KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Love desire - Cap. 1

El ronronear del motor cesó en el preciso instante en que hubiera estacionado. Dentro del vehículo de último modelo los dos residentes mantuvieron el silencio por algunos segundos. Ninguno realizó un movimiento, hasta que fue el mayor que rompió el silencio. Sacándose los lentes de sol, giró para observar la figura del adolescente que encaprichado estaba con sus brazos cruzados, provocando una risa divertida en los labios gruesos y carnosos antes de hablar.

-¿No piensas bajar, HaRyu?- La pregunta fue envuelta por ironías. Con la confianza suficiente para poder hablarle de esa forma. Aunque la mirada que le respondió hizo que sus gruesas cejas se elevarán con cierta duda a esa acusación silenciosa. –¿Eres el mismo que ayer se quejaba de que tu padre quería llevarte al parque de diversiones? ¿No que ya eras todo un adulto?-

Aquello fue como un puntapié para que la nariz del susodicho se contrajera y arrugará en la parte de su puente.

-¡No se puede comparar! ¡YooChun! ¡Papá quería llevarme al parque de diversiones que era temático de Hello Kitty!- Su voz salió con completo enojo. Y en el momento en que lo llamó por su nombre el hombre más grande supo que estaba enojado con él también. –No entiendo por qué tenemos que venir a un instituto como este. Estaba bien en el otro.- Sus quejas fueron completadas con un bufido sonoro. Encogiendo más su cuerpo en el asiento.

El que en una época había sido un cantante no sacó la sonrisa de sus labios. Sino que toda la rabieta armada le recordaba a la perfección a su mejor amigo. Sin duda alguna llevaba los genes de su mejor amigo a flor de piel. Y gracias a todos los años de convivencia le era imposible no tomarlo con humor a pesar de que los ojos oscuros ahora lo vieran con completo enojo.

-En eso tienes un punto. Aunque sabes que solamente era una excusa porque tu padre quería ir.- Admitió jocoso, apoyando ambas manos sobre el manubrio. Sin despegar los ojos de los suyos.

-Eso lo sé. Pero tengo dieciséis años ya… ¿No tengo voluntad de opinión?- Ahora su tono había bajado por completo. Hablando con cierta pena mientras su cabeza se inclinaba.

-Lo tienes. Por eso te defendí ayer con eso. Pero este instituto es lo mejor que puede haber para los dos. Para tu papá y tú. Aquí nadie los molestará y se guarda toda la información en privado. Así que ocuparemos el verdadero apellido de Joongie. No debes olvidarlo.- A medida que le hablaba su mano se extendió a acariciar su cabello negro.

-¿Tanto problema se armó?- Preguntó ya desganado, subiendo su rostro para ver al adulto.

-Sí, y sabes que lo que menos queremos es volver a eso. Por lo que aquí el único que sabe que eres hijo de Kim JaeJoong es el director y lo resguardará para que evitemos nuevos escándalos.-

HaRyu comprendió que no tenía mayor opción y asintió en un movimiento de su cabeza. Y sin decir más se giró abriendo la puerta del automóvil. YooChun lo siguió de inmediato. Cubriendo de nuevo sus ojos con los lentes de sol, agradeció que fuera un ostentoso colegio el que habían optado por lo cual su imagen no llamaba la atención. Inclusive las miradas se centraban más en el muchacho que iba caminando adelante suyo más que en él. Y en cierta forma no le sorprendía.

Para la edad que tenía su altura era superior a la normal, aunque el punto central de atención era siempre su hermoso rostro. Los ojos oscuros y grandes, la boca carnosa y sobresaliente a partir de la blanca piel. Sumando por último el cabello fino y rojizo que caía por el costado de su rostro. Un niño que fácilmente podría ingresar en la industria del entretenimiento pero gracias a la influencia de sus padres aún se mantenía al margen. Por más que el mismo HaRyu esperaba abrirse paso, estaba de acuerdo hasta cumplir su mayoría de edad en no aferrarse de la fama ni de su madre ni de su padre.

