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Arualthings

Failed Heart cap 7

Changmin estaba sorprendido. Un momento estaba hablando con Jaejoong, y al minuto siguiente ya se encontraban así. Él estaba acostado en el sofá de la sala y Jae estaba sobre él, besándolo como si su vida dependiera de ello.

Changmin no entendía lo que pasaba, sólo se dejaba llevar por el momento. Respiraba agitadamente. Jaejoong lo estaba volviendo loco con lo que hacía, y eso que sólo se besaban. Pero era un beso tan diferente a cualquiera que le hubiera dado antes. Tan entregado, tan pasional, tan… perfecto.

Inconscientemente llevó sus manos a la espalda de Jaejoong y comenzó a acariciarla por sobre la ropa. Jaejoong soltó un jadeo de sorpresa y rompió el beso, sólo para descender por el cuello del menor, quien dejaba escapar pequeños gemidos, que hacían que Jae deseara más de ellos.

Lentamente las manos de Jaejoong se colaron por debajo de la camisa de Changmin y comenzaron a acariciar su abdomen. Jaejoong no esperaba que sus músculos fueran tan marcados. No sabe en qué momento lo hizo, pero ahora la camisa de Changmin estaba abierta, y él comenzaba a descender la línea de besos hacia su pecho.

Changmin jadeaba y trataba de sofocar los gemidos mordiendo su labio inferior. Tenía los ojos cerrados para intensificar la sensación de las caricias de Jaejoong. Sentía que el corazón iba a salírsele del pecho en cualquier momento. No había dejado de repartir caricias en cualquier parte del cuerpo de Jaejoong al alcance de sus manos.

Pero de pronto, los nervios se sobrepusieron al deseo. «¿De verdad vas a hacerlo, Changmin? ¿De verdad es lo que quieres?»

Y la respuesta a eso era: Sí. Eso era lo que había querido por mucho tiempo. Era con lo que había soñado muchas veces. Entonces, ¿por qué no podía? ¿Por qué sentía que debía detenerlo? ¿Por qué no se sentía listo para algo que llevaba mucho tiempo deseando? ¿Había alguien más estúpido que él en este momento?

Cuando las manos de Jaejoong comenzaron a desabrochar sus pantalones, el pánico se apoderó de sus sentidos, y lo detuvo. Detuvo lo que Jaejoong estaba haciendo. Lo que estaba a punto de hacer. ¡Lo que él quería que hiciera, maldita sea!

Lo detuvo.

—Lo siento —dijo tratando de recuperar su ritmo normal de respiración—. De verdad lo siento… No puedo.

Sintió cómo el cuerpo de Jaejoong se ponía rígido sobre el suyo. Vio como se alejaba de él lentamente, hasta quedar sentado en el sofá de nuevo. Su mirada estaba perdida y parecía sorprendido.

—No, yo lo siento —dijo con una voz distante—. Siento haber llevado las cosas tan lejos. Por favor, no quiero que pienses mal de mí. No quiero que me odies.

—¿Odiarte? Jamás lo haría —se sentó a su lado y tomó su rostro con las manos, obligándolo a verlo a los ojos—. Te quiero Jaejoong. Que no se te olvide —agregó y besó suavemente sus labios. Un beso cálido y tierno que Jaejoong respondió al instante.

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03:24 a.m.
Podía escuchar el sonido del reloj que marcaba segundo tras segundo de su interminable agonía. Podía escuchar la respiración acompasada de Yoochun, y podía sentir el calor de su cuerpo junto a él, pero ni eso lo relajaba.

«¿Qué demonios pasa contigo, Kim Jaejoong?»

Se preguntaba una y otra vez, pero no lograba dar con la respuesta correcta. Ni siquiera una razón que le pareciera lógica. Al menos no una que lo convenciera o le conviniera.

Y todo por esos estúpidos trajes.
De haberlo sabido antes, nunca lo hubiera acompañado a comprarlos. Y es que se veía tan bien vestido así… no quería dejar de verlo con cada cambio que intentaba. Siempre se veía bien. Y ahí iba otra vez su estúpido estómago a dar vueltas, y por primera vez desde que lo conocía, se sonrojó.

