Flor de loto

Titulo: Flor de loto
Autora: nïn@
Parejas: HoMin
Género: Slash
Extención: Oneshot
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Una y otra y otra más.

Changmin volvió a coger una piedra y la estampó contra una de las últimas flores de loto que quedaban en el estanque; hundiéndola sin piedad.

Cogió otra piedra dispuesta a tirarla con más fuerza que la anterior; tratando de sacar toda la rabia que se había instalado en él al ver aquella noticia en el periódico.
¡Escándalo! ¡Escándalo! ¡Yunho de DBSK con novia! Con una bonita foto que lo acompañaba.

Una chica guapa y sonriente.

Pero él no estaba celoso, no. Era sólo que Yunho nunca le había dicho que salía con nadie. ¿Era allí donde los había llevado la amistad de más de seis años? A mentirse, esconderse… Él confiaba en Yunho; se lo contaba todo.

Y por un momento su cara se congeló. Una parte de él, la que estaba escondida tras Max le gritaba que él también tenía un gran secreto.

Su estómago rugió con violencia, pero no se levantó.
Maldito Yunho; volvió a pensar, y sin embargo no podía odiarlo. Porque no había conocido nada más; recordó el día en que lo conoció. ¿Cuántos años tenía? ¿13? ¿14?
Recordó que se había perdido en aquellos ojos oscuros, y en esa sonrisa amable y tranquila. Recordó la sensación que lo invadió de bienestar; porque pensó que ya no estaría solo. Pero se había equivocado y ahora la soledad le dolía mucho más que aquel lunes de hacia siete años. Cuando había entrado en la oficina de la SM asustado.
Porque él había sido su amigo, su hermano… Y después… Después nada Shin Changmin.

Se repitió una vez más. Nada. Nada. Nada.

Sintió como una lágrima luchaba por salir; pero en vez de dejar que su rabia saliera con ella; cogió otra piedra y hundió otra flor.
Sabía que su madre adoraba ese estanque. Que decía que las flores de loto eran como las personas; que con el tiempo y el cariño florecían incluso entre el lodo.

Pero eso era mentira.

Nadie puede florecer entre el barro.

Esas flores eran como él… Y merecían estar igual de hundidas como esa noticia lo había dejado a él.

¿De que le servía la fama ahora? ?El dinero? ¿El éxito? Era sólo un chico. Y estaba solo y perdido.

Cogió una piedra más, para tirarla contra la última flor que quedaba a la superficie.
Vas a durar poco, pequeña. Eres débil y no tienes protección.

Levantó la mano para lanzar la piedra cuando alguien llamó al timbre. ¿Serían sus padres que se habían olvidado las llaves?
Era difícil, le habían dicho que dormirían fuera.
¿Sus hermanas? También habían aprovechado el sábado para salir.
Decidió ignorarlo hasta que quién fuese que esperaba fuera llamó por quinta vez.
Se levantó con pesadez, maldiciendo todo lo que respiraba y fue a abrir la puerta con pasos lentos.

-¡Minnie!- Gritó Yunho abrazándolo cuando la hubo abierto.

Changmin se quedó helado en el suelo. ¿Yunho lo estaba abrazando?

-Yunho…- Susurró entre los brazos del mayor -¿vas borracho?- Su hyung rió dos veces antes de responder.

-Sólo un poco- Después se dejó caer con todo su cuerpo encima de Min. Haciendo que este se tambaleara.

-Vamos- Murmuró con un suspiro, llevando a Yunho hasta el patio donde sólo quedaba una flor de loto.

Lo sentó a su lado; justo delante del estanque y se sorprendió al ver que se aguantaba bastante bien.

Yunho giró la cabeza abriendo la boca.

-¡Qué pasada de casa Minnie!- Changmin arrugó la frente sonriendo.

-Has estado aquí millones de veces-

Yunho se tiró encima del pequeño con una sonrisa provocadora.

-Pero nunca solos- después lo besó en los labios, haciendo que Changmin sintiera un escalofrío y que su corazón empezara a latir descontrolado.
Se abrazó al cuello de Yunho, entregándose a ese beso, tratando de declararse a través de el. Porque sabía que probablemente sería el último.

Y efectivamente, cuando se separaron, Yunho se echó a reír haciendo que Changmin sintiera ganas de llorar.

Porque para él lo había significado todo, y en cambio para su hyung sólo había sido un juego de borrachera.

-Minnie, no me mires así que te quiero- Dijo acariciando su cara mientras el pequeño sentía como su pecho le dolía cada vez más.

-Vamos, tienes que dormir- Trató de levantarlo, pero el mayor no ayudó en absoluto y Changmin acabó cayendo otra vez al suelo.
Suspiró cansado mientras iba a por una manta y una aspirina; todavía no hacía frío; podría dormir fuera.

Se la dio a Yunho que seguía riéndose solo y después lo tapó con cuidado.
Se quedó mirándolo un instante, su ropa algo arrugada, su pelo revuelto, sus ojos ahora medio cerrados que lo miraban directamente; sus labios con aquella risita tonta.

