KINGDOM TVXQ!

CLOSE 2U
Arualthings

Unexpected Love cap 2

Esperaban afuera a que les llevaran su auto, el primero fue el de Yoochun.

- Me dio mucho gusto verte tan pronto Junsu- le sonrió al menor.

- Lo mismo digo, muchas gracias, me la pase muy bien.

- Me alegra saberlo, eso era lo importante- le guiño un ojo.

- Adiós, mucho gusto Junsu- sonrió la chica con una inclinando ligeramente la cabeza.

- Adiós.

- Trátalo bien- bromeó Yoochun palmeando la espalda de su amigo quien le lanzó una mirada asesina.

Se subieron al auto. Yoochun no pudo evitar mirar por el espejo lateral y una sonrisa apareció en su rostro al ver a Junsu inclinado un poco hacia delante agitando su mano a modo de despedida con su eterna sonrisa. Sunghee al darse cuenta volteó y ese sentimiento de inseguridad volvió a invadirle.



- ¿Podrías decirme de nuevo como es que conoces a Yoochun hyung?

- Sucedió como él dijo, no encontraba mi equipaje, y estaba tan asustado y nervioso que no podía hablar de forma decente en coreano, así que él hizo el favor de ayudarme- explicó mirando a su hermano de pie frente a él con los brazos cruzados.

- Pues parece más amigable que de costumbre- murmuró- ¿por qué no me lo habías dicho?

- Bueno, no es como si hubieras estado ansioso por escucharme- bromeó. Junho le miró molesto.

- Este será el trato, puedes quedarte pero tendrás que mantener la casa limpia, no soporto el desorden, te encargarás del desayuno y la cena, me levanto a las 8.

- ¿Qué?, pero tendré que levantarme temprano- protestó con un puchero.

- ¿No vas a la escuela?

- Si, pero entro a las 10- explicó sin cambiar su puchero.

- Tendrás tiempo para arreglarte- sugirió- ¿Cuándo entras?

- Aun tengo que ir a dejar algunos documentos, pero las clases comienzan en dos semanas.

- Mejor, en ese tiempo podrás acostumbrarte- sonrió. Dando media vuelta para dirigirse a las escaleras dando por terminada la conversación.

- Junho- le llamó con suavidad.

- ¿Qué sucede ahora?

- ¿En donde dormiré?- cierto, había olvidado mostrarle su habitación.

- Aquí- abrió la puerta dejándole pasar.

- Vaya, es más grande que la habitación que compartíamos- observó sonriente, era espaciosa y la cama grande. Con una sonrisa infantil corrió para lanzarse sobre la cama como haría cualquier niño pequeño. Junho no pudo evitar sonreír conmovido pero pronto se recuperó.

- Será mejor que descanses, mañana tienes que levantarte temprano.

Junsu suspiró girando sobre sí, se llevó una gran sorpresa al ver que justo sobre su cama había una especie de ventana y podía ver las estrellas, una sonrisa iluminó su rostro mientras su mente viajaba a un pasado donde había sido muy feliz.



- Buenos días, Junho- saludó sonriente al verle llegar.

- Buenos días- respondió sentándose en la mesa mirando su plato, huevo, era algo.

- Gracias por la habitación, es hermosa, se pueden ver las estrellas- le miró sin borrar la sonrisa.

El mayor le miró, no recordaba eso, sin querer aceptarlo, le alegraba saber que a su hermanito le había gustado.

- Cuando vuelva quiero ver limpia la sala y la cocina- dijo poniéndose de pie- nos vemos.

- Cuídate.

Suspiró, era raro tener a alguien en casa, sobre todo si ese alguien era su hermano. Se subió a su auto y se dirigió al trabajo.



Era de noche y estaba revisando algunos papeles cuando su puerta se abrió.

- Sunghee- sonrió.

Se dirigieron al bar de siempre a conversar un rato.

- Acabas de llegar y estas tan ocupado- la chica hizo un puchero.

- Todo tiene que estar listo para la presentación del nuevo artista, ¿iras?

- No lo sé, tal vez, si no estoy muy ocupada- le sonrió coqueta.- no puedo decírtelo con seguridad.

- Vamos, aun así tienes que ir-le pidió serio.

- Lo pensare- le guiñó un ojo.

- Regresaste para quedarte, ¿verdad?

- Es lo que pretendía pero probablemente tenga que ir a Estados Unidos el próximo mes- dijo tomando su copa y mirando de reojo hacia atrás.

- Ya veo- dijo un poco decepcionada.- ¿no puedes quedarte?

- Sunghee- le llamó sin mirarla.

- Dime.

- ¿Qué opinas de aquella chica?- le preguntó señalando discretamente a la barra donde se encontraba una chica de cabello corto.

- ¿Eh?- le miró confundida.

- Me ha estado mirando y sonriendo- explicó con una sonrisa.

- Ah- intentó sonreír- pues parece interesada en ti- respondió dolida.

