Two Hearts cap 23

Los rayos de sol se colaban por entre las oscuras cortinas de la pieza de Jaejoong. Se quejó por lo bajo, abriendo sus ojos de mala gana. Estaba teniendo un sueño bastante lindo. 

- Jaejoong…-

Un suspiró a su lado, y un calor inusual lo trajeron de vuelta al planeta tierra. Changmin seguía durmiendo acurrucado en su pecho, como un pequeño niño. Parecía un gatito acomodándose para dormir. Sonrió ante ese pensamiento. Aún no podía creer que sólo ayer, hubiesen llegado a “la cuarta base” con el castaño. Podía sentir todavía las mariposas en el estómago, y esa extraña sensación de estar completo.

- ¿Hy—hyung?- Preguntó un adormilado Min- ¿Ya es de día…?- 

- Si…- Respondió con suavidad.

- Mmm… ¿Qué hora es…?- El castaño estaba aún medio dormido, pero tenía curiosidad por saber que hora era. Y es que Changmin es de esas personas que siempre madrugan.

- Casi son las diez de la mañana- 

- ¿Las diez?- Exaltado, se soltó de su agarre para poder incorporarse- ¿Tanto dormí…?

- Dormías como un bebé recién nacido. Tu carita se veía tan linda a luz del sol.- Le dijo sentándose a su lado.- 

- E…Espera ¿Desde hace cuanto estás despierto…?-

- Casi media hora.- Dijo simplemente.

- ¿Y no me despertaste…?

- ¿Para qué? Estabas tan cansado, y te veías muy lindo dormido.- Le sonrió con sinceridad- Además, me gusta verte dormir.

Changmin se sonrojó, como sólo Jaejoong sabía hacerle sonrojar. Sólo cuando bajó la mirada tratando de ocultar el rosado de sus mejillas, se dio cuenta de que lo que traía puesto no era suyo. Un pijama que constaba de una camisa azul con diseño de “hamtaro” y unos pantalones con el mismo diseño. 

- Jae… ¿Esto es…?- Empezó el menor, señalando con su cabeza el lindo conjunto que tría puesto.

- Es mío- Le sonrió.

- Pero…- Entonces, algo no le encajó. Después de aquella magnífica experiencia amorosa con su Hyung, el se había quedado dormido…Desnudo.- ¿Tú me lo pusiste….?- 

- Si- 

- ¡Ay no, que vergüenza!- Gritó en un agudo tono, tapándose la cara con ambas manos, para luego darse la media vuelta, quedando de espaldas a Jaejoong.- Me viste todo.

- Minnie, no seas tontito.- Se rió el moreno- Después de todo, no fue la primera vez que te vi desnudo. ¿O si?-

- N…No, pero….Ayer fue distinto, yo no podía pensar en otra cosa que en….Y…Tu…Me vestiste, y este…- Sin poder formar alguna frase coherente, el castaño comenzó a hablar más rápido, sintiendo que su cara ardía en llamas.

- Changmin- Lo cortó el mayor, y en un rápido movimiento, lo tomó por los hombros, girándolo para que lo mirase directamente a los ojos.- No tienes que avergonzarte así. Eres hermoso. ¿Vale?

Lo besó en los labios con ternura. Changmin respondió enseguida, pasando sus manos por el cuello del mayor. Con cuidado, el moreno recostó al pequeño en la cama, posándose sobre el. Se separaron, sólo para mirarse fijamente a los ojos. Entonces, el castaño notó que algo faltaba. Bajó la vista, desde los oscuros ojos de su hyung, pasando por sus rosados labios, su terso y blanco cuello, hasta su bien formado pecho…

- ¡Hyung estás…Estás…!

- ¿Eh…?- Jaejoong parpadeó sin entender que había asustado a sí al menor.- Oh…- Soltó al seguir la trayectoria que habían hecho los ojos del pequeño.- 

- ¿Por qué…No tienes puesto nada….?- Preguntó sonrojándose al no poder despegar su vista del cuerpo del mayor.

- No estoy desnudo. Anoche tenía mucho calor, así que me quite mi camiseta, eso es todo.- Sonrió.

Changmin asintió, si dejar de mirar el escultural cuerpo del joven que se posaba sobre él. Estaba hipnotizado. Esa piel tan blanca como la leche, debía ser deliciosa. También notó un Piercing en uno de sus pezones, y otro en el ombligo. ¡Dios, eso era sexy! De pronto una risita lo sacó de su mundo de fantasías.

- ¿Te gusta?- Preguntó con picardía el moreno.

- Ah…este…No eso, sólo es que yo… - Trató de defenderse, mientras su rostro se pintaba del tono más chillón de rojo que jamás se hubiese visto.

