“Presentimiento”
Con la venda de la negación
Él saluda otro día…
[Alias, In Flames]
Junsu se levantó de la cama, dejando a Hyukjae sumido en el letargo entre las pieles para ir en búsqueda de Hina. Estaba enloqueciendo al estar nuevamente lejos de Yunho y saber cómo habían terminado las cosas. Si estar lejos de él ya era una tortura, estar en una situación cómo esta era agonizante. Tenía que encontrarlo y tratar de arreglar las cosas…de otro modo, tan sólo aceptaría la decisión que Yunho quisiera tomar.
Hina lo encontró a medio camino en la tribu. Ella había abierto el portal para la tierra de los mortales para que un grupo de híbridos fuera en búsqueda de cosas materiales y algunas provisiones. Lo observó llegar hasta su lado; Junsu aún tenía un aspecto deteriorado y sus ojos parecían haber perdido la luz.
“Tengo que encontrarlo” Junsu balbuceó apenas la tuvo al frente. “Voy a ir en su búsqueda, Hina. No puedo seguir tolerando esta situación” Junsu mordió su labio inferior y Hina lanzó un suspiro, mirándolo con expresión compasiva.
“¿Estás seguro que quieres hacer eso? Yunho está muy inestable en estos momentos Junsu, y lamentablemente no puedo acompañarte por si pierde nuevamente el control…” Hina agachó la vista, compadeciendo la situación de Junsu y preocupada por la situación. Lamentablemente, su lugar yacía en la colonia y situaciones como estas estaban fuera de sus límites.
“Lo sé, y lo entiendo. Pero necesito hablar con él…y si no quiere escuchar entonces voy a acceder a que me repudie si así lo desea” Junsu suspiró, su pecho contrayéndose al sólo pensar que Yunho quisiera cortar todos sus lazos, pero de todas formas tenía que tratar de explicarle, tratar de arreglar la situación…
“De acuerdo, respeto tu decisión. Es muy probable que Yunho haya regresado a la colonia del sur, donde es actual líder. Seguramente allí buscó refugio para calmarse”
“La colonia del sur” Junsu murmuró, asintiendo. “Es a donde iré entonces”
“Te abriré la grieta. Ten mucho cuidado allá Junsu, los lobos del sur son fieles a Yunho y podrían ponerse en tu contra si lo ven alterado”
“Entiendo, gracias Hina”
Ella asintió, sus energías removiendo la tierra y la grieta abriéndose para revelar la salida al exterior.
“Cuida a Hyukkie” susurró, haciéndole una pequeña reverencia antes de caminar hacia los escalones que lo harían salir a la superficie.
La luz del medio día recibió a Junsu en todo su esplendor cuando salió al exterior, sus ojos acostumbrándose al brillante resplandor. Volvió a suspirar, buscando el rumbo y tomando su ubicación hacia el sur, rápidamente poniéndose en marcha hacia las recónditas tierras al sur del gran bosque, donde Yunho se había ganado un lugar.
El camino fue largo y desgastador. Junsu tuvo que rodear la tierra de los volcanes, con la dificultad de sus estrechos caminos y los múltiples roqueríos por doquier del camino, maravillándose a su vez al salir y encontrarse con millas de jardines floreados que lo saludaban en el apogeo de la eterna primavera que acompañaba a las tierras del sur.
Llegó a la entrada de la colonia del sur con el cálido sol de la tarde bañando todo a su alrededor; la cálida brisa y el perfume de las flores reconfortándolo. En la entrada a la colonia se hallaban dos hombres lobo con empuñando una especie de lanza de doble punta; a los costados de la entrada se encontraban dos antorchas alumbradas con un voraz fuego oscuro que Junsu inmediatamente reconoció. Si, definitivamente estas tierras estaban influenciadas por Yunho…
“¡Alto ahí, forastero!” exclamó el guardia que se encontraba a la derecha de la entrada. “¡Identificaos antes de querer osar entrar al sur del Lobo de Fuego!”
Junsu esbozó una media sonrisa al escucharlo, mirando al licántropo a los ojos.
“Mi nombre es Kim Junsu y soy la unión de su líder” le dijo, ojos plateados centellando con la luz. Ambos licántropos se miraron en desconcierto, y luego habló el otro guardia.
“Necesitamos una prueba, de lo contrario no podrás pasar” el licántropo le arqueó una ceja y Junsu lanzó una risita. Llevo una mano hasta el hombro de su camisa hecha de cuero curtido, tirando del borde del cuello para exponer la piel ante ellos. Ambos hombres lobo abrieron los ojos de par en par al ver la cicatriz con la marca de la colonia del bosque en su hombro.
