-Estará bien... El impacto solo... un golpe en la cabeza y algunas lesiones mínimas... Lo... será que se quede en observación esta noche. Si... mañana podrá irse por la mañan... No, claro que no...Si. Ya veo...
Muy dentro, en su inconsciencia, podía escuchar lejanas las voces que interrumpían los silencios del lugar en donde se encontraba, en una inconsciencia oscura y perdida en donde su mente flotaba en una bruma negra, totalmente oscura y tranquila, luego, poco a poco la sensación de la luz atravesando sus parpados le hizo removerse en su sitio. Apenas parpadeo lenta y tranquilamente y abrió de a poco los ojos. Sin remedio, los hilillos de luz le atravesaron los ojos como agujas e incómodo se resistió a abrirlos hasta después de unos instantes. Estaba en un hospital.
Lo último que recordaba era el paisaje nocturno iluminado por los faros de su auto, la carretera frente a él, el manos libres de su teléfono móvil bien puesto en su oreja, la voz de YooChun... YooChun.
-YooChun...
Intento incorporarse lentamente. Tenía puesta una bata azul cielo, y como se lo había pensado, efectivamente se encontraba en una camilla de un hospital. Su mirada fue por el pequeño espacio en el que se encontraba y que era dividido y cubierto por unas cortinas azules. Enseguida identifico la silueta de dos personas detrás de ella.
-Chunn... -volvió a llamar apenas.
Y Antes de que pudiera volver a hacerlo, la figura del pelinegro ya atravesaba las telas azules. Su rostro se asomó primero y le miro con sorpresa.
-Despertaste. No te levantes. - YooChun impidió que se levantara, aunque ciertamente no tenía ganas de hacerlo. -¿Cómo te sientes?
-Bien.
YooChun enseguida le miro extrañado. –Ok…, pero, ¿no te duele nada?, ¿no te sientes mal? ¿No…
-No Chun, estoy bien. – La expresión en el rostro de JunSu era de evidente confusión La mirada de YooChun le examinaba el rostro y el cuerpo por sobre la bata, y sobre todo la lateral derecha de la cabeza. -¿Qué fue lo que paso?
-Tuviste un accidente.- JunSu enseguida se alarmo recordando poco o nada. YooChun lo noto y enseguida le tranquilizo. – no te preocupes… nada grave. Te quedaste dormido al volante. Saliste violentamente de la carretera y al parecer te golpeaste la cabeza con la ventanilla del automóvil. ¿No recuerdas nada?
JunSu negó sin mirarle llevando su mano al lugar en donde YooChun no dejaba de posar sus insistentes ojos. Se encontró con un enorme parche sobre su cabeza y se quedó en esa posición durante un rato absorto en sus pensamientos.
-JunSu, después de que te golpearas, me llamaste por teléfono…- JunSu miro aún más confundido al pelinegro. -… el doctor dijo que es normal que haya confusión o pérdida de memoria por el momento. –YooChun por fin se acercó tomando asiento sobre la camilla envuelta en la privacidad de las cortinas y sonrió acercándose cuanto realmente quería al rubio. – Lo importante es que estas bien, lo importante es que me recuerdes a mí. – se acercó lo suficiente para apenas rozarle los labios en un beso. -JunSu me has dado un susto de muerte….- El pelinegro le miro unos instantes con una seriedad seca, acariciando suavemente su rostro con el pulgar, susurrándole. - JunSu… realmente no sabes lo que… Dios. Estas bien…-repitió YooChun abrazando al rubio con necesidad ante la angustia que había vivido horas antes, hablando más para sí mismo que para el otro chico. YooChun se separó lo suficiente para volver a mirarle a unos centímetros de él.
El doctor pronto se internó recorriendo la cortina del pequeño espacio de urgencias en donde se encontraban. -Sr. Park… emh, necesito que llene algunos papeles, sería tan amable de acompañarme por favor. – JunSu pudo ver como el que parecía ser su médico, les había mirado un tanto sorprendido.
YooChun sonrió divertido a JunSu después de que el hombre en bata blanca saliera bastante muy incómodo, y levantándose no sin antes depositarle un beso más en los labios, que fue perfectamente recibido por el rubio, salió a través de las cortinas. – No te vayas a ningún lado. Regreso pronto.- advirtió antes de salir. JunSu río divertido, ¿A dónde podría ir? Tonto.
Un suspiro salió de su boca cuando se halló sólo sobre la camilla blanca y cómoda. ¿Así que había tenido un accidente... y no recordaba absolutamente nada?
Mentira.
