"Capitulo 3(DESENLACE)"
Estaba delante de la puerta; ahora Changmin se encontraba enfrente de la habitación Nº149.
En resumen; él tenía un compromiso con una hermosa mujer, y estaban viviendo un tiempo de ocio y romanticismo en un increíble Hotel situado en la zona suntuosa de Seúl, Corea.
Y ahora, su prometida se encontraba “desaparecida” de forma repentina.
Para más decepción en su inverosímil historia, Changmin fue sorprendido con el descubrimiento de la infidelidad de su pareja...
Changmin estaba completamente frustrado, y desengañado. Por suerte, destino… u otra cosa, encontró a un detective privado, o eso decía ser… Se trataba de Jung Yunho, también enigmático y elegante huésped del lujoso Hotel. Ese mismo hombre que había desmantelado el asunto lo suficiente como para dejar al descubierto la verdad sobre Shim JunHee (la prometida), pero aún sin descubrir su paradero...
Ambos habían pasado dos noches casi completas buscando indicios, pero sólo llegaron a la incomoda conclusión de la vida paralela de Shim JunHee.
Tres hombres implicados habían aparecido a lo largo de aquellas dos noches:
Kim Junsu, amigo y confidente de la ella, y trabajador del Hotel. Kim Jaejoong, con quien Shim JunHee flirteó con una sugestiva invitación antes de su desaparición. Y por último Park Yoochun, considerable ‘enemigo’ de Shim Changmin, con motivos suficientes para hacerle cualquier tipo de daño a éste.
Ninguno de ellos había dicho nada relevante sobre dónde se encontraba actualmente la desaparecida mujer. Y Changmin comenzaba a desgastar fuerzas y ánimos en esa particular ‘investigación’.
La razón por la cual Changmin había amanecido temprano, y se encontraba ahora frente a la puerta de la habitación que ocupaba Jung Yunho en el Hotel, era una razón clara: ¡Estaba cansado de las investigaciones nocturnas! Por culpa de eso, los ojos de Changmin, de un tono caramelo oscuro, se comenzaban a enrojecer con venas pequeñas y serpenteantes que parecían salir de sus rosados lagrimales y desaparecer en su oscuro iris.
Aquel misterio por parte de su acompañante, Yunho, le molestaba cada vez más.
En la noche anterior, el moreno ‘detective’ le había abrazado de una forma extraña y paralizante, para después desaparecer con una última frase:
“— Quizás debamos descansar, pero… mañana podemos continuar con todo esto. Por la noche… —”
Continuar la búsqueda de nuevo por la noche era la peor idea que Changmin podía imaginar, por eso (y ahora sabiendo la suite en la que se alojaba él) apareció temprano y comenzó a tocar a la puerta, sin recibir ninguna contestación...
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Al no recibir ninguna respuesta, bajó rápidamente hacia el vestíbulo del gran Hotel, dónde se encontraba la recepción, un lugar en el que Changmin ya era muy conocido por sus incesantes preguntas.
— Lo sentimos, pero no tenemos ningún tipo de información de dónde se encuentra en este momento Jung Yunho, el huésped de la habitación que nos indicas. — le contestó el trabajador que se encontraba tras el inmenso mostrador — Él dio ordenes explicitas de no recibir ningún tipo de visita. Incluso exigió que el servicio de habitación no apareciera por su suite para realizar la pertinente limpieza. — añadió mirando unos datos en la inteligente computadora — Como obedecemos ordenes de nuestros clientes, no podemos ayudarle más. Al parecer es un hombre que valora su privacidad. Lo sentimos —
Changmin retomó de nuevo el pasó y volvió a dirigirse hacia la habitación de Yunho. ¿Existía un hombre más enigmático que él? Sin duda le hacia exasperar e irritarse. Changmin no entendía tantas órdenes aparentemente extrañas. Y ¡No pensaba moverse de allí hasta verle regresar!
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El esbelto y alto Shim Changmin había dejado caer su espalda sobre la pared durante un largo tiempo. Se encontraba todavía enfrente de la puerta Nº149, posado como una estatua en aquel inmenso pasillo, donde en algunos momentos pasaban personajes de aparente importancia.
La noche había comenzado, y él había perdido el día allá erguido...
Changmin se sobresalto cuando de pronto la puerta que se encontraba delatante de él comenzó a abrirse de forma lenta. Tras ella apareció una sombra que poco a poco se definía en las máximas luces del pasillo.
Se trataba de Yunho saliendo de la habitación mientras abotonaba uno de los botones de aquella americana informal que había vestido para la ocasión.
El menor de ambos le miró con la boca abierta, y Yunho copió la sorpresa en su rostro.
— ¿Qué haces acá, Changmin? Pensé que era yo quien iba a buscarte cada noche —
No le dio tiempo ni tan siquiera a cerrar la puerta de la suite cuando Changmin se acercó a él de forma rápida y le miró incrédulo:
— ¿Estabas en la habitación todo el día? — preguntó impresionado. Él esperaba que Yunho apareciera por allí, pero no imaginaba que fuese a salir de la habitación (que hubiese estado encerrado allá todo ese tiempo). — He estado aquí todo el día, aquí de pie…, esperando a que aparecieras. — le informó — Sólo deje mi puesto cuando fui a preguntar sobre ti en la recepción, o cuando fui al aseo, pero… la mayoría de veces no me he movido de acá. — señaló con su dedo el pasillo y después miró a Yunho con desconfianza: — ¿No tenías cosas que hacer? ¿Cosas importantes? Por ello aparecías siempre tarde. ¿Cómo puedes estar todo el tiempo encerrado en la suite, Yunho? — le bombardeó a preguntas a la vez en la que le empujaba con su cuerpo para terminar entrando ambos en la suite que aún continuaba abierta.
