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Arualthings

Tradición Familiar - Cap. 10

Y mi silencio continua siendo la manera de gritarte que te extraño.



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Minho estaba acostumbrado a recibir a Changmin en su habitación.

Eran amigos, desde hace ya varios años. Que Min saliera con aquel sujeto llamado Rain, y que ahora tuviera algo así como una extraña relación con Yunho, no quería decir que las cosas hubieran cambiado demasiado… ¿Verdad?

De todas formas le resultaba incluso hasta irónico el hecho de que ambos estuvieran saliendo con personas varios años mayores a ellos. Curiosa coincidencia, en la que Minho había optado no pensar demasiado.

—¿Y que hiciste durante el tiempo que estuve de vacaciones?

Minho sinceramente agradeció el hecho de que Changmin omitiera el nombre de Rain en aquellas dichosas vacaciones, pero sinceramente prefería esquivar el tema. Principalmente por que no le agradaba por error tener que escuchar algún comentario de Rain y Changmin en sus vacaciones a escondidas.

—Bien, me divertí… Incluso conocí mucha gente nueva.

Sonrió divertido, se encontraba frente a su laptop, chateando precisamente con Yunho. Sin embargo la fija mirada de Changmin lo hizo despegar la mirada de la pantalla para observar a su mejor amigo, Changmin había dejado de lado en libro en sus manos.

—¿Desde cuando te da por conocer gente nueva?
—Siempre he sido muy sociable, Changmin. Eso, solo por si no lo recuerdas.

Shim pareció removerse en su asiento, algo incómodo. Abriendo el libro una vez más. Y entonces Minho volvió a escribir un par de palabras, contestándole a Yunho quien parecía muy interesado en como se encontraba.

—Pero… ¿Qué más hiciste?

Y la inusitada curiosidad de Changmin lo hizo sonreír. Por que antes Changmin solo pensaba en Rain, y ahora su voz sonando débil y algo insegura. Lo hizo sonreír, prefirió ignorar la pregunta y continuar escribiendo. No estaba muy seguro de cómo podía repercutir en su amistad la presencia de Yunho ahora en su vida.

…Por eso prefirió callar, al menos momentáneamente.


..::..::..::…

Fue cuando Junsu por error soltó el cubierto en sus manos, y este provoco un estrepitoso sonido en medio del comedor, cuando toda la familia Kim notó que algo no andaba bien. Por que no era tan usual que estando todo en la mesa, el silencio fuera tan absoluto.

Rye observó a su esposo, Ohn no lucía molesto o algo por el estilo. Y cuando no se trataba del cabeza de la familia, de inmediato sus ojos se posaron en sus hijos. Jaejoong lucía sonriente de esas sonrisas que no se borran por nada del rostro.

Junsu estaba sencillamente resplandeciente, con otra sonrisa bailando en sus labios. Y finalmente Changmin. Rye inmediatamente encontró la causa del problema, Changmin medio comía, con el entrecejo arrugado y murmurando palabras.

Fue como si su descubrimiento fuera compartido por que pronto todos dirigieron sus miradas hacía el menor de la familia y cuando él lo notó la tensión aumentó, por que todos se pegaron un poco más a sus sillas.

—Hijo… ¿Te has peleado con Minho?

Y cuando Changmin torció un poco sus gestos al escuchar el nombre del hijo menor de la familia Choi, todos asintieron levemente.

—Es él.
—Es obvio.

Junsu y Jaejoong a pesar de que hablaron en voz baja llamaron la atención de Changmin quien los miró asesinamente, logrando que sus hermanos se tensaran un poco y Ohn negara levemente, mientras continuaba comiendo.

—Señores, el joven Minho ha llegado de visita.

La empleada hizo una pequeña reverencia, y se marchó mostrando a un pequeño Minho que apretaba sus manos con algo de nerviosismo, mirando hacía cualquier lugar que no fuera obviamente Changmin.

Y entonces la tensión se incrementó en niveles insospechados.

—Buenas tardes con todos.
—Hola, pequeño. ¿Cómo está tu familia?

—Muy bien, Rye gracias por preguntar. Changmin yo…

Cuando Shim se levantó de su lugar, empujando un poco la silla y con su expresión más seria en el rostro. El silencio volvió a apoderarse del comedor. Ohn observó a su hijo, ni siquiera se molestó en mirar a Minho, y eso ya para empezar era para preocuparse.

