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Love is a Force of Nature. Cap 34

“Dirección”

Cuando todo lo que realmente estoy haciendo
Es tratar de esconderme…
Y mantenerlo adentro
Y llenarlo con mentiras
¿Abrir mis ojos?
Quizás desearía poder intentar…
 [Where is Everybody? – Nine Inch Nails]


Junsu despertó de súbito al sentir unos fuertes brazos aprisionar su cintura y un cálido aliento golpearle la piel del cuello. Abrió los ojos en sorpresa sólo para encontrarse con el cuerpo de Yunho estrechándolo con fuerza y le sonrió, girando su cuerpo en su dirección para poder mirarlo a los ojos.

“Yunho” le susurró al rodear los brazos por su cuello, apegándose a él. “Dios…siento como si no nos hubiésemos visto en años”

“Dímelo a mí” Yunho dejó descansar su frente contra la suya, suspirando contra su rostro. “Aun estoy perplejo cuando Hina me contó que sólo estuve lejos una semana siendo que yo sentí como si hubiesen sido años”

“Lo sé” Junsu se apegó más a su cuerpo, sintiendo su torso chocar contra el suyo en búsqueda de la cercanía. “Unos días más y estoy seguro que me habría vuelto loco”

Yunho le sonrió, lentamente volviendo a reunirse con sus labios luego de tortuosos días de espera. El beso fue dulce, suave; ambos disfrutando del roce y volviendo a reacomodarse. Junsu enredando los dedos en los largos mechones, sorprendiéndose ante la nueva apariencia de Yunho.

“Te tardaste demasiado” Junsu murmuró entre besos. Yunho lo dejó hablar, ya sabía que Junsu era una persona conversadora y tenía que admitir que había extrañado hasta sus reproches. “La semana entera y luego con Hina… ¿Qué es lo que quería?”

La expresión del rostro de Yunho se tornó sombría ante la pregunta, su reciente conversación con Hina acechante en su cabeza y todo lo que significaba. ‘Junsu no fue aceptado y tu lobo sigue aullando por la Sangre de tu Sangre’. El eco de la voz del lobo de fuego llegó hasta su mente como un recordatorio infernal de su situación actual. No, definitivamente no podía hablar de aquel tema con Junsu…estaba bajo control de todos modos, así que prefirió contarle lo que Hina le había comentado camino a la madriguera. Se separó un poco de sus labios para mirarlo a los ojos, lanzando un suspiro.

“Las cosas están realmente complicadas en la superficie. Hablé con Hina y ella me comentó de la gravedad de la situación, los ataques a los híbridos se han incrementado y me aterra saber que ha habido muertes a pesar de la ventaja que les llevamos en fortaleza. Por lo visto, Changmin les ha ordenado a ambos líderes de las comunidades la persecución de los híbridos, cosa que antes estaba limitada. Yo sé de lo que son capaces; los lobos al mando de Siwon son los más sanguinarios de todos y no van a descansar hasta terminar la masacre, sin importar que se pierdan vidas de su manada en el transcurso de ello. Heechul…y el sur, por su parte tan sólo hacen el trabajo rápido y preciso, raramente matan por el gusto de la cacería…pero como es una orden de Changmin están cazando híbridos igual. Se está complicando, Hina dice que los híbridos que están saliendo o han vuelto heridos o simplemente han muerto. Podremos ser más fuertes que ellos pero nos superan en número y son disciplinados, se están organizando y nos van a acabar…y como si fuera poco, la cosa se pone aún más negra. Jaejoong es uno más de los siete de la Orden, y por lo visto también repudia a los híbridos. Está reclutando vampiros mercenarios para las noches. Aparentemente el primer objetivo es acabar con la mezcla y luego atacarse los unos contra los otros”

Junsu escuchó a Yunho en silencio, dedos acariciando los largos mechones castaños de su cabello para tratar de relajarlo. Él ya sabía que la situación arriba estaba difícil y por lo visto las cosas se les pondrían aún más difíciles ahora que todo el mundo se estaba volcando en su contra.

“Supongo que guiar a la tribu a la superficie ahora no es el mejor plan” Junsu le susurró ante la mirada agobiada de Yunho.

“No, el discurso fue tan sólo para ganarnos su confianza. Ahora que estamos al tanto de lo complicado que está el panorama afuera hay que cambiar de estrategia” ambos ojos disparejos brillaron en determinación ante lo que su mente estaba craneando.

“A juzgar por tu expresión, diría que tienes un plan” Junsu le sonrió, leyéndolo cual libro.

