junsu…” susurró, acercándose con rapidez a él y volviendo a rodear sus brazos alrededor su cuello. Junsu hizo lo posible para liberarse de su amarre, pero ella tenía una fuerza excepcional y aunque trató de empujarla no sirvió de nada.
“Te he observado desde hace tiempo. He escuchado como cantas en los rincones de tu habitación y te he visto bailar con esmero por las noches, pequeño Junsu…” de forma increíble su voz cambió de satírica a dulce, tan dulce que Junsu prácticamente se sintió relajado al escucharla…
“Déjame ir, por favor” le suplicó. Ella se separó un poco de él, pero sus brazos nunca abandonaron su cuello. Tenía los labios cerrados, pero había en ellos una pequeña sonrisa; lentamente la observó inclinar su cabeza hasta su cuello, hundiendo sus dientes en el…
“¡AHHH!” lanzó un grito frenético al sentir una horrenda punzada, tratando de liberarse de su amarre e intentando con todas sus fuerzas rechazarla, pero luego vino la calma…la quietud. Tal como si le hubiesen inyectado un sedante, sus ojos se cerraron y comenzó a sentirse ligero…muy ligero. Un suave adormecimiento recorrió su cuerpo mientras sentía una especie de melodía, aunque no estaba seguro si era ella la que la emitía. Aquella melodía retumbaba a su alrededor; el sonido lo inundaba, recorriendo todo su cuerpo y haciéndolo sentir una plenitud completa.
Trató de articular alguna palabra, algún grito o alguna protesta…pero ningún sonido salió de su boca y de pronto se encontró sumido en algo que jamás había experimentado, una paz…una calma tan grande que lo hacia perderse en un torbellino de emociones. Lentamente sintió que el paisaje a su alrededor se difuminaba y todo su cuerpo comenzó a sucumbir a la inconsciencia, arrullado por aquella plenitud y perdiendo completamente la noción del tiempo…

