Los minutos pasan lentamente, las dos horas de clase se me hacen interminables, es una eternidad. Mis músculos están tensos, apenas puedo mover mis extremidades con destreza, no puedo poner atención a la clase, por mas que lo intente. De vez en cuando mis ojos se desvían a mi derecha, posándose en Micky, quien parece tranquilo, como si nada hubiese pasado, él esta con la mirada fija en el profesor y tomando apuntes de su lección, por más que busco en sus ojos y en sus movimientos, no logro encontrar ni una pizca de enfado, ni tristeza. “Soy un idiota, claro que está bien, cosas como esta no han de importarle demasiado” sonrío para mi mismo aliviado, también un poco decepcionado, “talvez me estoy volviendo mas idiota con el pasar de las horas” y es cierto, una parte muy pequeña de mi, quería que Yoochun reaccionara diferente, que me reprochara el haberle ocultado algo, lo hubiese preferido, por lo menos así sabría que diablos siente o piensa, ya que me es imposible descifrarlo por mi mismo.
Al no encontrar indicios de incomodidad en su rostro, dirijo mi mirada al frente, tratando de entender o al menos oír lo que enseña el profesor, alcanzo a entender una cosa o dos, pero mi poca concentración es interrumpida por la voz de mi mejor amigo, proveniente de mi izquierda…. eso si es que aun lo es.
- ¡Ey! Junsu ah~~ – susurra con una sonrisa de oreja a oreja, tratando de llamar mi atención.
Con todas mis fuerzas intento ignorarlo, no porque no quiera hablarle ni mucho menos, si no porque todo esto me toma de sorpresa “No se que decirle o como reaccionar, no se si dejarle en claro que no me gusta y sacarlo de mi vida, aunque no creo poder”, entre pensamientos me dejo llevar.
- Junsu… ¡Junsu!... – el tono de su voz sube, logra llamar mi atención, no puedo evitar el girar mi rostro hacia la izquierda y mirarlo fijamente.
- Di…dime – torpemente mi voz se quebranta, ante el evidente nerviosismo que me provoca la situación, aunque no se porque ya que Micky no parece molesto en lo absoluto.
- ¿Te parce si vamos al lugar de siempre? – su rostro como de costumbre, refleja la dulzura que lo caracteriza y logra que una sonrisa inconciente, al recordar algunas cosas, se apodera de mi rostro.
- Estamos en clases… luego hablamos – susurro tratando de ponerme serio, lo que es arruinado al ver como me hace una mueca con la cara, al instante suelto carcajadas que no puedo controlar.
- Alumno… ¿le parece graciosa mi clase? – interroga el profesor, notablemente molesto con mi reacción.
- No...no jajajaja… - quiero dejar de reír, pero esa cara siempre me ha provocado lo mismo, esa cara de mono que pone es clásica.
A mi derecha percibo como Micky se ajusta en su asiento, quedando de lado mirándome, tal vez disfrutando de mi momento de humillación pública.
- Ya veo, tome sus cosas y vaya a reírse a otro lado – sentencia el maestro. Sé que es mi error así que sin objetar y aún entre risas, tomo mis cosas y me levanto.
Siento alivio pero a la vez pesar, de reojo miro a Micky quien se encuentra nuevamente concentrado escribiendo en su cuaderno. “De verdad parece que mi presencia no le va ni le viene, le da igual” al instante sonrío y comienzo a caminar con dirección a la puerta del aula, al salir me apoyo unos segundos en la pared tratando de pensar a donde ir o que hacer con mi tiempo libre, sin querer logro oír al profesor.
- Bien…si alguien más le quiere hacer compañía al bufón, que salga de inmediato – no tiene porque ser tan antipático, pero que mas da, así ha sido siempre ese maestro.
Logro oír el desplazamiento de una silla sobre el piso, y las pisadas de alguien que se acerca más y más hacia la puerta.
- Bueno…ya veo, dos bufones…ahora por favor continuemos con la clase – Aclara el profesor.
“¿Quien puede ser?” pienso mientras mi mirada se fija en aquella puerta y sin ningún motivo aparente mi corazón comienza a latir a mil por hora “¿Crees que es Micky?...sueña” en momentos como este desearía no tener conciencia, pero tiene algo de razón, aún así espero a ver quien sale del otro lado de aquella puerta.
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“No se que hacer, esta situación no…se puede sostener por mucho tiempo” pienso, mientras mantengo mi mirada fija en Yunho, en aquellos labios que deseo besar con tantas fuerzas, que me es casi imposible frenar mis instintos, sin poder evitarlo mis ojos se desvían hacía la persona que se sienta a su lado derecho, Changmin, quien parece absorto en la charla del profesor y toma apuntes como si se tratara de un asunto de vida o muerte, su rostro parece tan despreocupado en estos momentos, que podría jurar que todo lo vivido la noche anterior no había sido mas que un sueño, pero el dolor que se alberga dentro de mi pecho me dice que fue real, muy real.
