KINGDOM TVXQ!

CLOSE 2U
Arualthings

Police Love: ¡¡FORBIDDEN!!. Cap Especial 3.1

ESPECIAL 3 (Parte I)

Sentía cómo el corazón le latía más rápido de lo normal. Estaba sudando y su respiración no seguía el curso diario. Apoyó su espalda contra la pared y rezó para que no lo encontraran. Aunque sabía que era inútil, los pasos se escuchaban demasiado cerca. Sentía que se acercaban cada vez más rápido. Miró a su alrededor tratando de buscar algún punto ciego, algún lugar donde pudiera esconderse para no ser descubierto. Pero era inútil. Ellos ya casi estaban aquí.

Trató de analizar su situación con cuidado, miraba a todos lados para buscar un escondite. Una salida, pero la única vía posible era por la que había entrado, tenía que salir del pasaje antes de que lo atraparan. Cuando se decidió a salir de ahí, ya era demasiado tarde. Estaban delante de él.

- Te tenemos rodeado – Dijo uno de ellos. El otro apuntándolo con el arma, firme y decidido.

Sabía que tenían razón. No tenía salida. Ninguna escapatoria.

Lo habían atrapado.

“No puede ser”

No podían haberlo atrapado así tan fácil. No a él.

Era imposible.

Sin embargo, antes de que pudiera dar un paso más, de hacer un último esfuerzo por escapar, se escucharon unos disparos. Sintió cómo su organismo se paralizaba por completo. Cómo su corazón dejaba de funcionar lentamente. No pudo hacer nada más que llevar su mano izquierda al corazón y caer de rodillas. Derrotado.

- Así es Kuguar, no podías huir. No de nosotros. – Comenzó a acercarse al cuerpo de Kuguar que ahora estaba en el suelo. – Es tu castigo por no hacernos caso, por ser una persona tan mala, tu castigo por ser un ladrón y por…

- ¡Bongmin! ¡Changsu! ¡Hijos nos vamos!

Yoochun abrió los ojos y se levantó en cuanto escuchó la voz. – Es hora de irse, pequeños.

Los niños se miraron y luego miraron a Yoochun. – Pero, ¡justo te habíamos atrapado!

Yoochun sonrió. – Será en otra oportunidad ¿sí? Ahora deben ir donde su madre y decirle que atraparon a Kuguar, el famoso ladrón – Dijo cerrándoles un ojo.

- ¡Sí, señor Kuguar! – Dijeron al tiempo que corrían hacia la salida del pasaje y se despedían de Yoochun con una mano.

- Niños, ¿dónde estaban? Les dije que me esperaran fuera de la tienda.

- Estábamos jugando con Kuguar, mamá.

- ¿Kuguar? – Dijo la madre al tiempo que los tomaba de la mano para que se subieran al auto.

- ¡Sí! ¡Y lo atrapamos! ¡Le disparamos tres veces con nuestras pistolas, mamá!

- ¿Con sus pistolas de agua? – Rió la madre mientras se ponía el cinturón de seguridad.

- ¡Sí! Yo le disparé justo en el corazón – Dijo Bongmin apuntando con el arma y cerrando un ojo para mayor precisión.

- Pero yo llegué antes que Bongmin al pasaje, mamá. – Dijo Changsu acomodándose en el asiento. - Fui el primero en acorralar a Kuguar, ¡el primero en la historia!

- ¿Saben? Dejarán de ver tanta tontera en la televisión. Hoy los quiero a los dos temprano en la cama. – Dijo la madre antes de encender el auto y partir.

- ¡Pero, mamá!



Yoochun, aún desde el pasaje, veía el auto alejarse por la calle. Suspiró y apoyó su cabeza en la pared.

- Persecuciones con niños de siete años ¿eh? – Se dijo sonriendo.

¿Quién lo diría? Desde hace más de seis meses que no huía de la policía, desde hace seis meses que ni siquiera se acercaba a un museo o a una joyería a robar. ¿Por qué? Simple. Porque no era divertido si Changmin no lo perseguía.

Aquel sabelotodo ni siquiera se molestaba en avisarle al Comandante Yunho de la situación. Por más que Yoochun le insistía en que iría a robar algo, Changmin jamás se inmutaba.

“Sé que no lo harás” Es lo único que decía mientras no paraba de hacer lo que sea que estuviera haciendo en ese momento. Ni siquiera se molestaba en levantar la vista para mirarlo.

Desde que se había sanado por completo del incidente, que Changmin había comenzado nuevamente su vida de Detective ocupado, y él… él perdía todos los días tratando de estar con Changmin, aunque sea un momento.

---------------


- Detective Changmin, un nuevo asalto fue realizado en el banco del sector poniente.

- ¿El mismo sujeto de siempre? – Preguntó Changmin al tiempo que comenzaba a subirse al auto.

- Al parecer sí. Los guardias dijeron que su forma de robar había sido exactamente la misma… No dejó ninguna pista para poder atraparlo.

“Mierda”

- ¿Hubieron heridos?

- Ninguno. Solo una mujer se desmayó del susto. Nada grave. – Dijo el guardia que ahora conducía el automóvil.

Tenían que tratar de llegar lo más pronto posible al banco. El lugar del crimen generalmente se estropeaba rápido si no había alguien con autoridad para cuidarlo.

De pronto, el celular de Changmin comenzó a sonar.

Era el Inspector Jaejoong.

- Inspector, comuníquese con la central y dígales que empiecen a interrogar a la gente del banco, a la gente que estaba en los negocios y tiendas del sector. Nosotros vamos para allá.

Un silencio reinó por unos segundos y luego Changmin siguió hablando.

- Okey, entiendo. Espérenos ahí de todas maneras, llegaremos en unos diez minutos al lugar.

Changmin colgó y suspiró.

Dos meses.

Dos meses que llevaban intentando atrapar a este ladrón de bancos y aún no podían dar con él. Al parecer era lo suficientemente inteligente como para no dejar ningún rastro, ninguna huella. Por supuesto que a Changmin eso no le hacía gracia.

Su tío, que ahora era el Comandante de la ciudad, estaba recibiendo un montón de quejas con respecto a los recientes robos. Él le había confiado este trabajo a Changmin y éste aún no podía dar con el culpable.

En toda su carrera de Detective jamás le había costado atrapar a un criminal. A lo más había tardado dos semanas, pero habían sido casos muy específicos. Jamás se había demorado tanto en capturar a alguien.

A excepción de Kuguar, claro.

A ese maldito jamás había logrado atraparlo. Y jamás lo haría, claro está.

Más de un día entero le había tomado el descifrar la carta que le había mandado y el poder encontrarse con él en el museo. Y casi un mes en descubrir quién realmente era.

Un mes de frustración de no poder verlo tras las rejas.

Sin embargo, solo habían sido suficiente dos minutos para sentirse inevitablemente atraído hacia el ladrón.

Changmin sonrió.

Ya casi se cumpliría un año desde que había visto a Yoochun por primera vez. Un año desde que su vida había cambiado drásticamente. Sin embargo, lamentaba el hecho de no poder verlo a diario. Tristemente, él estaba ocupado todo el día en la Comisaría o en otros lugares manteniendo el orden en la ciudad y castigando a todo aquel que no siguiera las leyes del país.

Aunque muy bien sabía Changmin que su vida era un tanto irónica. Trabajar todo el día cuidando a la gente de ladrones y asesinos, arrestarlos y meterlos en la cárcel, para luego, llegada la noche, cuando todo el mundo estaba en su hogar durmiendo, él llegaba a su casa en donde solo podía pensar en Yoochun. El peor ladrón de todos.

Porque sí. Eso es lo único que podía hacer por ahora, pensar en Yoochun. Hace mucho que no lo veía. Todo por culpa de este maldito ladrón de bancos que había resultado más difícil de capturar de lo que cualquiera hubiera imaginado.