“Lo tengo, y aún estoy sorprendido de la capacidad de aquella mujer maldita para prever el curso de las cosas. ¿Recuerdas nuestra primera conversación? Ella ya nos estaba dando las direcciones que debíamos tomar, sólo que yo pensé que podríamos alzarnos en un levantamiento directo. Jamás se me pasó por la cabeza que en tan poco tiempo se iniciarían las acciones en nuestra contra”

“Era de esperarse, si remeciste a todo el mundo con semejante incendio en el bosque. Hina decía que hasta los espíritus de los muertos susurraban tu nombre, como si tú llevases su bendición” Junsu comentó, llevando una de sus manos a su rostro y acariciándolo suavemente.

“Me pregunto si alguna vez dejarás de sorprenderme” le sonrió cálidamente y se acercó a darle un nuevo suave beso. Sus lenguas se encontraron en un vaivén de caricias que rápidamente ganó velocidad. Yunho podía sentir como Junsu comenzaba a encenderse y mordió su labio inferior tentativamente al romper el beso por falta de aire, causando que ambas orbes platinadas se oscurecieran en la búsqueda por mucho más…

“Espero jamás dejar de hacerlo” Yunho reflejó su sonrisa, y consideró en volver a atacar los labios de Junsu y fundirse dentro de su cuerpo sin decirle nada acerca del nuevo plan que los tendría lejos de nuevo.

‘No, no sería justo’…se reclamó mentalmente y decidió hablar de una vez por todas antes de arrepentirse. Estaba la posibilidad de que la nueva noticia matara el clima, pero aun así no podía guardárselo por siempre, teniendo en cuenta que ya le estaba escondiendo a Junsu una perturbación de su primer rumbo. De todas formas, Yunho podría convencer a Junsu a rendirse ante su tacto. Si…quizás eso no sería tan difícil después de todo.

“Me voy mañana, al alba…” Yunho murmuró de súbito y Junsu casi creyó no haberlo escuchado.

“¿Disculpa?” Junsu abrió los ojos de par en par, el balde de agua fría empapándolo por completo. “No te estoy siguiendo…hace sólo un rato nos estábamos besando y ahora me dices que te vas… ¿Mañana? ¿Es en serio?” Yunho observó a Junsu sulfurarse; sus manos soltando el amarre que tenían en su cuello para mirarlo con seriedad y el ceño fruncido.

¿Qué diablos era esto? Yunho simplemente no podía hablar en serio, no después de lo mucho que Junsu sufrió ante la agonía de estar separado de su lado.

“No tengo otra opción, la situación no puede extenderse más o de lo contrario lamentaremos muchas más muertes de las que ya ha habido. Tengo que viajar al sur y al norte para hablar con ambos líderes, tengo que convencerlos de que seguir a Changmin sería seguir justificando muertes y peleas que no tienen ningún fundamento cuando vivir abiertamente con un buen tratado es la solución”

“No Yunho, no de nuevo…” Junsu cerró los ojos, sus puños cerrándose mientras las lágrimas se acumulaban en su garganta. Las emociones vivas y a flor de piel al saber que lo perdería de nuevo…al saber que no podría retenerlo, que Yunho nuevamente se iría y quizás por cuánto tiempo. Pero tenía la razón, Yunho tenía razón y probablemente era el único capaz de persuadir a ambos líderes. Aun así…Junsu estaba muriendo al saber que Yunho se marcharía de nuevo y lo dejaría tan sólo con su esencia impregnada en las sabanas como consuelo, y el eterno miedo por lo que podría pasarle en tierras tan ajenas a él.

“Junsu” Yunho le insistió, posando las manos en su rostro. “Mírame Junsu, sabes que voy a volver”

“¡¿Y cómo puedes estar tan seguro?!” Junsu estalló, las emociones surgiendo y hablando por él; todos sus miedos volcándose contra Yunho. “¿Q-Qué…qué pasa si…son más fuertes y te hacen una emboscada? ¿Qué pasa si te ponen una trampa para venderte a Changmin? No, Yunho…no me hagas volver a separarme de ti, yo voy a ir contigo”

Sus ojos centellaron en determinación. Yunho lanzó un suspiro al observar ambas orbes vidriosas ante las sangrientas lágrimas que Junsu estaba tratando de contener. Se acercó a su cuerpo y lo envolvió en su abrazo, tratando de transmitirle toda la seguridad del mundo en el.

“No puedo llevarte conmigo porque tú también debes partir”

“¿Qué?” Junsu luchó contra el amarre, tratando de liberarse, pero eventualmente cediendo al sentir las cálidas manos de Yunho en su espalda, su palma trazando lentos círculos para calmarlo.

