Conquistando al Ratón
- muy bien, la pregunta del millón es... cómo conquisto al ratón... - pensaba el castaño, mientras rebuscaba entre los cajones por algo que lo hiciera lucir atractivo... - primer paso, una buena impresión, no es que no nos conozcamos de años, pero, esta vez será diferente, sacar provecho de la amistad y acercarme de otra manera... - repasaba mentalmente... - suena de hecho fácil, pero estoy que me muero de los nervios, y si a la primera sale corriendo lejos de mi alcance, o lo que es peor, me dice ahí mismito
... sangrado nasal... transfusión de sangre y revivo de tremenda fantasía, ejem, ejem, volvamos al fic)... - bueno, aquí vamos... ¡Fighting!... - e hizo el ademán correspondiente.
Todos esperaban en el comedor, el desayuno servido, todos conversando animadamente acerca del oso del día anterior de Min, cuando por andar viendo a quién sabe quién se enredo con sus propias piernas en un paso y cayó de bruces al suelo. Hasta Micky estaba riendo al recordarlo.
- sí, sí, muy gracioso, aprovéchense de mí, solo porque mis padres desnaturalizados no son capaces de defender a su pequeño crío... - dramatizó, apuntando acusadoramente a Yunho y Jaejoong, el rubio solo suspiró, ya no le diría nada acerca de no ser su Umma. Además, su otro crío acababa de llegar ya...
- buenos días... - saludó el castaño animadamente, con una sonrisa resplandeciente que simplemente parecía que se había sacado la lotería (como si el dinero les hiciera falta ahora, jejeje).
- buenos días... - correspondieron casi al unísono sus hyung´s.
- vas a tener una cita tan temprano?... - cuestionó con tono inocente el menor, repasando de arriba a abajo a su hyung, cosa que por cierto no fue del agrado del pelinegro, que en éste momento tenía el ceño fruncido mirando al más alto de todos.
- qué, porqué... - ciertamente se destanteó el castaño con ese cuestionamiento.
- porque te has arreglado, peinado y hasta perfumado, tenía semanas que no te dedicabas tanto tiempo para arreglarte... - contestó como la cosa más natural del mundo... -
- estás insinuando que no me arreglaba, Minnie... - la voz del castaño sonó peligrosamente delicada, como cuando estaba a punto de reñirse infantilmente con el menor, pero para Jae eso era fantástico, era mejor aguantar a ese par con sus niñerías, que el ambiente en el que se habían sumergido días anteriores.
- bueno, no tan a conciencia; tienes una cita? Micky se va a poner celoso... - intentó molestar.
- ah, pero Micky no tiene porqué ponerse celoso, ya sabe que es el único, verdad... - aprovechó de seguirle la corriente a la broma de su dongsaeng, y abrazó posesivamente al pelinegro, que estaba pasando rápidamente por todos los tonos rojos en el espectro universal, cosa que arrancó sonoras carcajadas en el líder y el menor, Jae sonreía reservadamente.
- Susu ah, quieres soltarme, por favor... - pidió con voz alterada, el roce con el cuerpo del castaño estaba ocasionando sensaciones que nunca antes, y eso lo descolocaba aún más en su ya plantada confusión respecto a su repentina (según creé) atracción hacia su mejor amigo.
- bueno... - como si nada, el castaño deshizo su abrazo, todavía con una sonrisa de oreja a oreja, mientras regresaba a su desayuno.
- por dios, hyung, te has puesto como termostato... - se burló Min con una sonrisa pícara.
- cállate! - espetó con más vergüenza que molestia.
- bueno ya basta de bromas, hay que darnos prisa o llegaremos tarde al ensayo... - con una sonrisa en el rostro, Yunho también estaba contento de que al parecer Junsu haya decidido dejar atrás su estado depresivo.
...
- tú te inspiras para hablar en el baño, o qué... - preguntó entre divertido y nervioso el pelinegro, una vez más Yunho lo había alcanzado en el WC para preguntarle acerca de su reciente confusión.