“Es la marca, y si aún así no me creen pueden llamarlo y decirle que venga a recibirme. Sé que está allí dentro” Junsu les sonrió al volver a cubrir su hombro. Ambos licántropos dudaron, mirándose con inseguridad, pero luego decidieron otorgarle el paso con el miedo a que su líder se enfureciera si trataban a su unión irrespetuosamente.
“Puede pasar. La madriguera de nuestro líder se encuentra en los límites de los valles, la más grande y amplia construcción de piedra que brilla dentro de la tierra” le hicieron un gesto con la cabeza que Junsu imitó. Luego él caminó hacia dentro por la cueva, saliendo hacia la colonia y quedando completamente maravillado con la hermosura de paisajes y la explosión de vegetación y agua que era el valle del sur.
Fue escudriñado por prácticamente todos los hombres lobo al caminar hacia la tierra donde se ubicaban las madrigueras. Susurros y murmullos sobre sus ojos plateados y su pálida piel hacían eco en todo a su alrededor. Junsu no le daba importancia, tan sólo caminaba fascinado con el paisaje y la esplendida vida de los lobos del sur que vivían sus vidas en el perfecto apogeo de la primavera. Divisó la madriguera central apenas llegó al terreno, la edificación salía de lo común por los adornos y por dos antorchas de fuego oscuro que adornaban su entrada, al igual que las que había visto anteriormente.
Dudó en entrar, pero al escuchar unas risas provenientes del interior de la madriguera se dio el coraje para hacerlo, caminando hacia dentro con las entrañas aún tensas. La madriguera era enorme y poseía un exótico aroma, casi adormecedor. Junsu se detuvo a los pies de la enorme alfombra de piel, girando el rostro en dirección al fondo de la madriguera y percatándose de la cortina de madera que cubría una enorme cama. Aun así Junsu pudo divisar dos siluetas en ella, las risas proviniendo de aquella zona…
“¡Yunnie! No, no te muevas así…me molesta” escuchó una voz algo aguda articular y la melodiosa risa de Yunho llegó a sus oídos. Junsu se paró en seco al escucharlo.
“¿Hace cuánto que no lo haces? Porque parece que te falta mucha práctica” la cama crujió y eso fue todo lo que Junsu necesitó para irrumpir, prácticamente corriendo y removiendo la cortina de madera de un sólo manotazo. Yunho estaba allí, sentado en el borde de la enorme cama rodeada de pieles luciendo completamente distinto. En ambos antebrazos llevaba incrustadas serpientes ornamentadas de oro resplandeciente y se ceñía la frente con una especie de corona en forma de argolla de oro con pequeñas incrustaciones grabadas que reflejaban hojas, sus mechones castaños cayendo rebeldes sobre su rostro. Otra cosa que capturó su atención fue que no estaba usando pantalones de mezclilla sino que llevaba vaporosos pantalones de seda blanca. Al frente suyo y con un pincel y un tarro de tintura en la mano, yacía un hombre que Junsu nunca había visto antes, pero que lo hizo quedar prácticamente en pasmado con su apariencia. Junsu se sorprendió ante la delicadeza de sus facciones. Aquel extraño tenía rasgos finos y era delgado como la hoja de una espada, grácil, de tez blanca y ojos color avellana. En ambos antebrazos llevaba incrustadas serpientes ornamentadas idénticas a las de Yunho, sólo que eran de plata, y el cabello castaño rojizo caía libre sobre su rostro y le llegaba más abajo de los hombros, la seda de sus pantalones combinaba a la perfección con los de Yunho. Ambos voltearon a mirarlo y Yunho abrió los ojos de par en par al percatarse de su presencia.
“¿Junsu?” Yunho le arqueó una ceja, sorprendido. El hombre lobo a su lado dejó el tarro de pintura y el pincel al costado de la cama para mirarlo con expresión escudriñante.
“¿Y acaso no sabes llamar?” el licántropo le disparó, resoplando. “No puedes irrumpir en la madriguera de nuestro líder así como así”
“Tranquilo, Princesa” Yunho le susurró y Junsu arqueó las cejas. ¿Princesa? ¿Quién diablos era ese tipo, y por qué Yunho lo trataba con tanta familiaridad?