- Shhhh, ya entendí-

Lo besó en la boca con fuerza, mordiendo enseguida el labio inferior del menor para poder seguir más allá. Changmin respondió con un suspiro, dando paso a la calida lengua de Jaejoong. El moreno, luego de jugar un poco, rompió el beso para pasar al cuello de su dongsaeng. Sus manos cobraron vida, y se metieron por debajo del pijama que traía puesto el chico que tenía debajo.

- Te quiero…- Suspiró, bajando su rostro hasta el ombligo de Changmin, mientra sus manos levantaban la molesta camisa de hamtaro.

- Hyung…Me….Haces cosquillas….- Empezó a reír sin remedio.

No sabía si era el cálido aliento de Jaejoong contra su piel, o el enorme nerviosismo que cargaba, o ambas. O quizás, quien sabe. Lo único seguro es que estaba que se partía de risa.

- ¿Cosquillas?- Preguntó el moreno- Changminnie, eso se llama ser “mata pasiones”- Le dijo, sentándose a un lado del menor.

- Lo siento Hyung.- Se disculpó. – Pero de veras, sentí muchas cosquillas-

- Tonto- Hizo un puchero- ¡Ya vas a ver lo que son cosquillas!

Sin dejar si quiera que Changmin se incorporase, se abalanzó sobre el, haciéndole cosquillas por todos lados. El castaño pataleaba, y se retorcía, sin poder contraatacar si quiera.

- Por favor….No puedo….Respira….Hahahaha- Rogaba Changmin, casi llorando de risa- Hyung.- Lo tomó por los hombros como pudo, y lo sentó en la cama, para luego incorporarse el.- ¿Me quieres matar o qué?- Preguntó, su voz un tanto entrecortada.

- Te pasa por arruinar el momento-

- Ya te dije que no fue mi intención….- Bajó la mirada con una expresión de tristeza.

- Oye, es broma- Le dijo dándole un toquecito en el brazo.

- No me gustan tus bromas, estúpido- Le respondió, dándole un pequeño empujón.

- Woah, tranquilo.- 

- No-

- Ya sé. ¿me perdonas si te cocino algo rico?

Los ojos de Changmin brillaron.

Residencia Shim

El hombre de la casa caminaba con la cabeza gacha, dando vueltas por su despacho. No sabia realmente si estaba enfadado, preocupado, estresado o todas juntas.

- Amor, ya va siendo hora de almuerzo. Sería mejor que te arreglaras. O si no vas a llegar tarde al trabajo.- Advirtió una castaña.

- Si, tienes razón. ¿Las niñas?- 

- Ya están listas. ¿Hoy las llevas tu a entrenamiento de Volleyball o las llevo yo?- Preguntó.

- Las llevo yo, tu quédate en casa a ver si llega Changmin- respondió- ¿Dónde se habrá metido? Pasó toda la noche fuera.-

- Tranquilo. Estará bien. Yo sé que alguien muy bueno lo está cuidando.- Le sonrió.

- Dios no lo va a cuidar de ladrones o violadores, cielo.- 

La mujer se dio media vuelta, y se fue directo a la cocina.

- Yo no me refería a Dios.

Universidad de Seoul, Facultad de Ciencias Físicas

Suspiró rendido. Tenía que revisar cientos de miles de exámenes de admisión. Lo terrible era que por más que le gustase su oficio, no podía concentrase. Tenía un nudo en el estómago. Algunos le llamaban “culpa”. Que desagradable sensación, en especial si la mezclas con la angustia de no saber el paradero de tu hijo.

Miró su laptop, tratando de despejar su mente. Al lado de ella, había muchos papeles y folletos. Entre ellos, unos que le habían dejado sus colegas.

- ¿Se puede?- Preguntó una voz desde la puerta.-

- Profesor Lee- Lo llamó- Si pase.

- ¿No está muy ocupado?- Le preguntó el profesor, entrando al despacho, notando la enorme pila de exámenes sin revisar.

- No puedo trabajar bien.- Contestó- ¿Cómo va la facultad?

- Muy bien, tenemos ya un profesor de inglés nuevo- Le sonrió. Que ironía. Uno de sus mejores colegas, el decano de la facultad de Lenguas.

Cerró sus ojos por un momento.

-¿Cómo piensas llegar a ser un Físico si t—?

- ¡Ya cállate!- gritó enojado- ¡A ti es al que no te importa mi futuro! Ni siquiera quiero ser Físico papá. Yo quiero estudiar idiomas, viajar por el mundo…-

- Esas ideas estúpidas te las metió ese tipejo. ¿No? El te llenó la cabeza de cosas raras.-

- ¡Deja a mi Hyung fuera de esto! El me comprende, me cuida y se preocupa por mí. El me ayudó cuando estuve enfermo, el me cuido cuando me tacaron el la escuela, y el me apoya en lo que me gusta.

¿Por qué eso ahora…?

