Cuestión de pasiones
Las piernas de Jaejoong apresaron su cintura.
Yunho volvió a sentir un terror tremendo al caer en cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Su corazón latió desbocadamente, cortando el poco aire en sus pulmones, produciendo incluso un ligero cosquilleo en sus manos.
Y al verlas, pudo notar que estaban sobre esas maravillosas piernas de Jaejoong, fuertes y sudadas, como el rostro de su dueño que permanecía boca arriba sobre la cama, con una ligera capa de sudor en la frente, expectante por su falta de movimiento.
Contempló esos labios, entre abiertos. El rostro entero de Jaejoong que seguía esperando un movimiento de su parte. Pero Yunho se había paralizado a medio camino, por que estaba a punto de cruzar la línea, por que una vez que entrara en él, no podían decir que sencillamente se habían estado restregando, como vulgarmente escuchara alguna vez hablar a sus amigos.
No, entrar en Jaejoong sería cruzar la línea.
Yoona vino a su cabeza, en el momento más inoportuno. Derrumbando todo ese lívido que Jaejoong se hubiera encargado de despertar en él, cuando hubieran entrado en la habitación, incluso desde un poco antes que eso.
Jaejoong lo notó, la manera en la que Yunho empezaba a soltar sus piernas e intentaba alejarse, por eso cerró mejor sus piernas y las caderas de Jung involuntariamente pegaron contra su cuerpo, y el miembro de Yunho volvió a despertar.
Gimió tan fuerte, tan descaradamente. Que Jaejoong se desconoció así mismo y Yunho solo bajó la cabeza, mordiendo su labio inferior, aún inseguro.
—Hazlo.
—No, yo… no puedo…
—Ya me preparaste, solo hazlo.
Yunho sacudió un poco la cabeza, tratando de luchar con esos instintos básicos que le gritaban que dejara de pensar, que únicamente aprovechara ese momento. Que pugnaban por tomar el cuerpo de Jaejoong sin reparo.
—El amor es para los enamorados. El sexo sin embargo, es para el despecho, para el disfrute, para lo que quieras. Sin arrepentimientos, Yunho. Mírame…— Las manos de Jaejoong lo hicieron abrir los ojos, Kim tomaba sus mejillas con fuerza. –Hazlo ya.
Como guiado por una orden que movía a su cuerpo bajo la voluntad del otro, Yunho solo se acomodó un poco mejor, elevando las caderas de Jaejoong un poco más, y poco a poco se fue internando en él, con ese gemido en los labios entreabiertos de Kim que se le quedó grabado en la memoria con fuerza.
Ese primer gemido de pertenencia.
—Esto… Dios… eres tan…
Yunho trató que su respiración se controlara un poco, que sus propias caderas no se movieran frenéticamente, bajando la cabeza y mordiendo sus labios, incluso hasta sentir el sabor de la sangre ante su propia fuerza.
Pero Jaejoong lo impulsó, con sus propias piernas, ese pecho desnudo que subía y bajaba, Jaejoong no pronunciaba palabra alguna, pero Yunho tenía clavado en la retina esa imagen tan alucinante, que difícilmente lo olvidaría.
Y empezó a moverse, lo más suavemente que pudo, pero estaba en una encrucijada, en ese placer casi ciego que sentía cada que entraba en él y su cuerpo entero recibía descargas eléctricas.
Ese sudor que empezaba a cubrir su espalda. El calor abrumante, que le resultaba aún más excitante. Acompañado por los suaves quejidos de Jaejoong, mientras cerraba los ojos. Incluso cuando ingresó con más fuerza, Jaejoong solo mordió su labio, tratando de no abrir la boca y gemir como la primera vez.
—Quiero escucharte, Jaejoong.
Su nombre en la boca de Yunho fue tan desquiciante que Jaejoong sintió su pecho más agitado que la última vez, como si hubiera sido el detonante necesario, para poder empezar a moverse.
Abrió los ojos despreocupadamente y empujó a Yunho del pecho, haciéndolo que cayera en la cama, boca arriba como hace un rato él se encontraba. Entonces casi sin medir consecuencias o ser consciente de lo que hacía, se sentó sobre él.
Gimiendo con fuerza otra vez cuando el miembro de Yunho volvió a estar en su cuerpo. Y el despliegue de pasión en el rostro de Yunho ante su sola acción fue gratificante. Jaejoong paseó sus manos por ese pecho, por sus abdominales, por todo ese cuerpo endemoniadamente deseable.
Se encargó de subir y bajar, cada vez con más rapidez. Embelesado con ese rostro en Jung, fuera de serie. Tanto deseó que lo hacía cerrar los ojos y retorcerse bajo su cuerpo. Jaejoong incluso sonrió complacido, como si su placer recayera más en ver a Jung en ese estado, completamente rendido a él.
—¡Oh, maldición…!
Su voz acongojada, y repentina mientras realizaba una mueca de placer, por que estaba tocando puntos demasiado intensos en él. Como si pronto se encontrara más flotando que en tierra firme.
Jaejoong recordó el licor, la cantidad exuberante que tenía en su cuerpo, y siguió montado sobre Jung, sobre ese cuerpo a su disposición, aún más satisfecho, cuando Jung empezó a levantarse un poco y casi necesitadamente buscó sus labios.
Fue un beso extraño, confuso y hambriento.
…Que supo incluso a sangre.
…
…
Diez de la mañana, desnudo y sudoroso.
Jaejoong abrió los ojos.
Boca abajo en la cama de aquella habitación, miró confuso el lugar, el molesto sol de esa mañana que le daba casi en la cara, se removió molesto. Como si quisiera darse una ducha urgentemente.
Entonces los recuerdos vinieron de inmediato, y la resaca por consecuencia también.
Fatal e insoportable.
La ropa regada en el piso, y por supuesto el sudor de esa calurosa mañana lo acosaba. Y cuando logró levantar un poco la cabeza, descubrirse solo en la habitación únicamente lo hizo sonreír descaradamente.
Divertido con la cobardía de Jung.
…
…
Asustado, con una mano en el pecho, logró apoyarse en una pared.
La ropa mal puesta y la imagen dormida de Jaejoong grabada en la retina, como si hubiera sido lo más normal del mundo, su cuerpo desnudo despertó junto al de su compañero de salón.
El olor a sexo dentro de la habitación, logró que la realidad le golpeara en la cara, que recordara que no solo habían tenido sexo una vez, sino varias. Que ese cuerpo de Jaejoong probó el suyo y él, el de Jaejoong de diversas maneras.
Su corazón se agitó preocupado, por que le había gustado. Había sido quizá la mejor experiencia sexual en su vida. Y le asustaba saber que había sido con él. Por eso se detuvo luego de correr como un vil idiota.
Y descansó un poco, para pensar en Yoona.
Pero no funcionaba, ¡de ninguna forma!
Solo venía a su cabeza la imagen de Jaejoong, sudado y mordiendo su labio inferior, bajo su cuerpo, gimiendo de placer ante sus embestidas.
Maldito sea su cuerpo, que le había jugado a traición.
“Tatué tu nombre en mi lengua,
Y entonces mi corazón se rompió.”
Aaaahhhh!! Jaejoong Win!!! Jajajaja logró lo que se propuso, que yunho olvidara a yoona xDD pobre yunnie todo asustado salió corriendo... Muero por saber la continuacion! Gracias por el cap!
ResponderEliminarLe encanto a Yunho, aunque ahora se lo reproche y quiera pensar en Yoona en su mente no hay lugar para ella, solo para Jaejoong.
ResponderEliminarGracias!!!