Camino por el camposanto observando el paisaje que me brinda, “Definitivamente este lugar está más vivo que muchos otros que conozco” fue lo que pensé. Sigo aquella travesía que con el tiempo he llegado a aprender, me detengo, por fin he llegado, el lugar donde descansas se ve tan lindo como siempre, igual que tú. El mármol continua blanco, estas cubierto de rosas y girasoles, tus flores favoritas, aquellas que plantaba tu madre en aquel jardín en el que solíamos jugar. Le he pedido al señor que cuida aquí que siempre te ponga flores, al menos eso puedo hacer eso por ti.
-¡Hola Changminnie! ¿Cuánto tiempo, verdad?-.
Suelto las palabras al viento mientras acaricio la fría lapida.
-Perdóname por no visitarte tan seguido, quisiera poder hacerlo más, pero cada vez que vengo se me parte un cachito de alma-.
-Tendrás que hacerte responsable ¿Eh? Cuando nos volvamos a encontrar-. Me temblaba la voz al decir eso. –Cuidaras de mi desecho corazón cuando este contigo, ¿Verdad?-. Ahora mis lágrimas amenazaban con caer.
Por eso no me gustaba venir, de alguna forma siempre terminaba llorando, supongo que siempre he sido así de sentimental.
-¿Qué tal es el clima allá donde te encuentras?-. Dije esperando a que alguien me respondiera. –Aquí últimamente ha estado de locos, a veces muy frio, otras veces un calor insoportable. Mamá me dice que aún tengo que cuidarme-.
-Ya sabes por mis múltiples enfermedades-. Solté una sonora carcajada. –Pero el tratamiento me ha hecho bien, ya la mayoría de mis problemas están controlados-. Sonreí. –Los doctores en Estados Unidos son excelentes. Me gustaría que algún día viajáramos juntos, ¿Qué te parece? Si lo hiciéramos, mi billetera correría peligro, con lo pedinche y tragón que eras-.
Sonrío nostálgicamente imaginando aquella hermosa escena que tristemente jamás pasará.
-Justo ahora tendrías 18 años ¡Woah! De seguro tendrías muchas admiradoras. Recuerdo que en el preescolar eras muy popular-.
Miro al cielo y lo contemplo por algunos segundos.
-Nuestro Changmin sería el más guapo del Colegio ¿No es así?-. Suspiro largamente. –A veces me pregunto porque no soy yo el que se fue, al fin y al cabo siempre he estado completamente defectuoso, con millones de enfermedades, gran parte de mi vida la he pasado en un hospital… pero tú eras un niño completamente sano, lleno de sueños y de ilusiones. ¿Por qué tu y no yo?-.
Una fuerte ráfaga de viento golpea mi cara, al parecer desde donde estés, me estas escuchando, creo que no te gusta que hable así. Sonrió, en mi corazón quiero creer eso.
-Supongo que Dios quiere que los ángeles más hermosos cuiden de él-.
Otra vez ese líquido parece que intenta fluir por mis ojos, no lo dejo. Nunca te ha gustado verme triste, mucho menos que llore. Necesito ser más fuerte, inhalo detenidamente y finjo sonreír.
-¿Adivina qué?-. Dije entusiasmado. –Adivina a quien le ofrecieron un puesto importante en una de las Universidades más importantes de todo Seul… cierto, ¡A mí! Pienso que debería de cambiar un poco mi apariencia, algo que vaya acorde a mi nuevo puesto, pero si lo hago ya no sería yo-.
Suelto la liga que ata mi largo y rizado cabello.
-¡Mira cuanto ha crecido!- Di un pequeño giro. –Está un poco debajo de mis hombros, mamá dice que parezco un vagabundo-. Sonrió animado. –Otras veces dice que parezco una chica, yo no lo creo-.
-A mí me gusta mucho, pienso que me veo muy sexy-. Me carcajeo tontamente. –Además que al contrario de lo que dice mi mamá, mi cabello es un imán de chicas. No te lo he dicho, hace unos meses toco el piano en una cafetería, ¡Shhh! No se lo digas a nadie, me matarían si se enteran. Sabes… me gustaría volver a tocar alguna canción para ti… recuerdo que te gustaba mucho oírme cantar. Recuerdas esa canción que te cantaba para que durmieras, ¿Cómo iba?-.
