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Arualthings

You Should Be Mine - Cap. 11

Captura exitosa.

Una respiración se mantuvo contenida en su garganta mientras observaba el claro de la luna a través de la ventana. La luz traslucida bañaba su cuerpo desnudo, revelando en su pureza la verdadera procedencia de su inquietud.

Estaba comprobando con su propio cuerpo lo que los últimos meses estuvo negando en su mente, de que jamás volvería a ser el mismo, que este sentimiento incrustado en su pecho no era una ilusión pasajera.

Ahora se hallaba sentado en la cama de su propia habitación, lamentándose a sí mismo por hacer una estupidez como esta solo para comprobar si sus sentimientos eran verdaderos. Pues lo eran, porque el pequeño cuerpo desnudo que ahora reposaba en su cama no había hecho nada distinto que rememorar el cuerpo que estuvo sobre el suyo todo este tiempo y cuya cálida sensación no podía comparársele.

Esto no iba a borrarse simplemente por acostarse con alguien distinto cada noche.

—Changmin—kun—le llamó suavemente su compañera de esa noche— ¿Estas bien?

Changmin giró su cuerpo mecánicamente, sin intención de mirar de frente el rostro de quien ahora le hablaba.

—Lo estoy —susurró cansado Changmin, volviendo la mirada a la invisible luz de luna— Vete a casa Chiyo—San, quiero estar solo.

La mujer sonrió, deslizándose por la cama hasta apretar la ancha espalda de Changmin con su pequeño cuerpo desnudo.

—Es la primera vez que veo a Changmin—kun tan deprimido —susurró a su oído— Puedes llamarme cuando quieras, sabes que puedo hacer algo distinto a dormir contigo. Si necesitas alguien con quien hablar, estaré allí.

La mujer dejó un beso en su mejilla y se apresuró a vestirse. Changmin miró sus manos encogiéndose una vez la puerta de entrada se cerró. Concluyendo con pesadez que después de todo esto no iba a funcionar.

Había pasado más de un año desde que la filmación de la serie había concluido, ahora era emitida en varios países debido a la positiva respuesta del público, incluso sus padres que en un principio no parecían nada convencidos con su participación, lo habían llamado un par de veces mencionando que estaba en boca de todos por su papel y que varias cadenas coreanas estaban detrás de la compra de la serie.

Para Changmin no había suficientes elogios, toda la atención dada por la prensa y el público no era menos recibida y oficialmente su carrera se había reactivado con la retumbante respuesta que su manager había predicho desde un principio.

Claro, su manager estaba muy feliz de todas las propuestas, incluso del extranjero, que llovían para su cliente, por lo que en su día no había muchos espacios libres luego de someterse a trabajar en distintos proyectos, a veces al tiempo.

Pero ni las enormes cargas de trabajo lograban amedrentar un poco el horrible sentimiento de pesadez que lo carcomía por dentro, en el exterior podía fingir una sonrisa despreocupada y actuar como si su mundo no se hubiese detenido desde ese día. Sin embargo, de alguna forma no podía sacarse de la cabeza todos esos pensamientos, aunque finalmente todo había acabado.

Jaejoong cumplió su promesa.

Después de lo que termino siendo aquella noche, las llamadas se detuvieron y sus caminos no volvieron a cruzarse ni casualmente. Hubo muchos lugares en los que pudieron verse, pero Jaejoong ahora estaba tan enfocado en su carrera que había dejado Japón poco después de terminar la grabación de la serie. Changmin casualmente escuchaba comentarios de lo exitosas que estaban siendo sus giras en el extranjero y que la respuesta de su álbum había ido tan bien como su aceptación del público en general.

Ahora él era una estrella internacional.

Ocasionalmente Changmin veía las trasmisiones de sus conciertos, entrevistas o ruedas de prensa en la Televisión, todas tenían un cubrimiento extensivo de la prensa debido a su popularidad. Después de todo,  Jaejoong ya tenía una base firme de seguidores antes de debutar y estos solo habían aumentado en número cuando su música se hizo accesible para todo el público Japonés y Asiático.

Aunque Changmin quiso ignorar todo lo referente a Jaejoong después de esa noche, su cabeza no funcionaba acorde a sus deseos y el día que su álbum finalmente fue revelado, increíblemente se había detenido de camino a casa en una tienda de música del centro, obteniendo tres copias del álbum sin siquiera detenerse a pensarlo. Al llegar a casa los había escuchado sin saber porque aquella voz causaba tal revuelo en su pecho, aunque terminara desechando las copias poco después.

Para él no era nada sencillo aceptar sus sentimientos, mucho menos luego de destruir todo con sus propias manos. El miedo que lo invadía era más grande y lo cierto es que no tenía idea que pasaría si sus caminos se chocaban coincidencialmente en algún momento. Por eso lo evitaba a como dé lugar. En su cabeza no había espacio para las casualidades.

Prefería evitarlo, sin saber si se debía al miedo que tenia de aquellos sentimientos que negó o debido al rechazo del que sería victima ahora, pues no había forma que después de esa noche los sentimientos de Jaejoong no hubiesen cambiado en absoluto.

Pero el hecho es que por sí mismo no podía olvidar lo que había pasado, y el sentimiento de haberse comportado como un cobarde canalla no lo dejaba descansar ni un solo día.

Jamás pensó que dado todo el tiempo que compartió con Jaejoong, al final iba a terminar rechazándolo por sus propios prejuicios, por algo que sabía no estaba bien desde el principio y que debió evitar desde entonces, era su culpa y si debía cargar con esta insatisfacción absoluta toda la vida. Tendría que hacerlo pues no hay manera de remediar algo que se provocó.

—¿Changmin?— le llamó su manager, desplegando las cortinas y abriendo la ventana para que el sofocante aire que inundaba la habitación saliera finalmente— Tu agenda hoy comienza a las 9 Am, necesitas levantarte ahora mismo —Insistió, dando golpecitos leves al bulto blanco que se avistaba en la cama—

—hmng— Changmin se quejó, moviéndose de lugar, hacia donde la luz clara del sol no le golpeara directamente—

—Tienes un par de entrevistas esta tarde, una sesión de fotos a las 3 PM y la lectura del guion de tu nuevo drama a las 5 PM. No hay tiempo que perder, te necesito activo y despierto en 15 minutos, iré a prepararte el desayuno— Anunció, saliendo de la habitación—

Changmin finalmente retiró las sabanas de su cara, mostrando su demacrado rostro matutino, con el pelo revuelto y las pronunciadas ojeras oscuras debajo de sus ojos, después de todo había pasado otra mala noche de sueño. Se desperezó estirando los brazos y saliendo de la cama completamente desnudo, alcanzó un par de boxers del armario y luego se vistió con un par de pantalones de chándal claros, aproximándose después al cuarto de baño donde comenzó a lavar sus dientes y cara. Cuando su aspecto ya era un poco más decente, salió de la habitación, percibiendo el rico olor del desayuno preparado por su manager.

Se sentó en la mesa aun un poco adormilado, levantando la vista, momentáneamente imagino la delgada figura que se movía de un lado a otro preparando los platillos, y cuando viró pudo ver su rostro limpio de maquillaje y su brillante pelo rojo recogido en una pinza, dejando al descubierto su frente.

¿Qué demonios?

— ¿Sucede algo, Changmin? —Preguntó su manager sonriendo, colocando uno a uno los platos en la mesa. Tenía colgado un llamativo mandolín rosa que la madre de Changmin había dejado allí en una ocasión—

Changmin agitó su rostro, frotando sus ojos sin poder creer lo que estaba visionando tan temprano en la mañana. Su manager pareció preocupado, presionando su mano contra su frente para medir su temperatura, pero todo parecía estar en orden.

— ¿Estás seguro de que te sientes bien? Tu cara esta toda roja— anotó el manager y Changmin se levantó agitado de la mesa corriendo hasta encerrarse en el cuarto de baño—

Últimamente estas cosas pasaban a menudo. Changmin solía tener fantasías en las que Jaejoong repentinamente aparecía en su puerta con una sonrisa, que una mañana el cuerpo que dormía a su lado no era el de una mujer si no el del pelirrojo, o como en esta ocasión, que se paseaba tranquilamente por ahí, preparando algo de comer o estirándose despreocupado en el suelo quejándose por no haber podido dormir bien.

Aquello por supuesto era imposible que sucediera, Changmin había cambiado su número un par de días después de aquel incidente y Jaejoong nunca tuvo forma de saber la dirección de su casa pues él se negó a dársela desde el principio.

Todo se había dado para hacer que el tuviera una salida limpia de aquella relación, a pesar de eso, en ocasiones imaginaba que el tipo ponía todo su esfuerzo por buscarlo a pesar de todas las trabas que le puso y las palabras que él le obligó a tragarse esa noche en el parking eran expresadas con libertad y Changmin las aceptaba con su orgullo intacto. A veces, quería devolver el tiempo y tener el valor de escuchar la frase completa, como un verdadero hombre, pero por donde mirase el resultado era el mismo, en ese entonces ni siquiera tenía un nombre para esto que estaba sintiendo.

