Momentos antes…
-¿Qué ganas con esto, Junsu?- Preguntó un aterrado Changmin.
-Gano mucho- Dijo de lo más tranquilo.
Encendió el auto y salió a toda velocidad.
Jun estaba paralizado del miedo y al borde del llanto. Changmin no dejaba de abrazarlo.
-Junsu, por favor- Suplicó.
-¡Cállate!- Gritó. -Si Jae no puede ser mio, tampoco será tuyo-
-¿Eh? ¿Pero qué dices?-
-Si, digo me desharé de ti- Volvió a decir de lo más normal. -Es todo-
-Te llevaran preso- Advirtió.
-Ah, no te apures, ya lo tengo todo planeado- Contestó. -Aparte, la justicia no aplica en nosotros... Cortesía de mi tío-
Junsu miró el retrovisor.
-Hum, tenemos compañía-
Changmin miró hacía atrás, el auto de Jaejoong venía atrás de ellos.
-Jae- Susurró. -Junsu, detente- Intentó hablar calmadamente. -Me alejaré de él, solo…-
-¡Qué te calles!- Contestó alterado Junsu.
Ambos tripulantes en el asiento trasero saltaron levemente ante el grito.
Pronto dieron vuelta en lo que parecía ser la carretera, había mucho trafico.
Changmin volvió a mirar hacia atrás. Su temor creció cuando vio el auto de Jae detenerse. “No… Jae” Pensó.
-Parece que su salvador nos perdió de vista-
-…- Volvió su vista al frente. -¿A dónde nos llevas?-
Junsu no contestó y aceleró.
Estaba a tardeciendo, pronto se encontraban en un lugar desconocido para Changmin. Estaba todo tranquilo, eso aumentaba sus nervios.
El auto paró en seco. Junsu bajó primero, después abrió una de las puertas traseras.
-Abajo- Les ordenó volviendo a apuntarles con el arma.
Changmin y Jun obedecieron. Frente a ellos había una enorme casa, parecía abandonada por el notable deterioro.
-¿Qué es este lugar?- Preguntó.
-Es mi casa. Bienvenidos- Dijo sarcásticamente. -Ahora, entren-
Una vez adentro, Junsu lo obligó a ir al segundo piso donde se encerraron en una de las habitaciones.
-¿Te gusta?- Preguntó Junsu. -Esta es, mejor dicho era la habitación de mis padres- Dijo.
Changmin y Jun le escuchaban. Tiritaban de miedo.
-Una noche me disgusté con ellos. Un capricho estúpido de mi parte, ahora que lo pienso- Dijo con voz nostálgica que daba miedo. -Quería ir a vivir con mi tío y Jaejoong, quería estar cerca de él- Suspiró. -Ellos no me dejaron, no hubo regaño alguno, solo pedían que los comprendiera. Era un niño apenas… Les dije que los odiaba, que ojala estuvieran muertos- Su voz se cortó. -Ese noche ellos iban en la carretera, lejos de aquí… Su auto se descontroló-
Changmin le miraba, sentía lastima de lo que escuchaba.
-La verdad- Siguió. -Mi capricho se cumplió, aunque fue de la peor forma- Les miró. -Es por eso que no dejaré que te interpongas en esto-
-Pero yo no…-
-¡¡¡TU TE METISTE EN NUESTRAS VIDAS, TODO ERA COMO DEBIA SER!!!- Su respiración era agitada. -¡¡¡PERO TENIAS QUE APARECER!!!-
-…-
-¡Dime!- Se aproximó a Changmin y lo sujeto fuertemente del cabello. -¡¿Qué tienes tú que no tenga yo?! ¡¿Eh?! … ¡¿Qué fue lo que hizo que Jaejoong se fijara en ti?!-
-Junsu, por favor…-
-Soy mejor que tú- Dijo, decepcionado. -¿Porqué te prefirió a ti?- Se tranquilizó y un nudo en la garganta se le formó.
-Por que él es bueno- Habló Jun, inesperadamente.
Junsu le miró con ira. El pequeño le había retado.
-¿Bueno?- Soltó bruscamente a Changmin del cabello y lo empujo violentamente a un lado.
-¡¡¡No Junsu, no le hagas nada!!!- Suplicó.
El mencionado estaba furioso. Tomó del antebrazo al niño y lo lanzó a una esquina.
