Con todas las fuerzas de mi alma.
Eran ya las siete de la mañana.
Hora en la que cualquier persona normal se debería encontrar levantándose apenas, si es que no se debería encontrar ya camino al trabajo o en el trabajo. Sin embargo Park Yoochun no era esa clase de personas. En realidad él seguía ahí. Trabajando.
Lo había hecho toda la noche. Sin parar. Había llegado en la tarde, encendido su laptop y no había parado de tipiar en todo el tiempo. Nada más se había detenido para ir al baño de vez en cuando, comer un poco, beber agua y basta. Park Yoochun le estaba sacando el jugo a su inspiración, como se diría coloquialmente.
Digitó las tres palabras más nostálgicas y bellas de todas.
Fin.
Y una sonrisa asomó en sus labios. A pesar de que tenía bastante avanzada la novela, en un principio. La tarde de ayer había avanzado todo lo que debió haber avanzado en probablemente un par de días más.
Se recostó en la silla y observó la cantidad de páginas escritas. Su sonrisa se amplió un poco más, se levantó bebiendo lo último que le quedaba en su tasa. El café por las mañanas siempre era delicioso. Sin pensarlo dos veces, dejó la taza en el suelo y se lanzó contra la cama, boca abajo con la almohada suave cubriendo su rostro.
—Estúpido Changmin…
Y tan pronto como cerró los ojos. Los brazos de Morfeo lo abrazaron y Park Yoochun recibió su merecido descanso.
…
…
Junsu caminaba junto a Mir, quien en este momento hablaba con el dueño de la cadena televisiva. La inercia de sus movimientos y la mirada fija en el celular daba a notar lo poco que le importaba aquella charla y no fue hasta que la voz gruesa de aquel hombre cuando lo mencionó que su mirada se poso en los dos a su lado derecho.
—Sería ideal si Junsu pudiera fingir una calidad navidad. En realidad sería perfecto.
Mir asintió y Junsu arrugó el entrecejo. –No se trata de fingir, se trata de reflejar.— El hombro lo miró, Junsu acentuó la dureza de sus palabras con una mirada bien colocada y a pesar de que el hombro guardó silencio por un buen rato, finalmente sonrió.
—Tiene razón, Kim. Pero lo esencial es promocionar el producto.
Mir pareció recuperar el aire en sus pulmones gracias a la imprudencia de Junsu y continuó hablando con el hombre acerca de lo que le tocaría hacer a Junsu durante la filmación del video. Junsu volvió a despistarse y sin más remedio a Mir le toco dividir su atención entre el hombre a su lado y Junsu quien parecía ausente a todo.
La distancia entre Yunho y Junsu, serviría para marcar prioridades entre ellos, eso cuando menos quería pensar el muchacho. Pero cada vez que Junsu reflejaba su inconformidad por estar ahí. Mir pensaba que finalmente esa distancia a Kim Junsu…
…No le servía de nada.
…
…
Changmin comió un poco de arroz en cuanto Sarah lo miró sonriente. Usualmente no almorzaban en el jardín, pero como pedido especial de la mujer a Changmin no le había tocado más que aceptar.
—Min… ¿Te molesta algo?
—No es un algo, nana. Es un alguien.
Shim no fue consciente de sus palabras sino hasta que la mujer tosió un poco, por supuesto sin abandonar esa sonrisa en su rostro. —¿Te has peleado con el joven Yunho?
—Imposible pelearme con alguien como él.
—¿Entonces?
Inconsciente de que lo hacía, Changmin exteriorizó un suspiró. –Es el sobrino de un profesor de la Universidad, amigo de Yunho. Insoportable verdaderamente, pareciera que le fascina hacerme la vida imposible. De seguro el muy…
Captó su mirada en la mujer que lo escuchaba atentamente y de inmediato tosió con discreción. —¿Por qué no continuas?
—Por que estoy hablando demasiado de él, no se merece ni mi tiempo.
