3 meses antes de Navidad
Yoochun caminaba en círculos tras la puerta de la Sala de Emergencias. Jaejoong había sido ingresado la mañana antes de que Yoochun llegara. El hospital llamó a la escuela de Yoochun y a los padres de Jaejoong inmediatamente después de que este colapsara y Yoochun corrió todo el camino al hospital junto con Yunho. El doctor finalmente le dijo a Yoochun que Jaejoong necesitaba un transplante o de lo contrario no duraría mucho. Yoochun se maldijo a sí mismo por no notar que la condición de Jaejoong había empeorado.
Cuando el doctor abrió la puerta de la Sala de Emergencias, Yoochun fue el primero en preguntar cómo estaba Jaejoong. El doctor dijo que había pasado la etapa crítica y que él estaría bien y que podían verlo, una persona a la vez, y no más de 3 personas. Los padres de Jaejoong dejaron ir a Yoochun primero y Yoochun literalmente atravesó la habitación hasta la cama de Jaejoong y lloró. Débilmente Jaejoong le dio palmaditas a la cabeza de Yoochun, pero no se atrevió a decir nada porque sabía que iba a morir.
“¿Por qué no me lo dijiste?, idiota” Yoochun dijo entre sollozos. La visión de Jaejoong postrado débilmente en cama con una máscara de oxígeno no era algo nuevo para él, pero aún así dolía. “¡Cómo pudiste, JaeJae!” Jaejoong solo podía musitar una disculpa mientras abrazaba a su mejor amigo. Dolía demasiado, guardarle secretos a Yoochun cuando ellos usualmente lo compartían todo.
“¿Puedo ver a Yunho?” Jaejoong preguntó, sorprendiendo a Yoochun, pero aún así asintió y dejó pasar a Yunho. Era la primera vez que estaba a solas con él y Yunho se había ganado su confianza. Yunho forzó una sonrisa al ver a Jaejoong y aún así Jaejoong podía ver cuán herido estaba él también. “Hey, Yunho.”
“Hey, ¿cómo te sientes Jae?”
“He estado mejor,” soltó una risa débil. “Tengo algo que pedirte, ¿puedo?”
Yunho tomó la mano de Jaejoong y la apretó con fuerza. “Lo que sea.”
“Si muero, ¿me prometes que cuidarás de Yoochun?”
Yunho frunció el ceño y abrió la boca para protestar pero entonces vio que Jaejoong estaba hablando en serio. “Bien, pero eso no significa que dejarás de intentarlo ¿verdad?”
Jaejoong sonrió y asintió. “Gracias, Yunho.”
“¿Te sientes mejor?” Changmin dijo mientras se apoyaba en el marco de la puerta. Jaejoong resopló y rodó los ojos. Changmin soltó una risita contenida y se dirigió a la cama de Jaejoong, inclinándose para depositar un beso en la mejilla de Jaejoong. “Tú todavía tienes 3 meses. No te preocupes por eso.”
“Que no me preocupe ¿por qué? ¿Por no ser capaz de decir adiós?” Jae bufó y Changmin dio un respingo ante la aspereza de su tono. Jaejoong lo notó y suspiró. “Lo lamento. Hoy le pedí a Yunho que cuidara de Yoochun. Eso es prácticamente un adiós, ¿no es así?” Changmin asintió. Fue un tanto doloroso para él ver el hermoso rostro de Jaejoong cubierto por la máscara de oxígeno, acostado en la cama de la Sala de Emergencias. Y fue aún más doloroso ver a Jaejoong renunciar a Yoochun, dejando a Yunho cuidar de él.
“Ya debo irme por esta noche…” Changmin dijo, dándose la vuelta. Ver a Jaejoong había sido tan doloroso para él. Cómo llegó a encariñarse tanto con ese niño, él no tenía idea. Jaejoong parecía ser del tipo que se cuela por debajo de la piel de la gente y se niega a salir, en el buen sentido.
“Espera…” Jaejoong dijo, pero Changmin desapareció antes de poder escucharlo.
“Junsu hyung.”
“Yo, ¿qué hay, Minnie?” la voz al otro lado del teléfono respondió.
“Por favor deja de llamarme Minnie,” Changmin rodó los ojos y oyó a Junsu soltar la risa. “Por cierto, ¿estás en algún lugar cerca a la base de datos?”
“Sip, trabajando hasta tarde hoy. ¿Por qué?”
“¿Puedes buscar algo para mí? ¿Cuáles son las consecuencias de no completar la misión de un ángel a tiempo?”
Junsu quedó sin aliento ante la pregunta de Changmin, “¿Wae wae wae? ¿Qué estás planeando hacer?”
Changmin suspiró, sí ¿qué estaba planeando hacer? Él mismo no tenía idea. “Hyung, búscalo.”
“Una década de suspensión.”
Changmin profirió un ‘mmm’ de comprensión. “¿Qué hay de conceder más de un deseo a la persona asignada a nosotros?”
“Diez décadas de suspensión.”
“¿Diez décadas? ¿Quién hizo tales reglas? ¡¿Han perdido la cabeza?!” Changmin le gritó al teléfono.
“¡YAH! ¡Yo no fui el que hizo las reglas!” Junsu devolvió el grito.
Changmin suspiró de nuevo. “¿Qué hay de…sanar a la persona a la que estamos asignados?”
La línea telefónica permaneció en silencio por un momento. “Minnie-ah. ¿Qué estás intentando hacer?”
“No lo sé, hyung. Creo que perdí la cabeza.”
“¿Tú te…enamoraste de esa persona?” Junsu preguntó con la preocupación claramente expuesta en su rostro. Al Changmin no responder, Junsu suspiró. “Perderán sus alas, Minnie. Las alas son la fuente de nuestra energía, perderlas significa la muerte. Una lenta, y dolorosa muerte.”
Changmin se apoyó en el marco de la puerta mientras contemplaba a un Jaejoong durmiente. ¿La muerte, eh? Así que o bien Jaejoong moría o él moría. Ojo por ojo; vida por vida. “¿Qué pasa cuando los ángeles mueren, hyung?”