YooChun había visto crecer al hijo de su mejor amigo y ahora entendía que podía ser aún más egocéntrico que el mismo JaeJoong. Ese pensamiento lo hizo sonreír, en el instante en que abría la puerta del despacho del director.

Pasaron unos diez minutos en el cual hablaron en privado. Aunque HaRyu se mantuvo en silencio con sus brazos cruzados sobre su pecho. YooChun fue quien firmó todos los papeles necesarios y una vez hubiera quedado satisfecho extendió su mano a estrecharlo con el hombre anciano envuelto en un traje negro.

-Faltan unos diez minutos para que comiencen la primera clase, así que seré quien lleve al joven Han a su curso. Me gustaría aclararle a la profesora a cargo la discreción que se debe llevar.- Aseguró buscando darle la suficiente confianza a ambos.

Aunque no había creído del todo sus palabras, Park asintió y palmeó con una de sus manos el hombro de quien era su sobrino. Sin decirle nada en concreto, sino una corta mirada lo dejó a cargo del director y se retiró de la pequeña sala.

Ignorando la forma en que algunas miradas curiosas se centraban en él, aunque ese ambiente estaba muy diferente y lejos de lo que había sido en sus años de idol activo. Ahora sus pasos caminaban con calma fuera de aquel edificio sin prestar atención a los alumnos que pasaban entre charlas y juegos a la escuela. El timbre sonó cuando caminaba por el patio. Y fue instantáneo que los adolescentes se agitaran en la desesperación de llegar a tiempo.

A pesar de ir con calma un chico golpeó su hombro, haciendo que retrocediera apenas y se quejará con fuerza. Su mirada se giró a ver al muchacho que se había detenido de golpe al darse cuenta de su error, inclinando varias veces su cabeza aunque estuviera agitado (seguramente por venir corriendo). Inclinando su torso un poco más pronunciado al darse cuenta que era un hombre más grande.

-Lo siento, señor. No fue mi intención.-

YooChun suspiró al darse cuenta que claramente era un accidente. Su mano se sacudió apenas al negar con sutileza, indicando que estaba bien y dirigiendo una corta sonrisa. Aunque no tuvo tiempo de decir palabra alguna porque dos jóvenes se acercaron al alumno en cuestión para moverlo con mayor rapidez.

-¡Vamos JinHyuk! ¡Se nos hace tarde!-

-¡E-Esperen!- Gritó en forma entrecortada mientras que era arrastrado. -¡Lo siento, señor!- Dijo fuerte ya a lo lejos, resignado mientras que era llevado en dirección al instituto.

La forma tan voraz y animada en que se comportaban lo hizo reír. Aunque por unos segundos se quedó pensando en los ojos de aquel muchacho que habían llamado como SeonSu haciendo que su nariz se frunciera con lentitud en un pensamiento.

-¿Dónde vi antes esos ojos?- Preguntó en voz alta, antes de girar sobre sus talones y caminar en dirección a su automóvil. Dejando que su mente divagará, aunque no pudo llegar a una conclusión.




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-Cualquier cosa que necesite, joven Han, puede hablar en mi despacho ¿Está bien?-

HaRyu no pronunció palabra alguna, sino que en un asentimiento de su cabeza le dio a entender su postura. Aunque esta no fuera del todo cierta. Odiaba ser tratado como un niño pequeño, a pesar que su cuerpo era delgado no consideraba que fueran suficientes motivos para creerlo una niña. Esto había sido siempre detonante de todas las peleas anteriores en la cual había involucrado su expulsión. Y consecuentes problemas con sus padres. Por lo que ahora prefería mantener aquel silencio y mirada fría en lo alto.

-Muy bien, mucha suerte en su primer día.-

Con una indicación el hombre más grande se despidió de la profesora que con una sonrisa amable le indicó a HaRyu que podía ingresar. Y apenas corrió la puerta de aquel salón de clases el silencio envolvió a los alumnos del penúltimo año. La docente se paró en frente escribiendo en la pizarra el nombre de él. Mientras que el muchacho de pie frente a los que serían a sus compañeros levantaba el comentario de todos en murmullos. Aunque pretendió ignorarlo desde el primer momento y mantener aún sus manos en los bolsillos de su pantalón colegial.