-¡¿Crees que es bueno alguien que le quita lo que es suyo a otros?!- Gritó y le apuntó con el arma. -Eres un tonto, Jun-
-…- El menor estaba realmente asustado. “¿Va a disparar?” pensó aterrorizado.
-Lo siento, Jun. Tengo que hacer esto-
El arma en la mano de Junsu emitió un chasquido.
De pronto sintió como un considerable peso se fue contra sus espaldas.
-¡Jun! ¡Corre!- Dijo Changmin quien ya hacia sobre la espalda de Junsu.
El chico obedeció más no alcanzó a llegar a la puerta ya que fue detenido y lanzado al suelo. Junsu estaba realmente molesto.
-¡Jun!- Gritó Changmin.
Junsu se sacudió haciendo que un distraído Changmin cayera de su espalda.
-¡Malditos!- Gritó Junsu.
Changmin y Jun se reencontraron en otra esquina del cuarto. El mayor envolvió en sus brazos al niño.
-¡Basta los dos!- Apuntó su arma, esta vez a ambos.
El sonido de varios coches deteniéndose afuera los distrajo.
-Hum… Llegaron…- Dijo. -Debo de admitir que no los esperaba tan pronto-
-¿Eh?- Changmin miró a la venta. Ruidos de puertas de automóvil se escuchaba.
-No te preocupes- Dijo Junsu. -Esto va a ser rápido y, tal vez, sin dolor-
Se escuchó la puerta del primer piso derribarse.
-¡¡¡NOOOO!!!- Gritó Changmin, viendo como estaba dispuesto a dispararles.
La puerta de la habitación se abrió violentamente, una sombra que no se distinguía muy bien se fue contra Junsu haciendo que este le disparara la bala que tenía preparada.
-¡Rayos!- Reclamó Junsu… Reconoció a su atacante. -¡¿Qué?! ¡No! ¡Maldito imbécil! ¡¿Porqué lo hiciste?!-
-¡¡¡CHANGMIN!!!- Se escuchó desde las escaleras. Era Jaejoong no había duda. Llegó al cuarto.
-¡Jae! ¡Cuidado!- Advirtió Changmin.
Jaejoong se aproximó a Junsu y le apuntó con su arma. Este parecía llorar.
-¿Porqué lo hiciste?- Se le podía escuchar decir entre sollozos.
-¿Qué?- Susurró Jae.
Demás hombres armados entraron y sujetaron a Junsu, lo retuvieron contra el piso. Solo así se pudo observar a quien ya hacía herido en el suelo.
-¡Yunho!- Expresó Jae.
-Agh…- El mencionado se quejaba. -J-jae- Habló. -¿Están bien?-
-Si- Contestó. -Gracias, amigo- Jaejoong le miró más detenidamente, la bala había dado cerca del estomago. Estaba perdiendo mucha sangre.
-Yo…-
-Shhh… No hables, resiste-
De emergencia se le traslado a un hospital. La herida había sido profunda, se haría todo lo que se pudiera.
………….
Una vez se controlo un poco la situación, pudieron hablar.
-Changmin- Se acercó a él. -¿Estás bien?-
El mencionado, quien consolaba el llanto de Jun le miró y asintió.
-¿Cómo está Yunho?-
-…- Jae negó con la cabeza. -Mal. Se lo acaban de llevar a un hospital-
Min suspiró.
-¿Qué pasó con Junsu?-
-Lo llevaron lejos de aquí-
-¿Qué pasara con él? ¿Qué le harán?-
Jaejoong lo miró confundido.
-¿Porqué tanto interés?- Preguntó curioso.
-…- Changmin hizo una pausa antes de hablar. Suspiró de nuevo. -Él no es malo-
-¿Eh?-
-Él no es malo, solo que tiene mucho rencor dentro de sí-
Jae le miró.
-…-
-Ayúdalo-
-¿Qué? ¿Ayudarlo?- Preguntó molesto. -Lo que hizo es imperdonable. Eso no…-
-Por favor- Lo interrumpió tomándolo del antebrazo.
Jae dejó de hablar.
-Changmin…-
-Él está sufriendo, créeme- Dijo. -Sé lo que es eso, el dolor, el estar solo y sentir que nadie te apoya… que no te den una palabra de consuelo-
-Yo…-
-Promete que lo vas a ayudar- Suplicó. -¿Si?-
Jae aún no podía creer lo que Min le pedía. Después de que Junsu lo mantuvo cautivo, sabiendo que pudo llegar a asesinarlo… Aún así, pedía ayuda para él.