Pero lo que nadie sabía, era que esa era justamente la razón más importante de Changmin para querer atraparlo. El poder tener más tiempo para Yoochun.

- Ya llegamos, Detective. – Dijo el guardia estacionándose a unas cuadras del banco asaltado.

Changmin se bajó rápidamente del auto y se dirigió al banco. Tal cual como pensaba, el lugar estaba rodeado de gente curiosa que se había acercado a observar. En la entrada del banco, estaba el Inspector Jaejoong interrogando a las últimas personas que faltaban.

- ¿Cómo van las interrogaciones, Inspector? – Preguntó Changmin haciendo que Jaejoong se volteara.

- Pues no dan muy buenos resultados, Detective.

Jaejoong le hizo un gesto a la persona para indicarle que la interrogación había terminado. Y luego se fue a un lugar apartado con Changmin.

- De verdad esto no está funcionando, Changmin. – Dijo Jaejoong mirándolo a los ojos. – Ni siquiera el interrogar a los testigos está dando buenos resultados.

Changmin suspiró. – Lo sé, Jaejoong. Pero de qué otra forma podríamos llevar a cabo su arresto, ¿eh?

- Ya le pediste a la central que viera los vídeos de las cámaras de seguridad, ¿no?

- Por supuesto, pero dicen que ni siquiera pueden encontrar su identidad al utilizar su voz como registro; ni mucho menos tratando de reconstruir su rostro debajo de la máscara.

- Es un sujeto inteligente.

- Más que cualquiera que haya perseguido… A excepción de él, por supuesto – Dijo Changmin mirando a Jaejoong de reojo y haciendo un énfasis en “él”.

- Podríamos decirle a él que nos ayude, ya sabes, colándose en el próximo banco que el ladrón vaya a asaltar.

- De ninguna manera, Jaejoong. Primero, no sabemos cuál será el próximo banco que el ladrón robará. Segundo, no dejaré que Yoochun se vea metido en un robo de bancos. Y tercero, no lo veas a mal ni nada, pero soy Detective, y no dejaré que un ladrón nos ayude a atrapar a otro ladrón.

Jaejoong sonrió. – Más bien la razón es solo la tercera ¿no? Pero tienes razón. Tendremos que arreglárnosla entre nosotros.

Changmin sabía que la idea del Inspector no era tan mala, de hecho él mismo la había pensado unas cuantas veces. Pero de verdad que no podía dejar que Yoochun tomara un riesgo innecesario. Ya había sentido el miedo de perderlo una vez. Y definitivamente no lo quería volver a experimentar. Si cualquier cosa llegaba a salir mal dentro del banco, Yoochun estaría en grandes problemas.

- Detective Changmin – Dijo uno de los guardias acercándose. – Creo que debemos volver a la Comisaría, acabo de hablar con uno de los hombres de la central y dicen que descubrieron algo nuevo en los vídeos.

Changmin al escuchar eso miró a Jaejoong rápidamente.

- ¿Alguna pista que nos pueda servir? – Le preguntó Jaejoong.

- Espero que así sea, Inspector.

Changmin le hizo un gesto afirmativo al guardia y comenzó a avanzar hacia el auto.

- Está bien, vamos rápido.

El guardia, Changmin y Jaejoong se subieron al auto y se dirigieron a la Comisaría. Si era cierto lo que decía el guardia, podrían por fin tener algún tipo de pista para dar con el ladrón.



Llegaron a la sala en donde revisaban los vídeos y uno de los hombres comenzó a contarles sobre su nuevo descubrimiento.

- Detective, Inspector, permítanme explicarles lo que acabamos de descubrir.

Changmin y Jaejoong se acercaron a la pantalla en donde se estaba reproduciendo el vídeo.

- Si se dan cuenta, luego de que el ladrón obliga a la mujer a poner el dinero en la bolsa comienza a apuntar a la gente que está alrededor para asustarlos, pero luego al momento de salir con la bolsa de dinero mira de reojo al guardia que está en la puerta. Y no es solo en este vídeo, tenemos el vídeo de los cinco asaltos que ha hecho y en todos sucede lo mismo.

Changmin miraba atento la pantalla. El asaltante recibía la bolsa con dinero que le daba el cajero y luego de intimidar a las víctimas con el arma comenzaba a caminar hacia la salida, sin antes mirar al guardia de la puerta.

- Pongan el vídeo del asalto anterior. – Ordenó Changmin.

Los hombres le hicieron caso y comenzaron a reproducir el vídeo del asalto anterior. Changmin se dio cuenta que era exactamente lo mismo. El asaltante mantenía la misma distancia con respecto al mesón, mantenía sujeta la pistola casi a la misma altura del suelo, estaba vestido con la misma ropa y, definitivamente, antes de salir volvía a mirar al guardia de reojo.

- El otro vídeo. – Volvió a ordenar Changmin.

Exactamente lo mismo.

“¿Qué significa esto?”

En todos los asaltos que había cometido el sujeto el resultado siempre era el mismo. Al final terminaba mirando al guardia de la puerta sin importar en la posición en que éste estuviera.

Lo extraño del vídeo era que la misma escena parecía repetirse una y otra vez. Era como si siempre estuvieran observando el mismo vídeo, solo cambiaba la gente que estaba en el banco y la forma del banco. Pero los movimientos del ladrón eran exactamente iguales en todos.

Como si la misma escena se repitiera cinco veces de la misma forma, solo cambiaban los ángulos y el fondo. Era como ver a un actor sobre una pantalla verde.

Uno de los hombres que controlaba el vídeo habló. – Con el equipo estuvimos analizando la situación y se nos ocurrió que esto podría significar que…

- Existe una posibilidad de que el ladrón conozca al guardia que está en la puerta. – Terminó Jaejoong mirando a Changmin.

- Es una alternativa viable – Respondió Changmin mirándolos a todos. – Pero tenemos un problema, los guardias que custodiaban los bancos eran distintas personas, me parece bastante extraño que el ladrón conozca a todos los guardias de los bancos que hay dentro de la capital ¿no?

- Hay algo más Detective, de los cinco vídeos, solo hay uno en que se ve la cara del guardia, en los demás no es posible saber si se trata de la misma persona o no.

- Pero el Inspector los ha interrogado a todos, ¿no es cierto? – Preguntó Changmin mirando a Jaejoong.

- Es verdad, todos eran guardias distintos, pero… - Jaejoong se detuvo un momento tratando de hacer memoria. – Ninguno de los cinco guardias pudo describir bien al ladrón, ni siquiera me dieron una estimación de la altura.

Changmin se detuvo a pensar un momento. ¿Un ladrón que conocía a los guardias de todos los bancos que había asaltado? ¿Un caso en el que ningún guardia podía describir al asaltante? Era extraño.

Muy extraño.

Era obvio que lo primero que se piensa en este caso es que existe una relación entre ellos. Era creíble si se trataba del mismo guardia, pero… ¿Cinco guardias distintos que trabajaban en conjunto con un solo ladrón?

- Okey, escuchen – Dijo Changmin – Descartar la idea de que estas seis personas pudieran estar relacionadas no sería algo ventajoso, ya que al parecer, es la única pista que tenemos, por lo que quedémonos con esta idea. Necesito que un grupo de ustedes investigue los informes de estos cinco guardias, cualquier tipo de conexión que encuentren, me lo hacen saber. Mientras que otro grupo, lo necesitaré para que comience una nueva investigación en cuanto al ladrón. – Changmin los miró a todos. Trataba de que los hombres pudieran sentir confianza en sus palabras. – Dentro de esta semana les daré más indicaciones, por el momento solo hagan lo que les pido.