Cuando despertó, supo inmediatamente que estaba tendido en el suelo de una extraña habitación. Se sentía horriblemente sediento, pero esta sed no era una sed común…todo su cuerpo estaba sediento y muy débil.
Sus ojos se posaron en una pequeña mesita al frente de él, con una botella de vino tinto sobre ella. Sin dudarlo, se acercó a la mesa y tomó la botella, abriéndola y bebiendo de ella como si estuviese deshidratado. Bebió un trago tras de otro, sin parar y sin preocuparse por el lugar donde se encontraba o de dónde había aparecido la botella.
Al percatarse de que ya estaba vacía, Junsu llevó las manos a su cabeza, sintiendo el alcohol rápidamente haciéndole efecto. Observó a su alrededor y se dio cuenta de que el lugar donde dormía no era más que una cama hecha de paja y que quizás estaba en una especie de cárcel…pero finalmente descartó la idea, porque definitivamente en ninguna cárcel le daban vino a sus prisioneros.
Se quedó mirando fijamente la oscuridad hasta que se percató de que algo se movía cerca de él. Inmediatamente lo invadió el miedo y pegó un salto al escuchar una voz.
“Has despertado…” no tardó en reconocerla, estaba sentada en un rincón en plena oscuridad. Sus ojos resplandecían de un color rojo oscuro, como la sangre, y ahí estaban los colmillos, rozando sus pálidos labios carentes de color.
Súbitamente los recuerdos azotaron su mente: El ascenso, aquellos dientes clavándose en su cuello y luego…aquel extraño sopor. Ella se echó a reír y Junsu se sintió paralizado por el terror, incapaz de emitir algún sonido al verla avanzar hacia él.
Se dio vuelta, tratando de huir de ella lo más rápido posible, pero en menos de un segundo sus dedos blancos y largos volvieron a atraparlo.
“¡Suéltame!” exclamó enardecido, volviendo a lanzarle inútiles empujones y ante esto, ella volvió a lanzar otra risotada
“Si, Junsu…pelea, pelea por tu vida”
“¡Déjame ir, maldita!” volvió a exclamar, nuevamente lanzándose a ella. Golpeando su pecho con sus manos, tirándole el cabello, lanzándole arañazos…pero tan grande era su fuerza que ella sólo lo miraba divertida mientras él desperdiciaba sus fuerzas. De un segundo a otro, se borró toda la expresión de su pálido rostro y volvió a atraerlo hacia sí, abriendo su boca y entonces…Junsu nuevamente pudo ver sus colmillos en su máximo esplendor
“No…no de nuevo” susurró, lanzando un grito cuando la observó acercarse más a él. Gritaba desesperado mientras aquella fría lengua se deslizaba por su cuello y finalmente sintió los colmillos nuevamente desgarrar su piel.
Dios mío…dame la fuerza para resistir, para luchar por mi alma pensó, reprimiendo un quejido de dolor y tratando de empujarla con todas su fuerzas, pero empezó a suceder de nuevo…esa melodía, la calma y finalmente la plenitud. Su cuerpo volvió a adormecerse mientras sus ojos se cerraban y se sentía incorpóreo…arrullado por aquel extraño sopor. Nuevamente se desvaneció y cuando despertó, se dio cuenta de que ella ya no lo estaba abrazando, sólo lo observaba parada a su lado. Junsu intentó moverse, pero se sentía muy débil y sobrepasado por la sed. Necesitaba beber algo, estaba desesperado…
“Estás muriendo, Junsu” la escuchó decirle. “La luz de tus ojos se está apagando y tu corazón pronto dejará de latir”
“No, no quiero morir…por favor” sus labios estaban totalmente secos. La sed era insoportable y Junsu comenzó a retorcerse, horrorizado al sentirse al borde de la muerte
“Pídelo y te lo daré…” le susurró. La observó, y su rostro había dejado de expresar burla...ahora ella lo miraba con una expresión sumamente compasiva
“Ayúdame” dijo finalmente, sobrepasado por el miedo de encontrar la muerte y con esto, sus brazos volvieron a estrecharlo y esta vez, Junsu sintió un calor inmenso emanando de ellos
“La vida eterna…” volvió a susurrar al momento que se separó de él, llevando una de sus manos a su muñeca y haciendo un profundo corte en ella con sus uñas
“Bebe, pequeño…bebe” le dijo, acercando la muñeca hasta su boca.
Junsu no alcanzó ni a reaccionar cuando sintió la sangre derramarse sobre sus labios.
Su lengua comenzó a lamer la sangre y una sensación extraña azotó su cuerpo. Instintivamente sus labios se pegaron a la herida expuesta, bebiendo desesperado de la única fuente que podía saciar su sed. Un éxtasis hormigueante lo recorrió de pies a cabeza mientras continuaba bebiendo. La sangre…tenía un sabor dulce, sabroso, y lo único que él podía pensar era que quería más. Mientras bebía la escuchó jadear y pudo notar que su cuerpo estaba debilitándose con cada sorbo que tomaba…pero aun así no lo detuvo y Junsu sintió su propio cuerpo convulsionar violentamente, azotado por un vaivén de espasmos mientras la sangre descendía por su garganta, llenándolo por completo. Pero de pronto, casi cariñosamente, los brazos de la vampiresa se posaron sobre sus hombros, acariciándolo mientras utilizaba su excepcional fuerza para apartarlo de ella. Junsu emitió un gutural grito al sentirse despojado de la sangre, pero ella lo ayudó a incorporarse, dejándolo tendido sobre el lecho de paja.
“Descansa, mañana tendremos mucho que hacer” susurró, acariciando sus cabellos
Él no reaccionó, su cuerpo aún convulsionaba, y sólo se quedó ahí tendido escuchando los sonidos a su alrededor. Escuchó llantos, gritos, sirenas de autos, canciones, campanas y se encontró sobrepasado por aquel golpe de emociones…
“Ah… ¿Qué me has hecho?” le preguntó cuando las convulsiones cesaron, llevando sus manos a su rostro. Asustado ante el cambio en su percepción
“Te he convertido…en uno de nosotros” contestó, acercándose a él y deteniéndose cuando sus labios estaban a centímetros
“Duerme…” su cálido aliento rozó sus labios y Junsu inmediatamente perdió el conocimiento.