Aquella mañana…había sido una de las más difíciles de enfrentar, cuando me encontré con Yunho recostado en mi cama, la culpa comenzó a carcomer cada parte de mi ser, tanto así, que no fui capaz de…de estar con él, de que hiciéramos el amor, utilizando la tonta excusa de que no llegaríamos a tiempo a clases, que Min nos podría descubrir y aún no era tiempo de revelar lo nuestro “¡Por Dios!, me siento tan asqueroso” es así, siento que soy el ser mas vil y cruel del mundo al no poder decirle toda la verdad a la persona que amo, me siento tan culpable que ni siquiera puedo disfrutar los minutos que paso a su lado, si quiera el estar ahora sentado junto a Yunho es una tortura, ya que cada partícula de mi ser, quiere decirle todo lo ocurrido la noche anterior, pero mis manos se encuentran atadas, ya que no es mi secreto, no es ni mi derecho ni mi deber el revelar los complejos sentimientos de Minnie.
Entonces mis ojos se pierden en aquel rostro de niño, del menor de nosotros, su aparente inocencia, sus ojos que parecen reflejar sinceridad… no lo niego, quizás, en una realidad alterna, una en donde no existiera Yunho, ni siquiera hubiese dudado en aceptarlo y ser su novio, “tal vez Yunho al enterarse piense lo mismo que yo”… “y que pasa si ¿Yunho prefiere estar con Changmin?” este tipo de ideas se comienzan a hacer mas recurrentes, logrando que en una pequeña parte de mi corazón, la inseguridad se aloje, aún así no puedo sentir odio ni rencor hacia Minnie, “el debe sentirse mil veces peor que yo en estos momentos, ya que su corazón está dividido”, “y ¿el tuyo no?” responde mi voz interior, al oír esto no puedo evitar el dar un pequeño salto, ante tal afirmación, hecha por mi propia mente.
- ¡Por supuesto que no! – respondo en voz alta, gritando y parándome de mi asiento, sin siquiera recordar que aún estamos en clases.
Al instante siento como las 50 miradas de los alumnos se posan en mi, además de la del profesor quien me mira entre intrigado, enojado y un tanto asustado, “ha de pensar que perdí la cabeza”… “y ¿No la has perdido ya?” me responde aquella voz que siempre me ha molestado.
- Maldita voz interior ¡YA CALLATE! – creo que estoy perdiendo el poco juicio que me quedaba.
- Alumno… ¿se encuentra bien? – me interroga el profesor mientras se acerca algo preocupado.
- ¿Ehh?...si si, no se preocupe – contesto mientras me vuelvo a sentar.
- Bueno, entonces…retírese de mi clase - dice el profesor para luego darse media vuelta.
Después de todo debería darle las gracias, ya no soporto un minuto mas sentado junto a Yunho y tan cerca de Changmin, necesito estar solo, completamente solo, pensar en como me está afectando esta situación a nivel inconciente y que resultados tendrá en mi relación de pareja y de amistad… “¿Podré seguir teniendo una relación estable con Yunho?..o ¿me carcomerá la culpa hasta que Min le confiese lo que le sucede?...¿que pasara con Min…podremos seguir viviendo juntos?”, sigo pensando cosas como esta mientras tomo mi bolso y salgo de la sala, sin siquiera voltear a ver atrás, no soportaría ver el rostro de desconcierto de Yunho.
- Bueno…ya veo, dos bufones…ahora por favor continuemos con la clase – es la sentencia final del maestro, y lo único que alcanzo a oír, ni si quiera se de que habla “¿bufón?...vaya si que me conoce”.
Cruzo la puerta de aquella sala con la mirada baja, siento como si estuviese escapando, que me convierto en cobarde con cada paso que avanzo, sé muy bien que el huir de un problema no lo resuelve “¿Qué mas puedo hacer?...nada, no quiero lastimar a Yunho, no quiero que piense mal de mi, por ningún motivo deseo que piense que no lo amo… ¿Qué hago?” es entonces cuando levanto la mirada para encontrarme a Junsu de frente, me asusta, no sabia que me lo encontraría, por lo que retrocedo unos cuantos pasos.
- Junsu… ¿Qué haces aquí?... ¿llegaste tarde? – lo interrogo mientras comienzo a notar, que su mirada cambia, al principio denotaba expectación, pero al verme…parece que se decepcionó.
- ¿Ehhh?... tan despistado como siempre – Sonríe, para luego acercarse un poco. – Kim Jaejoong… a mi también me expulsaron de clase – responde mientras con su dedo índice golpea mi frente.
- ¿Enserio?... disculpa no te vi – le devuelvo la sonrisa y comenzamos a caminar por el pasillo, sin rumbo ni destino aparente.
- y…dime Jae, ¿Qué te traes entre manos? – gira su rostro y arquea una ceja.
- ¿Yo?...nada, ¿porqué lo dices? – desvío mi rostro un tanto sonrojado.
