Capítulo Seis: JunSu
Y he de admitir que, pese a todas las estupideces que he hecho a lo largo de mi vida y las innumerables situaciones que han provocado que miles de personas se rían de mí, éste es el momento más vergonzoso e incómodo de toda mi existencia.
– ¿Qué… qué pasó? – Me atreví a preguntar, apretujando el fino mosquitero contra mi pecho.
– ¿No te acuerdas? – Me pregunta YooChun, que al igual que yo estaba sentado en el piso de nuestra choza, tapado hasta la cadera con la mitad del mosquitero que me cubría. No hay rastros de YunHo, JaeJoong o ChangMin ¿En dónde se habrán metido?
– Nosotros… ¿acaso nosotros…? – No me atrevía a decirlo, no podía ¡Era imposible! ¡Yo no pude hacer tal cosa! Pero todo estaba ahí, estaba más que claro. Los recuerdos confusos, nosotros dos desnudos, solos, despertando abrazados, las marcas violáceas que recorrían nuestros cuellos, clavículas, torsos… y quien sabe cuanta piel más allá abajo, en donde el mosquitero nos cubre.
– ¡Permiso! – Todo el hilo de mis pensamientos fue cortado por esa repentina interrupción. …l era la última persona que pensaba iba a ver aparecer por esa puerta. – ¡Hola, hola~! ¿Durmieron bien? Yo sí, de maravillas ¡gracias! [Nota de Autora: XD lo amo.]
– Oh… el novio de Okum. – Comentó YooChun, con expresión levemente aliviada o eso creo que vi. – ¿Qué dijo, JunSu? – Cierto, Jebo habló en Kenyan.
– Nos saludó y preguntó si dormimos bien. – Y fue inevitable el sonrojarme ante tal pensamiento ¿cómo dormí? ¡pues no dormí nada! – Do-dormimos bien… – ¡Bien hecho JunSu! Con ese tartamudeo lo dijiste todo… ¿se puede ser más obvio? – ¿sucede algo? ¿dónde está Okum? – Pregunté al final para cambiar de tema.
– Okum está descansando ahora, tú entiendes, anoche… hizo muchas cosas. – No supe como interpretar esa radiante sonrisa que surcaba sus labios morenos y gruesos, pero no quise imaginarme que la habría causado. – Vine a avisarles que los otros asiáticos llegaron hace pocos minutos, esos viejos que los siguen con las cámaras.
– ¿El staff nos está buscando? – Afirmó fuertemente con la cabeza, exagerando sus movimientos un poco. Parece lleno de energía y en las pocas veces que se quedó con nosotros se veía desganado, triste e incluso algo enojado. Algo bueno tuvo que pasarle anoche.
– Si, eso, los otros tres ya están allá y me pidieron que viniera por ti y por… eh… no sé como se pronuncia… mmm… ¿Michún? – Preguntó al final, con duda, usando el nombre que Okum inventó para referirse a YooChun.
– ¿Ah? ¿yo qué? – Consultó YooChun, curioso. Lo único que debe haber entendido de mi conversación con Jebo es su nombre. Me giré un poco para traducirle, o mejor dicho, intentar hablarle a YooChun, pero fue imposible. Nada salió de mi boca más que una pequeña exhalación. Y como era obvio, YooChun se dio cuenta de mi incomodidad. – Do you speak in English? (¿Hablas en ingles?) – Jebo asintió a la pregunta que le hizo YooChun y sonriendo amablemente le respondió.
– Your staff looking for you. (Su staff los está buscando.) – Dijo Jebo, pronunciando con fluidez cada una de las palabras.
– Ah… can you say they that we will be a little late, please? We need to get dressed. (Ah… ¿puedes decirles que llegaremos un poco tarde? Necesitamos vestirnos.) – ¿Ah? ¿qué cosa? ¡Odio ser pésimo para el inglés!
– OK, I said them it. (OK, yo se los diré.) – Aunque me ponga a estudiar ingles como un loco, no creo que llegue a entender ni la mitad de lo que dijeron, ya que hablan con tanta soltura un idioma que me cuesta tanto que no podré llevarles el ritmo. – ¡Bye-bye~! – Y con su partida YooChun y yo nos sumergimos en un profundo silencio.
– Tenemos que ir a reunirnos con el staff y los chicos. – Dijo, en voz baja, mientras se estiraba un poco para tomar uno de los paños que había dentro de un gran cuenco. Aún había agua dentro de el, a pesar de que la habíamos dejado ahí desde la tarde anterior, junto con los trapos que nos sirvieron para corregir las líneas chuecas en la pintura de cuerpos. – Toma, límpiate. – Sólo me tendió un paño húmedo, mientras él se dedicaba a limpiar su cuerpo con otro. Cierto, aún debo parecer bastón de caramelo con tanta pintura encima.
– YooChun… – Lo llamé, una vez que él se puso de pie, terminando de borrarse las líneas de los muslos que yo mismo le había hecho, y, falto de vergüenza, se comenzó a vestir con unas cuantas prendas suyas que habían en una esquina. – Tenemos que hablar.
– Y lo haremos, pero después. – Me arrojó la primera camiseta y los pantalones que encontró en mi bolso, e importándome muy poco que no combinaran en nada comencé a vestirme. – Si no vamos el staff descubrirá todo esto y eso sería peligroso. Hablaremos cuando nos desocupemos ¿te parece? – Asentí y él continuó poniéndose sus pantalones cortos. Yo hice lo mismo, sólo que más cohibido y tratando de esconderme bajo el mosquitero. Cosa inútil, la tela es translucida, así que seguramente YooChun me podía ver todo.
– ¿En-en dónde hablaremos? – Le consulté, buscando entre el gran desorden de la choza mis sandalias, mas lo único que encontré en el suelo fue una de esas bolsitas llenas de jalea de frutas que Okum nos había dado por la noche. Me sonrojé de sobremanera al verla casi vacía y recordar en donde había ido a parar el resto del contenido.
– Mmm… ¿Recuerdas ese lugar tan agradable en el tomamos sol la otra vez? – Asentí levemente y el continuó. – Ahí nadie nos molestará.
– Está… está bien. – Bajé la vista, consternado. YooChun parecía llevar esta situación mucho mejor que yo y eso me desorientaba ¡Ya no entiendo nada! todo, desde que llegamos a esta aldea, se ha ido transformando en una bizarra versión de los hechos originales.
– Tranquilo… – Fui obligado a levantar la cabeza con la leve caricia que delineó mi mejilla, que repentinamente ardía ¡Que horror! ¡Seguramente YooChun ya se dio cuenta! – Prometo que solucionaremos esto… juntos. – Y antes de salir por la puerta me dedicó una leve sonrisa, que no iba para nada con sus ojos melancólicos. Me quedé estático por unos segundos ¿Qué estaba pasándome? – ¿No vienes?
– Ah… si, voy, espérame. – Caminé junto a él, sin saber realmente hacia donde iba, sólo caminaba, siguiéndolo, extrañamente cómodo con ese silencio que debería estar sacándome de quicio.
– Y… ¿no te duele? – Me giré un poco, sólo lo suficiente para ver como escondía su mirada lejos de la mía, y se mantuvo así mientras esperaba a que le contestara. Suspiré, botando todo el aire que no sabía tenía en los pulmones, y, tratando de no sonrojarme, le contesté.
– Podría ser peor. – Y era cierto. Gracias a Okum, y a su jalea de frutas anestésico, el ardor, el dolor y la incomodidad no eran más que un leve hormigueo que aparecía cuado daba un paso. Sé que pudo haber sido mucho peor, pude haber terminado como JaeJoongie, así cojeando y sin posibilidades de dar mi ciento por ciento en las grabaciones.
– Yo… lo siento, de verdad que no fue mi intención y… – Debo admitir que me resultó muy incómodo que intentase disculparse. Por mí estaba bien, no era necesaria la disculpa, después de todo YooChun había tenido la consideración de usar esa cosa que Okum nos dio, teniendo en cuenta el estado de frenesí en que estábamos anoche.
