Ambos jóvenes se encontraban parados frente a un gran edificio de más o menos doce pisos. El moreno hizo un gesto con la cabeza, indicándole al castaño que le siguiera. Entraron al lugar. A su izquierda, los saludaba el señor que atendía en la recepción, y frente a ellos, el menor de los chicos pudo distinguir un cartel pegado en las puertas de ascensor.
“En Mantención” Changmin tragó saliva al leer aquellas palabras escritas en letras negras y grandes.
- Calma, vivo apenas en el tercer piso- Le dijo Jaejoong al pequeño joven castaño, que aún miraba el cartel.- Iremos por las escaleras de emergencia.
El pequeño Changmin agradeció al cielo que su Hyung no viviera en pisos superiores. Acababa de tener una agotadora clase de Gimnasia, y no creía poder soportar subir más de tres pisos a pie. Caminaron en silencio, el menor siempre unos pasos más atrás. Luego de unos minutos, llegaron, y el moreno paró frente a una puerta con el número 333 mientras buscaba sus llaves en su bolsillo. Abrió la puerta, e invitó a Changmin a entrar primero.
- Como ves, no hay nadie- Dijo Jaejoong cerrando la puerta tras el. – Vamos a mi habitación – Sugirió, y con un leve ‘si’ por parte del castaño, caminaron hacia dicha habitación. Cuando llegaron, el mayor abrió la puerta, y en cuestión de segundos la cerró de un portazo, con su cara roja como tomate.
- ¿Hyung?- Preguntó el menor, que con el susto había dado un salto hacia atrás.
- Neh, Changmin-ah. ¿Me esperas un minuto?- Le preguntó nervioso su Hyung. El castaño sólo pudo asentir- Gracias
Otro portazo. Jaejoong entró a su habitación en dos por tres, dejando a su invitado solo, parado frente a la puerta de madera. Al instante, Changmin pudo distinguir el sonido de cajones abriéndose, la puerta del armario cerrándose bruscamente, y hasta el ruido que hacen las sábanas al sacudirlas antes de hacer la cama. Rió para sus adentros.
<<.Ahora me doy cuenta que Jaejoong Hyung vive solo...>>
De pronto la puerta se abrió.
-Ya puedes pasar- Le sonrió el moreno con sus mejillas levemente sonrosadas.
- Gracias, con permiso- Dijo el menor. La pieza era bastante amplia. Había una cama de plaza y media, un gran armario, un escritorio (Y un notebook sobre este) y un ventanal con salida al balcón. – Este... ¿Empezamos?
- Claro-
Tic, Tac, Tic, Tac…El reloj que estaba ubicado sobre el velador – al lado de la cama- de Jaejoong marcaba las seis de la tarde. Ya llevaban dos horas, más o menos, trabajando. Ambos estaban recostados, boca abajo sobre la cama, uno al lado del otro, y sus cuadernos, frente a ellos. Repletos de cálculos, números y borrones.
-Changmin-ah, no puedo con este ejercicio…- Se quejó el moreno ante el vigésimo quinto problema escrito en el libro.
- Oh, mira- Dijo Changmin cuando hubo entendido lo que estaba fallando en los cálculos del mayor. Tomó el cuaderno de su “alumno” y lo colocó en medio de los dos- Aquí, en ves de X2 – X1 …-
El castaño explicaba como todo un experto, mientras Jaejoong sólo se dedicaba a oírle, y a grabar todo aquello que decía en su memoria. De pronto, y sin razón aparente, su vista se fijó en las grandes manos del pequeño. Con dedos largos, y uñas bien cuidadas- para ser un hombre- . Y entonces levantó disimuladamente la vista y se decidió a admirar al jovencito que tenía a su lado.
Se fijó en detalles que antes no había notado. Como lo perfecta que era su nariz. Larga y respingada, tal como las operadas narices de las modelos. Luego, bajó a sus finos labios. Mientras Chagmin hablaba, el moreno tomó nota de lo blancos – y derechos- que eran sus dientes, y los comparó con esos que aparecen en los reclames de pasta dental. Y luego, sus orejas, grandes, pero bellas. O al menos eso pensaba el.
<<.Seguro deben ser su punto sensible.>> Pensó Jaejoong sin recaer en lo pervertidos que se habían tornado sus pensamientos.
- ¿Entiendes?- Preguntó el castaño, trayéndole devuelta al planeta tierra.
