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The Year Without Santa - Parte 1

Jaejoong sabía que iba a morir, pero no estaba seguro de cuando. Sus 15 años de vida no habían sido muy memorables que digamos y a Jaejoong no le importaba dejar su tediosa vida en lo absoluto. Él había nacido con un corazón débil y la mayor parte de su vida la había pasado en el hospital. Él conocía la habitación del hospital mejor que la suya propia en casa y los doctores tenían puestos los ojos en Jaejoong en caso de que su condición empeorara. Él nunca se quejaba por no ser capaz de hacer lo que los otros niños de su edad hacían; sentía como si nunca hubiera tenido el propósito de vivir así que bien podría morir, si tan solo no fuera por Park Yoochun.

Jaejoong solo tenía a Yoochun, su mejor amigo desde que ambos andaban todavía en pañales. Los padres de Jaejoong eran ricos y ocupados; ellos podían pagar por sus tratamientos, pero rara vez tenían el tiempo para acompañarlo todo el día. Solo lo visitaban en la noche por un par de horas, y Jaejoong sabía que ellos ya habían renunciado a la esperanza de que él pudiera curarse un día. Sus otros amigos fueron los niños que alguna vez estuvieron en el hospital pero una vez sanos y dados de alta, Jaejoong perdería el contacto con ellos. Él había asistido a la escuela hasta que tuvo 9 para después retirarse y llevar su educación en casa en su lugar.

Los fines de semana, Yoochun vendría al cuarto de Jaejoong justo después de su clase de piano. A veces Jaejoong pensaba que Yoochun estaba perdiendo su tiempo al quedarse con él pero cuando se lo dijo, Yoochun lo abofeteó y dijo que él nunca dejaría solo a Jaejoong. Jaejoong se echó a reír, diciendo que Yoochun estaba siendo estúpido y que él moriría antes que Yoochun de todos modos pero solo se ganó otra cachetada así que dejó a Yoochun hacer lo que quisiera. Sin darse cuenta, Park Yoochun había sido la razón de Jaejoong para sobrevivir.

***

6 meses antes de Navidad

4 de Junio, el cumpleaños número 15 de Yoochun, ellos lo habían celebrado en el cuarto de Jaejoong en el hospital como era su costumbre años pasados. Yoochun le había regalado a Jaejoong un PSP color negro por su cumpleaños en Enero, así que Jaejoong le había pedido a su madre que le comprara a Yoochun uno que hiciera juego pero en blanco y así ellos pudieran jugar juntos. Yoochun lo abrazó y besó sus mejillas al abrir su presente. Ellos pasaron el resto del día jugando con su nuevo PSP juntos y Jaejoong creyó pasar el mejor día de su vida.

“Gracias, JaeJae,” Yoochun besó sus mejillas una vez más y lo arropó en su cama antes de irse a casa. Jaejoong sonrió y abrazó a su mejor amigo con más fuerza de la habitual. Tenía un mal presentimiento y su corazón dolió un poco cuando Yoochun se fue, no estaba seguro de si era por el dolor de estar solo en el cuarto de hospital o de su condición. Jaejoong se recostó en la cama a oscuras, la mirada fija en el techo, y por primera vez le pidió a Dios que lo sanara.



“Jaejoong,” cálidos labios rozaron el lóbulo de su oreja y lo despertaron. Jaejoong abrió los ojos y quedó sin aliento al encontrar una figura alta de pie junto a él, de alas negras y ropas negras. El hombre era extremadamente hermoso, si solo la mente de Jaejoong no estuviera nublada por el miedo. Usaba un simple suéter color negro con cuello en V y jeans negros con botas de cuero negro. Su moreno cabello estaba desordenado y parecía estar a finales de sus 20s. Jaejoong maldijo, su mal presentimiento había sido correcto. “Oye,” susurró el hombre con una sonrisa irónica. “¿Duele?” Jaejoong frunció el ceño, pero entonces un dolor ya conocido le atravesó el corazón de un disparo. Se sentó con las dos manos estrujando su pecho y poco después estaba sudando al tratar de soportar el dolor, jadeando. “¿Quieres que te libere de tu dolor?” el hombre le ofreció.