Simplemente porque jamás se llegó a imaginar que a través de la intimidad que compartía con él en verdad llegó a desarrollar sentimientos, quien sabe dónde, quien sabe desde cuándo, pero justo al momento de distanciarse, habían pululado de su interior y lo martirizaban diariamente.

Changmin nunca había estado ni un poco cerca de obsesionarse con una persona, pero a cualquier lugar que mirase, la imagen viva de Jaejoong esa noche se reproducía en su mente, de su rostro marchitado por el dolor del golpe y sus ojos fijos en una mirada vacía y temible, y de algo que se negó a entender en su dura cabeza de entonces.

Si tuviera la oportunidad en verdad quería disculparse por su infantil actitud, sabía que no tenía oportunidades luego de hacerlo sentir como un saco de basura, pero si pudiera decirle al menos que pudieran ser amigos, entonces estaría muy feliz.

Después de todo, dudaba que alguien tuviese en este mundo la capacidad suficiente de hacerlo reír tan alto y gruñir con tanta frecuencia como solo ese irritable muchacho podía hacerlo. Esta era la primera vez en la que no tenía que fingir ser perfecto, ni amable, ni delicado. A Jaejoong podía tratarlo como su ánimo estuviere y dudaba que una persona hubiese visto sus mayores defectos como el lo hizo y aun así aceptarlos e incluso categorizarlos como lindos, solo él podía hacer que aquello que tanto se esforzaba porque los demás no descubrieran, saliera a flote con total naturalidad.

Incluso sus más oscuros deseos, él podía cumplirlos como si fueren la cosa más normal del mundo. Ya que a su lado no había limites, a su lado…

— ¿Changmin—San, estas escuchando?— El nuevo director de su drama lo había llamado en repetidas ocasiones, y al verlo perdido en su nube de pensamientos, lo movió hasta hacerlo reaccionar.

Changmin hundió la cabeza avergonzado, percatándose de que todas las miradas en la mesa estaban dirigidas hacia él.

—Lo lamento— se disculpó, dando una reverencia y tratando de concentrarse de nuevo en el guion—

—Si hoy es un día difícil para ti, podemos esperar un poco más— aseguró el director palmeándole la espalda— Has tenido mucho trabajo últimamente, debes estar agotado.

Changmin se negó a posponer la lectura y aseguró que solo estaba un poco distraído por problemas personales e inmediatamente trató de fingir que había recuperado la línea de la reunión. El director suspiró volviendo a explicar lo que el no pudo escuchar producto de su ensimismamiento y todos parecieron moverse del tema rápidamente.

Cuando finalmente la lectura del guion culminó, Changmin pudo respirar aliviado. Arrastró los pies hacia la sala de espera donde su manager aguardaba para llevarlo a casa.

—Changmin—ah —le recibió el mayor con un tono conciliador, Changmin levantó la mano en señal de protesta—

—Ahora no quiero un sermón Hyung, te lo ruego—

El hombre mayor bufó levantándose del sofá y tendiéndole un cargado café el cual Changmin aceptó gustoso, tomando todo el contenido de un sorbo y siguiendo al manager por el pasillo que continuaba insistiendo en que debía tomar al menos un día de vacaciones. Al ver que Changmin parecía no prestarle demasiada atención, el hombre mayor le tendió un trozo de papel el cual Changmin miro extrañado:

— ¿Qué es esto?—

—Cuando estaba en Yokohama recibí una llamada de este tipo repentinamente —mencionó casualmente— Me tomó por sorpresa. Luego me di cuenta que ese día por su tour de conciertos daría uno en esa ciudad. El mencionó que me había visto en el aeropuerto y que por eso se decidió a llamarme —sonrió— El preguntó si tú también estabas en la ciudad, cuando le dije que no, parecía bastante decepcionado.

Changmin tragó saliva sin percatarse, dándole una mirada al trozo brillante de papel que correspondía a un boleto de entrada a uno de los conciertos del tour de Fearless, el mismo que se daría en un par de horas, en Tokio.

—No entiendo que pasó entre ustedes, pero es la primera vez en muchos años que te veo tan relajado alrededor de alguien —aseguró, apretando el hombro de su cliente— Nunca te mezclas con personas que no te convengan, eso te limitó de tener amigos y ser sociable, y eso en parte es por mi culpa. Te has estado esforzando desde muy pequeño por esto, y temo que algún día en verdad te quedes solo.

El manager suspiró rascando su nuca suavemente, continuando poco después.

—A pesar de que dimitías mucho de Jaejoong—Sshi al principio, parecías muy cómodo alrededor de él y eso me hacía sentir tranquilo. Pensé que finalmente dejarías de estar tan solo en este país. Él me dio este boleto ese día cuando nos citamos, no me lo pidió directamente, pero sé que esperaba que te lo entregara cuando te viera. De otro modo, no había razón por la cual estuviera tan ansioso por citarse conmigo.

Changmin levantó la mirada hacia su manager bastante confundido. Apretó el trozo de papel en sus manos.

—No tenemos nada que ver ya, ese tipo y yo— aseguró, devolviendo el boleto a su manager inmediatamente— No hagas cosas estúpidas ni asumas por tu cuenta algo que jamás sucedió—

Changmin rápidamente aceleró el paso hasta el estacionamiento. El manager lo alcanzó cuando entró al auto y tomo el lugar del conductor, encendió el auto, observando de reojo como Changmin se encogía en su asiento.

—No hay forma de que un hombre de mi edad vaya un concierto de rock, desentonaría completamente —aseguró burlonamente, colocando el boleto en la parte posterior del espejo retrovisor al interior del auto — Si no la quieres, está bien. Tu agenda inicia al medio día mañana, trata de dormir bien o estarás completamente desenfocado como hoy.

Sin más que decir el manager guardó silencio y Changmin también lo hizo, condujeron en ese mismo silencio hasta que aparcaron en el apartamento donde este último subió a casa sin despedirse. El manager suspiró ante la actitud tomada por su cliente, dejando las llaves del auto en el buzón y preparándose para tomar un taxi, sospechando que sería necesario dejar el auto en casa por esa noche.

[…]

Changmin había intentado dormir con desesperación inmediatamente llegó a casa pero no lo había conseguido. Daba vueltas en la cama recordando atentamente la conversación que tuvo con su manager, estaba bastante afectado por las repentinas noticias que había recibido de Jaejoong.

Su mente estaba enfocada en el trozo de papel que aguardaba en su auto y la necesidad de ir a buscarlo y tratar de enfrentar de una vez por todas estos agobiantes sentimientos parecían incitarlo cada vez más. Tal vez si veia su rostro una vez podría comprobar si solo estaba molesto por la forma en como concluyó su relación o si en verdad había logrado enamorarse de ese idiota.

Changmin no creía en esas estúpidas fantasías románticas de las que solían hablarse en los dramas y en las películas, pero si en verdad sentía algo por ese tipo, por remoto que fuera, lo comprobaría si cruzaban caminos una última vez, no alejándose de él como continuaba haciéndolo desde entonces.

Al menos verlo,  así fuera a la distancia a la que un fanático podía hacerlo.

Rápidamente se levantó de la cama, cubriendo su desnudez con par de Jeans y una campera gris, la cual escogió debido al lluvioso clima de esa noche.

Se miró en el espejo fugazmente. Luego del último drama había perdido bastante peso, su piel ya no se veía tan luminosa y las ojeras de las últimas noches de sueño perdido seguían frescas en su cara, aun así, puso su mejor empeño por no verse tan demacrado, se quitó las lentillas y se puso los lentes con los que solía camuflarse a menudo.

Se dirigió a la salida no sin antes retraerse en sus pensamientos por la tontería que estaba haciendo, pero volvió a tomar fuerzas cuando sentía que esta era la única forma de superarlo de una vez por todas.

Llegó al auto palmeando sus bolsillos y maldijo cuando se percató de que no tenía las llaves, pensó en llamar a su manager para pedírselas, pero aquello seria directamente revelar hacia donde se dirigía y en verdad no lo deseaba. Estaba a punto de tomar aquello como una señal de que debía echarse para atrás, hasta que observó el buzón con detenimiento y recordó que su manager solía dejarlas allí cuando no le abría la puerta en la mañana o estaba demasiado apurado como para entregárselas.

Abrió el buzón encontrando las llaves para su alivio y las tomó, subió al auto y se encaminó inmediatamente hacia el lugar del concierto.

[…]

El lugar estaba repleto en el interior. Las fans parecían ansiosas, agitando los lighsticks de color rojo en el aire, ocasionalmente gritaban el nombre de la banda o de los miembros. Hacía mucho frio afuera y ya estaba lloviendo por lo que inevitablemente Changmin se había empapado y había perdido su ubicación frente al escenario, se resignó a quedar muy atrás gracias a haber ingresado tan tarde al estadio.

Los guardias no iban a dejarlo entrar, pero tuvo que usar su carta de celebridad para que le dieran el acceso, después de todo, conocía a la banda y había trabajado de cerca con el líder de ella por un buen tiempo, o esa era la excusa que había sacado.

Se sentó en su banca desentonando completamente con la festiva alegría de las fans. Esperaba con el corazón inquieto, observando las luces que eran encendidas y apagadas en el escenario causando mucha más ansiedad en el grupo amotinado al frente. Las mujeres alrededor se daban cuenta de su extraña presencia, pues aun empapado, despeinado y encorvado, Changmin seguía siendo inevitablemente guapo, siendo la atención de las féminas que merodeaban alrededor tratando de acercarse.

Finalmente se escuchó un ruido fuerte, las luces del escenario parpadearon y las fans se levantaron de sus asientos entonando un grito histriónico. En medio del caos, las luces y los gritos, el sonido de la guitarra eléctrica retumbó y Jaejoong surgió levitando desde el cielo mientras sonreía saludando a todos enérgicamente. Changmin observó pasmado su figura sostenida en el aire por un delgado tubo de acero, viéndose despampanante en un abrigo felpudo con nada por debajo de este, luciendo su brillante cabello… rubio.

— ¡Buenas noches, Tokio!—Gritó y el público saltó exaltado vitoreando su nombre—

Changmin se quedó perplejo en su sitio con su corazón retumbando incansablemente en su garganta. La banda se unió en un pesado sonido y la tonada de la primera canción comenzó a escucharse, adornada con la poderosa voz de Jaejoong. Changmin se vio obligado a ponerse de pie después de un rato, dejándose vencer inmóvil por el hechizo que esa voz y esos movimientos podían provocarle.

Hace un año Jaejoong era solo un músico amateur cantando en un club cualquiera, hoy era todo un artista, capaz de llenar incluso un estadio, siempre con la misma vibrante confianza y su casi atrevido galanteo.

La diferencia entre entonces y ahora, era que ahora Jaejoong no podría inclinarse sobre el escenario y besarlo en medio de un público enardecido como lo hizo entonces, ahora Changmin era solo uno más entre la multitud de personas que coreaban sus canciones, tan pequeño como un grano de arena.

Aquella revelación lo hizo sentir angustiado, al ver la forma como sus ojos no podían apartarse de su sonrisa, del mover de sus manos o de los labios que suavemente se movían en torno a una palabra. Labios que una vez fueron suyos y que quizás nunca más lo serian ahora.

Suspiró, levantando la capucha de su campera y ocultándose en la oscuridad de su propia pesadumbre, descubriendo algo que ya sabía con anterioridad, que era un total y completo idiota.

Para aumentar su desazón, Jaejoong se restregaba vigorosamente contra los miembros de su banda, al punto de molestarlo. Él conocía a los miembros de fearless y sabía de antemano que absolutamente nada pasaba entre ellos, pero sus ojos no dejaban de observar con pesadez lo que sucedía en el escenario.

Al público parecía encantarle pues vitoreaban por más acercamientos y conforme el concierto avanzaba estos se daban con más frecuencia y más íntimos que antes.

Changmin no podía entenderlo, pero recordó vagamente que Jaejoong le había dicho que ningún hombre hetero soportaría esas interacciones entre ellos, por ello su banda estaba compuesta por hombres con la misma tendencia sexual de Jaejoong.

Convencido de ello, suspiró tratando de disfrutar lo que restaba del concierto.  Su convicción duró exactamente lo que tardó Jaejoong en tomar a Aoda por el cuello y estampar en su boca un tremendo beso que dejó sin aliento a medio público presente, que seguidamente rugió exaltado.

Aquello había sido demasiado para soportar, Changmin se movió en medio del tumulto, ajustando sus lentes para evitar que se cayeran y salió del estadio. Estaba seguro de que había conseguido su objetivo al venir a este lugar y comprobar lo que sucedía consigo mismo, por ello se encaminó a su auto en cuanto pudo abandonar el recinto.

Condujo distraído el resto del camino. La noche estaba horriblemente lluviosa por lo que mantuvo la velocidad lenta, convencido de que no quería llegar a casa temprano.

Poco después se detuvo en un bar en medio de la avenida, aparcó su auto y lo primero que hizo al entrar al local fue pedir una cerveza, que era lo que más necesitaba en este momento. La amable mujer que lo recibió le tendió la botella agregando algunas nueces a su pedido, alejándose poco después.

Changmin suspiró maldiciendo esa noche y a la misma vida por recordarle con cualquier pequeño detalle, una vez más, que había sido un idiota.

[…]

El concierto culminó cercano a la medianoche. Los miembros de la banda ya habían abandonado el escenario,  sin embargo el público seguía vitoreando afuera entusiasmado. Los cuatro miembros caminaban despacio, empapados en sudor luego de aquella agotadora contienda. Jaejoong respiraba sintiendo los pulmones arder después de mucho tiempo. Era una noche fría y se había esforzado por ser el primer concierto en Tokio después de casi un año. Estaba listo para ir a casa y dormir por lo menos tres días a partir de hoy, después de todo, finalmente habría vacaciones para todos.

—Al final no se apareció ¿uh? —murmuró, pasando una toalla de cara por su empapada nuca. Suspiró desplazándose cada vez más lento hacia su camerino.

Había puesto todas sus esperanzas en ese pequeño trozo de papel que le había entregado al manager de Changmin hace varios meses, pero tales esfuerzos parecieron en vano. Incluso espero fuera del estadio desde muy temprano para interceptarlo por si Changmin llegaba a aparecer, pero incluso 15 minutos antes de que el concierto comenzara y ya todos estuvieran adentro, no había la más mínima señal de Changmin.

Jaejoong aun recordaba aquella desastrosa noche con pesadumbre. La primera noche en que dejó de confiar en sí mismo y acorraló a Changmin hasta hacerlo huir despavorido. No podía decir claramente que lo impulsó a hacer tal estupidez como intentar confesarse apresuradamente en un momento tan impropio, simplemente no quería permitir que el hombre se escurriera entre sus dedos y acabara todo como finalmente acabó.

Changmin estaba asustado, él podía verlo claramente en sus ojos ese día, por eso satirizaba de esa forma dejando entrever sentimientos que en verdad no tenia, pero en ese instante, el filtro de Jaejoong se rompió y dejó que su boca tomara el control hasta permitir que el miedo se apoderara también de sí mismo. Había guardado aquella confesión para el momento indicado, si tan solo hubiera esperado más… quizás…

Pero ya no valía de nada el condenarse más por eso,  Changmin parecía distanciarse cada vez más y ya parecía imposible el poder alcanzarlo.

Todos los sentimientos y los cambios que poco a poco pudo percibir en él conforme su relación se hacía más íntima, podían simplemente no existir ahora y aquella idea de atraerlo dando el primer paso no resultó como esperaba. Ahora estaba en el punto de inicio, tratando de pensar claramente cuál era el siguiente camino a tomar para que Changmin no huyera asustado otra vez.

Mental y físicamente agotado, se metió a la ducha del camerino y se dio un largo baño hasta dejar que todas sus preocupaciones se desvanecieran. Ya pensaría mañana que hacer, ya encontraría otra forma se acercarse a Changmin, calmadamente.

Cuando hubo terminado el baño, Jaejoong se vistió con ropa cómoda y empacó sus cosas para ir a casa, finalmente, luego de meses de vivir en hoteles. Los miembros de la banda se habían ido hace mucho a celebrar con el staff, y él se escabulló, alegando que estaba demasiado cansado para ello.

Mientras se desplazaba hacia el estacionamiento, un guardia de seguridad se le acercó para escoltarlo hasta que subiera el auto, ya que últimamente las acosadoras estaban aumentando en número.

—Fue un gran concierto hoy, Jaejoong—san— expresó amable el guardia. Jaejoong se inclinó brindándole  una sonrisa—

—Gracias por el trabajo duro, igual— Mencionó. El guardia se sonrojó, diciendo que no había sido nada—

Jaejoong lo observó distraídamente, notando una carpeta que llevaba abrazada a su pecho con recelo, el objeto no tenía nada especial exceptuando por una firma inscrita en ella, por lo que Jaejoong se acercó un poco más hasta alertar al guardia, que retrocedió alarmado.

— ¿Sucede algo?— preguntó, mirando hacia el lugar al que Jaejoong miraba con tanta atención—

—Es solo que… esa firma— Jaejoong apuntó el lugar marcado en el trozo de plástico—

El guardia pareció caer en cuenta y sonrió de inmediato.

— ¿No es genial? —expresó animado, tendiéndole al cantante la carpeta donde claramente se veía la firma de Changmin— Entró vestido muy casual, diferente a como estoy acostumbrado a verlo en la TV, por eso no lo creí hasta que se quitó los lentes ¡Es tan guapo! Mi esposa es una súper fan como yo, así que antes de dejarlo pasar le pedí un autógrafo y el me lo dio gustoso, es un chico amable y tan alto… ¡Si tan solo mi hija fuera un poco más joven!

Jaejoong abrió los ojos asombrado a lo que el hombre decía, sintiendo su corazón detenerse por un momento.

—Quiere decir que… Changmin… Shim Changmin ¿entró al concierto?—

—Lo hizo. Justo antes de comenzar—respondió el guardia— Pobrecillo, estaba empapado —murmuró, pareciendo preocupado— Creí que se acercaría a los camerinos después del concierto y los saludaría, pero salió como una hora antes bastante apresu…. etto ¿Jaejoong—san?

