Two Hearts cap 21

Miró el reloj. Ya había pasado más o menos una hora y un poco más desde que había vuelto de la escuela. Estaba bastante decaído. Encima se había largado a llover muy fuerte.

- K—Kim Jaejoong, señor.- Se presentó y extendió su mano de forma muy respetuosa, haciendo una leve reverencia.
- Así que tú eres el chico que está distrayendo a mi hijo en sus estudios. Y también lo retrasas- Comentó después de devolver el gesto al menor que tenía en frente- Como mi hijo no llegaba a casa lo vine a buscar.
- Lo siento no era mi intención…- Se disculpó de inmediato.
- Papá….- Trató de intervenir el castaño.
- Te voy a pedir un favor. Aléjate de mi hijo si vas a seguir interviniendo en sus estudios, y en su futuro. Si lo quieres tanto y te preocupas por el, lo harás…


Aquel encuentro con el padre de su actual novio lo había dejado mal. Y lo había hecho pensar en muchas cosas. Quizás si había sido una distracción para el menor. Y de cierta forma, esas notas de las hablaba el señor si habían sido influidas por el. Si no mal recordaba, fue por esa estúpida idea que había tenido de decirle que no le correspondía. Realmente se sentía mal.

Darkness on my eyes…

Ese era su celular, y de seguro era Junsu. Sólo a el le tenía ese ringtones, porque era una de sus canciones favoritas, y encima, el rubio de voz chillona se la había mandado.

- Dime Su- Dijo sin siquiera verificar el número.
- Hola Jae, ¿Estás en tu casa?- Preguntó del otro lado del teléfono.
- Si…- Subió un poco su volumen, al perecer el chico con el que hablaba se encontraba en un lugar bien concurrido y con bastante ruido.
- No te oyes muy animado.- Agregó.- Este, con Yoochun cambiamos los planes. ¿Te parece juntarnos en el Bowling ahora? ¿O estás ocupado?
- Ahh…-

Caminó hasta la puerta, y suspiró antes de responder. Quizás eso le ayudaría un poco a dejar de pensar en su querido dongsaeng, un rato jugando con Yoocun y Junsu le haría bien. Sí, estaba seguro. Abrió la puerta sólo para quedar con la boca abierta.

- ¿Jae….Jae…Estás?- Preguntaba Junsu al otro lado de línea, pero Jaejoong ya había tirado su teléfono al piso casi con darse cuenta.
Frente a él, un empapado castaño buscaba algo en su bolsillo, probablemente la llave que el mismo le había regalado. Había estado llorando mucho, eso de seguro. El agua escurría por su cara, cabello, cuello, espalda… No era difícil adivinar que había llegado a pie.

- ¿Changmin…?- Fue todo lo que salió de sus gruesos labios, mientras que se agachaba para responder a un desesperado rubio con voz de delfín.- Lo siento Su, no voy a poder salir. Nos vemos, pásala bien…Bye….-

Hizo un gesto al menor para que entrara. Notó de inmediato una mochila colgada en su hombro.

- Hyung…- Pronunció débilmente. No pasó ni un segundo, y el menor ya estaba llorando desesperado, refugiado en los cálidos y fuertes brazos del moreno.- No pude soportarlo más… Me sentía tan solo allí…
- Shhh, tranquilo, yo estoy aquí para ti….-

Residencia Shim

Una castaña salió muy extrañada del baño donde se había estado arreglando para una importante reunión de trabajo.

- ¿Qué mierda tienes en cabeza? Changmin, por Dios. Tú no eres así-
- NO, TU NO ME COMRPENDES. TE ODIO PAPÁ.-

Portazo…. 

Corrió asustadísima hasta el living, que era el lugar de donde provenían los gritos, sólo para encontrase con su esposo, sentado en el sillón con la mirada perdida en algún punto de la casa. Su rostro pálido, y sus ojos sin brillo alguno.

- ¿Pasó algo cielo…?- Preguntó la mujer, sentándose al lado de su marido. Sabía perfectamente que nada bueno saldría de esto.
- Sí, pasa que mi hijo es homosexual.- Dijo con pesadez.- Pero me parece que tu ya lo sabías desde hace bastante.-
- Yo…Lo sabía, pero no te lo estaba ocultando. Sólo respeté la intimidad de nuestro hijo- Respondió firme.
- Ja, y yo que creía haber criado a un niño hecho y derecho.-
- Y lo es.- Lo cortó- Changmin es un buen niño, tiene excelentes notas, y su novio no tiene ni un pelo de malo. Lo quiere, lo cuida, y encima, ahora Min tiene más amigos, llega más feliz a casa…Ahora disfruta de estudiar. No lo hace por obligación.
- Ni me hables de estudios, querida.-
- ¿Qué?- Aquello la dejó colgada. ¡Eso era lo que más le importaba al hombre! ¿No?
- Ahora este chico me salió con que quiere estudiar idiomas ¿Lo puedes creer?
- Mi amor, el niño puede estudiar lo que quiera.
- Claro que no.
- ¿Dime, porqué te dedicas tanto a tu trabajo?
- Porque me gusta lo que hago.-
- ¿Seguro? ¿No te habría gustado estudiar otra cosa?- Preguntó.- Yo sé que lo que tu querías ser, era paramédico. Y tu padre te dijo que siguieras su ejemplo ¿No?
- Si, pero….-
- No todo en la vida son tradiciones y honor. Tu hijo es brillante, responsable, y una buena persona. Yo lo voy a apoyar, y tu como buen padre deberías hacerlo. En este último tiempo me he dado cuenta de la gran carga que le hemos impuesto. Y Kim Jaejoong lo ha ayudado todo el camino.