—Tengo mucha tarea el día de hoy, con permiso, me retiro.

Fue extremadamente cruel, todos notaron el inmutable comportamiento de Changmin mientras pasaba a lado de Minho, ignorando por completo su presencia. Y subía las escaleras hacía su habitación como si en verdad solo eso le importara.

Minho apretó los puños de sus manos y lo más rápido que pudo subió las escaleras, el camino hacía la habitación se lo sabía de la memoria, pero cuando llegó y encontró la puerta cerrada. No pudo evitar suspirar.

Un golpe, dos golpes.

—¡Changmin abre esa puerta! ¡Sabes que tenemos que hablar!
—¡Lárgate Minho…!

Y era como estarlo viendo, Changmin muy seguramente se encontraba sentado frente a su escritorio con algún libro o revista en las manos, fingiendo que aquella lectura en verdad le parecía interesante.

Minho golpeó seguidamente la puerta, hasta que un dolor entumecido en el hombro lo hizo rendirse. Respiró cansado, por que a veces Changmin podía ser tan frustrante e infantil como él. Y odiaba cuando se comportaba de esa forma.

—¡Changmin voy a empezar a cantar si no me abres la puerta! ¡Es en serio!

Seguía sin recibir respuesta alguna, se apoyó en la puerta y cerró los ojos. Una sonrisa maliciosa apareció en sus labios y golpeó solo un par de veces más la puerta, y cuando esta continuó sin señas de querer ser abierta empezó a levantar la voz.

—Tú, mi sentimiento mas profundo, me robaste una mañana; Y con un beso plantaste bandera en mi pensamiento~

Gritaba, desafinando a propósito a pesar de que la canción le gustara. Por que Changmin siempre decía que esa canción era exageradamente cursi y odiaba incluso cuando la tarareaba, por eso cantó más fuerte, desafinó todo lo que pudo.

Quería enojar a Changmin, frustrarlo tanto que no tuviera más que abrirle la puerta, así sea para querer golpearlo.

—Tú me has enseñado a quererte tanto que tu amor hoy día para mí es sagrado, mi religión~ 

Se pegó a la puerta, sabía de lo mucho que a Changmin le jodía este tipo de escándalos y escenitas e iba a aprovecharse de ello, para que de una vez por todas le abriera, pero en realidad parecía no estar funcionando.

Levantó todavía un poco más la voz, no le importaba quedarse sin voz, seguiría ahí. Hasta que Changmin le abriera no le importaba cuanto tiempo tuviera que pasar.






Lo había intentado todo.

Leer, encender la televisión, poner un poco de música en su celular, encender la laptop, jugar con las llaves, tapar la cabeza con una almohada. Y nada funcionaba, seguía escuchándolo, seguía escuchando la voz de Minho.

Y su corazón latía descompasado, por que quería sonreír y abrazar al idiota ese que tenía por prometido, pero no podía. Su desconfianza, lo había molestado. Por que no era justo, que a estas alturas Minho le viniera con celos estúpidos.

Por que Changmin no merecía que desconfiara de él.

—Tú con esas cosas que me gustan tanto me haces feliz~

La voz de Minho seguía escuchándose y cuando las cortinas de su ventana se agitaron con el viento. Changmin tuvo una idea, tomó las llaves sobre el escritorio, su celular y empezó a salir con cuidado por la misma.

Se aventuró a mirar hacía el suelo. Inseguro, continuó, por que tenía que salir de ahí, o terminaría rendido y disculpando al idiota de Minho que al parecer no podía evitar ser tan estúpidamente cursi y lindo.






—Fue entre gracioso, traumante, y patético.

Yunho rió, compartiendo la misma risa que Jaejoong tenía en esos momentos mientras comían un poco de helado. Casualmente era la sexta vez que salían, y Yunho acababa de descubrir que hace tanto que no tenía citas con alguien.

Se había preocupado tanto por divertirse en el momento, y punto. Que se había olvidado de lo bien que se sentía salir con alguien más, conversar, comer algo, ver una película.  simplemente convivir juntos y nada más, como si nada.

Y si bien lo recordaba, hace tantos años que no tenía una salida de ese tipo con Heechul, ni siquiera desde que había regresado del extranjero. Y estar con Jaejoong era tan agradable que lo hacía respirar profundo y descubrir que podía sentirse cómodo con alguien más que no fuera Heechul.

—¿Por qué no hemos tocado el tema de que estuvimos juntos?