-Haré lo que pueda- Contestó.
Changmin sonrió.
-Sé que lo harás- Y se abrazó a él.
De vuelta en casa, Jun fue entregado a sus padres sano y salvo. Changmin les pidió miles de disculpas pero ellos solo contestaron que no tenía nada de que preocuparse. Comprendería si no dejaban que volviera a ver a Jun, pero en vez de eso le agradecieron que fuera valiente al defenderlo.
-Jun- Tomó su carita con sus manos. -Perdón por esto, por ponerte en peligro… -
-No, Changmin- Con sus pulgares limpió algunas lágrimas que comenzaban a salir de los ojos del mayor. -No tengo nada que perdonarte- Se abrazó a él. -Pensé que Junsu era alguien confiable-
Se separó un poco de él.
-¿Ya lo conocías?-
Jun asintió.
-Nos encontrábamos en aquel parque- Dijo. -Ahora creo que sabía quien era yo y por eso se acercó a mi-
Changmin agachó la mirada. Sacudió su cabeza.
-Ya habrá tiempo de hablar de eso- Sonrió y volvió a abrazarlo.
-Ya, Jun- Dijo Yeeun. -Vámonos, para que Changmin pueda descansar-
El chico asintió. Volvió a abrazar a Changmin quien correspondió.
-Te quiero… Papá- Susurró.
Changmin se conmovió al instante al escucharle decir eso por primera vez.
Después de despedirse se marcharon.
Changmin se quedó recargado en la puerta tras cerrarla. Suspiró y limpió una pequeña lágrima que escapó de uno de sus ojos.
-¿Qué pasa?- Preguntó Jae, preocupado.
Min negó suavemente con la cabeza.
-Él…- Sonrió. -Él me llamó “papá”-
Jaejoong también sonrió.
-Te lo mereces- Felicitó. -Eres un buen hombre, valiente- Tomó sus manos. -Y ahora también un excelente papá-
Changmin no dejaba de sonreír.
-Gracias-
Se vieron por largos segundos hasta que el celular del mayor sonó.
-¿Si? ¿Papá?-
-Jae, buenas noticias- Dijo. -Yunho se salvó-
-¡Qué bien!- Se alegró. -Iremos para allá enseguida- Colgó.
-¿Qué pasa?- Preguntó Min.
-Yunho está bien- Respondió. -Ese tonto lo logró-
-¡Vamos!-
Salieron rumbo al hospital. Al llegar buscaron el piso donde estarían atendiéndolo.
Llegaron a su cuarto.
-Aún está débil- Advirtió Sang. -Pero está estable-
La pareja se acercó a él.
-J-jae- Habló. -M-mi-n-
-No te esfuerces- Le calmó Jae.
-¿Te encuentras b-bien, Changmin?-
-Si, muchas gracias por lo que hiciste- Le tomó la mano.
-¿Y-y el niño?-
-También está bien, no te preocupes-
-Jae- Dijo con más esfuerzos. -¿Dónde está Junsu?-
-…- Jaejoong dudó en contestarle. -Después te explico-
-¿Le pasó algo? ¿Está bien?-
-No, no, no- Contestó. -Él está bien. Tu ahora solo preocúpate por ti-
Yunho no tuvo opción, trató de relajarse. Se quedó dormido pronto por el esfuerzo.
Jae y Min regresaron a casa, comieron algo y empezaban a hablar de planear de nuevo todo. Pero antes todo tenía que estar tranquilo de nuevo.
Subieron a su habitación, los bebés estaban ahí en sus cunas, durmiendo. La madre de Jae estaba con ellos.
Una vez explicado todo a mayor detalle y después de una pequeña charla decidieron ir a dormir.
Era tarde ya, la madrugada había entrado.
La pareja se acomodó en la cama y pronto cayeron dormidos, queriendo olvidar toda esa horrible pesadilla.
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Meses habían pasado ya…
Un auto se detuvo frente a un gran edificio. Del mismo bajó un mejorado Yunho que, con ayuda de un bastón, lograba sostenerse. “Es aquí” pensó.