JunSu sabía porque había perdido el control del auto. Recordaba perfectamente todo, recordaba la conversación con YooChun, y luego… como todo se había distorsionado frente a la carretera en una oscuridad negrísima y entonces… de pronto ya no estaba en su automóvil, ya no estaba tras el volante. Estaba sentado en el asiento trasero de un auto de lujo y a su lado, un joven al que no podía verle el rostro; la luz de dos faros altos y potentes dirigirse a él velozmente... Luego las luces estuvieron tan cerca… y todo volvió a ser tan negro. Había abierto los ojos nuevamente, ya no se encontraba sobre la carretera sobre la que conducía, no. Se había estampado con un árbol, llevaba puesto el cinturón de seguridad y sentía mojada la cabeza y tan caliente que llevo las manos a ella. Sangre, había mucha sangre. Las lágrimas comenzaron a salir solas igual que el llanto sin saber porque, quizá el dolor, quizá el shock… Había corrido con suerte y tanteando en su cuerpo había hallado su teléfono móvil. Ya no llevaba más el manos libres en la oreja, así que había marcado el teléfono de YooChun algo desorientado, lo sabía de memoria. Luego de llevarlo a su oreja y tras un tono, YooChun por fin contesto. Lo demás era historia...
Eso, eso había pasado realmente.
Cuando llego al hospital, no sabía que más podría encontrar esa noche.
Le gustaba su trabajo, le gustaba hacer lo que su trabajo exigía, pero cuando ocurrían sucesos como el de esa noche horas antes era que se preguntaba si podría continuar con ello toda su vida.
Su padre había sido policía y realmente lo admiraba como a nadie en el mundo, era su héroe, un héroe que aun a su edad adulta consideraba uno real y no solo ilusorio o fantasioso. En su niñez para él eso era su padre, un súper héroe que arrestaba a las malas personas y protegía a los buenos. Luego mientras crecía, imaginaba todos los días que él haría lo mismo de grande. Había hecho todo merito por conseguirlo y ahora no solo era un policía como lo había sido su padre, sino que se encargaba de resolver homicidios, atentados, y delitos particularmente con menores, o en su caso, como el de esa noche.
-¿Alguna persona de la que tenga conocimiento, quiera perjudicarle o causarle algún daño?
La mirada de ChangMin era imposible, tenía varias horas que había despertado. En palabras de Joon, se había desmayado después del impacto a su automóvil. El golpe había sido brutal, pero solamente había alcanzado la parte delantera del vehículo arrasando y arrastrándolo varios metros sobre la calle. El conductor de su auto se encontraba en un estado grave, gravísimo y llevaba algunas horas dentro del quirófano. Le daban muy pocas posibilidades. – Oficial, claro que en el mundo en el que me desempeño hay gente a la que no le agrado, mucha, ¿entiende eso? Y si solo se trata de un vándalo o un psicópata, un accidente nada más, me da igual, casi mata a mi chofer y a mí, ahora él se en una operación, y no sé nada, nadie me ha dicho nada. ¿Sabe cómo debe estar su familia? – ChangMin cerró los ojos desesperándose.
YunHo suspiro. -Lo entiendo, y necesito que me dé nombres precisos. Además de usted, y de los afectados directos, me ocupare de todo cuanto esté en mis manos para resolver esto. Entiendo que debe ser difícil para usted después de lo acontecido esta noche…
ChangMin paso los dedos las manos por su rostro y luego entre sus cabellos. Estaba cansado, muy inquieto, el interrogatorio llevaba apenas unos minutos y no sabía que mas decir o que otra información proporcionar. Había permanecido sentado sobre la camilla en las últimas casi dos horas y le impedían salir de la zona de urgencias. Su empleado estaba muy grave. Alguien había estado a punto de matarlo o solo se trataba de un simple accidente, fuese lo que fuese, no se sentía tranquilo. No se sentía bien.
ChangMin ya no recordaba esa sensación; no tener el control de las cosas le ponía intranquilo. Ansioso. Fuera quien fuera necesitaba que encontraran o en su caso, encontrar por sus propios medios al responsable. Solo así quizá sus manos dejarían de sudar inconteniblemente y la sensación ceniza de su estómago se disiparía.
-Sr. Shim, ehn… - Joon se asomó a través de la cortina azul que rodeaba la camilla del hospital al que lo habían llevado de urgencia. Miro unos instantes a ChangMin sin saber cómo decir lo que quería. -…el chofer, quiero decir, Ryewook...
-¿Salió de la operación?, ¿como esta? –ChangMin sorprendido y preocupado inmediatamente se dirigió a un Joon titubeante.
-...él murió.