Yunho, acorralado por el cuerpo y la voz de Changmin, se introdujo de nuevo en la habitación. Changmin cerró la puerta tras él, y después observó con detenimiento la oscura sala en la que ahora se encontraban.
El moreno, sin lanzar alguna nueva palabra, se acercó al interruptor y encendió las blancas luces de la suite, mostrándose ésta increíblemente brillante y perfecta. Tenia la misma distribución que la habitación que Changmin ocupaba, lo único que cambiaba era el color de algunas telas y la visión de la ciudad nocturna que se veía tras el inmenso ventanal.
La amplia habitación era como una pequeña y lujosa casa con lo básico necesario.
Todo era aparentemente normal, y el olor era agradable. Como el olor que desprendía Yunho.
— ¿No vas a contestarme? —
— Me gusta estar solo, Changmin. Simplemente eso. En algunos momentos aprecio la soledad, no hacer absolutamente nada en todo el día.., no ser molestado por nadie — explicó con fluidez. No había rastro de mentira en su frase, por muy escusa falsa que pudiese sonar — Me ayuda a pensar en todo esto… En todo lo sucedido. —
— Eres extraño, Yunho. — Changmin le miró con una cómica expresión de desconcierto.
No entendía a Yunho. Sentía que ambos hacían una ‘pareja’ de lo más incomprensible.
— Soy de este modo. — el mayor encogió sus grandes hombros — Pero, no perdí el tiempo en toda esta pausa. Me informé si era cierta o no la declaración que Kim Jaejoong nos facilitó la pasada noche. — se dejó caer en la cama cercana, quedando sentado en el borde — Él dijo que había quedado con Shim JunHee, pero que ella no apareció. Él la esperó en el pasillo, delante de la suite en la que se encontrarían. Tal y como tú has esperado por mi. — tras esa frase Changmin le dirigió una confusa mirada — Y es cierto, hay grabaciones que confirman que él espero, pero nadie apareció, y se marchó solo. Puede ser que en ese momento ella ya desapareciese… — ambos quedaron un tiempo en silencio, analizando aquello — ¿Sigues preocupado por ella? — preguntó Yunho de pronto, al percatarse del rostro del menor.
— Hablar de ese tal Jaejoong, me hace sentir menos preocupado por el asunto — confesó Changmin — Me hace replantear la dolorosa idea de que ella se fuese por voluntad propia. Idea que me escandaliza, duele, y desanima a la vez. No voy a engañarte. —
— Te estoy ayudando. Conociéndote. Y no me gusta verte desanimado, Changmin. Hemos avanzado lentamente estas últimas noches. No vamos a desistir. Al menos, yo no pienso desistir contigo —
Changmin intentó ignorar esas palabras, y dio un rodeó a la habitación con sus ojos — ¿Estabas bebiendo? — le preguntó al detener su mirada en un vaso de cristal que se encontraba sobre la pequeña mesa de noche junto a la cama. Su interior de rojizo intenso llamo toda su atención. Junto a eso se encontraba una cristalina botella de translucida agua.
— Sí — afirmó Yunho nervioso — Me gusta beber vin rouge, y mezclarlo con agua —
— ¡Eso debe ser horrible!.— le miró de nuevo como si el mayor se tratase de un verdadero chiflado. — Eres extraño, Yunho. —
— Creo que eso ya lo dijiste… — comenzó a reír suavemente aún sentado sobre la cama.
La blanca y pequeña sonrisa cubrió su masculino rostro en una misteriosa envoltura.
— Así que… ¿yo te estaba esperando al igual que esperaba Jaejoong a JunHee? — recodó
Yunho asintió: — De forma parecida. Pero… yo he aparecido a la cita— palmeó el hueco libre de la cama para que Changmin se sentara a su lado (aunque él parecía dudar).
— “Aparecido”… — susurró mientras se acercaba. JunHee no había aparecido a aquella cita con Jaejoong, ¿pero eso que significaba? — ¡Eres extraño! Enigmático e incluso tétrico, pero… debería agradecerte tu ayuda, y que estés en este momento a mi lado, Yunho. — Changmin se sentó a su lado a pesar de que la estancia se había vuelto más densa.
Un silencio inundo durante unos minutos la habitación.
Ambos hombres, uno junto al otro, parecían ausentes, pensando.
— ¿Qué crees que habría hecho JunHee si hubiese aparecido finalmente a esa cita? — preguntó finalmente Changmin tras unos minutos. Como si hubiese estado pensando todo ese tiempo en aquello, como una firme tortura.
¿Qué esperaba de aquella pregunta? ¿Una hiriente contestación?
Yunho atrapó el rostro de Changmin con sus manos y lo giró para besarle a modo de contundente respuesta a la pregunta, y para sorpresa del menor, quien al comienzo se opuso.
La indescriptible sensación que después le provocó a Changmin aquel acto, sólo podía asemejarse a lo que sería tener una mariposa batiéndose dentro de la boca...
Un fuerte y vergonzoso placer le obligó a sucumbir, seguramente por el dolor que le había generado la última conversación o por lo hábil que resultaba la técnica de esos labios.