El señor se quedó callado. Su esposa tenía toda la razón. Miles de imágenes llegaron de golpe a su mente, reproduciéndose como una película sin cortos comerciales. Su padre siempre retándolo, castigándolo... No iba a darle razón a su mujer, eso jamás, pero algo debía hacer con su hijo.

- No acepto lo que está pasando.- Dijo levantándose.- Voy a dormir un rato.
- Está bien.-

La castaña lo siguió hasta asegurarse de que entrase a la pieza y se cerrara la puerta tras el. Sabía que no le gustaba que consintiera ni consolara a Changmin, pero era algo inevitable. Caminó tratando de no levantar sospechas hasta la habitación de su hijo,m y tocó la puerta.

- Hijo…- No hubo respuesta.- Sé que estás muy enojado, pero, por favor sal.- Pidió de forma amable.- Min, hijito…- Lo llamó un tanto asustada, por lo general siempre respondía enseguida.

Puso la mano en la manilla, y se diño cuenta de que no estaba cerrada con llave. Nunca se metía a la pieza de ninguno de sus bebés sin permiso, pero ahora iba a ser necesario. Abrió la puerta para entrar a la pieza. Lo único que vio fue ropa en el piso, papales botados por todas partes, y la ventana abierta.

- ¡¿CHANGMIN?!

Casa de Jaejoong

Seguía abrazando fuertemente al castaño. Aún no se podía creer que hubiese llegado hasta su casa. Estaba mojadísimo, y encima parecía estar realmente destrozado.

- Tranquilo…- Lo consolaba, aunque ahora ya había dejado de llorar.- Mírate, estás mojadísimo. –
- ¡Hyung, lo siento! Te mojé todo…- Se disculpó separándose del mayor de golpe.
- No importa, no es tanto- Le sonrió- Vamos a que te cambies de ropa.

El menor solo asintió, y caminaron juntos hasta la habitación de Jaejoong. Allí, Changmin abrió su mochila, sólo para encontrarse con todo lo que había empacado, mojado y estilando. Se quejó levemente, pero eso no pasó desapercibido por el mayor.

- No te preocupes, yo te presto ropa mientras ponemos eso a secar.- Le sonrió, como siempre tan amable.- Mmm, a ver…- Comenzó a revolver sus cajones, hasta que se decidió por una camisa negra y unos jeans.- Quizás te quede un poco justo. Pero esque eres tan alto…-
- Gracias.- Respondió sonrosado.
- Ay, que no te de pena, para eso estoy aquí ¿no? Para ayudarte en todo lo que pueda.- Le dijo extendiéndole las ropas- Ahora me llevo esto a la secadora.

Salió de la habitación. Changmin no tardó en comenzar a sacarse sus prendas mojadas. Lo hacía bien despacio, y es que en realidad no estaba para nada concentrado en lo que hacía. ¿Habría hecho lo correcto en escapar? Pensaba mientras se ponía los Jeans de Jaejoong, que le habían quedado sólo un poco cortos. ¿Estaría bien involucrar así al moreno? Pensando en eso, se despojó de su mojada camisa de colegio, para poder ponerse la que su Hyung le había pasado. Entonces, pudo sentir esa rica mezcla de aromas frutales provenientes de la ropa. Olía tan bien….Tan a Jaejoong…

Por otro lado, cierto moreno estaba muy preocupado, secando ropa en su pequeña lavandería. ¿Estaría bien que Changmin se quedase? A el no le molestaba para anda la idea, de todos modos fue el quien lo invitó a vivir con el, pero… ¿Y sus padres? ¿Su futuro? El sólo pensar que le podrían castigar de por vida por su culpa lo volvía loco.

- Changminnie, ya puse a secar tu ropa- Dijo tratando de alejar esos pensamientos de su cabeza, mientras caminaba en dirección a su pieza.- ¿Se puede?- Preguntó, y abrió sólo un poco la puerta.
- Hyung…- Un suspiro por parte del castaño.

Jaejoong tenía muy claro que Changmin no le estaba hablando a el, y que tampoco se había dado cuenta de su presencia. Se asomó por el pequeño espacio que había dejado al abrir la puerta, y divisó al castaño, con sus ojos cerrados, y una sonrisa en la cara, mientras abrazaba su camisa negra con fuerza.