“Tienes que ir en búsqueda de Yoochun. Sólo él puede darte las respuestas que ambos necesitamos para descifrar el misterio que es Jaejoong y su verdadera conexión con Changmin”

Junsu se quedó en silencio, meditando la nueva información. Desde el principio supo que su lucha por el amor de Yunho lo llevaría a enfrentarse con millones de complicaciones, y ahora era el momento de demostrar que realmente estaba dispuesto a luchar contra viento y marea por ser feliz a su lado. Sabía que viajando al mundo de los mortales correría el más alto riesgo a ser descubierto; estaba consciente de las organizaciones de vampiros sanguinarios leales a la Orden que darían lo que fuera por tener su cabeza en una bandeja de plata si eso significaba reconocimiento. Yunho también ya había sacrificado incluso el bienestar de su hermana en la lucha; de pronto Junsu comenzó a sentirse culpable al haberlo cuestionado. Esto era por su futuro y debía dejar de lado su egoísmo de niño…

“Lo siento” murmuró de súbito, subiendo el rostro para refugiarlo en su cuello. “No debí haberme exaltado cuando el nuevo plan es por el bien de ambos”

“Descuida” Yunho en un sólo movimiento lo hizo acomodar para que Junsu quedara sobre su regazo, buscando el contacto. “Sé que estás alterado a causa de nuestros días de ausencia. Créeme…que para mi fueron un verdadero infierno”

“En más de un sentido, supongo” Junsu señaló al bajar la mirada y observar las cicatrices de quemaduras que adornaban ciertas partes del torso de Yunho. Silenciosamente, Junsu delineó las heridas con sus dedos, casi como si pudiese revivir el encuentro y la lucha. Sintió el escalofrió recorrerlo al darse cuenta que probablemente las heridas no desaparecerían; Yunho debió haber sufrido toda la cuota de su vida encerrado en aquella oscuridad…

“No se irán” Yunho le dijo, casi como si hubiese leído sus pensamientos. “Son heridas hechas por mi propio fuego, permanecerán en mi piel hasta que muera”

“Bueno…” los ojos de Junsu adquirieron el destello provocativo, oscureciéndose al sentir el reprimido deseo saliendo a la superficie. “Si no se irán lo menos que puedo hacer es hacerte sentir mejor” Junsu descendió el rostro al nivel de su torso, animado por los ojos disparejos de Yunho que comenzaron a oscurecerse ante sus nuevas intenciones.

“No quiero hablar más de guerras” Junsu le dijo al delinear una larga cicatriz que se encontraba en la mitad de su abdomen con su lengua y lentamente subiendo hasta hacer contacto con sus ojos. “Sé lo que vendrá y lo que tendremos que hacer, pero por ahora Yunho….olvidémonos de todo aunque sea por un momento y sólo ámame, ámame como si el mañana no existiese porque sé que cuando despiertes… no sólo tendrás mis expectativas sobre tus hombros, sino también las de toda tu gente”

Yunho tuvo que contener las ganas de llorar, sus palabras conmoviéndolo hasta el alma y volviendo a refirmarse que lucharía la vida entera por Junsu, su vampiro, su amor y su unión todas las veces que fuese necesario con tal de salir adelante. Yunho atrapó sus labios como si estuviese famélico, lanzando un ronco gemido al hacer contacto con su lengua; y es en esa caricia, y con sus frías manos acariciando la piel de su torso, que Yunho quiere creer en la fuerza de su unión, quiere creer que será suficiente para fusionarlos a pesar de que su lobo interno no lo haya aceptado. Es Junsu la persona con la que quiere rehacer su vida, es por él por quién está luchando hasta incluso contra su naturaleza…y es por vivir en paz a su lado por lo cual quiere luchar por el cambio, brindándoles a los híbridos la libertad para que salgan de la represión. Sin importar cuántas vidas tenga que tomar en el transcurso de ello…




Junsu jadeó contra sus labios cuando Yunho palpó la suave piel de sus glúteos con fuerza, la urgencia por sentirlo comenzando a desesperarlo. Sintió su ardiente erección presionada con fuerza al trepar a su regazo, el beso tornándose agresivo y desesperado. Yunho lo cogió por las caderas y lo presionó aún más contra su cuerpo, el abrupto gemido ahogado entre sus labios. Junsu rompió el beso y fue directo a la piel de su cuello; la voraz sed de sangre y la lujuria nublando cada uno de sus sentidos. Delineó toda la vena yugular de su cuello con su lengua y luego fue descendiendo nuevamente el rostro hasta su torso. Succionó y lamió sus clavículas, sonriendo al sentir los pequeños gemidos que Yunho dejaba escapar cuando su parte trasera rozaba contra su erección en un deslizamiento suave, tentativo. Descendió un poco el trayecto de sus besos hasta el nivel de sus pectorales, rozando tan sólo sus labios por ellos. Yunho arqueó las caderas hacia arriba, desesperado por el contacto, y Junsu sintió sus colmillos alargarse en su lujuria por sangre. Se los enterró violentamente, la piel desgarrándose y la sangre invadiendo su boca a borbotones. Yunho dejó caer la cabeza hacia atrás, un raspado quejido escapándose de sus labios al sentirlo alimentarse y luchando por acallar el rugido de protesta de su bestia que hizo eco por su sistema. Junsu gimió agudamente al sentir la ardiente sangre volver a nublar cada uno de sus sentidos, sin embargo mientras continuaba succionando, su visión de un segundo a otro se oscureció y fue invadido por un torbellino de imágenes que aturdieron su mente. Junsu vio a Yunho pelear: observó su forma de lobo y su pelaje blanco incandescente contratacar contra un enorme lobo negro cuyo pelaje estaba hecho de fuego oscuro. Lo vio caer, y caer, y luego volver a levantarse. Vio las mordidas y quemaduras que aquel lobo le provocaba en cada ataque, y lo observó envolverlo en su fuego en un sonoro estruendo que quemó todo a su alrededor…