– YooChun, lo hablamos luego ¿si? – Con su asentimiento dimos por finalizada la conversación que reanudaríamos si o si más tarde. Era tan extraño, ninguno de los dos estaba asqueado con la situación, teniendo en cuanta como habían terminado las cosas, más bien parecíamos casi cómodos. Posiblemente influye mucho el que seamos tan cercanos, el que nos conozcamos hace años… ¿y si me hubiese pasado lo mismo, pero con ChangMin? Creo que hubiese sido muy, muy embarazoso, puede que él hubiese intentado abordar la situación de un modo frío y más calculador y eso habría sido desagradable… ¿o JaeJoongie? ¿Quién se lo habría hecho a quién? Sé que él es el pasivo de YunHo, es más que obvio, y por el dolor en mi parte baja sé que yo terminé siendo el pasivo de YooChun… ¿cómo rayos tienen sexo dos pasivos? Por suerte no me tocó con… ¡¿YunHo?! ¡Oh, dios! Que bueno que no fue con YunHo… necesito caminar si quiero hacer un buen trabajo y por el estado en que he visto a JaeJoong no parece muy fácil estar repuesto tras una sesión de sexo con el líder.
Pasa del medio día y el calor es totalmente insoportable…
…o puede que se deba a que estoy sonrojado una vez más de sólo ver a YooChun cantar con esa expresión tan sensual. Lo que sea, tengo calor. Aún nos encontramos grabando en plena sabana, en específico el solo de YooChun, ése en el que canta “Mamoru beki koto, hokoru beki koto, tsurameiete koto… never too late” y que no duraba más de diez segundos, sin embargo, llevábamos dos horas grabándolo. Ya habíamos grabado una secuencia de los cinco bailábamos en la sabana armados y vestidos con cosas tradicionales de la tribu y nada más quedaba terminar el solo de YooChun para irnos de una vez a la aldea. Me acomodé en mi silla, buscando la sombra del toldo que me quería escapar de mí y un tanto extrañado observé la escena que se desarrollaba a mi lado.
ChangMin estaba cómodamente sentado en una silla a unos metros de mí, con YunHo tras él haciéndole un laborioso masaje en los hombros y con JaeJoong al lado dándole en pequeños bocados un picadillo “X” que no fui capaz de reconocer. La escena me llamaba profundamente la atención. Hasta ayer ChangMin no aceptaba las atenciones, mimos o cualquier cosa que le ofreciese el YunJae, y ahora estaba cómodamente desparramado en esa silla siendo atendido por ellos, que parecían muy felices al poder consentirlo a ese extremo. Estuve tentado a preguntar porqué estaban haciendo eso, pero me arrepentí… hay cosas que es mejor no saber y por tal razón sólo me encogí en la silla, doblándome sobre mi mismo y quedando con la cara muy cerca de mis piernas. Tenía todo el cuerpo muy pesado y estar sentado ya comenzaba a ser incómodo, pero estar de pie tampoco era lo más grato, posiblemente estar recostado sería la mejor posición para descansar mis resentidos músculos.
Aburrido llevé mis dedos a una de las marcas en el interior de mis muslos que el staff no había maquillado, ya que no la habían visto, y que en ese momento estaba medio cubierto por la tela de mis pantalones cortos. Por suerte no se dieron cuenta de que era chupetones, ya que los cinco, por igual, estábamos completamente llenos de esas manchas, así que fácilmente ChangMin les pudo mentir diciendo que habían sido marcas que nos hicieron los aldeanos en la ceremonia. No quise enterarme de porqué ChangMin también las tenía, temía que al preguntarle terminaría siendo yo el que diera respuestas. Para mi suerte (Que hoy es mucha) nunca me preguntaron el porqué de mis marcas, sabían lo que había pasado y sólo con la mirada se los confirme, era como en esa frase cliché “Secreto a voces”. Nadie lo había dicho, nadie lo había preguntado, mucho menos salía en un anuncio de televisión, simplemente era obvio y los chicos lo sabían, YooChun y yo habíamos tenido relaciones anoche.
– Chicos. – Nos llamó uno de los miembros del staff, sacándome de mi extraño y medio retorcido recuerdo de cómo rayos YooChun había logrado hacer la constelación de géminis con los chupetones de mi cuerpo. – Los llevaré a ustedes cuatro a la aldea para que descansen.
– ¿Y YooChun? – Pregunté mecánicamente y al segundo me sonrojé. Casi había saltado de mi silla al preguntar por YooChun, así que seguramente todos en África se dieron cuanta de mi reacción tan… instantánea.
– …l debe terminar algunas tomas aún y se tardará un rato. – Claro, todos en África a excepción del staff al que todas nuestras excentricidades les parecían cosa normal. Esto de ser un Idol asiático tiene sus ventajas, todo el mundo piensa que los comportamientos extravagantes que tenemos (casi todo el tiempo) son justificables por nuestra fama. – Será mejor que vuelvan a la aldea y coman algo. Hicieron un buen trabajo hoy.
– ¡Todo es gracias a ustedes! – Dijimos a coro el YunJae y ChangMin y yo… o el JaeMinHo y yo, casi por costumbre. Era ya una respuesta automática “Lo hicieron muy bien” Todo es gracias a ustedes, “Fue una excelente presentación” Todo es gracias a ustedes, “Se ven tremendamente gays!” Oh, ¡Todo es gracias a los condenados aborígenes de $%&@ y sus ritos de &$#%! ¡AAAHHH~! [N/A: u.u Pobre niño...]
Volví a suspirar cuando vi la hora en mi reloj. Eran las dos y cuarto de la tarde del decimoprimer día aquí en Sudáfrica y aún quedan otros diez en los que no sé que más podría pasar. Digo ¡Si ya ha pasado de todo! Y cuando digo todo es TODO.
Tratando de parecer natural me encaminé al lugar en el que me reuniría con YooChun, que quedaba cerca de la cima de la cascada. Por fin me había desocupado, ya que a JaeJoong le dio con que la choza estaba hecha un asco – Cosa que era cierta – y que debíamos limpiar y ordenar todo, mas… ¿cómo se supone que barres un piso que es de tierra y hojas de palma? ¡Es imposible! Pero intenten decirle eso a Kim JaeJoong, el que todo lo puede limpiar, Kim JaeJoong que es tan genial que ¡Le sacó brillo al piso de tierra! [N/A: ‘.ò no sé si se pueda hacer eso...]
Terminé por comer un par de frutas, sin intenciones de almorzar algo más contundente, y salí de la choza dejando al trío solos… se miraban raro… en fin, no quise quedarme a averiguar que los hacía actuar así, me daba miedo.
– Jebo, por favor… estoy muerto… – Divisé a Okum a un par de metros de mí, siendo jalado por Jebo de un brazo hacía una de las chozas más grandes de la aldea. La escena me llamó la atención y por eso me quedé un momento viéndola sin que ellos se fijaran en que tenían público.
– No, no. – Negó Jebo con la cabeza, sacudiéndola con fuerza, tal como había asentido esta mañana al ir a buscarnos a YooChun y a mí. Sigue tan lleno de energía… que envidia. – Estás vivo y yo también, ambos lo estamos y debemos aprovecharnos de eso. – Insistió, jalando a Okum con más fuerza. El pequeño apenas podía poner resistencia, ya que trastabillada a veces y luego se dejaba caer con todo su peso hacia atrás, provocando que Jebo se inclinase hacía el frente al no poder con su peso.
– Jebo… enserio… – Al final Okum logró librarse del agarre de su inquieto novio, quien lo miraba haciendo un puchero. – Te juro que no doy más…
– ¡Okum, eres un frígido! – Se volvió a acercar a Okum, tomándolo por los hombros y zarandeándolo de un lado a otro. – ¡Tú-no-so-por-tas-na-da! – Dijo de forma entrecortada, ya que el movimiento que hacía para batir a Okum (Que no se movía ni un centímetro) lo remecía más a él que a mi mulato amigo. – ¡Malo, malo, malo~! – Y tras un rato de auto bambolearse, optó por golpear a Okum en el pecho, utilizando sus puños que poco daño le hacían por lo que puedo ver.
– ¡Jebo, por Oshalu! ¡Quédate un rato quieto! – Tomó las manos de Jebo y las atrapó entre las suyas, entrelazando sus dedos de una forma tan especial que no pude evitar darme cuanta de eso… ahora si que actúan como pareja.
– No puedo~ estoy muy feliz~ feliz, feliz~ – Jebo comenzó a saltar para todos lados, aleteando como un pollo y agitando los brazos de Okum, quien sólo sonreía con cara de bobo enamorado combinado con impaciencia. – ¿lo hacemos de nuevo, si? ¡¿si?! Por favor di que si~ Okumi~
– No me digas Okumi.
– Okumi~ di que si~ – No pude evitar reír al escuchar a Jebo canturrear con tanta alegría. – Sé que tú también quieres~
– Jebo… – Pronunció Okum, con cansancio, apartando de si una vez más a su inquieto novio. – Ahora no, enserio. Quiero ir a ver a los jión.