Jaejoong pareció tensarse, clavando la mirada en aquel helado de vainilla que tenía sobre la mesa, Yunho sonrió, que Jaejoong todavía pareciera sentirse avergonzado con tocar el tema de: ‘Si, tuvimos sexo ¿Y, que?’ era algo dulce.

—Por que no estoy seguro de cómo afrontar… Eso.

Yunho no disimuló que la risa había provocado que se atorara con el helado, llevó una servilleta a sus labios y marcó un poco más la sonrisa.

¿Eso? Por favor Jaejoong que ya hace mucho eres mayor de edad.
—Yunho esto es demasiado para mi, yo no…

Levantó las manos, pidiéndole a Jaejoong que se detuviera, se cambió de asiento y tomó las manos de Jaejoong con cuidado. Notando como Jaejoong parecía relajarse con el contacto. Lo bueno de empezar a conocer a Jaejoong, es que había descubierto que lo relajaba que tocaran sus manos.

Y a Yunho le agradaban las manos de Jaejoong.

—Tranquilízate Jaejoong, esto va a ir al ritmo que tu decidas. Si quieres besarme esta bien, sino quieres hacerlo está bien igual. Me agrada tu compañía después de todo.

Bebió un poco de agua, sosteniendo aún con su mano derecha las manos de Jaejoong quien ya había sonreído ante sus palabras. Si era la primera vez que Jaejoong en realidad mantenía varias relaciones a la vez, suponía que era ligeramente difícil para él.

—¿Y si quiero un beso?
—Tienes un beso.

Yunho se levantó un poco de su asiento y se acercó a esos labios de Jaejoong que ahora formaban una sonrisa, recibiéndolo con gusto. El punto que estaban empezando a atravesar era ligeramente peligroso.

Pero aún así Yunho decidió no preocuparse por eso, y Jaejoong parecía haber empezado a dejarse llevar por todo también.






Junsu bebió la poca cantidad de agua que le quedaba.

Y secó el sudor en su frente con la toalla en sus manos. Había salido a correr un poco durante esa mañana/tarde y a pesar de que se encontraba en la planta baja. Pudo escuchar a lo lejos la voz desparramada de Minho.

Subió las escaleras curioso y encontró a Rye parada en la pequeña esquina del pasillo observando angustiada al menor que permanecía sentado en el piso apoyado todavía en la puerta que Changmin no se dignaba a abrir.

—Tú me has enseñado a quererte tanto que tu amor hoy día para mí es sagrado, mi religión~ 

Colocó una mano sobre el hombro de la mujer y ella le sonrió levemente a modo de saludo, no sin antes, darle un corto beso en la mejilla. Junsu suspiro un poco apenado con toda la situación.

—¿No ha dejado de cantar?
—Ni un solo momento.

Y a Junsu ya se le empezaba a ser extraño que en verdad Changmin no abriera la puerta. Debió haberse tratado de una discusión fuerte. Pero prefería no intervenir por que la ira de Changmin llegaba a ser peligrosa.

Un mensaje de Yoochun y la sonrisa de Junsu apareció, tan brillante y deslumbrante como se le venía haciendo costumbre. Decidió bañarse y cambiarse lo más rápido que podía, tenía ganas de ver a Yoochun ese día.

—Me has mal acostumbrando...

Y la voz de Minho parecía no querer detenerse.






Enterarse de que aquel era el instituto adecuado fue más fácil de lo que hubiera parecido. Se quitó las gafas y bajó de su auto con tranquilidad, observando los imponentes edificios que componían al gran instituto y las rejas que se interponían.

—¡Mir! Apresúrate que el receso está por terminar.

Un chico apareció de la nada, corriendo apresurado por entre el lugar algo despejado. Y detrás de él aparecía precisamente Mir, corriendo también, vestido con el uniforme y Changmin no pudo evitar sonreír cuando lo vio vestido de esa forma.

—¡Hey, Mir!

Agitó un poco su mano, y cuando el muchacho giró, su rostro sorprendido que luego pasó a ser uno sonriente fue lo que recibió a Changmin.

—¿Qué haces aquí?
—Quise venir a disculparme por lo de ayer.

—¿Otra vez?
—Me pareció adecuado.

Mir sonrió y Changmin lo imitó  en aquel gesto, si la reja no se interpusiera entre ambos fuera perfecto, pero de algún modo era mejor así. Mir había decidido escuchar las palabras de su hermano. Y olvidarse de Changmin antes de que empezara a sentir algo.