Podía aumentarse la gravedad de un beso en consecuencia de dónde se daba, y estar sentado sobre una cama podía ser más peligroso que en cualquier otro lugar (era como darle al suicida la azotea desde la que tirarse al vacio).
Rostro de ilimitado deseo, increíble anomalía, y de pupilas dilatadas... Yunho había cambiado, igual que lo había hecho la pasada noche, cuando con lentitud y suavidad lamió su cuello.
— Deberíamos aprovechar esta noche para continuar la ‘investigación’ — atinó a decir Changmin al apartar sus labios; asfixiado, avergonzado y enfurecido, pero con flojeadas fuerzas…
¿Qué estaba haciendo? ¿Dónde estaban sus inquietudes, su preocupación?
<<. Soy demasiado mayor para estar ‘experimentando’. Debo de centrarme en lo que he venido a hacer… Centrarme en… Concentrarme en… .>> los pensamientos de Changmin quedaron inconclusos cuando sintió que los labios de Yunho se habían ‘apegado’ a su cuello.
Ya no importaba si en aquel momento Yunho le tumbaba sobre la cama (de forma horizontal e improvisada). Aprobó que le quitara los zapatos, y que de nuevo besara sus singulares labios, lamiera en el interior sus rosadas encías y después mordiera su boca.
Aunque todo resultara extraño, e incluso ella (su prometida) continuaba en la mente de Changmin (como siempre desde entonces), ahora había sido eclipsada por aquellas leves muestras de ardiente afecto…
La respiración de Yunho era fuerte, como su olor esparcido en toda la suite...
Si el ‘lobo feroz’ de aquel cuento tenia algún sonoro jadeo, seguramente sería el mismo que escapaba de Yunho.
— Changmin… —
Encima de él, deslizó la camisa de Changmin lo suficiente como para dejar sus hombros y parte del pecho al descubierto. ¡Cómo engañaban las prendas! Al quitarlas descubrió que Changmin era un esbelto hombre con cuerpo de ‘guerrero’ (lo que era más costoso de manejar a su atojo...)
Por lo contrario, el menor no tenía indicios de sumirse completamente (aunque le despojaran de su ropa y su firme ‘volcán de lava blanca’ quedase al desnudo), y en su ahora ardiente imaginación solo fabulaba lo fantástico que podría ser atropellar a Yunho bajo su cuerpo, y desfogarse con aquel misterioso e irritante hombre nocturno con el que había tenido un trato formal y abierto, casi de consuelo, en un tipo de ‘trabajo’ conjunto, pero nunca sincero.
— Déjame acariciarte, Changmin — gimió extendido sobre él.
Con su áspera americana cubriéndole el ancho cuerpo.
El menor abrió sus pardos ojos como los de un adulto cachorro. Parecía estar diciendo “Ni se te ocurra…”, pero ya tan abatido, triste y a su vez caliente que poco le podía importar.
Los largos dedos de Yunho, terminados casi en redondeada punta, surcaron la descubierta y sutil montaña trasera que se escondía sobre la cama. Los dedos se hundieron en la hendidura que formaba las nalgas, y clavó uno de ellos en el interior, obligando a que Changmin se curvarse lanzando un leve y resignado quejido por su boca.
Una de las largas piernas de Changmin (asustado) golpeó la mesita junto a la cama, logrando que la copa que allá se encontraba, con su rojo interior, se balanceara y cayese definitivamente al suelo, junto al escandaloso sonido del cristal quebrándose sobre el piso.
Yunho se detuvo de inmediato, sacando sus dedos que con tanto empeño había logrado clavar. Se incorporó, y observó aquel líquido esparcido sobre el parqué que cubría el piso de la habitación. El líquido rojo formaba un charco iluminado por la luz.
— ¡Oh! ¡Changmin! — exclamó enfurecido.
Incluso el nombrado pudo observar en los rasgados ojos oscuros de Yunho una nueva expresión de enfado en su pequeño rostro.
— Lo siento. No puedo hacer algo como esto.— comenzó a justificarse Changmin, con pomposas mejillas enrojecidas, mientras intentaba incorporarse y vestirse casi al mismo tiempo. Pero descubrió que la queja y disgusto del moreno se debía al desastre ocasionado por aquel líquido. — Yunho… Alguien vendrá y se ocuparan de limpiarlo — le tranquilizó, pero el moreno continuó arrodillado junto aquel charco.
Changmin se incorporó incomodo en la cama, sentándose en uno de los bordes de ésta, y se calzó de nuevo los pies con sus cómodos zapatos; y cuando se levantó, sintió que algo había quedado enganchado en el puntero de uno de ellos.
Changmin dirigió su mirada hacia abajo, donde observó como sus zapatos masculinos, terminados en punta, habían quedado enredados en algo que parecía un manojo de cabellos.
Inclinó su cuerpo para llegar a rozar con las manos sus pies, e intentó desenredar aquello.
Asustado al comprobar que era un largo cabello, Changmin agitó su pie para desprenderse del enredó. Cuando finalmente logró ‘desatarse’ de ellos, tomó esos cabellos con sus manos y los estiró, logrando así que algo bajo la cama se moviese de forma sospechosa.
No se trataba de un manojo de cabellos sino de una tupida melena castaña, larga y perfecta, que poco a poco apareció por debajo de la cama...