Cierra los ojos,
Y escucha con atención mi historia
Pequeña estrella de esta noche
En toda la noche yo te cuidaré
Cuando te conocí por primera vez,
Quede muy impresionado
Cuando vi por primera vez tu sonrisa,
Me sentí el rey del mundo
Pequeña estrella de esta noche
En toda la noche yo te cuidaré
-Si estuvieras aquí de seguro te presentaría muchas chicas lindas, sería muy romántico ir a una cita doble ¿No?-. Suspiro, ya perdí la cuenta de cuantas veces lo he hecho en el día. –Estoy seguro que te hubiera acompañado en tu primera cita, parezco un papá celoso ¿No lo crees?
Está empezando a ponerse oscuro, como siempre, el tiempo se me pasa tan rápido cuando estoy junto a ti.
-Creo que ya es tarde-. Miro mi reloj. –No traje abrigo y este clima no augura nada bueno-.
Estoy feliz.
-Se me olvidaba, te hice un regalo-. Lo saco de mi bolsillo. –Es una pulsera, la hice yo mismo. Es una pulsera con un dije de oso ¿Es bonita, no? Te dije que tu Yoochun-hyung es todo un artista-.
Suspiro y la coloco junto a los otros 11 regalos de cumpleaños que te di, los cuales nunca estuviste para recibirlos, regalos que ahora yacen en tu tumba.
-Es hora de irme-. Digo. –Vendré pronto, lo prometo-.
Acaricio la foto de Changmin que está en la lapida y le deposito un beso.
-Cuídame, como siempre lo has hecho. ¡Te quiero de aquí hasta la última estrella de la galaxia!-.
Me levanto y camino un poco, volteo y veo lo que está inscrito en aquel lugar.
Duerme tranquilo
El sueño de la paz del día
Cuando juntos volveremos a estar
~Shim Changmin~
18-Feb-1988 // 07-Ago-1994
Salgo de ahí lo más rápido posible, trato de no llorar, pero no puedo contenerme. Los recuerdos a tu lado me agobian, todavía no supero lo que te dije el último día que nos vimos. Lo siento tanto. Al final tu y yo estamos en dimensiones distintas y no puedo hacer nada para cambiarlo. No tienes idea de cuánto te extraño, día con día…
/ ~ / ~/ ~ / ~
-Jae, ¿Cuándo le confesaras a Changmin tus sentimientos?-. Me dijo un pelirrojo, que curiosamente estaba sentado a mi lado.
-Junsu-ah, no puedes ser más discreto ¿Verdad? Changmin está arriba, puede escucharte-. Le reproche.
-Pues esa es la intensión, deja de ser tan cobarde-.
Junsu es mi mejor amigo, nos conocimos en preparatoria y estudiamos la misma carrera, en la misma Universidad. A estado junto a mí en los momentos que más he necesitado la ayuda de alguien. Es mi amigo, mi confidente y mi cómplice, además sabe de mis sentimientos hacía Changmin y siempre me reprocha por no revelarlos.
-No Junsu, no es tan fácil como piensas. Changmin es la persona más compleja del mundo, lo digo en serio, nunca sabes lo que pasa por su cabeza. Me da miedo su reacción al decirle lo que siento-. Suspire tendidamente.
-Y dime Jae, no te has detenido a pensar que él puede sentir lo mismo que tu-.
Nuestras miradas se cruzan y permanecen así. Seria magnifico que Changmin me correspondiera, un sueño hecho realidad.
-Changmin es un joven muy guapo y a pesar de que es excesivamente introvertido, tiene una personalidad que te atrapa al instante-. Dijo mi amigo en un tono severo. –No pensaras que se quedara a tu lado toda la vida ¿O sí?, Si no te apuras, puede llegar alguien y arrebatártelo. Así que no lo medites demasiado y hazlo-.
Sus palabras hicieron eco en mi cabeza “¿Arrebatarme a Changmin?” No, eso no, definitivamente imposible.