- Claro- Mintió. Bueno, a medias. La primera parte si la había entendido.- Eres un genio ¿sabías? Te envidio.
- No es cierto, Hyung- Respondió de forma humilde con sus mejillas encendidas.
- Oh, si lo es- El moreno rió un poco. Y es que la situación le causaba un poco de gracia- Ya lo había notado antes. Changmin era muy tímido, y cierta forma tierno, pero cuando se trataba de explicar un ejercicio de Física, su actitud era completamente distinta. Podía sentir la confianza en cada palabra.-
Siguió completando problemas. Hasta que de pronto se le cansó la mano. Miró su libro, sólo le faltaba el ejercicio que estaba terminando y habría completado la página.
-Neh, Changmin. ¿Cuándo termine este, nos tomamos un descanso?- Preguntó el mayor, que ya estaba notando el resultado final.
- Sí, como tu quieras, Hyung- El pequeño sonrió.
- ¡Ay, Gracias!- Gritó de forma infantil. Por fin había terminado, y su cerebro podría descansar un poco.
Se abalanzó si pensarlo a abrazar al pequeño Changmin, quien no alcanzó ni a parpadear antes de sentir un dulce aroma a fresas, y dos fuertes brazos rodeando su cuello.
Paff…
El sonido que produjo el impacto de los dos jóvenes contra el suelo hizo eco por toda la habitación – y seguramente se escuchó hasta la puerta de entrada- Habían caído de la cama. Cuando el moreno abrió sus ojos, se encontró con su cabeza descansando cómodamente sobre el pecho de Changmin. Sus blancas manos se aferraban con fuerza a la camisa del menor, buscando protección. Sus piernas estaban separadas, y entre ellas se encontraba acorralada la pierna derecha del castaño que yacía bajo su cuerpo. Entonces se dio cuenta de lo comprometedora que era la posición en la que estaban. Se levantó torpemente, lo más rápido que su aturdido cuerpo pudo, quedando sentado sobre las caderas de Changmin, que le miraba nervioso y confundido, además de tener un notorio sonrojo plasmado en su cara.- Uno no muy distinto al que tenía pintado él mismo en sus mejillas-
- Ch…Changmin…D—de veras lo siento mucho.- Decía tartamudeando- Yo…Este….-
- N…No importa Hyung- Le respondió tartamudeando también. Entonces el moreno se paró, y le extendió la mano al pequeño.
- ¿Estás bien?- Preguntó mientras ayudaba al chico a parase- ¿No te duele la cabeza, la espalda, algo…?
- No, estoy bien Jae Hyung…- Le dijo, pero aún así, Jaejoong se puso de puntillas y buscó en la cabeza de Changmin algún indicio de golpe.
- ¿Seguro?- Preguntó otra vez- Aishh, si te cayó una vaca encima Changmin-
- No juegues Hyung…- Dijo explotando de la risa.- No pesas nada, eres como una pluma.
- Todo esto es tan raro…-
Se miraron a los ojos, y sin saber porqué se largaron a reír, y poco a poco fueron dejando atrás la vergüenza que sentían, más no el recuerdo de su primer incidente comprometedor.
-Neh. Ya que estamos tomándonos un descansito. ¿Quieres comer? Tengo tarta de manzana en la cocina.- Dijo Jaejoong cuando pudo dejar de reír.
- Este…Bueno, gracias – Le respondió el castaño, disimulando a la perfección las ganas que tenía de comer lo que fuese.
-OK. Espérame aquí un segundo-
Salió corriendo de la habitación. Por mientras, Changmin se dedicó a mirar a su alrededor. Mientras escaneaba cuidadosamente la habitación, notó algo extraño en la puerta del armario de su Hyung. Había un collage. Eran más o menos unas veinte fotografías, pegadas de tal forma que dibujaban un corazón. En ellas aparecían muchas mujeres. Unas nueve para ser precisos. En una que otra foto pudo reconocer al mismísimo Jaejoong- más joven- sonriendo junto a una que otra chica. Le extraño que todas fueran tan diferentes entre si. ¿Serían sus ex - novias?
Tan concentrado estaba, que no sintió al mayor entrar a la habitación- con dos platos de tarta, uno en cada mano- Sólo lo notó al percatarse del peso que ejercía el moreno contra la cama, al sentarse a su lado, al borde de esta.
- ¿Qué ves Changmin?- Preguntó, mirando en la misma dirección que el menor.