“¿Podemos hablar?” Junsu preguntó, ignorando por completo el malestar que le trajo la familiaridad con la que Yunho trató a ese licántropo, e intentando hacer contacto visual.
“Habla” Yunho le dijo, suspirando. Estaba bastante sorprendido de que Junsu hubiese recorrido la enorme distancia hacia la colonia del sur, pero supuso que la situación los debía de estar complicando a ambos por igual.
“En privado” Junsu recalcó, su cabeza inclinándose en dirección al licántropo a su lado, quién tan sólo bufó.
“Heechul es un viejo amigo de la colonia del bosque, y mi Alpha aquí en el sur” Yunho le dijo y Junsu se sorprendió, eso no se lo esperaba.
“Saluda a mi híbrido, Princesa”
“Junsu” Heechul articuló con gélida cortesía, apenas haciendo un gesto con la cabeza. “Kim Heechul, Alpha del sur. Tú ya eres toda una celebridad…”
“No puedo decir lo mismo de ti” Junsu contrarrestó y observó su rostro tensarte. Jé, qué se ha creído para tomarse atribuciones con su unión. Podrá ser su alpha, pero Junsu lo lleva por dentro…
“Basta” Yunho le advirtió a Junsu, ojos clavándose en los suyos en un destello amenazante y suspirando.
“Heechul tiene derecho a escuchar por ser mi alpha y—”
“Descuida, Yun” Heechul lo interrumpió, sonriéndole. “No quiero causar problemas. Iré a dar una vuelta”
“¿Seguro?” Yunho frunció el ceño y Heechul asintió. “De acuerdo, te encontraré luego entonces”
“Claro. Estaré cerca de todos modos” Heechul se acercó y le dio un breve beso en la mejilla con los ojos de Junsu prácticamente fulminándolo con la mirada. Luego, caminó hacia la salida con gracia, cada movimiento haciendo crecer la indignación en Junsu pero Heechul aún no había terminado…y al pasar por su costado su voz fue apenas audible cuando le susurró.
“No te lo mereces” Junsu estaba a punto de encararlo cuando escuchó la voz de Yunho detenerlo.
“¿Vamos a hablar o me harás una escena de celos?” le espetó, pasando una mano por su cabello en un gesto de agobio.
“Eso depende, ¿Todavía quieres matarme?” Junsu le contrarrestó, subiendo la mirada hasta hacer contacto con sus ojos. Yunho lanzó un suspiro, desviando el contacto visual.
“¿Cómo querías que reaccionara si podía olerte en él? De seguro no estabas esperando que corriera a abrazarlo para darle la bienvenida”
“¿Y me escuchaste siquiera antes de tratar de incinerarnos? ¡No, tan sólo te descontrolaste sin escuchar mis razones!” Junsu le espetó, ojos centellando en su determinación.
“Tú no tienes idea de lo mucho que costó formar el vínculo. Te di una parte mía y tú fuiste a entregársela a un maldito mortal” Yunho masculló, tratando de contener la frustración que amenazaba con corroer nuevamente su sanidad. El miedo a perder el control aún latente.
“Era mi amigo…Sivela me tendió una trampa para que probara su sangre y no pude parar. Hyukjae no quería morir y yo…le di otra oportunidad. Jamás me voy a arrepentir porque no voy a abandonarlo”
“Si lo prefieres a él con gusto te repudiaré” Yunho lo amenazó, alzándose cual torre desde la cama para mirarlo a los ojos. Ambos midiéndose las miradas sin dar el brazo a torcer.
“¿Cómo puedes siquiera decirme eso después de todo lo que hemos pasado?” Junsu alzó la voz, rápidamente perdiendo la paciencia ante su testarudez.
“No lo prefiero, tan sólo tengo una responsabilidad con él porque es mi vampiro, yo lo convertí. No puedo creer que estés dudando si sabes cuánto te amo” la última frase caló hondo en Yunho, y se sintió culpable. Habían pasado por tanto, y ahora un pequeño percance amenazaba con destruirlos. Yunho recordó las palabras de Heechul sobre lo que significaba la sangre para los vampiros y suspiró, agachando el rostro.
“Entiéndeme tú a mí. El traspaso de tu sangre a otra persona corrompió el vínculo, ya no es lo mismo. Es difícil aceptar que hay alguien que tiene también tu esencia cuando debería ser solamente mía” bajó la mirada pero aún mantenía la guardia, tenso.