“Changmin, no seas ridículo. El Choikang Changmin que conozco tendría su trabajo perfectamente terminado. Te has retrasado 3 meses y la gente está hablando.” El tono de Junsu era serio. Él era un ángel de alto rango el cual trabajaba como organizador de la base de datos, por lo que estaba muy bien enterado. Sus opiniones eran unas de las más confiables entre los ángeles, incluyendo ángeles de la muerte, así que usualmente ellos harían cualquier cosa que les dijera. Inclusive Changmin estaría de acuerdo si no fuera por Jaejoong.
“Duele, hyung. Él es tan joven y vulnerable y…” él suspiró. “¡Yo no tengo ni puta idea de cómo usar la cabeza con él!”
“¿Y estás dispuesto a arriesgar tu vida? Changmin, cuando él muera, tú podrás verlo aquí. Cuando tú mueras, te habrás ido, desvanecido. Nadie sabe a dónde van los ángeles cuando mueren. ¿Él siquiera siente lo mismo por ti? ¿Él dirá gracias? ¿A él le importará? ¿O le quitará el sentido a su vida porque no querrá perderte? ¿Has pensado en eso?”
Para ser honesto, Changmin no lo había hecho. Como dijo, él dejaba de ser coherente alrededor de Jaejoong. ¿Estaría Jaejoong triste si él se iba? ¿O estaría feliz, no teniendo que dejar a Yoochun? ¿Valdría la pena? Changmin estaba dándole a su decisión una segunda reflexión cuando escuchó a Jaejoong mencionar el nombre de Yoochun en su sueño. Esa no era la primera vez que Changmin había escuchado a Jaejoong hacerlo, e incluso si ellos se besaban era imposible deshacer un lazo de por vida entre los dos. Changmin estaba seguro que esos dos eran almas gemelas, su unión hecha en el cielo, pero ¿por qué Jaejoong estaba muriendo antes de que llegaran a estar juntos? Al demonio sí, lo decidió, la felicidad de Jaejoong definitivamente lo valía. “No le dirás a nadie ¿verdad, hyung?” Changmin preguntó, temeroso de que alguien pudiera ser enviado a detenerlo.
“Claro que no, pero por favor piénsalo bien.”
“Gracias,” y Changmin se desconectó.
***
“Te odio maldita sea.”
“Lo sé.”
“No, en serio, Kim Jaejoong, maldito seas ¡yo te odio!”
“Lo sé, Chunnie, pela rápido~”
Yoochun bufó y le pasó la manzana y el cuchillo a las manos de Yunho, “¡Tú hazlo! ¡Pelar apesta!”
“No, tú pélala. Es el deseo de un niño enfermo~” Jaejoong sonrió y Yunho reía mientras Yoochun gemía de desesperación. “Es tu castigo~”
“¿Castigo por qué?” Yoochun resopló. Por salir con Yunho a mis espaldas, Jaejoong pensó pero no lo dijo en voz alta. “Si alguien debe ser castigado, ese eres tú por hacerme entrar en pánico.” Jaejoong se echó a reír y le dio otra mordida a su manzana.
“Ya basta, ustedes dos,” Yunho reía y Yoochun le sacaba la lengua. Yunho entonces revolvió el pelo de Yoochun y ambos rieron. Jaejoong sonrió con la vista, talvez Yoochun estaría bien sin él. Fue entonces que la madre de Jaejoong llamó a Yoochun desde fuera de su habitación. Era usual para su madre pedirle a Yoochun que le hiciera pequeños mandados así que Jaejoong no le prestó atención a esto, pero Yunho no pudo perderse su expresión oscura y deprimida. Yoochun se levantó y se fue, dejando a los otros dos atrás.
“Yoochun-ah, el doctor necesita hablarte,” Dijo la madre de Jaejoong mientras escoltaba a Yoochun bajando el pasillo del hospital a la oficina del doctor. Yoochun frunció el ceño pero la siguió de cualquier modo. Al ingresar ellos a la habitación, el doctor estaba sentado en su escritorio, sonriéndole irónicamente a Yoochun, le dijo que tomara asiento.
“Yoochun-ah,” el doctor comenzó, le echó un vistazo a la madre de Jaejoong, y entonces continuó, “Necesitamos hablar de Jaejoong.” Se aclaró la garganta, nervioso. “Todavía no podemos encontrar un donante adecuado para él.”
“¿…y?” Yoochun preguntó con cuidado, tenía miedo de escuchar la respuesta por sí mismo.
“Lo siento, Yoochun,” el doctor suspiró. “Él podría no durar mucho.”
“¡Pero él está bien! ¡Lo está!” Yoochun casi le grita al doctor. Volteó hacia la madre de Jaejoong que comenzó a llorar. “¡Dígale! Dígale, ¡Jaejoong está bien! ¡Lo está!” Lágrimas se formaron en los ojos de Yoochun. “Mentiroso,” dijo. “Mentiroso…”
Entonces Yoochun se dio cuenta, Jaejoong había estado hablando acerca de la muerte. Él nunca prometió no dejar a Yoochun cuando Yoochun le dijo que no moriría. Tal vez Jaejoong lo sabía, Yoochun se quedó sin aliento. Estaba a punto de volver corriendo al cuarto de Jaejoong cuando la madre de Jaejoong lo agarró del brazo y lo detuvo. “Por favor, ¡no le digas nada a Jaejoong!” ella dijo. “¡No quiero que se rinda! ¡Aún hay oportunidad de encontrar un donante! Por favor Yoochun, ¡por favor!” Yoochun no lo pensó demasiado y cuando se dio cuenta, ya se había calmado y desplomado de vuelta en su asiento.
“Esto no puede estar pasando…¿por qué?…¿por qué?” La madre de Jaejoong lo abrazó y lo dejó llorar en sus brazos. El doctor suspiró y dejó la habitación. Solamente el sonido del sollozo de Yoochun fue audible en el cuarto por la siguiente media hora.
