Sin alas que protejan - Cap. 31

Estaban a punto de salir, Changmin solo esperaba que el “vanidoso” de su novio terminara de arreglarse.

Mientras eso pasaba, observaba a sus hijos dormir, últimamente eso era el pasatiempo favorito del muchacho. Con una de sus manos acariciaba cuidadosamente las mejillas de ambos. Sentía que no debía dejarlos... de alguna manera tenía miedo.

-Bien- Se escuchó la voz de Jae. -Ya estoy listo- Dijo con entusiasmo.

Changmin lo miró y sonrió.

-Al fin. Empezaba a dudar que de verdad saldríamos- Dijo con sarcasmo.

-Ya!... No me tarde tanto- Se defendió.

Changmin seguía sonriendo y regresó a su vista a los pequeños.

-¿Qué pasa, Min?-

El mencionado negó con la cabeza.

-Es solo que quiero estar con ellos todo el tiempo-

-Te comprendo, amor. Yo también no quiero despegarme ni un solo minuto de ellos- Jae se acercó a Changmin y le tomó suavemente por los hombros. -Tú y ellos son lo más importante para mi- Dijo haciendo sonrojar a Min. -Pero esto solo va a ser por un rato, es para distraernos. Ha sido una pesada semana-

Changmin asintió.

-¿Quien los cuidara?-

-Le pedí el favor a la señora que nos prepara la comida, es de confianza y acepto encantada-

-Ok- Aceptó no muy convencido. -Debes de hacer una junta para presentarme a los empleados domésticos de tu padre- Dijo en tono de burla y calmarse un poco. -Solo conozco a el jardinero y alguna que otra señora y eso solo de vista-

-Jeje, ok, prometido- Bromeó. -Pero vámonos ya, que se nos hará tarde para la función del cine-

-Ok- Respondió sonriendo.

En ese momento, la señora encargada de cuidar a los gemelos entró a la habitación. Era una mujer de edad no muy avanzada, de notable baja estatura y un aura noble.

-Buenas tardes- Saludo amable. Dando a Changmin una sensación de tranquilidad.

-Hola, buenas tardes- Devolvió el saludo en una reverencia.

-Changmin, ella es la Señora Hyu- Dijo Jae, sonriendo. -Tuvo la paciencia de cuidarme a mi cuando era niño- Dijo bromeando de nuevo. -Gracias por esto Señora Hyu, por favor dígale al señorito Shim que todo estará bien- Rió.

-No se preocupe, Joven- Dijo dirigiéndose a Changmin. -Ustedes diviértanse que estos angelitos estarán muy bien cuidados-

-Gracias, señora Hyu- Respondió el muchacho.

-Bien, pero vámonos ya- Dijo Jae tomando la mano de Changmin y saliendo de la habitación echándoles un ultimo vistazo a los bebés.

“Todo estará bien” dijo para si...

Una vez fuera de la casa y en caminó a su destino Changmin seguía pensativo, se sentía algo incomodo y a la vez culpable de estar así en esos momentos, es decir en esa salida con Jaejoong.

Jaejoong, quien iba de la mano del chico notaba esto. Lo único que se le ocurrió hacer fue sacudir las manos entrelazadas para llamar su atención la cual obtuvo, sus serias miradas se cruzaron y Jaejoong sonrió haciendo que Changmin hiciera lo mismo con un leve sonrojo decorando su cara.

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La puerta principal se abrió de golpe esfumando todo rastro de tranquilidad, fueron exactamente diez hombres vestidos de negro y con la cara cubierta los que entraron a la enorme casa, sometiendo al personal.

Las ordenes habían sido no lastimar al personal, no con arma de fuego por lo menos.

El señor Sang, quien se encontraba en su oficina, al escuchar los gritos, salió armado con un revolver mismo que no le sirvió pues los sujetos lograron paralizarlo en el suelo a pesar de la gran y fuerte resistencia que opuso.

Yunho, quien también estuvo dando guerra defendiéndose de los golpes y proporcionando unos cuantos finalmente acabo noqueado y con el labio roto.

Los hombres entraron a la habitación donde se encontraba la mujer con los bebés y lo primero que hicieron fue encerrar a la mujer en el armario de puertas corredizas y tomaron a ambos bebés.

Bajaron con el “motín” y como entraron, salieron.

Subieron a sus vehículos y se marcharon.

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La película había terminado y ahora comían en un pequeño local de comida china.

Ambos reían y hablaban de cualquier tema.

El té que bebían les hacia sentir una sensación relajante.

-Lo siento, Joongie- Se disculpó cariñosamente Changmin.

Jaejoong levantó su mirada quedando sorprendido por tal acción.

-¿De qué hablas?- Dijo. -¿Por qué lo sientes?-

Changmin agachó la mirada lentamente, melancólico.

-Quiero decir, se supone que esta salida iba a ser para divertirnos- Dijo. -Por estar pensando en Melody y Jaemin lo he arruinado-

Jaejoong parpadeo un par de veces y luego negó con la cabeza, sonriendo.