-Señor Park…- YooChun dejo de escribir un momento sobre los formularios que le había entregado la enfermera y miro al doctor. Ambos se encontraban de pie en la recepción del hospital y mucha gente circulaba alrededor suyo a prisas atendiendo a los heridos, apenas unos instantes después de que él llegara con JunSu, varias ambulancias habían arribado a toda velocidad al hospital, y todo ello a causa de un accidente automovilístico aparatoso, aunque después de que llegara la policía dudaba mucho que se tratara solo de un accidente. - Mire… - el hombre ajusto mejor los lentes sobre su nariz mientras encontraba las palabras con que hablarle al pelinegro. - …además de la condición de su… amigo, me gustaría hablar con usted acerca de otra situación.
YooChun miro al hombre sin entender. – Vera… su amigo, además de las heridas mínimas, y pérdida de memoria como síntoma post traumático ocasionado por el golpe en su cabeza y del que no hay mayor gravedad de la que ya le explique, llego al hospital con hematomas ajenos al accidente de hoy...
-¿hematomas ajenos?… me temo que no entiendo que es lo que usted ¿…?
El hombre con rostro bien cubierto de arrugas y evidentemente entrado en años lo miro unos segundos. -Su amigo a sufrido de lesiones graves hace unos días, y no solo en días o semanas pasados, sino también en meses. Son lesiones que fueron hechas hace tiempo, algunas de ellas ya han sanado, otras más están en proceso, además de que unas fueron curadas y otras no… Señor Park…
-¿Que? ….- la incredulidad no cabía en el rostro de YooChun.
-Me temo que en situaciones como estas, si no hay… una explicación “lógica”… para ello – el hombre se dirigió al pelinegro directamente y sin titubeos- , tengo que reportarlo a la policía.
-¿Usted está tratando de decir que…? - Su rostro contraído delataba la duda y sorpresa evidente.
-Yo no estoy diciendo nada señor Park. Solo intento explicarle acerca de mis responsabilidades como medico ante algunas cuestiones referentes a los pacientes que llegan al hospital y en su caso particular, a mi supervisión.
-Yo no sé de qué me está hablan…. ¿Usted?… ¿usted cree que yo..?– La voz del pelinegro se fue extinguiendo en los huecos de sus pupilas.
De pronto YooChun se sintió como un idiota, un grandísimo idiota. ¿Heridas? ¿Qué estaba pasando con JunSu?… ¿Que había ocurrido en los últimos meses con su JunSu? Pasaba la mayor parte de los días o por lo menos semanas a lado de él. Si algo hubiese estado mal… él lo hubiera notado, él debía haberlo notado… compartían bastantes horas de su tiempo. JunSu pintaba; hacia sus trabajos; iba de la universidad, no se metía en problemas, nunca lo hacía. No era de ese tipo de personas, aunque era bastante retraído en ocasiones, llegaba a relacionarse sin problema con algunas personas, no tenía problemas con nadie, era cierto que casi no tenia amigos y por por ello, el imaginarse un enemigo resultaba impensable, imposible... JunSu jamás le había mencionado en los meses y días pasados acerca de algo como lo que el doctor le estaba contando en ese momento. No era tan… estúpido como para no enterarse de lo que le pasa a su novio. ¿O sí?... Lo penso un instante casi eterno y sin sentido.
¿Por qué JunSu no se lo había dicho? ¿Por qué él no se había dado cuenta de algo como eso? – Yo no sabía… - Se sintió sumamente dolido y culpable.
El rostro del doctor de pronto se suavizo al ver a un YooChun totalmente desconcertado.
Por lo que le habían dicho solo le habían suturado la cabeza con algunas puntadas. El golpe le había dejado una herida no tan aparatosa pero que requería de aguja e hilo, más allá de eso, se encontraba en perfectas condiciones, no adolecía de nada, ni tenia malestar alguno, no huesos rotos ni nada parecido.
Nada comparado a lo que el constante calvario de sus sueños casi vividos le provocaban… y al que ya estaba tan jodidamente acostumbrado.
Tendría que quedarse en observación esa noche en el hospital, o eso le había indicado la enfermera. YooChun ya había tardado demasiado y sobre esa cama el aburrimiento se había hecho insoportable, así que resignado a esperar un poco más por el pelinegro -quien sabe cuánto tiempo más-, decidió que no podía estar más sobre esa camilla, que si bien era cómoda, no lo era tanto cuando detrás de las cortinas escuchaba y veía pasar las siluetas de enfermeras y doctores constantemente, aun después de bastantes minutos desde que había despertado.
