Día 2.
Pensé que podría tolerarlo bien pero no fue así. Esperé hasta llegar al límite y luego bajé a calmarlo, léase, tuve que inyectarle un calmante y cayó dormido a los pocos segundos. Obviamente se negó rotundamente y estuvimos forcejeando un buen rato hasta que logré inmovilizarlo. Lo acosté en el catre suavemente. Sus muñecas tenían marcas rojizas alrededor, evidencia de mi brusquedad al trata de controlarlo, resaltaban contra su piel blanca. Acaricié suavemente una de sus manos, me sentí más que patético haciéndolo y me aparté de inmediato.
—Jaejoong…
Se movió un poco en sueños y la bata descubrió sus muslos a mis ojos de predador. Me lamí los labios inconscientemente y no pude evitar acercarme y acariciarlos suavemente, casi con ternura. Estaba sólo consiguiendo algún tipo de satisfacción con ese simple contacto y luego ya estaba sobre él, acariciándole los costados, bajando mis manos hasta su cintura, tan delicada. Escondí mi rostro en su cuello, olía demasiado bien, como embriagado por su aroma me sentí mareado y cerré mis ojos disfrutando del momento. Hasta que entré en razón y salté del catre como si me hubiera quemado.
¿En qué estaba pensando?
No, no pensaba, y la lujuria me controló en ese momento.
Ahora, en la soledad de mi habitación sólo puedo pensar en ello y tratar de olvidarlo. ¿Pero qué puedo hacer? Me siento incapaz de volver a acercarme a él. Todavía puedo sentir la suavidad de su piel bajo mis dedos, su aroma embriagante y seductor. No creo poder controlarme la próxima vez.
Suspiro.
Dejando de lado ese incidente… Es el segundo día y todavía no he decidido qué hacer con él. Fácilmente podría devolverlo con el jefe pero no quiero, además, eso significaría tener que dar explicaciones y quedarme sin parte del dinero que me correspondía, aunque no lo necesito. Mi otra opción es negociar directamente con la familia, pedir un monto, hacer que paguen el rescate. No lo haré. Ese es el problema. Mantener a Jaejoong aquí, conmigo, eso es lo que quiero.
Me pregunto cuándo se volverá más dócil. ¿Espero demasiado de él? Es tan sólo el segundo día, por el amor de Dios. Mi ansiedad no tiene límites.
Como el efecto de la droga todavía no pasa la casa se siente vacía y el ambiente es aburrido, creo que me comienzan a gustar sus gritos y golpes contra la puerta como alarma para despertarme. Me acomodo mejor entre las sábanas y vuelvo a suspirar. Podría traerlo aquí, conmigo, pero dudo mucho que eso lo haga feliz, sólo lograría asustarlo más. Ya fue suficiente observarlo mientras se daba un baño, lo sé.
No está aquí por su propia voluntad y soy muy consciente de ello, pero de algo estoy muy seguro, lograré cambiar eso. Sé que puedo hacerlo y estoy determinado en lograr mi objetivo. En el tiempo que mantenga a Kim Jaejoong a mi lado, y espero que sea para siempre, él cambiará radicalmente, hasta el punto que sólo quiera estar conmigo. No será algo fácil pero tampoco es imposible.
Sólo es cuestión de tiempo…
Miro la hora, debería estar despertando ya. Pero mientras no me avise que está despierto no me levantaré de la cama, no tengo ganas. A decir verdad, sin Jaejoong a mi cuidado, mi vida volvería a ser tan monótona como antes; trabajar, cobrar, ir a beber un poco, mujeres. Todo solía ser tan predecible. Es la primera vez que siento tanta atracción hacia uno de mis encargos y, lastimosamente, me está jugando en mi contra. Soy muy codicioso, siempre me han gustado los lujos y teniendo a Jaejoong aquí no me quiero arriesgar a salir por algún trabajo, al menos no por ahora. Todavía no confío en él. Espero que eso cambie rápido.
Escucho un sonido sordo que viene desde abajo y creo que es mejor ir a ver, no quiero que se haga daño intentando abrir la puerta o algo. Antes de bajar a controlarlo agarro una de mis remeras y un pantalón holgado, no muy diferente al que llevo puesto ahora, ni siquiera me molesto en ponerme la remera, no es para mí.
Abro la puerta bruscamente y ahí está. Da unos pasos atrás y trata de cubrirse con las manos, es inútil, todavía puedo ver esos muslos, la necesidad de sentir su piel bajo mis manos sigue en mí.