“¡NO!” Jaejoong alcanzó a soltar. “No, yo no me quiero ir…no quiero dejar a Yoochun…” gimió. De alguna manera el dolor había sido insoportable, mucho más doloroso que los ataques experimentados tiempo atrás.

“Ah, qué pena,” el hombre deslizó un dedo bajando por el rostro de Jaejoong a su pecho, se detuvo, apuntando al adolorido corazón de Jaejoong. “Este corazón es inútil, lo sabes. Esta vida que estás viviendo, es inútil. ¿Por qué te quedarías? El Cielo es mucho mejor~” El hombre sonrió abiertamente y cuando quitó el dedo, el dolor en el corazón de Jaejoong desapareció. “Yah…¿por qué no vienes conmigo, JaeJae?”

Jaejoong miró al hombre con los ojos desmesuradamente abiertos. “Porque Yoochun estará triste si me voy…”

El hombre resopló. “¿Y? La vida continúa y tarde o temprano tú serás solo un recuerdo.” Jaejoong frunció el ceño ante aquellas palabras; él no quería ser solo un recuerdo, especialmente no para Yoochun. “Él estará bien sin ti.” Jaejoong bajó la vista hacia su cama; es verdad que Yoochun estaría bien sin él. Yoochun es inteligente, bien parecido y estaba perfectamente saludable; la vida sería grandiosa para él. “¿Sabes que Yoochun no se reúne con sus compañeros fuera de la escuela porque tiene que verte todos los días?” el hombre prosiguió. “Sus compañeros de clase hablan de eso tú sabes, cómo él se preocupa demasiado por ese chico moribundo. Ese chico solo es una carga para Yoochun.”

Era el turno de Jaejoong para resoplar. “¿No piensas que ya lo sé? Le dije que estaba perdiendo su tiempo. Él dijo que nunca me dejaría. Yo confío en él.”

El hombre sonrió, “Debí haberte llevado esta noche, pero supongo que puedo esperar. Me voy por esta noche, considéralo un presente para Yoochun.” Al ver la cara aterrorizada de Jaejoong el hombre añadió, “Entonces te daré tiempo hasta la Víspera de Navidad para decir adiós. 6 meses son suficientes ¿verdad?”

“Pero…” La protesta de Jaejoong fue tragada por un profundo beso. El hombre sabía dulce y Jaejoong se derritió en sus labios, preguntándose por qué la muerte sabría tan maravillosa.

“Estaré de vuelta mañana por la noche~” el hombre dijo con una sonrisa antes de desaparecer en el fino aire de la noche.

“…ese fue mi primer beso, cretino,” Jaejoong hizo un puchero.

***

“Entonces él…JaeJae, ¿estás escuchándome?” Yoochun agitó sus manos frente a la cara de Jaejoong, trayéndolo de vuelta a la realidad.

“Lo siento, Chunnie…¿qué dijiste?”

“¿Qué te está molestando, JaeJae?” Yoochun sonrió y sostuvo el rostro de Jaejoong entre sus manos.

“Nada, yo…” Jaejoong se alejó para evitar la mirada de Yoochun. “Cuando me haya ido, ¿qué harás tú?”

Yoochun frunció el ceño ante la pregunta y tomó la mano de Jaejoong. “Seguir adelante.” Jaejoong sabía que diría eso y una sola lágrima se derramó por un lado de su rostro. Yoochun siempre había sido el fuerte cuando Jaejoong era el frágil, por supuesto que seguiría adelante. “Pero nuestra rutina no se detendrá,” continuó, secando las lágrimas de la mejilla de Jae. “Aún te seguiré visitando todos los días. Aún te lo contaré todo. Te prometo que nunca te olvidaré.”

