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Arualthings

Shadow - Cap. 1

-¿Vas a decirme cómo lo hiciste?

El día había comenzado nublado, al despertar había pensado seriamente en quedarme en cama todo el día, pero sabía que era imposible si quería un ascenso pronto, así que con mucho trabajo me obligué a levantarme, cuando abrí las cortinas las gotas de lluvia del día anterior seguían en mi ventana, suspiré. Volvía a sentirme extraño, como si esta no fuera mi vida, sino la de alguien más, como si no debiera estar aquí, hacía años que había comenzado a sentirme de esta forma, al principio creí que eran paranoias mías, pero con el paso del tiempo me di cuenta que siempre tenía la misma sensación, algo que me anunciaba que pronto tendría una desgracia o algo parecido, pero decidí no darle importancia, tal vez sólo alucinaba.

Me alisté para salir al trabajo, no es la gran cosa, pero pagan bien, eso es todo lo que necesito, resolver casos con la policía no era nada del otro mundo, todo parecía demasiado obvio cuando lo analizaba que en realidad los casos se resolvían solos. Esta habilidad me dio un ascenso pronto, pero ahora quería ser más que el capitán de mi escuadrón, quería llegar a más, pero necesitaba un caso realmente difícil para lograrlo, pero en esta ciudad todo era aburrimiento total.

Había salido de mi casa justo como los pequeños cuando los lleva su mamá a la escuela, con bufanda, gorro y una chamarra enorme, ahora me arrepentía, el astro sol había decidido salir en todo su esplendor, así que ahora todos nos estábamos cociendo en la oficina, que para variar, tenía el aire acondicionado descompuesto, por lo que mi única salvación eran mis dos pequeñas ventanas en mi oficina.

-¿Hacer qué?

Respondí molesto mientras veía al insistente capitán del escuadrón vecino, todos los días venía a quitarme el tiempo con sus preguntas tontas y comentarios ridículos, su escuadrón podría dar más si él se aplicara, tenían mucho potencial sin explotar.

-Resolver el caso, por supuesto.- dijo sonriéndome.

-No es la gran cosa

-¿Cómo? Sabes que era un caso difícil, nadie había podido resolverlo hasta ahora- dijo mirándome incrédulo.

-Es porque nadie se toma la molestia de investigar realmente

-Aun así, debes reconocer que posees un talento único para este tipo de casos.

-Yo…

El teléfono sonó en ese momento, sonreí agradecido, el timbre me había salvado de una conversación de más o menos una hora discutiendo el tema con él.

-Disculpa- dije mientras tomaba el auricular y respondía, el capitán me sonrió y salió de mi oficina para darme privacidad, era todo un alivio que se marchara- ¿Jefe?

-Oh, Jaejoong, qué bueno que te encuentro, estaba preocupado, creí que habías salido.

-Para nada- respondí.

¿A qué se supone que saldría?

-¿Y por qué no, muchacho? Deberías estar celebrando tu último caso.

Oh, así que eso era.

-No hay nada que celebrar, señor.

-¿Cómo? Hay, muchacho, así no vas a llegar muy lejos…

Hice una mueca de disgusto al escuchar eso, a él qué le importaba cómo llegara a mi meta, pero debía callar si quería llegar a ella.

-Bueno, no sé por qué me sorprende, siempre has sido así. Esta noche mis superiores y yo saldremos a tomar una copa, ¿te unes?

Medité un momento, ir a tomar con él no me causaba ninguna emoción aparte de desprecio, pero estarían ahí sus superiores, y su jefe es muy bueno en alabarlo, esa podría ser una oportunidad que no volvería a repetirse así de fácil.

-Sí, por qué no- respondí fingiendo indiferencia.

-Así se habla, muchacho. Paso a tu oficina a las 8, ¿de acuerdo?

-Por supuesto.

Y ese fue el fin de la conversación, sonreí mientras me recargaba en el respaldo de mi silla, poco a poco mi paciencia daba frutos, de seguir así, llegaría en poco tiempo hasta la cima, miré de reojo a mi escuadrón, dos de los miembros tenía potencial, si conseguía mi objetivo, me los llevaría conmigo.