- no hay demasiadas maneras de hablar a solas, a menos que quieras que te pregunte delante de los demás... - le respondió con una sonrisa divertida, realmente le parecía tonto que Micky estuviera haciendo una tormenta en un vaso de agua, si a su parecer es más que obvio que le gusta el castaño, que tal vez apenas se esté enamorando de él también es cierto.
- a ti te gusta Jae?... - en realidad el pelinegro sabía la respuesta, pero quería escucharla directamente.
- sí... - el moreno se sonrojó, vale que tenía asumido su sentimiento y preferencia, pero eso no significaba que no se avergonzara de hablarlo, cuando realmente no lo ha hecho nunca con nadie.
- estás enamorado de él?... -
- completamente... -
- cómo lo supiste, es decir, cómo sabes que es amor y no solo admiración o cariño de amigos... -
- estábamos de gira y nos quedamos en la misma habitación, entonces, al abrir los ojos lo primero que vi fue a él, aún dormido en la otra cama, frente a mí, los rayos del alba que se colaban por la ventana reflejaban en su rostro, se le veía tan tranquilo, relajado... - cara de enamorado, vista perdida en el recuerdo, sonrojo evidente y sonrisa atontada... - ese día fue la primera vez que el concepto "hermoso" me vino a la mente para describirlo, ese día fue la primera vez que desee despertar a su lado, pero en la misma cama, ese día por primera vez imaginé y deseé poder besarlo, acariciarlo... y bueno, eso es algo que uno solo siente cuando se ama, no?... -
- sí... - susurró, más para sí mismo, metiéndose una vez más en sus pensamientos, en los recuerdos, en las sensaciones, en todo lo que tiene que ver con el castaño... y en la forma en que ha ido cambiando su opinión acerca de su mejor amigo. Yunho se dio cuenta de su ensimismamiento y optó por no decir más nada, solo lo instó a caminar de regreso al ensayo.
Entre tanto, en la sala de ensayos, Junsu y Jae estaban sentados en el piso mientras esperaban a los otros tres (sí, Minnie fue a la expendedora de chucherías por algunos chocolates para matar el tiempo =P)
- me da gusto que hayas tomado mi consejo... - con una sonrisa, el rubio realizaba algunos estiramientos, no vaya a ser que después le de un calambre o algo... - pero lo de la mañana fue fabuloso, debiste ver la cara que puso Micky teniéndote abrazándolo como un auténtico novio...
- a decir verdad, no iba a hacerlo, no lo pensé, me salió el gesto muy natural... - sonriendo también y el rostro ligeramente sonrojado, el castaño ayudaba a su amigo a hacer los estiramientos (n/a tal como lo hiciera Yunho en aquel episodio de "Dangerous Love" a diferencia de que aquí, a ninguno le produce nervios aquella cercanía)... - pero fue bueno ver que no saliera corriendo...
- tampoco negó que pudiera estar celoso de ti en una cita... - agregó más que contento, realmente le agradaba pensar en el YooSu como algo no muy lejano, así su familia iba a ser un poco más felíz... -
- no, no lo hizo... - un agradable cosquilleo le recorrió el cuerpo de solo pensar en Yoochun celoso por él.
- ya estás otra vez hablando de tu ratón... - el menor entrando, con toda la disposición de molestar a su hyung, ahora que su humor está de regreso, que ya lo había extrañado hombre...
- solo yo puedo decirle así... - le gritó indignado, en broma claro, realmente se sentía de maravilla ese día, y "pelear" con su hermanito parecía buena idea mientras los otros dos volvían.
- ah, entonces estás admitiendo que es TU ratón... - mirada pícara, el castaño se sonrojó y las palabras se quedaron en su boca... - ya decía yo que aquél beso por accidente había tenido sus consecuencias...
- ¡¡eeehhh!! tú, tú lo sabes?... - en un dos por tres el castaño se puso de pie y quedó cara a cara con el menor... eh, bueno, no cara a cara que es más bajo, pero sí frente a frente.