– Ellos están bien, yo los vi en la mañana.
– Debo ir y verlos yo mismo.
– ¡Está~n bie~n! – Renegó Jebo, alargando las palabras, y se alejó un par de pasos de Okum. – ¡Mira, mira! – Gritó al verme, apuntándome como lo haría un sabueso. – Es uno de tus jión, el nalgón con cara chistosa. – ¿Na-nalgón con cara chistosa? ¿se refería a mí? [N/A: No~ le dice al nalgón de YunHo XD]
– ¡Chunsú jión! – En medio de mi aturdimiento Okum se acercó hasta mí con su rostro totalmente transfigurado por la preocupación. – Jión… ¿estás bien? – Me preguntó, posando sus manos morenas sobre mis hombros.
– Si… – Respondí, bastante confundido. – ¿Por qué estás tan preocupado?
– ¿Cómo no estarlo? Anoche los perdí de vista y al despertarme hoy descubro que a Marot le dieron la paliza de su vida ¿intentó hacer algo, jión? ¿quién lo golpeó?
– ¿Qué…? ¿quién? ¿Marlot? – No recuerdo nada de eso, sólo tengo algunas imágenes de mi encuentro con YooChun. Todo lo demás es muy confuso.
– No, MA-ROT… ¿No te acuerdas de él? – No, creo que ayer mencionó su nombre, pero de eso no pasa.
– No… no sé ni de que me hablas, ni sé muy bien que fue lo que sucedió anoche, pero no recuerdo que pasara nada con ningún Marlot. – Le contesté, algo inseguro. ¿Qué habrá pasado?
– ¿Y los demás jión? ¿Cómo están?
– Pues… bien. YunHo, ChangMin y JaeJoong están descansando en la choza y YooChun está terminando de grabar.
– Entonces… ¿todos están bien? – Asentí aturdido ¿Qué habrá pasado anoche para que Okum está así de alterado?
– ¿Ves? Están todos bien. – Nos interrumpió Jebo, tomando el brazo de Okum. – ¿lo podemos hacer ahora? ¿si? ¡Vamos, vamos! Tenemos muchas cosas que practicar.
– ¡Jebo! – Consternado observé como el delgado aborigen terminaba de arrastrar a Okum a una de las chozas, pese a la resistencia que este ponía. De alguna forma medio retorcida y muy salvaje… se veían tiernos.
Cansado me dejé caer en la manta que acababa de estirar sobre el suelo, usando mi brazo como una improvisada almohada. Estar totalmente de espaldas era doloroso, estar sentado también lo era, tirarme boca abajo no era un opción, ya que seguramente tendría un ataque de calentura y se me aplastaría el orgullo, así que me acomodé lo mejor que pude sobre mi improvisado colchón de hojas de árboles y manta, dejándome acariciar por los rayos de sol que entraban en el claro. El lugar era perfecto para descansar, distraerse y pasar horas junto a tus mejores amigos buscando un bronceado parejo y atractivo. Eso había hecho yo los últimos días y sería un buen panorama para los siguientes, pero en cuanto llegue YooChun este ya no será un lugar grato y que me traiga buenos recuerdos.
Creo… no, más bien estoy 80% seguro de que YooChun me dirá que todo fue un loco error y que nos dejamos llevar por la emoción del momento, que no volverá a suceder, que lo olvidemos y bla, bla… cosas que no querré oír, y yo como tonto resignado le diré “tienes razón, olvidémoslo” y fin. También está el 16% de posibilidad de que me diga “Anoche fue la peor experiencia que he tenido, lo pasé horrible, eres pésimo en la cama y no te quiero volver a hablar.” y yo me pondré a llorar, le recriminaré que me ‘violó’, que es un insensible (cosa que es una gran mentira), y que no me puede salir con una sandez como esa luego de desvirgarme… eso en el mejor de los casos. En el peor de los casos y lo que equivale al 3,5%, a YooChun le dará un ataque de homofobia, me dirá que soy un asqueroso marica que lo sedujo, que todo es mi culpa y que me odia y nuevamente me pondré a llorar y le echaré la culpa a él, pero se enojará y me golpeará y terminaremos revolcándonos en el suelo partiéndonos la cara a puñetazos.
Y claro, esta el último e insignificante 0,5% de la posibilidad súper ficticia y posiblemente la que le encantaría a cualquier fanática del YooSu, en la que YooChun me dirá “JunSu, realmente tú me gustas mucho y te amo” y yo le diré “Yo también, YooChunnie” y en vez de revolcarnos en el suelo dándonos golpes, nos daremos besos y etc. cosas que suceden luego... pero eso sólo pasa en las historias de ficción de nuestras fans. De lo que estoy seguro al 100% es que la conversación que tendré con YooChun en este lugar me cambiará la vida y la forma de pensar sobre él, sobre mí y sobre todos los aspectos que me hacen ser Kim Xiah JunSu.
En definitiva África me hará cambiar o me está haciendo cambiar, madurar y… me está volviendo un desviado ¿Qué será? ¿El aire? ¿El agua? ¿La predisposición genética? Puede que todo sea culpa del complemento de los demonios que sabe a pegamento barato y cartón sucio y que me da dolor de estómago y todas esas sensaciones incontrolables que me perturban. Los primeros días anduve como quinceañero hormonal masturbándome cada que podía, incluso en un par de ocasiones lo hice acompañado de YooChun, quien siempre terminaba por contagiarme sus calenturas súper espontáneas en las que no le importaba con que miembro del grupo estuviera, sólo se atendía las urgencias. Con los días ha sido más fácil controlar esos repentinos golpes hormonales, pero cuando creía que todo sería más fácil llegó ese hueco fotógrafo del país “HeeChultopía” que me obligó a posar de forma muy comprometedora con mi compañero de grupo, despertando en mí sensaciones que no creí me pudiese provocar otro hombre. Ese mismo día me cambió el mundo. Besé a YooChun y me gustó, me gustó más de lo heterosexualmente posible. Y lo acepto, YooChun me ha comenzado a gustar. No hablamos sobre el tema, sólo lo dejamos pasar como un extraño incidente e internamente culpo a Okum y a su salvaje ignorancia para con los términos inventados por la globalización, como la palabra “gay”.
Observé mis manos, frustrado ¿Qué cosas habrán tocado anoche? ¿Qué partes del cuerpo de YooChun habrán explorado? ¿Lo habré hecho… bien? Me gustaría rememorarlo todo, mas los recuerdos pasan por mi cabeza más rápido de ese ratón mexicano “Speedy Gonzáles” y no logro distinguir mucho entre tantas imágenes que tengo de YooChun en la cabeza, si incluso se me mezclaron los recuerdos y entre las difusas escenas de mi pasional noche puedo ver a YooChun en la promoción de Hug, a YooChun durmiendo desparramadamente en el asiento del avión, a YooChun tirado en el suelo con el gigantesco perro de JaeJoong encima, a YooChun intentando cocinar algo y no lográndolo, a YooChun componiendo, a YooChun cantando, a YooChun llorando, a YooChun sonriéndome, a YooChun susurrando cosas en mi oído mientras besaba mi cuello… ¡STOP! Reversa… ¿a YooChun susurrando cosas en mi oído mientras me besaba el cuello? ¡Eso pasó anoche! Estoy segurísimo ¿Qué me dijo? ¿Qué…?
– ¿JunSu? – Me giré levemente al oír esa voz. No la reconocía, no era de nadie que recordara. Analicé al tipo, era alto, moreno, corpulento… un aborigen más, pero su cabello anaranjado, obviamente decolorado, lo hacía ver muy extraño… ese era Marlot, ahora lo recuerdo.
– Ah, hola… – Lo saludé como si nada y él pareció relajarse con eso. Raro ¿Por qué estaría tan nervioso? Parecía tantear terreno. Posiblemente estaba nervioso por hablar con un cantante. Me senté muy, muy lentamente en la manta, apoyando parte de mi peso en mis palmas y me lo quedé mirando ¿Qué querría? – ¿Sucede algo?
– No, sólo te vi caminar hacia acá hace un rato y quería ver si estabas bien. – Se acercó despacio, caminando en el aire creo yo, ya que no sonó ni una sola hoja ni rama ni pasto ni nada cuando ponía uno de sus grandes pies en el suelo ¿cómo le harán estos Onolu para que sus pasos no se oigan? De seguro por esa habilidad que tienen es que no lo oí acercarse.