“Que Hyukjae sea mi vampiro no cambia absolutamente nada. Mi esencia, mi sangre y mi…corazón siguen siendo tuyos, y lo seguirán siendo hasta el final de nuestros días”
“Junsu…” Yunho susurró finalmente, cansado ya de la discusión. Su guardia se quebró y se aceró a estrecharlo entre sus brazos. Junsu suspiró con el contacto, rodeando los brazos en su figura para embriagarse en su calor.
“Perdóname, no debí haber reaccionado de ese modo” Yunho murmuró contra su figura, sintiendo las palabras de Junsu llegando hasta el fondo de su alma.
“Perdóname tu también al haberte impuesto a alguien, pero no tuve otra alternativa” Junsu murmuró a su vez, suspirando en el abrazo.
“Ya no importa, nada de ello importa. El vínculo ya no es puro…es verdad, pero eso no significa que haya desaparecido” Yunho le susurró al soltarlo, acercando su frente para rozarla contra la suya.
“Preferiría morir antes que romper nuestros vínculos” Junsu le dijo al acercar sus labios contra los suyos, apenas rozando.
“No se romperán” Yunho le reafirmó y luego capturó sus labios en un beso dulce, suave; ambos labios rozándose con delicadeza y disfrutando del contacto. Junsu suspiró contra sus labios, rodeando los brazos alrededor de su cuello, sintiendo su calor irradiando hasta su cuerpo.
“Te extrañaba” Junsu murmuró, descansando su frente contra la suya y enredando los dedos en su cabello.
“Pareces un verdadero rey griego con las joyas y tu nuevo aspecto” lanzó una risita y Yunho capturó su labio inferior entre sus dientes, sonriéndole.
“Aquí se usa la seda porque es más cómoda. Heechul dijo que tenía que vestirme como un líder y bueno…no pude protestar mucho en realidad”
“No me estoy quejando. Te ves bien” Junsu reflejó su sonrisa, reduciendo la distancia hasta volver a probar sus labios. Sus lenguas volvieron a encontrarse, rozándose suavemente entre el vaivén de sus labios. Junsu pudo sentir la necesidad por el cuerpo de Yunho presionado al suyo comenzando a despertar, instintivamente apegando su cuerpo al suyo en la búsqueda del calor. Yunho suspiró ante el contacto, pero abruptamente se separó de sus labios ante el ruido de protesta de su amante.
“Odio romper el clima” le dijo, mirándolo con expresión suplicante. “Pero tengo que viajar al norte” Junsu arqueó las cejas al escucharlo, lanzando un resoplido.
“¿Tan pronto?” hizo un puchero y Yunho suspiró, una de sus manos yendo a acariciar la negra cabellera de Junsu
“Tengo que ganar tiempo. De seguro la noticia de que Heechul ha perdido el sur no tardará en llegar a la colonia del bosque, por eso debo llegar al norte antes de que Changmin pueda hacer algo para evitarlo” Yunho le explicó, llevando ambas manos a su rostro para acariciarlo con suavidad.
“Quiero ir contigo” Junsu volvió a protestar, su puchero calando hondo en Yunho, haciendo flaquear su decisión, pero finalmente manteniéndose firme.
“No puedo exponerte a semejante riesgo. El norte es un colonia muy peligrosa, está llena de lobos que son despiadados y sin corazón; prácticamente sacados de aquellas películas de terror que hacen los humanos. Un lobo del norte no le teme a la muerte, ellos han nacido para matar. Si vas serás carne de cañón allá y no puedo correr el riesgo” Yunho le dijo, volviendo a juntar sus labios en un beso. Junsu suspiró, pero esta vez de derrota. Sabía que Yunho sólo lo estaba haciendo para protegerlo, y además esto era fundamental en su plan. Tenía que dejarlo ir nuevamente…
“Entiendo” le dijo, estrechándolo con fuerza. “Sólo prométeme que tendrás cuidado. Se me ha puesto la piel de gallina al escuchar el lugar a donde vas…y la crueldad de aquellos lobos. Si algo pasa no dudes en incinerar todo a tu paso” Yunho apretó a Junsu contra su figura, su palma trazando círculos sobre su espalda en gesto reconfortante.
“Descuida, tendré cuidado. Voy a derretir esas tierras, te lo aseguro”
Junsu le sonrió al separarse de su cuerpo. Yunho entrelazó su mano y a la suya, haciéndole un gesto con la cabeza para que abandonaran la madriguera. Ambos caminaron hacia afuera, encontrándose con Heechul a la salida de ella, fiel a sus palabras.