- pues claro, yo lo vi... - respondió con toda naturaleza... Junsu palideció (n/a imagínenlo al estilo anime, cuando están todos blancos y hay un silencio sepulcral)... - me alegra que estés de vuelta hyung, siendo tú mismo con esa alegría y dinamismo, seguro logras que el atolondrado del que estás enamorado se de cuenta de que siente lo mismo... - y así como así, abrazó al castaño, un abrazo de hermanos, uno que poco está acostumbrado a dar el menor, pero estaba feliz de volverlo a ver con esa energía.
- qué hacen?... - al escuchar la voz del pelinegro se separaron, los dos con sendas sonrisas en el rostro, cosa que no le gustó al ratón.
- abrazándonos, qué otra cosa... - respondió con tono infantil, inocente y despreocupado el menor.
- y de cuándo acá te da por abrazar a mi delfín, digo a Su... - los celos hablando por él. Todos se quedaron boquiabiertos por su reacción, pero optaron por no decir nada, aunque Minnie estaba que se mordía la lengua para no molestarlo con su repentino ataque de celos por el castaño, pero valía más que solito se fuera dando cuenta de sus acciones, aunque claro con un poco de sutil ayuda por parte de ellos.
- bueno, ya que estamos tan llenos de energía, retomemos el ensayo... - como buen líder que es, los hizo regresar al trabajo.
Micky estaba que no se creía su propia reacción, él había sentido celos de ver a Min y Junsu abrazados, eso no le había pasado antes... - condenado delfín... - se puso a culparlo mentalmente, mientras ensayaban los pasos de "Purple Line", observando detenidamente cada movimiento del castaño en el reflejo de los espejos alrededor de la sala. Hacía sus propios pasos por costumbre, su cuerpo lo tenía perfectamente aprendido, así que su mente mientras podía ocuparse de cosas más apremiantes ahora... - porqué demonios tiene que ser tan sexy bailando... argh, porqué ahora me parece sexy ese delfincillo... y porqué tengo que estar ahora viéndole el trasero... - con ese pensamiento terminó por sonrojarse al límite, el problema no era haber reparado en esa parte de la anatomía de su amigo, sino el pensamiento pecaminoso que le siguió. Y como todo hombre normal, con hormonas y una imaginación apropiada para su edad, cada movimiento del castaño estaba despertando en el pelinegro fantasías que, para colmo de males, hacían despertar cierta parte de su cuerpo situada en su entrepienra... - ¡diablos!... -
Por suerte para él, la pista terminó, así que podía tomarse un respiro y obligarse a alejar la vista de Xiah, que estaba ajeno a todo lo que había pasado, no igual Yunho que había notado el estado de Micky, claro que lo había cachado observando a su crío, no por chismoso ni nada de eso, que como buen líder que es siempre procura observarlos en los ensayos para cualquier comentario que se tenga que hacer respecto al desempeño de cada uno.
Yoochun tomó agua y se mojó la cabeza y el rostro con la misma, tratando de bajar un poco la temperatura que ahora corría por sus venas... - my good, creo que... me estoy enamorando de él... - pensó, sonriendo como idiota ante tal descubrimiento.
...Al terminar el ensayo...
- Jae, me acompañas a comprar una cosa... - poniendo un pucherito, el castaño se acercó al rubio, esperando lo pudiera acompañar y aprovechar para hablar, necesitaba desahogarse con él, también estaba Min que al parecer estaba más que enterado de todo el asunto, pero siente que en ése momento necesita de la guía de su hyung...
- claro... - respondió gustoso, pero...
- no puedes... - los interrumpió el moreno, sintiéndose un poco culpable porque, sin querer, su tono había sido cortante y celoso... es que aunque sabe que al castaño le gusta el pelinegro, se pone mal cuando los ve juntos porque últimamente Jae parece tener solo ojos para el delfín.
- ¿por qué?... - preguntaron al unísono, Junsu sorprendido y Jae molesto...
- y ahora a éste qué le pasa... - se había preguntado el rubio.
- es que, acaba de llamar el manager y tú, Min y yo tenemos que presentarnos para una sesión de fotos en media hora...- explicó, honestamente apenado, pudo ver la molestia en los ojos de su Boo y no quería que se fuera a enojar con él.