Jaejoong sonrió, a pesar de su corazón adolorido. “Gracias, Chunnie,” él besó la mejilla de Yoochun. “Así que, ¿qué dijiste antes?”

Yoochun negó con la cabeza y le pasó a Jaejoong su PSP, “Solo juguemos, ¿kay?” Jaejoong sonrió y cogió el PSP.



“Vete a la mierda,” Jaejoong dijo tan pronto vio al hombre de la noche anterior de pie al lado de su cama. Jaejoong no había dormido esa noche, estaba esperando a que el hombre apareciese para decirle que él nunca querría dejar a Yoochun jamás.

“Ah, ¡qué lenguaje! Si sigues hablando así podrías no ir al cielo, lo sabes,” el hombre rió a carcajadas y se sentó al borde de la cama de Jaejoong. Jaejoong lo sacó a patadas de donde estaba sentado y el hombre gruñó.

“Yo NO voy a morir. Y dijiste que me darías 6 meses, ¿por qué estás aquí, Sr. Demonio?” Jaejoong frunció el entrecejo.

“No soy un demonio, okay, soy un segador de almas y tengo nombre. Ellos me llaman Choikang Changmin. Te di 6 meses, pero eso no significa que no vayas a cambiar de opinión en un futuro cercano, por eso estoy aquí.”

Jaejoong resopló, “Estás tratando de matarme, por supuesto que eres un demonio. Y, ¿Choikang?” levantó una ceja.

“Soy el mejor segador de almas allá arriba,” Changmin sonrió. “Yo nunca fallo una sola misión.”

“Voy a probarles que están equivocados,” Jaejoong se rió sarcásticamente.

Changmin sonrió con suficiencia, “¿Cómo harás eso exactamente, JaeJae?” Se trepó a la cama y montó a horcajadas a Jaejoong, su cintura entre sus rodillas, tomando a Jaejoong por las mejillas. Changmin se inclinó de más cerca para juntar sus labios a los de Jaejoong pero este cubrió su boca antes que Changmin alcanzara sus labios, provocando que el mayor riera a carcajadas.

“¡Solamente Yoochun puede llamarme JaeJae!” Jaejoong gruñó, tratando de apartar a Changmin de un empujón pero el otro hombre era demasiado fuerte. “Y ese fue mi primer beso, el que robaste anoche, ¡pedófilo!”

Changmin se rió de nuevo, “Qué suerte la mía~”

“¿Que trates de violarme tiene algo que ver con que intentes convencerme de morir?”

“Va a ser tan asombroso que no te darás cuenta cuando ya estés muerto,” Changmin besó la barbilla de Jaejoong. “Solo bromeaba, te veías tan bien que quise dar una probada.”

Jaejoong empujó a Changmin con dificultad y saltó fuera de la cama “¡Yo no voy a ir a ningún lado!” caminó hacia la ventana y contempló la luna llena. Suspiró, “Mi vida puede parecer insignificante para ti, pero cada segundo que yo paso con Yoochun significa el mundo para mí.”

“Muy egoísta, JaeJae,” Changmin dijo, aún sentado en la cama. “Muy, muy egoísta…”

“Lo sé,” Jaejoong suspiró.

“No puedes ir en contra del destino, lo sabes. Todo tiene que morir.”

“Lo sé.”

“Si yo fuera tú me rendiría y dejaría a Yoochun tener una vida.”

“Lo sé. Afortunadamente tú no eres yo.”

Unos brazos envolvieron la cintura de Jaejoong desde atrás y unos labios se pegaron a su cuello. “Yo puedo mostrarte el cielo.”

“No me preocupa el infierno en tanto Yoochun esté conmigo.”