El menor arrugó el entrecejo, y Sarah volvió a sonreír. –Es el tiempo que tú quieres darle. Que es diferente.
—Por lo mismo, no quiero hablar más de él.
—¿Y por que estas tan molesto?
Changmin iba a hablar a contarle todo lo que el muy idiota de Park vivía haciéndole pero a cambio prefirió callar. Por que habían ciertos detalles que no le convenía contarle a Sarah ni mucho menos se veía contándole aquello que ocurrió cuando no llegó a dormir.
—Es solo que no lo soporto.
Sarah observó al muchacho comer enojado el postre que tenía junto al plato fuerte y pensó que de ser tan verdadero ese odio entonces Changmin no lo tendría tan presente todo el tiempo. Después de todo, rara vez. Shim Changmin posaba su atención en alguien por demasiado tiempo.
…
…
—Entonces lo único que tienen que hacer es espolvorear el polvo de hornear con mucho cuidado para que no se eleve demasiado o en su defecto no logre elevarse ni un poco. Recuerden que la esponjosidad del pastel es muy importante.
Jaejoong hablaba concienzudamente mientras se dedicaba a hacer los arreglos necesarios en el pastel. Las niñas dentro de la cocina observaban curiosas y anotaban de vez en cuando. Sonriendo con gusto al notar el pastel terminado de decorar. Apresuradamente la cocina se llenó de aplausos y Jaejoong sonrió en agradecimiento.
Yunho sin embargo permanecía en el resquicio de la puerta con una taza con café en la mano, observando con cuidado cada movimiento de Jaejoong y aquel tono tan compresivo y apasionado con el que hablaba cuando de cocina se trataba.
Se preguntó por un momento si Jaejoong era así de dulce cuando hacía algo que verdaderamente le agradaba. Tal vez estos últimos días que ha pasado lejos de Jaejoong le hubieran enseñado tantas cosas de él.
—Se ve lindo. ¿Cierto?
La voz de Boa lo sorprendió. Giró un tanto agitado y con una extraña sonrisa en su rostro Yunho tan solo decidió caminar hacía su oficina en el piso superior. La sonrisa de Boa aún así no se borró.
Ella lo había notado. Estos últimos días Yunho se había dedicado a hacer algo que antes no se había tomado la molestia de hacer. Había observado a Jaejoong y su interacción con los niños de la fundación. Había notado finalmente ese cambio maravilloso en el alma de su prometido.
Y probablemente Jung Yunho se estaba descubriendo así mismo. Capaz de volver a poner su atención en alguien más. Después de tantos años. Cuando la partida de Hyun Joong cerró las posibilidades a Yunho de volver a abrir sus sentimientos a alguien más.
—Boa. ¿Qué haces por acá?
La mujer giró sonriente. –Nada solo venía a visitarte. ¿Cómo va todo?
—Bien. Supongo… ¿Por qué?
—Por nada. ¿Me invitas un poco de café?
Jaejoong asintió. –Por supuesto que si.
Esa sonrisa en Jaejoong era muy distinta a la vez que lo conoció. Boa lo sabía, Jaejoong ya no era el mismo. Su corazón y alma se habían ablandado e inconscientemente todo era culpa de Jung Yunho.
…
…
—Entonces con esta firma cerramos el negocio.
HeeChul sonrió ante las palabras del hombre inglés y apretó su mano en señal de acertamiento. Su padre a su lado sonrió orgulloso y cuando la secretaria abrió la puerta para dejar entrar a un par de meseros, HeeChul miró curioso.
Aparentemente habían preparado una pequeña celebración. Las copas fueron repartidas de inmediato y mientras los meseros servían el champagne entre los socios presentes su padre se dedicó a felicitarlo por cerrar tan buen negocio.
HeeChul sin embargo cerró sus ojos momentáneamente. La copa en sus manos resbaló y se rompió al estrellarse en el suelo. Una mano en su rostro y Kim estuvo a punto de perder el equilibrio. Su padre por supuesto de inmediato lo tomó por la cintura para evitar que cayera.