- Ok…no te creo, me lo dirás luego – su voz me tranquiliza. – Hace tiempo que no hablamos a solas ¿no te parece? – se detiene, observándome fijamente.
- Tienes razón – le sonrío, al notar que nos encontramos en el patio de la facultad me detengo copiando su ejemplo, cierro los ojos inhalando un gran bocado de aire puro. – Hace mucho… esto es tan hermoso y nunca nos detenemos a apreciar lo que nos rodea – le digo mientras vuelvo a abrir los ojos, examinando con la mirada aquel hermoso patio, lleno de áreas verdes, plantas, árboles y aves.
- Ja ja ja – oigo por primera vez en mucho tiempo la hermosa sonrisa de mi amigo, que atrae toda mi atención. – Jae…eres tan…especial – inquiere mientras me saca la lengua.
- ¡Ey!, estaba tratando de decir algo profundo…tu vienes y lo arruinas – alego, pero es demasiado tarde Junsu ya se echó a correr temiendo que lo golpeara “Tal vez…pasar un rato con él me distraiga”, le sigo el juego y aparento estar enfadado, comienzo a correr persiguiéndolo por todo el patio.
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Desde el aula, se encontraba el profesor mirando por la ventana, observando su comportamiento, su rostro reflejaba, entre confusión y enfado.
- Y es por esto alumnos…que no deben consumir drogas – declaró en un tono sarcástico y bromista, logrando que casi toda la clase estallara en risas.
La excepción eran cuatro alumnos en particular, dos de ellos fijaban la mirada en el delfín, mientras los otros dos no apartaban los ojos de aquel muchacho que caía o tropezaba con cada paso que avanzaba.
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- ¡Ya!, me doy por vencido – exclamo, tirándome al piso completamente agotado.
- ¿Tan pronto te rindes Jae? – responde Junsu.
A los segundos siento como se desploma a mi lado, aun puedo oír su risa contenida. Nos quedamos tirados en aquel lugar, sobre el césped, por un par de minutos, sin hablar respetando el silencio de cada uno sin necesidad de preguntar.
Mi mente vuelve a sus problemas, sigo pensando en ¿como actuar frente a Yunho?, ¿que hacer con la confesión de Changmin?, ¿podremos seguir siendo todos amigos?, pero ahora me siento un poco mas tranquilo, luego de volver a vivir la vida sin problemas, por unos minutos, en la compañía de Junsu. Algo dentro de mi me dice que él puede comprender lo que siento…a su lado puedo pensar con tranquilidad, su sola presencia me ayuda, “quisiera…quisiera poder contarle todo lo que me pasa” es cierto, desearía poder reunir el coraje para contarle…pero me asusta, no estoy listo aún, para compartir esto con alguien “soy un idiota” al pensar esto suelto una carcajada.
- ¿De que te ríes? – se voltea, quedando apoyado en su costado, interrogándome con la mirada.
- De nada – le contesto, mientras me pongo de pie. – Es bueno volver a verte así – extiendo mi mano para ayudarlo a levantarse. – Desde hace un tiempo…actúas extraño –.
- Lo se – me sonríe, aceptando mi ayuda y poniéndose de pie. - …Gracias Jae – repentinamente, siento como sus brazos me rodean y me veo envuelto en su abrazo.
Al principio no lo entiendo bien, “¿porqué me agradece”, me toma por sorpresa, luego…al sentir la calidez y sinceridad de aquel abrazo, no puedo evitar el corresponderle.
- Gracias a ti…Junsu – “enserio muchas gracias por darme un poco de tranquilidad” lo abrazo fuertemente unos segundos.
- Bueno… - Siento como golpea mi espalda. – Somos los renegados de clases…regresemos a casa -.
- …cierto, anoche no regresaste… ¿sabes que le pasó a Micky?...creo q se mudó – le pregunto, ya que tal vez el sepa algo mas que nosotros.
- ¿yo?... ¿porque yo?...no se, pregúntenle a él – aclara, soltándose de nuestro abrazo y comenzando a caminar.
Esto es más que extraño… “es mi idea…o… ¿se puso nervioso?”, me detengo a pensar en aquello un instante, pero a los pocos segundos le sigo el paso, de vuelta…camino a casa...
Nos pasamos la mañana entera jugando video juegos, carreras y peleas, a su lado es como volver a ser niño, me siento cómodo, siento como si él fuese mi otro yo…somos muy diferentes, tal vez demasiado, pero algo me dice que nos parecemos…de cierto modo.
Cocino algo para comer, y seguimos sin ningún plan…solo haciendo lo que se nos diera la gana, jugar, ver televisión, navegar en la Internet un rato…cualquier cosa. Hasta que mis ojos se desvían y notan la hora, dan las 6 de la tarde…estamos sentados en la sala y dentro de poco llegarán los demás…dentro de poco tendría que volver a la realidad. Me volteo a mirar a Junsu y me sorprendo al encontrar en su rostro una expresión similar a la que debo tener en estos momentos, trato de hablarle, pero me quedo sin palabras al oír como se abre la puerta.