- Por favor, llévele otra copa a la señorita- pidió Yoochun llamando al mesero.

- Oppa, discúlpame un momento- Sunghee se puso de pie y se dirigió al baño para calmarse, al regresar Yoochun ya no estaba… y tampoco la chica. Sobre la mesa había una nota: ‘Lo siento, surgió algo importante.’ Sonrió sarcástica. Resignada regresó a su casa.



Al día siguiente Junho se dirigió a la tienda de Sunghe.

- ¿Lo vas a usar para la presentación?- le preguntó acomodándole el saco.

- Si, ¿piensas ir?

- No, ¿porqué debería?- le miró con un puchero- Por cierto, me iré a Estados Unidos a estudiar.- soltó casualmente.

- ¿Qué?, ¿por qué esa decisión tan de repente?- le miró sorprendido.

- ¿De repente?, llevó pensándolo mucho tiempo, quiero terminar mis estudios, trabajar todo el tiempo es cansado- le sonrió.

- ¿Cuándo te vas?- preguntó sin mirarla.

- No lo sé, pero es probable que no vuelva- aclaró arreglando su corbata, seria.

Junho desvió la vista, preocupado.

Aun después de despedirse siguió pensado en lo que le había dicho la chica. Al final tomó una decisión y se dirigió a una joyería antes de regresar a casa.



Salía del cuarto de baño cuando una luz llamó su atención, se asomó por el barandal y vio a Junho dando vueltas en la cocina sosteniendo algo en la mano.

- Se que te vas a ir pronto, pero ¿no podrías quedarte conmigo?, no- negó con un poco de frustración- siempre me has gustado, ¿no podrías permitirme estar a tu lado?, Sunghee, casémonos.

- De acuerdo- Junho se sobresaltó mirando hacia atrás encontrándose con su hermano quien reía suavemente- ¿ensayas algo?

- ¿Porqué no duermes?- le miró molesto.

- Tenía sed- respondió con un puchero- ¿no crees que debería ser más original, como con un helado o algo así?- sugirió con una sonrisa.

- Que infantil- bufó- vamos, ve a dormir, mañana tienes que levantarte temprano- le animó aún molesto.

- Que genio, ¿y esperas ser aceptado?- protesto con su acostumbrado puchero.

- Cállate- le empujó, Junsu rió divertido.

- Ah, por cierto, mañana tengo algo que hacer, llegare tarde- le informó un poco serio.

- ¿Algo?- le miró ocultando su preocupación.

- No es nada importante- se apresuró a negar volviendo a sonreír para que no se preocupara.

Le miró aun sospechando pero no insistió.

- Yo también llegaré tarde- dijo sin mirarle.

- Bien, sólo quería decírtelo- le sonrió dirigiéndose a las escaleras- suerte mañana- dijo deteniéndose, Junho le miró sorprendido, le volvió a sonreír y continuó su camino a su habitación.



Después de desayunar con Junho se dirigió al lugar donde sabía podía encontrar a sus ‘amigos’, justo el día anterior había recibido un mensaje de ellos, esperando que él se encontrara bien.

- Aquí debe ser- tocó el timbre.

- ¿Quién…- un chico rubio abrió la puerta y se interrumpió al ver quien era- Junsu- exclamó sorprendido.

- Hola Huykie- saludó con una sonrisa sarcástica.

- ¿Quién es?- preguntó un chico asomándose por la puerta- Junsu, ¿cómo has estado?- preguntó escondiendo su nerviosismo.

- Donghae, bien, aunque no gracias a ustedes.

- Ah, lo siento, estamos ocupados- se disculpó Eunhyuk con la intención de cerrar la puerta.

- Ey, no, espera- detuvo la puerta con una mano- tenemos que hablar, ¿cómo se les ocurre dejarme así?, ¿tienen idea de lo que sufrí para venir?

- Vamos, cierra la puerta- dijo Donghae asustado.

- Eso intento- protestó molesto empujando con todas su fuerzas.

- No te atrevas- advirtió Junsu.

Sin más opción Eunhyuk le hizo cosquillas logrando que dejara de empujar cerrando así la puerta.

- Abran, es lo mínimo que deberían hacer- gritó tocando en la puerta- abran.

Resignado después de 10 minutos de insistencia, volvió a casa.



Junho esperaba ansioso. Al fin, al alzar la mirada, la vio entrar. Se puso de pie y le acercó la silla.

- ¿Esperaste mucho?- preguntó Sunghee sonriendo.

- No, también acabo de llegar- mintió.

- Vaya, esto está muy vació- comentó mirando alrededor.

- Si, verdad- se removió nervioso.

- Me siento rara estando sólo nosotros dos- comentó mirando a un lado- ¿Qué querías decirme?- preguntó sonriente. Junho permaneció en silencio sin atreverse a decir nada.

- Te… te lo diré al rato, después de comer- respondió nervioso.

- Vamos, tengo curiosidad- insistió, dime ya- agregó de forma infantil.

- Bueno, es… sobre lo de Estados Unidos- dijo mirándola de vez en cuando.