—Hijo… ¿Estás bien?
HeeChul logró sentarse en el pequeño sillón tras de él. E intentó sonreír, los socios miraban con preocupación su repentina palidez. Pasó las manos por su rostro e intentó fingirse un poco mejor.
—Si. No se preocupen. Creo que es el cansancio.
—Sería bueno que visitaras a un médico.
—Si, lo haré mañana mismo.
HeeChul volvió a intentar sonreír y su padre únicamente lo miró con preocupación, pasando una mano por su rostro. HeeChul entonces lo tomó de la mano y le sonrió exclusivamente a él. –No te preocupes, estoy bien.— Susurró sus palabras adecuadamente y el hombre pareció más tranquilo.
Sin embargo y a pesar de la negativa por parte de HeeChul el hombre llamó de inmediato al chofer para que lo llevara al departamento que estaban ocupando en Inglaterra para que descansara. HeeChul finalmente accedió, con un suspiro en sus labios y odiando sentirse débil.
…
…
—¿Dónde colocamos las decoraciones señor Choi?
Siwon levantó la mirada de los papeles que leía en ese momento y cuando vio a los hombres cargando diferentes arreglos, arrugó un poco el entrecejo mirando de un lado a otro. Pensando un poco en donde ubicarlos. Divisó el piso superior y levantó su mano derecha.
—En el segundo piso junto a la ventana superior…
Retrocedió su mano asustado al notar que el jarrón en su escritorio había caído al suelo. Extrañamente aquel suceso había cambiado sus emociones armoniosas por un inestable mal presentimiento en su pecho.
—En seguida le avisaremos a los de limpieza.
Siwon asintió ante las palabras del hombre y observó como ahora subían con los adornos. Rara vez Siwon era torpe. Miró el jarró en el suelo y luego miró su mano. ¿Cómo no lo había visto?
Suspiró decidiendo dejar todas esas especulaciones de lado y se dedicó a observar que la decoración de la galería siguiera su ritmo a tiempo. Después de todo este sería su evento más importante.
…
…
—¿Cansado?
Junsu levantó la mirada y sonrió al notar a Mir con una sonrisa en el rostro. Ofreciéndole un poco de agua para beber. Tomó la botella en sus manos y suspiró. Había sido un día agotador entre la filmación y una pequeña entrevista que tuvo.
—Un poco. Pero estoy bien.
—¿Qué te parece si nos fugamos?
—¿Eh?
Mir se sentó a su lado, con aquella maravillosa sonrisa que Junsu hace mucho no veía en sus facciones. –Lo usual sería que nos fuéramos para el hotel a descansar por que mañana tienes grabación también. Pero ¿Por qué no vamos a divertirnos un poco?
Junsu ni siquiera lo pensó se levantó de inmediato y estiró su mano para que Mir la tomara. –Vamos, no quiero que luego te arrepientas.
Mir volvió a sonreír de aquella manera y el ánimo de Junsu mejoró. –Tonto yo no me arrepiento de mis palabras.
Junsu aprovechó sus manos entrelazadas y empezó a correr. Sabía lo mucho que le disgustaba a Mir correr así de rápido por la torpeza recurrente en los pasos de él. Así que mientras Kim se dedicaba a reír, Mir únicamente rogaba por que en realidad Junsu. No fuera tan torpe que de costumbre.
…
…
Jaejoong solía relajarse cuando se encontraba a solas. Pero en la fundación aquello era algo casi imposible, sin embargo cuando las clases comenzaban y los niños subían a sus salones. Jaejoong fácilmente podía ir al patio y sentarse en el césped como si nada. Mirando el cielo tranquilo y recordar.
Ese es tu destino Hyung, nunca conocer el amor.
Las palabras de SeYung volvieron inoportunas. Y crueles, aquel día no habían dolido tanto como ahora. En especial por que al escuchar aquella voz en el eco de sus pensamientos. Jaejoong sentía un frío intenso recorrerle, un nudo en la garganta y un irremediable sentimiento de ausencia de aire en los pulmones.