- ¡Estamos en casa! – exclama Yunho como de costumbre.
Me inundan los nervios…tanto que ni siquiera reacciono, ni me muevo, solo mis ojos buscan a la persona que acaba de hablar. Veo a Yunho y detrás de él, me encuentro con Minnie…su rostro refleja tristeza…esto también me deprime, no me gusta verlo así.
- ¿Tienes que gritar?...mamá esta sentada justo aquí – bromea Junsu señalándome con su dedo índice.
- Lo se – responde Yunnie, sentándose a mi lado. - ¿Qué hay de comer? – pregunta despreocupadamente.
El sentirlo tan cerca logra que me sonroje de inmediato, mas aún cuando casualmente pasa uno de sus brazos por el respaldo del sillón, rodeando mis hombros, los latidos de mi corazón se vuelven cada vez mas irregulares, me cuesta respirar, me inunda la sensación de deseo, de besarlo sin contenerme, sentir sus labios, recorrer su boca, tocar su piel…todo esto con tan solo sentir su cercanía. Entonces recuerdo que la presencia de Min, levanto la mirada y me encuentro directamente con la suya, la desvía al instante en que estas se encuentran.
- Tengo hambre, ¿Qué hay de comer? – Pregunta Changmin, en un claro intento por evadir sus sentimientos.
- No…no Hay nada – contesto, mientras la culpa se apodera nuevamente de mi, como desearía que…las cosas fuesen diferentes.
Me levanto, logrando que Yunho me suelte…me siento aún mas culpable, por un lado quiero evitarle momentos difíciles de soportar…como este, a Changmin, pero por otro lado, deseo con todas mis fuerzas que Yunho me abrace, me sostenga, me bese…necesito oírlo decir que me ama, lo necesito para seguir adelante, para saber que debo hacer.
- Vamos a comprar algo – escucho la voz de Yunho tras de mí, siento como se levanta y se gana a mi lado.
- Ve tú…yo no tengo ganas – le respondo con la voz fría y cortante, me lastima el tratarlo de esta forma... no se ni siquiera por qué lo hago.
- No te pregunte si tenías ganas… - su voz se torna seria. – Vamos… - vuelve a insistir esta vez sujetando fuertemente mi mano, halándome de esta forma fuera del departamento.
Miro por última vez el rostro de Changmin, en el cual veo una sonrisa…una triste, que refleja perfectamente como se debe estar sintiendo en estos momentos, resulta como un puñal…la más mortífera de las armas, lo único que puedo hacer es intentar no dañarlo tanto…solo eso.
Sigo siendo arrastrado por Yunho hasta el ascensor, en donde me suelta y se aleja, por mi parte me quedo en silencio, sin dirigirle la mirada, tratando de no reconocer su presencia…lo ignoro “¿Qué estoy haciendo?...lo amo…”. Llegamos al primer piso y salimos del edificio, en silencio. Comienzo a caminar con lentitud, quedando tras de él, mirando fijamente la acera, queriendo con todas mis ganas abrazarlo y pedirle disculpas por mi idiotez, pero no lo hago, algo dentro de mi me lo impide, de alguna forma inconciente lo estoy alejando de mí.
De la nada, siento una presión en mi muñeca y soy halado nuevamente hacia un callejón, por el miedo cierro mis ojos, me estrellan con fuerza contra la pared fría, siento una respiración agitada contra mi rostro.
- ¿Por qué?... ¿Por qué me ignoras? – reconozco aquella voz…es Yunho, al instante abro mis ojos, viendo fijamente su rostro. - ¿Por qué no quieres estar cerca de mi? – su voz refleja enojo, pero se comienza a quebrantar. - es que… ¿ya no me amas?... ¿te doy asco? -.
Sus manos, se apoderan de mis muñecas, dejándolas por sobre mi cabeza, prisioneras en contra de aquella pared. Comienza a delinear suavemente el contorno de mis labios con su boca, logrando que mi piel se erice y que mis caderas se acerquen a las suyas, dejándome sentir su aliento, su deseo por besarme, A penas puedo articular palabra.
- N…no, yo… - muerdo mi labio al no saber que responder, si se que responder, pero no puedo decírselo.
Miro sus ojos, los cuales reflejan desconcierto, es como si quisiera leer mis pensamientos, descubrir lo que me sucede, es bueno que no pueda hacerlo. Comienza a dibujarse en su rostro una sonrisa, antes de que pueda preguntarle que le hace gracia, me veo envuelto en sus labios, se abre paso en mi boca, dejándome saborear nuevamente cada rincón de esta, noto su desesperación al sentir su lengua contra la mía, siento su deseo que se ve reflejado en el mío, ni siquiera me resisto, necesitaba de sus besos, necesitaba sentirlo así, de esta forma. Lentamente la presión que ejerce sobre mis muñecas va disminuyendo, hasta dejarlas libres, posando sus manos en mi rostro, tratando de que no intentara dejar de besarlo, mis manos envuelven su cuello, me entrego por completo ante aquel beso, espero que de esta forma entienda lo que siento por él. Nuestras bocas parecen no necesitar descanso, su lengua juguetea con la mía, sus labios necesitan de los míos, tanto como yo necesito de los suyos, se me hace difícil respirar, pero no lo dejaré ir…no dejaré de besarlo. Repentinamente la imagen del rostro entristecido de Min aparece en mi cabeza, siento que lo engaño de alguna forma “no se que me está pasando, será que siento algo por él, ¿es posible? o…tal vez…soy, demasiado egoísta”.