Changmin dejó unas indicaciones más antes de salir de la sala. Cuando iba saliendo tomó de un brazo al Inspector. – Jae, necesito que me acompañes a la oficina.

- ¿Sucede algo malo? – Preguntó el Inspector mientras avanzaba tras Changmin.

- Necesito que hablemos. – Dijo Changmin como única respuesta.





Desde que Yunho había sido nombrado Comandante de la ciudad, que su oficina había pasado a ser la de Changmin. Ahora Changmin tenía una oficina solo para él, le había cambiado algunas cosas. Pero todo lo demás seguía tal cual como su tío lo había dejado.

Aunque en un principio había prometido mantener la oficina ordenada, eso no había durado mucho. Ahora los papeles antiguos estaban todos amontonados en un rincón mientras que los casos actuales estaban dispersos sobre el escritorio.

Changmin abrió la puerta para entrar junto con el Inspector Jaejoong.

- ¿No te parece extraño? – Le preguntó a Jaejoong mientras cerraba la puerta.

-Pues, si te refieres a tu comportamiento, diría que sí – Respondió Jaejoong.

- Me refiero a la similitud de este caso con el de Kuguar.

- ¿Qué quieres decir?

- Pues, piensa en la relación, Inspector. – Dijo Changmin tomando asiento. – Acaso, ¿existe una posibilidad de que el ladrón tenga alguna relación con los guardias al igual que tú la tienes con Yoochun?

Jaejoong se sorprendió. – No creo que sean casos similares, Changmin. Está bien, puede que el ladrón tenga algún tipo de trato con los guardias, pero es imposible que tengan la misma relación que yo tengo con Yoochun.

Changmin estaba preocupado. Se supone que esa nueva pista los ayudaría a estar más claro con respecto al ladrón. Sin embargo, resultó ser todo lo contrario. Las cosas se habían complicado bastante. ¿Cómo se supone que le explicaría esto a su tío?

Maldita sea, tenía que encontrar la forma de atrapar al ladrón lo antes posible. No podía permitir que este caso se alargara más. No podía dejar que su tío se sintiera decepcionado de sus capacidades. No ahora que le había dado el permiso de dirigir una misión. Además, ya no podía soportar el estar tan lejos de Yoochun. Ya ni siquiera sabía qué es lo que hacía a diario.

- Jaejoong, necesito que vayas con el grupo a los bancos que este sujeto ha asaltado. Necesito que des la orden de vigilar a los guardias de los bancos. Si puedes tratar de interrogar a los administradores de cada banco, estaría bastante bien.

Jaejoong se daba cuenta de que Changmin estaba bastante decepcionado con los resultados que el caso les daba. – Está bien, cuenta conmigo. ¿Tú qué harás, Changmin?

- Me quedaré aquí. Estoy seguro que existe algún tipo de conexión con los asaltos que ha hecho. Trataré de investigar algo desde aquí para luego darle más indicaciones de lo que tienen que hacer al segundo grupo.

- Okey.

Jaejoong comenzó a avanzar hasta la puerta. - No te presiones tanto con el caso, Changmin. Toma las cosas con calma. – Dijo antes de cerrar la puerta.

Changmin suspiró tomando su cabeza entre las manos. Las cosas se estaban complicando y alargando bastante.

Tenía que terminar con esto lo antes posible.

----------

A pesar de ser un Detective, Changmin no estaba acostumbrado a seguir órdenes. Por lo menos no cuando su mente lo llevaba hacia otra dirección. Porque, todo lo contrario a lo que el Inspector Jaejoong le había dicho, Changmin se quedó hasta el último minuto en la Comisaría. De hecho, fue la última persona en salir. No se había dado ni cuenta de lo rápido que habían pasado las horas mientras analizaba los asaltos. Por lo que ahora se encontraba caminando por las, extrañamente, vacías calles de la ciudad de vuelta a su casa.

Aunque había estado toda la tarde encerrado en su oficina sin salir a ayudar a nadie en terreno, Changmin no se sentía mal ni mucho menos culpable. La verdad es que había descubierto algo importante. Al parecer el ladrón no era de los que seleccionaba el lugar donde iba a actuar al azar. Según lo que había podido notar Changmin, los bancos en los que había robado el ladrón tenían todos una relación de historia. Los cinco bancos habían sido mejorados con tecnología en los últimos tres años. Claro que al parecer la tecnología no lo era todo a la hora de proteger un robo. Por lo menos no cuando el ladrón siempre tomaba a rehenes y los apuntaba con un arma. Aunque el banco tuviera la última alarma fabricada en Corea, la policía no podía hacer nada para evitar que el ladrón le disparara a un inocente. Sin embargo, para Changmin su investigación estaba recién empezando. Así como había podido encontrar una relación en la historia de los bancos, podía fácilmente encontrar otro tipo de relación, como de ubicación por ejemplo.

Porque por lo que había alcanzado a notar, los bancos que asaltaba el ladrón no solo seguían un orden en sus trayectos, sino que también los nombres de cada banco parecían tener una extraña conexión. Aunque aún no estaba del todo seguro.

Changmin metió las manos en los bolsillos de su pantalón y comenzó a caminar un poco más rápido cuando una voz familiar sonó en medio de la noche.

- Vaya, vaya, pensé que no viviría para ver este momento.

Changmin se detuvo. Miró hacia el techo de la casa que estaba al frente, viendo una silueta conocida.

- Damas y caballeros, lo que nadie esperaba ver jamás – Dijo Yoochun saltando del techo y avanzando hacia Changmin. – El Detective Changmin caminando solo de regreso a casa.

Changmin lo miró y sonrió. - ¿Crees que esperaba a que me cuidaras para siempre?

- Pues la verdad es que sí. – Dijo Yoochun sin borrar la sonrisa de su rostro.

Había estado caminando por los techos desde hace bastante rato. Pensando e ideando una forma de verse con Changmin. Pero al parecer, Dios lo amaba demasiado, porque siempre le daba todo lo que quería. Y en esta ocasión se lo demostraba una vez más poniendo a Changmin justo en medio de su camino.

– Sobre todo en estos días. ¿No has oído, Detective? Dicen que cada día se hace más común el que un detective desaparezca por razones misteriosas. Sobre todo cuando caminan solos de noche y andan tantos ladrones sueltos.

– No me digas. – Dijo Changmin mientras seguía avanzando. – Me imagino que ahora es mucho más peligroso, digo, los detectives de las Comisarías ahora son mucho más apuestos que antes, y al parecer, los ladrones mucho más osados ¿no?

Yoochun comenzó a seguirlo. – Cuenta la leyenda, que un Detective desaparece a diario. Y por cada detective apuesto que desaparece, hay un ladrón en especial que se hace más y más guapo. Adivina quién puede ser.

Changmin rio haciendo que sus hombros temblaran y uno de sus ojos se achicara - Pues mirándote bien, creo que se trata de otro ladrón. No tienes ni una pizca de encanto, Yoochun.

- Lo dice aquel que sueña conmigo todas las noches. Apuesto a que me has extrañado más que a nadie estos últimos días.

- No tienes idea – Dijo Changmin en tono irónico.

Yoochun lo sujetó por los hombros haciendo que se detuviera y lo mirara. – En serio, ¿por qué tan alejados?

- Es por trabajo, Yoochun. En estos momentos estoy tratando de manejar un caso bastante complicado.

Yoochun le acarició el pelo. – Algo me habló Jaejoong sobre eso. ¿Ladrón de bancos?

- Sí. – Dijo Changmin comenzando a avanzar nuevamente.

- No suena tan complicado.

- Ni te imaginas lo difícil que se me ha hecho este caso. Este tipo parece no ser un hombre común y corriente.

- ¿Qué tan distinto de un hombre normal puede ser, Changmin? ¿Vuela?