Luego estaban los regalos que le dio. Eso era algo que no había pensado hacer, al menos no todavía, pero no niega que le gustó recibirlos. Pero eso era porque era lo que quería. Que gastara su dinero en él… ¿no?

Y cuando por fin había logrado enfriar su cabeza y ordenar sus pensamientos para poder seguir con el plan que había trazado desde un principio, el menor se había encargado de echar todo por la borda con sus palabras.

…Todo lo que hago es preocuparme por ti…

Su corazón había saltado con esas palabras. Se habían acelerado sus latidos y no pudo hacer nada para evitarlo. Su respiración se volvió pesada. Pero Changmin no se quedó conforme con eso, no señor. Tenía que darle el golpe de gracia…

…Yo siempre voy a estar ahí para ti, siempre. Porque te quiero. Y porque quiero que seas feliz. Quiero ser yo quien te dé felicidad y tranquilidad…

Nadie jamás, nunca, le había dicho algo tan… así.
No sabe ni cómo describirlo, porque son cosas que no conoce, son sentimientos que nunca ha tenido. Y todo rastro de autocontrol voló muy lejos de su mente, y lo besó. Lo besó porque era exactamente eso lo que deseaba hacer en ese momento.

Y lo que pasó después…

¡Dios! Eso fue… tan… ¡Maldita sea, por qué se quedaba sin palabras cuando más las necesitaba! Porque, sí, todo el tiempo estuvo consciente de con quién estaba, y aún así (o más bien, por eso) lo hizo.

Podría gritar, podría maldecir a las estúpidas hormonas que reaccionan ante cualquier estímulo sexual, sin importar quién sea la otra persona, y quitarse de preocupaciones nocturnas que no lo dejaban dormir. Pero eso no era lo que lo tenía confundido.

Su confusión no era el por qué razón lo hizo, o por qué con él precisamente. Su confusión era por algo totalmente distinto.

…De verdad lo siento… No puedo.

Ésa era su gran confusión. La enorme decepción que se apoderó de su pecho cuando escuchó las palabras del menor. Que su mundo se resquebrajó con esas palabras. Que él quería continuar. Que quería llegar hasta el final. Que quería… No… Quiere… Desea.

Desea a Shim Changmin.

De acuerdo, su primer pensamiento fue «¿Qué carajos estuviste a punto de hacer, Kim Jaejoong?», pero toda duda se esfumó… por la misma razón que las demás dudas aparecieron.

…Te quiero, Jaejoong. Que no se te olvide.

Y ese era un factor más a sus interminables preocupaciones… el maldito control que ese niñito parecía tener de sus emociones. Una palabra suya lo enviaba al más absoluto frenesí. Una palabra suya le ponía los pies en la tierra. Una palabra…

¡Esperen un maldito segundo!

Había más… Él había dicho más, y hasta ahora no había prestado atención suficiente a esas palabras por estar preguntándose tonterías… Y es que ya sólo le faltaba ponerse a filosofar sobre quiénes somos y hacia dónde vamos… ¿Cómo era lo que había dicho?

Tú ya no pienses en el dinero de nuevo, esa será mi responsabilidad. Tus problemas… Yo los solucionaré.

¡Eso era lo que estaba esperando! Ya era suficiente con estarse preguntando cosas sin sentido. Al demonio Changmin y las dudas que provocaba. No debe de perder de vista el objetivo. Eso es todo. Él ya tiene a su Chunnie después de todo.

Lo de Changmin era sólo una fase que no tardaría en desaparecer. Y para acelerar el proceso, tendrá que dejar de comportarse tan cercano a él, y santo remedio. Sólo debe soportarlo un poco más para poder salirse con la suya de una vez por todas.

~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~


Yunho había olvidado todo. Su edad, su religión, su carrera, hasta su nombre. De hecho hacía un esfuerzo sobrehumano tratando de recordar cómo respirar. ¿Por qué? Bueno, justo frente a él estaba Changmin. Pero no era el mismo Changmin que conoció una semana atrás y al que contrató hace apenas dos días.

El chico frente a él vestía un impecable traje negro que se amoldaba perfectamente a su impresionante cuerpo y una camisa de seda del mismo tono. No llevaba corbata, pero eso no le restaba elegancia, al contrario, era… perfecto.

