"Orgullo derretido"
Aunque unos minutos atrás las involuntarias lágrimas habían cesado, el dolor aún estaba presente. Incluso cuando se levantó (después de estar recostado todo ese tiempo), sus piernas balancearon y sus pies descalzos dudaron sobre el suelo.
— Idiota… Debí hundir mi rodilla entre sus piernas — criticó Jaejoong en voz baja mientras comenzaba a vestirse, aunque sólo fuese ligeramente; pues era realmente incomodo ver su piel enrojecida e invadida por las marcas de largos dedos.
Oh ¡¿Por qué seguía teniendo aquel aroma su habitación si él ya se marchó?! Después de escuchar aquellos reproches, se preguntó si en cierto modo merecía aquello. Aún no lo sabía…
Estaba consumido, al igual que si hubiese estado en una extraña maquinaria que le pulverizo.
El cuerpo aún dilatado le hacia odiar más aquella situación. Esa sensación… no era nueva…, pero si era algo frustrante.
No podía creer que sus ojos se hubiese enrojecido delante de Yunho, y mucho menos que hubiese llorado sin más. Jaejoong se sintió ridículo. Pero era incapaz de olvidar el único y cruel beso inicial que recibió de aquella boca que después le evadía.
Difería mucho del pasado, y quizás debía admitir que era extremadamente sensual.
Se dio cuenta de que por más que frotaba y frotaba sus labios con el dorso de la mano, no desaparecía aquella hormigante sensación de ellos…
Cuando Jaejoong comenzó a andar de nuevo (para dirigirse al aseo sin demora), sintió algo rugoso y puntiagudo entre los dedos de su pie.
Bajó su mirada, alzó el pie, y observó que había pisado aquel trozo de papel, que antes él mismo había dado forma de pequeña esfera.
<<. Aún continua esto aquí… .>> pensó Jaejoong, recordando como lo había lanzado sobre el rostro de Yunho antes de que éste se marchará de manera atropellada de su casa...
Cuando lo desdobló, intentó de nuevo comprender cómo Yunho había mantenido aquello.
Él no hubiese guardado algo del pasado. Después de tanto tiempo, podría simplemente haber tirado aquel trozo desleal de papel a la basura, por lo contrario, Yunho lo había mantenido como algo importante... (la nota de despedida que Jaejoong había escrito).
Aquello hizo pensar durante unos segundos a Jaejoong; se dirigió a uno de los cajones de la cómoda de su gran habitación, y guardó su propia nota del pasado en ella... Quizás, había recuerdos que valían la pena mantener.
Tocó sus mejillas y su nuca. Estaba ardiendo.
Ni el agua iba a lograr que bajase aquel ardiente dolor...
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Deambuló por los pasillos con tan ‘poca alma’ que arrastraba los pies consigo.
Todos los del edificio, acostumbrados a otra faceta de él, repararon en su aspecto poco jocoso.
Al entrar en el estudio el sonido de un chasquido hizo eco.
Aquel ruido se trataba de Changmin, quien sentado había separado ambos palillos de su inmenso bol de ramyeon, llevándose a la boca los rizados fideos con voracidad antes de verle entrar...
— Jaejoong — sorprendido dio otro fuerte sorbo mientras hablaba con mejillas llenas: — Es un nuevo sabor. Me lo compraron. ¡Está delicioso! Podría comerme cinco como éste…—
Jaejoong entró con aquel aspecto deprimente.
El estudio de música parecía estar tomando un descanso.
— ¿Ocurre algo? ¿Ayer tuviste un mal día? — le preguntó Changmin preocupado, pero sin dejar de comer ni por un segundo — Ahora mismo estaba grabando parte de la canción que realizaste, hyung. ¡Tiene un sonido tan fuerte! Creí sinceramente que eso te haría feliz — explicó, pero el rostro de Jaejoong estaba neutral, extrañamente pacificó — Si te encontrabas mal, no hacia falta que vinieses —
Cierto, se encontraba realmente mal por inconfesables motivos…
— Por supuesto que tenía que venir. Me estas menos preciando — contestó al fin.
¡Por supuesto que él debía estar allí! A pesar de haber amanecido como un verdadero ‘zombi’ y parecerle que todo lo sucedido con aquel moreno, ahora casi ‘desconocido’, había sido una especie de sueño erótico del que aún tenía extrañas consecuencias...
Changmin hizo un ruido con su boca al sorber de nuevo la comida: — No hables más… — dijo adivinando los pensamientos de Jaejoong con sólo mirar su nueva expresión: — Yunho —
¡Bingo! Había adivinado por completo la causa de aquella expresión, y ni siquiera Jaejoong pudo negárselo al escuchar aquel nombre.