—No tenías que molestarte. ¿Todo está bien con Minho?
—En realidad no…

Comprendió, cuando Changmin bajó la mirada, que el muchacho en verdad había venido a hablar un poco, por que seguramente deseaba desahogarse. Se apoyó un poco en la reja y suspiró.

—Deberían hablar, eso es lo más conveniente.
—Es que no es así de fácil. Se que lo voy a tener en frente y lo voy a perdonar inmediatamente, pero quiero que él entienda que yo jamás voy a lastimarlo, mucho menos traicionarlo.

Algo dentro de Mir hizo crack la triste realidad frente a sus ojos. En ese momento únicamente suspiró, como el estúpido que se sentía.

—¿Quieres que él termine de madurar así de repente? Eso es algo que yo pienso toma tiempo, y experiencia. Madurar o no depende de cada persona, para ti es difícil que él a veces no te entienda. Pero, dime… ¿Crees que no es difícil para él saber que tu siempre actúas maduramente cuando él lo único que quiere tan solo es divertirse?

—¿Quieres decir que él me soporta?

Mir rió un poco, apoyándose en la reja y mirando directamente a aquellos ojos.

—El amor es aceptar al otro como es, a veces es difícil, a veces es muy complicado. Pero al final maduros o no. Cuando están juntos. ¿Importa eso acaso?

Changmin respiró hondo, Mir tenía un punto. Un muy buen punto, la inmadurez de Minho lo había tomado por sorpresa y lo había decepcionado y hecho sentir mal. Pero de pronto recordó todas las cosas que él y su madurez hubiera podido molestar a Minho.

La vez que Minho quiso ir a esquiar sin decirle a nadie, en una especie de fuga. La vez que quiso ir al parque de diversiones. O cuando quiso patinar en la pista de hielo y él se negó por que todo eso era muy infantil.

Minho solo le había sonreído débilmente, había tomado su mano y asentido. Si, Changmin le había dado un beso para borrar esa sonrisa tan apagada, y si, Minho parecía entonces de mejor animo.

Pero eso no eliminaba que Minho se hubiera sentido como él se sintió hace unos días.

De acuerdo, Mir tenía razón.

—Deberías ser psicólogo, eres muy bueno con eso.
—Tal vez entonces debería cobrar mi primera consulta. ¿No?

Mir estiró su mano en broma, golpeándola y Changmin solo negó ante aquello sacó las llaves de su bolsillo. Y se apresuró a subirse al auto agitando su mano en dirección a Mir en seña de despedida.

Luego de que eso sucediera, Mir solo lo observó marcharse. Podía ser muy estúpido o tal vez por que aún no estaba enamorado, pero aconsejarlo, ayudarlo y sobre todo ver esa sonrisa en el rostro de Shim, fue gratificante.

Una pequeña exhalación salió de sus labios, una muy parecida a un suspiro que luego cuando un auto se paró frente a las rejas haciendo que estas se abrieran debido al control internó, logró que Mir solo retrocediera.

El auto ingresó y de una manera curiosa Mir observó al hombre alto y elegante que salía del auto. Sostenía algunos libros y parecía un poco serio. Recordó entonces el rumor que se había esparcido por todo el instituto, de un profesor nuevo que llegaba del extranjero.

Supuso que sería él. Y cuando la campana sonó, empezó a correr, por que su próxima clase empezaba en menos de nada y él tan solo tenía el tiempo suficiente para llegar.






Se había vuelto algo así como una adicción.

Una alucinante adicción que había desbocado sus sentidos, considerando casi inevitable que al estar demasiado cerca de él, cerrar los ojos y besarlos fuera imprescindible. Rozar con su mano el cuello níveo.

Respirar su aroma, con el cabello de Jaejoong chocando con su frente. Impulsado a querer besarlo un poco más, a profundizar ese contacto igual que lo habían hecho hace ya unos días en su oficina.

Decidió tomar el primer impulso en medio de ellos, deslizó su mano con cuidado por debajo de la camisa de Jaejoong, el estomago de Kim se compungió debido al contacto, pero aparentemente no lo rechazó. Tan solo había sido la sorpresa inicial.

Una vez que Jaejoong aceptó el contacto. Yunho decidió alejarse solo un momento de los labios de Jaejoong, solo instante en el que sus labios se movieron hacía ese cuello en el que se dedicó a apresar con cuidado de no dejar marca.