—Toma— le arrojo la ropa que aterriza a sus pies—Vístete.
No reacciona hasta que me cruzo de brazos y lo observo fijamente, sus ojos viajan por todos lados menos hacia mi mirada. Agarra la ropa y se voltea dándome la espalda, como si eso me molestara, así tengo la vista perfecta. Sus hombros, espalda, cintura, quiero recorrer todo su cuerpo con mis manos. Extiende la remera con ambas manos y la mira, no es de su tamaño cosa que parece molestarlo.
Sin poder contenerme un minuto más me acerco a él por detrás y poso ambas manos sobre sus caderas. Presiono su cuerpo contra el mío y cubro su cuello con besos, ocasionalmente lamiéndolo. Dios, se siente tan bien. Siento tu cuerpo estremecerse bajo mis manos, significa que estoy haciendo las cosas bien, ¿verdad? Sigo besando su cuello y luego paso a la nuca donde dejo un besito y lo abrazo más hacia mí.
—Eres perfecto… —le susurro al oído, jadeo levemente, lamo el lóbulo de la oreja—¿lo sabes?
—N—no me toques…
Pero ya no puedo escuchar nada. Su fragancia nubla mis sentidos, la calidez de su piel me vuelve loco. Sólo quiero hacerlo mío, que grite de placer y todo su cuerpo se estremezca con cada caricia… Sólo…
—Por… favor… —susurra.
Lo volteo para que me mire y su rostro está húmedo. Limpio el rastro de lágrimas con mi pulgar.
—¿Por qué haces esto? ¿Por qué eres así?—me pregunta con los ojos aún llenos de lágrimas. Quiero huir y dejarlo llorar, pero hay algo en su mirada que me obliga a quedarme.
—No puedo responder eso.
—¿Por qué?
—Porque no.
—Eso… ¡Eso no es respuesta!
Abro los ojos sorprendido. Ganando confianza, ¿eh? Bien. Sonrío levemente, algo satisfecho con su reacción.
—Qué curioso eres.
—Yo… tengo derecho a saberlo.
—¿Según quién?—levanto una ceja divertido y sonrío levemente. En realidad, me siento muy nervioso por tenerlo tan cerca y él parece no estar consciente de ello—Vístete.
Se mira y se voltea rápidamente, me aguanto la risa, es demasiado adorable. Se viste y sienta al borde del catre, sólo me observa sin decir nada. Pensándolo bien... El que esté dentro de ésta habitación todo el tiempo no le hará nada bien, quizás pueda sacarlo a pasear un rato, eso si se comporta.
Lo sabía, la ropa no le queda justa; el pantalón holgado le queda enorme, demasiado holgado, se ve aún más pequeño, la remera igual, a simple vista él sólo parece un saco de huesos vistiendo toda esa ropa grande. Jala del cuello de la remera algo incómodo. Lo siento, por ahora eso es lo que obtendrás.
Es hora de desayunar, creo… Y él debe comer, aunque no quiera. Lo amenazo con meterle una intravenosa si no come y salgo de la habitación. Ahora viene la peor parte. ¿Qué cocinarle y que sea comestible? Sólo soy capaz de hacer arroz y nada más, no tengo tiempo de ir a comprar algo a la ciudad. Preocuparme por estas cosas insignificantes me ponen nervioso.
En la cocina sólo hay algunas frutas, tendrá que servir de desayuno. Hago una improvisada ensalada de frutas y se la llevo quizás algún día podrá sentarse a desayunar conmigo… Sin darme cuenta estoy sonriendo como idiota, ¡¿qué me sucede?! Frustrado y molesto conmigo mismo me dirijo a su habitación y sin decir nada le dejo el tazón enfrente.
—¡Come!
Me mira asustado, no esperaba que le gritara así. Lo siento, Jaejoong, estoy tan molesto conmigo mismo, apenas puedo controlarme. Lo siento, lo siento, lo siento…
Hay Yunho te has enamorado de tu victima. Ahora hay que rogar porque Jae tenga el sindrome de estocolmo.
ResponderEliminarGracias
Aeww yunnie :3 ya está enamorado, dios! Como comenzara a reaccionar jaejoong ante esto? Figthing Yunho!! Sólo espero que no la cages, más de lo que ya esta cagada toda esta situación xD
ResponderEliminarGracias por el cap y por su esfuerzo! :)
siento que ya la leí, pero aun asi esta lindo
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