Se separó de la herida jadeando; los ojos perfilados en rojo y el rostro completamente aterrado. Se abrazó a Yunho con fuerza, las lágrimas de sangre deslizándose sin control por su rostro. Por un segundo Junsu estaba seguro de que lo perdería en aquellas llamas calcinantes…

“¿Junsu, estás bien?” Yunho lo estrechó entre sus brazos, alarmado ante el cambio en su comportamiento, e inquietándose aún más al escucharlo sollozar contra su torso.

“T-Te he visto” murmuró. “Te he visto pelear contra ese monstruo. Oh, Yunho…era tan real. Casi podía sentir el fuego quemarme la piel. Sentí que te perdía, yo lo sentí”

“Así que te lo ha mostrado…hace tiempo que no tenías una visión” Yunho comenzó a relajarlo, su palma acariciando su espalda con delicadeza.

“No había tenido una visión en tu sangre desde la primera vez que la probé, cuando pude revivir algunas imágenes de tu pasado” Junsu suspiró, refugiando el rostro en la piel de su cuello. “Me aterré ante lo real que se sintió, podía sentir todo tu dolor”

“Fue difícil no te lo niego, debo admitir que por momentos creí que moriría allí dentro. Pero el saber que tenía que regresar por ti me daba la fortaleza para levantarme cada vez que el fuego amenazaba con calcinarme”

Yunho le sonrió cuando Junsu subió el rostro para quedar a su nivel. Sus carnosos labios ensangrentados lentamente acercándose a los suyos.

“Prométeme que nunca nos vamos a separar” sus ojos vidriosos brillaron, suplicantes. “Prométemelo, Yunho” urgió.

“¿De qué me sirve hacerte una promesa? Mejor responderte con acciones” Yunho le respondió, ojos disparejos centellando con seguridad. Junsu reflejó su sonrisa y fue prácticamente consumido en su beso. La lengua de Yunho colándose con fuerza dentro de su boca, enredándose a la suya y succionando su labio inferior.

La lujuria terminó de encenderlo, Junsu podía sentir como su sangre ardía con el tacto de Yunho. Rompió el beso nuevamente para retomar su lugar en su torso, gimiendo cuando Yunho volvió a cogerlo por las caderas, presionándolo violentamente a su cuerpo como un recordatorio de lo listo que estaba…quemando por sentirlo. La sangre de la herida había escurrido por todo su torso; Junsu lamía las gotas con fervor, descendiendo la lengua para lamer su ombligo y llegar hasta su bajo vientre. Alzó los brazos para que Yunho pudiera despojarlo de su camisón hecho con cuero curtido, típico de la gente de la tribu, y luego volvió a rozarse contra su entrepierna; la piel dolorosamente erecta aún cubierta haciendo presión contra la suya.

“Yunho” gimió al sentir las uñas de sus manos clavarse con fuerza contra la piel de sus caderas, el movimiento lo estaba desesperando. “Estás duro…”

“D-Dios Jun-su” Yunho jadeó, presionando el cuerpo de Junsu contra el suyo, necesitando la fricción. “Deja de torturarme”

“Y ahora quién es el impaciente” Junsu lanzó una pequeña risita que fue ahogada por un gemido cuando Yunho palpó ambos glúteos con fuerza en un gesto urgente, posesivo.

Se levantó un poco para posicionar el rostro nuevamente en la zona de su bajo vientre, tentándolo al rozar sus labios por la erección aun cubierta; friccionando el rostro y dejando pequeños besos mientras sus dedos jugaban con la cremallera. Lo estaba enloqueciendo, lo sabía…pero amaba a Yunho hecho una bestia, y tentarlo siempre fue su juego favorito. Yunho gruñó bajo, las uñas clavándose con urgencia en la piel de su cintura. Junsu volvió a silenciarlo al liberar finalmente su miembro de su prisión, jalando la prenda hacia abajo y despojándolo de ella con su ayuda, lanzando el pantalón al suelo. Su boca fue a tentar la piel de sus muslos, sonriendo cuando la respiración de Yunho comenzó a agitarse al sentirlo más cerca de la zona de su erección. Junsu llegó a su ingle y no pudo controlar la lujuria por más sangre; volvió a clavarle los colmillos en una violenta mordida, la sangre emanando con fuerza y escurriendo por toda su pierna.