Seguido de dos hombres inició su caminó hacía la entrada de aquel gran lugar. En el pequeño trayecto se notaba lo bien cuidada que estaba la fachada; áreas verde, pequeños arboles adornando el camino, al igual que flores de distintos tipos y colores. Subió las escaleras. En las principales puertas de aquel lugar se podía leer claramente el uso que se le daba a tan esplendido edificio.
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Suspiró y entró. Se acercó con las recepcionistas y dijo ir de visita. Las muchachas le atendieron con amabilidad. Al interno que iría a visitar solo podía hacerlo en la habitación del mismo.
-¿Me podría decir como se encuentra él?- Preguntó, mientras era guiado por uno de los enfermeros por los largos pasillos.
-Regular- Dijo con pena. -El paciente casi no come, no duerme bien, solo con altas dosis de medicamento. Se la pasa llorando en silencio, llama a sus padres y pide perdón… más no hemos podido descifrar a quien-
-Hum… Ya veo-
-Hay otra cosa- Continuó el muchacho. -Está semana ha intentado quitarse la vida dos veces-
Esa noticia le provocó un nudo en la garganta.
El chico se detuvo frente a una puerta. Yunho hizo lo mismo.
-Tenga cuidado- Advirtió.
Yunho asintió.
-Estaremos afuera por si ocupa algo-
-Gracias- Y entró.
La habitación en la que se encontraba era sombría, una ventana que no dejaba entrar mucha luz ni aire terminaba de hacerla parecer peor que una celda de la más repugnante prisión.
En medio de la cama y recargado hacia la pared acolchonada se encontraba él. A simple vista se podía notar que estaba mucho más delgado, la mirada perdida, triste y sin brillo, el rostro pálido, su cuello tenía una tenue marca rojiza y por último sus muñecas estaban vendadas.
-¿Qué haces aquí?- Dijo ese ser con notable desgane en su tono de voz.
Verlo en ese estado y escucharlo hizo que su corazón terminara de partirse.
-Vengo a visitarte-
-Vete- Dijo. -No quiero ver a nadie-
-Junsu-
-Por favor- Suplicó.
-No me iré- Respondió. -Quiero estar contigo, protegerte-
-…- El chico solo escuchó. -No desperdicies tu tiempo en mi-
-Por favor…- Le miró. -¿Necesitas algo?-
Junsu asintió levemente.
-¿Qué cosa?-
-Necesito morir- Respondió. -No quiero sentir más este maldito dolor-
-…- Por las mejillas de Yunho empezaron a descender finas lágrimas. -Junsu- Se acercó a él. Comenzó a acariciar su ya maltratado cabello.
-…- El menor comenzó a sollozar.
-Necesito que estés bien- Dijo. -Quiero que salgas de aquí-
-…-
-Quiero mostrarte el lado bueno de la vida- Dijo. -Quiero que seas feliz… Tú y yo-
Junsu le miró, incrédulo de aquellas palabras. Aún así sonrió casi sin expresión, dándole a Yunho un ápice de esperanza.
Yunho le hizo prometer que se recuperaría pronto. Junsu aceptó y en los próximos meses se le vio un poco animado, de hecho personalmente pidió disculpas de corazón a Changmin y Jaejoong quienes las aceptaron con gusto… intentó ganarle a sus propios demonios…
…Pero aún así no lo consiguió y una noche antes de que él invierno entrara a la ciudad, Junsu murió víctima de un infarto fulminante que le atacó mientras dormía. Al final la gran depresión que sufría el chico pudo más que él.
Se fue dejando a un devastado Yunho. El chico no se despegaba del féretro por ningún motivo. Lloraba desconsolado y se le podía escuchar susurrar un “¿Porqué me dejaste?” “¿Porqué?”.
En el cementerio, aquel frío día y al momento de despedirse por última vez, el señor Sang se acercó y mentalmente pidió disculpas a sus fallecidos hermano y cuñada por no haber cuidado del todo a su hijo, pero por lo menos el chico ya estaba descansando en paz.
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Era la víspera de año nuevo.
Changmin y Jaejoong por fin se encontraban frente a la jueza. Uno al lado del otro, tomados de la mano.
Después de que los testigos firmaron empezó un largo y conmovedor discurso por parte de la Jueza. Palabras y consejos de sus seres queridos sonaron para ellos.
Luego de preguntar si las dos personas a unirse estaban de acuerdo y después de que estos afirmaran, llegó la hora de firmar el importante documento.