Se levanto sin ninguna dificultad, cuando sus pies tocaron exactamente el frío piso, no pudo evitar estremecerse. Abriendo las cortinas con cuidado confirmo el dinamismo del personal del hospital que iba y venía. Supuso que había pasado un accidente aparatoso muy cerca de allí, razón por la cual comenzaban a llegar familiares y otras personas más en busca de sus pacientes. Con la mirada recorrió el pasillo en ambas direcciones intentando hallar pista del pelinegro, pero no obtuvo nada, en cambio… cuando su vista regreso al final del pasillo, a su derecha, la figura de un joven desconsolado le atrajo toda y súbitamente la atención. Se había quedado parado frente a una de las muchas puertas del hospital y se apoyaba con una mano sobre la pared, casi como si estuviera a punto de caer de no ser por el fuerte muro de cemento que prácticamente le sostenía el peso. No llevaba una bata como él, pero si algunas curaciones mínimas en el rostro pálido a pesar de la piel morena que poseía. Sus ojos se veían sumidos y perdidos en algún punto muerto del pasillo, y JunSu de pronto tuvo la sensación de que el hombre en cualquier momento iba a caer al suelo como un vil muñeco lánguido, falto de energía y vida.
En cuanto el cuerpo del joven se dobló, JunSu no se lo pensó ni un segundo y se apresuró, como bien la bata y sus pies descalzos se lo permitieron, a donde se encontraba.
ChangMin sentía como todo lo que había comido ese día se revolvía violentamente en su estomago, con coraje, chocando con sus paredes estomacales que ardían casi con el simple roce. A su alrededor todo se movía lentamente a través de una neblina mal distribuida que le impedía seguir avanzando, le comia la fuerza y el querer dan un paso más, no quería seguir avanzando, no quería más estar allí, no quería más escuchar nada. Ni de Joon, ni de los policías.
Como odiaba a los policías. Como odiaba los hospitales.
Tanto, tanto. Pronto sintió como poco a poco cedían sus extremidades cansadas. Ya no quería estar más en ese hospital o sentía que moriría asfixiado antes de ser ejecutado por alguien mientras conducía su auto en alguna calle.
-¿Te encuentras bien? Necesitas ver a un doctor ahora mismo, ya. Voy a llamar a uno, esper…
-Necesito aire… solo necesito aire…
-Pero…
-Por favor…
-¿Puedes caminar por ti… ?
ChangMin asintió a la voz que de pronto y de la nada había llegado en su auxilio. Él no no queria a nadie a su lado en esos momentos y en el fondo... realmente lo necesitaba. Así era ChangMin, hundido en sus pesadillas más oscuras, siendo él mismo la persona más vulnerable y asustadiza detrás de una armadura fría y soberbia. Una armadura poderosa y casi invencible. Casi...
Sintió como su cuerpo era sujetado firmemente y su brazo obtuvo un apoyo sobre los hombros de aquel que le brindaba su ayuda.
-¿Estás seguro que no quieres que un doctor te revise?
-Ya lo hicieron, solo quiero aire fresco.... porfavor...- apenas pudo contestar. ChangMin mantuvo los ojos cerrados, caminando a tientas unos metros, ni siquiera fue consciente de cuantos y con ayuda, hasta que sintió la brisa fresca chocar con su rostro devolviéndole un poco la nitidez de sus pensamientos, aliviando lentamente el malestar total que traía en el cuerpo, en la cabeza, en cada palabra y en cada momento y noticia que acaecían esa noche como fríos golpes en su cerebro, en su boca, en sus piernas y en cada célula suya.
No supo cómo y cuánto tiempo paso, simplemente se quedó parado y apoyado de aquel sujeto por un buen tiempo. No quiso abrir los ojos. No lo hizo hasta que volvió a escucharle hablar.
-¿Ya te… te sientes mejor?
ChangMin entonces quiso mirar. Se encontraban en una de las puertas más próximas y poco transitadas a esas horas de la moche, casi madrugada. A lo lejos, a solo unos metros, la avenida se extendía a través del edificio perdiéndose en cada extremo interminable y por donde los escasos automóviles desparecían en la lejanía con los ruidos sonámbulos de sus motores. Todo estaba en una maravillosa quietud, en los silencios que solo la noche regala a los afortunados que la saben aguardar y los desgraciados como él son obligados a escucharlos. ChangMin sintió esa quietud embargarle, pisando un mundo real, no una bizarra alucinación barata y sucia como lo había sido su noche. Una noche en la que la muerte había estado presente sin siquiera prevenirlo.
Sintió el estremecimiento de un cuerpo que no era el suyo pero que estaba tan cerca que casi lo sintió como propio. Aun apoyado llevo su mirada al cuerpo que le brindaba el sostén; el cuerpo de un chico. Un paciente, un joven paciente rubio envuelto apenas en una bata casi transparente y que sobre la cabeza traía un gran parche blanco. Inmediatamente se sintió incomodo, y volvió la mirada al frente. El viento volvió a llenarle el rostro y sintió real el abominable frío que ya comenzaba a envolver su cuerpo.