- Ahora este chico me salió con que quiere estudiar idiomas ¿Lo puedes creer?

- Mi amor, el niño puede estudiar lo que quiera.

- Claro que no.

- ¿Dime, porqué te dedicas tanto a tu trabajo?

- Porque me gusta lo que hago.-

- ¿Seguro? ¿No te habría gustado estudiar otra cosa?- Preguntó.- Yo sé que lo que tu querías ser, era paramédico. Y tu padre te dijo que siguieras su ejemplo ¿No?

- Si, pero….-

- No todo en la vida son tradiciones y honor. Tu hijo es brillante, responsable, y una buena persona. Yo lo voy a apoyar, y tu como buen padre deberías hacerlo 

El y su maldito orgullo...

- Oye, Lee, dime.- Empezó a decir el Sr.Shim.-

- ¿Diga?- Respondió de inmediato.

- En tu carrera. ¿Becan alumnos…?

Residencia Shim

Dos jóvenes estaban ahora parados frente a la puerta del apartamento de la familia Shim. El más alto de los dos estaba temblando. No quería hacer esto, no estaba preparado.

- Vamos Minnie, me lo prometiste.- Le intentó animar el moreno a su lado.

- No quiero Hyung, después de haberme escapado así…-

- Nada de eso.- Lo cortó, y trató de empujarlo más cerca de la puerta- Toca el timbre vamos.

- ¿Cómo voy a mirar a mis padres ahora…? Ay no, no quiero, no estoy listo…-

- Ya basta.- Entonces, el mayor tocó el timbre el mismo.

Ding Dong… Resonó por todo el lugar. De pronto se escucharon apresurados pasos, y una mujer hablando. Luego un hombre. Cada vez más cerca. Changmin tragó saliva. Sus manos sudaban, y Jaejoong se veía tan tranquilo que le daban ganas de golpearle con fuerza. De pronto, la puerta se abrió

- ¡CHANGMIN!- Gritó una mujer abalanzándose sobre el chico, atrapándolo en un cálido y fuerte abrazo- Hijo, estábamos tan preocupados por ti.

- Lo siento mamá….-

- Mira el susto que nos has dado- Interrumpió una voz desde el marco de la puerta.-

- Papá…-

- ¿Lo has traído tú?- Preguntó el hombre, mirando fijamente a Jaejoong.

- Si…- Respondió con notorio miedo y mucho respeto.

- Gracias a Dios- Habló la mujer.- Vamos entra hijo.

La señora se llevó a su hijo, dejando atrás al moreno y a su esposo. Changmin no podía dejar de mirar hacía atrás con preocupación.

- Gracias por traer a mi hijo.- Dijo seriamente- 

- No hay de qué…Bueno yo ahora me voy…-

- Espera- Lo detuvo- Lamento…Lo del otro día.- Dijo- Soy el Dr. Shim.- Estiró su mano en forma de saludo.

- Kim Jaejoong.- Le sonrió.

- Encantado

Dicho eso el joven se fue. No era un mal chico después de todo. Cerró la puerta y se dirigió hasta el living, donde Changmin le esperaba nervioso sentado en el sofá. Respiró profundo, debía hacer esto como lo había planeado.

- Changmin, a mi despacho.

El pequeño obedeció de inmediato, sin quitar esa cara de miedo que traía desde que llegó. Cuando llegaron, cerró la puerta, e indicó a su hijo que se sentase frente a su escritorio.

- Luego discutiremos lo de tu huida.- Empezó- No voy a cuestionar tu relación con Kim Jaejoong. No es un mal chico después de todo. Pero eso ahora no viene al caso.

- Papá…-

- Ahora, quiero que hagas…- Se sentó frente a su hijo, y sacó unos papeles de su maletín- Esta prueba. 

Changmin miró para abajo y apretó los puños. Seguramente una prueba de Física. Notó que era el logo de la universidad. Una beca o algo así. Tomó los papales temeroso, y los puso delante de el. Como lo había supuesto, postulación a una beca…

- Pero qué….

- ¿No era esto lo que querías?

El pequeño miró el papel incrédulo. “Facultad de Lenguas”.

- Papá…-

- Puedes estudiar lo que quieras hijo.- Dijo, y en nada de tiempo tenía al pequeño colgado de su cuello, abrazándolo con fuerza.

- Gracias.- Gritó el castaño.

- Lo siento mucho….Hijo por favor perdóname.- No pudo aguantar más y se largó a llorar.

- ¡Claro papá, te quiero mucho!

- Yo también

Y tras la puerta de la habitación, una castaña sonreía feliz, con lágrimas de alegría recorriendo su rostro. En su mano un celular.

Creo que ya todo está bien…

No tienes de que preocuparte 

Enviar.

Que alivio…

Responder

Gracias por preocuparte tanto

Ah… Y bienvenido a la familia

Fin