Changmin continuó seguro: — Desde que él apareció estás de lo más extraño, Jaejoong. Es un buen tipo, así que no sé donde esta el problema —
<<. Todo él es el problema .>> pensó Jaejoong, pero simplemente contestó:
— No quiero que forme parte del espectáculo. Él… me recuerda muchas cosas…—
— ¿Te hizo algo malo en el pasado? —
<<. En realidad, fui yo quien lo hizo .>>
Pero de nuevo era incapaz de hablar con franqueza: — No —
— No sé que es ‘eso’ que te provoca tanta negación del pasado — habló señalándole con los palillos que sostenía entre sus dedos — Pero él es realmente bueno en lo que hace, ¿por qué eres tan déspota? —
— Oh, ¿Déspota? — Jaejoong sonrió impresionado — Es mi concierto…Será parte de mi autoridad decir y decidir como me siento mejor. — sin desearlo sus palabras soberbias confirmaron lo dicho por el menor. — Y Yunho me pone nervioso. No quiero imaginar como será todo encima del escenario. Él ha sobrepasado todo límite… — en su mente llegó una rápida imagen de anoche, y tuvo que esforzarse por no enrojecer de pudor y rabia — Quiero que se marche —
— ¡Qué despiadado! — casi se atraganta con los fideos al escuchar aquellas frías palabras.
— ¿Despiadado? Oh, Changmin, ¿Desde aquella noche en el club, en la que yo bebí demasiado, vosotros dos habéis forjado una amistad o algo así? — Jaejoong le miró inquisitivo.
— Algo parecido… — terminó de toser y removió con los palillos la poca comida que quedaba — Además, él estuvo por el edificio esta mañana, así que… si, hemos hablado — aquel dato paralizó a Jaejoong — Si quieres preguntarme por qué vino hasta acá, no lo sé. Pero si llegó hasta aquí fue para hablar con alguien, eso es seguro… —
Jaejoong se quedó un tiempo en silencio. ¿Realmente Yunho había aparecido por allí? No sabía por qué aparecería por el edificio de la agencia, ni cuál seria su cometido.
Aquel dato le hizo pensar en posibles respuestas y conjeturas durante unos segundos.
— Seguramente se adelantó a tus pasos, y él mismo se retiró de su puesto. — Changmin dio una hipótesis bastante buena — Sería una verdadera lastima. ¿Le has visto bailar? — dijo con un mohín de tristeza.
Sí, la pasión de Yunho al bailar era innegable.
Y aquella opción dejó aun más desconcertado a Jaejoong...
— Él es un buen bailarín, y yo soy un buen cantante, ¿no lo crees? — Changmin comenzó a hablar de nuevo— Quizás deberíamos ser un dúo. Debería proponer eso… ¿Te lo imaginas?—
Jaejoong comenzó a reír falsamente, con su mano en la boca: — Imposible… — dijo tajante (aunque en realidad la imagen de ellos dos era bastante buena) — Realmente se nota que no sabes como es Yunho en realidad, créeme…, no trabajarías con él… — volvió a enrojecerse.
— ¡Qué curioso! Él dijo algo semejante de ti —
— ¡Eso es lo que me molesta! — (Que Yunho dijese ese tipo de frases a otras personas, era como ponerle entre afiladas espadas. No quería que Changmin supiese más de lo que debía…) — Me molesta que diga esas cosas —
Changmin observó el rostro preocupado del mayor (que comenzó a morderse el rosado labio inferior con fuerza).
— Sólo pienso que, tus actuaciones llegaran fuera de Seúl, puede que llegues a realizar en Daejeon, Gwangju, Daegu, Busan incluso fuera del país, y sería una buena oportunidad para alguien realizar un trabajo tan extenso. Con eso me refiero a Yunho. Pero… sí es lo que quieres hacer. Está bien. Échale de su puesto. Ahora tengo que grabar de nuevo — Changmin caminó con su estomago lleno, pero inexplicablemente delgado.
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A pesar de ser la segunda fecha prevista, Jaejoong había sido incapaz de hablar para retirar completamente a aquel elenco de baile (quizás por qué podía intuir la respuesta); y de ese modo regresó a aquella incomoda situación en la que debía encontrarse con aquel grupo, para la realización de aquel nuevo concierto.
Estaba más nervioso que antes, y mucho más incomodo, desde el último incidente con Yunho.