– Estoy bien, gracias… ¿a ti que te pasó? Te vez algo… golpeado. – Golpeado no era la palabra correcta. Apaleado era más acertado o magullado, arañado y machacado… mmm… ¿cómo era ese verbo tonto que usaba JaeJoong al utilizar la Mixer (O “Undostres” o picadora eléctrica), esa maquinita pícalotodo? Ah, sí ¡Mixeado! Marlot se veía mixeado por una estampida de híbridos entre elefantes bailarines de tap y trilladoras industriales de trigo.
– ¿No lo recuerdas? – Me preguntó, apoyándose en un enorme árbol caído a menos de metro y medio de mí.
– ¿Recordar qué? – ¿Por qué estos aborígenes hablan todos igual? Okum también dice las cosas a medias, hace preguntas que no vienen al contexto y no explica bien sus comentarios, dejándome con dudas y sin entender nada.
– No importa, fue un pequeño incidente anoche, nada de que preocuparse. – Dijo él, tranquilamente, como si ser molido a patadas fuese cosa de todos los días.
– ¿Lo sabe ya el jefe Solum? – Le consulté. Marlot era algo así como un príncipe por lo que llegué a entender y por ende era una figura muy importante dentro de la aldea, de seguro el jefe Solum impuso un duro castigo a los que apalearon a su hijo.
– Sí y está de acuerdo con lo que me hicieron, según él me lo merecía. – ¿Merecérselo? Pero ¿qué rayos hizo? ¿violar a alguien? ¿Matarlo, descuartizarlo, freírlo y comérselo? No tiene cara de sicótico y tampoco creo que haya cosa tan grave para que lo dejaran así…
– ¿Qué hiciste? – Cuestioné. Tuvo que ser algo muy, muy malo para que lo golpearan hasta ese punto.
– Mmm… según yo, nada malo, según el que me golpeó “ultrajar propiedad ajena”, “violentar inocencias”, “robar razones de vida” y bobadas como esas… los asiáticos son tan extremistas. – ¿Asiáticos? O sea… ¿había sido uno de mis compatriotas? Un segundo… sólo estábamos los miembro de la banda en la aldea ¿lo golpeó uno de los chicos? ¿Quién habrá sido? De ser yo debería recordarlo, y no creo que pudiese ser yo, digo… ¡Marlot es enorme! Por lo menos es veinte o veinticinco centímetro más alto que yo, es mucho más corpulento, más musculoso (pese a lo mucho que ha incrementado mi musculatura esto días) y es el hijo de un hombre enorme y que a mi parecer es mitad “Chica Súper Poderosa” por la facilidad con la que mueve objetos pesadísimos. Las opciones que quedan son: 1) JaeJoong que lo pudo haber apaleado a cucharazo limpio si intentó hacerle algo a su “Yunnie” o su “hijito Minnie”, 2) el mismo YunHo que a Hapkidazos le pudo partir la espalda si se aventuró a si quiera mirar a su “Boo”, 3) ChangMin que de un sólo aletazo lo dejaría inconciente si es que Marlot se le insinuó de alguna manera a él tanto como al YunJae y por último 4) YooChun que… bueno, YooChun que… nah, YooChun no pudo ser, de seguro fueron YunHo y ChangMin defendiendo a JaeJoong.
– Ya veo… deberías ponerte algo en esas heridas. – Le comenté, observando como las cortadas en sus cejas, pómulos y labios no estaban cerradas y brillaban con el color vivo de la sangre.
– No te preocupes, ya me curaron las más graves y las más pequeñas no importan. – Le volvió a restar importancia a los golpes. ¿cómo es que tiene tanta resistencia? De seguro yo estaría medio inconciente y dopado en una camilla de hospital quejándome y lloriqueando para que me dejaran en coma y ya no sentir nada.
– Si importan, esas son las que se infectan y dejan cicatrices feas. – Busqué el bolso que había traído conmigo y donde estaba el botiquín de emergencias que me acompañó hasta Sudáfrica. Según yo YooChun me podría hacer puré en este lugar y necesitaría del botiquín para atenderme luego, así que por eso lo había llevado conmigo hasta ese claro. – Ven, te las curaré. – Le hice señas para que se acercara más y se sentara junto a mí en la manta y él así lo hizo, avanzando con lentitud y con ese misterioso paso que no sonaba. – Esto te puede arder un poco… – Con un algodón impregnado en alcohol limpié el primero de los cortes que había en su ceja y esperando por ese quejido que nunca llegó aparté el algodón de su cara. Ni siquiera se había arrugado, ni pestañeado, ni… ni… bueno, no había reaccionado de ninguna forma ¿me había equivocado de frasco? Yo estaba seguro de que le había puesto alcohol. – ¿te ardió?
– Si, pero es soportable. Continua, por favor. – ¿era soportable? ¡Pero si era alcohol a 97%! ¡Esa cosa quemaba la piel! – ¿Pasa algo?
– No…– Me acerqué un poco más a su cara para poder curar bien los cortes y antes de poner el algodón sobre él una vez más le hablé. – Avísame por favor si te duele ¿OK?
– Claro, yo te aviso. – Con delicadeza froté el desinfectante contra su piel y al instante soplé sobre su ceja, tratando de aliviarlo de un dolor del que no se quejaba. Estos tipos son de piedra… terminé de limpiar todos los cortes, atontado por su masoquista capacidad de soportar el dolor, y comencé a cerrar las heridas con unos puntos plásticos que tenía guardados. – ¿Te puedo decir algo un poco personal, sin que te ofendas? – Consultó de repente, distrayéndome por segundos de mi tarea. Sólo ahí me vine a dar cuanta de lo penetrante que era su mirada, sus ojos negros eran como el ónice, brillantes y raros. Creo que nunca he visto ojos tan negros como los suyos.
– Depende… – Lo pensé por un instante. Marlot era agradable, así que un comentario en broma estaría bien para aliviar los ánimos de ambos. – ¿Quieres decir algo sobre mi trasero? Eso me podría ofender. – No, mentira. Ya había oído todos los comentarios habidos y por haber sobre mi trasero, ya nada me sorprende. [N/A: Eso es porque nunca ha visitado ningún foro Latino :P]
– No, no es nada sobre tu trasero, que por cierto es muy bonito. – Y claro, no podía faltar esa acotación… – Se trata de ti.
– ¿Si? ¿De mí? ¿Qué es? – Lo acepto, soy muy curioso, tremendamente curioso y quería escuchar eso que me quería decir.
– Eres mi TVfXQ favorito. – Dijo justo cuando terminé de poner el último punto y contemplaba mi “obra de arte abstracta”, ya que Marlot se parecía a esos cuadros de Piccaso en los que las personas tenían la cara cortada en partes y parecían estar pegadas con cinta adhesiva. Que yo fuese su favorito me hizo sentir muy alagado, digo… tener un boyfan en un lugar tan recóndito como Sudáfrica era todo un logro. – ¿Quieres saber la razón? – Asentí por inercia, llevado por la curiosidad. No sé porqué, pero esa última pregunta me sonó a una insinuación… debo estar alucinando. – Porque tu pureza e inocencia te hacen tremendamente vulnerable… – Estaba paralizado, totalmente tieso en mi lugar en cuanto sus gruesos dedos acariciaron mi mejilla. – Y eso es muy atractivo… – ¡Alerta roja, alerta roja! ¡Un aborigen me va a besar~! ¡Me va a…! Muy tarde… me está besando… me está tocando… ¡Oh, dios! ¡Me va a violar! Lo intenté golpear en cuanto reaccioné, lo intenté apartar, pero estaba tan aterrado que apenas me lograba sacudir bajo su cuerpo. Ayuda… ayuda ¡YooChun, ayuda!
– ¡Suéltalo! – Logré escuchar como si lo gritasen a tres kilómetros de distancia y de repente el pesado cuerpo de mi atacante había salido catapultado a un par de metros de mí. No entendía nada ¿Qué había pasado? Sin embargo, tan rápido como me planteé esa pregunta, pude ver a YooChun a medio metro de mí con una de sus piernas medio alzada, como si acabase a patear algo. – ¿JunSu? ¿JunSu, estás bien? – Y sí, era YooChun, YooChun que me miraba con su semblante preocupado. Sentí mucho alivio, no me miraba con odio como pensé que lo haría, ver esa preocupación en su cara me reconfortaba de alguna forma muy extraña.