“Jae…”
“¿Mmm?”
“Vas a estar bien, ¿verdad?” Yunho preguntó.
Jaejoong alzó la vista del libro que estaba leyendo y se encontró con la preocupación reflejada en los ojos de Yunho. “¿De qué estás hablando, Yunnie?” se rió ahogadamente.
“Pienso que…” se sonrojó. “Yoochun estaría devastado sin ti… yo no quiero verlo así.”
Jaejoong se echó a reír. “Te gusta, ¿no?” El tono rojo en las mejillas de Yunho se intensificó. “Yah, sin mí puedes tener toda la atención de Yoochun para ti, ¡tonto!”
Yunho negó con la cabeza, “¡NO! Me encanta verlo sonreír y hablar con tanto entusiasmo acerca de su mejor amigo, el impresionante Jaejoong. Él va a…perder la mitad de sí mismo si te vas…”
“Yunho-ah,” Jaejoong sonrió. “Gracias.”
“Gracias…¿por?”
Jaejoong solamente se echó a reír. “Solo, gracias,” dijo y volvió la vista a su libro, ignorando la mirada confundida de Yunho.
Changmin depositó un suave beso en la mejilla de Jaejoong antes de sentarse junto a él sobre la cama. Jaejoong se apoyó en el hombro de Changmin mientras la mano del otro se deslizaba alrededor de su cintura. “¿Min?”
“¿Mmm?”
“¿Podemos irnos ahora?”
Changmin se volvió hacia Jaejoong con los ojos como platos. “¿Qué?”
“¿Podemos, solo, pasar esto?” Jaejoong balbuceó y bajó la mirada, evitando la de Changmin. “Mientras más pronto muera, más pronto Yoochun lo superará y seguirá adelante con su vida. Entonces ya no heriría más a Yunho.”
“Jaejoong…” Changmin suspiró. “Eso sería tal desperdicio de de los 3 meses que te di…”
“Lo sé, lo siento…” Jaejoong suspiró. “Pero yo hago a todos sufrir.”
“No digas eso.”
“Es la verdad.”
“No lo es,” Changmin negó con la cabeza. “No puedes solo irte por la noche así como así. La última vez tuviste un ataque, ¿pero ahora? Y en realidad te estás recuperando…”
“Tú puedes hacer otro ataque, Min,” Jaejoong suplicó. “Por favor.”
“Va a doler, y no quiero herirte.”
“Lo dijo el hombre que insistió para que muriera tres meses atrás…” Jaejoong rodó los ojos. “Está bien, bien, ¿puedo pedirte algo siquiera?”
“Depende.”
Jaejoong chasqueó la lengua pero continuó, “Bueno tú tomaste mi primer beso. ¿Podrías tomar todo lo demás también?”
Changmin enrojeció, “De qué…” Jaejoong tragó sus palabras con un beso. Changmin jadeó, solo para darle un mejor acceso a la lengua de Jaejoong. Sabía dulce y Changmin pronto se derritió en el beso y tomó el control. Jaejoong sonrió y enredó sus manos en el cabello de Changmin. Changmin se deslizó hasta que estuvo por encima de Jaejoong con las manos a cada lado de su cuerpo. El beso se rompió y Jaejoong se quejó. “¿Estás seguro?” Changmin preguntó de nuevo, pensamientos de Yoochun llenaban su mente.
Jaejoong rodó los ojos. “¿Y yo creí que tú eras el Incubus?”
“Hijo de...,” Changmin mordió y succionó el cuello de Jaejoong, dejando una marca. “Vas a tener que explicarle eso a Yoochun.”
“Siempre puedo librarme con una sonrisa,” Jaejoong sonrió y gimió cuando la mano de Changmin rozó la piel desnuda de su costado. Lentamente deshizo los botones del pijama de Jaejoong y pasó sus besos bajo el pálido pecho. “¿Lo dices en serio? ¿Qué hay de Yoochun?”
“¿Qué pasa con Yoochun?”
“Jae…”
“Changmin, voy a morir y tú serás el responsable por esto. Ahora, procede.”
“Egoísta,” Changmin soltó una risa y mordió justo por encima del ombligo de Jaejoong, arrancando profundos gemidos de la garganta de Jaejoong. Bajó los pantalones del pijama de Jaejoong y terminó de desvestir al hermoso chico debajo suyo. Su suéter y jeans pronto siguieron al montón apilado en el suelo. Changmin suspiró, él había hecho esto antes pero ¿por qué estaba tan nervioso? Talvez porque Jaejoong era la primera persona por la que había sentido algo tan profundo.
Jaejoong envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Changmin, acercándolo de un tirón. “¿No vas a cambiar de opinión o sí?”
Changmin sonrió satisfecho y negó con la cabeza. Jaejoong deseaba esto, lo deseaba a él, tendría que ser idiota para siquiera dudarlo. Sujetó ambas manos de Jaejoong por encima de su cabeza. “No te muevas.” Se inclinó hacia adelante a fin de atrapar sus labios de nuevo en tanto comenzaba a acariciarlo. Jaejoong era muy vocal, gimiendo a cada contacto que Changmin imprimía sobre su piel.
Changmin apresuró las cosas al hacer otra marca púrpura en el hombro de Jaejoong. Él mordió y succionó con fuerza, y Jaejoong se vino por todo su vientre con un fuerte gemido. “¿Está bien?” Jaejoong profirió un quejido, Changmin se rió entre dientes y cubrió sus dedos con el semen de Jaejoong. Esparció la viscosidad de arriba abajo entre sus glúteos. Él gimió y se retorció, sus caderas embistiendo, pero entonces Changmin lo montó a horcajadas, él entre sus piernas. “Va a doler. ¿Listo?” Sin esperar respuesta de Jaejoong, introdujo un dedo en él mientras amortiguaba su grito con la otra mano.