- Créeme que es lo único que le falta. Hasta el momento ha robado cinco bancos de la capital, a plena luz del día, con rehenes, testigos y todo. -  Dijo Changmin.

- ¿Y aún ninguna pista?

- Es ese el problema. No deja ni rastros después de cometer el crimen. Ni una huella, ni un pelo, ni siquiera podemos pillarlo por las cámaras de vigilancia.

- ¿Ni siquiera saben su nombre?

- Nada. Solo que roba bancos y se viste de negro. Bueno, hoy los encargados de revisar el vídeo de la cámara de vigilancia se dieron cuenta que en todos los robos, el ladrón parece mirar al guardia que se encuentra en la puerta, como si los conociera de antes.

Yoochun hizo un sonido afirmativo. – Ya. Un ladrón con capacidades de detective y que al parecer tiene una extraña fijación por los guardias. Todo esto me suena a plagio, Changmin.

Changmin sonrió. – Lo mismo pensé yo. Es muy parecida a tu historia. Pero Jaejoong dice que nadie podría tener una relación así como la que tienen tú y él. Él cree que podría tratarse más que nada de algo de pactos o tratos.

- Pues, a mí me parece mucho más creíble que el ladrón y el guardia lleven una relación como la de Jaejoong y yo, que una relación como la de nosotros. – Dijo Yoochun tomándole la mano a Changmin para hacer énfasis en sus palabras.

Eran pasadas las once de la noche, por lo que era muy difícil encontrarse con alguien por aquellas calles oscuras. Por esa misma razón ninguno de los dos estaba preocupado de que los vieran juntos y mucho menos que los vieran tomados de las manos.

 - ¿Estás seguro que no lo conoces, Yoochun? Digo, es un ladrón igual que tú.

- ¿Qué tipo de persona crees que soy, Changmin? – Dijo Yoochun con tono de persona ofendida.

- No lo sé – Sonrió Changmin – Quizá de vez en cuando tengas algún tipo de reunión con todos los ladrones de la capital. Algo así como una especie de mafia. – Dijo entrecerrando los ojos.

- Discúlpeme usted, señor detective. Pero para su información, mi mejor amigo tiene el grado de Inspector de la Comisaría Central; y la persona que tiene mi corazón – Dijo dándole un rápido beso en los labios a Changmin, haciendo que se sorprendiera. - Es nada más y nada menos que el mejor Detective de toda la capital.

Changmin no pudo evitar el sonreír al escuchar ese comentario. – Ahora entiendo por qué me decías que me cuidara de los ladrones que andan a estas horas.

Yoochun lo volvió a besar. Esta vez despacio mientras con una mano acariciaba las mejillas de Changmin y con la otra tenía entrelazados sus dedos con los de él.

- Oye, Changmin – Dijo Yoochun cuando se separaron y juntaron sus frentes. – Yo sí te extraño mucho.

- Pues te mentiría si te dijera que yo no – Sonrió. - Cuando termine este caso, Yoochun. Lo prometo – Dijo besándole una mejilla.

Yoochun lo miró por unos segundos y volvió a darle un beso corto en los labios. – Lo estás haciendo a propósito, ¿sabes?

- ¿Qué cosa?

- Te estás demorando en este caso solo para torturarme, mocoso.

- Deja de decir tonterías, Yoochun. Con el único caso que me demoro a propósito es con el del ladrón Kuguar. – Dijo haciendo que Yoochun sonriera. – De hecho, yo creo que ni ganas tengo de terminarlo.

- ¿Sabes qué es lo único que ha estado ocupando mi mente estos últimos meses? – Yoochun comenzó a avanzar contra el cuerpo de Changmin, haciendo que se acercara cada vez más a la pared.

- ¿Qué cosa? – Sonreía Changmin sin despegar su frente de la de Yoochun.

- Tus labios. - Dijo sonriendo. – Tus labios y tus besos.

Changmin de pronto chocó con la pared haciendo que ambos se detuvieran. Se miraron por un momento y luego Yoochun lo besó nuevamente, esta vez más rápido y brusco que las veces anteriores, mordiendo un poco sus labios. Sentía la sonrisa de Changmin contra su boca. Lentamente comenzó a repartir besos cortos desde la boca de Changmin hasta su cuello, mientras su mano acariciaba su cintura.

Changmin sonreía abiertamente. – Estás siendo demasiado obvio al demostrar que me extrañabas, Yoochun. – Dijo rodeando el cuello de Yoochun con sus brazos.

- Y tú demasiado obvio al hacerme saber que lo disfrutas, Changmin. – Sonrió Yoochun mirándolo a los ojos mientras lo tomaba de la cintura. – Pero no te preocupes, después de todo a eso vine.

- Ni siquiera viniste con un propósito mentiroso – Dijo Changmin sin dejar de sonreír.- Solo nos encontramos y ya.

- No, no, Changmin. Jamás tomes mis actos a la ligera. Tú sabes bien que tengo un pacto con la rueda del destino hace muchos años. – Dijo haciendo que Changmin no dejara de sonreír. Comenzó a acercarse lentamente hacia la boca de Changmin para besarlo, cuando de pronto un sonido llenó sus oídos. Se detuvo antes de tocar los labios del Detective y suspiró.

- Dime que es mentira. – Dijo mirando hacia abajo, derrotado.

- ¿Qué esperabas? Tú mismo dijiste que andaba mucho ladrón suelto a estas horas – Dijo Changmin dándole un rápido beso en los labios y tomándolo de la mano para comenzar a avanzar.

El sonido de la sirena de un coche patrulla se escuchaba más fuerte por las calles. Yoochun avanzaba de mala gana por la calle hacia un pequeño pasaje oscuro. Changmin se apoyó en la pared en un ángulo en  que no los pudieran ver cuando el auto pasara por la misma calle en la que habían estado ellos.

La sirena se escuchaba cada vez más fuerte hasta que el sonido del motor y de las ruedas comenzó a hacerse presente. De pronto, una luz iluminó las calles y un poco del pasaje con intensidad por unos minutos para que luego todo volviera a estar oscuro.

Changmin suspiró. – Ahora tendremos que irnos por el camino largo, de seguro se dirigen a la calle principal y no podremos pasar por ahí.

- Mejor para mí, más tiempo pasamos juntos ¿no? – Yoochun lo tomó de la mano y comenzó a caminar.

Changmin lo siguió de la mano. - ¿Seguro que no te buscaban a ti?

- No lo creo, no he hecho nada malo desde hace mucho tiempo.

Salieron del pasaje hacia otra calle. El silencio volvía a reinar nuevamente. Ahora tendrían que rodear la avenida principal para poder llegar a la casa de Changmin. Aunque a ninguno de los dos les molestaba, pasar tiempo con el otro era justamente lo que menos habían hecho en un largo tiempo y era lo que más les gustaba y necesitaban.

- Quizá andaban tras ese ladrón de bancos. – Dijo Yoochun.

- No lo creo, hasta el momento solo ha robado de día.

- Entonces quizá lo vieron mientras se reunía con el guardia, un hermoso amor secreto ¿no crees?

- Aún no es un hecho el que trabajen juntos, Yoochun. Mucho menos el que entre los dos haya algo amoroso.

- Yo creo que puede tener un lado cierto. Un ladrón de bancos enamorado de un guardia de bancos, un amor prohibido y penado por la ley. Amar o morir. – Dijo moviendo los brazos como si estuviera extendiendo un letrero en el aire. - Es una historia digna de escribir, ¿no crees?

- Solo lo dices porque tú eres un ladrón, yo un detective y tenemos una relación de amor secreta, Yoochun. No te estás basando en las probabilidades del verdadero caso.

- Yo creo que somos un buen ejemplo para comenzar a sospechar.

Changmin lo miró levantando una ceja. - ¿En serio lo crees?