Repentinamente la imagen del rostro entristecido de Min aparece en mi cabeza, siento que lo engaño de alguna forma “no se que me está pasando, será que siento algo por él, ¿es posible? o…tal vez…soy, demasiado egoísta”.
Debo serlo, necesito de la cercanía de Yunho, sentir su cuerpo rozando contra el mío, sus ansias de probarme, que se manifiestan en cada una de sus acciones “lo necesito tanto…”. Sus manos atraen mi rostro aun más hacia el suyo, su lengua ha dominado por completo mi boca, ya es suya al igual que cada partícula de mi cuerpo, el que reacciona ante su tacto, su roce, logrando que la excitación comience a hacerse presente en mí. Con su cadera, empuja mi cuerpo dejándome completamente recostado en aquella pared, el sentir el roce de su miembro contra el mío, aún por sobre la ropa, logra que despierten todos mis sentidos y a la vez los entorpece, cada centímetro de mi piel es sensible a su toque, cada parte que el toca o simplemente roza, arde con intensidad, es como si me quemase, me inunda un calor inexplicable mientras una de sus manos dibuja el contorno de mi silueta hasta posarse en mi cintura.
- Respóndeme…por favor – apenas oigo su voz, ya que susurra en el instante en que libera mis labios para recuperar el aliento, quedando su rostro a unos centímetros del mío, aun puedo sentir su respiración agitada.
No se que responder, no puedo decirle que me siento culpable al ocultarle lo que sucede, mucho menos el decirle que esta sensación de culpabilidad también la comienzo a sentir hacia Changmin, creo que de alguna forma los engaño a los dos y es ridículo… lo se, porque Minnie no es mi novio… “¿Qué le digo?...no puedo…lo mejor es alejarlo hasta que Min le cuente todo” con este pensamiento, tal vez errado pero es lo único sensato que puedo maquinar en estos momentos, busco las fuerzas en mi interior para arrastrar mis manos y colocarlas con determinación sobre su pecho, es un milagro que pueda hablar ya que siento como mis piernas tiemblan, mi mente se nubla, mis cuerdas vocales se tensan… mi cuerpo juega en mi contra, no quiere que suelte estas palabras, pero creo que es lo mejor aunque me duela…es lo mejor para todos.
- Yunho…yo…es mejor que nos alejemos un tiempo… - con fuerza lo empujo.
Aunque no logro demasiado ya que no se aleja, sigue firme en su postura, apenas logro moverlo unos centímetros. No me atrevo a mirarlo a los ojos, así que escondo la mirada, dirigiéndola al piso de aquel callejón solitario, mientras sigo en mi inútil intento por hacerlo a un lado. Repentinamente sus manos azotan la muralla de cemento quedando cada una a un costado de mi rostro, es un golpe fuerte, logra que lo mire directamente a los ojos, al hacerlo quedo completamente congelado, no puedo creer lo que veo “lágrimas…esta…¿llorando?” tiene los ojos completamente cerrados pero dos lágrimas escapan como fugitivas de ellos recorriendo sus mejillas por completo.
- ¿Yun…ho? – acerco una de mis manos a su mejilla para secar aquellas lágrimas.
Aún incrédulo recorro con los dedos su rostro, secando aquellas gotas y comprobando que son reales, nunca lo había visto así, jamás en todos nuestros años de amistad lo vi llorar, esto me lastima aun más, apenas puedo contener mi propio llanto, en cualquier segundo comienzo a llorar, pero no puedo, no debo hacerlo frente a él.
- ¿Por qué?... – susurra Yunho sin abrir sus ojos.
- Yo…todo esto sucedió muy rápido, necesito un tiempo para procesar todo lo ocurrido y pensarlo bien… - miento descaradamente, mi rostro no debe reflejar ningún tipo de emoción, al menos eso intento, aunque por dentro me esté muriendo de dolor, prefiero que sea así.
Pasan los segundos y no veo respuesta alguna de su parte, lo miro intrigado mientras muerdo mi labio tratando de contener mi llanto y las ganas de decirle toda la verdad, contengo el impulso de rodearlo con mis brazos, abrazarlo… no dejarlo ir nunca, pero debo detener mi egoísmo, debo darle la oportunidad de conocer los sentimientos de Changmin, decidir por su cuenta, si sigo así estando a su lado, sintiéndome culpable solo lo dañaría mas, “solo espero que cuando se entere de todo lo que sucede, me comprenda y perdone”.