“¿Qué es tan especial acerca de Yoochun?” Jaejoong se encogió de hombros pero no respondió. No tenía respuesta para eso, ¿todo? ¿Nada? ¿O es porque Yoochun era su mejor amigo que a él le importaba más? Pero él solo es un mejor amigo, ¿no es así? O…no…él no estaba enamorado de Yoochun, ¿cierto? “¿Imagino la respuesta?” Jaejoong pudo sentir la sonrisa burlona de Changmin sobre su cuello. Demonios, ¿podría ser?

“Mierda,” Jaejoong maldijo.

El abrazo a la cintura de Jaejoong se aflojó de pronto. “Nos vemos,” Changmin dijo y desapareció antes que Jaejoong pudiera decir algo.

***

5 meses antes de Navidad

Yoochun fue a la habitación de Jaejoong como era su costumbre ese día, pero no estaba solo. Jaejoong se quedó mirando a la alta figura tras Yoochun, un extremadamente bien parecido chico de piel bronceada, y frunció el entrecejo. “¡JaeJae!” Yoochun lo abrazó y besó sus mejillas mientras Jaejoong no quitaba la mirada del tipo. “Traje a Yunho hoy, él es mi mejor amigo de la escuela. Dijo que le gustaría conocerte, ¿está bien si se queda con nosotros hoy?”

Yunho le sonrió, ligeramente inclinándose él se presentó, “Hola, mi nombre es Yunho, un amigo de Yoochun. Encantado de conocerte.” Jaejoong no dijo nada y siguió mirándolo fijamente.

Yoochun lo notó, “Yunho, ¿puedes comprarnos unas bebidas? A Jaejoong le gusta de limón y yo quiero una de fresa. La máquina expendedora está justo al final del pasillo.” Yunho asintió y salió del cuarto. “Oye, Yunho solo estaba tratando de ser agradable. No dolerá conocer más gente ¿o sí, JaeJae?”

Jaejoong rodó los ojos, “Por supuesto que sí. Más amigos significan más gente que llorará por mí cuando muera y lo odio. Pero quizás esté bien, él puede ser mi reemplazo cuando me haya ido, ¿no es cierto?”

Yoochun frunció el ceño. “¿Por qué dices eso? Has estado hablando de morir mucho últimamente…por favor no seas así…” Jaejoong no sabía cómo replicar. ¿Qué se supone iba a decirle a Yoochun, que un ángel de la muerte vino a él la noche anterior y le hizo darse cuenta que había estado enamorado de Yoochun todo este tiempo?
Jaejoong suspiró. “Bién. Trataré de ser amable.”

Yunho volvió a la habitación con latas de bebidas. Le pasó el jugo de limón a Jaejoong y Jaejoong la tomó, sonriéndole amablemente. Yoochun suspiró de alivio y tomó su bebida. Ellos iniciaron la conversación pero Jaejoong escuchó la mayor parte, antes de finalmente dejar de prestar atención y perderse en sus propios pensamientos. Yunho era una buena persona, pero Jaejoong aún sentía la semilla de los celos crecer en su corazón. Él maldijo a Changmin por hacerlo sentir así.



“Ve…”

“Oye, solo quiero platicar,” Changmin cortó a Jaejoong antes que pudiera terminar la oración. “Sin intento de violación, ni persuasión. Lo prometo.”

“¿Y yo creeré en eso, porque?” Jaejoong preguntó sarcásticamente.

“Aún soy un ángel, incluso si es de la muerte, no miento,” Changmin se encogió de hombros y se sentó al filo de la cama, Jaejoong no lo sacó a patadas esta vez. “Tendrás que morir después de Navidad, lo sabes, incluso si ofreces pelea ahora. Yo no puedo cambiar el destino, todo está escrito y yo no puedo darte más tiempo del permitido. Si lo hago, moriré. También podrías comenzar a hacer uso de tu tiempo apropiadamente.”

Jaejoong suspiró. “Así que ¿todavía tengo que morir?”

