Jaejoong tiritaba de frio bajo el fino acolchado. El orfanato donde se hallaba no era más que una casona vieja y fría. Y la calefacción era mala.
Había dejado la puerta de la habitación abierta para ver si entraba algo de calor proveniente de los calefactores que se hallaban colocados en el pasillo pero aun así la temperatura no parecía mejorar.
Frotó uno de sus pies contra el otro, tratando de conseguir algo de calor pero fue en vano. Suspiro derrotado.
Odiaba el lugar. Tampoco tenía sentido para él el seguir allí. Tenía 15 años y ninguna posibilidad de ser adoptado. No había nadie que quisiera adoptar a un chico tan crecido como él pero eso ya no le importaba. Sólo quería salir de ese lugar y apañárselas por cuenta propia. Sabía que podía hacerlo. Hacerles ver a todos que él no necesitaba la ayuda de nadie para triunfar en la vida, demostrarles de lo que estaba hecho, su fortaleza, su decisión, su coraje, quería tener la oportunidad de mostrarles esas cosas.
Ahí estaba él, esperando que le llegara el sueño, pensando en cómo sería su vida una vez fuera de orfanato, cuando creyó escuchar voces. A esas horas de la noche resultaba bastante extraño.
-¡Por favor! ¡NO, por favor!- Escuchó lo que parecía ser alguien llorando.
Bajo sigilosamente de la cama y se acercó a la puerta para poder oír con más claridad.
- ¡No! ¡No! ¡Por favor, por favor! - escuchó ahora el angustiado ruego de un chico, se guido de un "Shhhh. Está bien, no te va a doler " proveniente de otra persona, un hombre.
Él podía figurarse lo que estaba sucediendo. Incluso sin verlo, tenía la seguridad de que el cuidador nocturno, un viejo depravado, estaría intentando abusar de alguno de los chicos más jóvenes, al igual que lo había hecho con él años antes. Solo que en ese entonces nadie había aparecido para ayudarlo, pero no dejaría que lo mismo le sucediera a éste niño.
Retrocedió unos pasos, completamente decidido. Tomó el bate de béisbol que alguna vez alguien le había regalado y salió de la habitación. Avanzó pegado a la pared, lentamente, tratando de no producir sonido.
-Eres hermoso Changmin- ah – escuchó que decía el viejo.
Siguió avanzando hasta llegar a la puerta del cuarto de dónde provenían las voces y se asomó con cautela.
El viejo tenía al chico abrazado y ahora esteba inclinado sobre él, besando su cuello. El pequeño temblaba en los brazos del hombre, todavía llorando mientras intentaba alejarlo.
Jaejoong se sintió completamente asqueado, con nauseas. Una inmensa ira lo invadió, producto de lo que estaba viendo y de sus propios recuerdos. Ira, asco, rencor, venganza se mezclaban en él. Se acercó por detrás, cerró los ojos y bateó con fuerza, golpeando la cabeza del hombre, quien cayó desmayado al instante.
Se agachó rápidamente junto al cuerpo del guardia y comenzó a buscar entre sus ropas, hasta hallar la llave que abría la puerta que daba a la calle.
Levantó su mirada hacia el niño, quien seguía parado en el mismo lugar, con los ojos muy abiertos, como en estado de shock.
-Changmin, ¿cierto? - preguntó- Tenemos que salir de aquí.
El chico seguía sin reaccionar. Jaejoong comenzó a sentirse ansioso, sabía que unos segundos perdidos podían ser la diferencia entre escapar del lugar o que el viejo se recuperara del golpe y los atrapara. No quería pensar en las consecuencias que eso tendría para él.
Se levantó y se acercó al chico.
-Changmin- lo llamó nuevamente, sacudiéndolo suavemente.
El pequeño fijó su mirada en él.
-Tenemos que irnos, ¡ahora!- dijo un poco más nervioso.
Tomó al niño de la mano y tiro un poco de él, indicándole que se moviera .Por fortuna el cerebro de Changmin comenzó a procesar en ese momento lo que estaba sucediendo y comenzó a caminar, siendo guiado por Jaejoong. Ambos echaron a correr poco después, aún tomados de la mano.
Llegaron a la puerta rápidamente. Jaejoong intentó calmarse antes de introducir la llave en el cerrojo y hacerla girar dos veces. Salieron a la calle y volvieron a trabar la puerta desde el lado de afuera, esperando que con eso pudieran ganar algunos minutos más.
Empezaron a correr nuevamente. Realmente no sabían a dónde ni qué tan lejos ir, solo sabían que tenían que alejarse del lugar lo más rápidamente posible. Se detuvieron muchas cuadras después, sólo cuando se les hizo necesario parar un momento para recuperar el aliento.
Jaejoong miró a ambos lados de la calle. No puedo identificar en qué parte de la cuidad ni qué tan lejos del orfanato estaban. Tal vez eso era algo bueno.
Miró a Changmin, que estaba agachado intentando recuperarse de la corrida. Todavía parecía estar bastante agitado.
-Oye, ¿estás bien?
El chico asintió.
-Mmm él ehhh esto… - No sabía cómo formular la siguiente pregunta – él no, no te tocó, ¿cierto? Me refiero a… a que ¿esto había sucedido antes?
-No-
Jaejoong le sonrió y suspiró aliviado. Realmente aliviado.
-Eso, eso está bien. Muy bien. Vamos, tenemos que seguir-
Le tendió una mano a Changmin para ayudarlo a levantarse y comenzaron a caminar nuevamente, esta vez eligiendo una calle poco iluminada.
Jaejoong giró la cabeza para mirar hacia atrás una sola vez y sonrió. No importaba que fuese tarde en la noche, que realmente hiciera mucho frió o que no tuvieran a dónde ir. Él había logrado escapar del orfanato.
Ese viejo verde solo por eso esta cerca de los niños, que bueno que salvo a min y no lo dejo solo aunque eso le hubisen hecho a el. Les espera una vida dificil a fuera del internado, solo espero que su destino no sea tan cruel.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Espero la actualizacion.
woooow esta increible....jae le salvo a changmin y pudieron escapar?!!!! waaaa esto se pone bueno.... necesito el siguiente capi por favor
ResponderEliminarAigo!~
ResponderEliminarPor fin termino de leerlo ya desde cuando lo estaba tratando de hacer pot favor continuaciom es muy buena