Nadie puede querer a alguien tan caprichoso y hueco como tú. Nadie puede enamorarse de un alma vacía como la tuya.
Por que las posibilidades de que SeYung tuviera razón eran altas. Y Jaejoong ni siquiera quería pensar en aquello, en especial por que ni siquiera cerraba por completo aquella idea de que Jung Yunho pudiera despertar algún sentimiento en él. Por que aún no estaba listo para aceptarlo.
Miró la hora en su celular y regresó la mirada hacía el césped que tan verde como nunca se mostraba ante él. Son descuidados minutos de soledad que Jaejoong aprecia para poder pensar. Por que últimamente. Jaejoong siente una calidez enorme cuando está en la fundación, en especial si Yunho está ahí.
Por que aunque no lo vea. Jaejoong piensa en él y eso le preocupa.
—¿Buscando un poco de paz?
Yunho se sentó a su lado, con una expresión pasiva en sus facciones. Jaejoong recordó que la última vez habían hablado rodeado de los niños y luego simplemente habían decidido molestarlos un poco. Jaejoong recordó que al final de todos estos días su relación con Yunho había mejorado, pero se había estancado ahí.
Jaejoong no sabía en realidad, que tan lejos quería llegar. Y ese era otro de sus problemas.
—No en realidad. Solo quería pensar un poco.
—¿Pensar? ¿Tienes problemas?
La mirada preocupada en Yunho le hizo preguntarse a Jaejoong si esa misma preocupación la tendría en todas las personas a las que conocía. Recordó a todas y cada una de las personas que rodeaban a Jung y se dio cuenta que si, Jung era por naturaleza demasiado protector.
—No exactamente. Solo… No me hagas caso.
Jaejoong le regaló una sonrisa y Yunho prefirió no preguntar. —¿Sabes Jaejoong? Nunca te he preguntado. ¿Qué titulo tienes?
—Soy Chef.
Yunho sonrió. –Lo suponía. Eres muy bueno en la cocina.
—Se puede decir, me apasiona mucho así que lo hago con muchas ganas.
—Algún día espero que me cocines algo solo a mí.
Jaejoong prefirió no contestar y siguió mirando el verde césped. Hasta que claro empezó a sentir que Yunho volvía a sentarse. —¿Te has dado cuenta?— Jaejoong entonces lo miró y negó levemente. –Es la primera vez que hablamos como gente.
Una pequeña risa se escapó de los labios de Kim y Yunho tan solo sacudió un poco sus cabellos amistosamente. Jaejoong cerró los ojos y disfrutó de aquello. Seguía igual de confundido y Yunho no ayudaba precisamente.
—Nos vemos Umma~
Jaejoong abrió los ojos intempestivamente y giró para ver a Yunho alejarse hacía la entrada de la fundación. Un sonrojo acudió a sus mejillas al percatarse de que Yunho ya lo sabía y su corazón borbotó agitado ante ese pensamiento.
Llevó una mano a su pecho. Eso no estaba bien.
…
…
Lee abrió la puerta del departamento de Yoochun y arrugó el entrecejo. Todo era un completo desastre. Observó la comida rápida en el tacho de basura y pensó en que tenía regañar al menor por no comer sanamente. Entró en la habitación y lo encontró profundamente dormido.
Consultó la hora en su reloj, marcaban las tres de la tarde y el muchacho seguía dormido. Negó con la cabeza y estuvo a punto de despertarlo por vago, pero al notar la laptop encendida, decidió primero verificar si aunque sea se había amanecido trabajando.
Por suerte la pantalla mostraba un documento en Word donde las palabras ‘Fin’ brillaban por si solas, asombrado Lee se sentó y comenzó a verificar el documento. Yoochun había terminado la novela.
Aparentemente en un ataque de inspiración.