Aquel equipo de baile permanecía de lo más alterado en la pequeña sala de preparación, y Jaejoong intentó no prestar atención a sus revueltas y preocupadas voces, ya que sabia que (si Yunho estaba entre aquel grupo de personas) sus ojos serian incapaces de mirarle después de lo sucedido aquella pasada noche, de la cual aún podía recordar sus preguntas, su enfurecida indignación, y su acechador y cálido cuerpo sobre él. Parecía incapaz de borrarlo de su memoria (Yunho podía ser más terrífico de lo que había imaginado, supuso que su apariencia adulta infringía más miedo que antes).
Jaejoong prefería no prestarles atención. ‘Prepararse para lanzarse al nuevo escenario’, eso era lo más importante en aquel momento, y lo único de lo que debía preocuparse. Por lo que simplemente se acomodó la ropa y bromeó con el personal para distraerse definitivamente.
Aquella típica escena incomoda no sólo se veía en la ficción…, y su corazón nervioso latía de forma real. ¿Cómo iba a mantener la compostura si le veía de nuevo? Quizás, Jaejoong no debía preguntarse más aquello. La solución había llegado en ese instante en el que salió a los angostos pasillos blancos del backstage…
Jaejoong se disponía a preparase para la introducción, iba directo a ello, pero unos pasos tras de sí le hicieron palidecer. ¡Eso parecía imposible! Jaejoong, el hombre de piel blanca, podía palidecer aún más, pareciendo un muñeco de fina porcelana al escuchar unos pasos decisivos y cautelosos tras su espalda.
Jaejoong volteó rápidamente, deduciendo que Yunho le había seguido a hurtadillas preparado para decir alguna nueva frase después de todo lo sucedido... ¿Un ‘lo siento’? ¿Una nueva amenaza?.
Por un instante aquel pasillo le pareció más estrecho…
— ¿Qué has hecho con Jung Yunho? — escuchó la amenazante pregunta femenina nada más voltearse.
Aquella menuda chica se había escabullido del grupo de baile y se había dirigido a Jaejoong con voz directa. Él la había reconocido al instante. Ya le había visto anteriormente, pero no le había prestado mucha importancia, salvo por sus prominentes caderas y ojos finos como sensuales rayas. Ella le señaló con su dedo sin temor. Por un momento, Jaejoong pensó que era una atrevida.
— Es extraño que Yunho no quiera venir. —continuó.
Jaejoong parecía confundido. Observó rápidamente al grupo de personas que se encontraban no muy lejos, en el pasillo. Nadie tenía aquella extraña aura carismática que sólo Yunho podía desprender cuando estaba cerca...
Ella, quien también estaba preparada para el concierto con un ligero vestuario, miró a la ‘estrella’ con cierto odio: — También es de lo más sospechoso que en el anterior día no realizara en el escenario. — recordó más preocupada — En todo el tiempo que le conozco, sé que él nunca hubiese dejado de lado su trabajo. Yunho es una persona responsable. Incluso le he visto trabajar con altos grados de fiebre sobre su frente. —
¡Oh! Hablaba con tanta seguridad y conocimiento de Yunho, que simplemente era irritante.
— No tengo nada que ver con eso… —
Jaejoong negó con la cabeza y su rebelde cabello corto se meció.
Desvió su mirada y suspiró; <<. ¿Yunho no apareció hoy? .>> pensó. Tal y como Changmin había deducido, parecía que el moreno había renunciado aquella mañana…
Por un instante, Jaejoong se sintió decepcionado...
Duro, como el hierro, Yunho había sido capaz de entrar en su casa con fuerza, de tirarle sobre la cama y repróchale cientos de cosas pasadas, pero ¿su dureza se había fundido en un instante?
Supuso que, después de que se funda la valentía y la dureza de uno, lo único que queda es la vergüenza por sus actos….
— ¡Le costo mucho llegar hasta dónde esta ahora! Y él nunca ha tenido tantos problemas como contigo. No dejare que hundas a Yunho Oppa — la confirmación de que se trataba de la misma chica que en el concierto anterior era su chillón ‘oppa’ tras el nombre de Yunho, de la forma más cercana que era capaz de calificarle…
¿Hundirle? ¿Desde cuándo había sido aquella su intención?
Jaejoong debía sentirse aliviado. Su cuerpo no había parado de transpirar nervioso por la incomoda situación, pero ahora, sin Yunho, su cuerpo debía volver a su estado original.