Y el lugar empezaba a ser incómodo, estar ambos dentro del auto les reducía el contacto, y las ganas de moverse a libertad. Pero cuando Jaejoong se quitó el cinturón de seguridad, moviéndose con una agilidad casi felina hasta él. Sentándose sobre sus piernas Yunho no pudo evitar suspirar.

El aire caliente de su aliento rozó el cuello de Jaejoong, inesperadamente Jaejoong gimió sobre él, Yunho sentía el peso del mayor sobre sus piernas, con sus cuerpos demasiado cerca debido al estrecho espacio que compartían.

A esa corta distancia, tuvo la ventaja de poder introducir ambas manos bajo la camisa de él, acarició esa amplia espalda y Jaejoong parecía entretenido con su cabello, besando sus labios a pesar de la incomodidad de tener que permanecer algo agachado.

Yunho en ese momento odió no poder llevarlo a su departamento, por que ese espacio tan reducido dentro del auto de Jaejoong lo estaba limitando pero aún así de cierta forma era incluso más excitante.

—Yunho… Vamos a otra parte…

Que Jaejoong lo propusiera tan de repente, que incluso lo sorprendió hizo que el cosquilleó en su pecho reviviera. Hasta un punto indescriptible en el que agarró por el cuello al muchacho y volvió a besarlo. Con la pasión renovada y agradecido con las emociones que los desbordaban con tan solo unos besos.

Jaejoong en ese momento se hizo un poco hacía atrás. Y el sonido ensordecedor del auto se dejó escuchar, Jaejoong se encogió y Yunho colocó una pequeña mueca en sus facciones. El sonido que alertaba a los demás de la presencia de un auto dejó un silencio escurrirse.

Yunho exhaló un poco de aire, pegando su frente a la de Jaejoong, con esa pequeña calma rodeándolo, aún temblando un poco ante la excitación producida por su contacto mutuo. La mano de Jaejoong estuvo sobre su mejilla, acariciándolo suavemente.

—Quizá es una señal del destino, es tarde y debes ir a trabajar.

Justo en ese momento, Yunho tuvo que darle la razón a Kim, por que se había escapado solo durante la hora del almuerzo, él tenía un negocio y no era ningún millonario como para permitirse cerrar así como así por un día su trabajo.

—De acuerdo, pero nos vemos mañana.
—Por supuesto…

Acababa de descubrir que le encantaba la voz de Jaejoong así de susurrante y cálidamente cerca a su boca. Jaejoong volvió a besarlo, una sola vez, uniendo sus labios por apenas unos cortos segundos, antes de regalarle una sonrisa y bajar del auto.

Yunho lo imitó, arreglando un poco su ropa y viendo el cabello desarreglado de Kim en esos instantes, una sonrisa surcó por sus labios. Fue inevitable no besarlo para sentirlo una última vez.

Luego de eso, Yunho caminó directo hacía su trabajo mientras escuchaba el auto de Jaejoong arrancar y marcharse. Yunho respiró profundo, secretamente, Yunho sabía que hace mucho no se sentía de esa forma.






Siwon había llegado a su límite.

Estaba acostumbrado, se suponía que Heechul iba a vivir una vida en la que las relaciones no eran su prioridad. Siempre había sido así, así lo había conocido, así había aprendido a vivir también, así seguía enamorado de él.

Podía soportar el hecho de que para Heechul fuera importante Yunho, incluso por encima de él. Heechul podía hacer lo que le diera la gana fuera de estas oficinas ahí donde él no pudiera verlo.

Pero justo en ese momento, cuando en uno de los pasillos del hotel Heechul sonreía abiertamente frente a uno de los muchos ejecutivos que venían buscando algo de promoción dentro del hotel, Siwon no pudo evitar arrugar el entrecejo.

Una cosa es que supiera sin observarlo a ciencia cierta, que Heechul mantenía una vida muy open Mind, pero si algo le había pedido a Heechul es que no lo hiciera en su ambiente de trabajo. Y Heechul había faltado a su palabra.

Por eso caminó hacía él, tomándolo por el brazo, sin importarle en lo más mínimo la presencia del ejecutivo, jalando a Heechul todo el camino hacía su oficina, oyendo sus quejas y cerrando la puertas detrás de sí.

