Receta para un Lemon Pie II

Segunda Parte
Aclaración!: Cada color representa a un personaje! El violeta es Yoochun, el verde es Changmin

Al abrir la puerta pude escuchar una voz decirme algo desde la sala.
Levanté la vista, y entonces pude escuchar claramente la voz preocupada del menor:
-¡Hyung! -grité, parándome de golpe del sillón y acercándome a él en unas pocas zancadas.
Me giré para cerrar la puerta, y luego me volví para encontrar muy cerca aquellos ojos castaños de Changmin, llenos de una profunda inquietud.
-¿Qué te ocurrió? –pregunté enseguida, notando su frágil estado.
-Terminé con Sun Moo… -mi voz se quebró al decir su nombre.
Changmin enseguida me envolvió, como una manta cálida, los hombros con un brazo y me dirigió hacia el sillón en el que había estado sentado. Noté que apagaba el televisor y se sentaba a mi lado.

No sabía qué decir... Jamás había terminado una relación. No sabía lo que se sentía, pero no podía ver así a mi amigo. Como por instinto, comencé a frotarle la espalda, suavemente, como si fuera muy delicado, algo a quebrarse en mil pedazos... Esperando. Esperando a que me contara lo que le sucedía.

Las lágrimas seguían su curso, aunque deseaba detenerlas. Miré a Changmin, traté de decirle la verdad pero otra vez mi voz me falló. Cubrí mi rostro con mis manos.
-Hyung...
Esperé impaciente la reacción de mi amigo, sin dejar de acariciar su espalda.
-Le dije que... -respiré profundamente para luego continuar. -...Que no la amo más.

Detuve la mano un momento para luego continuar acariciándolo, esta vez en círculos. Me mordí el labio. -¿Hace cuánto... te sentías así por ella?
-Varias semanas atrás, por eso no me pareció justo seguir- dije secándome otra lágrima escurridiza.
-¿Por qué no te parecía justo seguir?

Exhalé aire, con una especie de fantasma de una sonrisa. “Siempre con preguntas tan racionales, tratando de encontrarle sentido a todo”. -No lo es, porque sería mentirle a ella y mentirme a mí.
-¿Eh?
-No te preocupes, algún día me comprenderás -comenté. Sabía que él aún no lo entendería… luego pensé, siendo como es Changmin, que tal vez jamás lo haría…

Changmin se sintió inútil. Deseaba mucho poder consolarlo, pero era como si hablaran dos idiomas completamente diferentes. Se sintió como si fuera de otro planeta. Entonces encerró a YooChun en un suave abrazo, diciéndole al oído que todo iba a estar bien, que había tomado la decisión correcta.
–Gracias- susurré, sonriendo por primera vez en el día. Correspondí su abrazo con fuerza. -Espero algún día poder devolverte el favor.
Changmin rió de manera forzada.
-Tal vez no sabré de relaciones... pero creo que sé algo del amor... -confesé tímidamente, en un susurro.
-¿Y cómo es eso? -le pregunté sorprendido, separándome de nuestro abrazo.
Enseguida miré hacia abajo, evitando los profundos ojos de Yoochun, sintiéndome enrojecer hasta las orejas.
-Nada es imposible.
Comentó, luego tomó mi mano, acariciándola con suavidad.
-Si lo dices, puede que te sientas mejor. Vamos, Min. Confiá en mi.

La idea de desahogarse, de que alguien supiera lo que venía oprimiendo su corazón lo aliviaba de una manera extraordinaria. Pero el miedo, el miedo siempre lo paralizaba, le ataba la lengua, lo dejaba inmóvil y le impedía demostrar lo que realmente sentía. Se cerraba en sí mismo. Se decía que prefería padecerlo solo, ¿quién querría...?... ¿quién lo querría si algo así llegaba a descubrirse?
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Continuará!