Jaejoong siseó cuando Changmin trató de adentrarse más profundamente en él, pero no dijo nada más así que comenzó a moverse lentamente. Changmin quitó el dedo solo el tiempo suficiente para tomar más semen y presionar el segundo dedo en su interior. Jaejoong ya era un desastre en el momento en que Changmin añadió el tercer dedo, murmurando incoherentes palabras que sonaban como al nombre de Changmin. “Suficiente, Changmin, ya es suficiente, ¡por favor!”
Changmin suspiró y se preparó a sí mismo. Tragó el grito de Jaejoong con un beso mientras se introducía en él. Tenía tanto miedo de romper a Jaejoong, pero cuando Jaejoong lanzó un quejido y le dijo que fuera más rápido, Changmin perdió el control. Jaejoong era asombroso, su estrechez y dulces labios sabían al cielo. Changmin se movía más rápido, sus manos en las caderas de Jaejoong para mantenerlo quieto. Momentos después, gemía y llenaba a Jaejoong de sí mismo. Changmin se desplomó sobre Jaejoong y lo besó, antes de apegarse a su espalda y llenarlo de caricias por un rato hasta que sus respiraciones se igualaron. “¿Cómo estuvo?”
“No soy algún tipo de muñeca de porcelana, ya sabes. No quiero que te contengas la próxima vez,” Jaejoong sonrió con los ojos cerrados, perdiéndose la dolida expresión de Changmin. “Pero estuvo increíble.”
La próxima vez ¿eh? Changmin pensó. ¿Podría haber próxima vez? Besó la parte superior de la cabeza de Jaejoong. “No quise herirte, la primera vez siempre duele.”
“Quiero hacerte sentir bien.”
“Estar contigo se siente bien.” Jaejoong sonrió abiertamente y lo besó. “¿Una ducha?”
“Llévame.”
“Dios, eres tan cretino,” Changmin gruñó pero se levantó y pasó sus manos bajo los brazos y las rodillas de Jaejoong antes de alzarlo y caminar con dirección al baño. Jaejoong se rió tontamente y entrelazó sus brazos alrededor del cuello de Changmin, besando su mandíbula y mordiendo el lóbulo de su oreja. Tomaron una ducha rápida y se acurrucaron de vuelta en la cama, la cabeza de Jaejoong sobre el pecho de Changmin.
“Thankyou,” Jaejoong susurró antes de quedarse dormido, haciendo sonreír a Changmin a pesar de su adolorido corazón. Suspiró, la vida de Jaejoong ¿acabaría así como así? Changmin estaba seguro como el infierno de odiar el hecho que Jaejoong fuera a morir. Pero de nuevo, ¿quién era él? Él era el ángel asignado para enviar a Jaejoong al cielo, no para salvar su vida. Él no era el novio de Jaejoong, era un extraño incluso, pero él tuvo la primera vez de Jaejoong. La culpa nublaba su mente; él no merecía lo que Jaejoong le había dado. Todo eso pertenecía a Yoochun, todo eso.
Después de asegurarse que Jaejoong estuviera profundamente dormido, se levantó y caminó hacia la ventana. Marcó el número de Junsu. “Hyung,” dijo después de escuchar a Junsu coger la llamada. “¿Te estoy molestando?”
“No, Minnie. ¿Qué pasa?”
“Yo…yo he tomado una decisión.”
“¿Es así?” había una obvia decepción y desesperación en la voz de Junsu.
“Sí, quiero decir adiós.”
“…¿Changmin?”
“¿Sí?”
Junsu estuvo quieto por un momento por el que pareció vacilar en decir lo que quería decir. Changmin lo oyó suspirar antes de continuar, “Nunca pensé que esto terminaría así. Fue un placer trabajar contigo.”
Changmin sonrió. “Fue un placer trabajar contigo también. Gracias Junsu-hyung.”
“Adiós entonces, Minnie.” Changmin juraría haber escuchado la respiración de Junsu cortarse antes de que la línea se desconectara, él debe haber llorado. Volvió sus pasos y se detuvo junto a la cama de Jaejoong. Jaejoong era aún más hermoso mientras dormía. Changmin se inclinó y besó a Jaejoong por última vez antes de alejarse, sus plumas de alas negras comenzaron a caer una por una, y el desapareció en medio de la noche.
***
Jaejoong estaba sorprendido al encontrar un par de plumas negras en el piso a la mañana siguiente. Rápidamente las recogió antes de que alguien las viera y las ató con un listón rojo, para luego guardarlas en la página central del libro que estaba leyendo. Se encontró riendo como un tonto al contemplar las negras plumas y enrojeció. OMG esto es estúpido, ¡yo no soy una chica! Jaejoong cerró el libro de golpe por la vergüenza y fue a la ducha.
Admiró su reflejo en el espejo del baño y encontró múltiples marcas de besos en su cuello, hombro, y pecho. Jaejoong sonrió; no podía esperar para ver a Changmin de nuevo esa noche. Sí, quería ver a Changmin otra vez. Los labios de Changmin se sentían como el cielo y la pasada noche fue la mejor noche de toda su vida. Jaejoong tenía que admitir que estaba cayendo por Changmin, y con fuerza, pero aún estaba inseguro acerca de sus sentimientos hacia Yoochun.
Al salir del baño, su madre lo saludó con una sonrisa al igual que el doctor. Jaejoong levantó una ceja en tanto ellos le decían que tomara asiento y su madre comenzaba a besarlo y abrazarlo. “Encontramos un donador,” el doctor explicó y Jaejoong se le quedó mirando con los ojos muy abiertos. “Programaremos la cirugía para esta tarde. Las probabilidades de éxito son solo del 50%, pero vale la pena intentarlo.”
Jaejoong se quedó con la boca abierta, así que Changmin escuchó su plegaria. Iba a morir esa tarde. La cirugía saldría mal, pensó, y así era como él moriría. ¿Estaba preparado? La idea de encontrarse con Changmin definitivamente lo tranquilizó, pero entonces los pensamientos de Yoochun invadieron su mente y el miedo se arrastró de vuelta a su corazón. Él lo pidió, trató de calmarse, él mismo lo pidió. Jaejoong sonrió al doctor y a su madre, diciendo que se dejaría practicar la cirugía. Su madre lo besó y salió del cuarto caminando para consultar algo más con el doctor.