-¿estás mejor?
-Sí, gracias. Creo que ahora puedo arreglármelas solo. Lamento haberte…
-Te veías muy mal.
ChangMin volvió la mirada al joven rubio que le hablaba con mucha facilidad. -Sí, supongo…-
Los cubitos de hielo se mantenían intactos con fríos como aquel, por noches como aquellas. Eso bien lo sabía ChangMin, pues toda la vida había vivido en una hielera.
¿Podían entonces los cubos de hielo
desaparecer con el calor de una persona?
-¡JunSu!, ¿Qué haces acá fuera? Esta nevand…
En cuanto YooChun estuvo al alcance del rubio pudo mirar mejor al castaño que estaba a su lado. Miró a JunSu con la evidente duda en los ojos y luego al castaño. -¿Te encuentras bien?
ChangMin aún estaba sosteniéndose del cuerpo de JunSu, y al percatarse nuevamente de que se trataba de un paciente quien le sostenía se separó lentamente deshaciéndose del agarre apenado. - Si… -volvió a donde JunSu. -Lamento haberte incomodado…
-No hay problema, pero creo que aún no estás del todo bien… -JunSu no dejaba de mirarle, era evidente que aún no podía sostenerse por si mismo.
-Sr. Shim le he estado buscando.- un hombre trajeado y algo alterado se acercó pronto a ellos y con sumo cuidado y rapidez tomo el cuerpo del castaño para así comenzar a internarse en el enorme edificio, sin siquiera notarlos. -Sr. Shim no debió de haber salido as…
-Silencio Joon…
El hombre guardo silencio y con cuidado siguieron caminando. JunSu y YooChun simplemente miraron como ambos sujetos desaparecían de su vista entre enfermeras, camillas y más gente.
-¡JunSu!, tu no puedes estar acá así, ¿sabes?, te rompiste la cabeza hace unas horas, y eso debe de estarte doliendo horrores, además de que hace un frió de muerte~. - El abrigo del pelinegro envolvió protectoramente el cuerpo de JunSu enseguida y luego sus brazos le rodearon los hombros. -Cuando regrese ya no estabas… así que salí a buscarte.
-Lo siento. - a JunSu le salió de los labios un puchero de esos que a YooChun le derretían hasta el corazón y que a veces, muy pocas veces se extinguían sin saber porque. JunSu no lo notaba, pero esa inocencia que podía mirar a veces en sus pupilas era mágica. El pelinegro recordó de súbito lo que el médico le había dicho minutos antes, y si bien las palabras las traía rondando en la cabeza. ¿Cuándo había ocurrido aquello? No se imaginaba la causa o razón, no se imaginaba a ese JunSu que sostenía entre sus brazos ocultándole algo tan atroz como lo que imaginaba llevaba en el cuerpo... -me aburrí de esperar, y el chico estaba en el pasillo con una cara de muerto, se veía muy mal, quería un poco de aire y lo traje para acá.
-Me lo imagino, no se veía muy bien…
-Y yo estoy perfecto, no te preocupes tanto. - JunSu sonrío al pelinegro mientras caminaban de igual manera dentro del hospital a donde se encontraba minutos antes con todo el aburrimiento del mundo montado en sus hombros.
-Puedo verlo… -YooChun no pudo evitar sonreír mientras cerraba la cortina azul detrás de si y JunSu se adentraba directo a la camilla dejando a la vista la transparencia de la bata y el hueco que mostraba su ropa interior y algunas porciones de su blanquísima piel. Ese rubor y calor le inundaron los pensamientos al pelinegro, pero pronto esa sonrisa se desvaneció y en lugar de las chispas que había sentido en el cuerpo al mírale, un balde de agua fría le heló el cuerpo que casi le dolió.
Un balde de agua helada le calló desde la cabeza hasta los pies y sus nervios temblaron de frío. Enormes marcas verdes y otras moradas estaban dibujadas en los hombros y omóplatos bien marcados de JunSu. Cada marca parecía haber sido estampada con una fuerza y brutalidad insistente, otras apenas y podían verse ya como el rastro minúsculo de un recuerdo doloroso. Sobre su cintura al ras de la ropa interior marcas rojas y naranjas pintaban descuidadamente su bonita piel.