Ambos escribieron su firma en el papel.
La mujer los miró con una amplia sonrisa.
-Por el poder que me confiere la ley, los declaro oficialmente casados- Dijo. -Pueden sellar este proceso con un beso-
La pareja accedió. Los presentes aplaudieron, todos se acercaron a dar un abrazo a los felices nuevos esposos.
-Minnie- Dijo Nanchung abrazándolo. -Estoy muy feliz por ti-
El chico se sonrojo y agachó la mirada.
La doctora ahora se dirigió a Jae a quien abrazó fuertemente.
-Te estaré vigilando de cerca- Dijo bromeando. O por lo menos eso parecía. -Si le haces algo a mi Minnie, te las verás conmigo- Sonrió.
Ambos rieron.
-Changminnie- Le llamó la doctora. -¿Puedo hablar un momento contigo?-
Este accedió mientras Jaejoong se retiraba para que pudieran hablar a solas.
-¿Pasa algo?- Dijo preocupado.
La doctora negó.
-Tengo algo para ti- Sacó un sobre y una diminuta caja. -Es de parte de tu madre-
-¿Eh?- La miró sorprendido. -¿Ella…-
-No, ella no está aquí- Si es lo que pensabas.
-Hum…- Expresó.
-Ella supo que te casabas- Dijo. -No quiso ni siquiera aparecerse por aquí por que pensaba que la rechazarías-
-…-
-Pero quería que por lo menos recibieras su presente-
Changmin tomó los objetos. Abrió el sobre. De el sacó una hoja cuidadosamente doblada; una carta.
Comenzó a leerla.
A mi amado hijo…
Has decidido forjar tu propio camino,
me hace feliz el saber que tú lo serás al fin.
Me disculpo por no poder entregar esto personalmente…
Pero se que nada más verme me rechazarás,
me consideraras una vergüenza para ti…
Me disculpo por eso también, no fui una buena madre.
Se de buena fuente que el hombre que has elegido es alguien bueno.
Que cuidara de ti y de mis nietos… como yo no pude hacerlo.
Por favor acepten este pequeño presente,
una joya que guardaba especialmente para ti
y para quien eligieras en el futuro.
…
Changmin abrió la pequeña caja. Dentro había una cadena doble bañada en plata. El objeto que los unía era un pequeño zafiro en forma de corazón altamente detallado. Este podía ser separado.
Siguió leyendo el final de la carta.
Si algún día me llegaras a necesitar…
sabes donde buscarme, yo siempre estaré ahí para ti.
Y una vez más, agradezco tu perdón…
…Con amor, mamá.
Una vez terminó, tomó la joya y la separó colocando en su cuello una de las mitades. La observó entre sus dedos. Sonrió. “Gracias, mamá” Dijo en su mente.
Jaejoong, entre las miles felicitaciones y la multitud de gente, se acercó a una mesa en particular.
-Yunho- Le llamó.
El chico quien estaba sentado en soledad y con la mirada sería y triste le miró. Sonrió casi contra su voluntad.
-¿Me puedo sentar?-
Yunho asintió.
-¿Como estas?-
Suspiró.
-Aún lo extraño-
Jaejoong bajó su mirada, sintiéndose culpable de haber preguntado.
-¿Y tú?- Dijo sonriendo. -Cuéntame que se siente estar casado-
-Pues… es que es mi primer día-
Ambos rieron.
-Se que les irá muy bien- Le animó.
-...Gracias-
Ambos se miraron y sonrieron.
-Yunho- Volvió a hablar Jae.
-¿Si?-
-Aún tengo una duda- Dijo. -¿Como es que llegaste primero que nosotros cuando Junsu raptó a Changmin?-
-Hum… pues- Aclaró su garganta. -Observé a Junsu irse. En ese momento estaba haciendo una llamada en la acera de enfrente. Él no me vio pero pude ver perfectamente lo que pasaba- Dijo. -Así que me decidí por seguirlo. Al ver que camino tomaba, supe de inmediato a donde se dirigía-
-Mmmm…- Expresó.
-Llegué primero que él, incluso dejé mi carro estacionado una calle antes. Cuando llegué pensé que me había equivocado y que quizás fue a otro lugar, pero al poco rato escuché como se estacionaba y bajó junto con Changmin y el niño- Hizo una pausa. -Lo mejor que pude hacer en ese momento fue esconderme-
-Ya veo- Comprendió. -…- Hizo una larga pausa. -No me alcanzará la vida para agradecerte lo que hiciste- Sonrió.