– Si, estoy bien… – No esperó a que dijese algo más y se alejó rápidamente de mí, yendo a parar cerca de Marlot, que se apretaba el costado cerca de los riñones, con expresión de dolor… supongo que esa patada le tuvo que doler hasta el alma para que su cara se deformara así, si ni siquiera el ardor del alcohol sobre un corte lo hacía flaquear.
– Te lo advertí anoche ¡¿Acaso eres imbécil?! – ¿Entonces fue YooChun el que lo golpeó? Por lo que veo si… no pensé que YooChun pudiese ser tan agresivo, ni tan fuerte, ni tan… tremendamente sexy al estar enojado. – ¡JunSu es mío! ¿oíste? ¡MÍO! – Esa palabra resonó una y otra vez en mi cabeza. Mío, mío, mío… JunSu es mío… ¿acaso YooChun…? – Pensé que con la paliza que te di anoche te quedaría claro. – De un jalón levantó a Marlot, tirándolo del cuello de su camiseta ¿cómo hizo tal cosa? El tipo debe pesar más de 90 kilos, por lo poco, y nunca he visto a YooChun levantar más de 75 kilos en pesas. – Pero veo que eres lo bastante idiota para volver a intentarlo.
– No se pierde nada con intentar, ¿no crees? – Dijo Marlot con una sonrisa torcida y mega psicópata que abarcaba buena parte de su cara. – JunSu es del tipo de personas por la que se inician guerras, como Helena de Troya ¿te suena?
– Sí, me suena, sólo que tú eres Troya, destruido por alguien que se ve inofensivo y esconde muchas sorpresas dentro. – Con desprecio soltó a Marlot, tirándolo al suelo, de donde este se incorporó lentamente.
– Jaque Mate, tú ganas por ahora, YooChun. – Sacudió su ropa llena de hojas, mientras sujetaba su costado derecho con una de sus manos. – Me retiro, tengo… costillas rotas que poner en su lugar. – ¿Co-costillas rotas? ¿Tanta fuerza tenía YooChun? – Nos vemos por ahí, adiós JunSu. – Y por primera vez, desde que lo vi hoy, si, hoy, sus pasos se oyeron pesados y trabajosos, pese a que se retiraba del lugar completamente erguido y con un semblante solemne.
– ¿YooChun? – Logré decir cuando asimilé algo de información ¿todo eso había pasado de verdad?
– JunSu ¿seguro que estás bien? ¿no alcanzó a hacerte daño? – Negué con la cabeza, mientras YooChun se volvía a acercar a mí, tirándose de rodillas en la frazada. – Tuve tanto miedo… no vuelvas a hacerme una cosa así, nunca más… – Me dejé envolver por sus brazos que me rodeaban, necesitados, y me quedé en esa posición, sintiendo como el cuerpo tibio de YooChun se convulsionaba levemente. Estaba llorando. ¿cómo es que cambia tan rápido sus estados anímicos? ¿será porque es géminis?
– Chun… yo… ¿Por qué dijiste que era tuyo? – Le pregunté, ya que no podía quedarme con la curiosidad por más tiempo. Ahora estaba más que seguro, tenía sentimientos muy fuertes por YooChun y estas locas experiencias que he tenido en Sudáfrica me han hecho darme cuenta. Me gusta YooChun, necesito a YooChun, amo a YooChun…
– Porque eres mío, todo mío… – Me soltó muy despacio, obligándome a mirarlo a los ojos que brillaban por las lágrimas. – JunSu… tú… me gustas mucho y no sé si me correspondes ni si está bien, sólo quiero que lo sepas. Anoche… fue la mejor noche de mi vida y no me arrepiento de nada, pero si tú lo quieres olvidar haré como si nunca hubiese pasado. – ¿Qué era lo que yo realmente quería hacer?
– Tú… también me gustas mucho, YooChun… – Le dije, haciendo que ese 0,5% tan insignificante cobrara peso. Me sentí en un sueño, en un irrealista y muy YooSu sueño, en donde los finales felices y muy sexuales eran lo que todas esperaban leer cuando se terminaban las páginas. – Y lo de anoche, puede que no recuerde mucho, pero también lo disfruté. – Lo acepto, lo pasé fantástico y me encantaría repetirlo 23581940856107856781234 billones de veces de ser posible.
– ¿No te acuerdas? – Secó con cuidado sus lágrimas, para terminar por dedicarme una gran sonrisa, de esas que dejaban si aire a sus fans.
– N-no mucho… – Me sonrojé como un verdadero tomate, todo estaba pasando muy rápido y aún no entendía que había pasado entre YooChun y Marlot para que lo apaleara así, pero poco importaba, ya que seguramente YooChun lo había molido a golpes porque el tipo se me acercó en un plano más… carnal, que amistoso.
– Eso lo podemos arreglar. – Lentamente se acercó a mí, con los ojos cerrados. Me besaría y por alguna razón que desconocía, sentía que llevaba años esperando ese contacto, siendo que nos habíamos besado innumerables veces en el transcurso de la noche.
Sus labios se apoyaron dulcemente sobre los míos, como tanteando el terreno, y con mucha lentitud comenzó a moverlos, besándome con ternura. Una oleada de escalofríos subieron por mi columna, para luego bajar a mi entrepierna, irguiéndola enseguida. Esto es culpa de las hormonas, no debería reaccionar tan rápido, juro que desde hoy mismo no volveré a tomar ese malvado complemento.
– Uy… las hormonas… – Comentó YooChun al cortar el beso, mirando divertido como su propia entrepierna se comenzaba a levantar. – Parece que tienes el mismo problema… – Sonriendo apuntó el bulto en mi ropa y obviamente me sonrojé, debo parecer un tomate. – ¿seguimos? Intentaré ir lento, pese a que Micky Junior está apurado.
– ¡Chun! – Le pegué un manotazo en el hombro, comenzando a reír. Por suerte YooChun sabe como relajar el ambiente, de otra forma estaría ahora como una piedra por los puros nervios.
– Ese es el JunSu que me gusta, el que se ríe. – Se volvió a acercar a mí, besándome otra vez, pero esta vez de forma más audaz. Será mejor no pensar. – Eh… ¿JunSu?
– ¿Qué? – Logré decir cuando volvió a cortar el beso ¿para que tanta interrupción?
– ¿Estás seguro de esto? Digo… una vez que comencemos ya no habrá vuelta atrás… – Lo medité menos de una milésima de segundo ¿Qué si quería continuar? ¡pues obvio!
– YooChun, si no me vuelves a besar ahora mismo juro que no volveremos a hacerlo nunca más. – Su sonrisa medio lasciva, medio coqueta y sorprendentemente otro medio muy tierna, me dio a entender que planeaba hacerme caso.
– A sus órdenes… – Volvió a unir nuestros labios, dirigiendo el beso con suma lentitud, casi con parsimonia… no necesitaba más que eso, con YooChun cerca de mí me sentía completo, pero sus constantes interrupciones comenzaban a sacarme de quicio. – JunSu…
– ¿Qué pasa? – Si, ya estaba arto, sólo quería hacerlo con YooChun y que el mundo desapareciera de mi plano existencial.
– ¿Quién se lo hará a quien está vez? – ¿Ah? ¿Qué quién a quién? – Digo, anoche yo dirigí, pero si lo quieres hacer esta vez yo no tengo problemas.
– Yo… no sé… ¿Qué te parece mejor?
– Para mí es igual, cualquiera de los dos roles me parecen sexys, así que decide tú.
– Ve tú primero.
– ¿Primero? ¿Sugieres que me lo harás tú después?
– ¡Chun! – ¿era necesario romper la atmosfera? ¡estaba perfecta!
– Ya, ya, no te enojes. Por mí está bien, yo lo haré primero, luego tú me lo haces a mí.
– Deja de pensar en sexo y sólo házmelo ¿quieres? – Si, que se calle.
– ¿Cómo pretendes que no piense en sexo con las barbaridades que me dices? Juro que tendré una erección cada vez que recuerde lo que acabas de decir. – Ya me di cuenta, su entrepierna me clava justo en la ingle.
– YooChun por favor, ponte serio. – Si, ponte serio y haz algo productivo con esa boca roja y sexy.
– No puedo, cuando estoy nervioso digo estupideces, no lo puedo evitar.
– ¿Es…estás nervioso? – ¿cómo va a estar nervioso, si se ve tan seguro de lo que hace?
