OCHO
Atravesé el conocido pasillo del condominio de Changmin todo el camino hasta su puerta.
Me detuve frente a esta al tiempo que la alcanzaba. Cogí mi celular, presionando unos cuantos botones hasta llegar al mensaje que él me había enviado hace un buen rato.
Solo ve directo a mi casa. Estaré en una reunión hasta las 7:30. Dejé la llave de repuesto bajo el felpudo marrón. Siéntete como en casa.
Llave de repuesto. Debe haber sido de su novia para cuando lo visitara. El pensar en Jessica Jung ya no me afectaba tanto como antes. Era como si mi cuerpo hubiera desarrollado inmunidad hacia ella sin siquiera experimentarla de primera mano.
Encontré la llave justo donde me había dicho que estaría, la introduje en la cerradura y de un empujón abrí la puerta. Entré, cerrando la puerta detrás de mí y dejando la llave sobre la mesita de centro de la sala. El aroma de la habitación me era muy familiar y acogedor.
En mi mano había una bolsa de plástico llena de ingredientes para la carbonara. Aprendí la receta de Yunho unos días antes cuando cocinó para Yoochun, Amber y yo en mi casa.
¿Está bien si cocino en tu casa? Le escribí antes.
No hay problema. Solo no quemes la casa.
Vacié el contenido de la bolsa de plástico mientras trataba de ir a tientas por la inmaculada cocina. Caminé hasta el refrigerador casi vacío. Como esperaba, Changmin era un tipo de comida-para-llevar por sus sobras de mcdonalds y recipientes de comida china. Cogí una de las blancas cajitas de comida china para llevar y por poco la dejé caer al percibir el contenido.
“¡Apesta a sobaco frito!” Me tapé la nariz con ayuda de mis dedos índice y pulgar.
Quería empezar tan pronto como me fuera posible ya que no deseaba que Changmin me viera cocinando. Era raro, lo sé. Simplemente no quería darle esa imagen mía en la cocina preparando una comida para él. Es solo que se sentía…demasiado o algo así. No sé.
Ollas, sartenes, platos, tomé lo que necesitaba de los gabinetes y los puse sobre la encimera a mitad de la cocina. Mientras echaba una oteada en busca de otros materiales que podría necesitar no pude dejar de admirar el diseño de la cocina y cuán organizado estaba todo. Tuve cuidado de no ensuciar los electrodomésticos.
Después del Fettuccini a la Carbonara mi siguiente problema fue poner la mesa. Realmente no era un problema. Era más yo intentándolo con demasiado empeño. Acomodé todas las cosas de manera sencilla. Dos platos a extremos opuestos de la mesa del comedor, la pasta presentada en un tazón azul, con queso a las finas hierbas encima, en medio de la mesa. También registré la colección de vinos de Changmin (y por colección de vinos, me refiero a las 5 botellas de vino en el refrigerador) y seleccioné uno tinto que raealmente me gustaba.
“Adorable,” Me di a mí mismo una palmadita en la espalda en tanto observaba mi mesa puesta. “Todo lo que hace falta es un rico bastardo.”
Me senté en el sofá y decidí reposar un poco entretanto esperaba que Changmin llegue. Mientras me sentaba sentí cada músculo de mi cuerpo relajarse. Me percaté de lo cansado que estaba por primera vez en el día al tiempo que echaba la cabeza hacia atrás. Por el rabillo del ojo vi el cenicero que me compró junto al teléfono. Lo tomé y lo puse en la mesita de centro frente a mí cuando mi mano alcanzaba un bolsillo por un paquete de cigarrillos. Unos cuantos minutos después observé el reloj que colgaba por encima de la TV. 7:35. De un momento a otro.
Una ola de excitación me inundó al imaginar lo que Changmin pensaría llegando a casa. Los minutos volaron y aún nada de Changmin. Eran casi las ocho cuando decidí tomar una siesta, pensando que solo tenía que recalentar la pasta cuando se enfriara.