“¿Todo en orden, veo?” le preguntó y Yunho le sonrió, asintiendo.
“Ve a prepararte, cuánto antes salgamos mejor” Yunho le dijo y Heechul inmediatamente se volteó, transformándose a su forma de lobo, su pelaje cobrizo resplandeciendo al echar a correr por el valle.
“¿Irá contigo?” Junsu le preguntó, arqueando una ceja. No quería reconocerlo, pero la cercanía de Yunho con Heechul no le gustaba nada, su carácter posesivo saliendo a flote. No sabía nada acerca de la relación de Heechul con Yunho, ni de cómo habían llegado a conocerse y forjado una amistad, pero la familiaridad con que ambos se trataban lo perturbaba. Heechul era bastante atractivo, poseía un tipo de belleza tan enigmática que te hace dar vuelta el rostro para preguntarte si has visto bien…y saber que viajaría con Yunho hacia el norte, con millas de camino por recorrer y en completa soledad lo hacia sentirse inseguro.
“Voy a desafiar a Siwon en combate por su titulo de líder. Heechul es mi alpha, debe ir conmigo para apoyarme. Así son las reglas cuando dos líderes se enfrentan” Yunho explicó, apretando su mano casi como si hubiese percibido su perturbación.
“Descuida, Heechul tiene su unión”
“No he dicho nada” Junsu protestó, y Yunho le sonrió.
“Estás celoso” Yunho serpenteó una de sus manos por la espalda de Junsu, descendiendo a apretar uno de sus glúteos con fuerza. Junsu chilló, el contacto sorprendiéndolo.
“¡Claro que no!” exclamó, haciendo un puchero ante la risita de Yunho. “Y sólo te estás aprovechando porque no puedo hacer nada para retenerte…”
“Vamos a recuperar el tiempo perdido, eso te lo aseguro” su sonrisa se volvió tentativa y Junsu le sonrió, acercándose para darle un suave beso.
“¿Y tú y Heechul de dónde se conocen?” Junsu finalmente sacó la pregunta de adentro. Necesitaba averiguar un poco más acerca de ellos o de lo contrario aún tendría las entrañas tensas al dejarlo marchar sin decir más.
“De la colonia del bosque, lo conocí cuando apenas éramos unos cachorros. Heechul fue mi primer amigo…” la voz de Yunho se fue apagando. De pronto se quedó mudo, y su lobo interno comenzó a gritarle, o más bien dicho a reclamarle: ‘Y también fue tu primer amor, y sigue siendo tu Sangre…nuestra Sangre…’ los gruñidos de su lobo interno se avivaron dentro y Yunho empuñó las manos, luchando por mitigarlo. No, no podía hablar de ello….sólo le daría una preocupación más a Junsu al comentarle acerca de su antigua relación y este viaje…tan sólo era un mero trámite. Yunho tenía a su bestia dominada, estaba bajo control. Se apresuró a hablar ante la mirada expectante de Junsu, quien arqueó una ceja al observarlo en silencio.
“Pero nos separamos porque él…fue seleccionado para venir a la colonia del sur a perfeccionarse y yo me quedé en el bosque. Han pasado ya…casi diez años desde aquello”
“Wow” Junsu le abrió los ojos. “Es mucho tiempo. Me alegra que hayas vuelto a verlo, los reencuentros siempre traen buenos momentos” Junsu sonrió y volvió a abrazarlo, disfrutando las sensación de los brazos de Yunho estrechándolo con fuerza y cerrando los ojos para respirarlo un poco más antes de dejarlo ir.
“Será mejor que me vaya, también debes prepararte” Junsu le dijo al separarse, su mano acariciando la suya con delicadeza.
“De acuerdo. Ten cuidado en el regreso, las persecuciones aún siguen latentes” Yunho apretó sus mano y Junsu asintió.
“Te amo” Yunho le susurró cuando él volvió a reducir la distancia que lo separaba de sus labios.
“Yo también, Yunho. Te estaré esperando” Junsu suspiró contra sus labios, rodeando los brazos por su cuello en un último abrazo.
“Ten un buen viaje de regreso” Yunho murmuró contra su figura, estrechándolo con fuerza e inhalando su esencia, tratando de capturarla para llevarla consigo en su viaje.
“Igualmente. Dales una lección” Junsu le sonrió al separarse, sus ojos brillando en la pura expresión del amor. Con una última mirada se volteó, y en un parpadeo había desaparecido, su figura desplazándose tan veloz con un rayo, su esencia lentamente desapareciendo de su percepción.