– Por supuesto que si, ¿Qué creías? La persona que más cosas me hace sentir en todo el universo me pide que la posea… juro que me desmayaría de los nervios ahora mismo… ¿tú no estás nervioso? – Con cariño paseo una de sus manos por mi costado, delineando mis cintura, y la dejó al final descansar en la curvatura de mi espalda. – Además, quería que esta vez tú lo hicieras…
– Si, estoy nervioso… ¿querías que yo lo hiciera? – ¿Qué yo se lo hiciera? Pero si no tengo idea que hacer…
– Si, pero ya lo harás después, ahora es mi turno. – Me volvió a besar, tiernamente al principio, con pasión al final, y en un momento que no pude identificar se acomodó sobre mí, intentando acomodarse entre mis piernas, las cuales abrí para darle espacio. – JunSu… Xiah Junior se me está enterrando en el abdomen…
– YooChun por dios, deja de decir idioteces.
– Es que… ¡me pone de los nervios el que me excite tanto besarte! De haber sabido antes que se sentía genial créeme que no hubiera esperado tanto para hacértelo.
– ¡YooChun! – Enojado lo tiré hacía un lado, quedando de costado, y en un impulso que no sé de donde me vino me ubiqué sobre él, atrapándolo entre mis piernas. – ¡Cállate de una vez!
– ¡Y ahora quieres mandar! – Dijo sorprendido. No sé porqué razón, pero me disgustaba mucho que se distrajese a cada instante. Me quitaba la inspiración, pese a que me hacía reír en un principio, ya había perdido la paciencia. – ¿JunSu?
– ¿Qué quieres ahora?
– ¿Vas… vas a ir tú primero?
– No me dejas opción. – Me abalancé sobre él, besándolo como llevaba queriendo hacerlo desde el mismo segundo en que sus labios tocaron los míos por primera vez hace unos días. Mi cuerpo ardía por completo, deseaba tanto profundizar el contacto, ir más allá, que poco a poco fui dejándome llevar, deslizando mis manos por su pecho musculoso, ese mismo pecho que hace dos semanas era casi plano y que ahora era la envidia de cualquier modelo.
Odiaba esa estorbosa camiseta, que de un segundo a otro se sentía como papel entre mis dedos y la despedacé, abriéndome paso a su piel. Escuché su risa grave en algún momento, pero la ignoré, su cuerpo era mucho más importante que cualquier chiste que hubiese recordado. Deslicé mis manos hasta sus brazos, bordeando los músculos, tratando de memorizar cada curva que tenían. Me fascina, cada centímetro de su piel me fascina. Corté el beso un rato después, cuando respirar se me hizo imposible y continué bajando mi boca por su cuello, repasando las marcas violáceas que le había hecho por la noche, recordando el sabor de su piel cada vez que mi lengua la tocaba. Su piel es tan suave, tan delicada… estoy más que seguro de que por esa razón lo dejé lleno de marcas anoche.
– Jun…JunSu… oye… Jun…Su… – Dijo de forma entrecortada, ya que yo había atrapado su marcada manzana de Adán con mis labios.
– ¿Qué…?
– Mis manos… suéltalas por favor… también quiero tocar. – Lo miré sin entender y busqué sus manos con mis ojos. En algún segundo que no pude recordar había tomado sus muñecas y las tenía prisioneras entre mis dedos, por sobre su cabeza.
– Lo siento… – Lo solté, pero no me aparté ni un centímetro de su piel, continué saboreando las hendiduras de sus clavículas, obsesionándome al sentir distinto el sabor que al de su cuello. Solté un gemido ronco cuando las manos inquietas de YooChun me tomaron por sorpresa, anclándose en mis caderas, haciendo círculos con las yemas de sus dedos, enterrando levemente sus uñas en mi piel cuando mi boca pasaba con fuerza sobre su pecho.
– JunSu… tienes mucha ropa… – me erguí al escuchar su voz ¿acaso no se callaría nunca?
– Cierto… ahora me la quito.
– No, yo lo quiero hacer. – Detuvo mis manos, quitándome los bordes de la camiseta de los dedos y me despojó de ella lentamente, observando atento mi piel. – que sexy estás… – Se incorporó, quedando sentado y depositó un beso húmedo y sensual sobre mi pecho. YooChun obviamente si sabía lo que estaba haciendo, no como yo, que no tengo la menor idea y sólo hago lo que primero se me viene a la cabeza. En cualquier momento todo este arranque de masculinidad a lo bruto que me dio perderá fuerza y volveré a ser el JunSu pasivo y tímido de siempre… bueno, sólo hasta que YooChun me saque de quicio otra vez y termine por violarlo.
– YooChun…
– ¿Qué sucede, baby? – Me preguntó, sin quitar sus labios de mi piel.
– Quiero que tú lo hagas primero… yo lo voy a arruinar…
– ¿Bromeas? Ibas muy bien, demasiado bien diría yo ¿seguro que eras virgen? Hace medio minuto parecías todo un gigoló.
– Claro que era virgen hasta anoche, tarado.
– Mmm… mejor me cercioro de que quedes bien desvirgado… – Me empujó con fuerza, haciendo que perdiera el equilibrio y me fuera de espaldas, quedando en una posición algo incómoda, con las piernas dobladas no sé como y con YooChun muy acomodado entre ellas, tratando de quitarme los pantalones a puros tirones. – ¿Cómo ataste esto? No te los puedo sacar…
– Es un nudo que me enseñó Okum, a prueba de depravados. – Le dije. Okum se había tomado más precauciones de las necesarias para que nadie nos hiciera nada en la aldea, así que incluso me había enseñado un nudo muy complejo y difícil de desatar.
– Ese Okum… te está mal influenciado. – Acercó la boca a las tiras de mi pantalón, soltando el nudo con los dientes, hasta que desistió. Era imposible deshacerlo a la fuerza. – JunSu, no puedo… o lo desatas o te juro que te los arranco y los quemo.
– ¡No, Chun! – lo miré enojado. Eran mis pantalones favoritos, eran muy cómodos para andar aquí en Sudáfrica y no quería que los rompieran. Aparté a YooChun del nudo y desdoblé las piernas, comenzaban a acalambrarse. Le di un par de tirones al lazo del pantalón, desasiendo el nudo al instante. – Listo ¿ves que no era…? ¡YooChun!
– ¿Qué?
– ¡Pareces animal en celo!
– Igual que tú hace un rato, así que ni te quejes. – Mis pantalones volaron por los aires, igual que los de YooChun que yo mismo le quité, junto con su ropa interior y lancé todo por ahí, yendo a parar nuestra ropa a algún lado que me importó un pepino. Lo que era realmente importante era que ahora podía sentir la piel de YooChun por completo. – ¿Por qué no traes ropa interior? – Me consultó, acariciando la piel cercana a mi entrepierna, haciéndome estremecer.
– Porque me hace transpirar mucho…
– Mmm… that's so hot… … – Me tomó desprevenido, besando mis labios con desesperación, parecía que se quería comer mi boca, mientras sus manos viajaban por mi cuerpo sin rumbo definido, sólo queriendo tocarlo todo, al igual que las mías, que no descansaban, buscando algún pedazo de piel que no hubiesen tocado ya. – JunSu… te juro que no aguanto… ¿quieres que lo hagamos lentamente y paso a paso… o vamos al grano?
– Quiero que te quedes callado de una vez y me lo hagas. Nada más.
– Uy… cambios de humor. – Se echó por completo sobre mí, balanceando su peso entre sus brazos hasta que pudo alcanzar sus pantalones que habían terminado cerca de mi cabeza. Estaba seguro de que los había lanzado para el otro lado.
– ¿Qué haces? – Le consulté, ya que lo veía buscar algo en sus bolsillos. – ¿Por qué trajiste la jalea de frutas anestésica?
– Porque pensé que las cosas podrían llegar a terminar así y tenía que estar preparado. – Claro, yo había traído un botiquín y el lindo venía sólo con lubricante en los bolsillos. Que descaro.
– Eres un pervertido. – Le alegué, una vez que se volvió a acomodar sobre mí, haciendo que nuestras entrepiernas se rozaran.
– Si, pero soy un pervertido que te ama con locura, mi precioso delfincito de la perdición… – ¿Precioso delfincito de la perdición?
– ¿No te dije que te quedaras callado?
– Cierto, cierto. – Metió sus dedos en la bolsita de cuero, embetunándolos por completo. – Abre bien las piernas y relájate, esto puede doler un poco. – Asentí a lo que me decía y separé lo mas que pude las piernas, dejándole bastante espacio a YooChun. – ¿listo?