Me desperté por el sonido de la puerta siendo azotada contra la pared. Mi cabeza se alzó perezosamente en tanto mi visión se enfocaba en un tambaleante Changmin apoyado en el marco de la puerta. La preocupación me superó. Me puse de pie inmediatamente y corrí hacia él.
“¡Changmin!” Me incliné a fin de ver su cara brillante y entrecerrados ojos. Estaba que se caía de borracho. Al saber esto, mis latidos pudieron sosegarse.
Él se despegó de la puerta y se abalanzó sobre mí, sus manos aferrándose a la espalda de mi camisa.
“AAAHHHH” Grité entretanto casi perdía el equilibrio. Intenté mantenerlo de pie al mismo tiempo en que cerraba la puerta de una patada en el marco.
Pasé uno de sus brazos por encima de mi hombro y dejé uno alrededor de su cintura en tanto yo trataba de conducirlo hasta su habitación.
“Esa debe haber sido una reunión importante, ¿eh?” Dije sarcásticamente mientras seguía arrastrándolo. Miré con disimulo al reloj de pared. Pasaban un poco de las 11.
“Tuu heles a flores.” Changmin balbuceó.
“Tú hueles a diez diferentes tipos de mierda.” Exhalé. “Carajo ¿estás loco? ¿Cómo siquiera llegaste a casa?”
“Manejé.”
“¿Manejaste? ¿En este estado? ¿Cómo diablos lograste manejar todo el camino hasta aquí?”
“Creo gue choguégo una señal.” Se las arregló para contestar antes de desplomarse hacia delante, su peso por poco haciéndome caer con él antes de recuperar el equilibrio para ambos.
“Qué…bien.” Dije a la vez que trataba de recuperar el aliento. “¿Cómo quedó?”
“Torcido. ¿Iré a la cárcel?”
“Nah. Puedo solo decirles que te fuiste a México.”
“¡Espera!” Changmin estaba tratando de mantener el equilibrio de sí mismo erguido y lejos de mí.
“¿Qué?” Dije mientras intentaba traerlo de vuelta.
“Espera. ¡Espera! ¡ESPERA!” Changmin se soltó demasiado rápido, cayó al piso y antes de que pudiera ayudarlo comenzó a gatear hacia la mesa que yo había puesto.
Lo observé en silencio mientras él se levantaba para sentarse en la silla, exactamente en el asiento donde imaginaba que él se sentaría. Mi corazón empezó a latir deprisa otra vez, mis ojos comenzaron a humedecerse sin razón alguna. Tenía la cabeza ligeramente inclinada el tiempo que estuvo sentado sobre la silla.
La imagen de él era ambas inquietante y desgarradora a la vez. Yo no sabía cuál emoción estaba sometiendo a cual así que mi expresión seguía siendo la misma. “Me hiciste de cennarr.”
Cuando lo vi alzar el tenedor y alcanzar el tazón de pasta fría me precipité a su lado para detenerlo. “¡No! Podrías vomitar encima.”
“Por qué ioo~ ¡haría eso!” Apartó su mano provocando que oscilara de nuevo. Hundió el tenedor en el tazón y lo giró entre sus dedos. Introdujo una porción adecuada en su boca y cerró los ojos.
“Ahora está un poco fría…” Comenté al tiempo que lo miraba.
“¡ESTO!” Changmin se paró de repente.
“¡SHHHH!” Le advertí mientras me apresuraba en estar a su lado a fin de sujetar su espigada complexión. “Son las once pm, Changmin. Ten piedad de los vecinos.”
“¡Es lo mejor que he probado en toda mi vida!” Completó su oración al mismo tiempo en que yo hablaba, su voz superponiéndose a la mía.
“Pobre de ti.”
“Te amo.”
Me quedé helado. Todo mi cuerpo simplemente se puso rígido en tanto yo escuchaba aquellas palabras escapar de su boca. Quería moverme pero no podía. A causa de mi repentina pérdida de movilidad tan solo vi al cuerpo inerte de Changmin caer para un costado.