- ah... - suavizó el rubio su expresión, sabía bien que ese tipo de cosas les pasaban a menudo.
- oh, y Chunnie y yo no tenemos que ir?... - le cuestionó el castaño.
- no, no hoy, uds tienen que presentarse mañana a las nueve, así que... - agregó al ver a Micky listo para partir, que tampoco estaba enterado de la reciente noticia de trabajo... - Chun te puede acompañar... -
- ¿¡eh!? - saltaron los dos con sorpresa, el castaño porque se sentía nervioso con la idea de pasarla a solas con su ratón, todavía no se sentía listo para eso; y el pelinegro por saber de repente que tendrá que ir con Su a quién sabe dónde y a qué.
- no, no es necesario, puedo esperar para otro día, no hay porqué molestar a Chunnie ah... - señaló, avergonzado y un poco decepcionado cuando notó la expresión de su amigo, quien a su parecer aún no tenía ánimos de estar a solas en su compañía y no deseaba incomodarlo por nada del mundo.
Yunho y Jae solo observaban a ambos, notando cada una de sus reacciones y de lo que éstas dejaban más que claro, que se gustan, que tienen miedo y que no saben cómo manejarlo.
- sabes bien que no es ninguna molestia tratándose de ti, Su... - sonriendo con dulzura, el pelinegro se acercó a su amigo, le gustaba tener de vuelta a su delfín alegre y él no iba a ser causante de que otra vez se entristeciera, así él tenga que hacer un esfuerzo sobrehumano por no hacer ninguna estupidez como la de hace un momento en su fantasía... (n/a léase, llevárselo a la cama, pequeño ratón pervertido)
- en serio Chunnie, no te importa acompañarme... - el castaño no podía ocultar su felicidad de que después de varios y dolorosos días su ratón no buscara pretexto para alejarse de él.
- claro que no, delfín, ahora... a dónde vamos... -
Y así, se encaminaron rumbo a una tienda departamental donde el castaño había visto un conjunto que deseaba adquirir, para alguna fecha especial que pueda surgir con su ratón. Pero durante el trayecto...
- Chunnie ah... - lo llamó, moviéndose nerviosamente en el asiento del copiloto, mientras su amigo conducía, el atardecer cayendo lentamente en el horizonte.
- dime... - se volteó solo un segundo a mirarlo, para luego volver su vista al frente...
- tengo algo que preguntarte... y creo que debí hacerlo desde que pasó, pero... bueno, fue algo imprevisto y... - suspiró, estaba dándole vueltas al asunto y no llegaba a ningún punto, podía notar como el pelinegro lo miraba de reojo como presintiendo a dónde iba la conversación, y percibía cierto temor en ambos de abordarlo... - fue demasiado para ti aquel accidente? es decir, tanto te incómodo, por eso has estado evadiéndome... - omitió decir la palabra "beso" porque sentía que le iba a doler, aunque estaba decidido a conquistarlo, primero tenía que tantear el terreno en el que iba a ingresar...
El pelinegro realmente se tomó su tiempo para responder, puesto que ya se encontraban a poco menos de dos cuadras para llegar a su destino... silencio que estaba matando a Junsu.
- sinceramente, al principio, Su... realmente creo que me sentí incómodo, pero no por ti... - aclaró inmediatamente, antes de que su delfín se fuera a hacer ideas erróneas.... - fue por la situación en sí, jamás había besado a un chico... y pues eres mi mejor amigo, fue... extraño, y... Su, solo estaba asimilando el asunto, pero creo que tienes razón en algo, debimos hablarlo después y no hasta ahora... - se aparcó en el estacionamiento del enorme edificio, todo alrededor tranquilo, solitario, algo de privacidad... - yo, discúlpame si por mi actitud te hice sentir mal...
- supongo no fui el único que la pasó mal en esto... - dijo con una sonrisa complacida, no alegre, tampoco triste, simplemente conforme con la respuesta de su amigo... - entonces, seguimos siendo amigos, no?
- pero por supuesto que sí, Su... - retiraban el cinturón de seguridad, pero el pelinegro aún sentía que debía decir algo... o hacer tal vez... el castaño estaba por abrir la puerta de su lado cuando... - espera... - el castaño lo volteó a ver, confundido y preguntando con la mirada
Esa tarde estuvo llena de descubrimientos para el pelinegro, había algo en ese delfín que antes no había notado, no por lo menos como ahora; vale que ya antes sabía que era guapo, pero a sus ojos ahora era el chico más atractivo de la faz de la tierra; antes podía decir que era sexy, ahora cada movimiento que hacía le parecía tierno y/o sensual; antes sus sonrisas le hacían pensar positivo o en una broma, ahora sentía que no podría vivir sin ellas puesto que lo llenaban de vida. Ahora entendía a lo que Yunho se refería en la conversación de esa mañana, cuando una persona te hace pensar en todas esas cosas, cuando le ves de una forma diferente, cuando aprecias cada detalle en ese ser, cuando sientes que sin él la vida no tendría sentido, cuando estás, de hecho, dispuesto a ir incluso contra normas sociales con tal de estar a su lado... y es entonces cuando el insigth llega al cerebro y se entiende el corazón, es entonces cuando puedes aceptar...
- me estoy enamorando de mi mejor amigo... - fue su último pensamiento, antes de caer rendido en los brazos de Morfeo...
...
Sus besos se volvían cada vez más apasionados, más desenfrenados, más necesitados de algo más, la oscuridad de la habitación ayudaba a sus muchas fantasías y nulificaba toda voluntad de control, sobre todo cuando sus manos ya vagaban libremente por toda su anatomía y los besos en el cuello le arrancaban sonoros gemidos de placer.
Apresado entre el colchón y su cuerpo nada podía hacer, no que quisiera realmente; había esperado por esto tanto que no importaba ahora que la relación de ellos no estuviera clara, se habían dicho solo un par de palabras que ahora ni siquiera recordaba embriagado en el aroma de su amante, pero sabía que no eran pareja, por lo menos no todavía y aún así ahí estaba, entregándose en cuerpo y alma al amor de su vida.
Los besos y las caricias descendían lenta y cautivadoramente por su torso. ¡cielos! ni siquiera recordaba el momento en que su cuerpo había sido despojado de toda ropa, ni si él había cooperado en la evidente desnudez de su amante; pero no importaba mientras pudiera seguir sintiendo el roce de su piel, el calor de su cuerpo, el sabor de sus labios, la maestría de sus caricias, el placer de sus actos.
Sus cálidas manos jugaban con sus pezones, su boca repartía besos y lamidas por todo su pecho, se divertía en ocasiones demarcando con sus dedos o su lengua cada línea de sus pectorales bien formados; tal vez era que le encantaba escucharlo suspirar, gemir, casi gritar su nombre cada que lograba acumular el aire necesario para articular palabra. No podría negar nada, le encantaba todo lo que le estaba haciendo, incluso aquellos mordiscos en sus pezones, su cuello y podría jurar cada recoveco de su sensible piel.
La entrepierna comenzaba a doler, estaba ya demasiado excitado y hasta el momento no atendido, y no pudo evitar que un pensamiento flash pasara por su mente preguntándose si a él le dolerá igual su erección. Todo quedó en la nada cuando sintió la boca de su amante cernirse por completo sobre su miembro, abrazándolo con delicadeza y mucha pasión entre las paredes de ese fruto antes prohibido y que ahora le daba el mayor placer jamás sentido. No fue consciente del ritmo que tomó mientras lo masturbaba, no era consciente de nada más que las sensaciones que corrían rápidamente por cada fibra de su cuerpo. Ni siquiera podría recordar cuán fuerte encajaba sus uñas en los hombros de él, ni las incoherencias que escapaban de sus labios de vez en cuando. Simplemente estaba en el paraíso.