- ¿Si, Minnie?- Preguntó entrando a la habitación, alertando así al pequeño. Muy a su pesar, claro está. Pero tenía que aclarar unos cuentos asuntos.
- ¡J—Jae Hyung!- Gritó sonrosado, tapándose como pudo con la prenda que tenía entre sus brazos. Después de todo, aún le daba un poco de vergüenza que el mayor viese su pecho desnudo.
- Que lindo te ves así- Se largó a reír.- Como es que aún no te la pones
- Yo…Este…Es tu culpa- Soltó Changmin.
- ¿Y eso porqué?
- Porque, esta camisa huele a ti y yo…- Se mordió los labios y se sonrojó aún más (Si es que eso era posible), dándose cuenta de lo que estaba diciendo.- A mi me gusta como hueles.-
- Minnie….- Dijo enternecido.- Está bien, me daré vuelta para que te termines de vestir ¿vale?- Changmin asintió.
- Ya está- Dijo el menor después de casi un minuto.

Los dos chicos se sentaron en la cama del moreno. El mayor miró a su donsaeng con mucha seriedad, y el castaño ya sabía lo que vendría.

-Minnie, ¿Te escapaste de casa, no es así?- Preguntó para romper el incómodo silencio, a pesar de que ya sabía la respuesta (que era más que obvio por lo demás.)
-Si…- Dijo bajando la vista- Yo, no lo pensé mucho…-
- Bebé, ¿Qué hay de tus pad—?-
- Me peleé con papá.- Lo cortó antes de que pudiese terminar su pregunta.- Le dijo todo lo que jamás le había dicho y…- Su voz comenzó a quebrarse. Mordió su labio inferior con rabia. Estaba harto de llorar.- Le dije que lo odiaba. Hyung, el no me entiende…Pero yo… No puedo odiarlo. Es mi padre, y a pesar de todo, sé que quiere lo mejor para mi…
- Llora si eso es lo que quieres. Está bien hacerlo cuando estás triste- Le dijo, abrazándolo con fuerza.-
- Me dijo que no te viera más, que me alejara de ti. Pero no puedo, no quiero…-
- Todo es mi culpa. Desde el principio te he traído problemas. Tu padre tiene razón, es por mi culpa que bajaste tus not—-
- ¡Basta!- Le gritó separándose del para luego empujarlo con fuerza- ¿Por qué demonios sigues diciendo que es todo tu culpa? Lo que hago, lo hago porque eso es lo que quiero-
- Chang…-
- ¿Es que acaso no entiendes? Sé que mi futuro es muy importante- Dijo, calmándose un poco- ¡Pero no puedo pensar en un futuro sin tí!

Silencio. Jaejoong ya no sabía qué cara poner. Eso podía ser lo más lindo que le hubiesen dicho en su vida.

-Sé que no es correcto que me haya escapado así…Pero… Allí nadie me va a escuchar. Mi madre siempre está ahí, pero no quiero que por mi culpa se pelee con papá…Juro que volveré a mi casa, es sólo que ahora no puedo, necesito calmarme. No quiero estar mal con mi familia.-
- ¿Porqué eres tan maduro?- Preguntó sonriéndole.- Está bien, puedes quedarte aquí-
- Lo siento por estarte metiendo en tantos problemas.-
-No eres un problema. Pero luego vas a tener que volver a tu casa ¿Vale?

Abrazo.

- Por favor no me dejes jamás.

Beso.

-Jamás lo haría Minnie.

Se separaron luego de unos segundos. Mirándose a los ojos con intensidad. No se necesitaron más palabras para que volvieran a unir sus labios. Changmin pasó sus manos por detrás del cuello del moreno, mientras que este posaba sus manos alrededor de la cintura del castaño. Inesperadamente, el menor comenzó a recostarse sobre la cama, mientras abría su boca para dejar paso a la cálida lengua de Jaejoong, intensificando el beso.

-Minnie- Suspiró el mayor. Sus manos bajando por el cuerpo del joven que tenía bajo él, acariciándolo con muchísima suavidad por encima de sus ropas.
- Hy—Hyung….- Gimió. A los oídos del castaño, había cantado un ángel. – Ah…- Sin poder controlarse, todo su cuerpo se estremeció.

Las caricias que ahora le daba su Hyung no eran como antes. Esta vez, en vez de darle pequeñas mordidas, se encontraba succionando y lamiendo cada centímetro de su cuello, arrancando más de un gemido al menor. Cuando Changmin sintió las tibias manos del moreno jugando con el botón de su camisa, su cara se enrojeció, y soltó un suspiro de asombro.
- Changmin….Lo siento…Yo….- Empezó al disculparse al darse cuenta que las cosas iban a salirse de control otra vez-
- No Hyung…No te detengas…- Rogó.
- Yo te dije que te esperaría….Me salí de control otra ve—

Un apasionado beso por parte del castaño lo tomó por sorpresa. Poco después, se separaron, mirándose con intensidad.

- Jaejoong, no quiero que esperes más-

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