“¡Mierda!” Entré en pánico mientras me inclinaba hacia él, lo giré sobre su espalda y acuné su rostro entre mis manos. “¡Changmin! ¡¿Changmin?! Carajo, ¡CHANGMIN!”
Él seguía desvanecido cuando finalmente me rendí y me senté a su lado, mi pecho subía y bajaba mientras yo trataba de recuperar el aliento. Me senté allí en silencio, las palabras de Changmin haciendo eco en mi mente.
“Eres terrible.” Le dije al cuerpo inconsciente y tirado en el piso. “Si…si tú…si tú…” Tartamudeé al tiempo que reunía el valor para decir lo que pasaba por mi mente. No es que fuera necesario viendo que nada de esto perduraría en la memoria de alguien aparte de la mía. “Si me amas entonces ¿por qué no podías simplemente volver a casa conmigo? ¿Por qué tenías que salir a tomar?”
Al principio no estaba seguro, pero sentí que pasaba tan rápido como un relámpago. Una lágrima sola rodó por mi mejilla. La verdadera primera lágrima, entre muchas otras como pronto llegaría a descubrir, que habría de derramar por Shim Changmin.
Salí temprano aquella mañana para la escuela, dejando a Changmin con un batido para la resaca cuya receta encontré en línea y un emparedado sobre la mesa del comedor. Más tarde ese mismo día Amber me texteó de la nada, como normalmente lo hacía, declarando que no estaba de humor para Sociología y al ver que yo no estaba de humor para ninguna de mis clases, naturalmente le dije que me saltaría la clase con ella. Fuimos a la cafetería en donde por lo general nos encontrábamos. No nos molestamos en llamar a Yoochun sabiendo que el tipo nunca se había saltado una clase en sus veinte años de existencia.
“¿Le dejaste un emparedado?” Amber se rió.
“¡Y un batido para la resaca!” Yo enfatizé.
“¿Quién eres? ¿Martha Stewart?”
“No quería que pasara un mal momento en la mañana. Tuvimos nuestras noches de borrachera antes, sabemos lo perras que pueden ser por la mañana.”
Amber suspiró mientras encendía un cigarrillo. “Kim Jaejoong, eres más predecible que la serie de Crepúsculo.”
“¿Leíste Crepúsculo?”
“Eso va más allá del punto.”
“Ah, ¿entonces hay un punto?”
“Estás enamorado del hombre de negocios.” Amber me señaló con su cigarrillo al tiempo que hablaba antes de pegarse más a su silla.
“¿Qué?”
“¡Sabía que esto pasaría!”
“¿Enamorado?”
“¡Enamorado! Quieres-tener-a-sus-bebés-adoptados-mudarte-a-los-suburbios-darle-un-anillo-que-ha-sido-guardado-en-tu-familia-por-generaciones ENAMORADO MIERDA.”
“Eres retardada.”
“Soy una genio de ojos asesinos. Y tú, mi amigo, eres el blanco de prácticas de Cupido.”
“No estoy enamorado de él.”
“Mientras más lo niegues más real se vuelve.”
“Creo que has estado leyendo demasiado Crepúsculo.”
“Dios, Jaejoong. Solo sé un hombre y admítelo.” Amber se puso seria. “Él es diferente. Él te intriga porque no está a tu entera disposición, y evapora cada onza de tus estereotipos sobre los hombres. Y por eso tus emociones toman el control y ahora quieres hacer el amor en lugar de coger.”
Permanecí en silencio por un momento y puse una expresión como si estuviera contemplando sus palabras. “Entonces, ¿le vas a Jacob o a Edward?”
“¡Jaejoong!”
“Amber,” Dije.
“Te dije que te cuidaras.”
“Estoy cuidándome, ¿sí?”
“No lo parece.”
“Bueno, lo estoy. Es más fácil de decir que de hacer. Pero lo estoy.”