Sivela era su verdadero nombre. Alexandra sólo era una fachada, un personaje que utilizaba para mimetizarse entre los mortales.
Observó con calma a su nueva creación. Se veía tan frágil en ese estado, tan…desorientado, pero sabía que él era exactamente lo que estaban buscando. Aun así no podía evitar sentir lastima por el chico, estaba tan lleno de vida…y realmente había sido una pena que reuniera las características precisas para la subasta.
Lo había observado durante meses, camuflada entre las sombras; su vida era bastante normal, pero lo que más capturó su atención fue el tono de su voz…tan dulce, casi angelical. Aquellos mortales que poseían características destacadas eran muy demandados en el mundo de las subastas, además que el chico era bastante apuesto…cosa que le daba un plus.
Lanzó un suspiro, estaba exhausta y es que Junsu prácticamente la había drenado. Abandonó la habitación y se dirigió al living donde lo esperaba su cómplice, sentado frente al fuego de la chimenea. Hace años que estaban juntos en esto…él la convirtió cuando sólo era una adolescente llena de vida…tal como aquel joven y desde ese momento, se habían dedicado juntos a la caza de mortales con características específicas.
“Dragan” susurró al acercarse. Él se dio vuelta a mirarla, esbozando una sonrisa y haciéndole una seña para que se acercara
“¿Has terminado?” le preguntó. Sus ojos, de un color blanco intenso, se clavaron en su figura mientras se acercaba a él, sentándose en el suelo y descansando su cabeza en su regazo
“Si…está hecho” respondió, relajándose al sentir sus largos dedos acariciar toda su cabellera
“Buen trabajo. No hay tiempo que perder…mañana lo entrenaremos y luego debemos preparar las cosas para la subasta. Ya he avisado que has capturado uno bueno y hay bastantes interesados” Dragan lanzó una risita. Sivela era una muy buena en lo que hacia, no había ningún mortal que se le resistiera y en todos estos años habían hecho una fortuna vendiéndolos.
Siempre supo que ella era especial…desde el primer día que la vio, saliendo de su casa casi a medianoche, con el pelo enmarañado y llena de sueños…en ese mismo instante supo que ella le pertenecería…y que él la haría su compañera para toda la eternidad.
“¿No podemos…reconsiderarlo? Es sólo que…él tiene talento y estoy segura que podría ayudarnos” le dijo algo insegura. Al convertir a Junsu ella había sentido algo especial, como si él fuese distinto a los demás, y sentía un enorme impulso por no dejar que se lo llevaran
“No me digas que te has encariñado con el chico” espetó Dragan con algo de molestia. Ella levantó su cabeza de su regazo y lo miró apesadumbrada, encogiéndose de hombros
“Llámalo instinto o como quieras, pero siento que no debemos dejarlo ir” susurró, agachando la mirada
“Sivela” Dragan lanzó un suspiro y llevó una de sus manos hasta su rostro, acariciando suavemente sus mejillas. “Siempre has tenido un instinto maternal y te encariñas fácil con tus nuevos hijos, pero debes entender que estamos haciendo un negocio y no podemos cancelar”
“Si, tienes razón…cancelar seria inconcebible” sus ojos se cerraron, disfrutando el contacto y luego sintió los labios de Dragan sobre los suyos, dándole un suave beso
“Vamos a dormir, ya casi está amaneciendo” le dijo, incorporándose y ofreciéndole su mano. Sivela la tomó y ambos se dirigieron a sus aposentos.