Sin embargo, fue cuestión de elevar apenas su cabeza para notar una mirada en particular. Un joven que tenía su uniforme perfectamente ordenado, con el cabello castaño peinado a un lado y un rostro impecable. Pero no fue su aspecto físico en sí lo que le llamó la atención a Han, sino cómo aquellos ojos oscuros, marcados y de un color café parecían observarlo con cierta superioridad. HaRyu dudó unos segundos, hasta que observó cómo la nariz pequeña de él se arrugaba al chocar la mirada de los dos.

-Muy bien, él será su compañero a partir de ahora. Por favor preséntate y di algo que te gustaría sepan de ti.- La mujer que estaba a cargo del curso lo sacó de sus pensamientos, haciendo que soltará la mirada del que según él era un prepotente. Asintió y volvió a ver al frente.

-Mi nombre es Han HaRyu y por cuestiones de trabajo de mis padres me mudé hace poco aquí.- Aunque fuera una mentira su voz salía segura y natural. Con aquella voz melodioso que no perdía aquel tono jovial. –Soy mitad japonés por parte de mi madre así que hablo los dos idiomas. Si pretenden llevarse bien conmigo serán correspondidos de la misma forma. Del contrario…- Se cortó sus propias palabras al darse cuenta que estaba hablando directamente al chico que lo había observado mal y ahora lo ignoraba leyendo su libro. Frunciendo un poco su ceño antes de sonreír apenas, intentando apaciguar el mal genio que le había provocado. –De lo contrario espero cambien su opinión sobre mi.-

Demasiado falso para su propia boca. Pero le había prometido a su papá que no faltaría a su palabra y culminó inclinando su cabeza. Las muchachas conformes con la increíble apariencia de HaRyu y la forma amable en la que hablaba concluyeron su presentación. Haciendo que la profesora indicará el asiento que le correspondería, en la tercera fila.

-El colegio puede ser demasiado grande, así que por favor el encargado del salón será quien le ayude durante esta semana ¿Entendido?- Indicó como última orden antes de buscar el libro para realizar la clase.

Por su lado Han no observó a nadie que hiciera caso a aquella indicación, por lo que observó con curiosidad a la persona que se sentaba a su par. Dejando el bolso a un costado por el rabillo de los ojos, notando claramente cómo el muchacho le sonreía. No le tomó mayor importancia y sacó sus útiles para colocar la fecha en el dorso de la hoja, puesto que la profesora había iniciado con la clase, pero apenas hubiera apoyado su bolígrafo un papel llegó hasta el costado de su mano.

Apenas hubiera levantado su mirada se topó con la de su compañero de banco que le sonreía, y con cierta curiosidad desdobló la hoja apreciando la pulcra letra.

“Mi nombre es Shim TaeHyun, bienvenido. Puedes contar conmigo en lo que necesites.”

HaRyu formó una curva de una sonrisa en sus labios, presionando su bolígrafo al contestarle. Volviendo a pasar el papel en dirección al otro joven.

“Han HaRyu, gracias.”

TaeHyun rió cubriendo un poco sus labios, divertido porque de alguna forma supuso que su respuesta sería de esa forma. Aun así, guardó aquel mensaje en su bolsillo. Y las clases siguieron su camino con normalidad, sin ninguna interrupción hasta que el sonido del timbre detuvo al final el tema.

-Muy bien. Para la próxima clase necesito que lean desde a página 120 a la 150. Y…- La mujer dudó unos segundos observando a todos sus alumnos. –El delegado de la clase, por favor quiero que indiques todo el colegio a Han. Eso es todo, pueden retirarse.-

El nuevo alumno se quejó, aunque solo entre labios, siendo escuchado por su compañero de banco. Haciendo que su risa se escuchará en lo alto y la mirada del hijo de JaeJoong volviera a él.

-¿Tanto te molestaría conocer el colegio?- TaeHyun tenía una voz gruesa, profunda y pacífica. De esa forma que acompañaba a la perfección sus facciones amables.