... YooChun dejo de mirar, y sintió que el corazón le dolía como nunca…
El inmenso almacén mugriento se encontraba en total silencio, de pronto ese mutismo se fue extinguiendo cuando una pequeña niña entro al lugar sobre sus pequeñas pasos. La negrura que inundaba el lugar devastaba el aire revuelto por las veloces alas de miles de aves tan oscuras como el rincón más recóndito de la noche fría que en segundos arribaron al lugar. En medio, la figura pequeña e inmóvil era vuelta por esas miles de aves que bailaban violentas a su alrededor sin tocarle un solo pelo, manteniendo una distancia prudente como temiendo siquiera tocarla.
-Rin… quiere jugar ¿Porque no juegan con Rin? -la pequeñita pregunto a la inmensidad que la rodeaba, que le envolvía y de la cual era una intrusa.
Sus manos sucias movían sus dedos ansiosos como gusanos hambrientos. El vestido rosado i ya no estaba pulcramente bien cosido con encajes divinos, ahora los restos de telas roídas cubrían decadentemente el cuerpecillo de la pequeña. Sus zapatillas habían quedado olvidadas en algún lugar dejando desnudos sus pies blancos y su rostro de porcelana, suave, aun mantenía ese aire angelical, divino y grácil.
Una voz amorfa y vulgar hizo eco en todo el lugar haciendo que los animales agitaran aún más su vuelo en una tormenta desastrosa. -¿Por qué no vas tu a buscarlo?
La pequeña Rin sonrío satisfecha llevando sus dedos flacos a sus labios rosados, reprimiendo una risilla traviesa. -Rin quiere jugar.
Cuando ChangMin despertó por segunda vez en sobre esa camilla de hospital, sus ojos se cerraron por si solos impidiendo que las lágrimas le llegaran siquiera a los ojos.
Cuando volvió a abrirlos, su mirada fue al reloj que había en la mesilla a su lado.
3:18 am.
Estaba solo, a oscuras, con una aguja clavada en el brazo y una manguera que drenaba suero a su cuerpo flácido. Ya no llevaba puesta su ropa car, en su lugar portaba una bata como la que tenía aquel chico que le había ayudado… luego de que saliera prácticamente corriendo después de que Joon le diera terrible noticia de la muerte de Ryewook. Había sentido la necesidad de salir de ese lugar urgentemente, sentía que se ahogaba. ¿Y si no hubiera sido Ryewook?, ¿y si hubiera sido él? ¿Y si hubiera sido más gente que circulaba por ahí? Esas habían sido las preguntas que se habían formado y aplastado su cabeza.
Sus labios soltaron un suspiro y sus ojos volvieron a cerrarse. Ya no estaba cansado ni sentía los mareos inmensos, pero tenía frío. Su cuerpo permaneció unos minutos más sobre la camilla. El incesante sonido de las manecillas del reloj llenaban cada hueco de sus oídos, las gotas del suero o quizá todas las de otros pacientes en los demás cubículos que sincronizados, hacían que sonaran aún más nítidas y fuertes se volvieron desesperantes. El viento afuera viajaba velozmente y se filtraba por las ventanas y puertas, podía escuchar se aun dentro y envuelto en la soledad de su camilla. Todo aquello una completa sinfonía de sonidos que en esa quietud era tan ruidosa e insoportable.
-¿Estamos hablando de trata de menores? o ¿grupos sectistas?
-Aun no estamos muy seguros, pero lo más probable es que sean fanáticos religiosos y sectistas… El modus operandi que tienen este tipo de organizaciones que similar a lo que encontramos en la casa de las víctimas. YunHo… -el hombre interrumpió su informe llamando al otro y lo miro con la expresión contraída. - esos sujetos… están locos.
YunHo lo miro por unos segundos sin decir nada. -No lo sabemos aún. - Su mirada volvió una vez más a las fotografías bien dispersas que tenía sobre su escritorio. Cada fotografía revelaba imágenes que recordaba perfectamente de la habitación de esa pequeña. Había bolsas transparentes que contenían objetos con rastros aun de sangre fresca.
Sus ojos enfocaron una fotografía con especial interés Una fotografía que había estado mirando bastantes minutos atrás esa madrugada.
El hombre volvió a hablarle. - ¿Ya sabes de que idioma se trata?
YunHo negó con la cabeza y los ojos aun puestos en la imagen. -No tengo ni la más mínima idea.. Necesitare ayuda.-
Pocas luces iluminaban los distintos pasillos. A lo lejos pudo escuchar el sonido del televisor encendido en alguna comedia, y las risas del público. Sus pies atravesaron el pasillo entero, pasando por la recepción y luego algunas puertas más hasta dar con una amplia estancia de numerosas sillas y totalmente iluminada. Tenía tantas ganas de orinar y se rehusaba a utilizar la “cosa” que le habían dado para hacerlo en la camilla, que sin más se había levantado y había salido en busca de un sanitario.