Toda la fiebre del cuerpo de Yunho fue transmitida a su torrente en aquella mordida y Junsu se sintió en llamas, consumido por el deseo y ardiendo por sentirlo. Bebió con gusto, hasta que escuchó la respiración de Yunho tornarse pesada; sus revoluciones bajando ante la pérdida e inmediatamente se separó de la herida, lamiendo el rastro de sangre y luego volviendo a trepar a su cuerpo, las manos de Yunho atrayéndolo hacia él para reunirse con sus labios en un beso hambriento. Junsu se agitaba en su regazo con cada nuevo roce de su lengua y Yunho supo que ya estaba quemando, listo para recibirlo. Yunho rompió el beso e inmediatamente sus manos se posicionaron en la tela de sus pantalones, deslizándolos hacia abajo para despojarlo de la prenda y tener finalmente acceso a él. Junsu gimió cuando Yunho tentó su entrada con sus nudillos, aferrándose a su cuerpo y refugiando el rostro en la piel de su cuello, gimiendo casi al nivel de su oído. Yunho empapó sus dedos con la sangre fresca de la herida de su ingle y luego introdujo uno dentro de su cuerpo, apenas ejerciendo presión. Junsu se quejó bajo, succionando la piel de su cuello al sentir las paredes de su cuerpo aprisionar el dedo, cediendo cuando Yunho comenzó a estirarlo haciendo movimientos circulares. Introdujo un segundo dedo un poco más al fondo, extendiéndolos como tijera, y Junsu pudo sentir los músculos de su cuerpo expandirse. Volvió a bajar un poco el rostro para lamer la sangre de su torso que aún chorreaba, el sabor distrayéndolo de la intromisión, y cuando Yunho introdujo un tercer dedo y se reunió con el punto que lo hacía ver estrellas, Junsu lanzó un agudo gemido, presionando su parte baja contra los dedos y supo que hasta ahí había llegado su paciencia. Yunho lo cogió por las caderas y por un momento Junsu creyó que lo tumbaría de su regazo, frunciendo el ceño.

“No pongas esa cara” Yunho le dijo, divertido al ver su expresión. “Móntame, hoy mandas tú”

Yunho lo posicionó al nivel de su erección y Junsu se dejó caer contra su miembro, dejando que entrara de una sola estocada. Se quejó y sus manos se clavaron con fuerza a su cintura, tratando de contener el familiar dolor que conllevaba adaptarse a su tamaño. Yunho lo relajó con su tacto, ambas manos serpenteando por su torso, jugando con sus pezones y erectándolos con sus dedos para luego descender a atender su hinchado miembro. Atrapó su erección entre sus dedos y comenzó a acariciarlo, deslizando el pulgar por la abertura en donde Junsu ya estaba humedeciéndose e inmediatamente lo sintió reaccionar, comenzando a moverse. Ambas manos apoyadas con fuerza en su cintura para adquirir el rápido ritmo que lo llevaba a la cúspide del deseo. Yunho lo agarró por la cintura, presionándolo aún más contra su erección mientras su mente era completamente nublada por el placer, dejando escapar roncos gemidos y jadeos al sentirlo adquirir su ritmo. Junsu saltaba, rebotaba y se agitaba contra su regazo; el miembro de Yunho enterrándose hasta el fondo y reuniéndose con su punto en cada estocada, su cuerpo ardiendo en pesados gemidos y jadeos.

“Si…así…” Yunho gimió cuando Junsu comenzó a hacer movimientos circulares contra su miembro; la estrecha piel de sus músculos aprisionando su erecta piel en una deliciosa fricción. “Muévete más rápido” le dijo al sentarse en la cama para poder besarlo; Junsu gimiendo contra sus labios y mordiendo su lengua, abriendo una herida para empapar ambas bocas con su sangre en el beso lujurioso. Rodeó los muslos por su cintura y gritó su nombre al sentirlo enterrado hasta el fondo; su miembro ardiente haciéndolo ver estrellas con cada nueva estocada que se tornaba cada vez más frenética. Estaba ardiendo en el deseo y en la lujuria que la misma sangre le proporcionaba. Junsu observó el destello de depredador en los ojos de Yunho mientras lo contemplaba montarlo; jadeando y gimiendo bajo al arquear las caderas junto con sus movimientos. Sus ojos brillaban y Junsu se estremeció, decidido a cambiar para darle el control. Sabía que Yunho quería dar rienda suelta a su naturaleza y Junsu cómo lo había estado esperando…

Se levantó de su cuerpo, lanzando un ruidito ante la abrupta perdida y observó el cuerpo ensangrentado de Yunho con ojos enrojecidos. Yunho le arqueó una ceja, sonriéndole de medio lado, casi como si hubiese percibido sus intenciones.