El corazón de Changmin se volvió más y más pesado en su interior. Intentó tragar saliva, pero no lograba que algo pasase por su ahora estrecha y atemorizada garganta al descubrir que aquel cabello terminaba en una redonda cabeza que comenzaba a aparecer con cada estirón que daba….
La cabeza sin vida estaba unida al cuerpo que aún se encontraba bajo el lecho (ese mismo en el que antes había estado tumbado).
Changmin dejó escapar una exclamación de horror que le hizo soltar de inmediato y de forma automática aquel cabello que le había servido de ‘cuerda’ para ‘extraer’ la verdad que se encontraba bajo la lujosa cama de la habitación iluminada.
Era aquel rostro vacio ese mismo que recordaba con vida… Ahora pálido cual tiza blanca (pero no descompuesto). Ojos abiertos, secos y sin ningún ápice de vida, en unas cuencas sucias que habían absorbido y adherido el poco polvo que se encontraba allí abajo. Una de sus finas manos visible, con la palma abierta envuelta en una sangre ya seca. Incluso podía ver sus femeninos hombros y los delgados tirantes de su vestido rojo, pero no se atrevió a sacar más su cuerpo…
El cuerpo indudable de JunHee.
Todo parecía haberse sumergido en un silencio fúnebre, y el corazón de Changmin comenzó a sollozar en su interior de forma terrible, haciéndole respirar con dificultad, como cuando se siente una fuerte punzada en el pecho.
De entre la luz apareció de nuevo Yunho, el indudable dueño temporal de la habitación que había mantenido aquello oculto entre un gran puñado de mentiras bien formadas:
— Déjame explicarlo… — dijo con frialdad al levantarse y verse descubierto— Lo entenderás todo, todo lo que deseabas saber — su atrayente voz se ajustaba perfectamente a su aspecto.
Con cada segundo las luces perfilaban los detalles de Yunho. Se podía observar su rostro pequeño y el color carmesí de aquel liquido del suelo que había esparcido ligeramente sobre su boca, perdiéndose entre sus labios.
La mandíbula de Changmin comenzó a temblar, junto a todo su cuerpo.
¡Nunca antes había temblado de aquella manera!
Como si le rodeara una infinita zona cubierta de hielo y escarcha.
— ¿Qué diablos es esto? — preguntó Changmin asustado, su nariz enrojeció y estaba al borde de un llanto desolador. — ¡Qué es todo esto! ¿Lo sabías? ¿Eras tú, Yunho? — cada palabra que decía era más difícil que la anterior. Le pareció una desagradable “broma”.
Changmin sentía que se iba a desplomar
¡Confió ciegamente en Yunho!
Se sintió más que estúpido por eso.
Deseaba huir, pero la escena era una pequeña prisión:
El cuerpo bajo la cama, Yunho acercándose… todo era paralizante; y quería saber.
Y por un momento el deseo de la verdad, del saber, del conocer, era más grande que cualquier miedo, pavor, dolor…Y Yunho tenía la verdad en el interior de sus labios corazón, ahora manchados por aquello a lo que antes había clasificado como bebida pero de un color demasiado intenso, permanente y reseco como para ser cualquier tipo de bebida cotidiana...
— Lo sabía… por supuesto que lo sabía. — contestó Yunho lentamente — Desde el primer momento en el que te vi — confesó, pero él no se movió — “Un hombre muy vital, lleno de cosas insoportables y buenas, pero él está perdiendo su tiempo”. Aquello fue lo que pensé al verte con tu prometida, Changmin. Ciego. Era como si estuvieras completamente ciego. Y yo completamente solo en ese momento — Yunho sonrió y sus dientes blancos habían sido ligeramente ensuciados por aquel espantoso color. — Yo fui al espectáculo que realizó el Hotel. Allí fue donde os vi a ambos por primera vez... ¿Recuerdas que te lo conté?... — Changmin lo recordaba, pero no se veía capaz de hablar o gesticular. — El espectáculo, el entretenimiento ¡era fascinante!, pero entre todas las escenas… TÚ eras la que más me apasionaba — le señaló con su dedo — Y pensé “Qué divertido debe ser estar con él”, no en modo romántico, simplemente disfrutar de tu compañía. Y no me equivoque… pues fue Changmin quien me mantenía entretenido en estas últimas noches. —
Yunho se acercó poco a poco, pero Changmin daba unos desconfiados pasos hacia atrás.
— Ella… JunHee… — continuó hablando el mayor, señalando el cuerpo allá extendido — Yo no tenía intención de hacerle nada malo, Changmin. — dijo a la vez que elevaba las gruesas cejas negras a modo de fingida inocencia — Ella gozaba de tu compañía, cosa que envidiaba, pero… no iba a matarla por ello. Las cosas sucedieron de ese modo... — encogió sus hombros, y Changmin deseó abofetear y rajar su duro rostro.