—¡¿Se puede saber que demonios te pasa Siwon?! ¡Todo el mundo allá afuera se dio cuenta de cómo me jaloneabas!
—¡¡Pues tú faltaste a tu palabra!! ¡Habíamos quedado en que no ibas a meterte con nadie de la empresa!

—¡No te permito que me hables de esa manera! Además solo conversaba con James, es un ejecutivo muy importante de Estados Unidos.
—Por favor, Heechul… Solo tú te crees eso.

—¿Qué sucede contigo Siwon? Estas armando una escenita de celos y sabes que eso no me gusta.
—Lo que no te gusta es que te digan las verdades en la cara, tal pareciera que no puedes tener los pantalones en su lugar.

Las palabras siseantes y venenosas de Siwon tomaron por sorpresa a Heechul, la frialdad con las que fueron pronunciadas y la crueldad atravesaron por completo la actitud siempre firme de Heechul.

Un paso hacía atrás y Heechul redujo su mirada a una que denotaba decepción y algo de dolor. Como si la sorpresa lo hubiera golpeado tan fuerte que no podía ni siquiera gritarle a Siwon como le hubiera gustado.

Para ese momento lo único que pudo hacer Heechul fue respirar profundo. Y girar sobre sus talones, marchándose cuanto antes de aquella oficina. Dejando a Siwon sumido en las consecuencias de su propio error.

Por que si, en parte era verdad… Estaba cansado y celoso de la cansina actitud de Kim Heechul.






Yoochun comió un poco del puré que había sobre su plato.

Invitar a comer a Junsu no había resultado como esperaba, por que en parte él tenía planeado algo más íntimo como en su departamento, aprovechando que Mir estaba en el instituto.

Pero habían terminado en el restaurante del club privado y no es que la idea de pasar tiempo junto a Kim no le gustara, pero sencillamente tenía unas ganas desarrolladas de poder besarlo sin reparo. Junsu de repente dejó los cubiertos, limpiando su boca cuidadosamente.

—Creo que me faltó algo de ensalada.
—¿Quieres que vaya por un poco?
—No es necesario, Yoochun. Ya vuelvo.

Junsu le regaló una rápida sonrisa. Una confortante y muy llena de alegría, se levantó con el plato en mano dispuesto a ir por el buffet que estaba en el mesón principal dejando que Yoochun continuara sentado disfrutando del almuerzo. Tomó las pinzas con cuidado seleccionando correctamente la ensalada que comería.

—Oh, pequeño hace tanto que no te veía…

La elegante mujer que estuvo frente a sus ojos, logró que Junsu sonriera levemente mientras giraba para asentir educadamente.

—Buenas tardes, señora Ling. ¿Cómo está su novio Español?
—Terminamos, era muy joven para mi gusto.

La mujer agarró una de las pinzas, para poder disponer también de una de las ensaladas. Junsu volvió a lo suyo. Ambos aparentemente muy concentrados en la comida que llevarían a sus platos.

—Ese muchacho que está contigo… ¿Es tu amigo?

La repentina pregunta por parte de la mujer, hizo que Junsu levantara la mirada y observara el perfil construido por otras manos de la rubia que le llevaba ya unos cuantos años en comparación.

—¿Por qué la curiosidad repentina Señora Ling?
—Por que no estoy segura de que tan conveniente para una persona como tú, sería tener ese tipo de amistades. Es decir… Tu apellido es de los más importantes en Corea.

Junsu pudo sentirlo de inmediato, las miradas de las personas que se encontraban a sus lados, seleccionando también comida. Fue como un manto pesado sobre sus hombros, pero aún así prefirió ignorarlos.

—No sé a que se refiere.

—Una de mis amigas me comentó que ese muchacho es algo así como un gigoló y no se hasta que punto para alguien como tu sea conveniente juntarse con alguien que acapara ese tipo de comentarios tan detestables.

Junsu dejó las pinzas sobre el mesón, con algo de fuerza. Provocando un estruendoso ruido que pareció sorprender e indignar a la mujer, que llevó una mano a su pecho. Él solo la miró, respirando con tranquilidad, o al menos con la que podía acumular.

—Si, esos comentarios son tan detestables, como la gente que los repite.

Y sabiendo que la mujer lo miraba con una expresión indignada en el rostro. Junsu caminó de regresó a su mesa, dejando el plato a medio llenar sobre ella. Con el entrecejo arrugado y los brazos cruzados.

Llamando la atención de un curioso Yoochun.