- Está bien, déjeme ayudarlo a pensar y ser útil en su vida alguna vez, señor Detective. – Dijo Yoochun. – Yo creo que si fuera detective y estuviera trabajando en este caso en la Comisaría Central me fijaría en la forma en que el ladrón mira al guardia, ya sabes, el amor se refleja en la mirada.

- Yo creo que solo estás hablando estupideces, Yoochun. – Sonrió Changmin. – Mejor déjame el trabajo de detective a mí y tú preocúpate de que no te atrapen de aquí a cuando yo esté libre.

- Espero hace mucho ese día, Changmin. Me lo debes y desde hoy comenzaré a poner intereses, ¿sabes? – Dijo deteniéndose y dándole un beso a Changmin.

- Por mí está bien. – Dijo abrazando a Yoochun y quedándose así por un momento.

Comenzaron a caminar de la mano por la calle. A ratos, uno que otro auto pasaba por las calles, pero pasaban lo suficientemente rápido como para fijarse en ellos. Changmin se sentía feliz. Después de hace bastante tiempo de no ver a Yoochun, por lo menos ahora podía caminar de la mano con él sin que nadie los interrumpiera.

Así debería ser siempre. Nada de ladrones, nada de detectives ni mucho menos de leyes que les hiciera imposible el estar juntos. Aunque ahora no se veían mucho, no estaba esa preocupación en el aire de que los pudieran atrapar. Ya ambos sabían que habían pasado la peor etapa de su vida. Por lo menos ya no tenían un enemigo al cual temer o con el cual convivir día a día. Ya toda esa época había pasado. Y aunque Changmin le diera risa admitirlo, en verdad le debía mucho al Comandante. Si jamás lo hubiera llamado para participar en el caso de Kuguar, jamás hubiera conocido a Yoochun y por ende, quizá jamás hubiera podido caminar de la mano con nadie. Para Changmin, Yoochun había pasado de ser un simple ladrón a la única persona en la que podía pensar.

Changmin lo miró de reojo y no pudo evitar recordar aquella primera vez que lo vio: Ambos en un pasaje, Kuguar al frente y él apuntándolo con un arma, total y completamente petrificado frente a sus ojos. Porque Changmin sabía que eso había sucedido. Cuando lo vio por primera vez, fue inevitable el no sentirse extrañamente atraído por su mirada, y luego había mirado sus labios. Aquellos labios que ahora conocía. A decir verdad, todo había sucedido bastante rápido. Definitivamente, el destino no le había dado tiempo de pensar nada, por primera vez en su vida, su corazón actuaba antes de que su mente analizara la situación. Jamás creyó que desde ese momento, Yoochun se clavara tan fuerte en su mente. Durante unos días no pudo pensar en otra cosa. Y aún recordaba cuando, desesperadamente, trataba de encontrar alguna razón del porqué aquel ladrón de ojos y labios bonitos no podía salir de su mente. Porque definitivamente, Changmin en ese tiempo no aceptaba que fuera amor.

Era imposible y ridículo.

Luego llegó el momento de la carta y del asalto al museo. Estaba intrigado y emocionado a la vez. Un ladrón tan inteligente que era capaz de mandar códigos cifrados a la Comisaría, burlándose descaradamente de los oficiales. Para Changmin aquello fue simplemente magnífico. Aunque jamás lo admitió frente a nadie. Y quizá jamás lo haría. Cuando estuvo frente a Yoochun nuevamente en el museo y volvió a mirarlo a los ojos, supo que las cosas en su organismo no estaban bien. Con aquel encuentro había comprobado de que, ya sin vuelta atrás, Changmin se sentía atraído hacia el ladrón. Sin embargo, no era solo su físico lo que le llamaba la atención, sino que era su maldita personalidad e inteligencia lo que lo volvía loco. Loco, en el sentido de que era casi imposible verlo y luego olvidarse de él por el resto del día. Tenía algo que te hacía recordarlo y tener su imagen por un buen tiempo en la mente… O eso es lo que le causaba a Changmin. Hasta que no aguantó más, y decidió que tenía que verlo de nuevo. Pensar en Kuguar todo el día y todos los días lo estaba volviendo, de verdad, loco. Ya no solo era aquel ladrón al que quería atrapar, sino que sentía que era alguien interesante y quería saber más sobre él. Entonces, se presentó la oportunidad de utilizar a Jaejoong para verlo. Y cuando lo hizo, no tenía idea de qué hacer ni de qué decir; hasta que claro, la coquetería de Yoochun no había hecho más que hacerlo bajar la guardia y permitir que el ladrón lo besara.

Comenzando así la historia que los había llevado a esto. Changmin miró la mano que tenía entrelazada con Yoochun y sonrió.

- Oye, Changmin. –Dijo Yoochun después de haber caminado un buen trecho sin pronunciar palabra. - ¿Y qué pasaría si el ladrón y el guardia tuvieran una relación como la nuestra?

- No bromees, Yoochun. No puede ser posible que haya dos casos así en el mundo. O por lo menos no dos casos en Corea.

- Hmm, tienes razón, de todas formas no puede haber otro ladrón tan apuesto y atractivo como yo. –Dijo sonriendo y mirando de reojo a Changmin. - Pero, ¿qué harías si llegase a ser así? ¿Encerrarías al ladrón alejándolo del guardia?

- ¿Por qué preguntas esas cosas, Yoochun?

- No lo sé, de pronto se me vino esa idea a la cabeza. Porque eso podría pasarnos a nosotros ¿no?

- Eres Kuguar. Jamás te han atrapado, así que no hables tonterías.

- Pero imagina que lo logran y me encierran en la cárcel, de seguro no podría salir en mucho tiempo, años quizá. – Yoochun se quedó callado un momento. – Eso, si es que no me dan castigo de muerte por…

- Yoochun – Dijo Changmin tirándole un poco el brazo para que se detuviera. – Ya llegamos.

Yoochun miró la casa que había delante de ellos. No se había dado ni cuenta que habían entrado al pasaje de Changmin.

- ¿Puedo entrar? – Preguntó haciendo que sus ojos brillaran un poco.

- Mi tío está dentro – Dijo Changmin apuntando la ventana del segundo piso.

Yoochun miró hacia la ventana y frunció el ceño. - ¿No se supone que es el Comandante? Debería estar más tiempo en la Comisaría que en la casa, ¿no?

- Sí, pero son las doce de la noche, Yoochun. – Sonrió Changmin – Además, hoy no le tocaba turno de noche.

- Hmm, entonces nos vemos. – Dijo Yoochun al tiempo que le soltaba la mano.

Changmin sonrió al tiempo que se soltaban las manos. Un asomo de tristeza en sus ojos. – Cuando termine el caso. Lo juro.

Ambos querían quedarse ahí por más tiempo. Sentados en la calle simplemente abrazados o conversando, pero sabían que el Comandante podría descubrirlos y ese sí que sería un gran problema. Changmin incluso pensaba en dejarlo pasar a su habitación sin que su tío se diera cuenta. Pero estarían corriendo un riesgo innecesario. Además, no hacía falta tanta prisa ni desesperación. Los dos sabían que el día de estar juntos llegaría.

- Solo trata de no demorarte mucho, estoy cansado de jugar con niños de siete años para poder entretenerme.

- No lo haré – Se rio Changmin acercando las llaves a la puerta para abrirla.

- Changmin… - Dijo Yoochun haciendo que este se volteara.

No lo dejó siquiera reaccionar antes de darle otro beso.

Movía lentamente sus labios sobre los de Changmin. Como queriendo que ese momento durara para siempre. Acariciaba sus mejillas lentamente. Sabía que sería el último beso de la noche, así que quería disfrutar de la boca de Changmin.