Jaejoong suspiró y contempló algo más las plumas negras de at Changmin. ¿Cómo pudo no reparar en lo hermosas que se veían las alas de Changmin anoche? Quería tocarlas la próxima vez. La próxima vez, la próxima vez, sí Jaejoong deseaba mucho la próxima vez. Jaejoong sonrió para sus adentros al recordar al Changmin de la noche anterior, pero ¿por qué tenía un mal presentimiento ese día? ¿Era porque iba a morir? No, se trataba de Changmin, pero ¿qué de malo puede sucederle a un ángel?
Yoochun repentinamente apareció en la puerta y Jaejoong puso las plumas de regreso a donde estaban de manera abrupta y cerró el libro. Yoochun estaba solo, sin Yunho a diferencia de lo acostumbrado, y avanzó hasta la cama de Jaejoong. “Oye, ¿dónde está Yunho?”
“No pudo venir hoy, tiene est…” Yoochun se detuvo y frunció el ceño, sujetando a Jaejoong por el cuello y acercándolo de u tirón, dejando al descubierto dos marcas de color púrpura. “¿Estas son…marcas de besos?”
Jaejoong se liberó de su agarre, la cara toda roja, “No seas ridículo. Tengo noticias para ti.” Yoochun alzó una ceja. Jaejoong suspiró. “Tenemos un donante, y me harán la cirugía hoy.” La cara de Yoochun se iluminó y Jaejoong odiaba darle a su amigo falsas esperanzas. “Pero, mis probabilidades de sobrevivir son solo del 50%,” y la sonrisa de Yoochun decayó. Jaejoong suspiró y atrajo a su mejor amigo en un abrazo.
“Pero existe la posibilidad, ¿cierto?” Yoochun estrechó el agarre en la espalda de Jaejoong. Jaejoong asintió pero se quedó en silencio, ya que no podía encontrar el valor para decir nada. Podía prometerle a Yoochun que estaría bien porque sabía que este era el fin. Yoochun dio un paso atrás. “Por favor ponte bien…”
Jaejoong reía amargamente, “Ya veremos.”
“¿Cómo puedes estar tan tranquilo?” Yoochun hizo un puchero. ¿Cómo podía sentir tanto pánico cuando su mejor amigo, el que atravesaría por la cirugía real, se veía tan calmado?
Jaejoong se encogió de hombros y pensó, porque él sabía que iba a morir, pero decidió que no era buena idea decirlo cuando Yoochun era todo un manojo de nervios. La cirugía fue programada a las 4 y eran las 2PM. Yoochun prometió quedarse al lado de Jaejoong hasta que fuera llamado para la cirugía. Ellos no dijeron mucho, pero Yoochun no soltaría la mano de Jaejoong. Jaejoong podía sentir la mano temblorosa de Yoochun, podía sentir el miedo que irradiaban los ojos de Yoochun, pero Jaejoong no podía proferir tranquilizadoras palabras a Yoochun. No quería mentirle, diciéndole que se recuperaría y estaría de vuelta con él.
3.30 y una de las enfermeras vino a recordarle la cirugía y dijo que estaría de vuelta en 10 minutos para ayudarlo a prepararse. Yoochun abrió la boca y el miedo se hizo evidente en su rostro. “Yoochun…” Jaejoong acunó las mejillas de su mejor amigo y suspiró. “Cálmate. Prometiste seguir adelante.”
“¡¿Cómo puedes decir tal cosa?! Estás a punto de someterte a una cirugía, por Dios santo, dime absurdas palabras tranquilizadoras, no…” Yoochun se detuvo cuando Jaejoong presiono el pulgar sobre sus labios.
“¿Puedo tener un último deseo?” Yoochun asintió y sus ojos se agrandaron al mismo tiempo que los labios de Jaejoong se encontraban con los suyos en un suave beso. “No mantengas tu relación con Yunho en secreto por mí nunca más.”
“Jae, yo…”
“¿Lo sientes? Lo sé,” sonrió. “Si sobrevivo, ¿me lo contarías todo?” Jaejoong sabía que no podría escucharlo, pero quería saber si Yoochun aún confiaba en él. Yoochun asintió una vez más y abrazó a Jaejoong con fuerza. “Y olvídate del beso, ¿kay?” Yoochun asintió de nuevo, su cara enterrada en el hombro de Jaejoong y él podía poco a poco sentir cálidas lágrimas empapar su camisa.
La enfermera vino a llevarse a Jaejoong y la madre de Jaejoong le dio un beso en la frente antes de envolver a un Yoochun llorón entre sus brazos. Jaejoong les sonrió a modo de disculpa, porque él no volvería. Estaba muy emocionado, en realidad, lo cual le hizo sentirse un poco culpable, pero él quería ver a Changmin. Sí, los pensamientos de Changmin fueron la última cosa en su mente antes de que le pusieran una inyección, una máscara de oxígeno en el rostro, y todo se volviera negro.
***
2 meses antes de Navidad
Jaejoong miraba fijamente y sin expresión el cielo gris fuera de su ventana. Después de la cirugía, tenía que quedarse en cama por unos dos meses por lo que aún tenía que quedarse en el hospital, pero se estaba recuperando muy bien. Él no estaba feliz por ello. Hacía un viento frío y los árboles habían perdido sus hojas. Las hojas caían al suelo, junto con sus ganas de vivir. Todo el mundo estaba sorprendido cuando lo primero que Jaejoong hizo al abrir los ojos fue llorar. Lloró y lloró por horas, ignorando las preguntas de todos, inclusive de Yoochun. Jaejoong suspiró profundamente y cerró los ojos, mandando silenciosas plegarias a Dios y así poder ver a Changmin de nuevo.