Jaejoong detuvo su charla con el guardia, devolviéndole la carpeta y se apresuró a su auto de inmediato. Un grupo de fans que lo esperaban se amotinaron alrededor de su auto y trataron de cerrar su camino, pero Jaejoong las obligó a apartarse inmediatamente hizo rugir el motor de su auto.

Rápidamente tomó su teléfono y lo colgó en su oído, esperando impaciente a que el tono de llamada conectara.

— ¿Hola?—

— ¡Hyung! —Le llamó apresurado— Siento la molestia pero debo pedirte un favor urgente, necesito que…

—Hasta que por fin te has decidido —interrumpió— te enviaré la dirección en un mail. Tiene agenda a partir del mediodía, así que soluciónenlo esta noche.

Jaejoong se quedó mudo, deteniéndose en un semáforo bruscamente mientras escuchaba las risas al otro lado del teléfono.

— ¿C—Como?—preguntó completamente sorprendido—

—Conozco a Changmin más de lo que él cree que lo hago. Manejo todas sus cuentas y teléfonos para evitar hackeos y filtros de información y estoy a su pendiente al menos las 24 horas. Y ustedes chicos no fueron precisamente discretos. Ni en Tokio, mucho menos en Seúl—

—Q—Quiero decir, Hyung ¿no estás en contra?—

—He estado en este medio lo suficiente como para no sorprenderme de estas cosas, lo que no permitiré es que el público se entere. No se por ti, pero esto no le convendría a Changmin para nada, así que tengan cuidado.

—H—Hyung…—

—Ahora que estas en la cima de tu carrera deberías conseguir un manager, tengo buenos contactos y si lo necesitas estaré a tu disposición. Puedo cubrirlos cuando quieran, así que piénsalo. Llámame para invitarme un trago la próxima vez ¿sí? Suerte… ah, lo olvidaba, no se te ocurra mencionarle esto a Changmin, el seguirá creyéndolo un secreto hasta su muerte, y yo necesito que este concentrado a mi alrededor.

Jaejoong rio aceptando aquella condición y colgando la llamada, un par de segundos después recibió el mail donde el hombre mayor le indicaba la forma de llegar a la casa de Changmin. Jaejoong no perdió tiempo, acelerando el motor mientras guardaba el teléfono en su bolsillo.

 Aun no estaba seguro de que le diría a Changmin o si este último en verdad estaría dispuesto a escucharlo, lo único que sabía en este momento, es que la confesión que estuvo atorada en su garganta por un año, finalmente seria escuchada por quien deseaba.

[…]

La lluvia que había comenzado como simple chispeo ahora caía furiosa sobre toda la ciudad, Changmin miraba perdido el cielo negro de la noche empapar las calles de agua hasta el tope. Las personas corrían despavoridas y se amontonaban en el interior del lugar en el que estuvo desde hace dos horas. Una cerveza se había convertido en veinte y ahora, medianamente borracho se sentía capaz de dar vuelta a la página en la que estuvo estancado todo este tiempo.

Suspiró, ajustando la capucha de su campera y levantándose tambaleante de su mesa, cancelando a la dueña lo que consumió de esa noche.

Estaba demasiado tomado pero no lo suficientemente inconsciente como para conducir en ese estado a casa, mucho menos con la lluvia que caía a cantaros, por eso había dejado un abono extra para que cuidaran su auto esa noche en el Izakaya, enviándole un mensaje a su manager para que fuera recogerlo de camino a su casa mañana.

Ya se encontraba cerca, por lo que se aventuró a caminar a pie hasta llegar, deduciendo que sería imposible encontrar un taxi con semejante clima. Ya estaba empapado de todos modos, un poco más de agua no iba a hacerle daño.

Pero la lluvia solo se hacía más intensa conforme avanzaba y las pesadas gotas de agua golpeaban su espalda sin ningún tipo de cuidado, por lo que aceleró el paso hasta finalmente ver la sombra de su edificio a la lejanía.

Arrastró los pies por la entrada, tanteando sus pantalones para tratar de sacar las llaves, encontrándolas en el fondo del bolsillo, el cual estaba empapado y hacía difícil que pudiera meter la mano para sacarlas. Finalmente lo consiguió, dejándolas caer torpemente al tiempo que maldecía inclinándose a recogerlas.

Subió las escaleras casi cayendo a tropezones cuando se percató de la silueta que descansaba acurrucada en una esquina de su puerta por lo que creyó que los efectos del alcohol le estaban golpeando tardíamente al creer por un instante que era Jaejoong que se encontraba dando un concierto no muy lejos de ahí.

De seguro se trataba de un simple gato refugiándose de la tormenta:

—Maldición—murmuró pesadamente— ¿Hasta cuando voy a seguir alucinando? — Finalmente pudo introducir sus llaves en la cerradura, usando su pie para apartar aquello que bloqueaba su puerta, impidiéndole la entrada— Fuera, gato callejero, necesito dormir…—

Changmin se congeló cuando lo que creía era un gato se puso de pie y le habló:

— ¡Duele! ¡No me patees porque si!— Espetó enfurruñado— Dios, hace un frio de mierda, abre la puerta de una puta vez.

Jaejoong se abalanzó sobre la puerta, cubriendo la mano de Changmin con la suya y dio la vuelta al picaporte hasta que cedió. Aun sin pestañear, Changmin observó como el chico se apresuraba al interior de su apartamento, quitándose el abrigo y los zapatos arrojándolos en el piso del genkan. Sin el abrigo, Jaejoong dejaba ver la ceñida camiseta que se pegaba a su cuerpo como una segunda piel.

—Changmin —le llamó, Changmin pareció recobrar un poco el sentido entonces, levantando su vista hacia el— Necesito algo para secarme ¿Dónde está tu baño?— Aun descolocado, Changmin señaló la puerta que conducía el baño y Jaejoong se perdió en esta inmediatamente— Thank You—

Changmin frunció el ceño aun de pie, con un aguacero torrencial cayendo a su espalda. Se dio la vuelta hasta asegurar la puerta de entrada y arrastró los pies por el pasillo hasta llegar a la sala, donde se dejó caer pesadamente en el sillón, escuchando el ruido de la ducha poco después.

—En verdad… está aquí… —murmuró, pasmado—

Alrededor de 15 minutos después, Jaejoong salió del baño con una toalla alrededor de su cuello y vestido con lo que parecía ser la ropa de dormir que el manager de Changmin dejaba ocasionalmente cuando pasaba la noche allí. El manager era unas tres tallas más ancho que el delgado cantante, por lo que este debía esforzarse en sostener los pantalones para que no se le cayeran.

Changmin lo observó pasear alrededor del pasillo de la entrada en su búsqueda, hasta que lo halló en la sala y se aproximó, inclinándose y colocando una toalla en su cabeza comenzando a frotar enérgicamente su pelo.

—Empaparás el sillón— avisó, levantando el rostro de Changmin solo un poco hasta enfrentar su mirada— Y de paso te resfriaras, toma un baño—

Jaejoong observó con ojos curiosos aquel rostro delgado carente de color y los enormes ojos castaños que lo miraban fijamente, escondiendo un poco de confusión y molestia. Las pestañas de Changmin eran muy largas por lo que curiosamente algunas gotitas de agua se habían acumulado en ellas, haciendo brillar sus ojos con la luz de luna que pobremente entraba por la ventana, capturando su atención de inmediato. Esos labios delgados, curvados y pálidos lo estaban llamando, e inconscientemente Jaejoong tragó saliva ante la lluvia de imágenes pervertidas que se amotinaron en su cabeza.

En verdad lo deseaba, pero aún no estaba seguro si su poder de seducción aun tendría algún efecto en este hombre rígido que ahora lo miraba sin mirarlo. Antes podía atacarlo porque sentía el deseo venir de Changmin, pero ahora, la mirada cristalizada de este no le trasmitía absolutamente nada.

Changmin apartó con suavidad las manos que asían su rostro y bajó la mirada tratando de secarse por sí mismo. Jaejoong lo entendió y dejo que sus manos cayeran inertes a sus costados.

— ¿Cómo demonios llegaste aquí? —Preguntó Changmin en un considerable tono cortante, sin embargo Jaejoong no se inmutó, alejándose hasta encontrarse con la chimenea la cual comenzó a encender sin preocupación alguna.

—Digamos que investigue un poco —mencionó con burla— Mi título de acosador no lo obtuve gratis —volvió a reír, esta vez en voz alta—

Changmin no parecía nada agraciado con aquellas bromas flojas, suspiró hoscamente terminando de batir su cabello y levantó la vista fugazmente hacia la espalda de Jaejoong, mientras este último trataba de deducir el funcionamiento de la chimenea.

Jaejoong se hallaba en cuclillas, con el pelo húmedo y enmarañado, vistiendo aquella ropa ridículamente ancha. Quien lo viese ahora se confundiría, asegurando que no podría ser el fashionista Kim Jaejoong que tantos elogios recibía de la prensa por su cuidado aspecto.

Finalmente Jaejoong pudo encender la chimenea, iluminando aquella sala con la brillante luz anaranjada del fuego y estiró las manos hacia la llamarada, completamente feliz.