- Aunque hubieran cien guardias, buscaría la forma de escaparme de la cárcel para darte un beso como este cada noche, Changmin. – Dijo susurrando en su oído una vez que se separaron, sin soltar la cara de Changmin de entre sus manos.

Changmin no supo por cuánto tiempo se quedó mirando los ojos negros de Yoochun. Su corazón latía muy rápido. Sentía que hasta el mismo Yoochun podía sentir sus latidos. – Mi tío está dentro, Yoochun. – Dijo finalmente, sin saber qué más decir.

Yoochun volvió a agarrarlo de las mejillas y le dio un beso en la frente. – Tu beso de buenas noches, pequeño.

Changmin solo cerró los ojos y sonrió.

- ¿Hasta que termine el caso? – Preguntó Changmin.

- No lo sé, solo te digo que no te sorprendas si alguno de estos días aparezco en tu habitación. – Dijo besando la nariz de Changmin.

- Me sorprendería más si tuviera que ir a verte yo donde Junsu. No creo que dejes de acosarme tan fácilmente.

Yoochun lo miró por un momento y luego se acercó y lamió un poco el cuello de Changmin. – Y eso es para que te lleves un último recuerdo a la cama. - Dijo cerrándole un ojo y comenzando a alejarse.

Changmin no pudo evitar sonreír. Entró y cerró la puerta tras de sí, apoyándose en la pared.

Mierda. Su corazón latía tan rápido y sentía tanta felicidad en ese momento. Se quedó parado ahí unos minutos antes de empezar a avanzar por el pasillo.

- Ya llegué, tío. – Dijo dejando las llaves sobre la mesa de la cocina. Aun sonriendo como idiota.

Sin esperar la respuesta de Yunho entró a su pieza y cerró la puerta.

“¿Y qué pasaría si eso nos sucede a nosotros? ¿Te imaginas logran atraparme y me encierran por años en la cárcel?”

- ¿Que qué haría si llegase a pasarte? – Dijo Changmin en voz alta, sentándose en la cama.

Por favor, estamos hablando de Kuguar. Más de diez años y nadie jamás había sido siquiera capaz de verlo en acción mientras robaba algo. No había posibilidades de que lo atraparan.

Jamás.

Changmin no lo permitiría.

La única persona que podía atormentarlos ya se había ido. El Comandante jamás volvería a hacerle daño a ninguno de los dos.

Changmin se recostó en la cama. Definitivamente, tenía que terminar el caso del robo del banco lo antes posible.

Necesitaba ver a Yoochun de nuevo.

Necesitaba sentirlo al lado suyo de nuevo.

----------


Las cosas no parecían complicadas.

Tampoco tendrían por qué serlo.

Solo era un robo, sin disparos ni heridos ni cartas codificadas.

Sin embargo, ahí estaba Changmin observando cada detalle del banco. Tratando que nada escapara de sus ojos. La gente que ahí estaba, la ropa con la que vestían, los gestos que hacían, todo. Todo podía ser motivo de sospecha.

Todo y nada a la vez.

Changmin sacó su libreta y comenzó a anotar cosas en ella. Esperaba a que sucediera. Sabía que el momento que esperaba se acercaba. Era sorprendente ver a toda la gente actuar tan naturalmente, sin saber que en solo unos minutos algo les daría emoción o quizá terror a sus vidas. Mientras él, seguía atento al ambiente.

Hasta que el momento llegó.  

El ladrón entró al banco como un ciudadano más, nada de entradas escandalosas ni escenas que llamaran mucho la atención. Vestía completo de negro, una máscara cubría su rostro tapando cualquier posibilidad de reconocimiento. Sus pasos eran rápidos y decididos. Caminó directo hasta el mesón de las cajas, en donde una joven mujer se encontraba atendiendo a un anciano. Solo bastó un movimiento del ladrón para que todos en el lugar quedaran petrificados.

“Mostrar el arma e intimidar”

Changmin sonrió. Era algo tan predecible. El ladrón necesitaba atención y por supuesto que la mejor forma de llamarla era apuntando a la cajera. De pronto comenzó a hablar. Unas palabras ininteligibles fue lo único que salió de su boca, sin embargo, al parecer la cajera había entendido con claridad. La joven mujer comenzó a llenar unas bolsas de dinero, sin dejar de temblar y de derramar lágrimas de miedo.
La gente a su alrededor también sentía miedo. Niños y ancianos escondidos detrás de los asientos, hombres que protegían a sus parejas y señoras que solo atinaban a persignarse y rezar.

De pronto, el celular de Changmin comenzó a sonar.

El ladrón esperó a que las bolsas estuvieran llenas de dinero, volteó y comenzó a apuntar a la gente del lugar. Avanzaba con paso lento hasta la salida.

Changmin comprobó la hora. Ocho minutos habían transcurrido. Luego, el momento final del robo. El ladrón se acercó a la puerta, miró de reojo al guardia y salió con paso calmado para luego desaparecer rápidamente entre las calles y la multitud.

El teléfono aún seguía sonando, pero Changmin lo ignoraba por completo. Ladeó la cabeza achicando un poco sus ojos. Algo había llamado su atención, ¿un guardia que no defendía a la gente frente a un robo? ¿Un ladrón que no parecía inmutarse a la hora de robar? ¿Nada de emociones, de nerviosismo, ni siquiera un rastro de adrenalina en sus movimientos?

Esto no estaba bien. Para nada bien.

Finalmente, Changmin contestó su teléfono.

- Dieciséis tonos, Changmin. – Dijo una voz del otro lado- Si hubiera sido una emergencia, quizá ya hubiera muerto.

- Lo siento, tío. Estaba revisando los vídeos de los asaltos. – Dijo Changmin apagando la televisión y llevando una mano a sus sienes.

- Necesito hablar contigo, ¿puedes venir a mi oficina?

- Entendido, voy de inmediato. – Y diciendo esto Changmin colgó.

No se notaba enojo en la voz de Yunho. Para Changmin eso era normal sabiendo que era su tío, una persona realmente paciente; pero también resultaba bastante anormal viniendo del Comandante de la ciudad. ¿No se suponía que el caso estaba llevando bastante? Changmin no sabía si preocuparse por la tranquilidad que aparentaba su tío o al contrario, tomar eso como un “cálmate, Changmin, estás dentro del tiempo correcto”.

Salió de la sala cerrando la puerta tras suyo y se dirigió con paso decidido a la oficina del Comandante. Era obvio que el tema de conversación sería sobre el ladrón de bancos, pero Changmin sentía curiosidad de saber qué es lo que le diría su tío. Llegó a la oficina y entró encontrándose con el Comandante y el Inspector Jaejoong dentro.

- Adelante, Changmin. – Dijo Yunho levantándose de su escritorio. – Ya tienes una idea de lo que quiero hablar ¿no es así?

Changmin suspiró. – Por supuesto. Escucha, tío, sé que me he demorado con este caso más que con ningún otro, pero prometo que esta semana lo voy a capturar. – Changmin hablaba despacio, casi suplicándole con la voz. – Es solo un ladrón de bancos después de todo.

- Exacto – Dijo Yunho. – Un ladrón de bancos. Al principio pensé que no tendríamos ese apuro de capturarlo, ya que por lo menos no era un asesino. – Yunho miraba fijamente a Changmin. No estaba enojado, pero quizá sí un poco frustrado con la situación. – Pero esto se está alargando demasiado.

- Sé que has recibido muchas quejas por mi culpa. Yo también creí que el caso sería más rápido, pero lo importante aquí es que…

- Lo importante aquí, es que esto debe terminar lo antes posible.

Jaejoong estaba a un lado del escritorio escuchando la conversación. Era extraño. El Comandante reflejaba cansancio en su voz. Era entendible, todo esto del ladrón de bancos lo estaba cansando incluso a él; pero habían rastros de tristeza en su mirada. Y es que no se trataba de cualquier persona a cargo del caso. Era Changmin, su sobrino después de todo.