-Un poco. No me gusta ser tomado como el nuevo. Si llamo la atención quiero que sea por algo más.- Su voz salió en forma sincera, apoyando los codos sobre la mesa. Viendo fijamente a los ojos ajenos. –Dime que tú eres el encargado y no me quejaré. Por favor…- Casi había sido un ruego, formando un puchero entre sus gruesos labios.

-Me encantaría poder ayudarte, pero… Creo que el delegado ya está detrás de ti.- Su mano se elevó para indicar por encima del hombro de HaRyu.

-¿Eh?-

En cuanto se giró su cuerpo, efectivamente se encontró con quien ahora sabía era el delegado. Aquel sujeto que lo había observado mal en cuanto había ingresado, y en ese instante estaba con sus brazos cruzados en frente de él.

-¿Eres tú? ¿Qué tienen en la mente para poner a semejante idiota como delegado?- La prepotencia que había expuesto sacó una por una las palabras de sus labios directamente.

TaeHyun se cruzó de brazos, elevando sus cejas divertido y el muchacho frunció su nariz. Sintiendo como sus puños se contraían de inmediato.

-JinHyuk es alguien responsable. Aunque no lo parezca.- Intentó abogar en su favor, colocando una mano sobre el hombre de HaRyu, pero no llegó a decir más nada puesto que la mano del delegado se elevó indicando que no necesitaba lo defendiera.

-No te preocupes Tae. Dejaré que Han me conozca y pueda entender por qué soy el encargado. No sé si su cabeza teñida esté preparada para tanta información.- Era la primera vez que hablaba en frente de él, y su sonrisa solamente terminó por colar profundamente en su estómago, consiguiendo su ceño se frunciera. –Por cierto, soy Jung JinHyuk. Ten en mente que aunque no quieras tendrás que escucharme. Ahora levántate, no perderé más tiempo del descanso contigo.-

Por unos segundos la mirada de ambos se encontraron, y Taehyun se sintió un espectador de aquel show que había arrancado una sonrisa divertida. Prefirió no comentar nada en cuanto vio a HaRyu incorporarse, y golpeando el hombro de JinHyuk caminó hacía el pasillo. Este rodó sus ojos antes de volver a ver a los ojos a quien no era solo su compañero, sino también su amigo.

-Intenta que no te arranque canas, JinHyukkie.- En un tono divertido le pidió, apoyando sus codos sobre el banco.

-Nunca nadie pudo conmigo, no lo hará él ahora. Nos vemos luego Tae.- Sacudió su mano en el aire al despedirse y con la misma elegancia en cada uno de sus pasos siguió al pasillo.

El alumno que quedó en su lugar dejó salir un suspiro apoyando la espalda contra la silla, negando de un lado al otro con su cabeza.

-Esos parecen tener antipatía sin siquiera hablarse. Aunque…Han HaRyu… ¿De dónde me suena tu rostro?-

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Los pasos de ambos iban por los pasillos. Desde que habían salido del curso había sido un monólogo de JinHyuk indicando una a una las zonas que iban pasando. Aunque la mente del alumno nuevo se encontraba muy lejos de escuchar cada una de sus palabras pronunciadas. Se detuvo por inercia en el final del pasillo y elevó los ojos oscuros al perfil del otro joven.

-Por esta escalera subes directamente a la terraza. Está disponible en las horas del almuerzo y los recesos. Si te encuentran allí durante los periodos de clases serás sancionado.- Empezó a explicar en cuanto sus orbes se hubieran encontrado junto con los de él. Notando claramente como su atención estaba dispersa. -¿Estás escuchando, Han?- Preguntó ya como si estuviera resignado.

-¿Eh?- Sus ojos abiertos un poco más grande y su voz salió antes de que pudiera decir algo coherente.

Jung lo fulminó con la mirada al final aunque no lo inmutó en ello. Por lo que optó por no volver a decirle palabra alguna. Siguió caminando y abrió la siguiente puerta que se encontraba en el corredor. HaRyu lo siguió torpemente, y pensaba preguntar pero en cuanto la puerta fuera corrida las palabras murieron directamente en su garganta.