La figura de un hombre capto su atención. Estaba sólo mirando la televisión, en medio de todas esas sillas. Parecía estar totalmente inmerso en lo que la pantalla proyectaba. Caminó un poco más y luego empezó a andar entre las sillas. Se trataba del chico que horas antes había estado a punto de desmayarse en el pasillo, ese castaño al que había ayudado y que no había vuelto a ver desde entonces.
-Hola. - En cuanto JunSu estuvo al alcance del castaño, éste inmediatamente le miro sorprendido. Luego JunSu, inesperadamente le sonrío.
-Hola…
-Te encuentras mucho mejor. ¿Qué miras? -JunSu tomo asiento dejando un lugar vacío entre ambos cuerpos.
-…una comedia. -respondió simple el castaño sin pararse a mirar de quien se trataba y para su sorpresa JunSu no pregunto más, simplemente se quedó mirando quieto el televisor.
ChangMin era excelente haciendo negocios, era un especialista hablando con gente poderosa para conseguir todo aquello que necesitaba y convenía. ChangMin podía y sabia como tratar a la gente. Sabía como iniciar una conversación con la gente más influyente en el mundo de la industria, pero… no sabía cómo hacerlo con gente “común”, o bien “normal”… como solía decirlo él mismo. Por eso ChangMin, sabia, tenía decenas de socios, pero ningún amigo…
Los ojos de ChangMin viajaron al rubio que seguía mirando la televisión en silencio, sin ser capaz de permanecer callado solamente. Cuando tuvo cuenta de que se trataba de aquel rubio que le había prestado ayuda, el sentimiento repentino y casi desconocido de la culpa le embargo de inmediato ante su falta de cortesía. -Me encuentro mucho mejor, gracias.- el chico solo asintió. Eso solo confundió a ChangMin.
Quizá aquel rubio tampoco era bueno relacionándose con la gente, quizá…
ChangMin volvió hablar, sorpresivamente para él mismo, incapaz de quedarse callado. -No es muy buena esta comedia… - el rubio aparto los ojos de la pantalla y le miro con una mueca muy singular y parecida a una sonrisa.
-Ya me di cuenta… -sonrío por fin y ChangMin hizo lo mismo en una mueca, escondiendo un sentimiento muy recónditamente parecido a la satisfacción.
ChangMin tuvo la necesidad de hablar. No quería quedarse callado. -¿Cómo te llamas?-
JunSu lo miro de nueva cuenta unos segundos y volvió a sonreír. - JunSu.
-Yo… soy ChangMin. Shim ChangMin.
-Mucho gusto. -JunSu le extendió la mano al ChangMin, y ChangMin tras dejar pasar unos segundos reacciono y le tendió la mano de la misma manera en que lo hacia JunSu.
Antes de que pudieran tocarse siquiera con la puntita de los dedos, un ruido les quito toda atención. Ambos giraron al donde el pasillo oscuro permanecía y de donde el ruido proveniente había repetidose de nuevo enseguida. De a poco se levantaron de las nada cómodas sillas y con la duda embargándolos caminaron a donde la oscuridad del pasillo comenzaba. Quizá les habían atrapado con las manos en la masa; dos pacientes a esas horas de la madrugada mirando comedias en la TV, pero luego de que ruidos distintos y más violentos se escucharan aún más constantes, comenzaron a dudar de que se tratara de eso. Ambos chicos se miraron con incertidumbre y retrocedieron enérgicamente luego de escuchar como uno de los botes metálicos de basura era azotado brutalmente contra el suelo, y luego como los demás botes de igual manera eran arrojados uno por uno a la estancia en donde se encontraban iluminados por los focos de luz blanca.
-¿Quién anda ahí? …
El primero el hablar fue ChangMin. Si se trataba de una broma, una broma de muy mal gusto a su parecer, no estaba para soportarla de ninguna manera. No había tenido un buen día, “para nada, para nada“ se repetía y solo le faltaba algo tan barato y absurdo como esto para joderle todo y de una vez, así que acumulando ese torrente de emociones, cólera y frustración volvió a hablar con mayor seguridad. -¿Quien anda ahí? Dije. Más vale… - Solamente llevaba puesta la bata con la que había despertado en la camilla, y ni rastro del suero o la aguja en su brazo. Se las había ingeniado para sacársela de la piel. A su lado JunSu se había quedado inmóvil mirando la oscuridad del pasillo. Otro ruido aún más fuerte seguramente de uno de los estantes que sostenían utensilios de curación, como los que había visto cuando paso por los rincones del hospital, fue azotado dentro de la negrura del pasillo dentro de una nada que no podían ver, otro golpeteo más en los azulejos y fue todo para que la desesperación comenzara a embargar a ChangMin. -¿Qué demonios es esto? - sus dientes rechinaron de puros nervios. JunSu parecía estar ausente de lo que ocurría. -¿Qué demonios pasa? -susurro de nueva cuenta más para si mismo mientras los botes de basura terminaban de crujir ferozmente y las puertas en las paredes del pasillo se abrían sorpresivamente de golpe sobresaltando a ambos chicos.