Changmin nunca se presentó después de la cirugía y de esto ya había sido un mes. Jaejoong estaba sofocándose; cada noche sin Changmin a su lado era una tortura. Ya no se preocupaba más por Yunho o Yoochun, y se sentía bien que ellos fueran felices pero había este enorme agujero en su corazón que lo hacía preocuparse menos por todo lo demás en el mundo que no fuera Changmin. Su iPod pasó a reproducir ‘All I Want For Christmas’ y él rápidamente cambió de canción, no queriendo recordar la Navidad y a Changmin. “Todo lo que quiero para Navidad es a Changmin,” masculló.
Yunho llamó a su puerta antes de entrar con Yoochun tras él. Yoochun había cumplido su promesa y le dijo a Jaejoong que estaban saliendo. Yoochun le habló de cómo ellos eran compañeros de clase y Yunho comenzó a acercársele y se enamoró de él. Jaejoong sonrió porque Yunho era un gran tipo quien podía cuidar muy bien de Yoochun. Aún así no podía confiarle a Yoochun la razón por la que estaba molesto, y hasta deprimido, a pesar de sentirse curado cada vez que Yoochun preguntaba. Yoochun una vez preguntó por las marcas de besos también, y Jaejoong lo ignoró y se dio la vuelta. Todos dejaron de interrogar a Jaejoong después de eso.
¿Debería seguir adelante? Él ya no era la asignación de Changmin; estaba curado y perfectamente saludable entonces. Qué hizo a Dios cambiar de opinión, él no tenía idea. Las genuinas plegarias de Yoochun, ¿talvez? ¿No debería estarle agradeciendo a Yoochun entonces? Pero ¿por qué se sentía tan…vacío? Hizo girar una de las plumas negras entre sus dedos. Yoochun había preguntado de dónde provenía esta antes también, solo para ser ignorado una vez más. Yoochun y la madre de Jaejoong se sentían frustrados por la repentina depresión de Jaejoong al punto de intentar obligar a Jaejoong a hablar para rendirse luego después de ver la mirada vacía de Jaejoong dirigida a ellos.
Yunho se sentó junto a la cama de Jaejoong. Yoochun dijo hola, pero Jaejoong solo volvió hacia él con una débil sonrisa antes de fijar la mirada ausente fuera de la ventana una vez más. Yoochun suspiró y salió de la habitación, diciendo que compraría bebidas para ellos. Yunho tomó la mano de Jaejoong y la sostuvo; Jaejoong lo miró inquisitivamente pero no dijo nada. “Esto no es por Yoochun ¿o sí?” Yunho preguntó. Jaejoong negó con la cabeza. “Así que, ¿quién es ese, del que te enamoraste?” Jaejoong debe haberse sonrojado porque Yunho sonrió comprensivamente hacia él. “Entonces, ¿se fue?”
Jaejoong negó con la cabeza, “No lo sé. No tengo idea de dónde está…” Se volvió bruscamente a Yunho. “Sabía que debería estar muerto,” dijo firmemente. “Debería estar muerto, ¿por qué estoy vivo?”
Yunho frunció el ceño, “¿Por qué no estás feliz de estar vivo?” Jaejoong no le hizo caso de nuevo, suspirando. Yunho suspiró también, “Creo que se te ha dado una segunda oportunidad para vivir tu vida, Jae. Deberías apreciarla.” Jaejoong no hizo nada más que asentir. Volvieron a caer en el silencio, incluso después de que Yoochun regresó. Jaejoong rechazó su bebida favorita de limón y se acurrucó en la cama, ocultando sus lágrimas al enterrar su cara en la almohada.
Jaejoong miró fijamente su cama. ‘Su’ cama. Su cama. La cama donde había pasado tanto tiempo abrazado a Changmin. La cama donde le había entregado todo lo que él era a Changmin. No quería volver a esa cama solo, era demasiado doloroso; en lugar de eso se paró junto a la ventana y contempló el cielo iluminado por la luna. Lágrimas una vez más surcaron los lados de su rostro. ¿Cómo podía Changmin dejarlo así? Ni siquiera un adiós, ¿cómo esperaba Changmin que él sobreviviera?
“Changmin…” susurró, y repitió el nombre una y otra vez, con más fuerza cada vez. “Changmin, Changmin, Changmin, ¡Changmin!” Jaejoong estaba gritando al final. Cayó de rodillas y lloró, todavía murmurando el nombre de Changmin. “Changmin, ¿cómo pudiste? Cretino, Changmin tú ¡cretino! ¡Vuelve! Por favor…vuelve…”
La vista rompía el corazón de Junsu al observar a Jaejoong llorar en el piso desde lejos. Estaba en lo correcto; el niño estaría destrozado sin Changmin. Quería contarle a Jaejoong que Changmin había dado su vida para salvar la suya. Suspiró y a punto de marcharse; no había nada más que él pudiera hacer de cualquier modo. “Preferiría estar muerto que perderte…” fue la última cosa que Junsu escuchó antes de irse.
***
1 mes antes de Navidad
Yoochun se rindió ante Jaejoong. Solo podía estar allí para ofrecerle un hombro cuando empezara a llorar de la nada, pero no tenía idea de cómo parar la depresión de Jaejoong. A veces escuchaba murmullos de ‘Changmin’, alguien de quien él no tenia ni idea, provenientes de un dormido Jaejoong. ¿Podía él ser la persona quien le hizo aquellas marcas a Jaejoong y ahora lo abandonó? Yoochun estaba furioso ante la idea de este tipo Changmin hiriendo a Jaejoong, pero de nuevo él no sabía nada acerca de los dos. Jaejoong había construido un muro alrededor suyo para bloquear a todo el mundo.
Un mes más y Jaejoong sería dado de alta del hospital y empezaría a asistir a la escuela de Yoochun. Yoochun estaba emocionado, pero Jaejoong no. Jaejoong era un muerto viviente, un zombie, porque no hacía más que seguir vivo pero sin vivir su vida. Yoochun le preguntó qué quería para Navidad y Jaejoong negó con la cabeza. La Navidad siempre había sido la época favorita de Jaejoong, pero ahora Jaejoong parecía encogerse de dolor a cada mención de la Navidad.