Changmin asintió, “No puedo hacer nada al respecto.” Jaejoong suspiró de nuevo y se apoyó en la pared detrás de su cama. ¿Qué estaba pensando? Él tenía 6 meses y ya había perdido un mes, no todos tenían tal posibilidad. Egoísta, él había sido muy egoísta. “Así que, ¿quieres charlar?” Jaejoong negó con la cabeza y lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos. Changmin lo abrazó de un tirón y dejó que Jaejoong empapara su suéter de lágrimas. Cuando Jaejoong se calmó, le preguntó. “¿Estarás bien, solo?” Jaejoong asintió. “Nos vemos entonces.” Changmin se levantó y desapareció.

***

Yunho venía visitando a Jaejoong todos los días desde entonces, y a Jaejoong algo como que le gustaba si tan solo no estuviera celoso de lo cercano que Yunho era con Yoochun. Aún así, Yunho estaba siendo genuinamente bueno por lo que Jaejoong aceptó su oferta de amistad. Yunho trajo emociones nuevas a los días de Jaejoong, desde que él tenía una personalidad diferente a la de Yoochun y la del propio Jaejoong, añadiendo colores a su rutina. Algunas veces Yunho traía pasteles de la panadería de sus padres para Jaejoong y lo hacía sonreír con éxito, no importando cuan mal hubiera estado el día.

Yoochun estaba más que feliz de ver la aprobación de Jaejoong hacia Yunho así que no fue consciente de que Jaejoong había estado intentando decirle adiós. Jaejoong hablaba sobre la muerte más y más, y Yoochun decía que él estaba siendo pesimista. Él no tenía idea de cómo decirle a Yoochun adiós y una parte de él no quería admitir que moriría.

“Jaejoong-ah, di aaaah~” Yunho dijo mientras escarbaba el pastel de su plato con la cuchara y le daba de comer a Jaejoong. Jaejoong recibió el bocado para después poner mala cara. Yoochun se echó a reír ante la vista. “Tarta de mango.”

“¡YUCK!” Jaejoong sacó la lengua y tomó un sorbo de su té con limón. “¡El mango es probablemente la peor fruta jamás creada!”

“Deja de portarte como un bebé, Jae,” Yoochun rió a carcajadas y recibió el bocado que Yunho le ofrecía. “El mango es rico.”

Jaejoong hizo un puchero y observó por detrás de la ventana el sol de verano. “Soleado, ¿no es así?”

Yunho se encogió de hombros, “Es Julio,” y le dio a Jaejoong una cucharada de la tarta de fresas. “¿Quieres dar un paseo?”

“¡SÍ!” Jaejoong se levantó con entusiasmo y se puso los zapatos.

“Jaejoong…” Yoochun negó con la cabeza. Jaejoong lo ignoró y salió corriendo, y así los otros dos lo siguieron. Jaejoong iba por delante de ellos, puestos sus ojos en el cielo, y los otros dos caminaban lado a lado puestos sus ojos en él. Saltó de un lado para el otro, disfrutando del tiempo. Ese podría ser el último verano que él vería, así que lo disfrutaría. “A veces me pregunto cuántos años tienes,” La risa ahogada de Yoochun fue seguida por la de Yunho.

Jaejoong hizo un puchero. “Quiero ir al mar~”

Yunho sonrió, “Entonces recupérate pronto, y así podremos ir juntos.”

Jaejoong sonrió amargamente pero estuvo seguro que Yunho no lo notó. El doctor había dicho que Jaejoong necesitaba de un transplante pronto o no duraría mucho. Él no le dijo nada a Yoochun acerca de esto porque sabía que él no tendría ningún transplante no importa qué. “Quiero helado~” continuó gimoteando para esconder el dolor reflejado en sus ojos.

“¿Quieres que te compre algo?”

“No, voy a comprarlo yo mismo. Gracias, Yunho,” Jaejoong dijo antes de correr a paso ligero con dirección a la cafetería.

Yoochun negó con la cabeza y suspiró, “Este tipo…¿qué debería hacer Yunho?”

“Él estará bien,” Yunho palmeó la cabeza de Yoochun mostrando apoyo.