Yunho suspiró, volteándose para regresar a la madriguera, caminando hasta llegar a los sillones y sentándose, esperando por Heechul para iniciar la travesía hacia el norte. Sabía que les esperaba un difícil panorama allí, pero estaba seguro que podría transmitirle sus convicciones a Siwon, y más aún si tenía a Heechul de su lado como respaldo. Ya tenía media batalla ganada tan sólo con eso.
Heechul apareció en su madriguera luego de un rato. Yunho se había quitado la corona de la cabeza, conservando sólo las serpientes ya que Heechul siempre usaba accesorios en su liderazgo y Yunho debía representar al sur. Heechul llevaba las serpientes ornamentadas de plata a su vez, sus pantalones de seda color marfil combinados a la perfección con los de Yunho; líder y alpha en perfecta sincronía. Yunho le sonrió, levantándose de su asiento y caminando hasta su figura.
“¿Listo?” le preguntó, poniendo ambas manos sobre sus hombros. Sabía que esto era un paso muy grande para Heechul, tener que hacerle frente a Siwon en su propia tierra, con la gente que lo respetaba y amaba como su líder, desafiando sus creencias…pero era necesario, Yunho sabía que Heechul lo entendía, y lo apoyaba…y por ello le estaría eternamente agradecido, a pesar de que yendo con él al norte ambos tenían temor de volver a reabrir viejas heridas…
“Si, cuando quieras” Heechul asintió, suspirando y esbozando una media sonrisa, su expresión tratando de reflejar algo de optimismo a pesar de su inseguridad.
“Tendrás que montarme…” Yunho le dijo. El comentario tomó a Heechul desprevenido y casi al instante Yunho pudo observar el color subir a las mejillas de su amigo, lanzando una carcajada.
“Como lobo” recalcó, su expresión tornándose pícara y arqueándole una ceja. Siempre lo divertía la facilidad con la que aún podía ruborizarlo.
“¿Qué es lo que estabas pensando, Chul?” Yunho lo molestó y Heechul le lanzó un puñetazo en el hombro, resoplando.
“En tus sueños” masculló ante su carcajada y la expresión burlesca de su rostro.
“Ya vámonos quieres” resopló, avergonzado. Yunho continuaba riéndose, calmándose un poco antes de volver a hablarle.
“De acuerdo, de acuerdo…no hay necesidad de ponerse tan sensible, Princesa” volvió a reírse y antes de que Heechul pudiera volver a golpearlo se transformó; su cuerpo desfigurándose hasta formar su enorme forma de lobo, ojos resplandecientes escudriñándolo. Heechul observó el cuerpo de lobo de Yunho, caminando hasta su lomo y apoyando una mano en su cabeza para el soporte, alzando una pierna a su cuerpo y luego trepando a él, tomando amarre en el pelaje a los lados de su cabeza. Yunho giró la cabeza para ver a Heechul asegurado a su cuerpo, y luego caminó hacia la salida, parándose a las afueras de su madriguera.
“Sujétate fuerte que iremos bastante rápido” le advirtió, y luego lo escuchó lanzar un grito cuando Yunho finalmente se puso en marcha, el fuerte impulso de sus patas llevándolos en un santiamén a la salida con el sonido de los aplausos y vitoreas de su gente al verlos pasar. Heechul se aferró con fuerza al pelaje de Yunho, aún maravillado ante lo rápido que atravesaban los terrenos, prácticamente sentía que el viento cortaba su piel al ir a semejante velocidad; el cambio abismalmente desconcertante…
-o-
Koiko: ¡Chan-Chan! Y nos vamos directo al norte con Yunho y Heechul contra Siwon y sus norteños en una travesía que de seguro les volará la mente e.e
El acto del Norte está dividido en tres partes: A, B y C por lo que tengo bastante material que desarrollar allá, no me pueden abandonar x)
Pueden tirar todos sus dardos y predicciones, quiero leer todas sus reacciones y pensamientos :B disfruté demasiado escribiendo todo lo que conlleva al Norte por lo que estoy orgullosa de cada una de las partes c: y si bien el Norte es básicamente las andanzas de Yunho y Heechul sin puntos de vista paralelos…créanme que es necesario para el desarrollo de la historia.
¿Abrocharon sus cinturones? Pues bien…prepárense para un nuevo viaje, oh si x)
Comentarios son el alimento para mi musa que sigue estresada y aún no termina la historia por falta de tiempo u.u necesita un poco de amor :3
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