Sin quererlo sonrió mientras se levantaba para irse a su cuarto, pero unas manos lo cogieron de los pies haciendo que cayera de bruces al suelo.

-¿Tú estás…?- Pero se calló al ver la cara de Yunho, que había perdido la alegría para haberse convertido en un puchero adorable de lástima.

-Quédate a dormir conmigo- Changmin quiso negarse; pero su cuerpo parecía haberse rebelado contra el dueño.

Y sus rodillas se flexionaron, arrodillándose al lado de su amigo; sus manos levantaron un poco la manta y él se metió dentro, sintiendo como todo su cuerpo temblaba con la cercanía.

Y pensó que su corazón se detendría cuando sintió como los brazos de Yunho lo rodeaban y acercándolo mucho más.

Podía sentir el pulso de su hyung, su respiración, su… Cerró los ojos con fuerza recostando la cabeza en el brazo del mayor, usándolo como cojín y mirando a esos ojos que ya estaban cerrados.
Y sonrió; porque a pesar de todo; ahora estaba entre sus brazos.

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Un mosquito despertó a Yunho que se revolvió inquieto preguntándose quién habría abierto la ventana.

Pero no encontró en interruptor cuando alargó la mano hasta la pared, sino una piel suave y húmeda.

Una mejilla empapada de lágrimas. Abrió los ojos a pesar de saber que no vería nada; pero para su sorpresa, una enorme luna llena iluminaba el cielo, proporcionando suficiente luz como para divisar que era Changmin, el que estaba durmiendo a su lado.
Le apartó un mechón del pelo con ternura, siendo consciente de las miles de veces que había soñado tenerlo así. Y acercó un poco sus labios a los de su hyung. Sólo quedaban unos centímetros…

Pero Min abrió los ojos de repente cuando ya podía sentir su respiración encima de sus labios.

Yunho se apartó asustado. Le había pillado; pero la reacción de Changmin no fue todo lo fuerte que se esperaba. Simplemente se sonrojó y lo miró turbado.

-¿Aún estás borracho?- preguntó mirando su reloj, tratando de ver cuantas horas habían pasado.

-No, no estoy borracho- Respondió Yunho algo molesto. A pesar de lo que quería gritarle era que lo quería. Que el alcohol no tenía nada que ver.

-Ya claro, ¿tampoco lo estabas anoche cuando me besaste no? ¿O cuando me dijiste que me querías?- Yunho miró a Min horrorizado. No podía creer que él hubiese hecho eso; y sintió como se le hacía un nudo en el estómago al escuchar como la voz de Changmin se quebraba. Sin duda le había hecho daño.

Y no era de extrañar, a nadie le gustaría que su mejor amigo le besase y se le declarase. Sintió arder sus mejillas de vergüenza y bajó la mirada tratando de encontrar una explicación. Pero no había ninguna. Salvo la verdad.

-Yo… Lo siento- Susurró con la voz tomada. Changmin cerró los ojos. No podría soportarlo. No podría resistirlo cuando él le dijese que había sido todo por culpa de no vigilar el número de copas que se tomaba -Pero es lo que siento de verdad- Acabó Yunho sintiéndose como si se acabara de tirar desde un paracaídas.
Changmin lo miró aguantándose las ganas de llorar. ¿Aún iba bebido?¿O es que le gustaban las bromas crueles?

- ¿Y tu novia?- Preguntó sabiendo que ahora venía la parte dura.

-¿Qué novia?- interrogó Yunho sin saber de que le hablaba el pequeño.

-Lo he visto en el diario- Dijo cerrando los ojos con fuerza. Yunho en cambio los abrió, entre sorprendido y molesto.

-¿Y desde cuando te crees lo que sale en la prensa? Ella era sólo una amiga del colegio. Te quiero a ti, Changmin- repitió.
Changmin apartó la mirada hacia el estanque donde todavía quedaba una flor sin hundir.

¿Podía ser que algo pudiese florecer de entre el barro?

Lo miró con los ojos brillantes.

-Me has llamado Changmin, no minnie- Dijo eufórico. Desde luego, ya no iba borracho. Y sintió como su corazón trataba de escaparse de su pecho cortándole la respiración.
Sus manos viajaron rápidas hasta el cuello de Yunho y sus labios se encontraron ansiosos con los de este en un beso totalmente diferente del anterior.

Ahora sin regusto a tristeza. Porque él lo quería.
Se separó con dificultad sólo para sentir como Yunho reía sobre sus labios antes de darle otro fugaz beso.

-¿Qué significa esto?- Preguntó mientras rodeaba la cintura del pequeño y se recostaban ambos encima de la manta que había caído al suelo hacía rato.

-Que la prensa va a tener pronto un nuevo escándalo- sonrió el pequeño mientras enterraba su cabeza en el hombro del mayor y sentía como este besaba su pelo apretándolo más contra sí.

Fin