“Él habla de morir y eso me asusta…” Yoochun se estremeció con horror.

“Él solo está siendo pesimista, pero su estado es bueno ¿cierto? No tienes que preocuparte tanto, Chunnie…”

“Supongo…” Yoochun suspiró.



“¿No vienes con Yoochun?” Preguntó la señora de la cafetería mientras le alcanzaba una copa de helado a Jaejoong.

“Lo dejé atrás,” Jaejoong recibió la copa y se tomó una cucharada llena de esta inmediatamente. “Él está con Yunho, otro amigo mío.”

La señora de la cafetería sonrió, “Aprendiendo a ser independiente ¿no es así? Estás creciendo.” Jaejoong la miró confundido. “El Jaejoong que conocí antes nunca habría dado un paso fuera de su cuarto sin Yoochun, mucho menos comprarse un helado por sí mismo.”

“Ah…” Jaejoong asintió. ¿Era así de dependiente? Él solo quería ya no ser más una carga para Yoochun.

“Estoy orgullosa de ti Jaejoong,” habló ella de nuevo y añadió una cereza extra a la copa de Jaejoong. Jaejoong sonrió y se inclinó ante ella antes de volver al parque en busca de Yoochun.



“¿No me compraste nada?” Yoochun hizo un puchero.

Jaejoong se encogió de hombros. “No me lo pediste. Yunho puede comprar uno para ti~” Yunho asintió y fue a la cafetería.

“Jaejoong, ¿qué sucede?” Yoochun frunció el ceño.

“¿Con qué?”

“No me arrastraste contigo a la cafetería. Eso fue inusual.”

“Soy suficiente carga sin arrastrarte a donde sea que vaya, Chunnie.”

“Ni siquiera digas eso…”

Jaejoong se encogió de hombros, “Es la verdad,” y caminó de regreso a su habitación, dejando a un confundido Yoochun atrás.




“Entonces, ¿qué te parece Yunho?” La voz de Changmin distrajo a Jaejoong de sus pensamientos.

“Es bueno,” fue todo lo que Jaejoong pudo responder.

“¿Celoso?” Changmin reía entre dientes.

Jaejoong se encogió de hombros, “No tengo derecho a estarlo, Estoy dejando a Yoochun de todas maneras.” Changmin se sentó junto a él sobre la cama y colocó un brazo alrededor de sus hombros. Jaejoong se apoyó en el hombro de Changmin. Ellos se habían acercado desde que Changmin dejó de intentar meterle mano. Jaejoong creyó que si podía abrirse a Yunho, entonces ¿por qué no al ángel que Dios envió para llevárselo? Necesitaba un hombro en el cual apoyarse de todos modos. “¿Cómo es allá arriba?”

“Hermoso,” Changmin dijo. “Y a veces las personas están felices de estar muertas,” se rió entre dientes. “Es el comienzo de una nueva vida, JaeJae. Incluso hay personas que encuentran a sus almas gemelas allá arriba. Personas que han estado lisiadas pueden correr, personas que han estado ciegas pueden ver. Personas como tú, que nunca pudieron disfrutar de su vida anteriormente, están libres de preocupaciones. Dios es bueno, él realmente lo es.”

“¿Cómo es ser un ángel?”

“Doloroso.” Jaejoong observó a Changmin con confusión. “Tienes que arrebatarle la vida a las personas, ser el único que las vea por última vez. Cuando piensas lo doloroso que debe haber sido para sus seres queridos…Pero eventualmente todo tiene que morir.”

“¿Por qué lo haces entonces?”

“Es mi trabajo, Jae.”

“Pero dices que duele…”

“Debo cumplir sus últimos deseos, como cuando te di 6 meses extra. Sus sonrisas y un ‘gracias’ bien valen la pena,” Changmin sonrió. Jaejoong miró fijamente a Changmin con regocijo, pensando que talvez Changmin tenía un buen corazón, tal y como las historias describían a los ángeles. Changmin era perfecto, un ángel, magnífica apariencia, aquellos labios…Jaejoong mantuvo la mirada puesta en sus labios y recordó el beso que compartieron al conocerse. Changmin lo sorprendió mirando y él se sonrojó. “¿Qué?” Changmin soltó una risa.