—¿Junsu? ¿Sucedió algo?
—¿Es cierto que eres un gigoló?

La pregunta fue directa, Yoochun abrió los ojos en extremo, e incluso soltó los cubiertos en sus manos. Provocando que Junsu se antelara a una respuesta que todavía no llegaba. Sin embargo la expresión en su rostro no varió. Necesitaba antes una respuesta.

Yoochun desvió la mirada, jugando con sus manos e intentando hallar las palabras adecuadas, pero le resultaba casi imposible por la forma en que Junsu lo miraba en esos instantes.

—¿Quién te de dijo eso?
—¿Importa acaso? Solo respóndeme, y no me mientas Yoochun.

No es que fuera un experto, pero se le daba bien mentir. Sin embargo mirando aquellos ojos, la opresión en su pecho limitaba su capacidad casi innata por decir lo que le convenía… Pero los ojos de Junsu fueron su talón de Aquiles.

Yoochun decidió decir la verdad.

—Si, lo soy.

Hubo un denso silencio, uno en el que Yoochun ni siquiera razonó que estaba poniendo su trabajo en riesgo. Solo bajó la mirada un poco. Hasta que escuchó la silla siendo arrastrada. Junsu se se había levantado.

Su corazón comenzó a latir descompasadamente, Junsu se alejaba de su lado. Y no estaba seguro de hacía donde pero se vio incapaz de levantar la mirada para ver como se marchaba de su lado. Descubriéndose inusitadamente dolido.

Pero mordiendo el labio inferior, respirando profundo y agarrando las pocas fuerzas que pudo recaudar lo hizo. Junsu había vuelto a la barra de comidas hablaba con un montón de señoras que lo miraban a él y a Junsu. Alternadamente.

Las mujeres se asombraron y fingieron una indignación muy pobre que hizo sonreír a Junsu antes de caminar hasta él y tomarlo de la mano, mientras se levantaba de la mesa dejándose guiar por Junsu, Yoochun no terminaba de entender lo que sucedía.

—¿Qué es todo esto? ¿Qué le dijiste a esas mujeres?

Junsu pareció divertido al recordarlo, por que sonrió de lado y apretó un poco más el agarre de sus manos mientras salían del restaurante.

—Sencillamente les dije que no me molestaba que fueras un gigoló, que es más, me parecía demasiado sexy la idea.

Yoochun se quedó estupefacto por varios segundos, caminando por inercia tras Junsu siendo guiado aún por su mano. Y ya cuando estuvieron cerca del auto. Yoochun aprovechó sus manos entrelazadas para jalar de él y hacer que lo mirara.

—¿En verdad no te importa?
—A mi solo me importa quien eres cuando estas conmigo, Yoochun.

Fue como si Junsu besara su alma, un lugar al que nadie antes había llegado. Por que su pecho se llenó de una calidez asombrosa, una que nunca antes había sentido. Se acercó sin miramiento alguno, por que deseaba un beso de esos labios.

Junsu recibió gustoso su demostración de afecto, sus labios se encontraron con una compenetración que Yoochun jamás espero encontrar con nadie, y entonces esas palabras salieron de su boca. Tan sinceramente como nunca antes…

—Te amo Junsu~ 






Había sido un día cansado, pero aún así Yunho había decidido cocinar un poco.

Heechul no lo había llamado en todo el día, y por este momento pensaba que no había nada de malo en no verlo aunque fuera un día. Cenaría un poco. Se relajaría bebiendo un poco de té y leería el diario.

Si, era un estupendo plan.

Pero las llaves de alguien abriendo las puertas de su departamento lo sorprendió, se asomó con cuidado desde la cocina y al ver a Heechul entrar, sonrió levemente… En serio no lo esperaba.

—Heechul ¿Cómo así llegas sin avisar?

No recibió respuesta alguna. Por que el muchacho permanecía con las llaves en las manos y la cabeza agachada al parecer ignorando por completo sus palabras. Yunho decidió acercarse unos pasos más.

—¿Chul?

Cuando su mejor amigo levantó la cabeza y sus ojos algo llenos de lágrimas fue lo primero que divisó. Yunho corrió hacía él, tomándolo por el rostro. Abrazándolo con cuidado. Tratando de protegerlo al menos un poco.

—Heechul… ¿Qué sucedió?

Pero volvió a tener el silencio como respuesta. Heechul únicamente se aferró con fuerza a su cuerpo. Sollozando levemente, derrumbándose ante los únicos hombros que podía hacerlo.