-Changmin estará conmigo siempre. Yo lo he cuidado desde que tenía 2 años. Me debe mucho-. Soné un poco posesivo, pero esa es la verdad.
-Cálmate Jae, nadie te lo va a quitar. Mejor apúrate a arreglar esas valijas que el vuelo sale hoy y ya es tarde-. Me ordeno mi buen amigo
-Ya voy, vendrás a visitarme ¿Verdad?-. Le pregunte, esperando que dijera que sí.
-Por supuesto-. Respondió sutilmente. –Si no quien te asesorará en tus amoríos con Changmin-. Rió sonoramente.
-¡Cállate!-.
-Bueno, nos vemos Jae-. Nos abrazamos. –Definitivamente Japón no será lo mismo sin ti ¡Te extrañare!-. Lo mire mientras abandonaba la habitación.
También lo extrañare mucho, ha sido un apoyo muy importante en mi vida. Espero que nos vaya muy bien en Corea y que por fin pueda decirle a Changmin todo lo que significa para mí.
/ ~ / ~/ ~ / ~
Jaejoong está abajo con Junsu, su mejor amigo, ¡Ah, son tan ruidosos! De verdad nunca se callan. ¡Ash! De verdad envidio la relación que tienen esos dos, nunca en mi vida he tenido un amigo, no se cual es la sensación que provoca estar con alguien con quien compartes gustos y vivencias, alguien a quien le puedas decir cosas tontas, que te apapache cuando sufras o a quien contarle de la persona que te gusta. Todo esto es tan fastidioso. Jae es casi como mi amigo, le cuento mínimas cosas que me pasan, pero no siento ninguna conexión especial con él. Además con mi fobia a la gente, es casi imposible acercarme a alguien. ¡Ah! Estos estúpidos complejos, ya debería ser hora que los superaras, no Oshima Changmin.
Estoy alistando las maletas que llevaré, en tan solo unas horas volaremos hacia Corea. Estoy emocionado, nunca me había sentido así, tal vez allá encuentre a alguien especial…
-Tú qué crees Puky, ¿Crees que podamos encontrar a alguien especial en Corea?-. Le digo a mi viejo oso de peluche, mientras sonrío.
De verdad que estoy loco, a mi edad no debería hablar con objetos inanimados, pero que más da.
-¿Qué clase de ropa debería llevar? Supongo que es hora que deje la ropa que me hace parecer un pordiosero ¿No? La gente viste muy diferente allá-.
Tomo a mi oso de peluche en mis brazos y me dirijo a mi armario.
-Aún así con ropa bonita, no esconderán al monstruo que soy en realidad ¿Verdad? Además tengo el cuerpo lleno de marcas, que pensara la gente si las ve, de seguro menos se querrán acercar a mi-. Sonrió tristemente porque es la verdad, soy un feo demonio.
Jae siempre se burla de mí por conservar ese oso de peluche color miel. Dice que a veces hablo más con el muñeco que con él, quizá tenga razón. Quiero mucho a ese oso, es un regalo muy especial para mí, no sé porque Jaejoong se molesta, al final Puky fue un presente suyo.
-¡Te pondré aquí! Aquí estarás a salvo hasta que lleguemos a nuestra nueva casa-. Lo coloque en una pequeña maleta. -¡Te quiero Puky!-.
-¡¿Changmin, qué tanto haces?! ¡El auto ya llego por nosotros!-. Oigo a Jaejoong gritar desde la planta baja.
Rápidamente me pongo una sudadera que cubra mis heridas, afortunadamente están sanando muy bien. Mi piel sana de una manera extraordinaria, soy afortunado porque casi no se notan las cicatrices… aunque tengo dos extrañas marcas en mis muñecas, parece que son también de algún corte, aunque no recuerdo como me las hice. Esta maldita memoria que no me sirve para otra cosa que las matemáticas, la odio.
Llevo varios días sin cortarme, supongo que es por la emoción del viaje.
-¡Changmin!, ¿Ya estás listo?-. Escucho la voz de Jae un poco desesperada.
-¡Sí, ya bajo!-.
El examen es pasado mañana… tomo mis maletas y bajo. Espero que todo salga bien.
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