—¿Changmin? —parecía que esa sería la forma en que comenzarían sus conversaciones siempre—. ¿Eres tú? —es que se veía tan diferente que por un momento no lo reconoció.

—Eh… Sí —respondió Changmin sonrojándose un poco, mirando a los ojos de Yunho un segundo, para luego desviar rápidamente la mirada.

Y ahí estaba de nuevo Changmin. Yunho dejó escapar un suspiro de alivio al ver que su mirada era la misma de antes. Ahí estaba toda esa inocencia, esa timidez, esa inteligencia que tanto lo habían impresionado y cautivado. Porque por mucho que le gustara cómo se veía ahora, él no se había enamorado de Changmin por su apariencia. Pero su niño (porque así era como lo llamaba ahora internamente) seguía siendo el mismo, sólo que… diferente.

Changmin por su parte, estaba un poco incómodo. Casi se arrepentía de haberle pedido consejos a Jaejoong, el chico era un poco extravagante después de todo.

—¿Se ve demasiado extraño? —preguntó tímidamente.

—¡NO! —dijo Yunho casi gritando. Changmin lo miró extrañado y Yunho se aclaró la garganta—. No es eso —agregó bajando la voz—, es sólo que…

Yunho recorrió a Changmin con la mirada. Pasó de su atractivo rostro a sus anchos hombros, el pecho, los brazos, el abdomen, y finalmente en sus largas piernas. Pensamientos no muy decentes de esas piernas enredadas en su cuerpo comenzaron a cruzar por su mente. Un furioso sonrojo se apoderó de sus mejillas sin que él pudiera hacer nada para evitarlo.

Inmediatamente se giró y le dio la espalda al sexy, sexy hombre frente a él. ¿Qué había ocurrido con Changmin estos días en que no se habían visto?

Sí, es cierto que le alegraba demasiado que su niño siguiera siendo el mismo por dentro, pero si a eso le aumentabas el hecho de que ahora se veía así exteriormente, pues… el resultado no podía ser muy bueno para du estabilidad mental y emocional.

—¿Se encuentra bien, Señor Jung? —escuchó la suave y melodiosa voz de Changmin a su espalda.
—Sí, sólo… dame un minuto.

Yunho respiró profundamente un par de veces tratando de controlar su sonrojo y disminuir el ritmo de los latidos de su corazón. Estaba seguro de que Changmin iba a ser su muerte algún día, y sin siquiera estar consciente de ello.

Changmin no sabía que pensar ahora. Bueno, sí sabía, pero no le agradaba mucho la conclusión a la que llegaba su cerebro. Primero estaba la forma en la que Yunho le sonrió la primera vez que se vieron; luego esas miradas tan intensas que le daba, como si quisiera atravesarle el alma; también estaban las constantes turbaciones y cambios de tema en la conversación de Yunho; la forma en la que lo devoraba con los ojos hace un momento; y ese repentino e inesperado sonrojo que pudo notar, por mucho que el mayor tratara de ocultarlo.

Era demasiado para ser sólo casualidad o coincidencia. ¿Podría ser que a Yunho…?

«No, cálmate Changmin. Estás viendo fantasmas dónde no los hay. ¿Cómo crees que alguien como Jung Yunho, EL Jung Yunho, pudiera fijarse en ti?... Además, no sé que tanto estoy pensando si yo ya tengo a Jaejoong»

Pensaba Changmin, sacudiendo la cabeza como para apartar las tonterías que se le ocurrían. Sin embargo, la semilla de la duda quedó sembrada en él. Y por alguna extraña razón, eso le agradaba. Y mucho.

Una vez que Yunho reunió el orgullo suficiente como para no mostrar reacción alguna, se encontró mucho más tranquilo y dueño de la situación. Y decían que ser alguien orgulloso no era bueno; hasta ahora eso era lo único que le impedía preguntarle a Changmin si quería pseudo-casarse con él. Alabado sea su orgullo.

De nuevo se giró para quedar ahora frente a frente con Changmin, sonriendo diplomáticamente. Changmin frunció el ceño un poco por el cambio tan drástico en Yunho, aunque sonrió inmediatamente después.

—Bueno —dijo Yunho—, ya deberíamos comenzar con el trabajo, ¿no crees?
—Claro, cómo usted guste.
—De acuerdo. ¡Vamos!