Jaejoong no sabía en qué estaba pensando, o talvez no pensaba, cuando cerraba la brecha entre Changmin y él con un beso rápido. Los ojos de Changmin se abrieron como platos y él se quedó mirando las mejillas sonrosadas de Jaejoong. Se inclinó para adelante después de un momento, no muy seguro de si Jaejoong quería el beso, pero Jaejoong tomó la iniciativa y presionó sus labios juntos. El beso fue suave, a diferencia del beso que Changmin le robó, y Jaejoong se derritió en sus brazos. Las manos de Changmin se pasaron a la cintura de Jaejoong para acercarlo de un tirón y profundizar el beso en tanto los dedos de Jaejoong se enredaban en el pelo de Changmin.

Jaejoong abrió la boca para dejar que la lengua de Changmin entrara. Se recostó en la cama, tirando de Changmin hasta que estuvo encima de Jaejoong. Sus lenguas entrelazadas, ambos gemían y todo se puso blanco. Changmin de pronto se quedó sin aliento y se apartó, y los dos se quedaron mirándose el uno al otro mientras recuperaban el aliento. “¿Qué?” Jaejoong exigió cuando su respiración se hizo constante.

“Esto…Dios mío, Jaejoong.” Changmin se sentó al filo de la cama y recobró el aliento. “Juro que tu beso será mi muerte un día.” Jaejoong se echó a reír y abrazó a Changmin por detrás. “¿Qué pasa con Yoochun ahora?”

Jaejoong hundió el rostro en el cuello de Changmin. “¿Seré capaz de verte en el cielo?”

“No la mayoría del tiempo, pero sí.”

Jaejoong suspiró, el aliento sobre el cuello de Changmin enviando escalofríos por su columna vertebral. “Tú no me dejarás, ¿cierto? Yo no puedo hacerlo solo, sin Yoochun, sin ti…”

“¿Así que soy el sustituto de Yoochun ahora?” Changmin soltó una risita, pero había amargura en su voz.

“No,” Jaejoong dijo inmediatamente. “No, no lo eres…soy un egoísta, ¿recuerdas?”

Changmin se echó a reír. “Sí, lo eres,” dijo mientras se daba la vuelta y besaba a Jaejoong una vez más. “Nos vemos mañana. Descansa bien.” Changmin arropó a Jaejoong en su cama y desapareció.

***

4 meses antes de Navidad

Ellos se besaban, Yoochun y Yunho. Jaejoong estaba observando más allá de su ventana al parque bajo su cuarto y allí estaban. Yunho tenía las manos sosteniendo las mejillas de Yoochun y los brazos de Yoochun holgadamente rodeando la cintura de Yunho. Él no estaba sorprendido, pero dolía. El beso era dulce y Jaejoong sabía que los sentimientos de Yunho hacia Yoochun eran genuinos. Él pensó que podía dejarlo ir pero su corazón se sentía a punto de explotar, así que cerró la cortina, se acurrucó en su cama, y lloró.

Sus ojos estaban rojos e hinchados para cuando Yoochun y Yunho entraron a su habitación. Yoochun inmediatamente lo abrazó y le preguntó el por qué de su llanto. Jaejoong no dijo nada y siguió llorando. Atrapó a Yunho mirándolo con culpa y eso lo hizo llorar aún más. Él había sido egoísta por llorar cuando él no tenía derecho a estar celoso y ahora él había herido a Yunho. Yoochun suspiró y acarició su cabello, mientras Yunho salía del cuarto para comprarles bebidas.