Aunque ambos sabían que Changmin tenía razón. Él no podría estarse demorando con este caso a propósito ni mucho menos estaba haciéndolo para que su tío tenga mala fama como Comandante. Todo lo contrario, Jaejoong sabía que Changmin siempre estaba preocupado por lo que dirían de su tío.

- Siete días. – Dijo de pronto Changmin. – Dame siete días más y te prometo que traigo a ese ladrón.

- Has demorado 60 días, Changmin – Dijo Yunho tomando su frente con una mano y sintiéndose cansado. – Siete días más no harán la diferencia.

- Claro que la harán. Con el Inspector Jaejoong hemos descubierto nuevas cosas, ¿no es así? – Dijo mirando a Jaejoong.

- Lo sé, Changmin. – Dijo Yunho antes de que el Inspector respondiera algo. – Pero las interrogaciones ya no están dando resultados y mucho menos lo que sea que hayan visto en ese vídeo de la cámara de seguridad.

- Pero algo extraño sucede aquí, tío. No entiendes, al parecer no se trata solo de un ladrón de bancos, los vídeos revelan que hay algo mucho más fuerte en él, un misterio mucho más grande.

- No dudo que podrás encontrar algo para arrestarlo, Changmin. – Dijo Yunho haciendo que Changmin sonriera. – Tienes esa habilidad de ver cosas que los demás no ven, pero…

“Eso es” Pensó. Era su tío después de todo. Aquella persona que siempre creería en él sin importar qué. Ahora solo debía sonar confiado para que su tío creyera que él podía hacerlo.

“Arrestarlo en siete días.” Era algo arriesgado y Changmin no estaba del todo seguro que podría lograrlo, pero estaba convencido de que ya era hora de ponerle fin a todo ese asunto. Después de todo, a él le gustaba trabajar así. Un poco más de reto al caso no le vendría mal. Acortar el plazo.

- No puedo sacarte de este caso, porque eres el hombre que lo dirige. – Dijo Yunho retomando lo que estaba diciendo hace un momento. -  Pero tampoco puedo dejar esto así, he decidido que la mejor forma de que esto avance más rápido es contratando un nuevo detective.

A Changmin se le borró automáticamente todo rastro de felicidad del rostro. Incluso sus pensamientos se habían paralizado.

- ¿Q-qué cosa?...

“Un nuevo detective”

No podía ser verdad. Su tío debía estar jugándole una mala broma. ¿Contratar un nuevo detective? ¡Era ridículo! Todos sabían que Changmin era el mejor Detective que había en la capital. Y no solo en la capital, era reconocido fuera de Corea también. Había trabajado mucho en este caso y su tío sabía eso. Era absurdo que pensara que agregando un Detective más al caso las cosas se iban a solucionar. Si Changmin había tenido problemas capturándolo, es porque de verdad era alguien difícil, y no era porque él no pusiera el interés suficiente en el caso. Que un Comandante tuviera a dos Detectives trabajando en un mismo caso, por supuesto que no hablaba bien de ninguno de los dos. Y… Lo que era peor, era Yunho, su tío, no cualquier Comandante.

- Sé que es una noticia repentina para ti, pero créeme que lo he pensado mucho y de verdad creo que es la mejor manera de…

- ¿En serio lo crees? – Dijo Changmin dejando escapar una risita. Había rastros de nerviosismo en su voz. - ¿En serio crees que todo esto se solucionará contratando a un nuevo Detective?

- No sé si se solucionará, Changmin. Pero créeme que todo podrá ir de una forma más rápida. Después de todo, dos cabezas piensan mejor que una. – Dijo acercándose a Changmin y tomándole un hombro. – Además, la prensa dejará de venir todos los días a la Comisaría y podremos…

-  Solo quiero que me respondas algo, Comandante. – Dijo Changmin tomando la mano de Yunho y sacándola de su hombro. - ¿Esa es la única razón por la que lo estás haciendo?

- ¿De qué razón me hablas?

- La prensa. – Dijo Changmin. Sus ojos no se despegaban de Yunho. - ¿Solo quieres que la prensa deje de venir? No puedo creer que seas capaz de traer a otro Detective al caso solo para que tu nombre no se manche... Eres igual a él. – Dijo moviendo su cabeza lentamente de un lado a otro.

Jaejoong estaba tan sorprendido como Changmin con la idea del Comandante Yunho. ¿Un nuevo Detective? ¿Cómo era posible que su propio tío estuviera haciéndole esto a Changmin? Era estúpido pensar que Yunho quería arruinar el reconocimiento de Changmin, pero era aún más ridículo el pensar que otro Detective podría cooperar con la situación. Jaejoong sabía que no se trataba del número de cabezas pensantes dentro del caso, sino que era más bien algo de profesión innata y, sin lugar a dudas, Changmin era la única persona que había nacido con la palabra misterio dentro de sus genes. No había nadie mejor que él. Sin embargo, había algo extraño en todo esto. Yunho no era esa clase de persona. Y Jaejoong sabía que Changmin no se daba cuenta, ya que siempre se dejaba llevar por sus emociones. Y ahora estaba lo bastante enojado como para notarlo.

- ¡No te atrevas a compararme con ese hombre, Changmin! – Dijo Yunho golpeando la mesa.

- Entonces, ¿por qué? ¡¿Por qué lo haces si ya sabes que hay un Detective encargado de atrapar al ladrón?!

- ¡Solo quiero que esto termine lo más rápido posible! Changmin, ¿no te das cuenta que…

- Siete días. – Lo interrumpió Changmin. – Siete días, y si no lo logro me sacas de este caso. – Insistió.

Yunho se quedó mirándolo. Su expresión completamente seria, había una mirada dura en sus ojos. Sentía que su corazón latía rápido y su respiración estaba un tanto agitada por haber gritado. Changmin lo miraba de la misma manera, como convenciéndolo con la mirada.

- Siete días y ninguna hora más, Changmin. – Dijo finalmente.

Changmin no sonrió. – Créeme que no la necesitaré. – Dijo para, finalmente, darse media vuelta y salir de la oficina sin siquiera voltear para ver a Yunho o al Inspector Jaejoong.

Yunho llenó de aire sus pulmones y lo soltó en un largo suspiro. – Inspector. – Dijo mientras volvía a sentarse en su escritorio haciendo que Jaejoong lo mirara.

- ¿Sí, Comandante?

- Yo… Necesito pedirle un gran favor. – Dijo sonriendo.
----------

Jaejoong entró al lugar bastante sorprendido de lo que veía.

Eran apenas las 4:50 de la tarde, sin embargo, lo único que se escuchaba por todo el lugar era el sonido de los vasos al chocar. Al parecer, hoy la taberna estaba de fiesta. La música estaba escandalosamente fuerte y la gente dentro no paraba de reír y cantar.

“Gente ebria por todas partes.” Pensó Jaejoong mientras avanzaba por entre la multitud para poder llegar a la barra en donde estaba Junsu y Yoochun conversando. Trataba de esquivar los tragos que, literalmente, volaban por sobre su cabeza de un extremo a otro. A pesar de que Junsu y Yoochun solo estaban conversando, lo que escuchaba y veía no le gustaba para nada.

- Y entonces, J-Jaejoong llegó corriendo g-gritándome que el Comandante venía t-tras de mí. – Decía Yoochun con dificultad. - ¿P-puedes creerlo, J-Junsu? El Comandante t-tras de mí – Río al tiempo que tomaba otro sorbo de su vaso.

Jaejoong, lo miró y suspiró. Junsu y Yoochun notaron su presencia.