El resto del día pasó sin contratiempos, ningún caso nuevo, así que había sido por demás aburrido estar sentado en mi oficina esperando que dieran las ocho, el caluroso día volvía a tornarse nublado, justo como la mañana, obra del calentamiento global.

Gracias humanidad por ser una plaga.

Esperaba que por fin el ser humano dejara de ser ambicioso y cesara de buscar por todo el planeta algo que destruir, pero todos y cada uno de nosotros contribuíamos a eso, pensé en mí, anhelando un puesto superior cuando ya poseía uno respetable, así somos los humanos, siempre queremos más y más.

El reloj anunció por fin las 8, mi jefe ya estaba en mi puerta sonriendo de oreja a oreja esperándome, sonreí de vuelta y tomé mi saco, no llevaría una chamarra tamaño jumbo a un club, mucho menos una bufanda y un gorro.

-¿Listo?

Asentí y caminé a su lado hasta que llegamos al estacionamiento.

-Lo sigo- dije sonriendo mientras me subía a mi auto, no era de lujo, pero estaba decente.

Las calles estaban llenas de gente, lo que cualquiera esperaba un viernes, largas filas en algunos lugares, jóvenes sonriendo por las calles, personas saliendo felices de trabajar yendo a sus casas…

Sí, típico ambiente de un viernes.

Mi jefe conducía espantoso, tres veces estuvo a punto de golpear a otro auto, me alegré de ir en mi propio auto, lo seguí por grandes avenidas, después por algunas calles más pequeñas, hasta que llegamos a una zona prestigiada, por donde quiera que veía había autos de buena marca, del año, negocios con las más espectaculares fachadas, personas que caminaban como si fueran dueñas del universo, pero nada de eso me intimidaba.

Llegamos a un lugar muy exótico, con gran vegetación y algunas fuentes como adorno fuera, la música sonaba quedito afuera, pero estaba seguro que dentro sería todo un caos, había muchas personas elegantemente vestidas fuera, esperando entrar, otras simplemente pasando el rato al aire libre, platicando con sus conocidos.

Entregué las llaves de mi auto al chico, parecía nervioso, seguramente era nuevo en este empleo, así que le sonreí para darle un poco de confianza, sonrió tímidamente y se llevó mi auto después de darme mi ficha.

-¿Qué te parece?- preguntó mi jefe cuando llegó a mi lado, admirando el lugar.

-¿Viene aquí seguido?

-Mmmm…sólo unas veces, es un lugar muy bueno, las mejores bebidas, el mejor ambiente…lo mejor en todo- sonrió- Vamos…

-¿No esperaremos a sus superiores?

-Ya deben estar adentro, ellos vienen casi dos veces por semana, son clientes frecuentes, en cuanto abren son los primeros en entrar- dijo guiñándome el ojo.

Asentí mientras caminaba a su lado, al mirar la enorme fila me encogí de hombros, deberíamos esperar al menos una hora para llegar a la mitad, entonces sentí que me jalaban del brazo en otra dirección.

-Por acá- dijo mi jefe.

Nos detuvimos en una fila más pequeña, sólo unas tres personas delante de nosotros, no me había percatado de esta fila.

-Esta es para miembros, clientes frecuentes- me explicó.

-Oh, ya veo.

Al llegar con el sujeto de la cadena me intimidé un poco, sí, soy policía, pero ninguno de mis sospechosos anteriores tenía la finta de él, era digno de respetarse.

-¡Hey, cómo has estado!- saludó mi jefe.

El otro sólo sonrió y quitó la cadena.

-Adelante, adelante, diviértanse mucho- dijo dándonos paso.

-Lo haremos- sonrió mi jefe.

Como esperaba, el lugar por dentro era magnífico, los mejores acabados, música prendida pero agradable, alcancé a ver algunos de los mejores vinos cuando pasamos por la barra, no había ninguna silla, sólo sillones de cuero en todos lados, mesas de mármol al centro, algunas flores preciosas que parecían traídas de otros mundos.