La extensión de madera pulida contemplada por los espejos puestos en frente era una imagen embelesante, sobre todo por la música que sonaba con fuerza. Un delicado cuerpo se movía con fuerza en el centro, marcando cada uno de los golpes. Notó con claridad que la mujer era una buena bailarina y mayor que él, pero en cuanto quiso preguntarle a JinHyuk de quién se trataba, calló al verlo observarla de una forma que HaRyu podría haber catalogado como “boba”. Elevó sus cejas y un pensamiento cruzó por su cabeza, aunque no dijo nada hasta que la muchacha había notado la presencia de ambos.

-¡Seo!-

No apagó la música y directamente corrió en la dirección de ambos. Por primera vez desde que lo conocía, HaRyu notó una sonrisa verdadera en JinHyuk, sintiendo cómo de repente se encontraba con otro rostro del maldito bastardo que ahora abrazaba a la niña con total confianza. Y de inmediato empezaron a hablar sobre cosas cotidianas que lo estaban dejando de lado. No era necesario poder ver mucho para notar la forma en que entre ambos había cierta atracción. Y sin darse cuenta ya se encontraba tosiendo, llamando su atención.

-Estoy impresionado. No conocía a una bailarina tan buena.- Inquirió curvando sus labios con suavidad, consiguiendo lo que deseaba, que se alejaran uno del otro y sus miradas se posaran en él. –Soy Han HaRyu, y me gustaría ser un artista, me entrené en varios institutos y conocí a muchas chicas, pero debo admitir que ninguna como… ¿Usted?- Dijo al último sin saber si tutearla o no, puesto que notaba era mayor.

-¿Un nuevo alumno?- Preguntó al acercarse unos pasos a él, sonriendo amable y jovial, corriendo los largos cabellos de color castaño claro que caían por su rostro. Escuchando toda esa presentación. –Un gusto, HaRyu. Soy Shim JiYool. Lamento haberte ignorado, hace mucho que no veo a JinHyukkie y me entusiasmé.-

A su mirada, la muchacha era alguien atractiva físicamente y notaba que su carácter era demasiado amable. Aunque en su respuesta también se percató la forma calculadora en que JinHyuk lo observaba.

“Parece que toqué un punto clave.” Ese pensamiento lo hizo sonreír un poco más, curvando sus labios aunque se mantuviera con aquella amabilidad frente a JiYool.

-No te preocupes. Entre amigos es normal la confianza mutua.- Aseguró, y estuvo seguro que JinHyuk no diría nada a eso.

-Oh, eres muy dulce, pequeño. Aunque me gustaría poder verte también a ti en acción ¿Son amigos con JinHyukkie? ¿Van a entrenarse en la misma empresa?-

“¿Misma empresa?”

Aquellas palabras resonaron en la mente de Han. Dejando el espacio para que fuera su compañero quien respondiera.

-No, es solo el chico nuevo que estoy guiando por ser el delegado.- Comentó, aunque sus palabras hubieran sido tajantes el tono era suave, mucho más calmo a como se había referido a él con anterioridad.

-¿Empresa? ¿Jung es trainer en alguna empresa?- Ignorando que el hilo de conversación venía por otro sitio preguntó con verdadera duda.

JiYool se entusiasmó con la pregunta recibida, sonriendo.

-¿No lo sabías? JinHyuk se encuentra como trainer hace muchos años en la empresa de la SM Entertainment ¿De casualidad no te suena su apellido, “Jung”?- Preguntó mientras que reía divertida.

-Vamos, JiYool. Sabes que estoy en la empresa por los profesores y mi talento, no tienen nada que ver mis padres en todo esto.- Espetó en su defensa de inmediato, aunque sonaba más como un niño pequeño.

HaRyu giraba su cabeza de un lado al otro en su conversación. Aún sorprendido en saber aquel pequeño dato, aunque desconocía mucho de los CEOs del entretenimiento por lo que veía aún expectante.