Amber me conocía lo suficientemente bien para notar cómo me sentía en determinados momentos. Solo había veces, como ésta por ejemplo, cuando pensaba que sabía demasiado. Rayaba en lo molesto pero yo no iría tan lejos como para calificarla en este instante ya que sabía ella solo estaba intentando ayudar.
“¿En qué piensas?” Amber dijo después de unos cuantos minutos de silencio.
“Solo,” Empecé. “Solo deja de hablar como si lo supieras todo.” Se me escapó de pronto.
Amber volvió la mirada hacia mí, una expresión aturdida en su rostro. “Yo nunca…”
“Lo siento.” Dije antes de que ella pudiera continuar. “Eso fue estúpido.”
“No, lo entiendo. Es solo que no quiero que este tipo desconocido termine haciéndote daño.”
“Lo sé.” Negué con la cabeza. “No lo hará. Solo es uno más.”
“¿Solo es otro cliente?” Amber alzó una ceja.
“¡No digas cliente! Me hace sentir como una prostituta.”
“¡Ja! Así que eso te hace sentir como una prostituta. No el dinero o los encuentros secretos…¡OYE!”
Amber aulló cuando le tiré un pedazo de húmedo klínex. “¡Cierra la boca, Pampers!”
Deseaba tirar a Shim Changmin por un acantilado. Me estaba poniendo en evidencia llegado a un punto en el que estaba haciéndome perder la confianza en mí mismo. Control. Necesitaba tomar el control de la situación, de mí mismo y posiblemente de él. Solía pensar que estaba bien, pero esa noche él me descolocó completamente.
Estaba ebrio. No sabía lo estaba diciendo. Estaba prácticamente medio dormido. Traté de empaparme en todas aquellas razones con el fin de evitar que mi cabeza diera vueltas. En caso de que no funcionara, simplemente haría lo que siempre hago. Olvidarlo. Borrarlo de mi memoria. Similar a cuando tuviera que borrarlo a él de mi memoria algún día.
N/A:
Gracias por su paciencia y por seguir leyendo esto. Por favor déjenme saber lo que piensan. ¡Hasta el próximo capítulo! :D
Hace un rato que deje de leer esta historia, y la leí de nuevo porque la verdad ya no me acordaba de lo que trataba. Y me gusta mucho tiene una buena narrativa fácil de entender sin rodeos ni complicaciones, me gusta mucho.
ResponderEliminarA hora creo que la relación que tienen estos dos se complicara, primero por eso que esconde Jae que no debe ser nada bueno. Y segundo porque Min también esconde muchas cosas..... Pero esperamos la siguiente actualización.... Gracias y saludos.
Waaa, me encantó, tuve que volver a leer, ya se me había olvidado, me encantó, esperare la continuación, algo debió haber pasado debido a como comenzó gracias por esta historia ^^
ResponderEliminarestuvo realmente bueno el capitulo espero que jae revele lo que paso con el y que min no tenga nada que ver.
ResponderEliminarAh joder Shim -lo patea- se lo merece! Ah joder pero no creo que tome de loco algo debió pasar pero aun así decírselo ene se estado, -lo vuelve a patear xD JJ taaaan enamorado ;;;; se viene el drama y la prometida en él seguro e.é Gracias por la traducción!!! ❤
ResponderEliminarHola!!
ResponderEliminarRealmente me has dejado completamente intrigada de que es lo que esconde Jae, y Min tan aparentemente indiferente a su relación tanto así que ya un conflicto interno le ha conducido a embriagarse. Maravillosa historia espero que no la dejes abandonada y la continúes.... Saludos
Hola!!
ResponderEliminarRealmente me has dejado completamente intrigada de que es lo que esconde Jae, y Min tan aparentemente indiferente a su relación tanto así que ya un conflicto interno le ha conducido a embriagarse. Maravillosa historia espero que no la dejes abandonada y la continúes.... Saludos
No abandones este fic por favor este minjae esta hermoso
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