Oscuridad, muy pocos podían llegar a entender el lazo que portábamos con mi eterna amiga. A lo mejor solamente aquellos que teníamos la noche como compañera podían compartir ese sentimiento. Pero no paso mucho tiempo hasta que logrará comprender porque era esta increíble fascinación por aquella sombra peltre que podía envolver cada rincón de la ciudad, me parecía tan fascinante.
Aunque en el fondo lo sabía, sabía que estaba esperando a alguien. Que esa persona llegaría por mí alguna de esos días en completa soledad. Y fue así, como entre las sombras, la silueta celestial de mi creador me buscó para despertar aquel ser que estaba profundamente dormido en mi cuerpo.
“Hijo mío, tu letargo ha durado demasiado tiempo, es hora de que despiertes. Amadeo, te estoy hablando, abre tus ojos al verdadero mundo que perteneces”
¿Vampiros? ¿Son aquellos que brillan? ¿Son los entrevistados? ¿Los que pelean que casan lycans? No, era mucho más complejo que cualquiera de esos.
Mitos, mitos y más mitos, una recopilación de experiencias breves, con algunos de los cuales podrían considerar desde ese instante parte de mi familia. A lo mejor eran conocidos que había topado a lo largo de mi existencia anterior y que ahora solamente recordaba como un murmullo lejano en la mente que mi señor creador acababa de despertar. Los seres inmortales se suelen aburrir con facilidad, y buscan entretenerse entre aquellos humanos ignorantes; al depredador que alimentan su ego por la belleza que naturalmente portamos. Inclusive, era divertido ver como muchos de las más famosas caras que aparecían en la televisión eran compañeros nocturnos que se divertían en su actual ciclo de vida.
Y era tiempo, de que mi cuerpo, empezará a disfrutar de aquella vida a la cual siglos anteriores había disfrutado. Mientras que ahora, me tocaba retomar lo que alguna vez fue mi lugar en el clan.
Apenas era consciente del fuerte viento que soplaba en aquella noche, y sus poros no captaban la frialdad de la noche que traía la marea. Ni sus pies la arena mojada que envolvía aquella noche la costa de Okinawa. La gente parecía huir de la noche, para convertirse muchas veces en aquellos seres que sus almas guardaban a la luz del sol. Y, aunque él se sintiera que hacía lo mismo, era simplemente su especie quien prefería estar lejos de los rayos solares. Mas, en aquel día que la luna parecía brillar en todo su esplendor ninguna esencia estaba a su alrededor. O eso es lo que había pensado en ese momento.
Su cabeza se giro hacía la izquierda, viendo una silueta que estaba observándolo fijamente. Podía ver más allá de la simple fachada de un mortal, sabía plenamente que aquel tampoco era un ser humano común. Porque de la forma en que lo estaba analizando, miraba mucho más profundo en su interior.
Todo fue en un segundo, donde una ola rompió muy cerca de los dos sobrenaturales, en la cual el vampiro se despegó de la arena, dispuesto a atacarlo. Furioso como una bestia, sus ojos se habían cubierto de un matiz rojizo intenso, y aquel que parecía un niño ante la vista del inmortal embozó una sonrisa. Un golpe que fue detenido por algo que no se logro ver, una vuelta, un estruendo que levanto la arena y un cuerpo que cayó contra esta.
Dejando los polvos esparcirse alrededor, y un rugido amenazador que surgía de los labios del ser de ojos rojos, pero aquello no parecía intimidar al cuerpo que se encontraba debajo de él. Manteniendo fijo sus orbes en las rubís, enfrentándole y mostrándole que aquello no era suficiente para lograr que lo intimidara. Hizo que el lado instintivo y defensivo del vampiro fuera bajando, quedando en un leve gruñido entre sus labios.