—Calor, que bien—ronroneó—

Changmin rio quedamente ante aquella acción. No podía creer que el tipo por el que estuvo en vela el último año llegara pasivamente a su lado con su despreocupada e irritante actitud de siempre, como si las cosas no hubieran concluido de aquella forma tan espantosa.

Solo podía reírse porque una parte de su subconsciente aun creía que esto se trataba de un maldito sueño y que cuando despertara la realidad iba a ser sofocante.

Para cuando volvió a levantar la vista Jaejoong ya no se hallaba frente a la chimenea, ahora se encontraba en el suelo, a un palmo de su cuerpo con una indescriptible y seria mirada en su rostro, observándolo con esa profundidad característica que provocaba la sensación de vacío en la boca de su estómago.

El que él siguiera provocando esas sensaciones desconocidas lo irritaban un poco.

— ¿Por qué estás aquí, Jaejoong? —preguntó directamente, tirando a un lado la toalla y concentrándose en esa mirada profunda—

—Quien sabe —respondió Jaejoong— Estoy tan cansado que preferiría dormir, pero algo en mi interior me dijo que si no me acercaba ahora probablemente sería demasiado tarde mañana.

Changmin apretó los dedos de sus manos, sonriendo un poco mientras echaba la cabeza hacia atrás. Su cuerpo se sentía pesado, como si una carga de 100 kilos se amontonara a su espalda haciéndolo sentir doblegado, aun no tenía la fuerza suficiente como para enfrentar a Jaejoong, ni siquiera estaba en el uso completo de sus sentidos pues el alcohol seguía revolviendo su cabeza. Sin embargo, no tenía más opciones que escuchar y observar el ritmo que tomaría la conversación a partir de ahora.

— ¿Qué es lo que esperas de mí?— alegó de nuevo, deslizándose por la suave superficie del sillón— ¿Qué es lo que esperas al entrar de esa forma a mi casa?

Jaejoong desvió la mirada un segundo y luego suspiró.

—Antes de hablar de eso, tenemos un asunto que aclarar— Anunció, acercándose hasta el sofá y sin ningún tipo de esperas sentándose sobre el regazo de Changmin. Changmin no opuso resistencia al sentir el peso presionar sus muslos— Debo evitar que tu mastodóntico orgullo te domine y termines diciendo estupideces que me hagan enojar.

Changmin frunció el entrecejo bastante agotado como para discutir y dejó que Jaejoong comenzara a hablar.

—Yo lo había dicho ya ¿no? Logro comprender las acciones de las personas aun sin que me digan nada, por eso de alguna forma sabía que estaba arrinconándote esa noche —musitó en tono bajo. Una de sus manos fue a parar a la mejilla de Changmin— Pero, yo también estaba desesperado. Estaba seguro que no decías todo eso en serio pero lo que escuchaba no lograba asimilarlo de esa forma. Por eso hice lo que hice.

—Jaejoong— le llamó Changmin, pero Jaejoong se inclinó sobre su hombro, negándose a mostrar su rostro—

—Yo lo he sentido antes, la incertidumbre de no saber qué hacer contigo mismo sin entender tus propios sentimientos, me enfrenté a algo igual cuando me comenzaste a gustar. A pesar de saber eso, también dije estupideces. Estaba presionándote como un idiota y no te dejé tiempo para respirar por eso… —suspiró— No puedo decir algo distinto a “no quiero rendirme contigo…” o más bien “Nunca me rendí”

Jaejoong se irguió sosteniendo el rostro perplejo de Changmin entre sus manos, sonriéndole.

—Sé que me mostré como el tipo de persona que no hace caso a tus reclamos, que solo estaba jugando contigo, tomando esta tontería como algo pasajero. Nada de eso era así, pero te hice creer que en verdad no me importaba, para protegerme. Sin embargo, esa noche sentí que estabas hablando en serio, por eso perdí mi falsa mascara de indiferencia y te forcé a escucharme. En verdad lo lamento, imponerte mis sentimientos no era la forma adecuada de acercarme a ti sabiendo que esto era un sentimiento nuevo para ti. Pero no me dejaste salidas, antes de darme cuenta, el tiempo del trato había transcurrido y lo sentía insuficiente… por eso…—

Changmin desvió la vista de los ojos que se mantenían clavados en su rostro y apartó las manos que se cernían contra sus mejillas. Su corazón tamborileaba inquieto en el pecho, era incapaz de creer que en verdad estaban hablando de todo esto con tanta calma.

Sí, eso quería decir que Jaejoong todo este tiempo estuvo siguiéndole el juego y ahora decía esas cosas causando aún más confusión en su interior. Aun cuando siempre lo sospechó, eso no justificaba su propia actitud cobarde de entonces y las cosas tan crueles que le dijo en ese momento.

—Yo soy muy malo para estas cosas —expresó sincero, concentrando su mirada en la puerta de la entrada— Soy del tipo de persona que está acostumbrada a guardar las apariencias, fui criado así, por eso irremediablemente te lastimaré —suspiró, dándose el valor para enfrentar aquella mirada finalmente— Yo… no puedo ser como tú, Jaejoong, no puedo andar por ahí diciendo libremente que eres mi amante, ni tomarte la mano en público y si se da el momento, seguro negaré que tenemos algo que ver. Soy así de despreciable, por eso simplemente no pierdas el tiempo conmigo. Yo no puedo darte lo que tú quieres de mí. Tú necesitas un hombre que sepa manejarte y se pare orgulloso a tu lado, mostrándote como algo valioso, lo único que yo hice fue hacerte sentir como basura. Tu eres… demasiado para mí.

Jaejoong inclinó el rostro pareciendo resignado ante aquellas palabras, sin embargo fue Changmin quien ahora uso sus palmas para levantarlo y enfrentar su mirada.

—Sin embargo, no quiero que te alejes de mí, por eso, como el ser despreciable que soy te daré a escoger— Changmin se inclinó dejando un beso superficial en los labios de Jaejoong, y se alejó de  nuevo cerrando sus ojos— Esta noche… si duermes conmigo esta noche, no nos volveremos a ver nunca más.

La brisa de la tormenta tomó fuerza golpeando las ventanas y haciéndolas temblar, un relámpago retumbó en el cielo mientras las gotas furiosas se precipitaban sin clamor estrellándose contra el suelo.

Changmin apretó sus dedos contra el rostro que sostenía firmemente, tratando de dar la misma firmeza a sus palabras.

—Pero, si regresas a casa ahora, mañana tomaremos un café, podremos ir al parque o salir a tomar una copa. Si lo haces, seremos amigos. Puedo prometerte que estaremos juntos… como amigos— Changmin trató de sonreír para suavizar un poco sus palabras pero no lo consiguió, retrayéndose de inmediato— lo que te pido es demasiado egoísta… así que…—

—Tienes razón, lo que me pides es egoísta y miserable— aseguró Jaejoong, dejando sus dedos enterarse en el cabello húmedo de Changmin— Por eso sabes que no puedo tomar la segunda opción, así que seré sincero contigo —sonrió atrayendo el cuerpo del otro hacia el suyo, chocando su boca bruscamente, sorbiendo de su interior en un hambriento beso— Yo no sirvo para cumplir promesas. Creo que eso lo sabes de sobra.

Los ojos de Jaejoong centellaban como el fuego, siempre juguetones, confiados, altivos, como un travieso niño imposible de disciplinar.

—Estoy enamorado de ti desde mucho antes de proponerte esa tontería. Pensé que tarde o temprano cederías ante mí y nunca imaginé que en verdad ibas a alejarte después de que el plazo se cumpliera. Yo tampoco pensé que me engancharía contigo de este modo —Sus manos se ciñeron en los hombros de Changmin, deslizando la cremallera de su campera— Por eso seguramente me acostaré contigo hoy y mañana, y luego de eso. Ser solo tu amigo es algo que no está ni remotamente cercano a mis intenciones, exigirme que no te toque y permanezca como tu amigo es una estupidez. Yo te deseo, cada poro de mi cuerpo te lo dice, saltaré encima de ti inmediatamente nuestras miradas se crucen.

A pesar de que Changmin estaba habituado a las repentinas e inescrupulosas confesiones de Jaejoong, esta vez le tomaron por sorpresa.

—Pequeño idiota— murmuró, alejando las manos que se ceñían peligrosamente contra su cintura— Estoy siendo serio aquí.

—Yo también— aseguró Jaejoong, sosteniéndose de rodillas en el sillón y deslizando su propia camiseta hasta arrojarla en el suelo— Puedes negar que somos amantes, despreciarme delante de los demás y usarme solo para tener sexo, de todas formas me gustas así, no es nada diferente a lo que hemos sido todo este tiempo —Jaejoong se levantó usando sus brazos para arrastrar el cuerpo Changmin hacia el suelo donde fijó sus manos a lado y lado de su cabeza— Una relación entre dos hombres requiere limites, si mi limite es que seas mío entre cuatro paredes debo aceptarlo así. Lo único que no puedes pedirme jamás, es que me aleje de ti. Porque no lo haré.