Se le había hecho un poco tarde.

Cuando llegó a su casa y uno de los empleados le indicó que Minho se había quedado dormido al pie de su puerta, acallando por fin su desafinado canto. Changmin no pudo evitar sorprenderse.

Tomó entre sus brazos al menor y Minho abrió los ojos prácticamente de inmediato. Dispuesto a negarse de que lo levantaran de ahí, pero en cuanto reconoció a Changmin solo sonrió un poco y se abrazó a su cuello.

—Changmin, lo siento~

La voz de Minho sonaba adormilada, probablemente se encontraba más dormido que despierto, Changmin solo sonrió ante aquello y abrió la puerta de su habitación con cuidado. Depositando a Minho con cuidado sobre su cama.

Suspiró con cuidado, acariciando el rostro de Choi y alejando un par de mechones de su rostro. Minho solo se acurrucaba un poco, aparentemente cómodo de encontrar un lugar que fuera más suave que el piso.

—Yo también lo siento, Minho. No te imaginas cuanto.

Respiró hondo, contemplando la imagen de su prometido. Sintiéndose realmente afortunado de poder estar así con él. Imaginó lo que sería poder convivir en un futuro de esa forma y se sintió a gusto pensando que con peleas y desaciertos, alegrías y estupendas reconciliaciones.

…Finalmente su vida no sería tan mala.

—Duerme conmigo hoy, Min…

La petición todavía baja y suave por parte de Choi lo hizo sonreír un poco más, se subió con cuidado a la cama, y lo abrazó. Cerrando los ojos levemente, hasta que el aroma de Minho lo envolvió. Y la calidez de sus cuerpos juntos le demostró.

Que con inmadurez o madurez de sus partes. Ambos finalmente se amaban.


..::..::..::..

—¡Spin the bottle, Spin the bottle!

Era la reunión de sus amigos de instituto. Licor de por medio, música a todo volumen. Todos iban y venían, tropezaban, caían, bebían y seguían hablando cuanta tontería se les pasara por la cabeza.

Las muchachas del centro que habían sido señaladas por la botella vacía de vodka se dieron el respectivo beso. Alocando a los presentes que estallaron en gritos. No había limites ni consciencia esa noche. Despedida de fin de curso, era la excusa.

Minho rió divertido, pegándose al hombro de Changmin y hundiendo el rostro en el hombro de su mejor amigo. Ambos olvidándose de Rain, de Yunho, de lo tensa que se había vuelto su amistad en los últimos días.

—Voy por un poco de agua, mi cuerpo no resiste más licor.

Minho asintió ante las palabras de Changmin y lo dejó levantarse. La rubia que hubiera sido la protagonista del último beso hizo girar la botella una vez más y cuando la botella lo señaló Minho se carcajeó divertido.

Pero cuando levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los de Changmin quien ya caminaba con una botella en la mano. Se paralizó. La contraparte de la botella señalaba a Shim y todos comenzaron a vitorear y aplaudir. Por que se suponía que ambos eran los mejores amigos.

—¡Esto será bueno! ¡Chicas saquen las cámaras!
—¡¡Kiss!! ¡Kiss!! ¡¡Kiss!!

Fue incomodo, ante la mirada expectante de todos. Pero la incomodidad desapareció cuando sus rostros estuvieron lo suficientemente cerca. Minho olvidó a Yunho, y quiso creer que Changmin olvidó a Rain.

Sus bocas se encontraron, hubo un beso. Un excelente beso, casi lleno de pasión que provocó más gritos y chiflidos de adolescentes borrachos a su alrededor. Finalmente, sus rostros lo suficientemente cerca y Minho junto sus frente con una sonrisa vaga en los labios.

…Había deseado hacer eso al menos una vez. Y ya lo había logrado.

Pero la mano de Changmin en su cuello, reanudando el beso. Lo tomó por sorpresa. Changmin lo besaba, con una necesidad casi sorprendente y Minho no se negó, por que deseaba tanto o más. Otro de esos cósmicos besos sazonados por el licor y la inconsciencia.

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2 Comentarios:

  1. wa este fic es como de la era de hielo jaja casi me había olvidado q lo lei *O* y como recordar es volver a vivir sera motivo para re leer partes q e olvidado jajajaj gracias por continuar tu fic !!! espero que no lo abandones Y_Y

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  2. porfavor siguela esta muy buena

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