Una sonrisa llena de orgullo se posó en sus labios y comprobó el excelente trabajo en cada palabra, tilde e incluso hasta espacio. Park como había esperado, lograba lo que se proponía. Se envió la obra al correo y corrió con suerte de que la editorial todavía atendía. Entregaría la obra de Yoochun enseguida.
Observó el rostro dormitado del muchacho y decidió dejar sus palabras de felicitaciones para más tarde. Por ahora iría a prepararle la sorpresa a Yoochun de tener su libro ya empastado para la próxima vez que lo viera.
Un suspiró en sus labios y Lee abandonó el departamento diciendo dejarlo descansar largamente. Se lo merecía después de todo. Pensó cabalmente acerca de que o quien había sido capaz de inspirar a Park Yoochun de esa manera.
…
…
Se levantó de su asiento y guardó el cuaderno. Extrañamente la mayoría ya se había retirado del salón cuando él estaba a punto de salir. Guardó el lápiz y cuando estaba por despedirse de Rain, su sonrisa lo detuvo.
—Shim… Me preguntaba si tienes que hacer algo el día de mañana.
—¿Mañana?
Changmin sabía que no tenía demasiado en que pensar pero aún así, la sorpresiva invitación lo había dejado sin palabras. Shim sabía que necesitaba tiempo para procesar antes de poder contestar.
—Mañana en la noche habrá un evento en la galería de un amigo y no me place ir solo.
—Oh… Claro algo oí de eso.
Tomó entre sus manos la elegante invitación que Rain le extendía y curioso la abrió para ver su contenido. Particularmente tenía curiosidad por ir. Los mejores artistas se reunirían esa noche y Changmin siempre ha gustado del arte.
Prefirió omitir el hecho de que a su residencia habían llegado tres invitaciones para él y sus padres. Por que sencillamente era más cómodo si iba con alguien conocido. Había pensado en la posibilidad de llamar a Yunho. Pero la proposición de Rain hoy, sonaba más interesante.
—¿Qué dices?
Levantó la mirada con una sonrisa en el rostro hacía el mayor y cuando su mente le ofreció una mala jugada mostrándole el rostro del insoportable de Park Yoochun. Changmin de inmediato sacudió la cabeza para borrar esa imagen.
¿Por qué demonios pensaba en él?
Cerró los ojos y suspiró profundo Rain y Yoochun podían ser familia, pero no se parecían en nada. En realidad no terminaba de entender la razón exacta por la cual por un momento vio a Yoochun en Rain.
—Changmin… ¿Estas bien?
—¿Eh? Si disculpa, es solo que me distraje con tonterías mías.
—¿Entonces, cuento contigo?
—Por supuesto.
Changmin le regaló una pequeña sonrisa a Rain y asintió. Apenas recordó que tenía otra clase se despidió del mayor con un pequeño asentimiento y salió del salón dispuesto a llegar antes que el otro profesor no lo dejara entrar por impuntual.
Observó la invitación en sus manos y sonrió. Lamentablemente la imagen de Yoochun volvió a sus recuerdos y Changmin volvió a agitar su cabeza. Debía dejar de pensar en él. En especial por que la gente empezaría a pensar que se estaba volviendo completamente loco.
—…Yoochun idiota.
…
…
Mir colocó un sobrero en su cabeza y Junsu rió al notar lo estúpido que se veía con ese sombrero de bufón. Mir le dio una mordida a su helado y sonrió divertido ante la expresión de parte de Kim.
Cerca de tres horas en las que Junsu con una gorra y enormes gafas, había decidido pasear junto a Mir por la gran plaza turística. Había olvidado lo grato que era pasear y divertirse lejos de los problemas.
Acompañado por Mir quien había tomado la iniciativa al notar que la sonrisa en Junsu tenía mucho tiempo de ausencia. Mir adoraba ver a Junsu sonreír, y desde hace mucho que no veía esa sonrisa en el muchacho. Tanto que arriesgarse a salir había sido su impulsivo plan.