-Se sabe que es por tu talento, Hyunnie. Pero si el hijo de los directores y grandes artistas de la SM no era un excelente bailarín y cantante, el resto de los mortales estábamos completamente perdidos.-

En cuanto hicieran hincapié en su cargo, HaRyu dejó de prestar atención. Abriendo sus labios con completa sorpresa para luego mantener su mirada entrecerrada. Cuando su padre le había dicho que podía entrar a una empresa una vez fuera mayor de edad, leyó parte de su historia y cómo ambos habían sido personas que marcaron la industria del entretenimiento y pasaron a ser directores de su empresa. Siendo de los matrimonios más importantes de Corea.

JinHyuk notó aquel gesto sorprendido de su compañero, y sonrió con cierta prepotencia. Su pecho se inflaba de orgullo de hablar de sus progenitores. Pero en cuanto el otro notó ese gesto cambió de inmediato, moviendo su mano en el aire.

-Los genes no garantizan el talento, señorita. No parece alguien que tenga la postura para ser un buen bailarín o artista.- Contraatacó. Mordiendo su lengua para no sacar a relucir el nombre de su propio padre y madre en subir en esa competencia que aunque absurda, para él parecía importante.

-Es cierto. Aunque para tu mala suerte el talento está conmigo. Aunque no pretendo que lo entiendas, tu ni siquiera eres un trainer ¿No es así?-

HaRyu estaba logrando sacar de sus casillas a JinHyuk. Haciendo que contestara abruptamente, con su mirada centrada en la de él. JiYool apoyó sus palmas de las manos en el pecho de ambos para poder separarlos un poco.

-Yah, cálmense los dos. Si hubiera sabido que se llevaban de esta forma no hubiera preguntado nada.-Argumentó sacudiendo su cabeza, intentando tranquilizarlos aunque no parecía ir por ese sitio la forma en que se estaban observando. –Estoy segura que HaRyu ssi también es un buen artista.- Comentó intentando aligerar las cosas.

Pero para su sorpresa Jung chasqueó su lengua en molestias.

-No intentes si quiera pensarlo, JiYool ¿No ves que con ese cuerpo solo podría ser un back dancer?- Espetó con burla marcada en cada una de las palabras.

Las burlas hicieron explotar a Han. Se movió de inmediato, esquivando a la joven que intentó detenerlo y con el puño contraído golpeó certero en la mejilla del otro muchacho. Haciendo que su cuerpo retrocediera y sorprendido observará a los ojos furiosos.

-¿Qué? ¿Este cuerpo frágil con un golpecito te hizo doler? Yo no soy un nene de pecho y no necesito de la fama de nadie para demostrar que soy alguien. No como quien se aferra a su apelli-…- Sus palabras fueron cortadas por el golpe que JinHyuk increpó en su labio.

JiYool soltó un gritó al alejarse en el lugar que ahora ambos hombres se golpeaban y pateaban cayendo de inmediato contra el suelo de madera. Entre insultos y palabras cortadas que eran callados por las sacudidas de la fuerza de los golpes. La muchacha intentó separarlos, pero cuando notó el labio sangrando de HaRyu se alejó, saliendo rápido de la sala de ensayos y corriendo en el pasillo por ayuda.

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Se esperaba un grito o hasta una sacudida, pero desde que el director los había dejado solos en su despacho había circulado el silencio. HaRyu contenía el rostro con manchas moradas y un corte profundo en la zona de su labio inferior, pero no levantaba la mirada de ninguna forma, porque en frente de él se encontraba su padre. Y, aunque JaeJoong nunca aparentara la edad que cargaba, en los momentos en que su nariz se fruncía y se tornaba serio su hijo sabía a la perfección que era mejor callar. YooChun estaba parado, apoyado contra la pared observando con atención a ambos, tan parecidos que en ocasiones le resultaba cómica la forma en que su Soulmate ligaba con sus propias actitudes reflejadas en HaRyu.

El sonido de las palmas de las manos de JaeJoong contra el escritorio anunció que sus palabras estaban listas para ser descargadas. Y fue de inmediato, con sus profundos ojos negros entrecerrados.