Y no hubo mayor palabra, ni una misma que diferenciará o les dejará saber entre ellos un simple nombre. Sencillamente el siguiente momento que habían sido conscientes sus bocas estaban fundidas en una pelea para mantener el control al sometimiento de la otra. Las ropas de ambos iban siendo desgarradas por las uñas del inmortal, que ahora que tocaba el formado cuerpo del menor podía sentir la magia que desprendían sus ahora caricias.
La mano del mágico se hundió en la arena, un grito profundo surco el viento cuando profano aquel cuerpo entrando profundamente en aquella cavidad que no parecía haber sido tocada antes. Moviendo sus cuerpos en un baile frenético, de lujuria y placer, arañando sus pieles, viéndose fijamente a los ojos como si no fueran dos desconocidos que se habían entregado a un arrebato de sus instintos más profundos y carnales. Una embestida y penetración más, haciendo que las largas piernas se contrajeran y un gemido ronco anunciará el culmine donde el liquido blanquecino lo había marcado como suyo. Desde ese momento, y para siempre.
-Un nephilim… Lo sabía-
Aquella habitación de hotel había sido la testigo de la noche desenfrenada a la cual se habían entregado ambos cuerpos. Sin pensamientos o prejuicios de por medio, el vampiro cruzó una de sus piernas sobre la otra, observando atentamente como el mortal ahora se abrochaba su camisa. Y luego de observarlo, se acercaba rodeando su cuello.
-Siempre es bueno dejar algo a la duda. Aunque no me agrada el que te tenga que decir “vampiro” ¿No me dirás tu nombre?-
Su nariz se rozaba constantemente con la de él, ambos se miraban a los ojos, como bien habían aprendido esa noche. Pasando sus frías manos por la cintura del más alto, soltando una risa entre sus propios labios a la intriga.
-YunHo, así puedes llamarme, ChangMin-
-¿Cómo…?
Era una mera auto-reacción el alejarse, bien sabía que los vampiros eran de tener cuidado. Y a lo mejor que supiera su nombre no era una gran sorpresa. Pero eso solamente hizo que el legendario soltará una risa divertida.
-No creas que solamente te estaba tomando en cuerpo, sino también en mente.-
Los ojos más profundos y rojizos lo vieron de la misma forma que lo habían hecho desde horas antes en la playa. Penetrantemente, haciéndolo sentir que aquella presencia quería consumir por completo cada parte de su alma. Y de alguna forma, eso le encanto al menor.
-¿Ya te irás?-
-Si, el sol no tardará en salir-
Un ligero beso, como uno de los tantos que habían compartido y dejado los del más alto, hinchados por el constante toque entre ellos.
-¿Te volveré a ver?-
Esa noche se había expuesto demasiado, jamás dejaba conocer su nombre humano, por más que aquel portador de alma no pretendía dañarlo. Él jamás repetía amantes, no le gustaba el mismo sexo dos veces, y eso lo hacía desde hace siglos. Lo observo, y sonrió lentamente.
-Te veo en la misma hora en la playa.-
Sin más promesas que esa, su cuerpo desapareció en las penumbras de la habitación. ChangMin apenas pudo seguirlo, aunque aquella no era realmente su interés. Sabía que él regresaría, aunque no tenía idea porque de su determinación. Estaba seguro que la noche siguiente, aquel vampiro volvería por su presa, que estaba dispuesta a ser servida para él.
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Q_______________
ResponderEliminarQWWWWW
fico prometedor
cooooooooooooonti
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ResponderEliminarExijo continuación~-Huye-
(\[*-*]/)
OMO me encanto!! quiero MAS!!
ResponderEliminarPOR FAVOR!!
muy bueno *¬*
ResponderEliminarel amo a tomado a su presa en cuerpo y alma oh si ..me encanto
Wa~!! ME ENANTAN ESTE TIPO DE HISTORIAS~!!! *w* waa gracias por escribir~!!! conti please~!!! *w*
ResponderEliminarwa~!1 HoMin Love~!!!