-No digas eso- Dijo. -Son nuestros hijos, están pequeños todavía y es normal que no queramos estar lejos de ellos- Hizo una pausa. -No te disculpes por eso-

Changmin sonrió inocentemente. Una sonrisa que muy pocas veces el muchacho mostraba, haciendo que Jaejoong se sonrojara por tal acto. Se sentía como si se estuviera enamorando nuevamente de Él.

Jaejoong tomó con ambas manos las de Changmin que ya hacían sobre la mesa.

-Changmin...- Comenzó. -Me hace feliz tenerte a mi lado- Dijo sintiéndose orgullosamente cursi. -Perdón si te he causado alguna molestia desde que nos conocimos-

Recordó aquel incidente en la cafetería de la universidad, mismo que provocó Él para llamar por primera vez la atención del chico, aunque haya sido de una manera un poco grosera de su parte.

Changmin solo lo miraba, su corazón latía un poco rápido.

-Jae...-

-Hemos pasado varias cosas juntos, tanto agradables como desagradables- Dijo. -Y ahora somos una familia... y si recuerdas como te propuse oficialmente que fueras mi novio, esta vez quiero pedirte que hagamos esta familia un poco más oficial- Dijo.

-¿Uh?-

-Changmin- Comenzó, tranquilo y seguro de lo que iba a decir. -Quiero pedirte que...-

No pudo terminar la frase cuando el celular de este comenzó a sonar.

La llamada era de Yunho.

Jaejoong tomó el teléfono de la mesa y contesto.

Sin pensar el por que, se levantó de su lugar dando la espalda hacía Changmin y camino un par de pasos.

-Diga-

La voz, aunque forzada y adolorida por lo que se le podía escuchar era sin dudar la de Yunho.

Changmin quien seguía en su asiento pensaba en la frase sin completar de Jaejoong.

De pronto Jaejoong volteó hacía Changmin con el rostro pálido haciendo que él corazón de este último se acelerara sin control. Sus manos al instante se pusieron heladas.

Lentamente se puso de pie y caminó hacia Jae.

Sin articular palabra salieron lo más rápidamente posible de ahí hasta la casa del mayor.

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Los bebés estaban a cargo de una mujer contratada para cuidar de ellos.

Uno de los hombres tomó su celular y marcó.

-Está todo hecho-

-Perfecto- Dijo la voz al otro lado del teléfono. -Ahora esperen indicaciones de la otra-

-Entendido-

La llamada finalizo.

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Llegaron agitados hasta la entrada de la casa. Las lágrimas de angustia y desesperación por parte del menor se hicieron más fuertes al llegar a la habitación y encontrar las cunas vacías.

Jaejoong llegó tras Él tratando de calmarlo abrazándolo por los hombros fuertemente.

Todo el personal estaba siendo atendido. Limpiaban y curaban sus notorias heridas.

Los gritos desgarradores de Changmin se escuchaban por toda la casa.

-¡NOOOOO! ¡¿PORQUÉ?! ¡MALDITA SEA! ¡¿PORQUÉ?!- Gritaba.

El señor Sang estaba en el marco de la puerta observando tan fuerte escena.

Yunho, quien apenas si se podía sostener, estaba más afuera de la habitación, una herida en su ceja derecha y en su labio inferior hacían ver que ni ellos pudieron controlar la situación.

Junsu quien estaba frente a él también lo habían herido, o por lo menos eso parecía.

Yunho, como pudo tomó del brazo al menor y lo llevó a la habitación de este.

-Espero, por tu bien que no tengas nada que ver en esto- Dijo amenazante.

Realmente no le gustaba ser así, mucho menos con Junsu.

-Me golpearon a mi también, ¿no te convence eso?- Contestó enojado, como si ese comentario la haya ofendido.

Yunho dudo.

-Si llego a saber que tu hiciste esto...-

-¡Que yo no fui! ¡Carajo!- Reclamó.

-¡Cállate!- Le dijo. -Si no fuiste tu, entonces no hagas parecer lo contrario-

-...Al demonio- Susurro.

Yunho sin más que decir volvió al pasillo.

Junsu, con enojo, cerró la puerta de la habitación haciéndose el ofendido por tal acusación.




-Todo es mi culpa- Se castigaba Changmin ya casi sin voz y al borde de la locura.

Jaejoong intentaba tener un momento de conciencia para calmar un poco las cosas.

-Ya cálmate, Min- Decía. -Así no vamos a lograr nada-

-¿Como pretendes que me calme?- Contestaba, aun con lágrimas cayendo de sus ojos.

Le costó a Jaejoong tener que decidir sedar a Changmin para a fin de tranquilizarlo.

Lo recostó en la cama que aún así se resistencia a siquiera tocar y comenzó a dar búsqueda de sus hijos.

Ordenes aquí, ordenes allá. Así se paso toda la noche Jaejoong.

Juraba que en cuanto diera con el hijo de puta que se atrevió a hacerles esto, lo mataría con sus propias manos.

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