Entonces baja una de sus manos, sin decir nada, sin siquiera abrir sus ojos, me cuesta entender pero me doy cuenta que lo hace en señal de que me deja ir, me libera “¿así de fácil?” pienso en aquel instante “de verdad… va a creer en esas palabras, sin siquiera ponerlas en duda, luego de todo lo que ha pasado entre nosotros…luego de todas las veces que le dije que lo amaba…” ni yo mismo me entiendo, es lo mejor, lo sé porque llegué a esa determinación, pero el saber que ni siquiera se detuvo a dudar un segundo…en aquellas palabras, me termina de derrumbar por completo “así es como creías en nuestro amor…así de fácil caes por una mentira tan obvia”, ahora una sensación de enojo reemplaza aquella tristeza profunda, la ira nubla mi juicio mientras esbozo una sonrisa irónica y sin mirar atrás comienzo a caminar.
Sigo así, sin rumbo, caminando por aquella acera un par de cuadras, hasta que ya no doy mas, me desplomo en plena calle, apoyando mi espalda contra el frontis de una tienda, quedando sentado sobre el frío cemento. Llevo mis manos de inmediato hacia mi pecho, “duele…demasiado” comienzo a sentir como si hubiesen desgarrado mi piel y me hubiesen arrancado el corazón. De inmediato se hace presente el vacío, mis mejillas se humedecen rápidamente, con el caer de las lágrimas tibias desde mis ojos “¿Por qué?”, es lo último cuerdo que pienso, presiono las manos contra mi pecho con toda la fuerza que me queda y escondo mi rostro… poco a poco siento como si perdiera la conciencia… “el dolor es…muy fuerte”.
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- Mmm… ya dan las 7, estos como que se fueron a comer a otro lado sin nosotros – Comento, mientras mantengo la mirada fija en el televisor de la sala.
- Claro… - es la única respuesta que consigo por parte de Changmin.
- ¿Acaso el hambre ya nubló tu capacidad el habla? – lo interrogo con ironía.
Solo logro ver una leve mueca en su rostro, un intento mal logrado de sonrisa, “no se lo que le suceda, pero ha de ser grave o tal vez solo tiene hambre”, la verdad no lo sé, pocas veces lo he visto tan decaído, me preocupa, pero de seguro se le pasa una vez lleguen con la comida…eso si es que llegan. Dirijo mi mirada nuevamente hacia el reloj “me pregunto… ¿Qué estará haciendo Micky?...de seguro ya salio de la universidad…” mi mente y mis pensamientos comienzan a girar nuevamente en torno a Yoochun, tanto que casi puedo jurar que siento su aroma, cierro mis ojos y recuerdo su silueta, lo llamo con la mente y el corazón.
El sonido del timbre me trae de vuelta a la realidad, puedo sentir el ardor en mis mejillas al darme cuenta de que en mis pensamientos, veía a Micky completamente desnudo, como aquella mañana. Intento levantarme, pero Changmin se para como una bala y en menos de lo que canta un gallo ya se encuentra envarado frente a la puerta.
-Vaya…de verdad ha de tener apetito – afirmo un tanto asombrado por su agilidad.
- Ahh… y ¿tu quien eres? – oigo la decepción en su voz, pero no veo de quien se trata ya que mi posición no me lo permite.
- Mucho gusto, puedes decirme Eunhyuk – al oírlo, abro los ojos de par en par debido a la sorpresa.
Me levanto con la misma agilidad que Minnie segundos atrás, y me encuentro envarado a un lado del más alto, mirando fijamente a mi amigo Eunhyuk.
- ¿Q…que haces aquí? – no puedo evitar el tartamudear.
- Hola – responde sonriente como de costumbre. – ¿Ya no recuerdas?…tenemos un compromiso – aclara, levantando uno de sus brazos y tomando mi mano.
- …Genial, si quieren me explican – interviene Min, un tanto confundido.
- No hay nada que explicar – se oye una cuarta voz proveniente del pasillo, fuera del depa.
“No puede ser, esa voz…. ¿Micky?” quedo paralizado ante la sola idea de que Yoochun se encuentre observándonos, ya que se supone que no regresaría aún…que se quedaría por un tiempo en el hotel “Mi mente debe estar jugando conmigo, debe ser mi imaginación”.
- Hola Micky – le saluda Eun, con su típica sonrisa, mientras sujeta fuertemente mi mano.
- ¿Yoo…chun? – susurro aun incrédulo, girando el rostro siguiendo el provenir de su voz.
- ¿Si? – responde tranquilamente mientras se acerca, quedando a unos centímetros de distancia. – Lo siento Eunhyuk, Junsu ayudará a que me instale nuevamente en el departamento, me temo que tendrán que dejar su…reunión, para alguna otra ocasión – dice, mientras me dirige la mirada y sonríe.