“¿Por qué estás llorando, JaeJae, no me lo dirás?” Yoochun preguntó y secó las lágrimas de las mejillas de Jaejoong. Jaejoong negó con la cabeza y trató de calmarse pero las lágrimas no paraban. “Pero tú me lo cuentas todo. ¿Por qué no me cuentas esta vez?”

Jaejoong suspiró. Sabía que Yoochun no dejaría de preguntar hasta que dijera algo. “Tengo miedo de morir,” finalmente respondió, lo cual era solo parcialmente verdad. “No quiero perderte, perder a Yunho…No quiero morir.”

“No vas a morir, Jae,” Yoochun dijo firmemente. “No vas a dejarme atrás.” Esa era una orden, y Jaejoong sonrió amargamente a esta. Esa única orden de Yoochun era la única que Jaejoong no podía cumplir.




Jaejoong estaba dormido para cuando Changmin se apareció esa noche. Notó los ojos húmedos de Jaejoong y suspiró. Era injusto, Changmin pensó. Jaejoong era tan joven y hermoso, y aún así él nunca había vivido su vida realmente. Changmin se había llevado bebés al cielo, pero aquellos bebés eran demasiado pequeños para siquiera sentirse tristes por ello. Él se había llevado ancianos quienes habían vivido su vida y podían dejarla ir sin dificultad. Él se había llevado a ambiciosos jóvenes, pero no se sintió culpable por ello al estar ellos desperdiciando su vida persiguiendo la riqueza. Él se había llevado a alocados adolescentes que habían vivido su vida al máximo, pero no se sintió culpable porque aquellos adolescentes habían tenido su tiempo de diversión.

Jaejoong era diferente. Él había nacido con la enfermedad, él nunca tuvo la oportunidad de temerariamente acelerar su motocicleta en la autopista o desperdiciar su vida persiguiendo fortunas. Jaejoong era un lienzo en blanco; a decir verdad él nunca tuvo la oportunidad de llenar ese lienzo con colores. El lienzo era de blanco puro y a Changmin le dolía contemplar la vida sin colores de Jaejoong. Era injusto para Jaejoong morir tan joven y…puro.

El rostro dormido de Jaejoong estaba tan lleno de paz, tan hermoso que Changmin tuvo la esperanza de que al morir Jaejoong pudiera ser entrenado para ser un ángel. Se subió a la cama a espaldas de Jaejoong y lo atrapó por detrás. Jaejoong se revolvió bajo las sábanas y sonrió sin abrir los ojos mientras se apegaba más a Changmin. “¿Has estado llorando?” Jaejoong asintió y hundió el rostro en el pecho de Changmin. “¿Por qué?”

Jaejoong suspiró. “Hoy vi a Yunho y a Yoochun besándose.”

Changmin besó la parte superior de la cabeza de Jaejoong. “¿Dolió?”

“Mucho, y le mentí a Yoochun sobre eso, le dije que lloraba porque no quería morir. Él me dio una especie de orden para que no muriera, y entonces lloré aún más fuerte.”

Changmin se rió entre dientes y estrechó su abrazo a Jaejoong. “Yoochun ora todas las noches para que te sanes.”

“¿Lo hace?” Jaejoong alzó la vista hasta Changmin, divertido. “¿Van a hacer su deseo realidad?”

Changmin se encogió de hombros, “Aún estoy aquí, ¿no es así?” Jaejoong hizo un puchero y se apoyó de nuevo en el pecho de Changmin. “Dios es impredecible. Quién sabe lo que tenga planeado.” Jaejoong asintió pero no dijo nada. “Ahora cierra los ojos. Estaré aquí hasta que te duermas.” Jaejoong hizo lo que Changmin le dijo que hiciera y poco después el sueño lo reclamó como suyo.

***

Música: Deadman Walking – The Script

3 Comentarios:

  1. Anónimo3/04/2012

    a medida que voy leyendo me siento mas y mas triste...

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  2. me gusta igual aunque es triste.... ruego que termine bien!! gracias!!

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  3. Esta demasiado precioso <3

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