-Una sola cosa te pedí. Sé que no deseabas venir a Corea, y créeme que yo tampoco, pero estamos aquí y no puede ser que a meses de establecernos te tengan amenazado en dos colegios ¡Dos!- Su cuerpo se impulsó a acomodarse contra el asiento. Con los brazos cruzados encima de su pecho. –Nunca te pedí tener promedio de diez, siempre cumplí con todos tus caprichos. Te pido una simple cosa… Pero no es ni mediodía y me llaman para decirme que mi hijo se estaba golpeando con otro niño ¡Dos horas estuviste en este lugar!-

-¡Pero él comenzó, el bastar-…!-

-¡No me importa quién empezó ni qué estaban haciendo! ¡¿HaRyu, no entiendes lo que significan estás cosas?!- No lo dejaba hablar ni defenderse, solo encogerse en su asiento a cada grito que pronunciaba el cantante. –Siempre dices que quieres ser artista ¿No? ¿Sabes que un escándalo como este derrumbaría tu carrera? ¿Crees que eres el único que tiene conflictos? A los golpes no se soluciona nada. Pero si tanto te cuesta, podría hablar con tu madre y que regreses a Japón con ella.-

Los ojos del estudiante se abrieron de golpe, y negó con su cabeza de inmediato.

-¡Papá dijiste que podría ser trainer cuando tuviera la mayoría de edad!-

-De la misma forma en que tú me prometiste no pelear en tu nuevo colegio ¿Sabes la suerte que tenemos de que los padres del otro niño estuvieran furiosos con él y no te denunciaran? Aquí hay gente muy poderosa, entiende eso.- Con sus últimas palabras suspiró con fuerza, sintiendo cómo su garganta se contraía. Y fue allí donde YooChun se acercó, apoyando su mano sobre el hombro de su mejor amigo.

-El director dijo que no nos preocupáramos por ello. Y que por ser el primer incidente sería solo una advertencia. Al menos te metiste con alguien a quien recriminaron más que a ti.- Con una risa divertida le guiñó un ojo, haciendo que el niño sonriera y JaeJoong se quejara por lo bajo. –Calma, Soul, te saldrán más arrugas.-

HaRyu rió por lo bajo, pero calló al sentir la mirada de su padre puesta en él, haciendo que su cabeza se bajara. El ambiente había mejorado un poco y pasaron unos segundos en silencio hasta que el mayor presente se elevó, quedando en frente de su primogénito para correr los cabellos de sus ojos para ver con cuidado los golpes que tenía.

-¿No pudiste ni siquiera defenderte? Tienes que cuidar tu rostro.- Comentó con suavidad, con una ligera sonrisa más calma.

YooChun supuso que ambos estarían bien a partir de allí. Se giró sobre sus talones y salió del despacho del director. Notando cómo al final del pasillo se veía la figura de otro estudiante siendo acompañado por un chofer. Sus ojos curiosos lo siguieron hasta que dobló, abriendo apenas los parpados sorprendidos al ser el mismo niño con el que se había chocado esa misma mañana. Cruzó sus brazos y soltó una risa divertida.

-Al parecer las coincidencias no existen.-

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-Los señores Jung lo esperan en su estudio, joven.-

JinHyuk dejó su mochila a un costado del hall principal. Subió con los pasos pesados por la escalera hasta el segundo piso, y se tomó unos segundos en suspirar estando frente a la puerta de madera. Retuvo el aire en sus pulmones y elevó su rostro golpeado antes de abrir e ingresar. Los dos adultos en su interior se detuvieron a verlo.

-Dios, JinHyukkie.- Su madre exclamó y se acercó a él de inmediato.

Lo tomó de la mano y lo hizo sentar, aunque desde detrás del escritorio la mirada de su padre era diferente a la preocupación. Intentó mantener el porte serio, a pesar de las caricias de su progenitora, pero fue la profunda voz del jefe de familia que cortó todo.