- ¿Si? – responde tranquilamente mientras se acerca, quedando a unos centímetros de distancia. – Lo siento Eunhyuk, Junsu ayudará a que me instale nuevamente en el departamento, me temo que tendrán que dejar su…reunión, para alguna otra ocasión – dice, mientras me dirige la mirada y sonríe.
- Pues Junsu y yo ya habíamos quedado en algo – contesta Eunhyuk sin soltar mi mano.
- Ehh…yo te puedo ayudar a acomodarte en el depa de nuevo, no es necesario que Junsu se quede – interviene Minnie quien mira la escena un tanto intrigado.
- bueno, todo arreglado entonces – aclara Eun mientras jala de mi mano, obligándome a seguirlo.
De la nada siento presión en la muñeca derecha, la que estaba libre, me detengo ya que no me permite avanzar “ese…es Micky, podría reconocer el toque de su piel en cualquier lugar” no entiendo su actitud para nada, puede que de verdad quiera mi ayuda, ya no se que pensar.
- Necesito a Junsu – deja en claro Yoochon con un tono de voz autoritario, ejerciendo más presión sobre mi muñeca.
Comienzan a lastimarme, me duelen las manos ya que ninguno de los dos me ha soltado, la verdad quiero estar al lado de Micky, lo extraño a pesar de que no hemos estado mucho tiempo separados, ni siquiera un día, pero quiero pasar el rato con él, necesito tenerlo cerca para alejar todas aquellas dudas un tanto idiotas que aparecen en mi mente cada vez que no estoy cerca suyo, creo que me he vuelto demasiado dependiente y en parte no me gusta… me desagrada estar tan apegado a alguien, solo agradezco que ese alguien sea Yoochun. No se que puedo hacer en una situación como esta, “es cierto quedé con Eunhyuk y creo que debo cumplir con mi palabra, pero por otro lado…” giro mi rostro y observo detenidamente al hombre que amo, se ve molesto, no entiendo bien porque, en su mirada se refleja aquella molestia “no se que hacer”.
- bueno, esto ya me supera…si me disculpan – Changmin un tanto extrañado, toma su abrigo y se aleja por el pasillo.
- Suéltalo…solo vamos a salir un par de horas, te lo regreso sano y salvo – comenta Eunhyuk sonriendo de forma diferente, con un dejo de ironía una que nunca antes había visto en su rostro.
- Como te dije antes, lo siento, creo que tendrán que quedar para otro día – Yoochun sigue en su postura firme de no dejarme ir. – Vamos Junsu tenemos mucho que hacer – termina de hablar, mientras me jala un poco y sonríe de forma maliciosa.
- Yo…- quedo inmóvil, mientras pienso en las palabras que estoy apunto de decir. – Porque no… ¿Por qué no te ayudamos los dos? – propongo mirando a Micky fijamente, noto su expresión de sorpresa que se deja ver solo un par de segundos.
Bruscamente suelta mi muñeca, se gira completamente e ingresa de una vez por todas al departamento, “creo que se enfadó por algo” pienso mientras lo miro incrédulo, no entiendo para nada su actitud, esta mañana parecía que todo estaba bien, ni siquiera se interesó en el hecho de que conversara con mi amigo de la infancia…pero ahora “de verdad que no comprendo nada” quedo estático, sin moverme por un par de minutos, hasta que oigo una voz.
- bueno…¿lo ayudamos y luego nos vamos? – Eunhyuk aún no se da por vencido y me sonríe como es habitual.
La verdad es que no puedo resistirme a su sonrisa, es algo que va más allá de mi propia voluntad, desde pequeños a logrado que lo complazca en todo con tan solo sonreír y lo sabe a la perfección, se aprovecha de mi debilidad.
- Como quieras, eso lo veremos luego – contesto sin creer en mis propias palabras, ya que no quiero estar lejos de Micky.
Sin soltar mi mano, comienza a caminar y nos encontramos dentro del departamento, Yoochun nos observa de una manera un tanto extraña “¿tengo algo en la cara?”, no se que hacer, su mirada es un tanto incriminatoria, es entonces cuando noto que aun estamos tomados de la mano, me suelto rápidamente del agarre de Eun sin poder evitar el cambiar a un semblante rojizo “¿en que lío me he metido?” la realidad de la situación en la que me encuentro comienza a notarse, la tensión en el ambiente se hace presente.