- ¡J-Jaejoong, amigo mío! – Gritó Yoochun levantando los brazos. – Estábamos j-justo hablando de ti.

Jaejoong ignoró completamente a Yoochun y miró a Junsu. - ¿Cuántos vasos ha bebido? – Dijo medio gritando para que Junsu lo pudiera oír.

- Lleva apenas dos vasos. – Respondió Junsu de la misma forma.

- ¿Dos vasos? – Dijo mirándolo extrañado.

Conocía a Yoochun desde hace mucho y sabía que dos vasos de cerveza jamás lo pondrían en ese estado. - ¿Qué tipo de cerveza le diste, Junsu? – Dijo al tiempo que tomaba el vaso de Yoochun y lo acercaba a su nariz para olerlo.

- ¡¿Qué cosa le diste a Yoochun, Junsu?! – Dijo dejando el vaso sobre la barra nuevamente, haciendo que su cara se deformara un poco por el olor. – Esto no es cerveza ni por asomo.

Junsu agachó la cabeza sintiéndose culpable. – No sé qué cosa es, lo trajeron de regalo los novios y no alcancé a preguntarles qué tipo de trago era.

- ¡Junsu! – Gritó Jaejoong enojado. – ¡Te he dicho que no le des este tipo de cosas a Yoochun! ¡Mucho menos si no tienes idea lo que es! ¿Qué crees que pasaría si esto fuera algún tipo de droga, ah?

- ¿Sabes qué me g-gusta de ti, J-Jaejoong? – Dijo Yoochun de pronto, sonriendo y abrazando a Jaejoong por el cuello. – T-Tú voz de madre preocupada c-cuando nos, ¡hip!, g-gritas.

Junsu miró a Yoochun y luego a Jaejoong. – Lo siento. – Dijo nuevamente agachando la cabeza al ver la cara de enfado de su amigo.

Jaejoong suspiró mientras tomaba el brazo de Yoochun de su cuello. - Solo responsabilízate de los hechos y ayúdame a subir a Yoochun a la habitación. – Dijo más calmado mientras trataba de levantar al ladrón de la silla. – No queremos que se arme un escándalo más rato y Yoochun se vea involucrado.

- De acuerdo. – Dijo Junsu saliendo de atrás de la barra y tomando a Yoochun del otro brazo.

Comenzaron a moverlo lo más rápido que podían para llevarlo al segundo piso sin que la gente se diera cuenta. Aunque no era algo tan probable si, en realidad, todos estaban prácticamente en el mismo estado que Yoochun.

Jaejoong había ido a la taberna para poder hablar con Yoochun, pero apenas había puesto un pie dentro se había encontrado con la sorpresa de que estaban celebrando un matrimonio, y por lo que se veía, la pareja de recién casados era bastante sociable, porque el lugar estaba repleto de gente.

- ¿Sabías q-que tu pelo huele bastante bien, J-Jaejoong? – Decía Yoochun mientras sus amigos hacían todo lo posible por subirlo por la escalera. – ¡Y J-Junsu! Tus t-tragos siempre son los mejores, d-deberías tener matrimonios más seguidos. – Dijo dejando un intervalo de silencio y luego comenzando a reír escandalosamente.

- No tengo idea qué fue lo que le diste, Junsu. – Dijo Jaejoong casi llegando a la cima. – Pero al parecer está bastante contento.

- Los novios solo me dieron la botella diciendo que era un presente por haberles prestado la taberna. – Dijo Junsu feliz de estar alcanzando los últimos escalones. Yoochun pesaba bastante para ser tan delgado. – Y en cuanto llegó Yoochun al lugar, se sirvió un vaso sin darme tiempo de advertirle que era un regalo de los novios.

- Es extraño. – Dijo Jaejoong tratando de hacerse escuchar por sobre los ruidos del primer piso y los comentarios sin sentido de Yoochun. – Él jamás ha llegado a beber a tu taberna a menos que algo muy bueno le haya pasado.

- A veces, también llega a beber cuando algo malo le ha sucedido. – Respondió Junsu.

- Quizá de verdad le está afectando demasiado el no ver a Changmin. – Dijo Jaejoong mientras le dejaba  el cuerpo de Yoochun a Junsu un momento para poder abrir la puerta de la habitación.

- ¿Ch-Changmin? – Dijo de pronto Yoochun soltándose de los brazos de Junsu y afirmándose en el marco de la puerta. - ¡¿P-Por qué nombran a ese maldito ingrato?!

- No es un ingrato, Yoochun, solo está ocupado con otro ladrón. – Dijo Jaejoong mientras tomaba a su amigo de un brazo y lo llevaba a la cama.

- ¡¿Ladrón?! – Dijo Yoochun soltándose de Jaejoong. - ¡Q-Qué ladrón ni que nada, J-Jaejoong! ¡Yo soy el ladrón favorito de Changmin! – Dijo comenzando a avanzar hacia la cama en zigzag debido a la poca estabilidad que tenía. - ¡C-Conmigo debería estar perdiendo el t-tiempo, no con otros! – Gritó antes de caer sobre la cama debido al poco equilibrio que le quedaba en su cuerpo.

Jaejoong y Junsu se miraron y sonrieron. – Junsu, mejor baja y busca algún paño con agua fría y algo para darle a Yoochun.

- Está bien. – Respondió Junsu sin dejar de sonreír. - ¿Te quedarás con él?

- Sí, de seguro tendrá un dolor de cabeza horrible cuando despierte.

- De acuerdo, cualquier cosa que necesites estaré abajo. – Dijo Junsu antes de salir y cerrar la puerta tras de sí.

Jaejoong suspiró y se sentó en el borde de la cama.

- Yo no vine a cuidar ebrios a este lugar. – Dijo mirando cómo dormía Yoochun. – En serio eres todo un experto en ser el centro de atención ¿eh? – Dijo antes de ponerse serio.

De seguro el resto de la tarde pasaría lo suficientemente lento como para dejar que Yoochun descansara y se recuperara, pero también, para que Jaejoong tomara una decisión.

Después de todo, había ido a ese lugar con una idea en mente.

Y no se iría hasta poder desarrollarla y darle forma.

7 Comentarios:

  1. Anónimo9/14/2013

    No pensé que habría continación T.T
    Quiero conti pero ya!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Ooohh por diooosss!!!

    Hay continuación!!!!!!!

    Graciaaaass!!!!

    ResponderEliminar
  3. Anónimo9/15/2013

    Actua luego please! Es uno de mis fic favoritos y nunca pensé que seguiría.

    ResponderEliminar
  4. hahahahaha xD

    esta genial es un especial de mi fico favorito mi piensa que es algo relacionado con el comandante hahahahaha xD y Yunho que no confía en su sobrino ojala que si y Jaejoong con que pensamiento o plan fue y a Yoochun que carajos le dieron >u< aigo!~ ojala haya actu pronto este fico es uno de los mejores que he leido

    ResponderEliminar
  5. Anónimo9/16/2013

    no tenia idea de lo ibas a continuar *o*¡¡¡¡estoy my contenta ,es uno de mis fic favoritos,lo amo XD

    quede super metida,ya quiero seguir leyendolo ;)

    ResponderEliminar
  6. Continuación PRONTO!!! yo ya tengo una idea de para donde va esto... y quiero leerlo *---*

    ResponderEliminar
  7. Anónimo9/27/2014

    Queeeeeeeeee noooooo por que nos dejas asi por favor ttermiinalo. te juro que Amo tu fic eres maravillosa la mejor autora de fic yaoi de misterio y no lo digo por decir eres muy buena con los acertijos mr has tejido pegada los ultimos dos dias te lo suplico terminalo terminalo ppr lo que mas quieras¡¡¡¡¡¡¡¡

    ResponderEliminar

Deja tu comentario \(*O*)/ ♥ ♥
o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD