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C. por el 1er beso cap 9

“desearía que…el tiempo se detuviera en este instante…” lamentablemente no es así, estoy seguro que esto quedará grabado por siempre en mi memoria, ya que será la única vez que pueda disfrutar sus besos de esta forma.

La lluvia sigue cayendo fuertemente sobre nosotros, estamos completamente empapados, poco me importa, sus brazos me rodean, una de sus manos sube hasta posarse en mi nuca, su necesidad se hace mas notable con el pasar de los segundos, ya que cada vez me atrae mas y mas hacia su cuerpo, que se encuentra cálido a pesar de el frío que envuelve a la ciudad, es como si necesitara ser sanado de alguna manera, el roce de su cuerpo, su abrazo, sus caricias lo son todo para mí. Estoy muy seguro de que ni siquiera sabe que soy yo a quien besa, no le importa, creo que solo quiere escapar de lo que sea que le haya pasado y por lo menos puedo hacer algo al respecto, puedo serle útil en un momento como este, sin importar lo destrozado que quede…cuando él recupere sus sentidos.

La pasión que inunda nuestro beso, poco a poco se va convirtiendo en dolor, tomando aquel sabor a tristeza que me es transmitido, sus labios comienzan a detenerse lentamente mientras un suspiro se escapa de su boca, con fuerza se agarra de mi abrigo, puedo sentir todo su sufrimiento…todo. Mis labios no se han movido de su posición, se encuentran a unos centímetros de los suyos, esperando el siguiente paso, esperando el rechazo, pero la única respuesta que reciben es un suave beso de su parte acompañado por una caricia ligera de sus dedos sobre mi mejilla humedecida por la lluvia.

- Gracias por estar aquí Changmin….- abro mis ojos de par en par al oírle decir mi nombre. – Se, todo lo que te hemos hecho sufrir… y te pido disculpas – abre sus ojos fijando su mirada en los míos.

“¿de que habla?...Acaso… ¿ya lo sabe todo?” mi rostro se tensa ante esta idea, “yo no se lo he dicho…tal vez Jae” es posible que no haya soportado el peso de mi secreto y no lo culpo.

- No…no fue Jae – oigo el sonido de su voz una vez mas y lo miro intrigado. – yo…oí todo…lo de esa noche – afirma sonriendo.

- pero…¿cómo?... yo….yo… - soy incapaz de hablar con elocuencia.

Todas aquellas veces que ensayé esto frente al espejo de mi habitación, todo lo que había planeado decir y no decir, lo que debía hacer, como debía comportarme, se va al carajo al instante en que me afirma que ya es conocedor de mis sentimientos “esto no va de la forma en que lo planeé” me quedo estático, sorprendido y sin saber como reaccionar.

- Complicado… dime ¿Cómo se siente amar a dos personas? – me pregunta, mientras poco a poco cierra sus ojos y apoya su cabeza en la muralla de aquel inundado callejón.

Nuevamente no puedo responder, es tan repentino que….que no puedo, se lo está tomando tan calmadamente cuando siempre imaginé que reaccionaría de otra forma, furioso, enojado, incrédulo, hasta llegué a pensar que me golpearía por semejante estupidez, por afirmar que estaba enamorado de ellos dos a la vez pero no, heme aquí en un callejón sin salida, literalmente, con Yunho en frente en esta posición tan desprotegida, comprendiendo o tratando de comprenderme, sin exaltarse ni enfurecerse, hasta pidiéndome disculpas “¿qué imagen era la que tenía de él?...supongo que nunca quise creer que...lo juzgué mal”. Sin apartar la mirada de su rostro, recorriéndolo por completo, fijándome en sus ojos que reflejan el dolor que ha de estar sintiendo, en sus mejillas pálidas, su cabello humedecido por completo, su semblante entristecido casi apagado, como si la luz que siempre lo rodeaba hubiese sido un recuerdo vago hasta el dia de hoy… al notar todo esto soy incapaz de contener las lágrimas que luchan por hacerse presentes, comienzan a caer desde mis ojos de manera abundante, todas aquellas lágrimas que contuve durante este tiempo han logrado escapar, no las puedo seguir escondiendo.

De este modo me desplomo entre sus brazos, los que me reciben abiertos aunque deberían alejarme y dejarme caer, ya no tengo energías para resistir ante esta situación, quise hacerlo de la mejor forma, tratando de no herir a las personas que amo, pero logré todo lo contrario “todo sería mucho mas simple si yo…no existiera” es entonces cuando mi mente se llena de pensamientos en los que abandono este mundo, porque talvez sea lo mejor. Aquellos pensamientos se vieron interrumpidos al sentir como me abraza fuertemente, rodeándome con sus brazos por completo atrayéndome hacia su cuerpo, protegiéndome con su presencia, me dejo llevar y escondo mi rostro lleno de lágrimas en su cuello, sujetándome de la solapa de su abrigo, sin dejarlo ir…la situación cambia por completo, si al principio era yo quien lo sostenía en mis brazos sin dejar que se hundiera aun más en aquella oscuridad, es ahora él quien me mantiene en una pieza impidiendo que me desarme por completo.

- No se…todo…sucedió, yo no…planeé nada, no fue mi intención en ningún momento…yo… - La desesperación que me invade no permite que hable con claridad, las lágrimas acumuladas que no dejan de caer son otro inconveniente.

- Está bien… - susurra depositando un tierno y cálido beso en mi cabeza de manera sobre protectora, como un padre. – Las cosas suceden porque así debe ser…no te culpo, no culpo a nadie, no te preocupes – su voz es tranquilizante.

Creo que podría estar toda una vida entre sus brazos, sin importarme nada ni siquiera la lluvia que no deja de caer, podría pero se que no es posible, sé que ese abrazo, esas caricias y esos besos no me pertenecen, nunca fueron mías…nunca lo serán “quiero que sean felices” por fin me desprendo del egoísmo, finalmente puedo sentir lo que es el amor, el verdadero amor.

- No está bien, esto no debe ser así…no tienes que separarte de Jae por mi culpa…tu lo amas…yo… - quise seguir pero me interrumpe.

- No fui yo…es él quien no quiere estar a mi lado, no puedo hacer nada al respecto – concluye dejando escapar una carcajada.

- Es mi culpa… ¡todo esto es mi culpa! – exclamo, liberándome de su abrazo, levantándome y sosteniendo su mano intentando que siga mis pasos. – No puedes dejarlo ir – sentencio mirándolo seriamente.

- No lo hago…nunca lo dejaré ir, de cierta forma él siempre será mío…no puedo obligarlo a nada Min, creo que tu mejor que nadie entiendes lo que digo – afirma, mientras se pone de pie a mi lado.

Lo miro aún incapaz de comprenderlo por completo, mi rostro ha de reflejar confusión y pánico, nunca pensé que Yunho fuera de esta forma, que dejara sus sentimientos de lado tratando de dejar en libertad a la persona que ama para que sea feliz…siempre lo vi como una persona posesiva y un tanto egoísta “y así afirmas que lo amas…si ni siquiera lo conoces bien” sonrío ante la sola idea de que mi mente juegue en mi contra.

- No lo hagas…yo soy el que estorba, Jae te ama a ti y solo a ti – le aclaro mirándolo fijamente a los ojos, siendo mis mejillas bañadas con aquellas lágrimas traicioneras.

- Creo que…él también siente algo por ti Changmin, pienso que él lo sabe y está confundido – me dice desviando la mirada.

“¿Siente algo por mi? …no lo creo, mas bien trata de no lastimarme” afirma mi inconciente, sabiendo que esa es la verdad, dolorosa e injusta, pero la verdad al fin y al cabo. Sonrío para mi mismo, mientras comienzo a caminar.

- Vamos a casa…nos quedamos así mas tiempo y nos enfermamos – trato de sonar despreocupado, pero sé que no lo logro.

- Changmin… - pronuncia mi nombre en un tono hipnotizante logrando que detenga mis pasos de inmediato, sin voltear a verle directamente. – Si…todo fuera distinto, si viviéramos en otra realidad, yo…me hubiese gustado compartir mi vida contigo como pareja – su declaración logra romper en pedazos lo poco y nada que me quedaba de corazón. – Tal vez…aún exista la posibilidad de que algún día…seamos algo, la vida es impredecible – suelta una carcajada para seguir hablando. – Nunca se sabe – termina, para comenzar a caminar dejándome atrás, observando la silueta de su espalda con total asombro.

Si tan solo no lo hubiese dicho, si se hubiese guardado aquellas últimas palabras llenas de esperanza, tal vez hubiese dado vuelta la página, pero al momento de oírlo revivieron en mi cabeza todas aquellas imágenes que creé proyectándonos juntos en un futuro, los tres…viviendo una vida diferente, un amor abierto y mucho mas grande que cualquier otro. Se abre nuevamente en mi aquella inquietud y deseo de lograr que aquellas imágenes se hagan realidad “¿será posible que algún día…?” pienso, es entonces cuando me doy cuenta de que en ningún momento tuve la oportunidad de enfrentar a Yunho.

Sujeto su abrigo, logrando que detenga sus pasos, desvío mi mirada, fijándola en el piso, en las pozas de agua que se comienzan a formar, reúno la fuerza en mi interior para lograr pronunciar aquellas palabras que queman mi garganta al tratar de abrirse paso.

- Me gustas – por fin logro sacar esta verdad de mi interior, me siento ligero. – Te amo -.

- ¿Qué te puedo responder? – la voz de Yunho suena un poco atemorizante. – Vamos a casa – sentencia, mientras al mismo tiempo sujeta mi mano metiéndola al bolsillo de su abrigo, obligándome a caminar a su ritmo.

- Estas cometiendo un error… - aclaro, sintiendo como mi piel se eriza al sentir la calidez de su mano envolviendo la mía. – Me estas dando esperanzas…deberías decirme que me aleje…que no te gusto…que me odias por todo lo que te he hecho – trato de levantar la mirada sin poder lograrlo, temiendo ver su rostro, su reacción.

- ¿Me vas a decir que es lo que debo hacer? – siento su mirada sobre mi. – Yo sé lo que hago – su voz vuelve a sonar extraña.

No se que pueda estar pasando por su mente en estos momentos, pero sé lo que está pasando en su corazón, cada parte de su cuerpo grita el nombre de Jae, sin necesidad de que lo diga en voz alta…es demasiado evidente “estaré a tu lado, todo lo que me necesites…no importa si solo me utilizas…” ya esta decidido y no hay vuelta atrás, si lo que necesita es un amigo que esté a su lado lo seré, si necesita un sustituto también lo seré, después de todo…la situación actual tiene un solo culpable.

- Tu y yo… amamos a la misma persona – le hago notar este detalle, soltando las palabras con temor.

- Lo sé, lo tengo más que claro – me responde con una sonrisa forzada.

No contesto, solo lo miro fijamente mientras me aferro con fuerza a la mano con la que me sostiene.

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- ¿pongo esto aquí? – pregunto, mientras sostengo uno de los cuadros de Micky, tratando de acomodarlo en la pared de su cuarto.

- Se vería mejor acá – me señala Eunhyuk sosteniendo mi mano sin previo aviso.

- Dejen el maldito cuadro ¡donde se les de la gana!… ¿Qué no ven que es solo un cuadro?, ¿que mierda importa donde lo cuelguen?...hasta en el baño se ve bien – interviene Micky un tanto exaltado.

Eunhyuk y yo nos quedamos inmóviles un instante, mirándolo con desconcierto, hasta que mi amigo no pudo aguantar su risa contagiosa, logrando que de inmediato lo siguiera estallando ambos en carcajadas sin fin.

- Jajajajajajaj ¡ay ay duele! - exclama Eun sosteniendo su estómago, apretando mi mano.

- Jajajajaja lo se…y ni siquiera…se porque me río Jajajajaja – intervengo ya casi sin poder respirar.

Puedo sentir la mirada de Yoochun, también logro captar que no está cómodo con la situación “¿celoso?...imposible, si esta mañana me ignoró por completo” cierto, es imposible que lo esté…entonces recuerdo aquella vez en que vio el beso con Eunhyuk y la idea de que sienta celos se hace latente en mis pensamientos.

- Bueno, ya te ayudamos…ahora me lo llevo – habla mi amigo de la infancia, aún sosteniendo mi mano de manera gentil.

Sigo sus pasos mientras me guía fuera de la habitación, una vez mas la idea de los celos se borra de inmediato al presenciar como Micky ni siquiera nos presta atención al salir, giro la cabeza para verlo una última vez y se encuentra tendido sobre la cama leyendo una historieta, ajeno a lo que sucede a que en este momento me estoy alejando de su lado. Esto me duele demasiado, con cada paso que avanzo al tratar de seguir el ritmo de Eun siento una presión inexplicable en mi pecho, una sensación de que algo anda mal, es como si mi corazón estuviese atado a su persona a través de un lazo invisible, el cual al avanzar se tensa cada vez mas impidiéndome seguir adelante. Mis ganas de quedarme en casa y pasar el resto de día con Yoochun ganan fuerzas al avanzar hacia la salida, detengo mis pasos bruscamente, trato de buscar en mi mente una escusa razonable, ya que no deseo herir a mi mejor amigo, pero no encuentro ninguna, entonces decido ganar un poco de tiempo, puede sonar idiota pero pasar un rato mas en el departamento sin necesariamente estar pegado a Micky también me hace sentir cerca suyo.

- Eunhyuk…yo…tomaré una ducha antes de salir, ¿me esperarías? – suelto su mano, retrocediendo unos pasos, haciendo un gesto de suplica con mis manos y rostro.

- bueno, vale…solo apúrate – sonríe gentilmente, tomando asiento en el amplio sillón de la sala.

Al pasar por el pasillo no puedo evitar que mis ojos se desvíen hacia el cuarto de Micky al oír el fuerte estruendo proveniente de este, puso la música a todo volumen, a penas puedo oír mis propias pisadas, no logro verlo a él directamente ya que la puerta esta cerrada.

Entro a mi habitación desganado por completo, tenso, agotado, “talvez la idea de la ducha no sea tan mala” pienso un tanto desconcentrado mientras desabrocho los botones de mi camisa.

- ¿No prefieres que te ayude con eso? – susurra una voz detrás de mi.

- Micky – es lo único coherente que logra salir de mis labios.

Al instante siento como sus brazos rodean mi pecho abrazándome por la espalda a la vez atrayéndome a su cuerpo, cierro los ojos y logro sentir su pecho contra mi espalda. Sus manos comienzan a bajar delineando cada centímetro de mi cuerpo, terminando de desabrochar mi camisa, las mismas se introducen impacientes en esta, tocando directamente mi piel, quemando a su paso cada lugar que roza con los dedos, logrando que se me erice la piel y que suelte un suspiro.

Al instante siento como sus brazos rodean mi pecho abrazándome por la espalda a la vez atrayéndome a su cuerpo, cierro los ojos y logro sentir su pecho contra mi espalda. Sus manos comienzan a bajar delineando cada centímetro de mi cuerpo, terminando de desabrochar mi camisa, las mismas se introducen impacientes en esta, tocando directamente mi piel, quemando a su paso cada lugar que roza con los dedos, logrando que se me erice la piel y que suelte un suspiro.

- Yoochun…¿qu…que haces? – susurro, casi sin poder hablar.

Sus manos se divierten recorriendo mi pecho, acariciándolo, rozando apenas con las yemas de sus dedos mi piel, aun así causando el más grande de los estragos en todo mi cuerpo y mente, apenas logro respirar, cierro mis ojos disfrutando de sus caricias mientras termina de quitarme la camisa. Miles de ideas se acumulan en mi cabeza, tratando de explicar, tal vez, su comportamiento tan extraño, “en un momento me ignora y al otro me trata de esta forma… ¿Qué le pasa?” es inútil, no puedo preocuparme de eso ahora, mucho menos al sentir como sus manos van bajando, acariciando mi abdomen, siento su respiración en mi cuello, una corriente eléctrica recorre mi espalda, todo empeora al sentir el roce de sus labios sobre mi cuello, no puedo evitarlo, un gemido se escapa de mis labios, su toque es demasiado exquisito, la forma en que me acaricia y besa, me pone los nervios de punta, me atacan cientos de emociones, en especial aquel ardor que comienzo a sentir, el cual se extiende por todo mi cuerpo, los deseos de tenerlo entre mis brazos crecen con cada segundo que pasa.

- ¿Qué crees que Hago? – su voz tiene un tono bromista.

Una de sus manos se entretiene tratando de desabrochar mi pantalón, lo deseo, deseo con todas mis fuerzas estar con él aquí y ahora, sentirlo dentro de mi, disfrutar de sus besos, de sus caricias, sentir su cuerpo contra el mío, sus ansias de poseerme, quiero que estemos juntos una vez mas, lo quiero con todas mis fuerzas. Por reflejo una da mis manos busca su piel, giro mi rostro, obligándole a mirarme a los ojos, me deleito al ver en ellos el reflejo de los míos, ambos deseamos que esto suceda. Sin dudarlo ni un segundo busco sus labios, me volteo quedando frente a él, lo rodeo con mis brazos, quiero sentirlo lo mas cerca posible, su aroma, su calor, quiero que sea completamente mío. Beso sus labios con desesperación, necesitaba de ellos, son tan suaves, calidos y deliciosos que me gustaría estar así por siempre. Poco a poco me adentro en su boca, me abre paso dejándome jugar libremente con su lengua, me apego a su cuerpo en busca de mayor cercanía, siento sus manos en mis caderas y como comienza a caminar, obligándome a retroceder sin dejar de besarlo ni por un segundo.


No le presto atención a nada más, solo me concentro en comerle la boca, en quitar apresuradamente su camiseta y recorrer libremente su espalda con mis manos, su piel como siempre es tan suave y tersa que provoca besarla, morderla, acariciarla… “te amo…te necesito…” la necesidad de aire logra romper nuestro beso por un minuto.

Me encuentro apoyado contra una pared helada, agitado por completo, recuperando el aliento, siento el ardor en mis mejillas y la presión que se comienza a hacer presente bajo mis pantalones. Muerdo mi labio mientras con la punta del dedo índice recorro su pecho, escondiendo la mirada, aún me apena verlo a la cara en estas circunstancias.

- Junsu ahh ~ ~ - oigo su voz un tanto lejana, quizás porque todo esto me parece un sueño. – Junsu ¿mi amor? – susurra, rozando sus labios con el lóbulo de mi oreja.

Al instante abro los ojos de par en par, creo que ese es uno de mis puntos débiles, ya que la presión en mi entrepierna se comienza a acrecentar, es demasiado evidente el bulto que se ha formado bajo mi pantalón, eso me avergüenza aún más.

- Di…dime – escondo mi rostro, para que no vea lo sonrojado que estoy.

Siento como sujeta mi cara con suavidad, mientras la voltea obligándome a enfrentarlo, pero aun intento huir con la mirada.

- Amor… - se acerca para depositar un suave beso en mis labios. – No tienes porque esconder tu precioso rostro – muerde mi labio inferior para proseguir. – me excita, no sabes cuanto me enciende el verte de esta forma, avergonzado – comienza a quitar la correa de mi pantalón. – Así que hazme un gran favor y no vuelvas a esconderme tu rostro -.

Es entonces cuando noto donde nos encontramos, no se como llegamos hasta aquí, ni siquiera lo noté.

- Yoochun…¿el baño?...¿quieres que lo hagamos en el baño? – coloco mis manos en su pecho y lo miro un tanto sorprendido.

- Mas bien en la tina, ¿tienes que salir no?...así nos bañamos y hacemos algo mas – termina de quitar mis pantalones regalándome una de sus sonrisas.

Entonces recuerdo que a tan solo unos metros de distancia, se encuentra mi mejor amigo sentado en el sillón de la sala, esperándome “soy un imbécil” me recalco a mi mismo, lo soy…él se encuentra ahí esperando que salga a su encuentro y pasemos un rato juntos mientras yo…yo solo pienso en mis propios deseos e impulsos, dejándolo completamente de lado. “No puedo dejarlo esperando, ya se lo prometí” no se como hacerlo pero debo detener esto ahora, no es el momento, por mas que lo desee ya tenía un compromiso previo, no quiero dañar a Eunhyuk mas de lo que ya lo he hecho, se que ha sufrido mucho por mi culpa, porque no sé corresponderle y tampoco sé como alejarlo de mi vida por completo…lo menos que puedo hacer es respetar mis promesas, aunque eso signifique no poder hacer el amor con Micky…solo espero que me entienda.

- Micky…yo – la presión que ejercen mis manos sobre su pecho al tratar de alejarlo toma fuerzas.

- ¿Qué sucede mi delfín? – se detiene a mirarme, pero sus manos siguen actuando sobre mi cuerpo.

Casi pierdo el aliento cuando siento, como una de sus manos se introduce dentro de mi boxer, peor aún cuando logro experimentar el roce de su mano contra mi miembro, “Así no puedo…nunca podré decirle que debemos parar”, pierdo el uso de mis palabras por un momento, al sentir como recorre mi hombría en su totalidad, si no estuviese apoyado en la pared hubiese perdido el equilibrio al sentirlo nuevamente tocándome de esta manera.

- Yoochun…para…tienes que ahhhh~ ~ - sin prestar mucha atención a mis palabras el movimiento de su mano aumenta. - ¡para! – exclamo empujándolo con fuerza.

No presté mucha atención a mi reacción, tampoco medí la fuerza utilizada, logré que me soltara, pero con eso también logré lo que menos deseaba. Veo en su rostro el desconcierto, se aleja de mi, retrocede unos cuantos pasos, sin quitarme la mirada de encima, tal vez intenta explicarse mi comportamiento tan extraño. Ni siquiera yo lo pensé, fue un impulso, nunca quise alejarlo tan bruscamente. Me inundan los deseos de llorar, al ver como la tristeza se apoderaba de su rostro, de su hermoso rostro, trata de disimularlo pero le es imposible, debe ser demasiado para él…nunca lo había visto así, sus ojos…sus ojos ya no tienen aquel brillo que siempre estaba presente, me mira pero es como si no me viera, como si ya no sintiera mi presencia frente a él.

- Disculpa…no te volveré a molestar – puedo notar como su voz se quebranta, a pesar de su intento por parecer normal.

Se voltea, dándome la espalda, camina en dirección a la puerta, está a punto de salir y dejarme aquí, solo con el alma hecha pedazos. Me acerco rápidamente a él, alzo mis brazos atrapándolo entre ellos, apoyo mi rostro contra su nuca, sin poder contener las lágrimas provocadas por mi propio actuar, lágrimas injustas, que deberían salir de sus ojos y no de los míos.

- Lo siento…no quise alejarte de esa forma…es solo que… - apenas puedo hablar, el llanto desesperado me lo impide.

Mis brazos que rodean su cintura, lo aprietan con fuerza atrayéndolo hacia mí, no deseo dejarlo ir, no de esta forma, no así haciéndole creer que no quiero estar con él cuando es lo que mas deseo “Porque mierda tengo que estar en esta situación, entre mi mejor amigo y el hombre al que amo…si le digo lo que sucede ¿me entenderá o solo servirá para alejarlo aún mas?”. Al sentir su mano sobre la mía, quedo paralizado, no se cual será su reacción.

- Junsu… ¿me amas? – aprieta fuertemente mi mano.

Aquella pregunta me sorprende, se lo he dicho muchas veces, debería tenerlo claro, debería saber que a la única persona que amo y que amaré de esa forma es él. Sin saber porqué las lágrimas comienzan a caer en abundancia, llenando mis ojos, y cayendo sobre su espalda, al sentirlas comienza a soltar mi mano.

- ¿Qué tipo de pregunta es esa?- le contesto enfadado. – Te lo he dicho muchas veces, te lo repito a cada segundo – me aferro con aprensión a su cuerpo, no lo soltaré.

- Solo responde…. ¿me amas? – la frialdad se hace presente en su voz.

- Claro que te amo, mil veces te amo, eres lo más importante en mi vida – no puedo parar de llorar.

- ¿tanto como lo amas a él? – quita mis manos, logrando que lo suelte.

- ¿De que hablas? – sigo en mi posición, observando su espalda, ya que no se ha volteado.

- Idioteces, no me hagas caso… - suelta una carcajada mientras sus manos forman puños, ejerciendo tanta presión que parecen cambiar de color. – Junsu… -

- ¿S…si? – presiento que nada bueno se avecina, mi cuerpo también lo cree así…comienzo a tiritar sin razón aparente.

- Terminamos… - la frialdad de sus palabras aún no me azota. – volvamos a como éramos antes, borrón y cuenta nueva ¿te parece? – abre la puerta del baño y sale, sin siquiera mirar atrás.

Estoy inmóvil, ni siquiera se que acaba de suceder, aquellas palabras…aquellas últimas palabras, no quiero creer en ellas, quiero pensar que nunca las oí, que no fueron más que un invento de mi mente… “Todo esto es un sueño…una pesadilla de la cual en cualquier momento despierto”, mis piernas ya no me responden, caigo al suelo de rodillas mientras mis ojos se fijan en aquella puerta por la que él salió minutos atrás. Lentamente comienzo a comprender la realidad de sus palabras, me azotan, como si las hubiese escuchado en este instante, el dolor se hace presente, aparece de la nada para apoderarse de mí. “Es insoportable, no puedo…no puedo pensar en nada…no puedo…” Llevo mis manos a mi rostro, cubriéndolo por completo, tratando de acallar mi pena, detener las lágrimas, dejar de sentir. Quiero gritar con todas mis fuerzas, pero las cuerdas vocales no me responden, quiero ir a buscarlo, salir tras de él y explicarle todo, decirle todo lo que me pasa, porque actúo de esa forma, pero mis piernas son inútiles, mi cuerpo entero no hace mas que temblar.

- Te…amo... a ti y solo a ti – susurro, mientras me hundo en aquel dolor insoportable.

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No se como explicar como me siento en estos momentos, sé que fui yo el que tomó la decisión de darle la oportunidad a Yunho de conocer los sentimientos de Changmin, de escoger libremente sin detenerse a pensar en mí, sin sentirse culpable al cargar con el amor que siento por él “entonces ¿Por qué?... ¿porqué me siento así?” porque lo único que quiero es tenerlo a mi lado, que me abrace, que me bese, que me quiera, que me mire a mi y me ame a mí “es que… ¿en realidad soy así de egoísta?, si lo amo tanto debería ser capaz de dejarlo ir”. Me duele, mi corazón duele mucho, siento como si me estuviesen aplastando el pecho, tratando de desgarrarme la piel, quiero que sea mío y solo mío. “¡Por dios!, ¡decídete ya!” reclama aquella voz proveniente de lo mas profundo y oscuro de mi ser.

- ¿Cómo?...dime ¿Cómo lo hago? – susurro para mis oídos, sentado en la acera, apoyado en la pared de alguna tienda.

Changmin…si tan solo él no se hubiese confundido hasta este punto, si por lo menos estuviese enamorado de uno de nosotros, creo que de esa forma me sería mucho más fácil enfrentar esta situación. Al recordarlo no puedo sentir rencor, no puedo odiarlo y eso me enfada aún más, algo dentro de mi lo protege, algo dentro de mi me dice que lo que siento por él es un poco mas que simple cariño “¿te gusta?”.

- Maldita voz interior… púdrete en el infierno – sigo susurrando ahora esbozando una amplia sonrisa irónica.

Ni siquiera yo mismo entiendo… “es que acaso ¿si me gusta?”, sería el colmo, ya basta con los sentimientos complejos de Min, ¿es que ahora también tendría que lidiar con los míos?... Necesito salir de todo esto, alejarme de ellos, aclarar mi cabeza “¿Qué pasa si tu te alejas y ellos se acercan entre sí?” mi inconciente no me tiene en alta estima, pareciera que lo único que busca es autosabotaje.

El tan solo hecho de plantearme esta pregunta hipotética logra que nazca una desesperación desde lo profundo de mi alma “¿Qué pasa si ya no me quieren?” yo mismo me asusté ante este planteamiento, ya no solo hablo en mi mente de Yunho, ahora es plural, es un *ellos* en vez de un *él*.

- Estoy cada vez más loco – digo esta vez en voz alta.

“¿qué tengo en la cabeza?, siento celos al pensar en Yunho con otra persona, pero al pensar en Changmin… al pensar en él yo…” Llevo las manos a mi cabeza, en señal de desesperación, de no saber que hacer, no entiendo nada, no me entiendo a mí mismo, detengo mis pensamientos en este momento porque lo que sigue… no me hubiese gustado, lo que seguía hubiese sido reconocer que poseo otro tipo de sentimientos, mas allá de una simple amistad hacia Changmin… “es mejor detenerlo aquí mismo, no reconocerlo, por lo menos aún no”.

Sin notarlo poco a poco las lágrimas fueron desapareciendo, “tal vez ya no me quedan” pienso inútilmente mientras me levanto de aquel lugar volviendo a notar que la lluvia no ha dejado de caer en ningún momento, reviso mi ropa, me encuentro total y completamente mojado “Genial”.

Camino un par de cuadras, volviendo al departamento, me falta poco para llegar, y la verdad es que aún no quiero entrar, necesito un poco mas de tiempo para borrar de mi rostro todo rastro de sufrimiento. Decido entrar a una pequeña tienda de café Express que se encuentra a una cuadra del edificio, necesito tomar algo caliente.

- Buenas Noches – saludo a la vendedora

- Buenas noches señor – desvía la mirada al instante completamente sonrojada.

- ¿me das un café por favor? – le sonrío, al notar su sonrojo.

- Cla…claro enseguida – me responde mientras se dirige apresuradamente a preparar mi bebida caliente.

Sonrío un poco para mi mismo, no sé bien la razón pero siempre que le dirijo la palabra a una chica se sonroja, “si fuera así de fácil con Yunho” mi mente me traiciona una vez mas y para tratar de evitar recordarlo desvío la mirada hacia el mostrador de la tienda, observando fijamente el caer de la lluvia.

Al otro lado de la calle, logro reconocer la silueta de dos personas, dos muchachos que caminan de la mano bajo la lluvia “se van a enfermar” es la primera idea que se aloja en mi. Ahora sin razón aparente fijo la mirada en ellos, dejando en segundo plano las gotas provenientes del cielo que no dan descanso. “Parecen dos jóvenes normales, quizás hermanos, amigos o quien sabe pareja” sonrío ante este último planteamiento.

Me veo interrumpido por la señorita que regresa con una taza de café caliente.

- Aquí tiene señor – me entrega la taza, sonrojándose aún mas.

- Gracias – le respondo con una sonrisa, apartando por pocos segundos mi mirada de aquellos dos chicos.

Sin saber porque, algo dentro de mí me prohíbe pasar mucho tiempo sin verles, al tener la taza en mis manos mis ojos vuelven a buscarlos, para encontrarme con una sorpresa, uno de ellos voltea hacia mí recogiendo algo que seguramente dejó caer, dejándome ver su rostro. Mis ojos se abren de par en par al ver que se trata de Changmin, mi corazón comienza a latir con fuerza tal vez temiendo lo que estaba por venir. Aquel otro muchacho que lo acompaña, se le acerca, recogiendo la bufanda del menor.

- Yunho… - pronuncio su nombre al notar que es él.

No puedo apartar la mirada de ellos dos, por mas que quiero huir, no puedo…mis ojos solo los ven a ellos, ven como Yunho recoge amablemente aquella bufanda, para colocarla alrededor del cuello de Minnie de una forma sobre protectora, vuelve a sujetar su mano, le sonríe…le sonríe con aquella sonrisa que me parte en dos.

Solo puedo sentir el sonido de la taza al estrellarse contra el suelo, oigo la voz de aquella muchacha a lo lejos, como si no se encontrara frente a mí, poco a poco mis ojos se ven invadidos por gotas similares a las que caen sin parar desde el cielo…uno de mis temores se hacía realidad frente a mis ojos…

Solo puedo sentir el sonido de la taza al estrellarse contra el suelo, oigo la voz de aquella muchacha a lo lejos, como si no se encontrara frente a mí, poco a poco mis ojos se ven invadidos por gotas similares a las que caen sin parar desde el cielo…uno de mis temores se hacía realidad frente a mis ojos…

- Señor… ¡Señor! ¿Se encuentra bien? – Aquella muchacha comienza a irritarme.

- Estoy bien, gracias por el café y disculpa – soy cortante, dejo sobre la mesa lo suficiente para pagar por el café y la taza.

Algo dentro de mi me obliga a salir de esa tienda de inmediato, mis piernas se mueven por si solas, los dos juntos ejercen un tipo de magnetismo sobre mi cuerpo. Mi mente me dice que corra en la dirección opuesta, que me aleje lo más posible para no terminar peor de lo que ya estoy pero mi cuerpo es testarudo se empeña en seguirles.

Cruzo la calle sin cuidado, trotando sobre el asfalto lleno de pozas de agua, mis pasos disminuyen su rapidez quedando a sus espaldas, a unos 10 metros de distancia, por primera vez la torpeza que me caracteriza no se interpone en mi camino, de haber sido así ya hubiese tropezado debido a la lluvia o me hubiese atropellado un carro al cruzar. Siento como si alguien apretase mi corazón con sus propias manos, esa típica opresión en el pecho que se hace presente cuando recibes una noticia terrible, mis ojos los observan atentos aunque inundados en lágrimas, por lo menos la gente que pasa a mi alrededor no puede notarlo por la lluvia. Los observo a la distancia, veo como Yunho sujeta la mano de Min protegiéndola del frío dentro del bolsillo de su abrigo, puedo captar como le sonríe al voltearse a verlo, la mirada que el menor le devuelve es tan verdadera, transmite tanto amor y admiración que es imposible el no imaginárselos como pareja “Hacen bonita pareja” una vez mas mi mente autodestructiva, pero es cierto, hacen bonita pareja, es como si estuvieran hechos el uno para el otro, ese tipo de aura perfecta los rodea.

- Se…ven…bien juntos – susurro deteniendo mis pasos por completo, escondiéndome tras un arbusto dejando de verlos por un instante.

Una lucha de emociones y sentimientos comienza a desatarse en mi interior pena, rabia, celos todos a la vez. “Hace tan solo unos minutos Yunho me besaba y exigía una respuesta y ahora…ahora él…es como si me hubiese olvidado” la peor sensación del mundo se hace presente, por un segundo quise que dejasen de existir o que por lo menos se fueran lejos, lejos de mí, a un lugar donde yo no los pudiese ver esta forma, dejándome atrás e ignorándome tan fácilmente. “tu quieres estar con ellos, admítelo, tu miedo es no decidirte a tiempo, perderlos a ambos o peor aún que ellos comiencen una relación, dejándote en el olvido”.

- No… - contesto ante tal pensamiento. – Yo no… - no puedo afirmar nada con seguridad, ya que me enfrento a mi mismo, es una batalla perdida.

De pronto mis ojos los buscan, ansío verlos una vez mas, me volteo a ver el lugar donde antes se encontraban pero esta vacío “ya deben estar en el depa”. Dirijo la mirada al cielo, dejando que las gotas de lluvia que caen sobre mi rostro se lleven todo rastro de las lágrimas, aquellas que pude detener al fin, “¿debo entrar?” me pregunto “¿vas a salir huyendo como siempre o piensas enfrentar esto como hombre?” Ante tal pensamiento sonrío, a veces es como si hubiesen dos mentes dentro de mi cabeza, o tal vez eso es lo que llaman conciencia, sea lo que sea, si que molesta.

Reúno todas mis fuerzas, inhalo un bocado de aquel aire puro que produce la lluvia, trato de esconder todas mis inseguridades y sentimientos encontrados, al fin y al cabo este es mi hogar, aquí vivo. Comienzo a caminar con dirección a la entrada, justo al momento de llegar a la puerta, esta se abre encontrándome de frente con aquel muchacho Eunhyuk con quien recuerdo haber conversado una vez, quien me fue de gran ayuda “¿Qué hará por aquí?” me pregunto mientras lo miro con asombro.

- ¡Hey! Tú el pensador, ¿Cómo te ha ido? – al parecer me reconoce.

- Bien ¿y a ti? – me da gusto volver a verle.

- Si bien, ¿vives aquí?, que coincidencia – coloca una de sus manos sobre mi hombro.

Estoy a punto de responderle, pero me encuentro con la mirada atónita de Junsu, quien se encuentra tras este extraño chico, al instante noto que algo le sucede, parece normal pero sé muy bien que esta sufriendo, sus ojos lo reflejan aunque se defiende muy bien aparentando que nada le sucede, no me puede engañar, conozco ese rostro.

- Ehh si, ¿conoces a Junsu? – le sonrío, tratando de entender la situación.

- Si es mi amigo de la infancia, no me digas que… ¿viven juntos? – su rostro logra que por un momento pueda volver a reír, sus expresiones son tan graciosas.

- Claro, con algunos amigos… vaya que coincidencia, bueno chicos no les quito mas tiempo, parece que van de salida – doy palmadas en el hombro de Eun, para luego abrazar a Junsu, espero que con esto sienta que lo apoyo sin importar lo que le suceda, siempre lo haré.

- …Gracias – susurra Junsu para que solo yo pueda oírle.

- …te quiero – susurro de la misma manera, liberándolo de mi abrazo.

Camino unos cuantos metros para apretar el botón del ascensor, me quedo observando como aquellos dos salen del edificio. Me distraigo mirando hacia un punto ciego, si no fuera por la voz femenina que me indica la llegada del ascensor no lo hubiese notado.

- Hola – saluda aquella muchacha mientras sonríe. – Mi nombre es hyo rin… ¿tú eres? -

La verdad no estoy de humor para contestarle, solo quiero llegar a mi cuarto, tirarme en la cama y dormir por siempre, aún así no quiero tratarla mal, parece una buena chica.

- Kim Jaejoong – se puede notar mi poco interés.


Se oye el sonido del ascensor al abrir sus puertas, llegamos a su piso, la muchacha se baja, pero antes de que se vuelvan a cerrar por completo las puertas, se voltea.

- Kim JaeJoong, eres muy guapo – me sonríe una vez mas para luego seguir su camino.

Tal vez en otro momento de mi vida hubiese considerado esta situación vergonzosa o atrayente, ya que la chica era muy guapa, pero ahora…ahora mi cabeza y mi corazón están hechos un lío, no necesito mas enredos. La próxima parada del ascensor es en la que debo bajar.

Se abren las puertas, salgo de éste sin prisa…La sensación de opresión en el pecho se manifiesta nuevamente pero empeora con cada paso que avanzo hacia la puerta del departamento, temo verles dentro, felices de la vida, disfrutando de la compañía del otro, sin necesidad de tenerme cerca “¿es que acaso es posible que me olvidaras tan fácilmente Jung Yunho?”. Saco mi llave y la pongo en la cerradura de la puerta, pero no puedo moverla, aun siento miedo, miedo de lo que pueda encontrar ahí dentro, estoy paralizado.

Deben haber pasado unos 10 minutos, desde que estoy parado como idiota mirando la puerta, “vaya menudo idiota, gírala hacia la derecha” vocecilla molesta, aunque tiene razón, no malgasto mas mi tiempo y de una vez por todas logro abrirme paso a aquel departamento, mi hogar.

Al entrar me quedo paralizado, no puedo moverme, las mismas piernas que minutos atrás se movían por si solas, ahora no me responden, dentro de mi ganan los deseos de huir, doy un paso hacía atrás comenzando mi huída, pero soy detenido por aquella vocecilla molesta “¿huyendo de nuevo?” sonrío para mi mismo, vuelvo a dar un paso hacía adelante aun temeroso de lo que pueda encontrar.

Mis ojos se encuentran fijos observando el sillón, sin querer mirar alrededor. Me encuentro parado en la entrada, lentamente levanto la mirada examinando de a poco la sala y la cocina “No hay nadie…pero los vi entrar, tal vez en algún cuarto…” comienzo a imaginarlos juntos, detengo aquellas imágenes al instante, me dirijo a mi habitación, “me encerraré en ellla hasta que sea necesario” a lo que mi conciencia responde : “me huele a gallina”.

- ¡Mierda!, ¡¿podrías callarte ya?! – exclamo sin detenerme a pensar que hablo solo.

Oigo como la puerta de uno de los cuartos se abre y como poco a poco alguien avanza hacia la sala, mi corazón se descarrila una vez mas, me invaden los deseos de huir, escapar lo más lejos posible, pero la confusión es tan grande que no logro mover ni un solo músculo, ni siquiera me atrevo a mirar el pasillo que conecta a los cuartos, temo ver que sea Changmin o Yunho la persona que se aproxima a mi encuentro.

- ¡Ahhh!, eres tú… ¿Quién mas iba a estar tan chiflado como para hablar solo? – Comenta Micky en un tono irónico.

Al oír su voz, de inmediato mi cuerpo antes tenso se relaja, por lo menos no es ninguna de las dos personas que me atormentan, si bien me molesta su broma, no es nada que no pueda soportar.

- Claro… ¿Quién más? Si el único chiflado que queda además de mí en esta casa eres tú – contesto con sarcasmo, mientras camino hacia la cocina.

- jaja… algo has aprendido – se acerca a mí y se apoya en el mueble de la cocina, justo a mi lado. – Jae, si… si tu amas mucho a alguien ¿es normal sentir celos, querer que esa persona este todo el tiempo a tu lado y con nadie mas? – su rostro refleja nostalgia, la misma que vi en Junsu.

- pero ¿Cómo?, Cuando?, ¿Donde? y ¿Por qué?... ¿Acaso el mujeriego no lo sabe? – le respondo en tono de burla, lo observo detenidamente creyendo que me juega una broma, pero al ver el cambio en su expresión, al notar por un segundo el dolor en su semblante cambio de actitud. – Yo… Yoochun, pensé que jugabas, lo siento -.

- No hay lío – me sonríe, poniéndose de píe, dándome la espalda. – Después de todo, ni yo mismo me la creo, muchas mujeres actuaron así conmigo y las odié… es por eso que… debo dejarle ir – su voz se hace cada vez más inaudible.

- ¡Ey!, ¿Qué acaso ya volviste a casa? – trato de cambiar el tema, al parecer tiene problemas de los que no desea hablar.

- Si., ya volví… pero esté mujeriego tiene fiesta por delante – se voltea a verme guiñándome un ojo y soltando una carcajada.

- No jodas Micky, usa condón – bromeo, aún cuando me muero por dentro.

No responde, como es usual sigue su camino, al abrir la puerta hace la típica señal de saludo con la mano sin voltearse. Sonrío mientras tomo un vaso de agua, “al parecer estoy solo en casa”, la idea me relaja un poco, bloqueo aquella parte de mi inconciente que fantasea con lo que estén haciendo esos dos, la verdad es que necesito estar solo…esta fue mi decisión, darles una oportunidad, debo cumplir con lo que me propuse hasta el final, aunque termine destruido en el camino.

Me dirijo a la sala con mi vaso de agua, ocupo mi lugar habitual frente al televisor sentado en el sofá, me quedo viendo la pantalla apagada ya que no tengo deseos de ver nada, solo quiero estar…en un lugar neutro, sin pensar demasiado…quiero poder olvidar por unos minutos….por solo unos minutos olvidar el dolor que siento al pensar en todo lo que ha sucedido, en como se han desarrollado las cosas…necesito un descanso.

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Desearía que la calidez de su mano no abandonara nunca su posición actual, desearía que nuestras manos permanecieran entrelazadas por una eternidad “Deseas tantas cosas Chanminnie ~ ~” sonrío ante la infantil respuesta que elabora mi mente. Puedo notar casi al instante que se ha volteado a verme, logrando que mis mejillas se enciendan y tomen un color rojizo, me avergüenza saber que me observa, la lluvia ya ni siquiera me importa.

- ¿de que te ríes Minnie? – Yunho detiene su andar, parándose frente a mí.

- D…de nada – los nervios me traicionan.

Giro mi cara el ver como comienza a acercarse cada vez mas, de inmediato sujeta mi rostro con su mano libre, obligándome a verlo, puedo sentir como mi corazón palpita fuertemente, mi cuerpo adquiere calor y mis mejillas se sonrojan aún mas, creo que ahora entiendo lo que algunos describen como mariposas en el estómago, aunque mas bien se siente como un saco de piedras azotando contra la pared abdominal…no es nada muy placentero. Me veo obligado a mirarlo a los ojos, me parece casi un sueño, estoy seguro que en una hora sonará el despertador, esa sería la mejor de las explicaciones para todo lo que sucede.

- Changmin… - susurra mi nombre en un tono que logra erizar mi piel por completo, peor aun sosteniendo mi rostro de esa forma.

- ¿S…si? – titubeo al contestar.

- ¿para donde ibas? – suelta una carcajada mientras voltea mi rostro hacia la izquierda dejándome ver el edificio en que vivimos. – Ya llegamos despistado, ¿Qué acaso se te pegó lo de J…? – detiene sus palabras al notar el nombre que pronunciaría.

- …Que Jae – concluyo su oración, sujetándome fuertemente de su mano. – No tiene nada de malo que lo recuerdes y digas su nombre, después de todo lo amas, aunque haya pasado algo entre ustedes y su relación no sea la mejor del mundo en estos momentos, siguen siendo amigos ¿no?, amigos por siempre como de costumbre andan diciendo – Cada una de las palabras que pronuncio son sinceras, no me duele el reconocer su amor, ya no, lo que me lastima es verlos separados.


Solo recibo una sonrisa como respuesta, literalmente siento como mi corazón se detiene por un par de segundos, “esa sonrisa…esa sonrisa es la que siempre tiene cuando esta alrededor de Jae”. Sin soltar mi mano, se encamina con dirección al edificio, iba directo al ascensor, pero lo detengo con un jalón.

- No me gustan los ascensores, ¿te parece si escalamos nuestro camino al depa? – le señalo las escaleras de emergencias, un tanto entretenido con su expresión.

-…está bien, usemos tus benditas escaleras – me complace, siguiéndome.

- ¿Esta es la primera vez que las usas? – sonrío al ver su cara de frustración mientras subimos escalón a escalón.

- Solo calla y camina no me hagas.. – se ve interrumpido al tropezar en un escalón.

Rápidamente lo sostuve atrayéndolo hacía mí con fuerza, logro evitar que caiga de espaldas, pero utilicé demasiada fuerza, caemos los dos sobre los escalones, por lo menos no rodamos por ellos. Cierro mis ojos esperando el dolor que debería sentir en cualquier momento, pero me sorprendo al no sentir nada, entonces vuelvo a abrirlos encontrándome sobre el cuerpo de Yunho.

- ¿Yun…ho?....¿estas bien? – golpeo su cara, al no recibir respuesta inmediata, parece inconciente.

Me acomodo, apoyo mis manos en los escalones a nivel de su cabeza dejando caer mi peso en ellas para no lastimarlo, también temo moverme bruscamente “por dios Changmin a cada minuto la jodes mas, debería mantenerme alejado de Yunho, soy un peligro público”. Golpeo su rostro repetidas veces, sin lograr que despierte, acerco mi rostro al suyo tratando de sentir su respiración, talvez demasiado cerca ya que en vez de intentar ayudarlo me invadieron los deseos de besarlo. Rozo sus labios con los míos, dejándome llevar por mis deseos, de inmediato siento su mano en mi espalda, en menos del tiempo que toma parpadear es Yunho el que se encuentra sobre mi, dejándome apoyado contra los escalones en una posición molesta “Tal vez le molestó el intento de violación” aun en momentos como estos tengo tiempo de bromear.

- Lo siento yo…no quise – no tengo excusas que inventar, son inútiles, solo queda la simple verdad. – si quise, no aguanté el no poder besarte, lo siento – mis mejillas se vuelven a tornar rojas.

Voy notando la posición en la que me encuentro con lentitud, sintiendo su cuerpo sobre el mío, su calidez aún a través de la ropa, su aroma delicioso, el mismo que rodea a Jae últimamente, sin si quiera evitarlo mis manos se posan en cada costado de su cintura…ya no tengo control sobre mi cuerpo.

Acerca su rostro al mío lentamente, sus labios rozan con suavidad el borde de mi boca, permaneciendo inmóviles unos segundos, ahora estoy convencido de que todo es tan solo un sueño “¿pero porque los escalones me lastiman la espalda como el carajo?, ¿es que acaso esto es real?”. Sus labios se mueven suavemente sobre los míos, sin adentrarse en mi boca, es apenas un suave roce.

- Changmin yo… - se aleja unos centímetros. – no puedo decir que te amo, mucho menos puedo afirmar que llegaremos a ser algo en un futuro – ahora se inclina dejando que nuestras mejillas rocen entre si. – Lo que si te prometo es que no lucharé en contra de lo que pueda llegar a sentir por ti, no te miento tu sabes muy bien que amo a Jae, pero es él mismo quien parece desear nuestro acercamiento…así que.. – levanta su rostro mirándome fijamente.

- No hacen falta promesas – sujeto su rostro entre mis manos para atraerlo al mío y besarlo. – Créeme con lo vivido hoy me basta, yo solo quiero lo mejor para ustedes – pongo mis manos en su pecho empujándolo suavemente, dándole a entender que debíamos seguir nuestro camino.

Hubiese deseado que siguiéramos tirados en las escaleras por horas, aún si quedaba inválido o incapacitado de alguna forma por el dolor de espalda, pero es mejor así, no quiero que haga algo que luego lamente… no quiero que sufra él, ni mucho menos Jae.

- Jae… ¿Dónde está? – le pregunto al levantarnos.

- No lo sé…él – creo que le resulta doloroso recordar. – nos separamos en el camino – concluye volviendo a subir por las escaleras.

- pero… está lloviendo y jae es…es – estoy a punto de dar media vuelta y salir a buscarlo.

- ¿idiota?, ¿imbécil?, ¿patoso de porquería? – sonríe mientras me extiende la mano, invitándome a seguirle.

- Me preocupa… ¿a ti no? – me cuesta creer eso, pero sigo sus pasos, sin obtener respuesta alguna.

Por fin llegamos a nuestro piso, me apresuro a abrir la puerta, en cuanto ingreso me encuentro de frente con la mirada llena de sorpresa de Jae, quien se encuentra bebiendo agua.

- ¿te vas a hacer a un lado? – Yunho intenta pasar, ya que me encuentro inmóvil bloqueándole el camino.

Al instante en que Jae oye su voz, suelta toda el agua que aún mantenía en la boca, logrando rosear el televisor y parte de la sala con agua. Como siempre Jae tan patoso, me provoca reír a carcajadas aunque debido a la situación intento contener la risa. Finalmente Yunho me hace a un lado logrando entrar, ve el desastre que provocó aquel muchacho sorprendido y solo esboza una sonrisa, camina en total silencio hacia su cuarto.

- la pantalla no va a crecer mas con agua, se queda en 28 pulgadas –comento en tono burlón, no logro borrar aquella burla de mi cabeza.

El rostro de Jae en este preciso momento es digno de fotografiar, sin pensarlo dos veces saco mi celular y me apresuro a retratar este momento Kodak, su rostro se encuentra pasmado con la boca abierta y ni siquiera parpadea. Sé que debería sentirme incómodo estando los tres bajo el mismo techo, pero no puedo, esto es lo que quiero, los amo a ambos, necesito de la presencia de ambos, sentirlos a mi lado… me hace feliz, aunque sé muy bien que a ellos no, debe dolerles demasiado…quiero disfrutar de esta felicidad lo máximo posible…antes de irme.


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Por unos minutos había logrado estar tranquilo, pero al momento de ver a Changmin cruzar esa puerta y oír la voz de Yunho, todos aquellos sentimientos encontrados volvieron a azotarme con fuerza, ni siquiera fui capaz de tragarme el agua que tenía en la boca…no se como diablos logré pararme y entrar a mi cuarto, cambiarme la ropa mojada, tampoco sé como diablos pude dormir ni como carajos me levanté hoy por la mañana…mucho menos sé como llegué a la universidad encontrándola vacía, ya que según me informó el cuidador al llegar salimos de vacaciones “pero por un demonio, ¿Dónde diablos ha estado tu mente estos días” ni siquiera el planteamiento de la pregunta era necesario, vagando entre Yunho y Changmin, su posible relación, mi amor hacia uno de ellos y mis posibles sentimientos hacia el otro.

Había olvidado por completo que en estas fechas regreso a mi ciudad natal junto a Yunho a pasar un tiempo con nuestros padres, la verdad dudo que viajemos juntos, por lo menos esto me servirá para pensar…rápido antes de que sea demasiado tarde.

Luego de mi vergonzosa llegada a la universidad, me regresé a casa y comencé a empacar mis cosas, todo esto mientras el resto dormía placidamente o al menos eso pensaba. Entré al cuarto de Yoochun para encontrarlo vacío, de igual forma se encontraba el de Junsu pensé que nuevamente viviría la tortura de quedarme a solas con ellos, de soportar el dolor de tener a Yunho tan cerca y a la vez tan lejos, de querer dormir a su lado, a la vez me sentía nervioso por la cercanía de Min, aquel muchacho a quien creo haber empezado a ver de otra forma, mi mente estaba hecha un desastre así que me apresuré en arreglar todo para mi viaje.

Ya tengo todo listo y a penas dan las 11 de la mañana, “creo que lo mejor es que me vaya mientras aún duermen”, salgo de mi habitación con las maletas a cuestas, camino hacia la salida encontrándome con Yunho sentado en la mesa del comedor desayunando, ni siquiera se voltea a verme, su frialdad cala en lo mas profundo de mi corazón, duele tanto…duele tanto pensar que hace a penas unas horas decía amarme… “¿Acaso el amor se olvida de un día para el otro?” con este pensamiento recuerdo aquellos momentos que pasamos juntos, todas aquellas veces en las que me acarició, besó y amó sin parar, casi pude sentirlo dentro de mi con tan solo recordar…desearía poder dejarlo todo atrás, acercarme y besarlo, acariciarlo…llevarlo a mi cuarto y sentir sus caricias…pero creo que para él todo eso ya quedó atrás y me merezco esta frialdad…yo fui el que lo alejó…pensando en que era lo mejor para todos, “pero entonces ¿porque se siente tan mal?, ¿porqué siento que cometí el peor error de mi vida?”.

Con pesar lo ignoro de la misma forma siguiendo mi camino, dejando atrás los pedazos de mi corazón roto, al salir por la puerta las lágrimas que creí agotadas inundan mis mejillas “Por favor no me dejes ir tan fácilmente…Has que me quede a tu lado, di que me necesitas que me amas, no dejes que me vaya creyendo que no me amas” me aferro a las maletas con fuerza mientras espero el elevador.

Repentinamente siento unas manos en mi espalda, soy empujado hacía el interior del ascensor en el mismo momento en que este abre sus puertas, me hubiese caído de no ser por aquellos brazos que rodean mi cintura por detrás, las puertas del elevador se cierran tras nosotros…Sé que es él, lo supe en el mismo instante en que colocó sus manos en mi espalda, lo confirmó así la sensación que invadió mi cuerpo, el deseo de tenerlo cerca, su aroma, aquel que se impregnó en mí…Sé que es Yunho.

Su respiración chocando sobre mi cuello, la sensación de tener sus labios tan cerca de mi piel, provoca estragos en mi cuerpo, aquel calor casi inhumano se hace presente, mi piel se eriza ante el simple hecho de sentirlo contra mi espalda, mi corazón late fuertemente, mi cuerpo lo desea, desea sentir sus caricias, desea sentir su amor, desea ser suyo una vez más. Intento voltearme en busca de sus labios, pero soy prisionero de sus brazos los cuales me lo impiden, me abraza con tanta fuerza que parece no querer soltarme. Una de sus manos se abre paso por mi pecho para descansar sobre mi lado izquierdo, justo sobre mi corazón, es como si quisiera sentirlo, su otra mano baja por el contorno de mis caderas hasta encontrarse con la mía logrando entrelazarlas, comienzo a sentir como tiembla.

Intento voltearme nuevamente, necesito abrazarlo rodearlo con mis brazos decirle cuanto lo amo, pedirle disculpas por mi estupidez, por tratar de alejarlo cuando debimos resolver nuestros problemas juntos. Repentinamente siento como besa mi cuello estrechando aun mas nuestras manos aumentando la fuerza de su abrazo a medida que el elevador se acerca al primer piso…es entonces cuando por fin caigo en cuenta temblando de la misma manera que él…derramando un mar de lágrimas “esto es…¿una…despedida?…”.

1 Comentarios:

  1. Miyu-chan5/26/2009

    Waaaah Chunnie!! ;O;!... Junsu! dile que lo amas! no te quedes cno Eun ;_;.. no me gusta!!...
    yunnie no dejes que Jae se vaya T_T...
    Quiero que Su y Chunnie sean felices e_é!! y que Jae, Min y Yunnie tamen ;3;!

    P.d:Wojojo Ahora tambien te psicopateare aqui ademas de en amor-yaoi owo!... xDD!
    Dios... Amo tu fic D:!..

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