– ¿Qué no me ves con las piernas abiertas? Claro que estoy listo. – riendo llevó su mano a algún lugar de mi parte baja que lo lograba ver, pero si sentir. Debe estar bastante divertido con mis cambios raros de humor, pero no puedo evitar ser agresivo con tantas hormonas dando vueltas en mi cuerpo.
– ¿Duele mucho? – Consultó, cuando la punta de su dedo se internó en mi interior. Dolía, pero el efecto del anestésico lo hacía todo más llevadero.
– Podría ser peor… – Metió más profundo su dedo, acariciándome desde adentro, haciendo círculos uniformes con la yema de sus dedos. Dolía, pero no lo bastante como para detenerlo. No es que quisiera hacerlo tampoco.
– Voy por el segundo… – Dijo, mientras su otra mano dibujaba formas abstractas en el interior de mis muslos, bordeando la constelación de géminis que había logrado hacer por la noche.
– No me avises, sólo hazlo. – Deslizó el segundo dedo y sentí como esta vez no molestaba tanto, casi sentía que mis músculos se hacían inmunes al dolor o la incomodidad, percibiendo únicamente el placer que me provocaban sus toques. El tercer dedo me tomó por sorpresa, más no me quejé. Yo mismo le dije que no me avisara.
– ¿va… va bien?
– Genial…
– ¿puedo…?
– Si… – se volvió a estirar sobre mí, ajustando mis piernas a sus caderas, haciendo que lo envolviera con ellas. Sentí como la punta de su erección me rozaba y luego un leve quejido de su parte. – ¿Qué pasa?
– Mierda… esperé mucho tiempo y ahora me duele… – Chilló, como lo suelo hacer yo cuando imito a un delfín, cuando hundió la punta en mi cuerpo y sentí unas enormes ganas de imitarlo. Dolía, dolía mucho, era como si me estuvieran metiendo un tuvo de metal caliente y muy húmedo. No pude contener las lágrimas que caían por los bordes de mis ojos, escurriéndose hasta mojar mis orejas. Sentí además como unas gotas caían en mi hombro, confundiéndose con mi sudor. A YooChun también le dolía y bastante por lo que puedo apreciar. – Oh, my goodness… ¿estás… estás bien? – Preguntó cuando llegó hasta el tope, no pudiendo avanzar más.
– No te muevas, por favor no te muevas aún.
– Ni loco, siento que me lo vas a arrancar.
– Ah… YooChun… – No podía evitarlo, mi interior aún estaba resentido por la actividad hecha por la noche y volver a meter algo ahí adentro era como ponerle sal a una herida.
– JunSu, tranquilo… ya va a pasar el dolor, tranquilo… – Besó con delicadeza mis parpados, secando mis lágrimas con sus labios, pese a que de sus ojos aún caían esas mismas gotas saladas que intentaba hacer desaparecer. Tras algunos minutos me sentí mejor, ya no dolía tanto, comenzaba a acostumbrarme a la rara sensación de tener un pedazo de otra persona adentro. – Voy a empezar a moverme. – Me dio un corto beso en los labios y luego acomodó sus brazos a ambos lados de mi cabeza, buscando un buen apoyo y lentamente se movió en mi interior, sacándome un gemido ronco que casi no reconocí. Yo no puedo dar tonos tan bajos… ¿habrá sido YooChun? – Oh, baby… eres muy estrecho… demasiado…
– ¿Te… te duele?
– No, nada… sólo me cuesta moverme… ¿te duele a ti?
– Casi nada…
– Eso es bueno… – Volvió a mover sus caderas, arremetiendo lentamente una y otra vez, hundiéndose aún más entre mis piernas, y gimió bajo en mi oído, casi ronroneando. Por mi parte grité. Sí, grité, no de dolor, si no más bien resultado de una combinación de sorpresa y placer, ya que entre esos movimientos descubrí mi punto G. – ¿JunSu? ¿estás bien? ¿Te lastimé?
– No… No te detengas… hazlo otra vez… – Le pedí, apretándolo con fuerza con mis muslos.
– ¿Hacerlo otra vez? ¿Qué? – Confundido intentó apartarse un poco, pero no se lo permití.
– Eso que acabas de hacer…
– No sé que hice…
– ¡Sólo mételo hasta el fondo y cállate! – Consternado, más no por eso menos divertido, hizo lo que le ordené y continuó moviéndose, entrando en ritmo paulatinamente. Si antes yo no pensaba que era escandaloso, ahora me doy cuenta de que si lo soy, pese a que muchas veces lo negué. Nunca pensé que podría meter tanto ruido, de seguro toda la aldea ya sabe lo que estamos haciendo y me importa muy poco el que se enteren.
YooChun por su parte también mete bastante ruido, aunque su tono de voz más bajo convierte sus gemidos en algo parecido a gruñidos, dándome a ratos la impresión de que se había tragado a un león. Me besaba a veces, de forma muy húmeda, pero los cortaba rápido ya que nos faltaba el aire.
En algún momento tomamos un ritmo desenfrenado, tanto que no alcanzaba a gemir por una embestida y ya venía otra, y me perdí en ese delirio, dejando de percibir todo lo que no me provocaba placer. No sé ni porque lo hice, pero hundí con fuerza mis dientes en su cuello, rasgando la piel al instante y ahí lo escuché. YooChun dio un último gemido muy agudo, pronunciando mi nombre, y no se movió más. Me sentí extrañamente húmedo. Se quedó estático entre mis piernas, temblando levemente. Se había terminado para él… dejándome a la mitad, aún con mi erección entre nuestros cuerpos.
Nota mental: nunca más morder el cuello de YooChun de esa forma o me dejará a medias con una erección tremenda.
– YooChun…
– Lo siento… cuando me mordiste, yo…
– No importa… – No importaba ya nada más, me había unido con YooChun y ahora si lo recordaba, sólo eso era importante. Lo demás… se podía solucionar, la cascada estaba a tres pasos de nosotros y un poco de agua fría la haría bajar.
– ¿Cómo… cómo que no importa? Yo… yo ya terminé y… y yo… – Orgullo masculino ¿Qué importa si terminó antes? Igual lo pasé muy bien.
– No importa, YooChun. – Le sonreí, pese a que deseaba ahorcarlo por la tremenda erección con la que me había dejado y tanteé a mi costado para buscar el botiquín. No quiero que esa herida se infecte, se ve ya bastante mal por que se me pasó la mano, no puedo permitir que además contraiga algo raro por mi culpa. – Quédate quieto… – Le apliqué un ungüento desinfectante y cicatrizante, tratando de ser lo más suave posible, más me costaba concentrarme. Allá abajo, “Xiah Junior” gritaba por atención.
– JunSu… tú… tú no haz terminado ¿cierto?
– No, terminaste antes que yo.
– Lo siento… yo lo arreglaré… – Se levantó despacio, casi con miedo, y se salió de mi interior con delicadeza, dejándome con una sensación de vacío muy extraña. Lo vi con intenciones de incorporarse, talvez para alejarse, así que lo detuve mucho antes de que intentara algo. – ¿Qué sucede?
– Tú no vas a ningún lado, Park YooChun. – De un jalón lo tiré sobre la frazada, junto a mí, repentinamente muy urgido por terminar. – Ahora me toca a mí. – Lo besé con desesperación, todo mi cuerpo pedía atención y no se lo podía negar. Mucho menos cuando sabía que podía remediar toda esa tensión que estaba acumulando. Me removí sobre él hasta que logré escurrirme entre sus piernas, las que parecían renuentes a abrirse para mí, hasta que al final cedieron cuando acaricié en toda su extensión a “Micky Junior”. Un gemido ronco se atascó en su garganta, no pudiendo salir al exterior ya que yo tenía prisionera su boca.
– Oh dios… estoy seguro de que eres un gigoló. – Se quejó YooChun cuando logré acomodarme por completo, haciéndome del espacio suficiente para prepararlo.
– No es el mejor momento para hablar, YooChun. Cada vez que abres la boca me dan ganas de violarte. – Tomé el lubricante y metí los dedos en él, dejándolos bien embetunados.
– Entonces mejor… ¡Avísame antes! – Se retorció un poco, intentando cerrar las piernas, pero lo detuve al tomar una de ellas y pasármela por sobre el hombro, dejándome el espacio libre una vez más.
– No hables. – Moví el primer de mis dedos en su interior, haciendo círculos grandes. Necesito dilatarlo rápido o no aguantaré más y lo haré así nada más.