Jaejoong se inclinó tomando el lóbulo de la oreja de Changmin y apretándolo fuertemente entre sus dientes. Changmin se quejó usando sus brazos para apartarlo mientras revisaba si había arrancado algún trozo, afortunadamente no había sido así.

—Te metiste con la persona equivocada, Shim Changmin. Esta vez, te estoy diciendo directamente que te acechare con todas mis fuerzas, lo quieras o no— Jaejoong sonrió apartando bruscamente la campera de Changmin hasta revelar el húmedo pecho que se escondía debajo, paseó sus manos hasta enterar sus uñas en el marcado abdomen, terminando por desabrochar el cinturón atado a sus caderas.

—Espera… ¿Qué crees haces?— preguntó asustado Changmin, tratando de mantener su cuerpo en su lugar, pero no había nada que pudiera esconder de esos malditos ojos persuasivos—

—Voy a hacerte el amor— Aseguró sonriente Jaejoong tomando la mano que pretendía detenerlo y mordiéndola con fuerza, hasta que una fila de sus dientes quedó perfectamente marcada en la piel— No pierdas el tiempo resistiéndote pues no servirá de nada, cariño.

Changmin palideció al ver como su cinturón terminó atado a sus muñecas, asiéndolas firmemente por encima de su cabeza. Jaejoong se sentó sobre su estómago para impedir que se moviera en resistencia, inclinándose hacia adelante para así morder sus labios herméticamente cerrados.

—Jaejoong… ¡Estas mierdas sadomasoquistas no me gustan para nada! —Gruñó Changmin tratando de forzar el fuerte nudo en sus manos, consiguiendo solo lastimarse con la gruesa correa de cuero— ¡Quítame esto! ¡Joder, esto no es divertido! ¡Aún no hemos terminado de hablar!

—Terminó. Ya conseguí que dijeras lo que quería escuchar y te deje en claro mis intenciones. Estamos a mano.

— ¡Yo no he dicho un sí o un no!

—Dios, si esperara a que me dieras una respuesta concisa nunca hubiéramos llegado tan lejos.

— ¡Te dije que no me gusta!

—Que malo, dices que no te gusta pero hay una parte de ti que me demuestra todo lo contrario— murmuró burlescamente Jaejoong, apretando el sexo que se erguía vigorosamente bajo sus manos— Conmigo no tienes que hacerte el tímido, yo sé exactamente lo que le gusta tu cuerpo —suavemente apretó entre sus dientes la mejilla de Changmin, provocando otro gruñido de protesta— Lo conozco muy bien.

Changmin trató de morder sus labios para contener el inminente jadeo de placer que se avecinó cuando Jaejoong continuó bombeando su sexo enérgicamente, se hallaba perplejo al verse a sí mismo reducido a esto luego de la tibia conversación de hace unos minutos. No podía entender que era lo que buscaba el tipo con cada accionar, diciéndole un momento que estaba enamorado y luego derribándolo y sodomizándolo en otro segundo,  sabía que decirle “no” era solo un aliciente para que continuara adelante.

—Maldi…ción— Ya incapaz de contenerse, sus caderas se movieron temblando ante el bombeo y las caricias repartidas por su pecho. Todo era tan rápido que sentía la necesidad de levantarse del suelo y correr pues las náuseas le hacían revolver el estómago— Voy a… —murmuró quejumbrosamente.

Jaejoong aceleró el movimiento de su mano comenzando a desabrochar sus propios pantalones, dejando salir su propio miembro despierto, comenzó a acariciarse a sí mismo.

—Adelante, córrete— le ánimo, inclinándose por sobre sus labios pero Changmin apartó el rostro bruscamente— ¿Qué sucede?

—No… voy a vomitar— Anunció, apartando el rostro una vez más—

Jaejoong inmediatamente se detuvo, poco después levantó a Changmin del piso y lo condujo al baño, deshaciendo la atadura de sus manos para permitirle inclinarse sobre el retrete, donde Changmin dejo salir todo el contenido de su estómago mientras Jaejoong aguardaba pacientemente en la entrada del baño.

—Demonios— se quejó— Que forma de matar el romanticismo—

Changmin dio respuesta a aquella queja con un gruñido. Se incorporó cuando sus piernas volvieron a tener fuerzas suficientes. Se acercó al lavabo y dejó correr el agua, arrojándola seguidamente a su rostro para espabilarse un poco y enjuago su boca.

Jaejoong se acercó al baño entonces, pasó sus brazos alrededor de la cintura de Changmin y pego su barbilla a la curvatura de su hombro.

—No deberías beber tanto, tienes un aguante de mierda— anunció, dejando un beso en su mejilla—

Por primera vez un debilitado Changmin detuvo sus quejas e inclinó la cabeza hacia atrás, apoyando su nuca en el hombro del desnudo del hombre a sus espaldas.

—Por el amor a buda Jaejoong, cierra el pico cinco minutos— musitó medianamente furioso. Pronto escuchó la risilla de su interlocutor y como este asía su cintura hasta arrastrarlo a la ducha, donde accionó la llave, dejando que el torrente de vaporosa agua caliente saliera por ella.

Jaejoong se detuvo debajo del chorro permitiendo que la espalda de Changmin se emparara por completo, seguidamente alcanzó el jabón y comenzó a frotar, siguiendo hasta masajear con sus dedos los tensos músculos del otro. Changmin se relajó cerrando los ojos y dejándose envolver por el delicioso olor del jabón y las suaves manos que apretaban su piel sin ninguna intensión aparente. Logrando despejar su cabeza, entró en un trance de total relajación.

Changmin pudo sentir su embriaguez esfumarse, así como las náuseas y toda preocupación anterior. Las cálidas manos que bañaban su cuerpo se sentían tan bien, tan suaves, tan grandes, tan magnificas, que prefería este a cualquier lugar en la tierra donde estar. Feliz y mimado como se encontraba ahora.

Poco a poco las inofensivas caricias de Jaejoong fueron tomando otra intención. El resbaladizo jabón ingresaba a cada lugar y las manos de Jaejoong se desplazaban por cualquier lugar que el jabón tocara, logrando en poco tiempo encender de nuevo el ánimo apagado de Changmin, que ya relajado  dejó que sus jadeos afloraran libremente mientras su sexo era estimulado de nuevo.

Fue entonces que dio la vuelta, deleitándose con el delgado y pálido cuerpo húmedo, deliciosamente excitado frente a sus ojos. Se acercó hasta acorralar la cintura de Jaejoong, atrapándolo en un hambriento beso mientras sus propias manos tomaban camino por aquel cuerpo, concentrándose en la parte media oculta entre sus muslos. Jaejoong sonrió inclinándose hasta pegar la espalda de Changmin a la pared del cuarto de baño, dejando que sus manos estrujaran firmemente los glúteos de este y respondiendo el beso que le era dado con la misma furia y necesidad.

Changmin se dejó vencer, ya más dispuesto que antes. Detuvo el chorro de agua y se dejó arrastrar por la lluvia de besos a medida que su espalda fue recorriendo la superficie pulida de la pared hasta terminar en el piso de su propia ducha. Allí, Jaejoong se inclinó hasta su pecho repartiendo besos y mordidas por su entero plexo hasta recorrer todo el camino cuesta abajo a su sexo, lo engulló sin esperas ante el gemido de sorpresa venir de Changmin.

Jaejoong no perdió tiempo, se apartó solo un instante del cuerpo de Changmin para mojar sus dedos con su propia saliva y volvió a inclinarse, introduciéndolos lentamente por la estrecha abertura que tanto había añorado volver a surcar de nuevo.

—Ngh…— Changmin se contrajo, abriendo sus piernas para permitir la caricia contra su cuerpo de mejor forma. Jadeo incontrolablemente cuando aquellos dedos fueron poco a poco tomando velocidad y la succión en su sexo se hacía mucho más rápida. En poco tiempo el interrumpido orgasmo de antes se aventuró con fuerza.

Ya incapaz de dar aviso, Changmin arqueó su espalda dejando un quejido sostenido en el aire mientras sentía la fuerza de la succión aun sin detenerse. Impresionándose cuando Jaejoong no se alejó inmediatamente.

Jaejoong se levantó solo un poco tomando firmemente los muslos de Changmin, luego flexiono sus rodillas hasta que tocaron su estómago. Su trasero quedo expuesto en una extraña posición, entonces, Jaejoong se inclinó de nuevo, vertiendo el contenido aguantado en su boca en aquella parte en la que sus dedos se enterraron hace poco.

Changmin se quejó de inmediato, asqueado y martirizado cuando sintió la lengua pasearse por aquella parte tan íntima de su ser y más aún cuando aquella lengua se hundió en el espacio entre sus glúteos. Jaejoong no solo está usando su semen, lo estaba lamiendo allí atrás. Repentinamente el rubio uso sus dedos para separar la carne de sus nalgas y succionó, un tremendo calambre viajo por toda la espina dorsal de Changmin. La sensación era una tortura perturbadora.

Simplemente no podía soportarlo.

— ¡P—Para! Eso es… ngh…no… ¡No hagas eso! —Gritó tratando de incorporarse pero ciertamente no podía— ¡Jaejoong!