Junsu abrió los ojos y deseó con todas sus fuerzas que los eventos que había experimentado hace algunas horas atrás hubiesen sido producto de una horrenda pesadilla…pero al percatarse de que se encontraba en la misma habitación no pudo evitar lanzar un grito de frustración.
Llevó sus manos a su rostro y lo primero que llamó su atención fue el color pálido de ellas. Con horror, levantó los ropajes de su cuerpo y se dio cuenta que toda su piel llevaba el mismo color pálido, tan pálido como la nieve…
Trató de incorporarse y fue en ese entonces que sintió una punzada de dolor en su labio inferior; sus manos automáticamente se situaron en su boca, palpando sus dientes y percatándose, con más horror aún, que sus caninos se habían convertido en filosos colmillos.
“Veo que ya te has dado cuenta” la voz nuevamente provino desde las sombras. Junsu dirigió la mirada y vio a Alexandra parada en la habitación junto con otra persona
“Oh, Dios… no me digan que ahora soy uno de ustedes…” musitó, volteando a ver al extraño ser junto a ella
“Eres un Vampiro al igual que Sivela y yo” le dijo él, saliendo de las sombras para que Junsu pudiera verlo mejor. Llevaba un abrigo largo y sus ojos eran de un blanco tan intenso que llegaban a resplandecer.
“¿Sivela?” preguntó Junsu algo extrañado y la observó salir de las sombras, acercándose a él
“Si, ese es mi verdadero nombre…y él es Dragan” susurró, acariciando sus cabellos. Junsu trató de hacerle el quite, pero ella rápidamente lo tomó del brazo
“D-Déjame…quiero volver a casa” murmuró agobiado. No sabía como iba a enfrentar esta nueva condición y sinceramente todo lo del vampirismo lo aterraba, pero aun siendo vampiro y todo lo único que quería era volver a su hogar.
“No puedes. En este momento no lo ves, pero cuando te ataque la sed…podrías matar a toda tu familia, por eso debes quedarte con nosotros…te enseñaremos a controlar tus impulsos” Junsu escuchó sus palabras con horror. La frase ‘matar a toda tu familia’ le provocó escalofríos así que sólo asintió, derrotado. Quizás ellos podrían enseñarle a controlarse y luego lo dejarían ir…
Sivela tomó su brazo, guiándolo hacia la ventana. Junsu observó que Dragan los seguía y en menos de un segundo ambos saltaron hacia fuera, aterrizando sobre un tejado.
“Vamos Junsu, inténtalo” le dijo ella y su voz resonó en la oscuridad de la noche. Decidió que era mejor hacerles caso, así que se armó de valor y saltó con todas sus fuerzas, brevemente aterrizando juntos a ellos. La rapidez con que la pudo saltar lo sorprendió e inmediatamente ellos comenzaron andar, saltando de tejado en tejado. Junsu los siguió y continuaron así hasta que llegaron a una solitaria azotea de una casa. Abajo en un callejón se encontraba un vagabundo durmiendo. Se quedó algo absorto mirándolo desde las alturas, aunque estaba lejos, Junsu podía oír el sonido pausado de su respiración y si se concentraba…incluso podía escuchar su latido cardiaco. Sintió la mano de Sivela nuevamente aferrarse a su brazo mientras se acercaba a susurrarle al oído
“Para poder vivir…debes alimentarte de sangre” se estremeció al escuchar sus palabras. Girando su rostro para mirarla, completamente inseguro de cómo proceder…
“P-Pero…yo no soy ningún asesino” musitó, agachando la mirada y ante esto ambos se echaron a reír
“No lo mataras, sólo beberás un poco de él y luego lo dejaras. Te enseñaré” le dijo ella y prácticamente lo jaló hacia abajo, aterrizando suavemente en el suelo junto con él.
“Ahora, escúchame atentamente porque aprender esta lección será clave para tu desempeño como vampiro” ella lo miró intensamente y Junsu sólo atinó a asentir mientras la observaba acercarse al vagabundo. Sus labios descendieron hasta su boca y la observó lanzar su aliento hacia él.
“Lo primero que debes hacer antes de alimentarte de alguna victima humana es sedarlo, esta es la clave para que los mortales no se den cuenta de tu condición” Junsu la miró completamente confundido y ella lanzó un suspiro
“No me mires así, es bastante fácil…solamente debes concentrarte en dormirlo y rociar tu aliento sobre su rostro. Ahora no puedes hacerlo porque no te has alimentado, pero una vez que lo hagas si podrás” asintió y la dejó continuar con sus instrucciones
“Muy bien, ahora acércate” le dijo, extendiéndole su mano. Él la tomó y ella lo acercó hasta el vagabundo
“Quiero que uses tus uñas para hacerle una pequeña incisión en el cuello” los ojos de Junsu se abrieron como dos platos al escucharla, pero ella sólo resopló, mirándolo con fastidio
“Confía en mi…no lo mataras ni nada, sólo hazlo” dijo y él la miró bastante inseguro, pero finalmente se decidió y acercó sus uñas hasta su cuello; inmediatamente le llamó la atención lo cristalinas que se veían y notó que ahora tenían forma puntiaguda. Fácilmente las deslizó por el, mirando con fascinación como la sangre comenzaba a brotar de la herida.
“Junsu, escucha con atención. Tu nueva condición te guiara fácilmente a tus victimas, pero debes procurar ser breve y lo más importante de todo…por más delicioso que te resulte el festín, debes detenerte cuando sientas que el corazón de tu victima comienza a latir con menos fuerza. Luego debes humedecer tus dedos y deslizarlos por la herida, de esa forma sólo quedara una roncha…tal como si a la persona lo hubiese mordido un bicho o algo por el estilo. Esta técnica es la clave para nuestra sobrevivencia aquí y nunca debes olvidarla, porque si desangras a un humano hasta la muerte…ellos te perseguirían hasta matarte. Ahora…si te ha quedado claro, pon en practica lo que te he dicho”
Escuchó atentamente sus palabras, tratando de grabarlas en su mente a pesar de que no entendía a quienes se refería con la palabra ‘ellos’. Sus ojos se volvieron a posar en la herida y la sangre comenzó a llamarlo, ejerciendo un efecto hipnótico en él. Casi por instinto sus labios se pegaron a la herida, comenzando a succionarla.
Una sensación de profundo placer lo invadió por completo, haciéndolo beber con más fuerza, desesperado por probar más. La sangre…lo hacia sentir vivo, poderoso…como si le estuviesen inyectando una descarga de energía y fue en ese momento que se percató del latido cardiaco del vagabundo. Era un sonoro gong resonando dentro de su cabeza, pero cuando bebió con más intensidad el sonido comenzó a hacerse más leve. Recordó las palabras de Sivela y abruptamente se retiró de él, lamiendo sus dedos que aún estaban manchados de sangre.
“Bien…muy bien, tal como lo suponía eres un buen aprendiz. Sólo te falta lo último” asintió y llevó sus dedos a su cuello, deslizándolos por la herida. En menos de un minuto observó que la herida comenzaba a enrojecer y adquiría el aspecto típico de una roncha.
“Veo que ha captado la idea” la voz de Dragan lo sobresaltó e inmediatamente se retiró de su victima
“Si, aprende bastante rápido” le respondió ella, lanzándole una sonrisa
“Sivela…es hora” dijo. Junsu observó como Sivela lentamente se le acercaba, mirándolo con una expresión extraña
“¿Hora de qué?” preguntó y comenzó a inquietarse cuando la vio acercarse más a él, deteniéndose cuando estaba a pasos de su rostro
“Lo siento…” susurró. Junsu trató de retroceder, pero inmediatamente notó que Dragan se había posicionado detrás de él, tomándolo por los brazos y evitando así su escape. Sivela lentamente acercó su rostro al suyo, rociando su tibio aliento sobre su rostro y provocando casi al instante que perdiera la consciencia.


~o~
N/A: Koiko reportándose para presentarles mi segunda historia C: siempre me emociono cuando empiezo un nuevo proyecto de historia :D
Bueno…la historia en si será una mezcla de muchas cosas y aspectos, porque quiero que mis personajes sean dinámicos y tengan algo especial, así que bueno…espero que me sigan n-n
Otra cosa, será larga, de hecho ya tengo varias paginas escritas y tratare de actualizar las dos veces al mes si el respaldo de mis lectores me acompaña x) después de todo el apoyo y las opiniones son fundamentales para cada autora, eso nos incita a seguir escribiendo y a mejorar ^^
Bueno es eso, espero que les haya gustado este primer capitulo y no duden en escribirme aunque sea para decir “lo odio” xd toda opinión cuenta ^^
~Koiko.

5 Comentarios:

  1. Encontré tu nuevo fic jaja :D paseando por las actuas el HoSu llamó mi atención y que bueno que pondrás JaeChun porque es mi una de mis favoritas :D
    Nuevamente me fascina tu redacción, ojala yo pudiera escribir tan bien u-u pero bueno! me agrada como comienza asi que siguelo pronto! ^^

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  2. Leí HoSu y JaeSu (mi 2da pareja favorita)...y me meti :D
    Sabía que eras vos koiko XDD como prometiste, una nueva historia jajaja y yo seré tu fiel seguidora en esta también :D
    Tienes face? me gustaría hablar contigo :D el mio es MeryJiYool :3

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  3. Esta muy bueno este inicio WOW!!!!
    Me he quedado prendada a tu fic n_n
    Siguelo pronto...las pafrejas mensionadas me llaman mucho la atencion WAAAA!!!!

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  4. Aigo!!!

    Bueno apenas voy leyendo el primer capo y me encanto : ) es genial y Junsu wow! si a mi tambien me dejaron con la incognita de quienes son "ellos" waaaa seguire con el prox. capo hahaha xD muy bueno

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  5. AthenaKei1/03/2013

    Wow... Es perfecto. Quedé prendada en este fic! A medida que fuí leyendo me sentí parte de la historia. Me encantó! *O* Por favor, continúa escribiendo! Es un placer leerte!

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