– JunSu… no creo que sea buena idea… ¡JunSu! – Lo siento… realmente lo siento, aunque no lo diga, YooChun, lo siento. Si no lo hago rápido te haré más daño.
– El que hables no ayuda…– Le dije despacio, frotando su interior hasta que lo escuché cambiar el ritmo de su respiración. Sus mejillas se encendían y “Micky Junior” comenzaba a levantarse una vez más. Metí el tercer dedo con más facilidad, sin recibir quejas por parte de YooChun y terminé de dilatarlo con movimientos algo bruscos. Antes de estuviese listo del todo usé mi otra mano para untar mis dedos con el lubricante, poniéndome un poco sobre mi propio miembro, casi gritando cuando puse un poco sobre le punta. YooChun tenía razón, cuando dejabas pasar mucho tiempo la cosa dolía horrores.
– JunSu… espera, creo que…
– Silencio. – Tomé su otra pierna y la puse sobre mi hombro, quedando ambas alzadas y dejándome espacio más que suficiente para continuar. – ¿listo?
– Creo… pero… ¡Oh, JunSu! – Me introduje lo más lento que pude, pese a que YooChun parecía pensar diferente por el tremendo grito que mandó y cuando llegué a tope me quedé quieto, esperando a que el anestésico hiciese efecto lo más rápido posible. Lo besé repetidas veces en las mejillas y la frente, esperando a que terminaran sus lágrimas y pararan las mías y tras unos larguísimos tres minutos pareció más calmado. – Continua, baby ¡Pero ve despacio, maldición!
– Lo siento. – Arremetí contra el un par de veces, sintiendo la dificultad que me daba lo increíblemente estrecho que era YooChun y sintiendo además su respiración agitada en mi oído, junto con sus gemidos que eran agudos en comparación con antes. Tomé ritmo en poco tiempo, percatándome del peculiar sonido que hacían nuestros cuerpos al chocar, además de los sonidos que hacíamos nosotros mismos.
– Su… más… más rápido…Su, por favor… – Cumplí lo que me pedía, acelerando el ritmo, haciendo que su cuerpo se doblara de forma más exagerada y sintiendo como su pene rozaba mi vientre. Bajé sus piernas y estas de inmediato me envolvieron, profundizando el contacto de nuestros cuerpos, y los brazos de YooChun me buscaron al instante. Casi lo había olvidado, si lo dejo así terminará con una erección mientras yo terminaré, y eso es muy desagradable. Agarré el tronco de su erección, acariciándolo con fuerza y sacándole una serie de gemidos muy agudos y susurros inteligibles. – Te… te amo… – Fue lo único que le pude entender, mientras besaba la piel de mi cuello. Eso era, eso me había dicho anoche mientras besaba mi cuello, eso había sido… YooChun me amaba…
– Chun… voy a… voy a terminar… Chun… – Pareció entrar en razón cuando le dije eso y me abrazó con fuerza para apegarme a él, obligándome a acercarme para dejarle el paso libre a mis labios. Contrajo con fuerza su interior, sacándome un grito y terminé dentro de él, hundiéndome todo lo que pude en su cuerpo. Sentí además como algo caliente y viscoso se esparcía por mi abdomen y pecho, dejándome con una sensación muy rara en la piel.
Lo había hecho… había poseído el cuerpo de Park YooChun.
– Oh, maldición… me duele hasta el alma… – Se quejó YooChun, cuando pudo recuperar la respiración. Lentamente intenté salir de su interior, pero sus piernas me lo impedían.
– ¿YooChun? – Curioso busqué su mirada ¿si le dolía tanto… porque mantenerme en su inferior?
– Tú no vas a ningún lado, aún tengo energía para otra ronda.
– Pero dijiste que te dolía.
– Me duele la maldita rama que se me está enterrando en el coxis, así que busquemos una mejor posición y sigamos. – Como pudo se medio incorporó y me besó en los labios, mordiéndolos con cariño.
Definitivamente amo a Park YooChun, sin importar lo hablador que se ponga a la hora de hacerlo ni lo fácil que sea hacerlo terminar con una mordida, lo amo…
– ¿Te fijaste lo raros que andaban YunHo, JaeJoong y ChangMin? – Me consultó de repente, mientras recobrábamos fuerzas para iniciar una décima ronda.
– Si, estaban súper raros…
– Creo que se montaron un trío como los de las historias de nuestras fans.
– ¿tú crees?
– Si, es obvio.
– Mmm… habrá que averiguarlo.
– Luego, ahora tengo ganas de otra cosa.
– ¡Chun!
Si… Sudáfrica cambia a las personas… y no es el agua, ni el aire ni el complemento. Creo simplemente que te da la libertad de hacer cosas que en otro lugar no te atreverías.
Notas finales del capítulo:
Cuak!
… el final me quedó medio raro… pero bueno… me gustó igual, hace varios capítulos que le quería dar una paliza a Marot o Marlot como le dice JunSu, así que estoy feliz.
GRACIAS YOOCHUN POR MIXEARLO!
Nota: esto es una mixer
http://www.ufesa.es/Files/Ufesa/Es/es/Press/PressRelease/Images/2009011520-vario_mixer.jpg
… el final me quedó medio raro… pero bueno… me gustó igual, hace varios capítulos que le quería dar una paliza a Marot o Marlot como le dice JunSu, así que estoy feliz.
GRACIAS YOOCHUN POR MIXEARLO!
Nota: esto es una mixer
http://www.ufesa.es/Files/Ufesa/Es/es/Press/PressRelease/Images/2009011520-vario_mixer.jpg
*O* no importa esperar lo semanas... tu....escrebes genial pude sentir bueno no sentir exactamente >////< todo lo que pasaba el yoosu es genial... me muero por saber de el jaeminho esperare otro cap con ansias
ResponderEliminar*escribes jajajjaja escrebes...
ResponderEliminarwaaa decimo unceavo round wowwww *O*
Omg omg omg omg omg omg
ResponderEliminarEsperar tanto si valio la pena *-----*!
Es que... Yoosu!! *explota*
Ohh pero que sexy... me imagino a Yoochun tan sexy, enojado sacandole la mugre a "Marlot" xDDDDD
se lo merecia e_é!!!
Esperare pacientemente.. bueno, no pacientemente pero esperare la actualizacion *-------*!
Muy bueno enserio *-*
ResponderEliminarMoria por leer el capitulo de Junsu xD
oooooooooo dios ke aguante el de esos dos jejeje me encanto casi muero en la parte de la palisa a marlot o como sea ke bueno ke yoochun lo MIXEO jejeje.........espero con ancias el proximo capitulo so es ke hay jejeje XD..........
ResponderEliminaramo este fic lokillas
ResponderEliminargracias por subirlo
ojala que haya continuacion
pronto o si no me las voy
a mixear a ustedes XD
Me encantaaa!! No puedo esperar para ver que pasa entre yunnie,Jae y Minnie *0*!
ResponderEliminarOh mi Dios! Lo que causan los celos, casi mata al grandote, jajaja XD.Wow, quien dria que al raton le gustaria tanto hacerla de uke, jujuju *w*.
ResponderEliminarMe quede picadisima con la historia. Quiero saber que sucedio con el YunMinJae XD. y estoy super interesada en el 2do especial ^w^.
Genial trabajo! ;D
Me encanta, me encanta, lo amo! Este fic me ha fascinado bastante, me encantaría seguir leyéndolo, es perfecto *u* Te lo ruego, quiero conti! Please~ Amé a Yoochun celoso~ Y a "Marlot" mixeado xD El lemon fue hermoso *w* Pero quiero saber como pasó, qué sucedió con Okum & Jebo, y lo más importante... Que pasó con el YunJaeMin??? No te puedo mentir... Eres fantástica! Tu trabajo es impresionante, me atrapó desde el primer capítulo. Estoy impaciente por lo demás~
ResponderEliminarFue lo Maximo este capitulo *o* estuve en mi Gloria xq ABSOLUTAMENTE AMO EN YOOSU Y EL SUCHUN es algo q muy pocas veces eh visto es mas creo q esta es la 2da vez q lo leo y m Encanta q puedan notar q mi Junsu Tambien es muy Masculino y puede asumir ese rol sin problemas xq es Super Sexy~~ y dominante n,n
ResponderEliminarYo tambien quisiera saber q paso con Okum y Jobo q m encantan ese par es mi nueva pareja favorita Jeje^^
Escribes d Maravilla~~~!!!....<3