Todo el ambiente me hacía preguntarme si realmente estaba en el planeta Tierra, nada de esto era muy normal, el agua en las fuentes del interior brillaba en la oscuridad, seguramente producto de pintura neón, era espléndido, ahora entendía por qué había mucha gente fuera.

-Cierra la boca, muchacho- se burló mi jefe al ver mi reacción.

Tosí un poco y me erguí, no quería parecer tan nuevo en el lugar.

-Aquí estamos, buenas noches señores- mi jefe saludó a unos hombres ya de avanzada edad sentados en la planta alta.

¿Aquéllos eran mis jefes?

Los había imaginado de otra manera.

-Oh, qué bueno que llegas, empezábamos a creer que no vendrías- dijo uno de ellos.

-Cuestiones del trabajo- mi jefe se sentó en una de las orillas, invitándome a sentarme a su lado- Él es Kim Jaejoong, el capitán que…

-¡Oh, encantado muchacho!- saludaron algunos- Eres muy joven, nos han hablado mucho sobre ti, bienvenido, bienvenido, nos da mucho gusto conocerte por fin.

Sonreí, esto sería fácil, conversar, tomar, llevarme bien con ellos, nada de otro mundo, era una de mis especialidades, sabía muy bien tomar sin emborracharme, podría llevar la conversación fácilmente.

Las luces se coordinaban con cada canción tocada en la pista, hoy la gente parecía muy animada, o tal vez en este lugar siempre era así, quién sabe, pero era demasiado agradable, mis jefes ya estaban pasados en copas, pero aun así mantenían su compostura, me incluían en su conversación y platicaban conmigo como si nos conociéramos de años, esa era una buena señal.

-Debiste traerlo antes- sonrió uno de ellos a mi jefe- Es un muchacho magnífico.

-¿Más que nuestro diamante?- preguntó otro, muy pasado de copas.

-Kim es excelente y bien parecido, pero dudo que sea como nuestra joya.

¿Qué? ¿Qué estaba pasando?

-¿Diamante?- pregunté curioso.

-Oh, sí, en este lugar vive el ser más perfecto sobre la faz de la tierra, en mi vida he visto a nadie como él, si fuera más joven no dudaría en acercármele

-A mí no me importa, yo sí lo abordaría…

-Lo siento, señores, pero él será mío.

-No querría nada con un vejestorio como tú.

-Hey, a quién le interesa el físico cuando puedes darle el mundo.

-Así como tú hay otros mucho más jóvenes y ricos que quieren lo mismo.

Los miraba discutir entre ellos, no entendía muy bien cuál era la situación, pero estaba claro que todos ellos estaban disputándose la atención de alguien en ese lugar, mi jefe se unió poco después a la discusión, era muy gracioso verlos discutir entre ellos.

Entonces, la música dejó de sonar de repente, las luces se apagaron, todo dejó de funcionar, como si la luz se hubiese ido, las personas dejaron de moverse, conteniendo la respiración, como si el tiempo se hubiera detenido, mis jefes dejaron de discutir.

-Él…

Alcancé a escuchar decir a uno de ellos, y como si el lugar estuviera en llamas, la gente corrió hacia sus lugares, sentándose, todas las miradas sobre el pequeño escenario sobre las escaleras, la pista quedó libre.

-¿Qué pasa?

-¡¡Shhh!!

Me callaron todos a la vez, sin despegar la mirada del mismo lugar, miré también en esa dirección, esperando. Las luces comenzaron tenues, iluminando todo el lugar levemente, concentrándose después en el escenario, miré asombrado, en pocos segundos un piano hecho de cristal había aparecido, un joven estaba sentado frente a él, no podía verle el rostro, las luces no llegaban hasta él, lo único que podía observar eran sus labios, unos labios hermosos, con un lunar sobre el lado izquierdo, incluso desde mi sitio se observaba.

2 Comentarios:

  1. Anónimo8/23/2013

    Woo y yo que crei que el que hablaba o contaba era Yunho , pero me encanto y mas , por que me guta que yunnie sea el centro de atencion :3
    a leer el siguiente

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  2. me encantoo , yunnis todo .... adsads !!!

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