Junsu gateó hacia el borde de la cama, alejándose un poco de él…haciéndole creer que se marcharía. Al instante pudo sentir el par de fuertes brazos de Yunho rodearlo por la cintura y lanzó un gemido al sentir su erección rozar sus glúteos con el movimiento.

“¿A dónde crees que vas?” Yunho le mordió el cuello. Junsu lanzó un quejido al sentirlo, pero luego se relajó cuando su lengua lo lamió.

“No me digas que ya te cansaste…” Yunho llevó una de sus manos hasta su duro miembro, tomándolo y llevándolo a rozar nuevamente los glúteos de Junsu. “¿O es que acaso ya no quieres más de…esto?”

Junsu gimió al sentir el deslizamiento de su miembro entre sus glúteos. Hizo presión contra su entrepierna, pero Yunho lo retuvo en su lugar.

“Pídelo, quiero escucharte” la voz estaba cargada de deseo; Yunho deslizaba la lengua por su cuello, dándole pequeñas lamidas. Junsu sintió el deseo haciéndolo hervir; su cuerpo quemando por sentir nuevamente a Yunho presionado hasta el fondo…

“Te quiero adentro” gimió bajo al sentir un nuevo deslizamiento de su miembro. “Adentro…fuerte y hasta el fondo. Oh, dios…Yunho…¡ahh!” un agudo gemido se escapó de sus labios al sentir el miembro de Yunho de vuelta de una sola estocada. Yunho lo empujó a la cama, cogiéndolo por las caderas para acercarlo a su erección y poder embestirlo con absoluto control sobre su cuerpo. Las paredes se apegaron a él con fuerza y Yunho gimió al enterrarse dentro en una nueva estocada. Los agudos gemidos de Junsu comenzaron a hacer eco en la cueva mientras él aumentaba el ritmo de sus embestidas, saciando toda la lujuria que sentía por él profundo dentro de su calor.

“Más fuerte” Junsu jadeó, aferrando las manos con fuerza a las pieles para mantenerse estable al sentir todo su cuerpo vibrando y quemando en el placer. Yunho golpeó su próstata y Junsu gritó en éxtasis, viendo estrellas.

“H-Hazlo de nuevo…d-dios …Yun-ho…más…por di-os no pares…” Yunho se sintió casi en el límite al escuchar sus plegarias de placer. Lo cogió con mucha más fuerza, clavando las uñas en su nívea piel al sacar su miembro y volverlo a introducir dentro en una profunda embestida. Sintió el espasmo de Junsu haciendo eco en su cuerpo al llegar límite; las paredes contrayéndose rítmicamente sobre la erecta piel de su miembro mientras Junsu gritaba su nombre, su semilla escurriéndose y goteando la cama. Yunho ya estaba casi en el límite y aumentó la velocidad al punto de tener a Junsu jadeando y gritando como un verdadero animal; sus agudos gemidos siendo música para sus oídos. Cuando Junsu gimió su nombre en aquella voz enloquecedora…Yunho ya no pudo contenerlo más y explotó dentro de su cuerpo, su semilla invadiendo hasta el último rincón de su cuerpo al gemir su orgasmo. Salió de su cuerpo y lo escuchó protestar, desplomándose sobre la cama a su lado, completamente exhausto. Junsu se volteó para abrazarlo, enterrando el torso sobre su pecho y lamiendo algunas gotas de sangre que aún adornaban la piel. Yunho lo estrechó contra su pecho y luego llevó los dedos a su boca, empapándolos con su saliva para cerrar las heridas expuestas que Junsu le había provocado, y al instante lo sintió acurrucarse más cerca de su cuerpo, lanzando un suspiro.

“Extrañaba estar así contigo” Junsu murmuró contra su pecho, girando el rostro hacia arriba para contemplarlo. Yunho tenía hasta el pelo humedecido; mechones completamente revueltos.

“Dímelo a mí. No sabes cuánto necesitaba sentirte cerca”

Yunho le sonrió, posando una de sus manos en su rostro para atraerlo hasta el suyo y rozar sus labios en un beso dulce y suave, ambos disfrutando del roce de sus labios luego de haber saciado la urgencia por sentirse.

“Te amo” Junsu le susurró contra sus labios. “Te amo tanto, Yunnie”

Yunho lo apretó a su cuerpo, sus brazos cerrándose contra su cintura.

“También te amo, Su” acarició sus carnosos labios con el pulgar, volviendo a darle un suave beso antes de susurrarle. “Descansa, mañana será un largo día”

Junsu asintió, acomodándose entre sus brazos e inhalando con fuerza hasta intoxicarse completamente en su esencia, suspirando contra su torso cuando Yunho lo estrechó.