—Esa noche en la que la vi conquistando, o siendo conquistada… por Kim Jaejoong…— confesó detalladamente. Changmin le dirigió una mirada interrogativa con su expresiva cara — Sí, yo por casualidad no estaba muy lejos de la escena que nos describió Jaejoong la pasada noche. — continuó confesando Yunho — Era obvio que el amor que procesaba ella por ti no era realmente limpio. No voy a mentir diciéndote que aquella escena no me molestó. Yo había fijado mis ojos en ti, y ella te estaba engañando como a un imbécil, ¡por supuesto que me molestó! Quizás por ello me acerque a ella… — hizo una pequeña pausa, pero Changmin no pronuncio ni una sola palabra, por lo que Yunho continúo el relato:
— Parecía casual, simplemente tropecé con JunHee en el Hotel... Aunque fue algo intencionado, ella creyó que fue una buena casualidad. Yo no sabía que se había citado con aquel atrayente hombre de antes, y mucho menos imaginaba que ella pudiese saltarse aquel plan para irse conmigo…. ¡Qué mujer más seductora! — no pudo evitar sonreír, y Changmin enarcó las cejas— Ella se dejó engañar por algo de mí que yo desconozco. Quizás le gusté…, pues no paraba de tocarme y reír cuando hablaba conmigo, disculpándose por el tropiezo anterior. Tenía una risa muy dulce, y una mirada muy sensual, creo que por un instante ella me gustó, pero fue una atracción diferente a la que pude tener contigo al verte.— explicó Yunho dando un paso más al frente— Ella insistió en ‘tomar algo’ conmigo, ¿un trago? Ella decía que tenía tiempo suficiente ¡Ah! ¡Como si tú no existieras en aquel momento!. ¿Qué debía hacer yo? — Changmin no respondió — La razón por la que JunHee nunca apareció a la cita con Kim Jaejoong, fue por qué se entretuvo conmigo…, e incluso no fue difícil desplazarla hasta mi suite. Ella dijo que ‘Yunho’ era un nombre común y hermoso, y apostilló que parecía un hombre fuerte. ¿Por qué me eligió a mí en lugar de un hombre tan erótico como el anterior? No lo sé. — volvió a encoger sus anchos hombros — Pero sus intenciones quedaban al descubierto aquí mismo, en mi habitación... No te preocupes. No tuve ninguna relación con ella, si eso te preocupa. —
Toda aquella historia era mucho más horrible de lo que Changmin había imaginado. Cada palabra que escuchaba la recreaba en su mente, como un ‘video espía’ que había captado todo aquel engaño. Changmin se sintió apenado.
— En realidad, ella no se comportaba como una vulgar ramera. Ni se comportaba de un modo obsceno. Era toda una dama, y representaba bien el papel de una ‘soltera’ caliente y sutil. — ¿Aquellas eran unas palabras de animo? Changmin sintió ganas de comenzar a reír angustiosamente cuando le escuchó. — Logré besarla, incluso ella quería tumbarse encima de mí. No me negué. Su olor era especialmente cautivador, pero eso sería por qué en algún instante se mezclaba con el tuyo... — Yunho seguía hablando tan amablemente como siempre — Oh, la sangre es mi combustible más atroz. No te lo puedo ocultar más. Y su sangre parecía ser lo único que mis oídos eran capaces de escuchar, Changmin. — se justifico acercándose cada vez más a él — Me puse tan nervioso y enfurecido por su desconsideración hacia ti... Por un instante tuve una empatía de tu sufrimiento, y yo estaba ciertamente famélico... — pasó su lengua por el grueso labio inferior.
— Ella estaba sentada sobre mí, en esta misma cama, con su vestido subido hasta los muslos. — continuó — Extendí mis brazos y sostuve su cuello. ¡Tenía el cuello como un cisne! Era como una actriz de cine. Podía sentir la sangre que corría, fluía, por aquella zona. No podía soportarlo. La sostuve con mis dedos, y gire su cuello sin mayor esfuerzo… partiendo, rompiendo, desencajando algo en su interior que hizo un fuerte ruido. Aquello la hizo caer de bruces sobre mi, ya sin vida... Ni tan siquiera sufrió, no chilló, no se resistió, todo fue rápido e inesperado. Limpio y suave. Mordí su mano, rasque sus dedos, su muñeca, y me lleve a la boca aquel néctar rojo. — de los ojos de Changmin salieron tímidamente unas gruesas lagrimas al escuchar aquella espantosa realidad — No sé qué sucede con la sangre al cabo de un tiempo... Creo que ésta se evapora dentro del cadáver. Así que lo hago lo más rápido posible. Lo extraído lo atesoro —
Changmin le miró incrédulo: — ¿Te estabas bebiendo su… sangre… todo este tiempo? — al imaginar que aquel vaso que había visto anteriormente mantuvo en su interior la sangre de ella para ser tragada como leche, un deseo de vomitar apareció en su garganta — Estás loco, Yunho — le gritó.
¿De que se trataba toda aquella locura? Sólo podía pensar que Yunho era un hombre que había perdido su juicio, y en su mente vivía un sinfín de fantasías macabras.
— No. No lo estoy. Ni tampoco se trata de un artículo que quiero que realices. — negó con su cabeza — ¿Por qué? No lo sé. No recuerdo desde cuándo o por qué soy así. Lo necesito, tanto como tú necesitas otras cosas vitales, Changmin. Lo necesito para que el corazón bombé sin detenerse. Lo único que bombea tu corazón, lo único que riega tu mente, es sangre…, y es lo único por lo que eres capaz de vivir. Ella creía que yo era capaz de hacer el amor, pero en ese instante mi cuerpo estaba paralizado. La sangre es lo único que puede llegar hasta el cerebro, activar miembros, músculos, articulaciones. Soy normal, no tengo ningún tipo de poder o fuerza. Ni tan siquiera creo que sea inmortal. Mi color de piel es tan sano como el tuyo, su pigmentación no varía. — levantó la manga de su americana, y mostro su piel morena — Soy sólo lo que ves. Simplemente lo que ves. — los ojos oscuros de Yunho se clavaron sobre los suyos — Dispongo de unos insignificantes y mortales incisivos, pero no necesito matar para ello, ¡la sangre esta en todos los sitios!, pero… estas cosas suceden, incontrolables, imparables. — le explicó con el deseo de que el menor le comprendiera — Necesito a alguien a mi lado. Podría estar solo, pero me he acostumbrado a tu presencia, Changmin—
Era incapaz de moverse. Por unos segundos comenzaba a creer aquella inverosímil historia de Yunho, quizás por qué su mirada era increíblemente licita, y su rostro era tan tétrico como un ser seductoramente anómalo. Pero seguía siendo incapaz de decir algo.