- Ah, es eso- dijo seria- ¿me vas a pedir que no vaya?- preguntó sonriente. –sería genial que me quedara, ¿no?

- Quiero que te vaya muy bien- se apresuró a responder.

- Ah, creo que debiste haberme tratado mejor- comentó mirándolo con sospecha.

El sonido de un teléfono les interrumpió.

- ¿Hola?

- ¿En donde estas?

- En medio de la cena, ¿por qué?- Junho sonrió nervioso.

- Voy camino a tu tienda.

- ¿De verdad?- sus ojos brillaron- ¿a qué hora llegas?

- Pues en 10 minutos, supongo.

- Bien.

Coló sonriente.

- Lo siento Junho, era Yoochun, tengo que irme- se apresuró a disculparse.

- ¿Eh?, ¿no puedes esperar al menos hasta que acabemos de comer?- preguntó.

- No hay nadie en la tienda, no puedo dejarle esperando- sonrió- ya nos veremos después, ¿si?, nos vemos- sin decir más se puso de pie y se fue.

En ese momento llegó el mesero con un plato de helado en el cual estaba escondido el anillo. Junho miró el plato y decidido terminó su copa siguiéndola.

- Vamos a hablar- le dijo tomándola del brazo.

- Pero Yoochun está esperando- protestó soltándose.

- Que espere- dijo alzando la voz.

- ¿Qué sucede contigo?, ¿estás borracho?- le miró desconcertada.

- ¿Te gusta?- soltó molesto.

- ¿Qué?- Sughee lo miró sorprendida.

- ¿Qué si te gusta?

- No tengo por qué responder eso- dijo molesta desviando la mirada.

-¿No te das cuenta de que no le interesas?- grito.

- Pero me gusta- interrumpió mirándolo desafiante- y voy a conseguir que él me quiera- finalizó metiéndose en el elevador.



Al llegar le encontró mirando una camisa, sonrió acercándose a él.

- ¿Has esperado mucho?

- No, sólo espero no haber arruinado tu cita- se disculpo con una sonrisa.

- No, no era una cita- aclaró despreocupada- ¿en qué puedo ayudarte?

- Estoy buscando una corbata.

- ¿Cuándo la usaras?

- En la presentación.

- Tiene que ser llamativa, ¿no?- dijo pensativa.

- Así es- rió divertido- ¿irás?

- Mmm- le miró pensativa- ¿te gustaría que fuera?- preguntó coqueta.

- Por supuesto, ¿qué te parece si vas conmigo?- sugirió con una sonrisa irresistible.

- Me encantaría- acepto sonriente.

- Perfecto, entonces paso por ti- le guiñó un ojo.



Miraba por la ventana resignado mientras bebía una cerveza, miró el anillo una vez más, cerró la caja, molesto y lo tiró a la basura.

- ¿Qué haces ahí?- preguntó una suave voz, ni siquiera volteó- ¿quieres otra cerveza?- sugirió mientras prendía las luces.

Ambos se sentaron a la mesa con expresión triste.

- Aun no entiendo cómo pudieron engañarme así- comentó Junsu deprimido- se supone que eran mis amigos, saben que no tengo nada, ni siquiera porque había muerto mamá, sabían que no me quedaba nada- una lágrima rebelde escapó de sus ojos- tomaron mi dinero y vinieron sin decirme nada, lo pasé muy mal, tuve que trabajar muy duro para conseguir dinero y venir- dos lágrimas corrieron por sus mejillas. Junho le miraba paralizado, no se había imaginado que su hermanito lo hubiera pasado tan mal y encima él le había echado- a penas y comía, y todavía tienen el descaro de cerrarme la puerta en la cara.

- Vamos, toma otra- le animó Junho acercándole otra lata de cerveza sin saber que más decir.

- Cierto, ¿cómo te fue?- preguntó limpiándose las lágrimas al recordar la conversación de la noche anterior.

- No quiero hablar de eso- negó desviando la mirada.

- ¿Te ha dicho que no?, te dije que el helado era buena idea- le miró sonriente.

- Dije que no quiero hablar de eso- repitió comenzando a molestarse.

- Aun así no entiendo cómo pudo rechazarte- dijo pensativo- eres agradable.

- Suficiente, vete a dormir- finalizó poniéndose de pie.

Junsu se sobresaltó mirándolo dirigirse a su habitación.

Una vez subió las escaleras se asomó por el barandal, Junsu recogía las latas vacías. Una sonrisa apareció en su rostro. Se dirigió a su habitación y se dejó caer en ella pensando en cierta promesa. Cuando era pequeño se había prometido trabajar mucho y conseguir el dinero suficiente para sacar a su hermanito de ahí y hacerse cargo de él. Los años pasaron y Junsu dejó de escribirle y la promesa se desvaneció. Ahora se sentía un poco culpable, pero estaba cumpliendo su promesa… en cierta forma.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario \(*O*)/ ♥ ♥
o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD