Yoochun sabía que no podía rechazar ese papel, lo sabía con la certeza con la que sabía que la comida de su madre era la mejor de Corea o que no existía nadie más atractivo que Milla Jovovich en todo el mundo. El guión era impecable, y el director que dirigiría la película, Kwang HyeJun era el más famoso de toda Asia en ese momento. Además, sería su primera película: atrás quedarían los días de cochambrosos doramas de bajo presupuesto. Park Yoochun, el actor revelación de 2014 les demostraría a todos lo mucho que valía y que tenía la talla de actores como Lee Minho o Park Shinhye, o incluso podría llegar a Hollywood y codearse con las más grandes estrellas. Y sin embargo… ¿Por qué el maldito guión tenía que ser… así?
Lo había leído y releído mil veces, emocionado, y le convencía completamente. La historia era potente, fresca y brillante. Divertida. Y encima el papel le iba que ni pintado, de no ser porque… su personaje era homosexual. Gay. Maricón. Y mil formas más de llamarlo, aunque ninguna encajaba bien en su boca. Si aceptaba ese papel, ¿qué pensarían de él su madre y sus amigos? Jaejoong y Heechul, con quien se había metido siempre por afeminados, se reirían de él hasta que se quedaran sin voz. Si su padre levantara la cabeza lo desheredaría, de eso estaba seguro.
Se encontraba en un dilema moral. No es que a él le molestaran los maricones, siempre había sido una persona muy abierta de mente, pero una cosa era eso y otra muy diferente era comenzar a sus veintiocho años a besuquearse con hombres. Porque sí, su personaje tenía varias escenas de besos y… sexo. Ni siquiera sabía cómo iban a permitir que eso se estrenara en Corea, por el amor de Buda. Y cuando la gente lo viera así en pantalla, comenzarían a pensar que era gay y a reírse por lo bajo. Ya no lo invitarían a los eventos sociales y quedaría relegado al olvido solo por interpretar a ese personaje.
Bueno, tal vez estaba exagerando un poco, pero el caso es que no sabía si confirmar su aparición en esa película. ¿Debía arriesgarse o echar todo por la borda? Tal vez surgirían más oportunidades, pero ninguna tan buena como esa… En ninguna otra película sería el protagonista, ningún otro guión lo convencería tanto como ese…
Así que, media hora después, tras reflexionar tanto que su mánager temió que comenzara a salirle humo de las orejas, llamó a Kwang HyeJun para aceptar el papel protagonista en su próxima película.
*
Yoochun era un actor de método. Él no era la clase de persona que simplemente se limitaba a leer el guión y practicar sus escenas, sino que le gustaba meterse en el papel hasta el fondo. La vez que había hecho de artista de rock había aprendido a tocar la guitarra e incluso había dado clases de canto y baile; cuando le había tocado interpretar a un príncipe de la era de Joseon, había asistido a clases de historia, esgrima, e incluso de postura y etiqueta; así que ahora que iba tener el papel de chico gay, no iba a ser menos.
Aquella misma noche, con gran decisión y tapado hasta las cejas, decidió meterse de lleno en eso del mundillo gay yendo hasta uno de los barrios gay más famosos de Seúl, Jongno. Realmente, no había sabido de la existencia de aquel lugar hasta que se le había ocurrido mirar por Google, y no había encontrado ni un artículo en coreano acerca del lugar, o al menos que hablase bien de él, tuvo que desenvolverse entre guías turísticas en inglés para extranjeros. Por suerte para él, había vivido durante varios años en Norteamérica, así que logró llegar al lugar sin mayor problema, algo nervioso por si alguien le reconocía, o peor aún, a alguno de aquellos tipos se le ocurría meterle mano.
Mientras buscaba algún bar donde meterse, se fijó en el ambiente que tenía el barrio. Sus ojos miraban a todas partes, buscando algún posible peligro. Por todas partes, había parejas tomadas de la mano, parejas de hombres, o de mujeres con pintas poco femenina. Sin embargo, también de chicas normales y corrientes, e incluso de chicos y chicas. Aquello le hizo fruncir el ceño, ¿no se suponía que aquel era un barrio para maricones?
Finalmente, no queriendo arriesgar más su trasero, nunca mejor dicho, entró en un sitio llamado Bar Friends solo por el nombre. En la entrada había una de esas banderitas de colores tan llamativas y gays que solo había visto en América o por la tele, pero era lo único que denotaba el público al que iba dirigido el bar, pues no estaba decorado, tal y como esperaba, con boas rosas y purpurina. De hecho, era un local normal y corriente. La luz era tenue y estaba elegantemente decorado, dándole un aire acogedor e íntimo. Yoochun no tardó mucho en acostumbrarse al ambiente, donde las parejas o los grupos se sentaban en pequeñas mesas, charlando y riéndose tranquilamente y no había nada de aterrador.
Se sentó en uno de los taburetes frente a la barra, y enseguida un joven barista se acercó a atenderle. Tal vez tanto marica alrededor ya empezaba a afectarle, pero al primera palabra que se le vino a la mente al verlo fue “atractivo”. El chico apenas rondaría los dieciocho y era alto y estilizado, vestido en pantalones negros ajustados y una simple camiseta blanca con el nombre del local. Tenía el pelo bastante largo, probablemente para ocultar las prominentes orejas que podía ver incluso con la mata de cabello cubriéndolas, los ojos grandes y aniñados y la boca roja, con labios gruesos, además de una fina nariz, larga y afilada. En cuanto lo vio, esbozó una sonrisa que, a la legua podía verse, era bastante forzada, y el hombre se preguntó si era porque el chaval había tenido un mal día o porque no quería estar allí. Tal vez el chico era hetero y no había tenido más opción que trabajar allí de barista, ¿quién sabe? Así que por razones completamente estúpidas, decidió averiguar más sobre él.
-¿Qué desea tomar? –preguntó el joven amablemente, mirando con algo de extrañeza las gafas de sol que Yoochun llevaba en el interior del oscuro local.
-Yo… eh… Quiero un gin-tonic-balbuceó, no muy seguro de si aquello era algo que un gay pediría, pero que esperaba averiguar con el paso del tiempo.
-Claro, ahora mismo. Y le aconsejo que se quite las gafas de sol o se quedará ciego –comentó el contrario antes de darse la vuelta para prepararle lo que había pedido.
El hombre sonrió avergonzado al recordar que aún las llevaba puestas y se apresuró a quitárselas, esperando que la capucha y la oscuridad del sitio fueran suficiente como para ocultar su rostro. Por suerte, el joven barista no pareció darse cuenta de quién era, ni siquiera le estaba prestando mucha atención, parecía más ocupado en escudriñar un rincón del bar mientras se mordía el labio repetidamente, con el ceño fruncido. Yoochun trató de concentrarse en beberse el líquido que llenaba su vaso y debía admitir, estaba bien preparado, mejor que muchos que había tomado en locales VIP, pero acabó dirigiendo su mirada hacia donde la del chico. Debía admitir que la escena lo chocó, pues esta era la primera vez que veía besarse a dos hombres con tanta… vehemencia.
Desde aquella distancia era casi imposible distinguir sus rostros, pero el chico parecía conocer, sino a ambos al menos a uno de ellos, y Yoochun no pudo evitar que la curiosidad lo invadiese. Sin embargo, sabía que no podía ser tan indiscreto. Chasqueando la lengua, decidió usar sus habilidades como actor para tratar de averiguar lo que ocurría, así que apoyó su codo en la barra con un suspiro exageradamente dramático. De inmediato, el barista alzó una ceja, cenntrando su atenció en él.
-¿Le ocurre algo?- preguntó, de inmediato poniéndose en el papel de paño de lágrimas que un buen barman debía representar, pero casi al instante su rostro cambió a uno de completo asombro.- ¿Pero no es usted Park Yoo…?
En el mismo momento en que el chaval abrió la boca el actor se arrepintió profundamente de haberse quitado las gafas, así que, sin opción alguna, levantó la mano para taparle la boca al otro. Por suerte, nadie parecía haberlo oído, y él suspiró, llevándose de inmediato un dedo a los labios para que mantuviera la boca cerrada, retirándola cuando el otro asintió con la cabeza. Con el pulso a mil decidió que ya había tenido suficiente de maricones esa noche y se levantó de un salto, dejando unos cuantos billetes en la barra antes de salir precipitadamente del bar, colocándose las gafas como método de protección. Estaba tan avergonzado que las mejillas le ardían como pequeñas llamas, y agradeció el frío del exterior para hacer bajar el calor que le cubría la piel y la hacía ponerse rojo. ¿Quién le mandaba a meterse allí dentro? Sabía que era peligroso, que su reputación podía irse a la mierda, y si el barista se iba de la lengua…
Como si lo hubiera invocado, el susodicho apareció a su lado, haciéndolo sobresaltarse. Temiéndose lo peor, se llevó las manos al pecho de forma defensiva.