-¿Eh?-
-Tú salvaste a Changmin, estoy muy agradecido por eso-
Yunho le miró. Sonrió.
-No hay problema- Dijo sonando modesto. -Hice lo que cualquiera habría hecho en mi lugar-
Ambos se miraron y sonrieron.
-Jae, amor- Le llamó Changmin.
Este le volteó a ver y Changmin sin decir una palabra puso la otra mitad del zafiro sobre su cuello.
Jaejoong, un poco confundido observó el objeto.
-Que bonito- Expresó. -¿De dónde lo sacaste?-
-Nos lo manda una buena persona- Dijo.
Changmin realmente no catalogaba a su madre como “mala”. Más bien era alguien inestable moralmente.
Jaejoong sonrió. No preguntó nada más, en los ojos de su niño se notaba la suplica de que no lo hiciera.
-De acuerdo- Dijo.
Tomó a Changmin de la mano y se dirigieron con los demás.
Media noche estaba a minutos, tenían que festejar el inicio de un nuevo año con la alegría de empezar una nueva vida.
Antes de la cuenta regresiva, todos dieron gracias por lo bueno y por lo malo del año que terminaba. Por quienes se quedan en espíritu y por los que vendrán en el siguiente. Por la familia… Principalmente, dieron gracias por una vida llena de aventuras, salud y bienestar.
La cuenta regresiva comenzó. El año nuevo llegó.
Música romántica sonaba, parejas bailaban. Apasionados, nostálgicos… felices.
-Jae- Comenzó. -Te amo… Te amo de verdad-
-Yo también te amo- Contestó sin dejar de moverse lentamente por el ritmo.
Esa noche se quedaría en la memoria de ambos para siempre. La mejor noche.
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Seis años después…
Después de que él y Jae se casaran, retomaron sus estudios. Ahora él era un prestigioso escritor en una gran editorial y Jaejoong suplantó a su padre, quien decidió retirarse, alejando al negocio de todo tipo de trafico ilegal convirtiéndolo en algo más rentable, más seguro y sin violencia. Así jamás volvió a tocar algún tipo de droga.
Decidieron irse a una casa propia, donde comenzaran algo nuevo con sus hijos, como una familia.
...
Changmin llegaba a casa después de un cansado pero satisfecho día de trabajo. Atravesó la puerta, era extraño ver la casa en silencio, sus hijos eran los que avivaban el lugar con sus risas y sus correteos como lo haría cualquier niño de su edad.
-¿Jae?- Preguntó. -¿Jae, dónde estas?-
-¡Aquí!-
Un precioso niño rubio de siete años se asomó por el respaldo del sillón.
Changmin le miró y rió divertido.
-No mi corazón, tú no- Le dijo. -Tu papá-
-Hum…- Infló sus mejillas el pequeño. -Está en el jardín con Melody- Dijo.
Changmin se asomó por una de la ventanas comprobando que efectivamente su esposo estaba con la niña en el jardín. Parecían en la hora de “tomar el té”.
-Bien, papá- Una rubia niña le sirvió un poco de té imaginario a su padre. -Tienes que tomarte este tecito, ya que te noto muy nervioso- Dijo con inocencia.
Jaejoong le provocaba ternura pero a la vez le logró sacar una pequeña pero disimulada risa.
La niña le miró.
-¿Papá, de que te ríes?- Puso sus manos en la cadera e infló sus mejillas.
-¿Eh? ¡Ah!- Pensó en algo. -Es que el “Señor Saltitos” me contó un gracioso chiste- Dijo, refiriéndose al conejo de peluche que ya hacía con ellos.
La niña lo volteó a ver con gesto indignado.
-Señor Saltitos, por favor respete las conversaciones que tengo con mi padre- Le regaño. -No sea grosero-
Jaejoong le miró. Le parecía que algo de él se empezaba a manifestar en la niña.
-Ah…- No supo que decir.
-Hum…- Expresó la niña tomando al conejo de peluche y abrazándolo. -No me puedo enojar contigo- Dijo. De pronto bajó la voz y le susurró. -Tu eres mi favorito-
Jae sonrió de nuevo y notó la presencia de un recién llegado recargado en el el marco de la puerta corrediza que daba al jardín trasero. Este sonreía.