“Buenas noches, vida” Junsu le susurró. Yunho no tardó en escuchar su respiración tornarse armónica y los músculos de su cuerpo volverse completamente rígidos, indicándole que ya había entrado al letargo. Suspiró de cansancio y acunó a Junsu a su cuerpo, dejando caer la cabeza en la almohada y cerrando los ojos. Desconectándose de la realidad para entrar en un pacifico sueño al dormir con el ser que amaba refugiado entre sus brazos.

xXx


Yunho despertó cuando el sol estaba por salir; estirando sus músculos y sonriendo al sentir a Junsu aún colgado a su pecho, sus brazos aferrados con fuerza mientras continuaba en su letargo. Lanzó un suspiro, saber que tenía que dejarlo nuevamente lo estaba desgarrando…pero estaba en la obligación de hacerlo, y además era por el bien de todos.

Lentamente descendió el rostro hasta refugiarlo en su cuello; Yunho sabía que Junsu estaba sumido en el letargo y no despertaría, pero aun así tenía que llenarse de él antes de separarse de sus brazos. Inhaló con fuerza hasta embriagarse por completo de su dulce esencia, y luego suavemente comenzó a lamer su cuello en un gesto de cariño. Junsu suspiró inconscientemente ante el contacto y Yunho le sonrió, acercándose para susurrarle al oído.

“Volveré pronto te lo juro” le dio una última lamida bajo su lóbulo. Yunho suspiró, embriagándose en las facciones de su amante, queriendo grabar la imagen de su nívea piel resplandeciente para su viaje. Observó la cicatriz de su marca sobre su hombro y sonrió, acercando sus yemas hacia la zona y trazando con el pulgar el símbolo de la colonia del bosque: la silueta de un lobo amparado por una estrella. No importaba lo en contra que estuviese su bestia, no importaba lo mucho que le reclamara su Sangre…Yunho ya había vuelto a rehacer su vida al igual que él lo hizo en su colonia años atrás…y quizás en el pasado había pensado que nunca volvería a amar pero había estado equivocado; los años le habían dado la fortaleza y la determinación para seguir adelante, y dar vuelta la página. Si bien Yunho sabía que siempre estaría conectado con la Sangre de su Sangre...las cosas eran distintas ahora.

Sonrió al observar la cicatriz que se destacaba en la palidez de su piel, digna de una marca de pertenencia. Se agachó para darle un suave beso a la marca en su hombro y luego finalmente desasió el amarre de los brazos de Junsu para levantarse de la cama, dejándolo envuelto en las pieles y vistiéndose para abandonar la cueva.




Yunho caminó por los alrededores hacia la morada de Hina. Aún no había mucho movimiento, la gente de la tribu recién parecía estar recién despertando, y cuando Yunho se topaba con híbridos a su paso era saludado con un gesto respetuoso; bajaban la cabeza ante su visión, sonriéndole, casi como a un hermano.

Yunho devolvía los gestos con gracia, aún maravillado ante lo increíble que era el pueblo bajo la tierra. La cascada de agua que caía producto de las napas subterráneas proveía el suministro necesario para abastecer a toda la tribu; la tierra dentro era fértil y mientras Yunho continuaba su recorrido pudo observar arados y terrenos cosechados. Era evidente que la mayoría del suministro de comida proviniera de la tierra misma, la gente estaba tan bien organizada que no dejaba de sorprenderlo.

“Luces sorprendido” la voz de Hina lo sacó de sus pensamientos, tan ensimismado estaba que ni siquiera se había percatado de su súbita presencia. Ella le arqueó una ceja, su expresión dejaba entrever algo de gracia. Llevaba una larga toga de seda negra, ambas muñecas adornadas por brazaletes resplandecientes y haciéndola lucir como una diosa griega…aunque si Yunho lo pensaba bien, Hina siempre se vistió como reina; su exótica belleza destacando entre los demás como la rareza misma que era.

“No deja de sorprenderme esto…ésta vida bajo tierra” Yunho le comentó mientras ella le hacía un ademán para que caminaran hacia su morada.

“Nada de ello hubiese sido posible sin el sacrificio de Akela. Fueron sus energías las que les dieron el refugio perfecto a su gente”

“Para evitar el exterminio” Yunho acotó y la observó asentir.

“Sólo con un refugio se podría propagar la semilla. Akela tenía fe en que su legado volvería, y en sus últimos momentos dejó que su energía creara el refugio perfecto”

“Y vaya que hizo un buen trabajo. Jamás se me hubiese pasado por la cabeza que la tribu de demonios de ojos plateados estuviera bajo tierra”

“Si, fue una jugada maestra” ella le dijo al llegar a la gran cueva, entrando junto con él y luego posicionándose en el futón. Yunho pudo percatarse de la presencia de Chungho en la gran cama, dormitando envuelto en pieles. Sonrió ante la visión mientras esperaba sus palabras.