No solo eran sus labios o su lengua, o su propia saliva cálida quienes le otorgaban aquellas sensaciones, eran sus manos ocupándose al tiempo de su extensión, de jugar con sus pezones o escurrirse a su trasero, ese del que tantas veces fuera víctima de bromas... era más interesante aún cuando cerca de llegar al orgasmo su amante lo liberó de su boca para aprisionar su miembro entre sus manos y continuar con un ritmo veloz mientras profanaba su propia boca con un beso ardiente que no dejaba tregua para la obtención del vital oxigeno, no hasta que una bomba explotó en su bajo vientre y terminó por venirse en la mano de su amante. Rompieron el beso y se miraron por un tiempo imposible de definir, observó como él lamía su mano para saborear su esencia y lo miraba con sumo placer. Bajó un poco la vista para admirar el cuerpo de su amante, se topó con su pecho y un respirar aún agitado, más abajo un torso perfectamente formado y más allá una prominente erección que gritaba ser atendida, él ni tardo ni perezoso se lanzó a la misión, tomó el miembro entre sus manos y comenzó a masajearlo mientras veía cómo nuevamente se le alteraba la respiración a su amante y gemidos sonoros escapaban de su boca entreabierta, poco después decidió probar ese trozo de carne que guardaba un manjar para él, lo metió en su boca lentamente, su lengua saboreando cada centímetro...
- aaahhh, así, Su... mmmhhh... - lo escuchaba hablar con voz ronca, excitada, descontrolada...
- Chunnie?.... - podía escuchar a lo lejos...
- sí, Susu ah... - seguía hablando, deleitándose con el trabajo de su amante...
- Chunnie?... - escuchó más cerca...
- Su... - gimió el pelinegro.
- ¡¡¡¡¡Chunnie, pervertido!!!!!.... - le gritó el castaño, botándolo de la cama con una patada desde su posición de pie.
Y pensar que lo habían mandado a despertar a Yoochun porque ya era algo tarde, pero apenas si se había acercado a él cuando lo escuchó gimotear algo entre sueños, y él con lo curioso que es ponía atención para ver si lograba escuchar algo coherente en sus balbuceos. Oh sorpresa cuando notó el estado de su amigo, y la forma en que decía su nombre... vaya que descubrir que el amor de tu vida, mejor amigo y aún no declarado compartidor de preferencia sexual, tenía sueños húmedos con su persona lo había descolocado de sobremanera. Botarlo de la cama fue solo una especie de arranque inconsciente.
- eh? qué pasa... - la cabeza de su amigo se asomó por sobre la cama, apenas un segundo después de haber dado de lleno contra el piso. Su cabello negro alborotado, igual que su respiración, cuando abrió bien los ojos y se topó con un muuuyyy sonrojado Junsu, toda escena de su sueño le llegó de golpe y también se sonrojó como termostato... - diablos, será posible que tenga tan mala suerte, me habrá escuchado, Jae dice que en ocasiones hablo entre sueños.
- el desayuno está listo... - dijo rápidamente y de igual manera salió de la habitación, incapaz de enfrentar a su amigo, él mismo se sentía alterado por lo que acababa de descubrir y tenía que relajarse, poner en orden sus ideas y dejar incluso que sea el pelinegro quien de algún tipo de explicación o comentario al respecto... - mínimo que me hable bonito si es que va a hacerme perversiones en sus sueños, no?... - pensaba en tanto se sentaba a la mesa con un puchero propio de una chica ofendida. Min, Yunho y Jae se le quedaron viendo con clara confusión, habían escuchado perfectamente su grito de "Chunnie, pervertido" y ahora llegaba ahí todo sonrojado y alterado.
- qué pasó... - preguntó preocupado el rubio... ya saben, adoptando el rol de Umma sacaba su lado más materno.
jajajaj es que a chunnie eso de pervertido le pega es mas creo que lo es
ResponderEliminarMICKY PERVERTIDO TENIENDO ESOS PENSAMIENTOS Y SUENOS TAN DESEADOS POR EL ESPERO LOS AGA REALIDAD MUAJAJAJAJAJAJA
ResponderEliminarPERDON ME EMOCIONE.
me estoy aburriendo...
ResponderEliminaraun sigo esperando la pareja de changmin y nada ._,
puxaaaaa ta muy buenoo pero kiero llegar al yunjaee ps!!!! TOT
ResponderEliminarfavb_97@hotmail.com
favb97@gmail.com