-No te muevas….- JunSu en su mutismo por fin le hablo al castaño en un susurro. Ausente y tieso movió sus labios y las palabras se salieron flotando en ese aire espeso.
-¿Que? - ChangMin miro a JunSu sin entender una pizca del porqué de sus palabras, y cuando volvió la mirada al pasillo, un tirón de su brazo, violento y rápido, le hizo caer al de golpe al suelo. -¡Mierda! - JunSu le había hecho a caer y le había dolido un carajo. -¿Pero qué te carajos te pas…? -cuando ChangMin volvió a mirar a JunSu, éste tenía los ojos llenos de lágrimas y al igual que él, le miraba intensamente, ChangMin hubiera jurado que le miraba casi con terror. -¿¡que sucede, porque me miras así joder, que es esto…!?
De pronto miles de aves de plumas negras comenzaron a salir de esa negrura sobre el pasillo, docenas y docenas de ellas en un vuelo violento y atroz. Ambos alcanzaron a cubrirse y arremolinarse en el piso, protegiéndose con las manos envueltos en esas frágiles batas.
La fuerza con la que ChangMin mantenía los ojos cerrados era casi dolorosa, pero no podía abrirlos, no quería Lo que estaba pasando no podía ser real, y de cualquier modo… no sabía lo que estaba pasando exactamente. ¿Por qué JunSu lloraba?, ¿Qué eran esa aves? ¿Qué era eso tan pesado que comenzaba a llenar el lugar e intoxicar el aire? Su cabeza comenzó a doler increíblemente y un sollozo le atravesó la garganta sin poder retenerlo. -ChangMin… - Ese era JunSu. Le estaba llamando, y su voz parecía cada vez más lejana. ChangMin sintió las cálidas manos del rubio rodearle el cuerpo y tomarle la cabeza. Otro doloroso jadeo le hizo apretar los dientes mientras sentía como su cabeza era partida en dos.
-¡ChangMin…!- Su nombre fue lo último que escucho antes de perder la conciencia.
JunSu grito tan alto, claro y desesperado que ChangMin con los ojos cerrados pudo escucharle claramente una última vez. La voz de otra persona sonó entre la oscuridad, JunSu sobre e suelo, con el cuerpo del castaño sobre sus piernas, había sido el único que la había escuchado. Las luces de los focos que los habían iluminado instantes antes mientras miraban apaciblemente la TV comenzaron a parpadear débilmente amenazando con la oscuridad a punto de tragarse sus cuerpos.
-Vine a jugar contigo.
DDDDDDDDDDDD: No maten a Changmin :ccc
ResponderEliminarEsta muy interesante , continualo :D
PD: Ojala sea MinSu esque ya no me gusta mucho el YooSu ñaslkdlñ xd
Eso graciaas y esperare la conti
De hecho es MinSu totalmente <3 (MinSu lover declarada)
ResponderEliminar(Tenia que comenzar con un YooSu, pero la escencia de la trama se basa en JunSu y ChangMin :)
Gracias por el coment :3 ]
Es jodidamente bueno! Escribes muy bien y es demasiado interesante, no se sí pueda hacer esto pero yo también amo el Minsu de eso va mi blog XD por sí te interesa como sea si no puedo pido disculpas U_U ha sigue escribiendo espero el próximo capítulo lo haces muy bien ^^ saludos
ResponderEliminar¡¡¡¡Wooo esto va super bueno!!!!
ResponderEliminarEsperare tu fic >.< me encanto dios
Amo el minsu aunque pobre chunie pero ni modos :) gracias por escribir lo haces muy bien me encanto :) bye hasta la proxima ^^
Pero ;A; si es Minsu ¿que pasara con mi Yoochun? u///u
ResponderEliminarjisskdksdsnd:c Espero la conti *-*
Está es una de esas historias que te atrapa... Dioses me encanta es adictiva escribes increíblemente bien suspenso everywhere .... estaréesperando la próxima actualización, muchas gracias por compartir la historia.
ResponderEliminarSee you soon ....
Está es una de esas historias que te atrapa... Dioses me encanta es adictiva escribes increíblemente bien suspenso everywhere .... estaréesperando la próxima actualización, muchas gracias por compartir la historia.
ResponderEliminarSee you soon ....