—Calma —susurró Jaejoong, irguiéndose un poco hasta enfrentar aquella mirada asustadiza— Esto es solo un servicio especial —sonrió, haciendo un guiño con su ojo— te encantara, así que relájate.

—No lo hagas —amenazó Changmin— No me gusta ¡No me gusta!

Changmin frunció el ceño reafirmando sus palabras, aquel acto era demasiado sucio y denigrante, estaba demasiado lejos de la escala de cosas que le permitiría hacer a este pervertido.

— ¿Qué quieres que haga? —Refunfuñó Jaejoong— Sin lubricante te dolerá, así que esta es la única forma de hacerlo. Tomará tiempo, pero en verdad se siente delicioso.

—Entonces no lleguemos a eso— contraatacó Changmin— te lo haré con la boca, pero esto no.

—Eso me encantaría, pero dije que te haría el amor— ironizó, cruzándose de brazos— Vamos, sopórtalo un poco ¡Se un hombre!

—De ninguna maldita manera —insistió— Y ni siquiera te atrevas  a besarme con esa jodida boca sucia.

Jaejoong frunció el ceño,  ofendido.

—Está sucia con tu propio trasero— aseguró, arrepintiéndose de inmediato gracias a la mirada furiosa que le fue dedicada— Vale, vale ¿Qué propones entonces?

—Usa solo los dedos. Lo soportaré.

—Eres muy quejica y te arrepentirás —aseguró Jaejoong— de esa forma es casi igual a meterlo seco, y no, no es algo muy agradable.

—Usa el Jabón.

— ¿Estás loco? ¡Tú ano se irritará!

— ¡Solo usa la saliva entonces!

—La saliva no es un buen lubricante.

— ¡Entonces solo métela así!

— ¿Cómo demonios? No entrará y te va a doler. ¿O acaso me estás diciendo que te la has dejado meter de alguien más así? —Jaejoong apretó el tobillo de Changmin con fuerza— ¡te mataré, dijiste que no te van los hombres!

— ¡Idiota! ¡Por supuesto que no dejaría que otro imbécil me joda, solo he dormido con mujeres!

— ¡Entonces te va a doler, no lo has hecho en mucho tiempo!

— ¡Maldita sea! ¡Está bien! La primera vez que lo hicimos tú lo hiciste de esa forma —le recordó— Soy un hombre, tú lo dijiste. No me trates tan delicadamente.

Jaejoong sonrió completamente conmovido. Él había recordado algo como eso, un detalle tan insignificante, eso era demasiado dulce. Embelesado, acuno la mejilla de Changmin en sus manos. Tenía unas irresistibles ganas de besarlo pero ya le habían hecho una advertencia e incumplirla seria mecer el infierno, por lo que se retrajo, volviendo a su posición anterior, acariciando la entrada de Changmin con sus dedos.

—Lo que te hace encantador es que seas capaz de decir cosas tan preciosas sin la menor intención —afirmó, rozándose superficialmente contra la abertura apretada— Estoy convencido, Nunca te dejaré escapar. —

Jaejoong se inclinó hacia adelante, alejando los dedos de la entrada de Changmin para así introducir la punta de su sexo con lentitud.

Changmin se retrajo sintiendo el dolor puramente en sus entrañas al sentir la fuerza y el calor de aquella parte de la anatomía del otro enterrarse contra sí mismo, exhalo con fuerza sin saber de qué sostenerse para amainar el dolor, solo hasta que Jaejoong se inclinó hacia adelante hasta obligarlo a abrazarse a su espalda.

—Puedes sostenerte de mí y hacerme daño, no me importa. Aprovéchate de mí tanto como puedas— susurró a su oído, empujando firmemente contra su entrada, provocando que Changmin enterrara sus uñas sin detenimiento en su espalda, haciendo que delgados cortes abrieran la piel haciéndolo sangrar. El dolor en lugar de hacerlo retraer solo excito más el lujurioso cuerpo de Jaejoong, provocando que su miembro se engrosara.

— ¡Ah! —Changmin se estremeció, sintiendo como si estuvieran partiéndolo en dos. Pasó a morder con firmeza el hombro de Jaejoong para acallar su grito de dolor y enterró sus uñas en su carne. No había forma de que no le quedara marca después de eso— Duele… duele…olvídalo, sácala.

—Está bien, ya pasará —susurró Jaejoong, su voz tan ronca y profunda que era difícil de reconocer— Sigue haciendo eso, me gusta— sonrió, y como acto reflejo Changmin volvió a morder su hombro— ngh…

Jaejoong se movió solo un poco más y se detuvo, sabiendo que no podía adentrarse más de allí o en verdad lastimaría a Changmin. Su interior ya se sentía tirante, y su cuerpo se retorcía incómodamente. Cuando dejó de moverse, Changmin soltó el agarré en su espalda, y Jaejoong ronroneó, sintiendo el ardor en su piel y en los diferentes lugares que Changmin lastimaba inconscientemente. Se quedó quieto esperando que el interior de Changmin se estirara un poco más.

Changmin entonces levantó la mirada, observando ese cuerpo lascivo que jadeaba sin pudor.

—En verdad estás enfermo—murmuró, espantándose cuando una gota de sangre se escurrió de la mordida que acaba de propinarle a Jaejoong— Eso va a doler mañana.

—Todos tenemos gustos en el sexo —musitó Jaejoong. Tomó el miembro de Changmin entre sus dedos. Changmin cerró los ojos como acto reflejo— Tu eres débil a los besos y las caricias. A mí me gusta el dolor—murmuró, sus ojos alargados brillaban de una forma extraña— Me gusta más causarlo, pero recibirlo es de cierto modo igual de gratificante.

Changmin no pudo evitar espantarse de nuevo, estaba en verdad tratando con un sadomasoquista.

—No pongas esa cara, no haré nada que te cause dolor.

Dicho esto, Jaejoong retrocedió y empujó contra las caderas de Changmin,  tratando de contenerse cuando podía. Siguió moviéndose con paciencia hasta que Changmin dejó de revolverse intranquilo y comenzó a jadear suavemente. Entonces sintió su interior expandirse, como si fuera capaz de recibir un poco más.

Aceleró sus arremetidas entrando y saliendo con fuerza. Abrazo a Changmin hasta obligarlo a sostenerse a su espalda de nuevo, pidiendo en un susurro que lo lastimara un poco. Changmin se aferró a la espalda baja de Jaejoong y arrastró sus uñas hacia arriba haciendo presión en sus costillas y cumpliendo su pedido. Jaejoong aceleró el movimiento de la penetración, extasiado con el ardor de su piel.

Poco después salió del interior de Changmin. Sacudió su sexo hasta correrse y se dejó caer agotado sobre su pecho, sintió el delicioso dolor de las heridas y el olor de su propio sudor sobre el cuerpo agitado bajo el suyo. Entonces se relajó escuchando el latido impaciente del corazón de Changmin directamente en sus oídos, combinándose con el propio.

Changmin dejo salir una respiración quejumbrosa y seguidamente un suspiro. Cerró los ojos para tratar de calmar su agitación. Sus caderas dolían un poco.

Luego de 10 minutos, Jaejoong se levantó y ayudó a Changmin a levantarse del suelo.

Jaejoong tomó entonces un par de toallas y comenzó a frotar el pelo de Changmin, poniéndose en puntitas para alcanzarlo y Changmin hizo lo mismo por él poco después. Luego, le dio la espalda a Changmin solo un momento para devolver la toalla a su sitio y Changmin se retrajo horrorizado al ver su espalda llena de arañazos. La piel de Jaejoong era muy blanca, por eso, aquellas marcas eran visibles fácilmente.

—En serio eso fue estúpido— murmuró— Tienes que desinfectarlo.

Jaejoong se echó a reír.

—Está bien, lo esterilizaré luego—

Changmin objetó. Buscó el pequeño botiquín en la repisa de su baño y tomo una mota de algodón y alcohol luego le pidió a Jaejoong que se diera la vuelta. Jaejoong hizo lo pedido, se apoyó sobre el tocador y observó su reflejo inclinado mientras Changmin acercaba el algodón humedecido a los cortes.

—Ngh— se quejó inmediatamente al sentir el ardor en su espalda. Changmin suavizó el movimiento para tratar de causar la menor molestia posible.

—Es tu culpa por pedirme esas cosas—Pronto escuchó otro quejido de parte de Jaejoong— ¿Duele mucho?

Changmin levantó la vista hacia el espejo viendo aquel rostro no exactamente contraído en dolor y chasqueó la lengua indignado ¿en verdad le gustaban este tipo de cosas? Jamás había conocido a alguien que se excitara por el dolor y lo cierto es que las pocas veces que había recibido arañazos en verdad no le gustaban, incluso los chupetones le parecían innecesarios.

—Puede que pienses que es estúpido, pero parte del dolor también es placer en sí mismo—musitó Jaejoong, sacudiendo sus hombros en risa al recordar algo de improvisto— Tengo tanto que enseñarte sobre el oscuro mundo del sexo gay.

Changmin gruñó nada interesado con la charla y frotó el algodón con más fuerza causando esta vez dolor genuino en Jaejoong. Cuando su espalda estuvo lo suficientemente roja, Changmin se deshizo del algodón y caminó fuera del baño. Jaejoong lo siguió obedientemente.