- Este yo…Estaba echándole un vistazo a las fotos que están pegadas en la puerta de tu armario- Confesó mientras aceptaba el plato que le estaban ofreciendo.
-Oh, mi collage- Justo en el blanco- Son fotos de mi madre, y mis ocho hermanas.
- ¿O…Ocho?- Preguntó sorprendido. Más que por la cantidad, por lo distintos que eran todos entre si.
- Mmm sip. – Dijo tranquilo llevándose un pedazo de tarta a la boca- Tengo ocho hermanas mayores. Aunque hace mucho que no las veo. Cada una ya está viviendo su propia vida- Sonrió- Yo soy le único que aún molesta a mamá-
- No creo que la molestes Hyung- Intervino el castaño- Imagino que es una gran mujer, como para haber tenido tantos hijos y quererlos tanto…-
- No…Digo, si es una gran mujer, y si nos quiere mucho, pero…- Hizo una pausa.- No nos tuvo. Todos somos adoptados. Bueno, sólo 7, las dos mayores son gemelas y si son sus hijas biológicas.- A pesar de que decía todo esto con calma, había un extraño brillo en sus ojos.
- Lo siento mucho.- Se apresuró a decir Changmin- Yo no quería….Lamento haberme entrometido en tu vida de esta forma, yo…-
<<. Este Changmin…Es tan respetuoso y considerado… ¿Porqué tiene que ser tan lindo?.>> Pensó mientras veía al pequeño intentar disculparse.
- Calma. Está bien- Le sonrió- No me molesta que preguntes, y no creo que te estés entrometiendo en mi vida. Yo te lo digo porque quiero.-
- Pero…-
- Yo no tengo problemas con ser adoptado.- Le dijo mirándolo a los ojos, perdiéndose por unos segundos en esas oscuras, pero inocente, orbes.- La verdad, le estoy profundamente agradecido a mi madre. Míralo de este modo. De todos los niños que estábamos allí en ese pequeño hogar de bebés, me eligieron a mi…- Sonrió como nunca antes- Por eso no te preocupes ¿si? Yo estoy bien.
- Si….-
<<. Está sonrojado…>> Pensó Jaejoong, mientras observaba al tierno chico que tenía a su lado.
-¿Neh, Changmin?- Lo llamó- ¿Puedo llamarte Min, o Minnie?
- Si, como quieras Hyung- Le dijo sonriente mientras se terminaba su tarta, aún pensando en todo lo que le había dicho Jae.
- Entonces Min… ¿Tu tienes hermanas no?-
- Dos hermanas menores.- Respondió.-
- Ahh, no es justo, yo soy el menor de ocho y tu el mayor de dos.- Dijo infantilmente- ¿Cómo se siente ser el que manda?
- No es tan divertido siempre. Son muy caprichosas, y son terribles cuando quieren salir y mis padres no están en casa.-
- ¿Trabajan los dos?- Preguntó el mayor.
- Si, son profesores.- Respondió.
- Jaja, ¿Y alguno enseña Física?-
- Mi padre es el director de la facultad de Física de la Universidad SM- Respondió con alguno de miedo ante la reacción de su Hyung. Siempre que decía eso a otras personas, lo creían un hipócrita y un “apitutado”. Dudaban de su buen rendimiento…
- ¿De veras? Wow…- Jaejoong estaba bastante interesado en la vida del pequeño, y no tenía idea porque- ¿te ayuda de vez en cuando?
-No…- Confesó. Esperando un “no inventes” o algo por el estilo por parte del joven a su lado.
- ¿Porqué?-
- Además del hecho de que nunca está en casa, mi padre jamás me va a ayudar en nada académico. Dice que debo hacerlo todo por mi mismo, y creo que es lo mejor.- Dijo con madurez- A veces es frío conmigo, pero sólo quiere mi independencia, lo mejor para mi. Por eso decidí estudiar y trabajar duro para conseguir una beca. Así mis padres no gastarán más dinero en mí y se enfocarán en mis hermanas nada más-
- Min…Eso es realmente admirable.- Soltó- ¡Ay, si eres tan lindo!
Un silencio incómodo se produjo, hasta que Changmin se decidió a hablar.
- Este… ¿Volvemos a estudiar?- Propuso.
- ¡Claro! Yo quiero de veras poder pasar de curso.-
- Entonces, empecemos- Sonrió el menor.
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