En cambio, aquella extraña sensación de incomodada se volvió una insólita sensación de preocupación…
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Había caído la entrada de sus manos, se arrodilló para buscar atentó aquel trozo impreso, por el suelo del edificio cúpula en el que encontraba. “Kim Jaejoong Concert” se leía con unas letras hangul enormes. Lo demás que ponía en aquel papel no importaba, aquella frase era suficiente para que la gente comprase aquello sin dudar.
Tenía muchas ganas de ver aquello con sus propios ojos y utilizó la entrada para poder acceder definitivamente al interior donde la gente ya se había aglomerado en las primeras filas.
Podía ver (tras las lentes oscuras) aquellas exaltadas personas frente al escenario, que esperaban con emoción.
Yunho podría haber accedido sin aquella entrada, pero ya había renunciado a ese privilegio…
No tardo mucho en llenarse aquel lugar con un gran numero de personas, hasta rodearle unas mujeres que hablaban emocionadas en otro idioma (que él desconocía).
¡Jaejoong era increíblemente famoso!. Mucho más de lo que lo había sido en boca de otros en las calles de aquel distrito... aunque fuese otro tipo de ‘popularidad’...
Las luces se atenuaron, y solamente estaba iluminado el escenario con increíbles focos.
Cuando Jaejoong apareció, un sinfín de aplausos y gritos rebotaron en todo el recinto.
Desde su posición podía observar el escenario, y podía ver a Jaejoong con bastante claridad (aunque las lentes oscuras no eran de mucha ayuda). Estando él camuflado entre la gente le podía ver sobre el escenario…Su ropa oscura, y su piel blanca; como el ángel de las sombras con voz vibrante y fuerte.
Si, era aquel mismo al que había desnudado y mantenido bajo su cuerpo la noche anterior….
Sus movimientos al tomar el micrófono eran seguros, y la primera melodía, la primera canción, empezó a inundar los oídos de Yunho.
¿Qué era aquello? ¡Jaejoong parecía ser un pájaro sobre el escenario!
Sus ojos fijos, su voz fuerte, sus movimientos ligeros. ¡Era libertad!.
Yunho nunca había visto cosas semejante. Jaejoong era excesivamente libre.
El grupo de baile apareció tras él, y por un momento se imaginó ahí. Pero… sabía que eso no iba a suceder. Las cosas entre él y Jaejoong eran un cumulo de cosas inacabadas. Y aquella misma mañana, él había renunciado, avergonzado por sus actos.
En esa oscuridad, que sólo era iluminada por luces en movimiento, Yunho entendió el sueño de Jaejoong mejor que con cualquier palabra. Jaejoong era libre de toda preocupación, movía sus cabellos cortos al son de la música, y deslizaba su moderna ropa. Cuán triste había sido en el pasado, ya no parecía importarle ni lo más mínimo...
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No esperó a que terminase el concierto, se escapó entre la gente para salir de allá mientras la música continuaba sonando. Y una vez fuera, las nocturnas calles continuaban frías e iluminadas… Yunho ajuntó y calentó sus manos mientras caminaba por ellas.
Su mente era un revoltijo de pensamientos junto a la música y la voz de Jaejoong. Todo seguía retumbando en su mente junto con el sonido de la guitarra eléctrica…
Aún no lograba olvidar aquella frase jadeante: “¿Qué diferencia hay entre tú y los idiotas del pasado?”, esa que le había preguntado Jaejoong con odio. Era verdad…, se había comportado como un canalla. Jaejoong lograba sacar lo peor de él de manera fácil...
Yunho era un hombre débil por las palabras de la víbora boca del mayor.
Y ahora, tras ver en directo los sueños de Jaejoong, se sintió más culpable.
No quería que Jaejoong recordase su pasado, ni esos malos momentos que había vivido (y de los que Yunho era consciente) pero inconscientemente le había tratado de ese modo... Se acostó con él del mismo modo en el que cualquier persona del pasado lo habría hecho…
Su condición de hombre era aún peor en auto-control que cuando era más joven.
¡Sonaba algo increíble! ¡Insólito! En ese caso, prefería seguir siendo un ‘niño’.
No podía seguir formando parte del trabajo de Jaejoong después de eso. Yunho era un hombre bastante cabal. Sólo quería que Jaejoong le recordase a él… Odiaba su indiferencia, y tenia una extraña mezcla de rencor.
Aunque inconscientes personas pensaban que el rencor se olvida o se borra, en el fondo de uno mismo descubren que hay traiciones incapaces de ser borradas.
Y Yunho aún recordaba la traición de Jaejoong con bastante claridad, sin importar que tan joven e ingenio hubiese sido.
Quizás era hora de borrarle, de borrar todo aquello...