Cuando Junsu decidió que debían descansar, lo hizo justo al lado de un pequeño puesto de venta de collares. Mir se sentó junto a Kim observando curioso los collares y escuchando atento la historia que la mujer que los vendía relataba. Segurame
nte para atraer a los turistas.
Junsu hablaba de algo que Mir no estaba muy seguro, y para ser sincero Mir ya ni siquiera recordaba cómo había iniciado la conversación, para cuando se levantó de su asiento dejando a Junsu con una mirada de indignación en el rostro. Mir hipnotizado por la belleza de uno de los collares se levantó a comprarlo.
Habló con la mujer de un par de cosas acerca de su historia y Mir solo sonreía a ratos con cada palabra. Canceló el dinero del bello collar e hizo un pequeño asentimiento cuando la mujer le agradeció por su compra.
—¿Por qué me has ignorado?
Junsu se veía molesto. Mir sin embargo agarró al collar por la cadena y la dejó caer para que Kim pudiera ver el lindo dije en forma de rombo que llevaba un pequeño cristal rojo en el centro.
—Lo compré para ti.
Kim se vio absorto por la belleza del collar y guardó su enojo para más tarde, tomó el collar entre sus manos y una hermosa sonrisa volvió a posarse en aquellos labios que hace un rato habían dibujado un puchero.
—Es muy lindo.
—La mujer dijo que te dijera que se lo dieras a la persona de la cual estuvieras enamorado. Era como una señal de amor o algo por estilo.
Mir le dio una mordida al poco helado que le quedaba, Junsu se colocó el collar de inmediato y se levantó al igual que lo hubiera hecho Mir hace un rato a comprar un collar similar a ese.
Medio minuto después Junsu se colocaba en cuclillas frente a Mir. Esta vez con más confianza colocando el lindo collar con dije de rombo rojo en el cuello del menor. Junsu incluso hasta se vio complacido con aquella imagen.
—Listo Mir, este es para que tú se lo des también a la persona de la que te enamores.
Mir miró a los ojos de Junsu. Y pensó en el hecho de que el muchacho había hablado de un posible futuro a diferencia de él que había marcado en Junsu un hecho que ya era palpable y que llevaba por nombre Jung Yunho.
Por un momento se preguntó que tanto demoraría Junsu en darle aquel collar a Yunho y la sola idea revolvió un poco su estómago. Junsu amplió su sonrisa y sin embargo aquello no mejoró su situación.
—Vamos por algo de parrillada.
Mir solo asintió, dejándose guiar por la mano de Kim Junsu.
Quizá… Así era mejor.
…
…
Leah despegó sus ojos del libro que en ese momento leía cuando la llegada de su hijo fue anunciada por una de las empleadas, había pedido que le avisaran. Y cuando Jaejoong llegó a saludarla con una expresión cansada. Leah no pudo evitar pensar que eso era extraño en Jaejoong.
—Madre… Buenas noches.
—Jae ¿Por qué últimamente luces tan cansado?
El muchacho se sentó en el sillón junto al de su madre y emitió un pequeño suspiro de sus labios. Había sido un particular día agotador, cerró los ojos y pasó el antebrazo sobre sus ojos.
—Estoy algo ocupado, haciendo un par de cosas.
—¿Estas… Trabajando?
—¿Por qué luces tan sorprendida madre?
Jaejoong arrugó el entrecejo y Leah rió bajito. –Bueno pues, es que tú odias el trabajo.
—La gente cambia, madre.
—Bueno, bueno. ¿En que estás trabajando?
—Ayudo en una fundación para niños.
Leah esta vez se mostró gratamente sorprendida, dejó el libro en el sillón y se sentó donde las piernas de su hijo descansaban, las levantó y luego de que se sentara. Colocó las piernas del muchacho sobre las suyas.
—Jae… ¿Desde cuando haces esas cosas? No te lo reprocho pero usualmente no haces ese tipo de cosas.
—Lo sé… Es culpa de Yunho.