— Me acerque a ti, tras haber terminado con ella... — continuó relatando Yunho — Te escuche discutiendo con los recepcionistas en el vestíbulo del Hotel. Era el momento idóneo para acercarme a ti. ¿Detective? No era una excusa cualquiera, ni era lo previsto de algún plan, pues de verdad me dedico a ello… La tarjeta de presentación que te mostré y te di es autentica — se apresuró a asegurar — Me encanta el comportamiento de los amantes en este tipo de ‘investigaciones’. Y es un buen trabajo donde conocer a todo tipo de individuos. Pero… mi plan sólo era estar contigo. Tú eras sin duda un buen candidato de compañero. Así que decidí ayudarte en tu búsqueda, pero yo era consciente de todo... — Changmin murmuró una frase repleta de insultos que Yunho ignoró, continuando: — Era divertido jugar a la ignorancia, aparentar la inopia, y el juego de las investigaciones llevaba a muchos caminos inesperados. — de pronto en sus ojos volvió aquel brillo de curiosidad que había tenido en las pasadas noches — Eres singular Changmin, y al estar solo ambos me di más cuenta de ello... Tenía curiosidad por ver que más sucedía, para mí esto solo era como ver una película, y toda película tiene un final. — consciente de que aquel era el fin de su actuación — Todos aquellos sospechosos… No tenía nada previsto, aparecieron los tres individuos, y ellos me mantuvieron entretenido junto a ti —
Cuando Yunho paraba de hablar, la habitación se volvía un sepulcro silencioso y turbulento. Changmin nunca había escuchado hablar tanto a Yunho, siempre se había mostrado misterioso a la par que silencioso esas noches. Pero ahora deseaba que callase.
— Tenía intención de contarte todo. — siguió al ver que Changmin continuaba paralizado — Pero siempre surgía algo nuevo... También eres inteligente, Changmin… así que sabía que pronto sacarías conclusiones de mis sospechosas acciones y comportamientos en todo el tiempo que pasamos juntos. Aunque fue un arduo trabajo ocultar todo esto, pero, fue indudablemente emocionante. La habitación tiene un aroma dulce y agradable ¿verdad? Fue complicado deshacerse de un olor putrefacto, pero aun más difícil fue hacer desaparecer el olor a perfume que ella desprendía. — volvió a caminar y Changmin se sobresaltó — Todos tenemos nuestros propios ‘trucos’— afirmó astutamente.
Changmin le dirigió una mirada asesina con sus ojos de color caramelo anegados en lágrimas.
— ¡Quita esa expresión de tus ojos, Changmin! — le pidió Yunho— Vuelve a la expresión de hace unos minutos, por favor. — todavía podía recordar aquellos ojos excitados mirándole desde abajo, sobre la cama — Era realmente adorable —
Enrojeció hasta las orejas — No eres lo que dices ser, Yunho. — le increpó — Sólo estas completamente loco. Lunático. Lo correcto sería afirmar que mataste a JunHee por algo tan banal como son los celos u obsesión. — su voz se elevó y por un momento su dolor estallo en forma de cólera. No podía creer toda aquella historia de terrorífica fantasía.
Yunho sonrió al escucharle — ¿Eso crees? — preguntó mientras extendía su brazo para aproximarse al cercano interruptor y apagar las únicas luces que iluminaban la suite.
La habitación oscureció de un modo apabullante.
El corazón de Changmin se aceleró, y su negro alrededor no hizo más que acrecentar un miedo interior que nunca antes había experimentado….
No se escuchaba nada, solamente su pecho latiente y su respiración aterrada.
No se oía el sonido de los pasos de Yunho, ni ningún otro sonido procedente de él. Quizás había creado aquella atmosfera deliberadamente, con el único objetivo de amedrentar al menor.
Y lo estaba consiguiendo…
Changmin, a pesar de la ceguera e inusualmente atemorizado, intentó caminar queriendo alcanzar la salida, pero una fuerte mano se amarró a él como una cuerda, y asió su brazo con fuerza.
— ¿Por qué huyes? — susurró Yunho cerca de su oído entre la oscuridad.
Era la primera vez que la voz de aquel hombre le provocaba aquella extraña sensación de terror. — ¡Jung Yunho! ¡Estás completamente loco! — chilló Changmin, dejando toda su fuerza en la masculina voz. Pero aquella privada habitación parecía ajena a todo el gentío del exterior. Como un negro infierno.
La oscuridad se había vuelto más impenetrable. El cuerpo de Yunho apresó a Changmin en la pared del modo más fuerte y temerario posible.
El varonil y agradable olor que desprendía el moreno era lo único ‘visible’ en aquel momento.