Pronto ambos estaban de verdad concentrados en el trabajo, pero aún así Yunho no podía evitar perderse de vez en cuando al observar el rostro del menor.
«¿Qué es lo que has hecho de mí, Changmin?»

El menor se concentró en el trabajo, totalmente ignorante de la tormenta de emociones que era su jefe en este momento. Pero el sonido repentino de un celular lo distrajo enormemente. Por un momento pensó que era el suyo, pero entonces vio como Yunho se apresuraba a contestar.

—¿Diga?

Changmin dejó lo que hacía para ver al mayor. De pronto vio cómo su cara se trasformaba rápidamente en una de total alegría. Yunho se puso de pie y salió de la oficina para continuar su llamada. Cuando volvió su cara resplandecía totalmente. Changmin no pudo evitar preguntarse quién había llamado.

—¿Pasó algo importante? —la pregunta salió de sus labios antes de poderla detener.
—¿Eh? No, nada. Es sólo un viejo amigo que no veía desde hace mucho tiempo —respondió el mayor.
—¿Ah, sí?
—Sí. Quedamos de vernos luego —dijo volviendo al trabajo, pero Changmin pudo notar la enorme sonrisa que nunca dejó los labios de su jefe.

~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~


Changmin tocó la puerta del departamento de Jaejoong y Yoochun. Ya era un poco tarde pues el trabajo había tardado más de lo que esperaban, pero tenía muchas ganas de ver a su novio y no podía esperar hasta el otro día, sólo esperaba que no le molestara mucho.

Mientras esperaba, volvió a recordar el asombroso cambio de expresión de Yunho después de la llamada. Sin duda debía ser un amigo muy cercano. En ese momento la puerta se abrió y Changmin se quedó literalmente con la boca abierta. Jaejoong abrió con nada más que un par de bóxers y el cabello mojado. Parecía realmente sorprendido de verlo ahí.

— ¿Changmin? —preguntó sin poder disimular la sorpresa—. ¿Qué estás haciendo aquí?

Antes de que Changmin pudiera responder, una voz desde el fondo del departamento le interrumpió.

—¿Jaejoong-ah?

Changmin desvió la vista hacia la voz, y vio a un chico que jamás había visto. Era un hombre muy apuesto, rubio, que estaba en las mismas condiciones que Jaejoong, sólo con bóxers y el cabello mojado. Changmin sintió como su corazón se detenía ante lo que estaba viendo. ¿Quién era ese chico?

Quería gritar, preguntarle a Jae qué era lo que estaba pasando, pero sus palabras morían en el momento en que trataba de pronunciarlas. Sintió como sus ojos comenzaban a arder por lágrimas que se negaba rotundamente a dejar salir. Jaejoong parecía confundido por la reacción de Changmin.

El hombre que estaba con Jaejoong parecía no entender lo que sucedía. Pasaba la mirada de Jaejoong a Changmin.

—Joongie, ¿quién es él? —preguntó con una mirada curiosa.

Changmin hasta pudo escuchar el sonido de su propio corazón al romperse. Una lágrima solitaria resbaló por su mejilla al mismo tiempo que la ira crecía en su interior.

4 Comentarios:

  1. GdRaGoN3/24/2010

    buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa dejalo Changmin!!! dejalo!!!! maldito jae!!!!! no se merece tu amor!!!! mejor ve con Yunho shi q el te ama con locura!!!! esto DEBE terminar con un homin muy pornoso jujuuj (aish ya vengo yo con exigencias jejeje) >////< buaaaa maldito jae wenu..espero la conti pronto q me ha gustado tanto!!!!! hermoso amo este fic!!!

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  2. Anónimo3/24/2010

    NOOOO! Changim! ! Estás en lo correcto! No dudes y corre a los brazos de tu jefeee! Abre los ojos y ve quién te quiere de verdad TT____TT

    Amo este fic! Mori cuando vi la actualización!
    Esperaré con muchas ganas como continua!
    Ay Jae... no sabes lo que te pierdes!

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  3. Anónimo5/02/2010

    Jae mereces ser quemado en la hogera!!!!

    o.ó


    minnie vaya con yunhi *¬*

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  4. changminnie no llores

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