En los días previos, Jaejoong estaba sentado sobre su cama con la mirada perdida fuera de su ventana cuando Yoochun entró con Yunho y un árbol de Navidad. Jaejoong se quedó mirándolos con los ojos muy abiertos, “¿Qué están haciendo? ¡Saquen esa maldita cosa fuera de mi habitación!”
Ambos Yoochun y Yunho estaban desconcertados. “Pero JaeJae, te encanta decorar…”
“¡No quiero un árbol de Navidad en mi cuarto! ¡No quiero ninguna decoración! ¡Odio la Navidad!” Jaejoong vociferó, cortando las palabras de Yoochun. “Váyanse,” para entonces hacerse un ovillo dentro de la cama y llorar.
Los días de Jaejoong se hicieron inciertos. Todo terapias y miradas vacías para la ventana. Sin embargo una cosa estaba clara, él estaba enamorado de Changmin. Por supuesto que amaba a Yoochun, su amigo de toda la vida, pero no de la forma que él amaba a Changmin. Necesitaba de Changmin como de una droga. Yoochun no dejó su rutina y siguió viniendo sin importar cuántas veces Jaejoong le dijera que se vaya. Cuando Jaejoong lo hacía, Yoochun lo dejaría y volvería al día siguiente como si nada pasara. Poco a poco, Jaejoong comenzó a llorar menos y a sonreír más. Yoochun y Yunho tuvieron la paciencia suficiente para manejar sus cambios de humor y al final del mes, Jaejoong estaba de nuevo riendo con ellos.
Jaejoong aún lloraba por las noches, Yoochun podía decirlo por los ojos húmedos en la mañana, pero estaba tratando de ser fuerte en frente de sus amigos y eso hacía a Yoochun feliz. Aún así, decidió hablar de esto con Jaejoong. “JaeJae,” Yoochun se sentó al borde de la cama de Jaejoong.
“¿Mmm?”
“¿Quieres hablar de esto?” Jaejoong alzó la vista de su PSP y le frunció el ceño a Yoochun, para luego negar con la cabeza y enfocarse de nuevo en el dispositivo de juego entre sus manos. “Creía que los mejores amigos lo compartían todo,” Yoochun suplicó.
Jaejoong suspiró. “No me creerías si te lo dijera.”
Yoochun hizo un puchero y continuó tras unos momentos de silencio. “Así que, acerca del beso…”
“Te dije que lo olvidaras, ¿no es así?”
“Sí, pero…”
“Chunnie, por favor…”
“¿Qué pasa contigo? Diste un giro de 180 grados ¿y esperas que solo lidie con ello? ¡Qué egoísta!” Yoochun espetó. “Estoy cansado de no tener ni idea, okay, quiero ayudarte ¡pero no me dejas! Me siento inútil como un mejor amigo…”
Jaejoong suspiró, “Chunnie, yo…”
“¿Lo sientes? Lo sé, pero eso no hará ninguna diferencia si sigues negándote a decirme qué ocurre.”
“No puedo, no lo entenderías.”
“No es por Yunho y yo, ¿o sí?”
“No, no lo es. Juro que no lo es.”
“¿Entonces?”
Jaejoong suspiró. “Sabía que iba a morir, Chunnie. Lo sabía. Yo debí haberlo hecho, pero no lo hice. ¿Por qué no lo hice?”
“Tú…¿querías morir?”
Si eso significara estar con Changmin entonces… “Sí, quería. Quiero.”
“¿Quieres dejarme?” Yoochun resopló con incredulidad. “¡Y yo que pedí porque sanaras cada maldita noche, Jaejoong!”
“No, yo…pensé que necesitabas seguir adelante, tienes a Yunho de cualquier forma…”
“¿Así que es eso? Una vida entera de amistad, ¿y pensaste que estabas siendo una carga para mí? Si lo fueras, ¡no me habría quedado!”
“Lo siento, lo siento,” Jaejoong comenzó a llorar y la dura expresión de Yoochun amainó. Atrajo a Jaejoong a sus brazos.
“También lo siento, okay. Yo no debí haberte obligado a decir nada. Solo vamos a olvidarlo.” Jaejoong asintió y empapó la camisa de Yoochun con más lágrimas.
***
Navidad
Después de su última pelea, Jaejoong dejó a Yoochun decorar su habitación y armar un árbol, incluso si tenían que quitarlo tan pronto Jaejoong saliera del hospital. Era 25 de diciembre, y el doctor dijo que Jaejoong podía ir a casa y celebrar la Navidad con su familia, sin tener que volver al hospital. Todavía tendría que hacerse un chequeo mensual, pero el doctor estaba seguro de que Jaejoong estaría bien. Jaejoong sonrió y pensó que Yunho tenía razón. Se le había dado otra oportunidad para vivir; no debía desperdiciarla.
Todo lo que quedaba por hacer era empacar, así que puso las cosas que tenía en cajas con la ayuda de Yoochun y la de Yunho, y las cargaron al coche de su madre. Levantó una de las cajas más pesadas en la que llevaba sus libros y se tambaleó. No estaba acostumbrado a levantar cosas aún, pero no quiso molestar a Yoochun quien aún estaba pegando con cinta las cajas abiertas ni a Yunho que se había ido por delante cargando más cajas que Jaejoong quien se sentía culpable por ser tan inútil.
Siguió de pie mientras observaba a Yoochun quitar los adornos del árbol de Navidad, sonriendo con ironía. El viejo Jaejoong, egoísta y débil, está realmente muerto esta Navidad, pensó y tomó una decisión, Este Jaejoong no sería una carga para nadie nunca más. Jaejoong estaba por dar la vuelta e irse caminando pero entonces se quedó helado.
“¿Necesitas ayuda?” Preguntó una voz ya conocida. Jaejoong se dio la vuelta y vio una alta figura, vestida toda de negro como era su costumbre excepto las alas, con una sarcástica sonrisa plantada en su rostro. “Hey, JaeJae…” Changmin dijo mientras se apoyaba en el marco de la puerta, los brazos cruzados delante de su pecho.
Segundos más tarde se encontró a sí mismo con los brazos llenos de un Jaejoong llorando. Jaejoong había dejado caer la pesada caja que afortunadamente no le cayó en los pies y corrió a abrazar a Changmin, ignorando la inquisitiva mirada de Yoochun sobre él. “Hijo de…¡Changmin tú imbécil!” Jaejoong dijo entre sollozos, haciendo a Changmin reír. “Que te den, es en serio ¡que te den!”
“Suena bien, quiero que me montes esta vez,” Changmin susurró. Jaejoong no podía dejar de reír en medio de su llanto.
“¡Pedófilo!” Jaejoong golpeó ligeramente el pecho de Changmin.
“Um…siento interrumpirlos chicos pero, Jae, ¿quién es ese?” Yoochun preguntó finalmente.
Changmin se echó a reír. “Soy el presente de Jaejoong directo de Santa Claus,” dijo, solo para recibir otro golpe de Jaejoong.
Jaejoong sonrió satisfecho ante un confundido Yoochun, “Seee, lo es.”
Jaejoong insistió en llevar a Changmin a casa y Changmin se autoproclamó novio de Jaejoong en frente de todos. Jaejoong seguía sin dar detalles de cómo se conocieron y el por qué estaba tan deprimido los últimos tres meses, pero todos podían sentir claramente la felicidad irradiando de él cuando Changmin besaba sus mejillas y envolvía sus brazos alrededor de su cintura así que dejaron de preguntar.
Yoochun se sentía receloso, pero estaba feliz de que Jaejoong pudiera sonreír tan genuinamente de nuevo. Yunho se llevó bien con Changmin casi inmediatamente. Mientras Yunho y Changmin estaban ocupados hablando de artes marciales, uno de sus intereses en común, Yoochun arrinconó a Jaejoong y lo quiso obligar a soltar los detalles pero, como Jaejoong dijo antes, él siempre podía escabullirse con una sonrisa y le prometió a Yoochun que lo haría un día, cuando estuviera listo. Yoochun estaba lo suficientemente aturdido cuando Jaejoong le confesó que su primer beso no fue ‘su’ primer beso y dejó al conmocionado Yoochun para correr a los brazos de Changmin.
Mientras todos los demás estaban ocupados, Jaejoong tomó la mano de Changmin y lo llevó a pasear por el extenso jardín de su casa lejos de la fiesta. Jaejoong no podía dejar de sonreír y la sonrisa era contagiosa, haciendo que Changmin sonriera para sí como un tonto. “¿Qué les pasó a tus alas?”
Changmin se encogió de hombros, “Las perdí cuando te curé.” Jaejoong se quedó mirando a Changmin completamente sorprendido, lo cual Changmin pensó era lindo ya que sus ojos se hacían más redondos y sus mejillas más rosadas. “Rompí la regla ‘porque quería que tú vivieras, debería estar muerto. De hecho lo estaba, pero gracias a Junsu-hyung, quien dijo que estarías destrozado sin mí, Dios me dejó ser humano.” Él besó los labios de Jaejoong suavemente. “Ser un humano es una forma de tortura tú sabes, este mundo es malo, pero en tanto yo te tenga este castigo no es nada para mí.”
Jaejoong sonrió y sacó las plumas de Changmin de su bolsillo. Se las entregó al sorprendido Changmin. “Incluso sin tus alas, tú todavía serás mi ángel.”
“Dios, eso es cursi,” Changmin besó a Jaejoong. “Feliz Navidad, egoísta.”
“Feliz Navidad, cretino.”
Jaejoong secretamente le dio gracias a Dios y a Santa Claus por la mejor Navidad de su vida.
Música: All I Want For Christmas Is You – Lady Antebellum
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No soy fanatica del Jaemin o en este caso Minjae pero esta historia me hizo llorar T.T solo me podia imaginar la tristeza de Jae cuando pensaba en Min y no estuviera con el!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarSnif... T_T ...Snif
ResponderEliminaral menos esta vez fueron lagrimas felices...
ohhh que lindo que estubi la historia....
ResponderEliminarConfieso que soy amante numero 1 del YunJae... pero en verdad que esta hitoria me encanto... muy linda
OMG!!! ES LA MEJOR HISTORIA MINJAE QUE HE LEIDO EN MI VIDA Y LO DIGO ENSERIO!!!!!
ResponderEliminarque buena historia, con fundamentos y no solo escenas lemon como se basan otras historias...
muy bueno!! realmnte muy bueno!!!
Esta historia me hizo llorar! pero termino tan bonito!! cuando Changmin se despidio pense que era el fin pero despues qe lindo final!!llore!!!:'D
sigue escribiendo mas historias , eres realmente muy buena! ^^
Hermoso! realmente hermoso! T~T fue tan emocionante! se me nublo la vista cuando changmin se fue y Jaejoong lloraba por el~~ fue muy triste~~ pero tan perfecto cuando volvio y Jae corrio hacia el~~ ahhhhhhhhhh! T~T lo ame con toda el alma! >.< Gracias por la historia! te quedo muy genial~~ arigatou! >.<
ResponderEliminarlo AMEEE!! dios!! TT.TT amo el jaemin y ame este fic felicidades y muchas gracias por compartirlo!! <3
ResponderEliminarSimplemente hermoso ♥ dios llore como bebe , hermosa historia , siempre tenemos a un angel cuidandonos, jae tan hermoso y chamgmin lo amo de verdad por un momento crei que no regresaria pero como dijeron dios es grande y simpre da segundas oportunidades, muy lindo escrito mis respetos para la autora ♥
ResponderEliminarPrecioso... de verdad... gracias
ResponderEliminarNumero uno amo la actitud de mi Yoochun aaahhh lo adoro por ser tan lindo mejor amigo numrrodos Aahhh Junsu tan srncible la verdad fue gracias a su intersecion que Chang Min pudo volver y tres Oooooohhhhhh amo a Yoochun todo lloron aferrado a su amigo aahhhh
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