— Suéltame… ¡Basta! — Changmin se removió cuando sintió algo sobre su cuello.
Se trataba de los gruesos y apretados labios de Yunho, abriéndose paso en su piel con un tortuoso y feroz mordisco que le arrancó un profundo alarido.
Incluso el mordisco de un animal salvaje y despiadado debía ser menos doloroso que aquel que había recibido Changmin, que quería defenderse, pero parecía imposible.
No tardo en sentir un líquido deslizándose por su cuello, consciente de que se trataba de su propia sangre, esa misma sangre que en la penumbra la lengua de Yunho se afanaba por lamer y absorber con la boca.
El sonido de la lengua de Yunho chapoteando sobre aquel líquido era espeluznante.
El cuerpo del moreno se caldeo y encendió, e incluso por un instante Changmin fue capaz de sentir los genitales de él vitales e hinchados debido al incremento de ‘vida y calor’.
¿Podía ser verdad toda aquella anterior locura (en forma de confesión)?
Y con sus manos intentó apartar la abultada y dura amenaza, sin demasiada suerte.
¿Qué vena había explotado? ¿Qué arteria había reventado?. Changmin rogó en la oscuridad para que no fuese la yugular, el conducto que conectaba su mente y corazón, aquella que ahora dejaba salir aquel borbotón de sangre como si fuese una fuga de agua...
De pronto, se dio cuenta que el cuerpo de Yunho se había alejado.
Su calor se había disipado. Sus labios le habían abandonado.
Repentinamente la luz volvió a inundar la suite de nuevo...
Yunho había conectado las luces. Su rostro se mantenía limpio, retirando aquel líquido bermellón de su boca y zona maxilar, observando atentó la reacción del menor.
— Oh, no…. No — musitó Changmin inquieto.
Bajó su vista y observó, gracias a la luz, su camisa cubierta de escarlata sangre.
Su cuello bañado por aquello parecía más brutal y espeluznante de lo que podía parecer ese líquido en cualquier imagen que haya visto antes. Nunca sintió tanto mareo o nauseas al ver sangre, pero Changmin experimentó por primera vez aquella asquerosa sensación en la que su cuerpo se balanceaba y su vista se nublaba.
Tocó con sus dedos la sangrante herida de su cuello, por ese firme ‘bocado’, y su mano se empapó de aquel color rubí negruzco y llamativo como el neón.
— No pienso hacerte daño, Changmin. Sería lo último que haría. Créeme… —
Changmin pensó que Yunho le trataba como un imbécil. “No pienso hacerte daño” ¡¿Cómo?! El ‘daño’ ya estaba debilitando su cuerpo, manchando su elegante ropa de ese carmesí.
— No sucede nada. — le continuó tranquilizando con su exquisita voz. — Una persona puede resistir viva con solo el 40% de su sangre, ¿eras consciente de ese dato? Pero la recuperaras… He tenido cuidado. Las serpientes mortíferas coagulan la sangre de sus victimas, hice algo parecido. — ¿Por qué diablos de nuevo sonreía con sus dientes perfectos? — El veneno es sutil. Pero no te preocupes, pronto te sentirás mejor, te lo prometo. No vas a morir en este Hotel, no dejare que pase algo como eso... No dejare que te pase nada, Changmin —
Sí, tranquilizaba escuchar a Yunho.
Increíblemente era tranquilizante... Le empezaba a gustar su voz….
Changmin se dejó caer en el suelo, arrastrando su espalda por la blanquecina pared hasta llegar al piso. — ¿Veneno? ¿Me has envenenado? — preguntó, presionando con sus manos la hemorragia repleta de grumos negros y rojos.
— Es algo infinitamente mejor que eso…— Yunho se acercó y se puso de cuclillas frente a él — Eres un buen compañero, Changmin. Y verte sufrir es muy doloroso. — dijo entristecido al ver como el sudor comenzaba a aparecer sobre las ‘mejillas bebé’ de Changmin, antes de que éste cerrara sus ojos cansado y débil...
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— Yunho-ah…— gimió rápidamente al volver a abrir los ojos.
Aún estaba sentado en el suelo, apoyando su espalda en la pared. Notó como el peso de su ropa mojada en sangre se había aligerado al secarse. Ya no sangraba cuando despertó...
— ¿Estás mejor? — le preguntó el mayor aún arrodillado frente a él, con su traje impoluto.
Changmin se llevó las manos al pecho:
— No… No… — tartamudeó exasperado — No está latiendo —
— ¿Ah?... Pronto lo hará. Respira...— le calmó con su serenada voz. Colocó los dedos en sus labios y exploró con la mirada su boca — La metamorfosis es el estado más complicado que los seres humano podemos experimentar. Pero no tienes de que preocuparte si estas conmigo, Changmin — acarició sus mejillas.
Changmin estaba absorto, tenía al alcance de su vista el cuerpo aún extendido y descubierto de su prometida en el piso de la lujosa habitación de Hotel. Tan pálida y desvivida como antes, cuando la había descubierto bajo la cama de Yunho.
— JunHee…— suspiró.
Nada había sido un sueño… y en ese instante deseó levantarse del manchado parqué, besar la álgida frente de ella y disculparse, pero no lo hizo...
Yunho se volteó y también observó el prefecto cuerpo de la mujer de melena aún intacta.