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Las semanas eran como breves horas que finalizaban velozmente…
Pronto debería hacer más costosos viajes, y tampoco quería imaginarse el tiempo que le tomaría estar lejos del país. En todo aquel periodo, él no había vuelto a ver a Yunho.
Era difícil hacer como sí Yunho nunca hubiese reaparecido en su vida. ¡Era realmente difícil!
Si había aparecido, con una introducción bastante inesperada, y unas acciones diferentes. Incluso habían compartido una intima y forzosa relación de nuevo, así que era difícil, incluso para alguien como Jaejoong, hacer como sí eso no hubiese sucedido...
Lo días habían pasado. Imaginó que si Yunho renunció, y casi desapareció, era como una clara respuesta de que sus amenazas y extorsiones anteriores se habían desvanecido por completo.
En parte, Jaejoong tenía una gran razón para estar tranquilo, pero…. no lo estaba.
No podía olvidar aquella noche, sus reproches, ni el ardiente calor que desprendía. Aún era capaz de sentir su beso y su sangre sobre la mejilla... ¿Por qué Yunho le había hecho aquello? Parecía una disparatada maldición.
Él tenía muchas (y extrañas) razones para odiar a Yunho, pero ser incapaz de olvidarle era ahora la razón principal...
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— Con todo el trabajo en estos últimos días, pensé que siempre tenias algo de tiempo para divertirte — dijo Changmin mientras entró a la par con Jaejoong en edificio donde se encontraba la mayoría de los estudios y salas en las que trabajaban.
Jaejoong se alegraba de compartir trabajo y genero con aquel endemoniado joven.
Changmin movió el cuello y el mayor logró escuchar un crujido procedente de él. Había trabajado arduamente, y Jaejoong siempre pensó que sus notas altas reventarían su garganta. Changmin tenía una voz desgastada cuando hablaba:
—Vi que había un salón recreativo, con juegos, bastante tranquilo. Creo que seria bueno jugar un rato allí, bueno… siempre que tengamos un tiempo — realmente aquel adulto, alto y con cara infantil parecía entusiasmado a la vez que agotado, pero sus aficiones despreocupadas seguían siendo esas…: — Estás demasiado ausente estas semanas, y sé que te gustan esas cosas, Jaejoong —
— Lo haces por ti, Changmin... A ti también te gustan esas cosas… —
Así era, jugar en las máquinas recreativas era una afición en la que Jaejoong siempre se divertía, por lo que Changmin deduciría que si Jaejoong negaba esa distracción sería porque estaba más ausente de lo que había imaginado…
No era el Jaejoong mordaz que conocía, y no estaba seguro de si al pincharle sangraría o simplemente se deshincharía al igual que un globo.
Unos ruidosos tacones distrajeron a ambos.
Una mujer de gruesas gafas se acercó casi sin aliento:
— Jaejoong, no hace mucho… un hombre llegó hasta aquí preguntando por usted. — le comunicó la trabajadora velozmente, y casi perdía los papeles que sostenía en su mano — Como no estabas, me dijo expresamente que te comunicara que estaría en la cafetería que está justo enfrente del edificio. Dice que quiere hablar contigo, urgente. —
— ¿De quien se trata? —
Jaejoong vio temblar a la mujer cuando preguntó aquello.
— Oh, discúlpame, pero él no me dio su nombre. — ella era la persona más despistada del planeta. No sólo había recibido órdenes de cualquiera, sino que había olvidado lo más esencial: preguntar quien era.
Jaejoong esperó una descripción, que ella se apresuro a dar: — Tiene el cabello oscuro, y es singularmente apuesto. Me dijo que le conocías, y tenía que hablar contigo urgente. — repitió.
<<. Yunho .>> Podía tratarse de otra persona…, pero con aquella descripción, en la mente de Jaejoong sólo aparecía Yunho (éste era ‘apuesto’ a los ojos de cualquier mujer).
Agradeció rápidamente antes de salir en volandas del edificio, sin escuchar las preguntas y gritos de Changmin.
Ni él mismo sabía por qué tenia ganas de ver a aquel ‘fantasma del pasado’ (como ya le había llamado en alguna ocasión). Pero en su ausencia, no dejaba de pensar en ello…
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Entró apresuradamente a aquel distinguido y silencioso café…
Jaejoong-ah no puedes con la culpa... y no olvidas a Yunho por obvias razones *corre a leer el otro capo*
ResponderEliminarbuenisimoooo, seguire leyendo ;)
ResponderEliminarOh
ResponderEliminar.que planea yunho? se alejara de jaejoong siempre o continuara a su lado? 0.0