Secos, desnudos y somnolientos arrastraron los pies hasta la habitación, donde Changmin le prestó algo de su ropa a Jaejoong y se vistió de igual forma. Él siempre dormía desnudo, pero no podía asegurar que no sería abordado en medio de la noche si dormía de esa forma al lado de Jaejoong.

Aun llovía a cantaros afuera por lo que se recostaron en la cama en completo silencio, observando los relámpagos iluminar ocasionalmente la habitación cuando se precipitaban sobre el suelo.

 Jaejoong le dio su espacio a Changmin, sabía de antemano que odiaba los arrunchones después de hacerlo, así que se portó bien y cruzó las manos sobre su pecho para evitar que tomaran camino por si solas. Se sorprendió cuando voluntariamente los brazos de Changmin se cernieron contra su cintura y él se acercó hasta acomodar la cabeza en su pecho.

—Cuando te golpeé esa vez creí que no querrías saber de mí nunca más —susurró suavemente— Aun me parece difícil creer que hayas regresado aquí por voluntad propia.

—Bueno, me dolió ese golpe. Me tomaron tres puntos de sutura en el interior de mi boca. Tienes la mano horriblemente pesada por lo que la próxima vez esquivaré el golpe—se burló y Changmin bufó. De nuevo este tipo estaba desviándose del tema.

Jaejoong se acomodó de lado entonces, buscando la mirada de Changmin.

—Yo sabía que sentías algo por mí, en todo este tiempo quise creer que lo que yo veía en ti era verdad, pero estaba siendo terco y quería que fueras hacia mí. Luego recordé que eres demasiado denso y orgulloso, entonces quise hacer un último intento. Nada me aseguraba que mis suposiciones eran ciertas, pero entonces, supe que fuiste a mi concierto. ¿Por qué no fuiste a verme después?

—Solo quería comprobar si sentía algo al verte, no era mi intención acercarme. Además… —Changmin repentinamente endureció su rostro — ¿Por qué tiene su que ser tan malditamente meloso con los miembros de tu banda? Ni siquiera pude soportar todo el concierto.

Jaejoong mantuvo un rostro serio solo un segundo antes de comenzar a reír escandalosamente hasta rodar por la cama. Changmin rápidamente le agarró el cabello y tiró de él para hacerlo callar.

— ¡Auh!

— ¡No te rías, idiota!

Jaejoong se retrajo un poco del dolor y sostuvo su estómago para dejar de reír. Eventualmente se calmó.

—Eres celoso. Pero bueno, eso va con tu personalidad.

—Dios, para que lo intento. Hablar contigo es solo una pérdida de tiempo.

—Es solo fanservice —Aclaró— A las fans les gusta por eso lo hago.

—Tus fans son unas enfermas.

—Puede ser —Jaejoong le miró de forma maliciosa— Sabes, existen algunas historias sobre nosotros en la web. Hay fans que vieron la serie y se enamoraron de nuestros personajes. Leí algunas y son bastante buenas, de solo imaginarlas me exit…

Changmin uso una de sus manos y apartó el rostro de Jaejoong cubriendo su boca.

—Cállate y duérmete, no quiero seguir hablando de ello.

—Mpf, Las conoces ¿no es así?

— Vete al infierno.

Jaejoong sonrió cuando Changmin le dio la espalda y aprovechó esa oportunidad para acercarse y abrazarlo. Apoyó su cabeza en la almohada, pero se incomodó repentinamente con el apestoso olor de un perfume barato que se percibía en esa almohada. No tenía que ser adivino para saber que ese olor pertenecía a una mujer, por lo que suspiró sin fuerzas, apartando la almohada e intercambiándola con la de Changmin, que olía al delicioso perfume de su shampoo.

Cerró los ojos bastante cansado, a punto de caer vencido cuando escuchó el susurro suave de la voz de Changmin.

—Perdóname. Es ese momento no sabía lo que sentía. Es difícil decir esto pero es la primera vez que me fijo en alguien de esta forma. Aun no estoy seguro sobre si me atraen los hombres o no pero…—

—Está bien si soy el único hombre en tu vida—murmuró Jaejoong— Te dije que lo entiendo, no hubiera venido aquí si no te hubiera perdonado. No necesitas prometerme nada, ni te presiones por nada, yo esperaré pacientemente por ti lo que sea necesario. Con que me dejes un rinconcito de ti, aunque sea el más pequeño, será suficiente.

Se escuchó un suspiró antes de que ambos se sumieran en un profundo silencio. Jaejoong asumió que Changmin se había dormido así que cerró sus ojos y se relajó. Hundió la nariz en la nuca de Changmin, quería besarlo y sostenerlo toda la noche para estar seguro que no despertaría de este sueño jamás.

—Me gustas, Jaejoong.

Changmin dijo aquello tan bajo que Jaejoong dudó si fue solo un desliz de los deseos de su mente materializándose. No podía expresar lo que pasaba por su cabeza en ese momento, no sabía si tenía ganas de llorar o de gritar hasta quedarse afónico. Su cara se  incendió en un profundo color rojo, apretujando el cuerpo en su abrazo con mucha más fuerza. Toda sensación de sueño desapareció de repente siendo reemplazada por una incómoda euforia que le provocaba ganas de saltar.

— ¿Es todo lo que sientes por mí? ¿No serás más sincero?

—Idiota—murmuró Changmin sonriente, sintiendo las manos que se ceñían en su pecho y los labios que impacientes besaban su mejilla— Eres demasiado ambicioso.

—Te quiero, te quiero muchísimo— expresó Jaejoong— Apresúrate y acepta que tú me quieres también—

Changmin se negó efusivamente.

—Eso sería darte demasiada importancia.

—No puedes decir algo lindo sin dañarla luego ¿no?

—Confórmate con esto, no obtendrás más. Muévete, quiero dormir— Le reto, empujando  su cuerpo hacia atrás.

— ¡Changmin!—

— ¡Silencio!

El cuerpo de Changmin aún se sentía pesado, sin embargo su corazón se sentía liviano. Aun no tenía idea de lo que sucedería a partir de mañana pero aquellas palabras mencionadas por Jaejoong le daban la seguridad de que él no iba a rendirse tan fácilmente.

Si él fuera a perseguirlo siempre, entonces Changmin podría alejarse a una distancia suficiente para volver ser atrapado. Con eso su orgullo permanecería alto y podría tenerlo siempre a sus pies. No podía dejarse simplemente vencer por el fuego de sus ojos y que lo consumiera por completo, de ese modo, Jaejoong no se rendiría jamás y podría ser suyo para siempre.

Jaejoong no era un oponente fácil de derrotar y poco a poco, con sus bajos trucos sucios había logrado enredarlo en sus juegos maliciosos, en una forma en que solo él podía manejarlo.

Ahora, estaba más que seguro, ese idiota lo tenía en sus manos completamente.

—Changmin, estoy duro otra vez, no puedo dormir.

—Maldición, ve a echarte agua fría en la polla.

—Que malo~

Suavemente Jaejoong lo abrazó y Changmin se dejó envolver por la calidez de sus manos que trepaban su ropa de regreso. Pronto escuchó el susurro de su voz en una canción que conocía perfectamente bien. En esa melodía había algo seguro que Jaejoong había prometido hacer, hacerlo suyo sin importar lo mucho que le costara lograrlo.

Eso trajo a sus pensamientos una noche, en la que con una canción y una mirada furtiva, unos  labios pecaminosos le hicieron caer en un peligroso juego de seducción, un laberinto de deseo en el que estuvo perdido durante todo ese tiempo y del que quizás nunca encontraría la salida.

FIN

4 Comentarios:

  1. Anónimo9/17/2014

    ahhh espere por este capitulo una eternidad...me encanto....que pena que haya acabado,espero puedas sacar otro jaemin....un jaemin posesivo y celoso es lo mejor...thanks por tomar tu tiempo en escribir..

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  2. Anónimo9/18/2014

    al fin me dejo comentar soy juni jaja bueno que mas puedo decir, ame este fic, la narrativa, los personajes, sus personalidades, min uke me encanta pero me encanta mas que los dos tenían personalidades fuertes, lo único que me tiene un poco triste es que no be podido leer los epílogos , como puedo hacer, que alguien se apiade de mi porque el grupo en fb es cerrado, snif, pero en fin encantadisima con tu historia Rose, un gran abrazo :-)

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  3. zore-chan10/01/2014

    !fue un final hermoso! *O* me gusto demasiado como se resolvio todo entre ambos, sentí que de veras supiste mantener las personalidades de los dos, y ame mucho esooo, sobre todo tomando en cuenta lo dificil que se pone el gruňon de Changmin xDD mil gracias por haber escrito algo tan hermoso~ se te agradece un montón!!!!!! Muchos saludos :3 y un abrazo grandote :D

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  4. Anónimo3/11/2018

    Hermoso fic despues de leerlo hace varios años me encanto volverlo a leer... senti vilver a mis dias de adolesencia cuando suspirabaa por estos fic tvxq siempre en mi corazon

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