-BoAh, no lo trates como un niño, que hoy nos ha demostrado que no lo es con una actitud patética.- Sus palabras fueron duras, y en respuesta la mujer lo observó en silencio. Pero haciendo caso a su pedido se movió de su lugar, dejando a JinHyuk. -¿Tienes algo que decir que valga la pena escuchar?-

El adolescente sostuvo sus labios presionados e intentó mantener la mirada con los cafés del mayor. Pero solo se limitó a contestar negando con su cabeza de un lado al otro. Sabía que en esos momentos estaba siendo juzgado casi como un criminal, y con el enojo que tenían prefería guardar silencio.

-Muy bien. Ve a tu habitación y debatiremos con tu madre tu castigo. Puedes retirarte.- Anunció como sentencia final volviendo a sentarse detrás de su escritorio.

Su esposa dirigió una última mirada al muchacho que hizo una reverencia y se marchó en silencio. Terminando por hacerla enojar a ella también, cruzando sus brazos y enfrentándolo.

-YunHo, fuiste demasiado duro con él ¿No crees? JiYool estuvo presente y dijo que el otro niño comenzó.- BoAh nunca se había medido al momento de hablar con quien había sido su mejor amigo por años. Y en ese momento no era la excepción. Hizo sonar los tacos de sus zapatos al acercarse al escritorio, en donde Jung le devolvió la mirada.

-Lo sé. Pero si soy blando con él no comprenderá los problemas que le puede traer en el futuro.- Sus largos dedos masculinos se hundieron entre las hebras de su cabello castaño. Y con un suspiro relajó sus facciones. –Estoy preocupado por él, pero sabes en lo que puede perjudicarle todo esto. Falta poco para que debute y un escándalo de esta forma solo lo perjudicaría.-

La elegante señora Jung chasqueó su lengua y negó una y otra vez. Acercando su cuerpo al presionar entre sus manos los hombros de él. Masajeando, intentando calmar un poco sus preocupaciones.

-¿Te das cuenta qué está hablando el Ceo Jung y no el papá de JinHyuk? Yundol, tú te golpeabas con tus amigos. Y no puedes negarme. Cuando llegabas a los ensayos como trainer venías con golpes.- Con una risa más natural terminó por contagiarlo, haciendo que curvará sus labios al fin.

-¿Fui tan duro con él?- A pesar de la edad que cargaba, en aquella pregunta BoAh notó al mismo YunHo que siempre había conocido, haciendo que asintiera y acomodará su cabello castaño. –Mi padre cuando me reprochaba daba miedo. Supongo que ahora comprendo lo que es estar del otro lado.- Dijo al final apoyando su espalda contra la silla en la que estaba.

- JinHyuk siempre fue el mejor de su clase, un niño ejemplar. Es la primera vez que ocurre algo así.-

-Es cierto ¿Con quién peleo? ¿Su familia desea algo o quedó todo en el llamado de atención de ambos?- Con mayor tranquilidad tomó el biógrafo que había dejado sobre la mesa y los papeles.

BoAh caminó en frente suyo y se quedó parada detrás del escritorio como se encontraba antes de ser interrumpidos por su hijo.

-Según me dijo el director no. Tampoco quiere que se haga un revuelo de todo esto. Es un alumno nuevo de apellido Han.-

-¿Han?- Preguntó por inercia YunHo, pensando unos segundos antes de suspirar.- Está bien, mejor de esta forma.-

-Así es. Iré a verlo y a curar las heridas que tenga. No te distraigas demasiado, que aprovecharemos al menos que estaremos los tres al mediodía y almorzaremos juntos.- No era pregunta, sino una afirmación y el que una vez fue líder de TVXQ rió asintiendo.

Ella conforme con su respuesta se giró y salió del estudio, dejándolo solo sumergido entre sus papeles con los problemas propios de su trabajo. Aunque fueron unos segundos en lo que pensó y elevó su rostro, observando a la nada.

-¿Han?... Ya estás delirando Jung YunHo.- Se dijo a sí mismo, sacudiendo su cabeza y riendo.

Porque su vida se encontraba demasiado lejos de la de Kim JaeJoong como para que volviera a aparecer ahora.

Continuará…

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