Se acercó.
-Papí- Le llamó la niña. -¿Gustas tomar el té con papá y conmigo?-
-¡Me encantaría!- Expresó.
Tomó asiento en una de las sillas.
-¡Esperen!- Gritó haciendo que ambos padres la miraran. -¡Tengo que ir por mi Minnie!- Dijo, haciendo referencia a su hermano.
En lo que regresaba, Changmin tuvo tiempo de charlar un poco con Jae.
-Quiere muchísimo a Jaemin- Le comentó.
Jae asintió.
-Me ha dicho que ella siempre va a defender a su hermanito. Dijo que lo cuidará siempre para que no le pase nada malo-
Ambos sonrieron.
-Es igual a ti- Dijo Changmin. -Siempre queriendo proteger a los demás-
-Ya lo creo…-
El teléfono de Changmin sonó indicando la llegada de un mensaje. Lo tomó y lo abrió. Sonrió.
-Es Jun- Dijo con alegría. -Dice que la próxima semana tendrá vacaciones antes de entrar a la universidad y dice que si podría venir a pasarlas con nosotros-
-¡Claro!- Expresó Jae. -Dile que será bienvenido las veces que él quiera- Dijo.
Una vez respondido el mensaje hubo una larga pausa entre ellos. Changmin suspiró con profundidad.
-Jae- Habló de nuevo.
-¿Si?-
-Hace días que me he sentido mal- Hizo una mueca duda al querer continuar..
-¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Estás enfermo?- Preguntó preocupado.
-…- Changmin negó rápidamente. Un sonrojo apareció en sus mejillas.
-¿Entonces?-
-Yo…- No pudo terminar la frase cuando Jae adivinó lo que pasaba.
-¡Ah! ¡Espera! ¡Ya se lo que pasa!- Se emocionó y le tomó por los hombros. -¿Enserio? ¿Cuanto tienes?- Se emocionó más.
-Apenas una semana- Changmin rió.
-¡Changmin!- Le abrazó fuertemente. -¿Enserio? ¿No me mientes?- Sonrió.
Changmin negó, aún seguía sonrojado.
-No te miento, enserio-
-¡Si!- Gritó. -Voy a ser papá de nuevo- Se alegró.
Sus hijos habían llegado ya. Melody traía a su hermano de la mano. Los padres de ambos le hicieron la seña de que se acercaran a la pequeña mesa de juguete.
Decidieron que se lo contarían a sus hijos, pero aún no era el momento.
Esa tarde, la familia se la pasó unida. Jugaban, reían y al último almorzaron en el mismo jardín.
La apuesta de sol se hacía presente. Los niños habían caído rendidos de sueño.
Changmin tenía recostada su cabeza en las piernas de su esposo mientras este le acariciaba tiernamente el cabello. Seguían sobre el césped.
-Jae…- Dijo. -Te amo-
-Yo también te amó-
-Quédate conmigo hasta que me duerma-
-Siempre me quedaré contigo-
-¿Lo prometes?- Preguntó.
-… Lo prometo- Respondió Jae, sin dejar de acariciar sus cabellos.
Pronto y lentamente la noche comenzó a llegar.
Changmin no se dio cuenta cuando se quedó dormido en las piernas de Jaejoong. Cayó en un profundo sueño. Todo era perfecto ahora en su vida. Simplemente podía respirar tranquilo.
Al fin era feliz.
Me dio pena el final de Su, el merecia una nueva oportunidad. Pero mas pena dio Yun, que no pudo ser feliz como él lo queria. Me hubiera gustado que aparezca alguien y lo pueda hacer feliz como merece. Min jamás pierde la nobleza, tan tierno él y que lindo que los gemelitos tengan un nuevo hermanit@.
ResponderEliminarGraciad por la bonita historia, la espera valió mucho *-*
Mr encantó, de principio a fin, estuvo muy interesante y emocionante.
ResponderEliminarGracias!!!
Espere todo el tiempo a que Junsu encontrara la felicidad que Yunho podía darle y al final termine llorando porque al final Yunho no pudo salvarlo ni declararle su amor. Esa escena del juego de te... Dios me trajo recuersdos hermosos de mi infancia y el maravilloso padrr que tengo. Gracias por esta historia.
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