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“Tengo que despejar un poco mi mente” con este pensamiento, salgo del edificio, dejando atrás aquella disputa un tanto extraña que se produjo entre esos tres… Junsu, Micky y ese niño con cara de imbecil. La verdad es que poco me importa la situación, aunque no soy idiota y pude notar la tensión existente “Junsu y Micky…ya veo… notaba algo extraño” no puedo evitar sonreír ante la idea de esos dos juntos “estamos todos locos”. Entonces me vuelve a azotar la situación actual en la que me encuentro “¿Dónde…estarán?” mi mente se deja llevar entre un mar de imágenes de ellos dos juntos, Yunho y Jae disfrutando de su tiempo juntos amándose como si no hubiera un mañana, disfrutando de la compañía del otro “cuanto me gustaría el…compartir esos momentos con ellos” es cierto, si bien al principio pensé en separarlos, ahora solo quiero…mas bien deseo compartir un pedazo pequeño de su felicidad, ninguno de los dos me pertenece, no puedo exigir que dejen de ser felices para no sufrir viéndolos, eso sería…idiota, “si tan solo…si tan solo me aceptaran en su relación” que iluso pensamiento, una relación de tres personas es imposible. Detengo mis pasos, levanto la mirada y me doy cuenta de que camino entre las calles sin siquiera notar que llueve, sonrío y sigo sin que me importe, “las gotas se sienten bien en mi rostro, es como si…el cielo comprendiera mi dolor” levanto mi rostro dejando que sienta aquella lluvia.
- Yo solo…solo quiero estar con ellos, aunque no sean míos, aunque no me amen de la misma forma…quiero… - digo en voz alta sin notarlo.
Al darme cuenta de mis propias palabras, no puedo evitar el derramar una lágrima, solo una, que se funde entre aquellas gotas que bañan mi rostro “que idiota soy, eso…es imposible…si sigo así solo…arruinaré lo que ellos tienen” prefiero mil veces que ellos sigan juntos, que se amen, “al fin y al cabo los amo a ambos y quiero su felicidad”. Sin saber porque, giro mi cabeza hacia la derecha, observando un callejón, creo ver la silueta de alguien en el piso, se me hace familiar.
- ¿Yunho?... ¡ey Yunho! – exclamo, esperando su respuesta.
Al no recibir ninguna, camino en dirección a aquella persona, me adentro en aquel callejón oscuro, la lluvia comienza a caer con mas intensidad.
- ¿Yunho? – pregunto por ultima vez, parado en frente de él. - ¿pasa algo?...¿porque estas aquí? – me inclino quedando a su altura, ya que se encuentra sentado en aquel piso inundado por la lluvia.
Nuevamente reina el silencio, poco a poco comienzo a notar su estado, es extraño, todo lo es “¿Por qué esta aquí solo?, ¿Qué pasó con Jae?, ¿Qué le sucede?”, cubre su rostro con sus manos, no me deja verle, con algo de temor toco su hombro, para dejarle saber que me encuentro aquí, frente a él, pasan los minutos y todo sigue igual, aún asi no me alejo, siento que es mi deber acompañarlo, porque…esto debe ser mi culpa.
- Yunho…yo… - intento hablar, pero mi voz se quiebra, dejando notar mi debilidad.
Al oir mi voz, quita las manos de su rostro, levanta la mirada y se encuentra conmigo de frente. A pesar de la lluvia, puedo notar que ha estado llorando por un buen rato, sus ojos están rojos e hinchados, su rostro que siempre estaba rodeado por un tono rojizo, se encuentra ahora pálido por completo y me temo que todo esto es… “mi culpa”.
Levanto una de mis manos y rozo su mejilla, él me mira sin comprender, algo impresionado e impactado con mi presencia tal vez, puede que sienta vergüenza ya que lo encontré en este estado, derrumbado por completo, cuando él siempre ha sido el fuerte, el más fuerte de todos nosotros, pero no me importa, por primera vez puedo ver este lado suyo, lo malo es que… todo el dolor que debe estar sintiendo en estos momentos, se lo provoqué yo.
Las palabras no son necesarias, lentamente acerco mi otra mano a su rostro, tratando de contener su pena, de ser yo quien se sienta miserable y no él. Acerco mi rostro al suyo, suavemente logro que nuestros labios rocen, en un beso suave y cálido, he añorado por tanto tiempo su boca, que me parece algo irreal, por primera vez lo beso sin miedos ni vergüenzas. Me detengo un segundo a contemplar su reacción, pero creo que ha de estar muy lastimado como para comprender lo que hago en estos momentos, quiero que entienda que esta es mi forma de estar a su lado, “deseo que…por un instante me corresponda, no me importa si piensa que soy Jae…solo…” el verlo tan desprotegido ha logrado que la confusión se haga presente nuevamente, ya no me importa nada, solo quiero estar con él. Vuelvo a adueñarme de sus labios, esta vez con mas fuerza, pidiendo permiso para adentrarme en su boca, mis manos aún sostienen su rostro sin dañarlo de ninguna forma. No conozco bien la razón, pero comienza a contestar mi beso, sus labios comienzan a moverse a la par con los míos, me abre paso para probar cada rincón de aquella exquisita cavidad, de pronto todo se comienza a sentir como un sueño, sus manos se posan en mi espalda y me atraen hacia él, me abraza como si no quisiera dejarme ir nunca, siento sus labios fríos y agridulces, debido a sus lagrimas, nuestro beso se prolonga por un tiempo, “desearía que…el tiempo se detuviera en este instante…"
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waaaaaaaaaaaaaaaaa changmin~ ya quiero ver q pasa!!!
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