— Lo siento — dijo mirando de nuevo a Changmin. Se acercó a él y besó sus labios de imprevisto — Sé que la apreciabas... aunque quizás no fuese algo reciproco —
Changmin se mantuvo inmóvil, pensante, ni siquiera se quejó cuando Yunho besó de nuevo sus largos labios. Era deleitoso y extraño. No entendía nada...
¿Dónde estaba la herida que antes surcaba una parte de su garganta? No lo sabía.
Su cuerpo no latía, pero estaba hablando y respirando. Sentía el tacto de aquel engañoso hombre, su compañero, pero el miedo hacia él se había esfumado... No temía a Yunho.
— Quiero matarlos, Yunho — dijo súbitamente. El moreno le miró con sus ojos tiernamente rasgados y serios — Quiero acabar con el mujeriego Kim Jaejoong. Al hostil Park Yoochun. Incluso con Kim Junsu, quien tanto me ha ocultado incapaz de decirme nada. Quiero acabar con los tres — le explicó convencido, dando a cada nombre un oportuno adjetivo.
Yunho no puedo evitar sonreír. Changmin estaba experimentado un nuevo deseo.
(Quizás agradecido de que el deseo no fuese contra él)
—Tenemos tiempo para eso, Changmin…. — se levantó y extendió su mano para ayudar a Changmin a hacer lo mismo — Cámbiate de ropa. Aún tenemos la noche para hacer hablar a los ‘sospechosos’ — continuó con el juego.
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Debía ser una de las pocas personas capaces de quedarse dormido en el agua, pero allá estaba Kim Jaejoong, sumergido su cuerpo en las aguas burbujeantes de la hidromasaje que presentaba el espectacular aseo de la habitación que había pagado.
Se había ‘zambullido’ tras una noche bebiendo en la sala de juegos del Hotel y agasajar a unas cuantas personas. Si iba a ser esa una de las noches en las que se podía permitir estar en aquella suite del importante Hotel, no lo iba a desperdiciar...
Jaejoong activo aquella burbujeante opción y después de unos segundos sintió como cavilaba en el interior del agua, cerrando sus grandes ojos y quedando sutilmente dormido.
La calma fue rota cuando repentinamente escuchó el sonido de la puerta.
Despertó al instante, moviéndose en el interior de la tina, haciendo que el agua espumosa se balanceara. <<. ¡¿Quién diablos será a estas horas?! .>> pensó alterado al mismo tiempo en que se incorporaba y se cubría el delgado cuerpo con el cómodo albornoz blanco que disponía la habitación.
Era una hora muy inusual para recibir visitas, pero en su caso, pensó que quizás se trataba de alguna divertida e improvisada cita nocturna. Por eso, Jaejoong no perdió el tiempo secando sus cortos cabellos, ni vistiéndose, pues ya irradiaba mucho atractivo de ese modo, y directamente abrió la puerta principal.
Su sorpresa al abrir fue encontrarse a aquellos hombres tras el umbral.
Era inevitable recordar a ambos individuos y sus extrañas preguntas, aquel interrogatorio de la pasada noche en la sala de juegos del Hotel. Aquel detective moreno de ojos ligeramente más pequeños que los de su acompañante, el cuál era algo más alto y de cabellos perfectos. Ahora lucían a la par, con trajes que enfatizaban su masculinidad y ambos tenían una apariencia limpia pero tenebrosa. (Changmin había hecho un gran trabajo aseándose y cambiándose)
— ¿Qué os trae por acá? — preguntó Jaejoong, acomodando su albornoz — Os conté todo lo que sabía aquella vez… incluso siento haber sido tan directo… — miró a Changmin, recordando aquel incidente. Volvió dirigir la mirada a ambos y mordió sus gruesos labios mojados — No esperaba vuestra visita, pero… si queréis pasar.., no os voy a negar la entrada…— rió con su delgado y liso pecho casi descubierto — Pero debó repetir que no sé donde está tu esposa o prometida, o lo que diablos sea…—
Changmin le miraba fijamente; su plan era aparecer ante Kim Junsu, pero fue imposible: — El restaurante no se encuentra abierto a estas horas, y debimos saltarnos un paso, e ir al siguiente. Por eso estamos aquí — comenzó a hablar Changmin, dejando a Jaejoong confuso.
Desde que ambos se conocían, siempre había sido Yunho quien había tomado iniciativa en todas las conversaciones, pero ahora se mantenía en silencio, observando a su lado como Changmin hablaba con soltura.
— Odie tus palabras aquella noche, Jaejoong. Fueron de lo más molestas, eres ciertamente un sinvergüenza por describir todo de ese modo, y describir a JunHee de ese modo. — le recriminó, pero Jaejoong fue incapaz de contestar y su rostro fue rodeado por las gotas que caían de su mojado cabello. Debían afirmar que era un hombre demasiado erótico a pesar de algunos leves defectos, ¡aquello molesto más a Changmin!. — Pero no te preocupes, no he venido por eso… Solo queremos que nos dejes entrar…—
— Qué rencor más dulce me guardas. Entonces… entrar —
Jaejoong sonrió, y abrió la puerta de par en par, para dejar entrar a ambos hombres.
Durante un instante Changmin sonrió a Yunho de soslayo, dejando ver sus rosadas encías como un niño. Yunho le devolvió la sonrisa consciente de lo que Changmin se proponía a hacer, y feliz al saber que, fuese algo bueno o malo, aquel sólo era el comienzo para ambos juntos…
- FIN -
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