“¿Ya has decidido a dónde irás primero?” Hina giró el rostro para mirarlo, ambas manos descansando sobre su regazo al apoyar la espalda en el futón.

“Iré al sur. Confío en que me será más fácil llegar a ellos, además Heechul…siempre tuvo buena disposición, estoy seguro que me escuchará”

Hina pudo percibir un atisbo de energía reaccionando en el aura de Yunho cuando pronunció aquel nombre y esto le llamó la atención, pero no dijo nada y tan sólo lo dejó continuar.

“El norte…es otra historia, pero teniendo ganado el apoyo de una parte se me hará más fácil seguir con la otra” Yunho pasó una mano por su cabello, lanzando un suspiro. Sabía que tenía una difícil tarea…sobre todo con Siwon y la gente del norte, pero tenía que apelar a los años de amistad y de alguna forma imponer sus razones ante los otros. No se podía seguir justificando más muertes innecesarias producto de los choques de ego entre Changmin y Jaejoong. Tenía que hacerlo, tenía que viajar…aún consciente de que yendo primero al sur y volviendo a verlo podría…significar una perturbación mayor para su indómita bestia.

“El líder del sur” Hina le arqueó una ceja, sus ojos magenta resplandeciendo al clavar los ojos en los suyos. “¿Kim Heechul?”

“El mismo” Yunho desvió abruptamente la mirada. No le gustaba tener los ojos escudriñantes de Hina perforándolo…sentía que ella podía descifrar más de lo que él mismo sabía con tan sólo una mirada.

“¿Lo conoces de alguna parte?” Hina sonrío. La mención del joven era definitivamente el talón de Aquiles de Yunho, él evitaba a toda costa su mirada. Hina prácticamente podía percibir la tormenta de energía cantando por su sangre, vibrando…el eco de su lobo interno y que Yunho reprimía quizás al revivir recuerdos o algo por el estilo. ¿Qué era lo que realmente significaba aquel joven para él, que podía perturbarlo de semejante manera? ¿Podría realmente ser posible que el tal Kim Heechul resultase ser su verdadera Sangre? Le hacía sentido, considerando su perturbación y las palabras que Yunho le había dicho cuando ella le comentó la falla en la activación de las energías de Junsu. Aun así necesitaba un poco más de información antes de deducirlo.

“De la colonia del bosque. ¿Terminaste de interrogarme? Te recuerdo que tenemos el tiempo en contra” Yunho resopló, pasando una mano por su cabello en un gesto de agobio. Se sentía expuesto, y casi podía jurar que Hina ya había deducido que algo extraño le pasaba. Maldijo internamente su percepción extrasensorial mientras esperaba que hablara.

“De acuerdo, era sólo una pregunta” lanzó una risita, cambiando el tema porque por lo visto no sacaría nada más de él, Yunho no estaba dispuesto a revelar nada acerca de su pasado.

“Si ya lo has decidido quiero entregarte algo” Hina se levantó del futón y caminó hasta los pies de la gran cama, hasta un baúl que se hallaba en ese sitio. Lo abrió y sacó de ella una capa de seda negra con capucha.

“Esta capa la he trabajado con mis energías y camuflará la tonalidad de tus ojos para que te sea más fácil entrar como forastero. Si entras con tu verdadera identidad puede ser un suicidio…tienes que ser precavido Yunho, sabes que donde irás te superarán en número”

Hina se acercó hasta su figura y le extendió la capa. Yunho la tomó e inmediatamente se cubrió con ella. Pensó que sentiría algo extraño, pero nada de ello sucedió y Yunho le arqueó una ceja.

“Puedes ir al espejo a mirarte por ti mismo. Tus ojos han vuelto a la normalidad”

Le hizo una seña hasta el fondo de la cueva, donde se hallaba un enorme espejo colgado en un marco de piedras. Yunho caminó hasta el espejo y cuando estaba a pasos pudo percatarse del camuflaje. Sus ojos habían retornado a su tonalidad de antes, aquel café oscuro que tendía a ser negro.

“Impresionante” murmuró, sorprendido. “Creo que te he subestimado…tus energías no son ningún juego” le confesó

“Descuida, yo también te subestimé al pensar que no podrías con el fuego y aquí estás…con todo en orden”

Ella lanzó una risita y Yunho se volteó, sonriéndole también.

“Bueno, ahora que te la he entregado ya puedes partir. Ve y haz lo que sabes…demuéstrales por qué eres la viva imagen del legado de Akela”

“Cuida a Junsu…guíalo en su viaje al mundo de los mortales, porque sé que correrá un mayor riesgo de vuelta en la tierra”

Hina asintió y lo observó transformarse a su forma de lobo; un enorme lobo blanco de dorados ojos incandescentes. Concentró sus energías para abrir la grieta en la tierra y Yunho le bajó la cabeza en agradecimiento, luego echó a correr hacia la salida…desapareciendo en una corriente de viento.

xXx


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