-Mira, sé que es extraño que yo esté aquí, ¡pero te juro que no es lo que parece!
El joven lo miró con cara de no creérselo, soltando una risilla por su reacción.
-Vamos, no me sea así, que yo no pienso mal de usted por haber venido aquí… Todo el mundo tiene derecho a que le guste lo que le dé la gana, ¿no?
-Pero es que a mí no me gustan los hombres. ¡Yo no soy maricón! –exclamó, tal vez con demasida fuerza, pues rápidamente se ganó algunas miradas reprobatorias de algunos tipos que pasaban por allí, y había que admitir que no tenían una pinta muy amigable.
-Entiendo… -el tono de voz del muchacho se había vuelto algo sombrío, probablemente por el insulto que había salido de sus labios, y debía admitir que se arrepentía terriblemente de esto- ¿Y si no es “maricón”, qué demonios hace aquí?
Y sin saber cómo, Yoochun se encontró contándole su vida a un casi desconocido, y el por qué estaba allí a pesar de que sus tendencias sexuales no tenían nada de invertidas. Changmin –así se llamaba el muchacho- al principio se mostró un poco incrédulo, pero no tardó en comenzar a reírse de él, con carcajadas demasiado exageradas, cabe decir.
-O sea, ¿Qué estás aquí, en Jongno, porque tienes que interpretar a un gay? –preguntó con los ojos y la boca muy abiertos en otro casi ataque de risa.- Debo decir que eres un idiota. Y de los grandes. –le espetó de forma insolente, rodando los ojos y dejando al actor escandalizado.
-¿¡Qué?! ¿¡Por qué?! Explícate, mocoso.
-A la gente como tú no vale la pena explicárselo –bufó, negando vehementemente con la cabeza.- Sin embargo, creo que ambos podemos beneficiarnos de este asunto.- ante aquello último, el contrariolo miró con atención- Verás, necesito que un chico se fije en mí. Él… es el amor de mi vida, simplemente, aún no sabe que existo porque solo se lía con chicos con pareja. Así que tú –lo señaló con el dedo, olvidando su condición de más joven y de hoobae y que estaba tratando con una persona conocida, o a lo mejor pasándose por el forro este hecho- vas a fingir ser mi novio.
-¡Pero eso es imposible! ¡Tengo una imagen que mantener! ¿Vale?-espetó, casi histérico al imaginarse el tener que proclamar su relación con un tío a todo el mundo.
-Tranquilo, no se tiene por qué enterar nadie más que quien yo te diga –Changmin sonrió con cierta petulancia- Con que se corra un poco el rumor de que salgo con alguien como tú, él se acercará a mí, y cuando yo lo tenga en mis redes podrás desmentirlo todo si te surge algún problema, además de que yo lo confirmaré si es necesario. Y a cambio… Yo te enseñaré todo lo que necesites saber para preparar tu papel, así matamos dos pájaros de un tiro, ¿te parece?
Yoochun sopesó sus posibilidades durante unos segundos. Si se negaba, tal vez el barista anunciara su estancia a todo el mundo, y bien sabía que aquello no le convenía. Además, era cierto que le venía bien tener a un verdadero gay ayudándole para el papel, así que finalmente optó por asentir, suspirando levemente por ello, pero ganándose una enorme sonrisa el muchacho.
-Genial, te aseguro que no te arrepentirás. Bueno, tengo que volver al trabajo, espero verte mañana, Por cierto, me quedo con el cambio como propina, ¿te parece? –exclamó antes de salir corriendo, mostrándole dos billetes de dudosa cantidad, probablemente algo desorbitado para un gin-tonic, y guiñándole un ojo. Y Yoochun se quedó allí, sin tener muy claro si sus decisiones de vida habían sido las correctas y sin la más mínima idea de qué línea del metro coger para volver a casa.
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estuvo fantástico el capitulo pobre yoochun no sabe en lo que se va a meter y teniendo a min todo va ser un caos esperamos el próximo no tardes gracias.
ResponderEliminaramo los Yoomin!! y espero mas ok? porque el comienzo fue muy bueno!! gracias
ResponderEliminarYyyyyyyy se va a quedar así yo quiero massssssss un poco de acción tampoco estaría mal jeje poeta contiiiiiiiiii
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