Leah sonrió. La buena influencia de Yunho estaba rindiendo frutos. –Me alegro que tu y él se estén llevando tan bien, hijo. Es un buen muchacho y sabía que finalmente tu y él no congeniarían tan mal.
Jaejoong de pronto recordó algo.
—Madre… Por cierto, me he estado preguntando algo.
—¿El que?
—¿Por qué de entre todos, Jung Yunho?
—¿Te refieres a lo del compromiso?
Jaejoong ni siquiera se molestó en ocultar su total curiosidad. Y asintió de inmediato. La mujer sonrió ampliamente y suspiró. –Pues siempre han hablado muy bien de él por todas partes, además ya había tenido la oportunidad de conocerlo unos años atrás en la casa de mi hermana y me pareció un gran muchacho.
La duda lo cubrió por completó. Se sentó y miró a su madre directamente. —¿En la casa de mi tía, como así?
—¿No lo sabes? Yunho y Siwon eran los mejores amigos. Siempre andaban juntos. En especial cuando Siwon comenzó a salir con el primo de Yunho…
—¿HeeChul?
—Exactamente, pero lamentablemente tu primo viajó y supongo que se distanciaron un poco. No sé en que términos habrá quedado con HeeChul, pero él también es un muchacho muy agradable. Aunque la vez que lo conocí, Yunho también salía con alguien. Por esa época estabas estudiando en Italia.
La mueca en el rostro de Jaejoong fue de total sorpresa. Ahí había algo que faltaba para completar ese rompecabezas extraño y no estaba seguro de querer armarlo o no. —¿Entonces Yunho y Siwon se conocían desde hace mucho?
—Muchísimo di
ría yo. Una vez Yunho salía con ese muchacho que si mal no recuerdo es cantante y Siwon salía con HeeChul pues se unieron todavía más. Y de ahí en adelante salían los cuatro muy seguido. No estoy muy segura del por que si eran tan unidos de pronto se separaron por completo. Solo sé que Yunho y HeeChul como familia que son se siguen viendo. Pero de ahí los otros dos se alejaron por completo.
—¿Nunca le preguntaste a Siwon sobre lo que paso?
—Ya sabes que tu primo es muy reservado con sus cosas, y apenas regresó al país hace unas semanas. Pero imagino que fue algo grave por que una noche que estaba conversando con tu tía él llego todo agitado y se encerró en su habitación sin saludar. Mi hermana me comentó que no salió en un buen tiempo y cuando lo hizo fue para avisar que se iría por un tiempo al extranjero.
Jaejoong pasó las manos por su rostro. –Ya veo…
—¿Por qué tantas preguntas?
—Curiosidad.
Le sonrió a Leah, pretendiendo que aquella información no lo había llenado de demasiadas dudas y se levantó. –Voy a darme una ducha, madre.
—De acuerdo, no demores. Pronto estará la cena.
Jaejoong asintió, suspiró. Y subió las escaleras hacía su habitación. Tal vez podría caber la posibilidad de enfrentar directamente a Yunho y preguntar. Pero cabía también la posibilidad que al final Jaejoong no quisiera escuchar la verdad.
Después de todo, las personas, en su ignorancia, a veces son más felices así.
…
…
Yunho decidió que esa noche no cenaría.
Soltó la toalla con la que hace un momento secaba su cabello y dejó que esta callera sobre sus hombros, con apenas un pantalón de dormir Yunho se dejó caer de espaldas a la cama y cerró los ojos ante la comodidad.
Pensó en todo lo que había descubierto de Jaejoong en el pasar de estos días y sonrió ante la alegría que aquello le había provocado. Cerró los ojos pretendiendo dormir temprano y suspiró.
—Finalmente… Resultaste mejor persona de lo que tú mismo creías, Jaejoong.
Sonrió un poco más y permaneció por un buen tiempo así, hasta que finalmente el sueño y el cansancio acudieron a él. Logrando que aquella noche conciliara el sueño demasiado pronto.
Con el nombre de Kim Jaejoong flotando en sus labios.
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